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Trabajos escritos de los participantes del curso.

EL MAÑANA EFÍMERO DEL VANO AYER

Ha extracto Isaac Rosa el título de su novela del poema El mañana efímero de Antonio Machado (1875-1939), uno de los poetas de la Generación 98.

En su poema Machado describe la España de su época como un país retrasado. Es “devote de Frascuelo y de María”, osea un teatro guiñol entre sus dos pasiones: la tradición y la religión. La primera, la tradición está simbolizada por la imagen del torero Salvador Sánchez Povedo, conocido como Frascuelo. La segunda, la religión, está simboliza por María la Virgen. Lo que estas dos pasiones tienen en común es la falta de reflexión que imponen; la falta de alternativas. Están dictadas de antemano y no dejan lugar al cuestionamiento. Dice Machado que el futuro efímero es la consecuencia de este tipo de pasado en que no se cuestionan las alternativas. Más fuerte aún: es “esa España inferior que ora y embiste, cuando se digna usar la cabeza”. Así mejor vale callarse.

El título del poema, El mañana efímero, refiere al futuro desde el punto de vista del autor. Machado ve el futuro próximo como un vacío lleno de idiotas sin juicio ni moral y que a la manera de títeres siguen modelos impuestos desde fuera (“un sayón con hechuras de bolero, a la moda de Francia realista un poco al uso de París pagano y al estilo de España especialista en el vicio al alcance de la mano.”) Él ve el futuro ”vacío” pero ”por ventura pasajero”. Con otras palabras ese futuro próximo desesperanzado tiene algo que despierta las esperanzas: que si es vacío al menos no tardará en convertirse en algo otro. Habla Machado entonces de otro tipo de futuro, será un futuro más lejano (dice que ”aún tendrá luengo parto de varones amantes de sagradas tradiciones”). En este futuro lejano la ”España implacable y redentora” tendrá su venganza. Vendrá otro tipo de juventud, los trabajadores, con sus cinceles y mazas para forzar una nueva España.

Hay dos símbolos en el poema que parecen bien representar el pasado y el futuro: Mármol significa desde un lado ’petrificado’, desde otro lado ’algo que tiene cualidad de la belleza /apariencia’. Hay que comparar el mármol con otra imagen de mineral que conlleva el poema: la del granito. Ese último es una composición durísima y eterna y que forma la parte más durable de nuestras bases. En comparación con el mármol el granito tiene la cualidad de dureza. En el poema de Machado el granito significa ’lo durable’ o aún ‘la verdad’. El mármol es el mineral de principios del poema, el mineral del pasado. El granito de su parte aparece en el momento en que empieza cambiarse el ambiente y representa el futuro. Habla el autor de la “tarde pragmática y dulzona”. Empieza hacerse sentir la esperanza.

El vano ayer como título de la novela de su parte refiere a la época franquista que representa la vuelta a las raices del país: la unión entre la tradición y la religión. Rosa expone a nuestros ojos una imagen de su país retrasado. La España franquista de Rosa es la de Machado: no se puede utilizar el cerebro, no hay que cuestionarse. La diferencia entre Rosa y Machado se halla en el momento histórico en que escriben. Lo que para Machado fue el mañana efímero para Rosa es del vano ayer. Demuestra ese último concretamente lo difícil que resulta dejar atrás el vano ayer y el mañana efímero y orientarse hacia la nueva España. El primero muerto durante los primeros años del franquismo, el segundo nacido durante los últimos – casimente como un juego de espejos con sus puntos de vista. Al fin, el mañana efímero en El vano ayer representa la época después del franquismo y quizás estamos ahora viviendo el momento que Antonio Machado habría descrito como “España de la rabia y de la idea”.

Heidi

Una reflexión sobre La Guerra Civil Finlandesa y la literatura

La Guerra Civil Finlandesa que tuvo lugar en los principios del año 1918, poco después de la independización, tan solo duró unos cuantos meses, y no ha llamado tanta atención en la escala europea. Es cuestionable la posibilidad de comparar conflictos internos en diferentes países, como La Guerra Civil Finlandesa con La Española, porque cada una de estas confrontaciones militares surgen en circumstancias particulares. Algo común de estas cosas es que la polémica sobre el pasado vive, entre otras cosas, a través de literatura. Como visto, La Guerra Civil sigue bien presente en las novelas españolas contemporáneas, en Finlandia quizás ya no tanto, pero durante las siguientes décadas después de que la guerra llegara a su fin, fue una de las fuentes de inspiración más importantes para muchos escritores finlandeses, y una gran parte de las obras más conocidas y valoradas en la historia de la literatura finlandesa tratan, entre otros temas, esa gran división del pueblo finlandés. Como este trabajo era de tema libre, pensé memorizar un poco de unos autores y sus obras principales acerca de La Guerra Civil Finlandesa, que siguen siendo, que yo sepa, parte de la lectura obligatoria en las escuelas finlandesas.

Acabada la Guerra, se publicó un montón de literatura, ante todo, poesía, que apoyaba y admiraba a los blancos, y se les trataba de héroes de la Finlandia recién independizada. Los rojos, en su vez, fueron presentados como una raza inferior de seres humanos que debería extinguirse. Este tipo de opiniones estuvieron bien vistas y expresadas por tales autores como Ilmari Kianto y Eino Leino, para mencionar algunos. También Joel Lehtonen y poeta V.A Koskenniemi se pusieron de acuerdo en que los rebeldes rojos eran la peor parte de la sociedad finlandesa y les consideraban como una clase desordenada de obreros, que tenían Rusia como su ejemplo a seguir, y por eso resistían la independencia del país. Aún así, más tarde el escritor Lehtonen, en la serie de obras llamada Putkinotko, vío algo malo tanto en los rojos como en los blancos. Expresó su decepción universal con la gente finlandesa.

