EL MAÑANA EFÍMERO DEL VANO AYER

Ha extracto Isaac Rosa el título de su novela del poema El mañana efímero de Antonio Machado (1875-1939), uno de los poetas de la Generación 98.

En su poema Machado describe la España de su época como un país retrasado. Es “devote de Frascuelo y de María”, osea un teatro guiñol entre sus dos pasiones: la tradición y la religión. La primera, la tradición está simbolizada por la imagen del torero Salvador Sánchez Povedo, conocido como Frascuelo. La segunda, la religión, está simboliza por María la Virgen. Lo que estas dos pasiones tienen en común es la falta de reflexión que imponen; la falta de alternativas. Están dictadas de antemano y no dejan lugar al cuestionamiento. Dice Machado que el futuro efímero es la consecuencia de este tipo de pasado en que no se cuestionan las alternativas. Más fuerte aún: es “esa España inferior que ora y embiste, cuando se digna usar la cabeza”. Así mejor vale callarse.

El título del poema, El mañana efímero, refiere al futuro desde el punto de vista del autor. Machado ve el futuro próximo como un vacío lleno de idiotas sin juicio ni moral y que a la manera de títeres siguen modelos impuestos desde fuera (“un sayón con hechuras de bolero, a la moda de Francia realista un poco al uso de París pagano y al estilo de España especialista en el vicio al alcance de la mano.”) Él ve el futuro ”vacío” pero ”por ventura pasajero”. Con otras palabras ese futuro próximo desesperanzado tiene algo que despierta las esperanzas: que si es vacío al menos no tardará en convertirse en algo otro. Habla Machado entonces de otro tipo de futuro, será un futuro más lejano (dice que ”aún tendrá luengo parto de varones amantes de sagradas tradiciones”). En este futuro lejano la ”España implacable y redentora” tendrá su venganza. Vendrá otro tipo de juventud, los trabajadores, con sus cinceles y mazas para forzar una nueva España.

Hay dos símbolos en el poema que parecen bien representar el pasado y el futuro: Mármol significa desde un lado ’petrificado’, desde otro lado ’algo que tiene cualidad de la belleza /apariencia’. Hay que comparar el mármol con otra imagen de mineral que conlleva el poema: la del granito. Ese último es una composición durísima y eterna y que forma la parte más durable de nuestras bases. En comparación con el mármol el granito tiene la cualidad de dureza. En el poema de Machado el granito significa ’lo durable’ o aún ‘la verdad’. El mármol es el mineral de principios del poema, el mineral del pasado. El granito de su parte aparece en el momento en que empieza cambiarse el ambiente y representa el futuro. Habla el autor de la “tarde pragmática y dulzona”. Empieza hacerse sentir la esperanza.

El vano ayer como título de la novela de su parte refiere a la época franquista que representa la vuelta a las raices del país: la unión entre la tradición y la religión. Rosa expone a nuestros ojos una imagen de su país retrasado. La España franquista de Rosa es la de Machado: no se puede utilizar el cerebro, no hay que cuestionarse. La diferencia entre Rosa y Machado se halla en el momento histórico en que escriben. Lo que para Machado fue el mañana efímero para Rosa es del vano ayer. Demuestra ese último concretamente lo difícil que resulta dejar atrás el vano ayer y el mañana efímero y orientarse hacia la nueva España. El primero muerto durante los primeros años del franquismo, el segundo nacido durante los últimos – casimente como un juego de espejos con sus puntos de vista. Al fin, el mañana efímero en El vano ayer representa la época después del franquismo y quizás estamos ahora viviendo el momento que Antonio Machado habría descrito como “España de la rabia y de la idea”.

Heidi

Una reflexión sobre La Guerra Civil Finlandesa y la literatura

La Guerra Civil Finlandesa que tuvo lugar en los principios del año 1918, poco después de la independización, tan solo duró unos cuantos meses, y no ha llamado tanta atención en la escala europea. Es cuestionable la posibilidad de comparar conflictos internos en diferentes países, como La Guerra Civil Finlandesa con La Española, porque cada una de estas confrontaciones militares surgen en circumstancias particulares. Algo común de estas cosas es que la polémica sobre el pasado vive, entre otras cosas, a través de literatura. Como visto, La Guerra Civil sigue bien presente en las novelas españolas contemporáneas, en Finlandia quizás ya no tanto, pero durante las siguientes décadas después de que la guerra llegara a su fin, fue una de las fuentes de inspiración más importantes para muchos escritores finlandeses, y una gran parte de las obras más conocidas y valoradas en la historia de la literatura finlandesa tratan, entre otros temas, esa gran división del pueblo finlandés. Como este trabajo era de tema libre, pensé memorizar un poco de unos autores y sus obras principales acerca de La Guerra Civil Finlandesa, que siguen siendo, que yo sepa, parte de la lectura obligatoria en las escuelas finlandesas.