Uno de los primeros valientes que se pusieron en contra de los blancos; el senado finlandés y el gobierno del presidente, fue F.E Sillanpää con su novela titulada Hurskas Kurjuus que salió al público en el 1919. En la obra el autor mostraba claramente su comprensión y simpatía hacia los rojos por lo cual tuvo muy buena bienvenida entre los socialistas. Estos tomaron la obra por una descripción bien justa y verdadera sobre los suyos. Curiosamente la misma novela, por lo general,  fue aceptada también por los del bando vencedor, a pesar del hecho de que el escritor era del campo opuesto. Sin embargo, a los principios de los años 30, tras liberar a los prisioneros de guerra, los rojos destinaron sus críticas al autor que antes había sido la voz de su verdad.. Eso se debió a que el protagonista de la novela era un campesino vago y totalmente miserable, un personaje deprimente que daba muy mala imagen de la Finlandia roja, cosa que no se pudo consentir. La grandeza de la novela está en cómo se presenta la desigualdad en la sociedad finlandesa por aquel tiempo, y propone que precisamente esa fue la razón para la Guerra Civil.

Así a lo largo del tiempo, empezaron a cambiar las actitudes ante lo ocurrido, y nació una ola de simpatías hacia los valores de la izquierda. Se vío inevitable reconocer que el pueblo finlandés, tanto los blancos como los rojos, eran culpables de todo tipo de maldades y delitos contra la humanidad. Eino Leino, conocido por todos los finlandeses, por ejemplo, comenzó estimando el campo blanco, pero luego se quedó callado desequilibrado y confundido con sus sentimientos. Al final acabó exigiendo la liberación de los prisioneros rojos de guerra. Juhani Aho, también de los escritores finlandeses más conocidos, opinó que todos los finlandeses tenían un poco de blanco y un poco de rojo al mismo tiempo. Creyó reprochable el terror realizado por el bando blanco, y la manera de la que el bando rojo pretendió alcanzar sus objetivos.  Por lo que se puede intepretar de sus obras, siempre pareció neutral, pero nunca se supo la verdad porque Aho se murió poco después de la guerra.

La Guerra Civil Finlandesa a mí nunca me ha parecido que sea un tema actual y de mucho interés hoy en día, más bien es algo olvidado, a contrario de la situación en España. Fue hace ya casi cien años, y las dos guerras en las que Finlandia estuvo, primero entre 1939 y 1940, segundo entre 1941 y 1944, tienen mucho peso. Para los finlandeses estos son unos eventos históricos mucho más significativos.  En esas dos guerras el pueblo finlandés tenía un enemigo común, y para que el país permaneciera independiente todos tuvieron que juntar sus fuerzas.  A veces se escucha hablar de “el milagro de La Guerra del Invierno“ con que se refiere a la milagrosa resistencia ante el ataque de un país mucho más grande, que practicamente es considerada victoria. Ya se había destacado la importancia de que los dos campos finlandeses arreglasen las cosas entre sí y se pudiesen poner de acuerdo. El deseo de reconciliación no se hizo realidad antes de las guerras contra la Unión Soviética, que mayormente curaron las heridas del pasado.

Hay quien dice que Finlandia no volvió a unirse realmente antes de los años 60, cuando salió la segunda parte de la obra Täällä Pohjantähden alla, escrita por Väinö Linna. Por primera vez se ofreció un punto de vista objetivo de la sociedad finlandesa, que fue observada desde fuera, por un escritor que no había vivido la Guerra Civil, pero las dos guerras más recientes sí. Su interpretación de los problemas y las causas que llevaron a la guerra fue generalmente entendida y aceptada por todos. No asombra que Linna haya obtenido una popularidad casi incomparable.

Tal experiencia como una guerra que toca a cada uno de los paisanos, comprensiblemente ayuda a hacer las paces en cuanto a los problemas internos y la división de las personas en una sociedad. Esto es algo que no se ha vivido en España, que nunca han tenido que luchar realmente por su independencia. Es una posible explicación por qué La Guerra Civil no se ha podido superar sino que sigue tan viva allí. O quizás solo sea que aún les falta un väinö linna.

 

 

 

http://landoloma.com/article/suomen-sisllissota

http://www15.uta.fi/yky/arkisto/suomi80/taustav1.htm

http://www.dn.se/kultur-noje/det-nedtystade-klasskriget/

http://www.kansallisbiografia.fi/kb/artikkeli/701/

 

La memoria y la identidad en Los rojos de ultramar de J. Soler (2004)

La idea de escribir sobre la cadena generacional está inspirada en un término clave de nuestro cursillo, el de la memoria histórica. Es especialmente interesante cómo trata Jordi Soler en su obra Los rojos de Ultramar (2004) las cuestiones de generaciones y identidades distintas. Además, el autor ha profundizado los temas en varios artículos de periódicos, y a continuación haré referencia a uno de ellos también.

La identidad plural del narrador-protagonista se ve en oposición a la identidad de su abuelo, un exiliado que sigue con una identidad catalana. A la pregunta ¿Quién soy? pocas veces se puede construir una respuesta adecuada sin recorrer las historias de los antepasados. El exilio del abuelo Arcadi es un acontecimiento clave para la historia familial y para las historias personales de cada miembro de esa familia.

La cadena generacional es un fenómeno curioso por dos razones, al menos. La primera es que cada generación tiene una percepción propia que conlleva las condiciones históricas y sociales de la época en cuestión. La segunda razón es la interconexión de las memorias.

El abuelo Arcadi no tiene otra opción que huir de su país natal e instalarse en un lugar ajeno, y todo eso considera una solución provisional. Está acogido en México como El catalán. Pero opuestamente a lo que piensa, en los ojos de catalanes de Cataluña ya no es Un catalán sino Un catalán exiliado a México, y el cambio está reflejado en su habla y en sus percepciones. La memoria de él de cómo es Cataluña y la identidad que ha construído para sí mismo quedan sin base en la realidad a medida que transcurre el tiempo. En una entrevista publicada en el País (10/6/2005) afirma Soler:

“Sus hijos y nietos eran mexicanos; no reconoció la ciudad, ni siquiera el edificio en que había vivido; hablaba un catalán de ultramar, mezclado con castellano y con lenguas indígenas, que no entendían en Barcelona, y, además, había un abismo entre los Soler de México y los de aquí.”

El nieto no tiene memoria propia de cómo es Cataluña o de cómo es ser catalán allí. Efectivamente, la realidad del nieto es la realidad mexicana. Su patrimonio contiene elementos transmitidos de segunda mano por la familia. Sin embargo, no tiene memoria de estos sin el rol intermedio de los antepasados. La supervivencia y la vitalidad de la cultura humana están condicionadas por la transmisión de generación a generación. Obviamente, el proceso da ocasión a modificaciones y reinterpretaciones.