Acabada la Guerra, se publicó un montón de literatura, ante todo, poesía, que apoyaba y admiraba a los blancos, y se les trataba de héroes de la Finlandia recién independizada. Los rojos, en su vez, fueron presentados como una raza inferior de seres humanos que debería extinguirse. Este tipo de opiniones estuvieron bien vistas y expresadas por tales autores como Ilmari Kianto y Eino Leino, para mencionar algunos. También Joel Lehtonen y poeta V.A Koskenniemi se pusieron de acuerdo en que los rebeldes rojos eran la peor parte de la sociedad finlandesa y les consideraban como una clase desordenada de obreros, que tenían Rusia como su ejemplo a seguir, y por eso resistían la independencia del país. Aún así, más tarde el escritor Lehtonen, en la serie de obras llamada Putkinotko, vío algo malo tanto en los rojos como en los blancos. Expresó su decepción universal con la gente finlandesa.

Uno de los primeros valientes que se pusieron en contra de los blancos; el senado finlandés y el gobierno del presidente, fue F.E Sillanpää con su novela titulada Hurskas Kurjuus que salió al público en el 1919. En la obra el autor mostraba claramente su comprensión y simpatía hacia los rojos por lo cual tuvo muy buena bienvenida entre los socialistas. Estos tomaron la obra por una descripción bien justa y verdadera sobre los suyos. Curiosamente la misma novela, por lo general,  fue aceptada también por los del bando vencedor, a pesar del hecho de que el escritor era del campo opuesto. Sin embargo, a los principios de los años 30, tras liberar a los prisioneros de guerra, los rojos destinaron sus críticas al autor que antes había sido la voz de su verdad.. Eso se debió a que el protagonista de la novela era un campesino vago y totalmente miserable, un personaje deprimente que daba muy mala imagen de la Finlandia roja, cosa que no se pudo consentir. La grandeza de la novela está en cómo se presenta la desigualdad en la sociedad finlandesa por aquel tiempo, y propone que precisamente esa fue la razón para la Guerra Civil.

Así a lo largo del tiempo, empezaron a cambiar las actitudes ante lo ocurrido, y nació una ola de simpatías hacia los valores de la izquierda. Se vío inevitable reconocer que el pueblo finlandés, tanto los blancos como los rojos, eran culpables de todo tipo de maldades y delitos contra la humanidad. Eino Leino, conocido por todos los finlandeses, por ejemplo, comenzó estimando el campo blanco, pero luego se quedó callado desequilibrado y confundido con sus sentimientos. Al final acabó exigiendo la liberación de los prisioneros rojos de guerra. Juhani Aho, también de los escritores finlandeses más conocidos, opinó que todos los finlandeses tenían un poco de blanco y un poco de rojo al mismo tiempo. Creyó reprochable el terror realizado por el bando blanco, y la manera de la que el bando rojo pretendió alcanzar sus objetivos.  Por lo que se puede intepretar de sus obras, siempre pareció neutral, pero nunca se supo la verdad porque Aho se murió poco después de la guerra.

La Guerra Civil Finlandesa a mí nunca me ha parecido que sea un tema actual y de mucho interés hoy en día, más bien es algo olvidado, a contrario de la situación en España. Fue hace ya casi cien años, y las dos guerras en las que Finlandia estuvo, primero entre 1939 y 1940, segundo entre 1941 y 1944, tienen mucho peso. Para los finlandeses estos son unos eventos históricos mucho más significativos.  En esas dos guerras el pueblo finlandés tenía un enemigo común, y para que el país permaneciera independiente todos tuvieron que juntar sus fuerzas.  A veces se escucha hablar de “el milagro de La Guerra del Invierno“ con que se refiere a la milagrosa resistencia ante el ataque de un país mucho más grande, que practicamente es considerada victoria. Ya se había destacado la importancia de que los dos campos finlandeses arreglasen las cosas entre sí y se pudiesen poner de acuerdo. El deseo de reconciliación no se hizo realidad antes de las guerras contra la Unión Soviética, que mayormente curaron las heridas del pasado.