En el artículo citado arriba Soler menciona que “(…) [el poeta Eduardo Vásquez] me contó que a su tío le faltaba un brazo, como a mi abuelo. Llegamos a la conclusión de que los nietos de la guerra también somos mutilados. Es como una metáfora: esa mano que les faltaba era la España que nos faltaba a nosotros.”

La cita hace recordar que los nietos de ultramar no sólo tienen que recorrer el espacio temporal sino también el material y cultural. Parece válido plantear las preguntas: ¿Cómo es la España a que alude Soler? ¿Qué tiene en común con la España del abuelo y qué es construcción propia del nieto? Para empezar a caracterizar un país es fructuoso recordar que es múltiple, ante todo. Dentro de uno conviven varias épocas y (sub)culturas, muchas de ellas manifiestas en el entorno físico, como en la arquitectura.

Soler afirma en el País: “A medida que se hacía mayor se fue volviendo más de derechas, católico, como un santón en la selva. Yo me sentía orgulloso de ser hijo y nieto de rojos y me desconcertaba, teníamos broncas continuas. Quizá debería haber muerto en el frente… Luego comprendí que bastante había hecho sobreviviendo.”

Las dos últimas frases de la cita son significativas pensando en los temas de la identidad y de la memoria. Sin la existencia de la memoria del abuelo, ¿cómo sería la identidad y la memoria de la posteridad? Con sus palabras y con su obra Soler expresa gratitud a su abuelo de haber transmitido sus experiencias. Curiosamente, en la cita queda claro que ni siquiera la identidad de rojo tiene permanencia para el abuelo. Ello es muestra de la naturaleza inconstante de la identidad.

Fuentes:

Soler, J.: Los rojos de ultramar. Alfaguara, 2004.

Mora, R.: “Los nietos de la guerra también somos mutilados”. El País, 10/6/2005.

http://elpais.com/diario/2005/06/10/cultura/1118354406_850215.html [consultado 19/12/2016]

Los desmemoriados ya son menos

No hace mucho leí un artículo de prensa muy interesante, trataba sobre la memoria y cómo el hombre en su afán de guardar toda la información, su cerebro le falla. Cualquiera de nosotros nos agrada la idea de pensar que recordamos todo, pero lamentablemente esto no es cierto al cien por cien. El cerebro, ese órgano tan misterioso para los científicos aun en el siglo XXI, nos confunde. Según ese estudio, el cerebro no guarda toda la información sino tan solo “pedacitos”, y luego cuando tiene que recordar toda la historia esos huecos que quedan los “rellena” con información que bien puede ser ficticia o real, es decir, imaginemos la situación siguiente: el propietario de ese cerebro juguetón, quiere recordar qué hizo en un viaje a Estocolmo, en unas fechas concretas, pues la respuesta de su cerebro sería la siguiente: “estuviste en Estocolmo entre el 25 y el 30 de junio y a la respuesta de qué es lo que hiciste, como esos recuerdos no los tengo muy claros me los voy a inventar, y voy a hacerte creer que fueron verdad, porque yo tengo ese poder, ¿cómo no me vas a creer?”. A los españoles les ha sucedido algo similar con uno de los episodios más duros de su historia, están desmemoriados, no se acuerdan o no saben qué es lo que realmente sucedió entre los años 1936 y 1975 (Faber, 2010), por eso los historiadores y ahora también los novelistas intentan “rellenar” esos huecos que tan vacíos quedaron.  Volviendo al símil del comienzo del artículo, ¿cómo se completan en la actualidad esos vanos? La nueva novela sobre la Guerra Civil, que es el hecho que trato en este comentario, es un nuevo género que tiene distintos enfoques y, todos ellos los hemos visto en las novelas que hemos ido leyendo a lo largo de este curso. El modo vivencial, es quizás el que llega a más lectores, ya que el autor hace partícipes a los lectores de la trama de su novela. Ejemplos de este tipo de novela, Luna de Lobos, en la que nos adentramos en la vida de los del monte, vivimos con ellos sus temores, sus esperanzas, nos sentimos parte de ellos, parte de su grupo. Otro ejemplo que también ha pasado por nuestras manos es La voz dormida, en esta historia, profundizamos en el tema de la mujer republicana, cómo sobreviven en el país de la posguerra. También somos cómplices de ellas, de sus intentos de fuga, de las vidas de sus seres queridos, en verdad somos una sufridora más que está junto a ellas. Ambas novelas consiguen transportarnos a ese período de manera que casi lo estemos viviendo nosotros mismos. Se podría decir que este tipo de novelas son las que la mayoría de lectores lee con avidez, porque se encuentra embebido en la trama. Con el modo reconstructivo, el autor de la novela, que no el narrador, pone a prueba al lector, ya no quiere lectores tan pasivos, quiere que pongan en duda si lo que realmente escribe es facto o ficción, o quizás ambas cosas. Ejemplos de este modo los encontramos en Soldados de Salamina, donde el autor ayudado de un narrador-protagonista que busca su identidad con ciertos toques de novela policíaca, debe desenmascarar un hecho que no sabe si es cierto o no. El otro ejemplo que leímos fue Los rojos de ultramar, el protagonista quiere entender qué es lo que le pasó a su abuelo y mientras va investigando su pasado descubre un acontecimiento, que también en este caso, no se sabe si verídico o no. El lector debe prestar más atención con estas obras, puesto que el autor juega con la línea temporal y con las distintas voces. Por último, está el modo contestatario. Las novelas que usan este modo son las que intentan debatir y hacer cuestionar al lector qué es lo que se ha contado del pasado y de qué manera, es decir el cómo. Estas lecturas requieren una mente abierta por parte del lector, ya que son relatos experimentales, no son fáciles de leer, y menos si se realiza una lectura somera, muy superficial. El lector debe poner todos los sentidos mientras lee, ya que se le preguntan muchas cosas. No pretenden dar a conocer un pasado que ya se supone se conoce, sino más bien la manera y los problemas que esto conlleva. La obra que leímos que se enmarca perfectamente en este caso es El vano ayer, donde es más difícil afiliarse a un protagonista o a otro. No interesa lo que les sucedió a los protagonistas, lo realmente interesante es cómo se relató, y con ello hacernos más críticos en materia de novelas a leer, entre otras cosas.

Un último apunte a este comentario, ¿acaso nos podría pasar lo mismo que en la novela 1984? ¿Serán capaces de borrar lo que sucedió e inventarse una nueva historia en la que creer? Yo creo que no, sabemos ahora más y queremos saber más. Pero cuidado con lo que leemos, no vaya a ser que nuestro cerebro guarde esa información como memoria fiable y no sea el caso.

Bibliografía:

  • Faber Sebastiaan, 2010, LA LITERATURA COMO ACTO AFILIATIVO:LA NUEVA NOVELA DE LA GUERRA CIVIL (2000-2007)
  • Apuntes del curso

Algunas parodias y pastiches en El vano ayer

En este trabajo quiero comentar algunos fragmentos de El vano ayer de Isaac Rosa, que me llamaron la atención al leer la novela. A pesar de que hay muchas parodias y pastiches en el relato, que Rosa utiliza para cuestionar diferentes personajes de la época franquista, son tres las que me gustaría destacar: 1) El capítulo sobre el chivato o delator; 2) el pastiche de las novelas de quiosco; y 3) la parodia del Cantar de Mio Cid.

            En el capítulo sobre el chivato (pp. 74 – 80), Rosa describe magistralmente el personaje del delator en la época franquista. A través de la enumeración de sinónimos (que muestran la riqueza léxica del español), y de la definición enciclopédica de “rata”, logra parodiar el personaje del delator, de manera que lo cuestiona irónicamente: “[…] dónde está el monumento al chivato, cuándo un día nacional del chivato, el reconocimiento que merece por su contribución a la cohesión social.” (p. 74). El personaje del chivato español (delator hispanolius), que tuvo su mayor auge durante “el periodo geológico conocido como «franquismo»” (p. 78), produciéndose una verdadera epidemia de este personaje, y que proliferó en todos los ámbitos de la sociedad española. El autor formula unas preguntas respecto a este personaje con la intención de que el lector reflexione sobre ellas: ¿qué fue de él?, ¿cómo se reintegró en la vida democrática? ¿qué pasó con su hábito de soplón? Seguramente que fue un personaje primordial en el periodo franquista y sin él, la Dictadura no hubiese podido ejercer el mismo control sobre la población, pero ¿y después de ese período?… Algo sobre lo que pensar.

            Antes de hablar sobre las novelas de quiosco, creo necesario explicar la diferencia entre parodia y pastiche, para ello basta con conocer su definición:

            Parodia: Se trata de una imitación burlesca que caricaturiza a una persona, una obra de arte o una cierta temática.[1]

            Pastiche: El término se emplea para nombrar a la obra que se crea a partir de la combinación de componentes presentes en trabajos de otras personas. De este modo, el pastiche se presenta como si fuese una obra nueva y original, aunque se trata de una recopilación de elementos ya conocidos.  El autor de un pastiche, de todos modos, puede reconocer su creación como una imitación del estilo de otros autores. Al imitar algo ya hecho por otros artistas, puede existir una intención de realizar un homenaje, aunque en ocasiones el pastiche también supone una parodia.[2]

                En el proceso de cuestionamiento de los diferentes personajes de la época franquista, encontramos en la novela aquellos personajes que medraron a la sombra del régimen, que de la nada llegaron a amasar grandes fortunas. Nos pone como ejemplo el de Carlo de Lope, dueño de Carpe Editorial, e impulsor de las novelas de quiosco a mediados de los años cuarenta. Las novelas de quiosco surgieron con el propósito de crear un medio de evasión para el público: “[…] si usted quiere escribir literatura, se ha confundido de sitio. […] Lo que yo espero de usted es lo que el público demanda: aventuras, sólo eso, pura evasión.” (p. 204) Las características comunes de estas novelas eran: aventuras, detectives, tiros, mujeres malas, ambientaciones tropicales, playas, asesinos orientales…

            En las páginas 209 y 210 del libro encontramos el pastiche de una novela de quiosco que tiene como protagonista al personaje ficticio de Julio Denis, Guillermo Birón. De hecho, este capítulo junto con los dos siguientes, en los que se narra la supuesta biografía de Julio Denis (211 – 220) y el incidente de su borrachera y aventura en el burdel (221 – 241), sirven como forma de evasión al lector, le dan un respiro de la lectura de todas las calamidades y crueldades vividas por los personajes principales del relato. De esta manera podemos comprobar como la literatura puede ser un medio de evasión muy eficaz.

            El último fragmento a comentar es la parodia del Cantar de Mio Cid (251 – 264). Es una crónica histórica dividida en 10 capítulos a modo de cantar de gesta, en la que se relata, de manera irónica, la actuación de Franco desde el levantamiento militar en el 1936 hasta su muerte en el 1975. En esta parodia, Franco es un “héroe” épico, al igual que el Cid Campeador en su momento, que lucha en contra de los rojos (equivalente a los moros en el poema original), por la defensa de la fe católica y la redención final de la nación. Franco pretendía levantarse como héroe nacional y ser equiparable a los de la antigüedad.

            Rosa demuestra con esta parodia no solo su gran conocimiento de la tradición literaria española, ya que imita varios estilos y autores medievales, sino un gran ingenio para lograr una imitación irónica en la que, precisamente, sobresalen las diferencias entre esos héroes medievales y el supuesto heroísmo del Caudillo. La exaltación de la figura del dictador como un héroe medieval o su lucha por la fe, como en la época de las Cruzadas, quedan en ridículo en esta parodia tan bien lograda.

“¡Dios, qué buen vassallo,  si oviesse buen señor!” (Cantar de Mio Cid, verso 20)

“¡Dios, que buen señor,  si oviesse buen vassalo!” (Rosa, p. 252)

            Como conclusión, me gustaría comentar que me ha gustado mucho la manera en que Isaac Rosa trata el tema de la postguerra española en esta novela; y particularmente el hecho de que anima al lector a asumir una actitud crítica ante cualquier obra literaria y a ser consciente del efecto que el autor puede tener sobre el lector. En definitiva, una novela muy recomendable.