Hay quien dice que Finlandia no volvió a unirse realmente antes de los años 60, cuando salió la segunda parte de la obra Täällä Pohjantähden alla, escrita por Väinö Linna. Por primera vez se ofreció un punto de vista objetivo de la sociedad finlandesa, que fue observada desde fuera, por un escritor que no había vivido la Guerra Civil, pero las dos guerras más recientes sí. Su interpretación de los problemas y las causas que llevaron a la guerra fue generalmente entendida y aceptada por todos. No asombra que Linna haya obtenido una popularidad casi incomparable.

Tal experiencia como una guerra que toca a cada uno de los paisanos, comprensiblemente ayuda a hacer las paces en cuanto a los problemas internos y la división de las personas en una sociedad. Esto es algo que no se ha vivido en España, que nunca han tenido que luchar realmente por su independencia. Es una posible explicación por qué La Guerra Civil no se ha podido superar sino que sigue tan viva allí. O quizás solo sea que aún les falta un väinö linna.

 

 

 

http://landoloma.com/article/suomen-sisllissota

http://www15.uta.fi/yky/arkisto/suomi80/taustav1.htm

http://www.dn.se/kultur-noje/det-nedtystade-klasskriget/

http://www.kansallisbiografia.fi/kb/artikkeli/701/

 

La memoria y la identidad en Los rojos de ultramar de J. Soler (2004)

La idea de escribir sobre la cadena generacional está inspirada en un término clave de nuestro cursillo, el de la memoria histórica. Es especialmente interesante cómo trata Jordi Soler en su obra Los rojos de Ultramar (2004) las cuestiones de generaciones y identidades distintas. Además, el autor ha profundizado los temas en varios artículos de periódicos, y a continuación haré referencia a uno de ellos también.

La identidad plural del narrador-protagonista se ve en oposición a la identidad de su abuelo, un exiliado que sigue con una identidad catalana. A la pregunta ¿Quién soy? pocas veces se puede construir una respuesta adecuada sin recorrer las historias de los antepasados. El exilio del abuelo Arcadi es un acontecimiento clave para la historia familial y para las historias personales de cada miembro de esa familia.

La cadena generacional es un fenómeno curioso por dos razones, al menos. La primera es que cada generación tiene una percepción propia que conlleva las condiciones históricas y sociales de la época en cuestión. La segunda razón es la interconexión de las memorias.

El abuelo Arcadi no tiene otra opción que huir de su país natal e instalarse en un lugar ajeno, y todo eso considera una solución provisional. Está acogido en México como El catalán. Pero opuestamente a lo que piensa, en los ojos de catalanes de Cataluña ya no es Un catalán sino Un catalán exiliado a México, y el cambio está reflejado en su habla y en sus percepciones. La memoria de él de cómo es Cataluña y la identidad que ha construído para sí mismo quedan sin base en la realidad a medida que transcurre el tiempo. En una entrevista publicada en el País (10/6/2005) afirma Soler:

“Sus hijos y nietos eran mexicanos; no reconoció la ciudad, ni siquiera el edificio en que había vivido; hablaba un catalán de ultramar, mezclado con castellano y con lenguas indígenas, que no entendían en Barcelona, y, además, había un abismo entre los Soler de México y los de aquí.”

El nieto no tiene memoria propia de cómo es Cataluña o de cómo es ser catalán allí. Efectivamente, la realidad del nieto es la realidad mexicana. Su patrimonio contiene elementos transmitidos de segunda mano por la familia. Sin embargo, no tiene memoria de estos sin el rol intermedio de los antepasados. La supervivencia y la vitalidad de la cultura humana están condicionadas por la transmisión de generación a generación. Obviamente, el proceso da ocasión a modificaciones y reinterpretaciones.

En el artículo citado arriba Soler menciona que “(…) [el poeta Eduardo Vásquez] me contó que a su tío le faltaba un brazo, como a mi abuelo. Llegamos a la conclusión de que los nietos de la guerra también somos mutilados. Es como una metáfora: esa mano que les faltaba era la España que nos faltaba a nosotros.”