[1] http://definicion.de/parodia/

[2] http://definicion.de/pastiche/

 

Sentido de humor en Rojos de ultramar

En la clase hablamos del estilo narrativo de Jordi Soler en su novela Rojos de ultramar. Lo comparamos con el estilo de Javier Cercas en la novela Soldados de Salamina, porque las dos coinciden en varios aspectos. Hemos constatado que el estilo de Soler es fluido y la historia avanza espontáneamente sin manipulación artificial. La novela de Cercas es de un estilo más buscado. La de Soler más bien aparenta a la manera de hablar de la vida propia de uno y sin buscar más pruebas de si se trata realmente de una historia de la vida real con detalles reales nos contentamos de constatar que es credible en su casi totalidad.

La riqueza de la narración en la novela sigue el modelo naturalista: como en la vida real, en la novela se asiste a acontecimientos más distintos. En el lector se evocan sentimientos de todo tipo desde el encanto hasta el disgusto y sus reacciones oscilan entre la risa y el pasmo. Como condimento de la historia Soler utiliza el sentido de humor. Puede que el lector tomaría su merienda novelesca con igual de apetito aunque esa se presentara más plana, pero a la manera de una chiquilla pimienta chili en un plato de patatas bien nutritiva el condimento humoresco vuelve la historia más picante, o a veces mordaz. A parte del valor puramente distractivo el humor tiene la calidad valorizante. Da más valor a los momentos tristes, graves y  serios por acentuar las diferencias emocionales.

La parte más rica en humor es el principio de la novela, es decir los capítulos de La guerra de Arcadi y La Portuguesa. Será por contar acontecimientos y épocas temporalmente alejados que ya están dorados en la memoria. Sin conocer teorías o clasificaciones de estilos humorísticos voy a dar una vista sumaria sobre los tipos de humor que se encuentran en la novela. De cada tipo voy a dar un o dos ejemplos representativos. Hay que darse cuenta de que no todo tipo de humor se puede clasificar, por ejemplo cuando queda difícilmente localizada por estar demasiado esparcido dentro de un párrafo.

Chiste: Es el tipo de paquete compacto de sentido de humor, de mayor o menor volumen, hecho con la simple intención de dar risa sea por las imágenes que evoca sea por lo sorprendente:

Ej.1. [..] el cónsul, que a medida que se aproximaba su platillo de caracoles iba dejando de ser hombre robusto y se iba convirtiendo en gordo goloso [..]

Es fácil de tomar afección del tipo de hombre que se ve en la imágen, un duro puro que se convierte en un charlatán blando ante un delirio gastronómico.

Juego de palabras: Es combinación torcida o inventada a base de palabras o expresiones ya existentes:

Ej.2. [..] Doménech, que era técnicamente un come-curas.

Comparable a mujeres o animales come-hombres Doménech no se contenta de poco. Es el tipo de come-hombres con gustos distinguidos.

Expresión pícara: Es el tipo de chiste de una cláusula, una expresion que se halla lígeramente mal situada, una palabra desplazada o con sustitutos raros:

Ej.3. [..] un trozo de pan, una lata de leche condensada, una pieza  de pollo que no encajaba en ningún rincón de la anatomía de los pollos.

En principios, no hay de qué quejarse, tan solamente no se suele hablar con tanta complicación analítica de los pollos. Suena ridículo.

Ironía: Se dice del tipo de burla que hace comprender lo contrario de lo que se dice:

Ej.4. Schilling era el director de una compañia alemána [..] un parapeto que le servía para ocultar su verdadera labor, que era la de coordinar y llevar a feliz término el atentado contra Franco.

Independientemente de las aspiraciones subjetivas del autor, del lector o de cualquier individuo se puede considerar como subversiva la combinación felíz y atentado contra.

Sarcasmo: Es el tipo de burla que se acerca de la ironía, pero sin fineza, con la intención expresa de hacer daño a alguien o a algo:

Ej.5. Jovito era un niño hecho para la desgracia.

Parece una afirmación sin más, pero esconde una peligrosa valoración del desdicho Jovito. Como si fuera un hecho que justifica toda la desgracia voluntaria o no.

Acumulación de coincidencias raras: Considero tal los detalles que cada uno en sí pasarían como mucho por una curiosidad si siquiera ella, pero que adjuntados parecen cosquillar a los músculos de sonrisa. Es algo que le pone la cara en mueca irresistible. No hacen reír con la boca grande abierta así que quedan dentro y dejan la sensación que la risa está borbotando y hay que sacarla. Es el tipo de humor que a lo largo de la lectura vuelve al lector en una marioneta ridícula y blanda al cansarle con esas cosquillas continuas:

Ej.6. El licenciado Penagos estaba asociado con sus dos hermanos, que también eran abogados pero de línea un poco más bárbara: llevaban sombrero, revólver y ceño arrugado y cuando ganaban un caso lo celebraban con vasos de ron y poderosas vociferaciones. Aquellos festejos exagerados de ninguna manera correspondían a la modestia de sus victorias legales, daba la impresión de que entre el juzgado y el bufete se daban tiempo para robar ganado o para asaltar un tren.

A base del extracto, se podría caracterizar los hermanos Penagos de menos personajes interesantes. Eso no solamente por su aspecto teatral sino también por su conducta general y aparentemente por la impresión que dejan a los pobres aldeanos, sus clientes.

Cómica de la situación: Se acerca del tipo anterior con la diferencia que aquí coinciden dos fenómenos contradictorios. Puede que en momentos en la novela de Soler también pruebe de choque de culturas, como en el caso de los encuentros que tuvieron con la naturaleza y que a los europeos nos parece absurdo pero a un mejicano quizás son encuentros entre otros, como en este caso:

Ej.7. Como [el televisor] era un ejemplar único en los alrededores, cada vez que algo aparecía en la pantalla brotaba en la ventana, de manera automática, un montón de cabezas que crecía o decrecía según la temporada y que, de un día para otro, había sido reforzado por la cabezota de un elefante que vivía por ahí y que intentaba, sin ninguna probabilidad de éxito, confundirse con el resto de las cabezas.

Al lado de la multitud de cucas caras animales se presenta la de un elefante. El pobre se cree igual con el resto. No pasa inapecebido ni para los catalanes de la selva que están acostumbrados de la ventana zoológica.

Exageración: La forma de humor que nace del puro placer de agrandir desmesuradamente la realidad. Hay que darse cuenta de que los diversos tipos de humor se confunden con frecuencia. Aquí abajo la exageración se encuentra con la cómica de situación:

Ej.8. Los cojines en ese trópico tomado por los insectos tenían el mismo grado que el sombrero de los magos, bastaba levantarlos para que saliera de abajo un grillo, un pinacate o una araña capulina.

Una imagen graciosa, la del sombrero mágico, se vuelve doblemente divertida con la expansión de insectos; más que un sombrero da impresión de un arca de Noé.

Tragicomedía: En los momentos tragicómicos se reunen lo trágico y lo cómico en una misma imagen. También pertenecen al tipo de humor que hacen nacer en el lector la sensación de culpabilidad por dar ganas de reír de algo que tendría más bien evocar la compasión y la lástima. Personalmente considero este tipo como más tentador justamente por la contradicción que trae.

Ej.9.  Luego vino un Tarzán cuyo número consistía en forcejear contra un tigre añoso, que había perdido, en algún circo anterior, las garras, los dientes y en general las ganas de vivir.

Terrible combate atrevido en este circo. Tal como lo presenta la citación aquí arriva hay que preguntarse “perderá su vida, el miserable gato maltratado?” Es evidentemente una comedía trágica, un tigre añoso forcejeandose contra un payaso.

Como conclusión de este trabajo quiero constatar que la lectura a menudo resulta más fácil y más agradable para el lector si la narración es fluida y presenta elementos naturales evocando reacciones sentimentales. El sentido de humor es un condimento muy natural y en Rojos de ultramar está utilizada regularmente y da a la historia un buen gusto de la vida.

Heidi

 

Los temas de la novela Soldados de Salamina

Soldados de Salamina (2001), novela escrita por Javier Cercas, me ha resultado curiosa sobre todo por la manera de la que ha sido compuesta. Se trata de combinar ficción y realidad, y aparte de la historia que nos quiere contar, explica cómo empezó y desarrolló el proceso de escribir el libro. Al principio no se me ocurrió otra novela parecida que hubiera leído. Creo que uno puede deducir varios temas que se tocan en Soldados de Salamina, pero me concentro aquí en los principales, según mi opinión.

A lo mejor lo más importante de la novela es la memoria en general, en todos sus aspectos. Los recuerdos, la importancia de recordar nuestro pasado y conocer nuestra historia. Para Rafael Sánchez Ferlosio, hijo de Rafael Sánchez Mazas, su padre sigue vivo siempre que no se olvide de él, y con esta novela se hace volver a nacer su historia, pues, lo que no es de olvidar. Si la historia no puede ser contada, tiene que ser escrita para que permanezca porque si no se va a ir muriendo poco a poco, al mismo ritmo con las generaciones. Los que vivieron en los años de la Guerra Civil, y ante todo los que lucharon en ella, son cada vez menos, y son los últimos momentos para guardar las memorias contadas o por ellos mismos o por sus familiares más cercanos.

En cuanto a los temas de la obra, el papel del personaje llamado Miralles es importante. En él se presenta el heroismo en la novela. Miralles ha luchado tanto en la Guerra Civil como en otras guerras también, pero solo eso no hace que sea un héroe para Cercas. Lo importante de este personaje es que pudiera haber matado a Sánchez Mazas, y eso es supuestamente lo que tuviera que haber hecho, pero decide salvarle la vida. En medio de una guerra brutal donde falta tanta humanidad, este acto le convierte en el héroe de esta novela, y al lector se le da la sensación de que Miralles es la encarnación de `los buenos`.

A Miralles le gusta recordar los viejos tiempos pero no quiere destacarse ni se cree un héroe ni nada. Tampoco quiere revelar porqué le decidió salvar la vida a Rafael Sánchez Mazas en la guerra, para él a lo mejor fue una cuestión de moral personal, o quizás más bien un instinto que una decisión determinada. De echo, se quedó un poco en el aire si al final fue Miralles quien se encontró con Sánchez Mazas o no, pero claramente todo apunta a que sí.

La investigación que hace el escritor, cosa que llevó a la creación de la novela Soldados de Salamina, también se puede considerar uno de los temas centrales. Javier Cercas, que no solo es el autor sino que también uno de los protagonistas de la novela, se interesa por la historia de Rafael Sánchez Mazas al hacer una entrevista a su hijo, Rafael Sánchez Ferlosio. Después de sacar toda la información que puede sobre la historia de Sánchez Mazas, dice que va a escribir un relato real, y esto es lo que el narrador destaca durante toda la obra. Se crea un tipo de discurso sobre los límites entre el realismo y la ficción que hace poner en duda lo de relato real. Para hacer desarrollar la historia y llegar a terminar la novela, en ocasiones escritor tiene que inventar acontecimientos, hechos o personajes y así mezclar ficción con lo que ha averiguado en la investigación.

La evolución del narrador-protagonista va mano a mano con todo aquello. A los principios se encuentra perdido porque hace mucho que no llega a escribir libros, y por aquel momento está trabajando en un periódico para ganar la vida. Con este proyecto de investigar la historia de Rafael Sánchez Mazas, el narrador se convierte en una persona mucho más centrada ya que vuelve a tener un objetivo concreto; completar su relato real con que está trabajando y dedicarlo como homenaje a los héroes desconocidos que lucharon en la guerra. Para alcanzar esta meta, está preparado para hacer lo que sea, y al mismo tiempo sale de su crisis personal.

 

Cercas, Javier (2001). Soldados de Salamina. Barcelona: Tusquets Editores.

Materiales de clase el 3.11 y el 10.11.

El chichiltic que quedó atrapado en sus propios pensamientos

¿Qué os parece este enigmático y a la vez extraño paratexto? Enigmático, ¿no? Bien podría haber sido el título de una novela del que se define a sí mismo como escritor mexicano-catalán y un poco irlandés, Jordi Soler. Pero la verdad, tengo que deciros que es la esencia de lo que le pasó a muchos de los chichiltics españoles que tuvieron que abandonar su país, que se exiliaron por motivos de color. Y no me refiero al color de piel, eso sería para otro análisis, me refiero al color de su ideología. Los nahuas, nativos de Mesoamérica, supieron dar nombre al color que lleva el estigma del diablo, del comunismo, de los perdedores de la Guerra Civil española. Entiéndase estigma como la marca impuesta con hierro candente, bien como pena infamante, bien como signo de esclavitud. En este caso, es una marca que los exiliados llevaron tatuada cuando salieron de su país hasta el fin de sus días, pero, alguno con el paso del tiempo y al ver que el país añorado ya no era ni por asomo lo que era, fueron deslizándose poco a poco por el círculo cromático, pasando del chichiltic, al rosa, al morado, después al violeta y finalmente al matlalli. Esto mismo, es lo que le pasó al protagonista de la novela Los Rojos de Ultramar. La historia de este personaje podría ser la de muchas otras voces que realizaron el mismo camino, camino hacia la libertad, unos con mayor acierto que otros. Porque el calvario empezó nada más pasar los Pirineos…