La cita hace recordar que los nietos de ultramar no sólo tienen que recorrer el espacio temporal sino también el material y cultural. Parece válido plantear las preguntas: ¿Cómo es la España a que alude Soler? ¿Qué tiene en común con la España del abuelo y qué es construcción propia del nieto? Para empezar a caracterizar un país es fructuoso recordar que es múltiple, ante todo. Dentro de uno conviven varias épocas y (sub)culturas, muchas de ellas manifiestas en el entorno físico, como en la arquitectura.

Soler afirma en el País: “A medida que se hacía mayor se fue volviendo más de derechas, católico, como un santón en la selva. Yo me sentía orgulloso de ser hijo y nieto de rojos y me desconcertaba, teníamos broncas continuas. Quizá debería haber muerto en el frente… Luego comprendí que bastante había hecho sobreviviendo.”

Las dos últimas frases de la cita son significativas pensando en los temas de la identidad y de la memoria. Sin la existencia de la memoria del abuelo, ¿cómo sería la identidad y la memoria de la posteridad? Con sus palabras y con su obra Soler expresa gratitud a su abuelo de haber transmitido sus experiencias. Curiosamente, en la cita queda claro que ni siquiera la identidad de rojo tiene permanencia para el abuelo. Ello es muestra de la naturaleza inconstante de la identidad.

Fuentes:

Soler, J.: Los rojos de ultramar. Alfaguara, 2004.

Mora, R.: “Los nietos de la guerra también somos mutilados”. El País, 10/6/2005.

http://elpais.com/diario/2005/06/10/cultura/1118354406_850215.html [consultado 19/12/2016]

Los desmemoriados ya son menos

No hace mucho leí un artículo de prensa muy interesante, trataba sobre la memoria y cómo el hombre en su afán de guardar toda la información, su cerebro le falla. Cualquiera de nosotros nos agrada la idea de pensar que recordamos todo, pero lamentablemente esto no es cierto al cien por cien. El cerebro, ese órgano tan misterioso para los científicos aun en el siglo XXI, nos confunde. Según ese estudio, el cerebro no guarda toda la información sino tan solo “pedacitos”, y luego cuando tiene que recordar toda la historia esos huecos que quedan los “rellena” con información que bien puede ser ficticia o real, es decir, imaginemos la situación siguiente: el propietario de ese cerebro juguetón, quiere recordar qué hizo en un viaje a Estocolmo, en unas fechas concretas, pues la respuesta de su cerebro sería la siguiente: “estuviste en Estocolmo entre el 25 y el 30 de junio y a la respuesta de qué es lo que hiciste, como esos recuerdos no los tengo muy claros me los voy a inventar, y voy a hacerte creer que fueron verdad, porque yo tengo ese poder, ¿cómo no me vas a creer?”. A los españoles les ha sucedido algo similar con uno de los episodios más duros de su historia, están desmemoriados, no se acuerdan o no saben qué es lo que realmente sucedió entre los años 1936 y 1975 (Faber, 2010), por eso los historiadores y ahora también los novelistas intentan “rellenar” esos huecos que tan vacíos quedaron.  Volviendo al símil del comienzo del artículo, ¿cómo se completan en la actualidad esos vanos? La nueva novela sobre la Guerra Civil, que es el hecho que trato en este comentario, es un nuevo género que tiene distintos enfoques y, todos ellos los hemos visto en las novelas que hemos ido leyendo a lo largo de este curso. El modo vivencial, es quizás el que llega a más lectores, ya que el autor hace partícipes a los lectores de la trama de su novela. Ejemplos de este tipo de novela, Luna de Lobos, en la que nos adentramos en la vida de los del monte, vivimos con ellos sus temores, sus esperanzas, nos sentimos parte de ellos, parte de su grupo. Otro ejemplo que también ha pasado por nuestras manos es La voz dormida, en esta historia, profundizamos en el tema de la mujer republicana, cómo sobreviven en el país de la posguerra. También somos cómplices de ellas, de sus intentos de fuga, de las vidas de sus seres queridos, en verdad somos una sufridora más que está junto a ellas. Ambas novelas consiguen transportarnos a ese período de manera que casi lo estemos viviendo nosotros mismos. Se podría decir que este tipo de novelas son las que la mayoría de lectores lee con avidez, porque se encuentra embebido en la trama. Con el modo reconstructivo, el autor de la novela, que no el narrador, pone a prueba al lector, ya no quiere lectores tan pasivos, quiere que pongan en duda si lo que realmente escribe es facto o ficción, o quizás ambas cosas. Ejemplos de este modo los encontramos en Soldados de Salamina, donde el autor ayudado de un narrador-protagonista que busca su identidad con ciertos toques de novela policíaca, debe desenmascarar un hecho que no sabe si es cierto o no. El otro ejemplo que leímos fue Los rojos de ultramar, el protagonista quiere entender qué es lo que le pasó a su abuelo y mientras va investigando su pasado descubre un acontecimiento, que también en este caso, no se sabe si verídico o no. El lector debe prestar más atención con estas obras, puesto que el autor juega con la línea temporal y con las distintas voces. Por último, está el modo contestatario. Las novelas que usan este modo son las que intentan debatir y hacer cuestionar al lector qué es lo que se ha contado del pasado y de qué manera, es decir el cómo. Estas lecturas requieren una mente abierta por parte del lector, ya que son relatos experimentales, no son fáciles de leer, y menos si se realiza una lectura somera, muy superficial. El lector debe poner todos los sentidos mientras lee, ya que se le preguntan muchas cosas. No pretenden dar a conocer un pasado que ya se supone se conoce, sino más bien la manera y los problemas que esto conlleva. La obra que leímos que se enmarca perfectamente en este caso es El vano ayer, donde es más difícil afiliarse a un protagonista o a otro. No interesa lo que les sucedió a los protagonistas, lo realmente interesante es cómo se relató, y con ello hacernos más críticos en materia de novelas a leer, entre otras cosas.