 En Francia, primer peaje hacia la libertad, fueron encerrados en campos de refugiados. El gobierno francés no sabía qué hacer con esos chichiltics. Éstos pensaban que serían acogidos con los brazos abiertos, pero ¡ay!  qué equivocados estaban los pobres. Padecieron mil y una penurias, algunos se quedaron atrapados en las arenas de la playa de Argelès-sur-Mer para siempre, su historia se quedó hundida en las ásperas dunas. Otros a duras penas, salieron del arenal y de las mareas, para cruzar el Atlántico rumbo a México, rumbo a lo desconocido. El segundo paso, consistía en sobrevivir en un lugar extraño. Se instalaron en este nuevo destino, comenzaron a rehacer sus vidas, pero siempre mirando de reojo a esa España, tan anhelada, para poder regresar algún día. Todos creían que iba a ser temporal, que cuando se consiguiera derrocar al General Franco, las cosas cambiarían. Pasaban los años y los años, nacían los hijos, los hijos se casaban, tenían sus propios hijos, la historia había tomado su propio camino, uno nuevo, ya no era lo que los abuelos tenían planeado. Paso último, ¿hacia dónde se dirigía entonces el recuerdo de los exiliados? Al olvido, ¿tal vez?  Antes de que esos recuerdos de nuestra historia fuesen olvidados, se los llevasen las olas, era preciso plasmarlos en papel. Justamente lo que hizo el protagonista de la novela, Arcadi, y luego el escritor Jordi Soler, su nieto.

Para reconstruir la identidad de uno mismo, hace falta reconstruir la memoria. Mirando hacia atrás podremos conocernos, podremos conocer a la España del s. XXI. ¿Y qué tipo de memoria queremos? ¿Una memoria literal? Permitiendo que el recuerdo de una experiencia negativa sea la que dicte el futuro de nuestras vidas, y nos mantengamos atados al pasado, o tal vez ¿queramos una memoria ejemplar? Usando el pasado con vistas al presente; permitiendo aprovechar las lecciones de las injusticias sufridas para luchar contra las que se producen hoy en día, o quizás ¿una memoria multidireccional? Una memoria colectiva, multicultural y transnacional. Yo opto por esta última, al igual que hizo brillantemente Jordi Soler en su libro Los Rojos de Ultramar.

Por mucho que se intente dividir a la humanidad por colores, todos sin excepción, somos chichiltic, o ¿acaso la sangre no es roja?

Similitudes entre Soldados de Salamina y Los rojos de ultramar

Tras la lectura de las novelas Soldados de Salamina de Javier Cercas y Los rojos de ultramar de Jordi Soler, he observado ciertas similitudes entre ambas y en este trabajo me gustaría presentar algunos aspectos destacables. No quiero decir con esto que las novelas sean iguales, ni mucho menos, hay gran diferencia entre ellas, solo que aquí voy a enfocarme en aquello que me ha resultado curiosamente parecido.

Lo primero que me ha llamado la atención ha sido la forma en que ambos escritores describen el proceso que les lleva a los narradores-protagonistas a crear las obras; dedican una parte de la novela más o menos amplia para describir este proceso, en el caso de Cercas casi toda la primera parte y en el de Soler parte del primer capítulo. Cada escritor explica dicho proceso a su manera, pero en ambos casos, los narradores acaban convencidos de que eso es lo que deben hacer, la intención de Cercas siendo la de reconstruir un relato real de los hechos de un personaje histórico durante la guerra civil y la de Soler la de traer a la memoria el suceso perdido del exilio republicano. Otro elemento en común es que ambas tienen un narrador que es también el protagonista principal de la obra, este narrador tiene el mismo nombre que el autor en Soldados de Salamina, mientras que en Los rojos de ultramar no se menciona su nombre, aunque se sabe que se trata del autor mismo por los acontecimientos descritos en la novela, pues narra hechos autobiográficos. Por esta misma razón se consideran ambas novelas de autoficción, pues, aunque son novelas y contienen elementos de ficción, también son autobiográficas. De hecho, los narradores-protagonistas supuestamente son los mismos escritores, aunque algunos detalles sobre sí mismos son ficticios.

Otro aspecto a destacar es que en ambas hay un trabajo de investigación tipo detectivesco por parte de los narradores, a través del cual buscan la información pertinente por diferentes medios para poder relatar una historia “real”, en el caso de Cercas la historia de Sánchez Mazas y en el de Soler la de su abuelo, cuyo nombre en la novela es Arcadi. Ambos presentan diversas fuentes de información que dan mayor verosimilitud al relato, entre ellas encontramos: la inclusión del artículo del periódico sobre Antonio Machado y Sánchez Mazas, la foto de la libreta de este último, esto en Soldados de Salamina; en Los rojos de ultramar las memorias escritas del abuelo, las grabaciones, fotos, etc. Algunas de estas fuentes se pueden verificar, otras no. A pesar de esto, Cercas deja claro que los hechos acontecidos a Sánchez Mazas puede que no hubiesen sucedido exactamente de la manera en que él los describe: “Así pues, lo que a continuación consigno no es lo que realmente sucedió, sino lo que parece verosímil que sucediera; no ofrezco hechos probados, sino conjeturas razonables.” (Cercas: pg.89)

Aunque las dos novelas tienen elementos de ficción también narran hechos reales de personajes reales, como son Sánchez Mazas; Luis Rodríguez, el cónsul mexicano en Francia; el abuelo de Soler, aunque en la novela aparece con otro nombre, y toda su familia. Otros personajes son ficticios, o parece ser que podrían serlo, como Conchi o la Mulata.

También se pueden considerar las dos obras como novelas de aprendizaje, en las que se puede apreciar la evolución y desarrollo de los personajes, en el caso del narrador-protagonista de la novela de Soler desde su infancia, juventud y hasta la madurez; y en el de la novela de Cercas, toda la evolución del narrador con los diferentes sucesos que le acontecen, muerte de su padre, divorcio, pérdida de empleo…, hasta que finalmente ambos parecen alcanzar la cúspide de sus logros con la escritura de las novelas, llegando así a cumplir sus propósitos de reconstruir el pasado histórico en una búsqueda de identidad personal. Cercas lo hace narrando la historia de Sánchez Mazas y la de los soldados republicanos que lucharon en otras guerras, tal como sucedió con el personaje de Miralles, Soler narrando la historia perdida de los republicanos en exilio en el campo de concentración y su posterior vida en ultramar.

Al analizar los paratextos de ambas novelas, lo que rápidamente salta a la vista son las fotos de las portadas, las dos son fotos de un soldado, la de Soldados de Salamina es la foto de un soldado voluntario de las Brigadas Internacionales y la de Los rojos de ultramar es la foto del carnet militar del abuelo de Jordi Soler, al fin y al cabo, soldados luchando por la misma causa. Y para concluir con esta pequeña comparación de las obras decir que alrededor de las mismas fechas en que a Sánchez Mazas se le estaba “fusilando”, Arcadi estaba atravesando la frontera por los Pirineos para pasar al exilio en Francia, todo esto entre finales de enero y principios de febrero de 1939.

Por supuesto que hay muchos otros elementos que hacen de estas obras algo único, en realidad son muy diferentes en muchos aspectos, tanto de contenido como de forma. Esta ha sido tan solo una comparación sin intención alguna de agruparlas bajo ninguna etiqueta común. Lo que me ha resultado curioso es saber que Jordi Soler no había leído la obra de Javier Cercas antes de escribir la suya y aun así encontrar características tan similares en ambas.

Material de apoyo: Las notas de clase.

El papel del personaje secundario Don Fernando en la novela Voz dormida (2002) de Dulce Chacón

Dulce Chacón introduce una galería amplia de personajes en su novela Voz dormida (2002). El personaje de Don Fernando representa a la burguesía urbana, una clase social distinta de los personajes principales femeninos. Es frecuentemente aludido a su apariencia al salir a la calle: se viste de una capa española. La capa simboliza un estatus que permite ventajas y protección, pero que también coloca el peso de responsabilidades sobre los hombros del propietario. La profesión de médico es considerada como una vocación, y por esa razón dejar de ejercerla es tal vez un signo de una crisis personal. Se revela que Don Fernando ha sido testigo de una matanza, y que él va en contra a su ética como médico. Por consiguiente, opta por trabajar de contable, lo que no es adecuado para un hombre de alto estatus social.

Es introducido al lector como patrón de Pepita, quien trabaja de criada en su casa. Ella tiene acceso a un secreto familiar oculto de la vista pública para mantener la apariencia de un matrimonio sin complicaciones. Ese hecho refleja las dos cosas sagradas para la burguesía, la educación formal de sus miembros y el matrimonio. Forman las constituyentes que esencialmente garantizan la continuidad de la capa social.

El médico vuelve a ejercer la medicina, curiosamente en la cárcel de Ventas donde están condenadas las protagonistas. La prisión carece de la higiene y de metros cuadrados, y la atención médica es insuficiente en su totalidad. Don Fernando demuestra su bondad al exigir mejoraciones a las condiciones pésimas de los dirigentes de la prisión.

El personaje burgués se ubica mayoritariamente en la vida urbana madrileña. Luego, conoce a la vida carcelaria y es testigo a las condiciones en que viven las mujeres encarceladas, pero al acabar el día laboral vuelve a su propia realidad. Las dos realidades son muy lejos una de otra, y Don Fernando tiene acceso a las dos. Sin embargo, en la cárcel aparece solamente como un profesional, sigue realizando su vocación tratando a las presas.

Los personajes secundarios masculinos aún más destacados son Mateo y Jaime que forman parte de los maquis. José María Izquierdo escribe en el artículo La literatura de la generación del cincuenta y la narrativa actual de la memoria (2004) que “Se recupera en ellos [los maquis] la figura del guerrillero antifranquista desde su perspectiva de luchador resistente, pero se soslaya una valoración de su posición política e ideológica.”  Al comparar la posición de los maquis con la del médico, las dos están en fuerte contraste. El compromiso político de Don Fernando merece poca explicación a lo largo de la obra, lo que da un toque de misterio al personaje. Sin embargo, es evidente que su compromiso le trae angustia en la situación sociopolítica española. A los maquis, en cambio, sus compromisos políticos, bien expuestas en la historia, les cuestan su libertad y sus parientes.

El médico es un personaje secundario estático, quiere decir que su desarrollo personal no está en el foco a lo largo de la obra. Esto no significa que es sin utilidad alguna, considerada la obra en conjunto. El personaje de Don Fernando sirve para ofrecer “un polo” burgués a los personajes principales de la clase obrera. La relación del médico con Pepita es introducido al lector como una profesional al principio. Sin embargo, los dos personajes llegan a necesitar uno a otro por razones ligadas a la situación política de la sociedad. El médico de supuestas afiliaciones izquierdas es dependiente del silencio de Pepita, mientras que a ella le hace falta el prestigio y el poder de la familia del médico. La realidad llena de interrelaciones que construye la autora refleja cómo personas de distintas clases sociales procuran mantener sus condiciones de vida en un sistema extraordinario. El lector no sabe exactamente si a él Don Fernando le gusta o le disgusta, por un lado es un personaje que siente simpatía hacia los desvalidos, pero por otro lado protege a todo lo suyo frente a la represión franquista aprovechando su privilegio. La ambivalencia que siente el lector hacia él es bien premeditada. Refleja un conflicto en que la política, las simpatías y los vínculos interpersonales no son todo blanco y negro.

El personaje de Don Fernando, aunque tiene un papel secundario en la obra, representa rasgos que forman una parte integrada de la historia en su totalidad. Sin él, la descripción de la realidad sociopolítica, y las condiciones de las mujeres del bando vencido no sería completa.

Fuentes

Apuntes de clase 20.10. Sobre La Voz Dormida (2002) de Dulce Chacón

IZQUIERDO, José María: “La literatura de la generación del cincuenta en España y la narrativa actual de la memoria“. Études romanes de Lund, 70, 2004, pp. 77-90.