Un último apunte a este comentario, ¿acaso nos podría pasar lo mismo que en la novela 1984? ¿Serán capaces de borrar lo que sucedió e inventarse una nueva historia en la que creer? Yo creo que no, sabemos ahora más y queremos saber más. Pero cuidado con lo que leemos, no vaya a ser que nuestro cerebro guarde esa información como memoria fiable y no sea el caso.

Bibliografía:

  • Faber Sebastiaan, 2010, LA LITERATURA COMO ACTO AFILIATIVO:LA NUEVA NOVELA DE LA GUERRA CIVIL (2000-2007)
  • Apuntes del curso

Algunas parodias y pastiches en El vano ayer

En este trabajo quiero comentar algunos fragmentos de El vano ayer de Isaac Rosa, que me llamaron la atención al leer la novela. A pesar de que hay muchas parodias y pastiches en el relato, que Rosa utiliza para cuestionar diferentes personajes de la época franquista, son tres las que me gustaría destacar: 1) El capítulo sobre el chivato o delator; 2) el pastiche de las novelas de quiosco; y 3) la parodia del Cantar de Mio Cid.

            En el capítulo sobre el chivato (pp. 74 – 80), Rosa describe magistralmente el personaje del delator en la época franquista. A través de la enumeración de sinónimos (que muestran la riqueza léxica del español), y de la definición enciclopédica de “rata”, logra parodiar el personaje del delator, de manera que lo cuestiona irónicamente: “[…] dónde está el monumento al chivato, cuándo un día nacional del chivato, el reconocimiento que merece por su contribución a la cohesión social.” (p. 74). El personaje del chivato español (delator hispanolius), que tuvo su mayor auge durante “el periodo geológico conocido como «franquismo»” (p. 78), produciéndose una verdadera epidemia de este personaje, y que proliferó en todos los ámbitos de la sociedad española. El autor formula unas preguntas respecto a este personaje con la intención de que el lector reflexione sobre ellas: ¿qué fue de él?, ¿cómo se reintegró en la vida democrática? ¿qué pasó con su hábito de soplón? Seguramente que fue un personaje primordial en el periodo franquista y sin él, la Dictadura no hubiese podido ejercer el mismo control sobre la población, pero ¿y después de ese período?… Algo sobre lo que pensar.

            Antes de hablar sobre las novelas de quiosco, creo necesario explicar la diferencia entre parodia y pastiche, para ello basta con conocer su definición:

            Parodia: Se trata de una imitación burlesca que caricaturiza a una persona, una obra de arte o una cierta temática.[1]

            Pastiche: El término se emplea para nombrar a la obra que se crea a partir de la combinación de componentes presentes en trabajos de otras personas. De este modo, el pastiche se presenta como si fuese una obra nueva y original, aunque se trata de una recopilación de elementos ya conocidos.  El autor de un pastiche, de todos modos, puede reconocer su creación como una imitación del estilo de otros autores. Al imitar algo ya hecho por otros artistas, puede existir una intención de realizar un homenaje, aunque en ocasiones el pastiche también supone una parodia.[2]

                En el proceso de cuestionamiento de los diferentes personajes de la época franquista, encontramos en la novela aquellos personajes que medraron a la sombra del régimen, que de la nada llegaron a amasar grandes fortunas. Nos pone como ejemplo el de Carlo de Lope, dueño de Carpe Editorial, e impulsor de las novelas de quiosco a mediados de los años cuarenta. Las novelas de quiosco surgieron con el propósito de crear un medio de evasión para el público: “[…] si usted quiere escribir literatura, se ha confundido de sitio. […] Lo que yo espero de usted es lo que el público demanda: aventuras, sólo eso, pura evasión.” (p. 204) Las características comunes de estas novelas eran: aventuras, detectives, tiros, mujeres malas, ambientaciones tropicales, playas, asesinos orientales…

            En las páginas 209 y 210 del libro encontramos el pastiche de una novela de quiosco que tiene como protagonista al personaje ficticio de Julio Denis, Guillermo Birón. De hecho, este capítulo junto con los dos siguientes, en los que se narra la supuesta biografía de Julio Denis (211 – 220) y el incidente de su borrachera y aventura en el burdel (221 – 241), sirven como forma de evasión al lector, le dan un respiro de la lectura de todas las calamidades y crueldades vividas por los personajes principales del relato. De esta manera podemos comprobar como la literatura puede ser un medio de evasión muy eficaz.

            El último fragmento a comentar es la parodia del Cantar de Mio Cid (251 – 264). Es una crónica histórica dividida en 10 capítulos a modo de cantar de gesta, en la que se relata, de manera irónica, la actuación de Franco desde el levantamiento militar en el 1936 hasta su muerte en el 1975. En esta parodia, Franco es un “héroe” épico, al igual que el Cid Campeador en su momento, que lucha en contra de los rojos (equivalente a los moros en el poema original), por la defensa de la fe católica y la redención final de la nación. Franco pretendía levantarse como héroe nacional y ser equiparable a los de la antigüedad.

            Rosa demuestra con esta parodia no solo su gran conocimiento de la tradición literaria española, ya que imita varios estilos y autores medievales, sino un gran ingenio para lograr una imitación irónica en la que, precisamente, sobresalen las diferencias entre esos héroes medievales y el supuesto heroísmo del Caudillo. La exaltación de la figura del dictador como un héroe medieval o su lucha por la fe, como en la época de las Cruzadas, quedan en ridículo en esta parodia tan bien lograda.

“¡Dios, qué buen vassallo,  si oviesse buen señor!” (Cantar de Mio Cid, verso 20)

“¡Dios, que buen señor,  si oviesse buen vassalo!” (Rosa, p. 252)

            Como conclusión, me gustaría comentar que me ha gustado mucho la manera en que Isaac Rosa trata el tema de la postguerra española en esta novela; y particularmente el hecho de que anima al lector a asumir una actitud crítica ante cualquier obra literaria y a ser consciente del efecto que el autor puede tener sobre el lector. En definitiva, una novela muy recomendable.

[1] http://definicion.de/parodia/

[2] http://definicion.de/pastiche/

 

Powerpoint de clase (Conclusiones)

Tenéis acceso al powerpoint de la clase de hoy aquí.

Os dejo también un artículo que os puede dar ideas para el último trabajo:

Sebastiaan Faber (2011): “La literatura como acto afiliativo: La nueva novela de la Guerra Civil (2000-2007)“, en P. Alvarez-Blanco & T. Dorca (eds.), Contornos de la narrativa española actual (2000–2010),  Madrid/Frankfurt, Iberoamericana/Vervuert, pp. 101–110.

The Ghosts Spain Tries to Ignore

“In Spain,” wrote the poet Federico García Lorca, “the dead are more alive than the dead of any other country in the world.” García Lorca was writing in 1933; only three years later, he was assassinated by a militia supporting Gen. Francisco Franco’s fascist uprising, only a month into the Spanish Civil War.

Despite extensive detective work, excavations and even recent DNA tests of his relatives, García Lorca’s remains have never been found, and he has never been given a proper burial. In this at least, he is not alone. It is thought that at least 114,000 victims of fascist death squads remain missing or unidentified from the period of the civil war and the dictatorship that followed Franco’s victory in 1939. Most were political prisoners who supported the left-wing Popular Front government, executed under cover of darkness, then bundled into unmarked mass graves.

In recent years, the clamor to acknowledge and commemorate Spain’s many ghosts has grown louder. Last month, 50 bodies were excavated in the small town of Porreres on the Balearic island of Majorca, off the Spanish mainland — a full 80 years after their deaths. Most showed signs of having been shot in the head at close range. According to local historians, they were lined up alongside the wall of the town church before being executed. The passage of time, and the lack of records about the executions, makes both finding and identifying victims fiendishly difficult, although DNA testing will help in some cases. It is thought there are 47 such mass graves on Majorca alone.

The excavation followed campaigning by a relatives’ group, the Memory Association of Majorca, and the passing of a law by the Balearic Islands’ regional parliament in May, which also funded the digging. Civil society, in particular, has taken up the cause, thanks to an absence of government support. Last month, Amnesty International started a campaign, Justice for Christmas, calling for the government to investigate mass graves.

Bones exhumed last month from a mass grave in Porreres, Spain, of people executed during the Spanish Civil War. Credit Jaime Reina/Agence France-Presse — Getty Images

The citizen-driven historical memory movement came into being at the turn of the millennium, and as public pressure grew, the Spanish government under the center-left prime minister at the time, José Luis Rodríguez Zapatero, passed a “law of historical memory” in 2007, lending government support and funding to excavation, commemoration and reburial. Many on the right accused Mr. Zapatero of politicizing tragedy and reopening old wounds, while historical memory campaigners felt the legislation had been watered down.

When the right-wing People’s Party won the election in 2011, the new prime minister, Mariano Rajoy, promptly defunded the project and closed the Office of Victims of the Civil War and the Dictatorship. The Spanish people, Mr. Rajoy had said in 2008, would have to “look to the future, and generate neither tension nor division.”

It may sound like a noble sentiment in isolation, but it is disingenuous. Spain is no more able to escape its past than any other country, and historical memory is not just an interest of Spain’s defeated left. Under Franco’s dictatorship, the winners in the civil war not only spent 36 years writing the history of their victory, teaching it in schools and enshrining it in popular culture, but also left exactly the kind of solemn monuments to their dead that have been denied to the missing 114,000. The most profound and awe-inspiring example of these is Franco’s final resting place, the Valley of the Fallen. It is a basilica topped by the largest memorial cross in the world, at nearly 500 feet high — and is the site of annual commemorations by the far right, dressed in fascist uniforms, on the anniversary of Franco’s death.

As a new generation of fascists gains influence with governments from the United States to Hungary, it may be the source of some surprise that Spain has no equivalent to Greece’s Golden Dawn or France’s National Front, especially given the desperate and long-lasting effects of the economic crisis in Spain. In part the absence of a major contemporary Spanish far-right party is a legacy of the civil war and dictatorship, and the mass killings that ensued, which loom over the country to this day. In part — and this is the other reason Mr. Rajoy would prefer to look to the future — it is because the governing Popular Party absorbed much of the Francoist political machinery. The party’s founder, Manuel Fraga, had been a government minister under Franco.

The fault lines over the mass graves run deep in Spanish politics and society. During the transition after Franco’s death in 1975, as Spain edged toward the re-establishment of democracy, the spirit of the age was enshrined in the political parties’ self-explanatory Pact of Forgetting. There was no reckoning, no equivalent of de-Nazification of the civil service, judiciary or security forces. To cement the spirit of top-down amnesia, a 1977 amnesty law prevents any legal proceedings into crimes committed during the civil war and the dictatorship; Spain would not enter into anything resembling a “truth and justice” commission.

This institutional blockade has not gone unnoticed outside Spain. In 2013, the United Nations Committee on Enforced Disappearances censured Mr. Rajoy’s government and the Spanish judiciary, and demanded Spain overturn the amnesty law and stop obstructing investigations into the hundreds of thousands of missing victims. Ana Menéndez Pérez, Spain’s permanent representative to the United Nations, rejected the suggestion that the Spanish judiciary was not independent and impartial. (That would have been news to Spain’s famous campaigning judge, Baltasar Garzón, whose attempts to bring Francoist crimes to trial in 2008 were followed by his being put on trial himself only a few years later.) Ms. Menéndez Pérez also accused the committee of “excessive focus on the past.”

In doing so, Ms. Menéndez Pérez accused not just the United Nations committee, but great segments of Spanish civil society, and the descendants of hundreds of thousands of murdered Spaniards still searching for justice. Some local administrations have begun taking action in contravention of the government in Madrid (highlighting another Spanish tradition: the great tension between the capital and the regions). Following the Balearic Islands’ example, the Valencian regional government is now preparing the way to pass its own historical memory law and apportion funds for excavations.

In April, Mr. Rajoy angered historical memory groups when he said on the popular TV program “Salvados” that he didn’t think there was anything his government could do to help. Soon he may not have much choice. He returned as prime minister in October, but with a slender minority government. The major center-left opposition parties in the Spanish Parliament, the Socialist Party and the new left-wing party Podemos, are planning to force the government to restore funding to the historical memory project nationwide in 2017.

The dirt has been smoothed over in Majorca, but forgetting may not be possible for much longer.

El PSOE pide que se inicien procesos judiciales de bebés robados en Málaga

Los socialistas proponen como modelo el seguido por Argentina a mediados de los años 80

La Opinión de Málaga – europa press 11.12.2016 | 19:23

La concejala socialista en el Ayuntamiento de Málaga Estefanía Martín Palop, ha anunciado este domingo que el PSOE pedirá que la ciudad de Málaga inste al Gobierno a que colabore “en la búsqueda de la verdad”, e inicie los procedimientos judiciales en el caso de los bebés robados en la capital, “una trama de sustracción de bebés y adopciones ilegales que se produjo desde los años 40 a los 90 del siglo pasado”, ha explicado.

“Existe la necesidad de poner sobre la mesa que restituyan el daño realizado a muchas familias víctimas de estas desapariciones forzosas, que deben ser amparadas por el Estado de Derecho”, ha apuntado, insistiendo que “esta lucha debe tener un espacio real y físico en la capital, que permita poder trabajar y avanzar de forma coordinada con estos colectivos de víctimas”, mencionando a la Asociación por la Lucha de Madres de Bebés Robados de Andalucía (Alumbra).

Según ha subrayado Martín Palop, la desaparición de recién nacidos en España entre 1940 a 1990 “sobrepasa la mera dimensión dramática para convertirse en un problema creciente”. Por ello, ha afirmado que el PSOE propondrá alcanzar un acuerdo en el Pleno municipal para instar al Gobierno central y a la Fiscalía General del Estado a que emprendan “las medidas necesarias para impulsar la verdad sobre estos casos”.

Para ello, los socialistas proponen como modelo el seguido por Argentina a mediados de los años 80, con la creación de una Comisión Nacional Española por el Derecho a la Identidad, (Conedi) que, de modo similar a la Conadi argentina, se ocupe de investigar las desapariciones infantiles en todo el territorio nacional con la participación de las asociaciones y colectivos afectados.

Además, el PSOE pedirá al Gobierno de España que impulse la creación de una Base Nacional de Datos Genéticos, de titularidad y carácter público, relativa a los crímenes cometidos contra las víctimas de bebés robados, donde prime el interés público y que se repitan las pruebas no válidas de ADN realizadas hasta el momento con ocasión de su puesta en marcha.

“Queremos que se constituya una unidad policial de búsqueda de bebes robados, como igualmente se hizo en la experiencia Argentina desde los años 80”, ha agregado la concejala.

En el ámbito local, Martín Palop ha defendido que el 30 de agosto sea declarado en Málaga capital como “Día en memoria de los bebés robados y de sus familias”, en concordancia con el Día Internacional en Memoria de las Víctimas de Desaparición Forzada.

“Es hora ya de que se reconozca en Málaga que tan víctimas son los propios menores sometidos a desaparición forzada y posterior compraventa o entrega, como sus madres, padres, y hermanos u otros allegados cercanos”, ha reivindicado.

Por su parte, la presidenta de Alumbra, María Bueno, ha reiterado su petición de ayuda “a partidos políticos, instituciones, a la justicia y a la sociedad en general en esta causa”.

En un escrito remitido al PSOE, Bueno ha expuesto que “el trabajo de buscar a nuestros niños va a consumir gran parte de nuestras vidas, y la única forma de hacerles realmente conscientes de nuestra lucha es pelear aún y a sabiendas de que dependemos de todos ustedes”. “Queremos a nuestros niños, vivos o muertos, pero con nosotros”, ha concluido.