Tag Archives: Isaac Rosa

EL MAÑANA EFÍMERO DEL VANO AYER

Ha extracto Isaac Rosa el título de su novela del poema El mañana efímero de Antonio Machado (1875-1939), uno de los poetas de la Generación 98.

En su poema Machado describe la España de su época como un país retrasado. Es “devote de Frascuelo y de María”, osea un teatro guiñol entre sus dos pasiones: la tradición y la religión. La primera, la tradición está simbolizada por la imagen del torero Salvador Sánchez Povedo, conocido como Frascuelo. La segunda, la religión, está simboliza por María la Virgen. Lo que estas dos pasiones tienen en común es la falta de reflexión que imponen; la falta de alternativas. Están dictadas de antemano y no dejan lugar al cuestionamiento. Dice Machado que el futuro efímero es la consecuencia de este tipo de pasado en que no se cuestionan las alternativas. Más fuerte aún: es “esa España inferior que ora y embiste, cuando se digna usar la cabeza”. Así mejor vale callarse.

El título del poema, El mañana efímero, refiere al futuro desde el punto de vista del autor. Machado ve el futuro próximo como un vacío lleno de idiotas sin juicio ni moral y que a la manera de títeres siguen modelos impuestos desde fuera (“un sayón con hechuras de bolero, a la moda de Francia realista un poco al uso de París pagano y al estilo de España especialista en el vicio al alcance de la mano.”) Él ve el futuro ”vacío” pero ”por ventura pasajero”. Con otras palabras ese futuro próximo desesperanzado tiene algo que despierta las esperanzas: que si es vacío al menos no tardará en convertirse en algo otro. Habla Machado entonces de otro tipo de futuro, será un futuro más lejano (dice que ”aún tendrá luengo parto de varones amantes de sagradas tradiciones”). En este futuro lejano la ”España implacable y redentora” tendrá su venganza. Vendrá otro tipo de juventud, los trabajadores, con sus cinceles y mazas para forzar una nueva España.

Hay dos símbolos en el poema que parecen bien representar el pasado y el futuro: Mármol significa desde un lado ’petrificado’, desde otro lado ’algo que tiene cualidad de la belleza /apariencia’. Hay que comparar el mármol con otra imagen de mineral que conlleva el poema: la del granito. Ese último es una composición durísima y eterna y que forma la parte más durable de nuestras bases. En comparación con el mármol el granito tiene la cualidad de dureza. En el poema de Machado el granito significa ’lo durable’ o aún ‘la verdad’. El mármol es el mineral de principios del poema, el mineral del pasado. El granito de su parte aparece en el momento en que empieza cambiarse el ambiente y representa el futuro. Habla el autor de la “tarde pragmática y dulzona”. Empieza hacerse sentir la esperanza.

El vano ayer como título de la novela de su parte refiere a la época franquista que representa la vuelta a las raices del país: la unión entre la tradición y la religión. Rosa expone a nuestros ojos una imagen de su país retrasado. La España franquista de Rosa es la de Machado: no se puede utilizar el cerebro, no hay que cuestionarse. La diferencia entre Rosa y Machado se halla en el momento histórico en que escriben. Lo que para Machado fue el mañana efímero para Rosa es del vano ayer. Demuestra ese último concretamente lo difícil que resulta dejar atrás el vano ayer y el mañana efímero y orientarse hacia la nueva España. El primero muerto durante los primeros años del franquismo, el segundo nacido durante los últimos – casimente como un juego de espejos con sus puntos de vista. Al fin, el mañana efímero en El vano ayer representa la época después del franquismo y quizás estamos ahora viviendo el momento que Antonio Machado habría descrito como “España de la rabia y de la idea”.

Heidi

Algunas parodias y pastiches en El vano ayer

En este trabajo quiero comentar algunos fragmentos de El vano ayer de Isaac Rosa, que me llamaron la atención al leer la novela. A pesar de que hay muchas parodias y pastiches en el relato, que Rosa utiliza para cuestionar diferentes personajes de la época franquista, son tres las que me gustaría destacar: 1) El capítulo sobre el chivato o delator; 2) el pastiche de las novelas de quiosco; y 3) la parodia del Cantar de Mio Cid.

            En el capítulo sobre el chivato (pp. 74 – 80), Rosa describe magistralmente el personaje del delator en la época franquista. A través de la enumeración de sinónimos (que muestran la riqueza léxica del español), y de la definición enciclopédica de “rata”, logra parodiar el personaje del delator, de manera que lo cuestiona irónicamente: “[…] dónde está el monumento al chivato, cuándo un día nacional del chivato, el reconocimiento que merece por su contribución a la cohesión social.” (p. 74). El personaje del chivato español (delator hispanolius), que tuvo su mayor auge durante “el periodo geológico conocido como «franquismo»” (p. 78), produciéndose una verdadera epidemia de este personaje, y que proliferó en todos los ámbitos de la sociedad española. El autor formula unas preguntas respecto a este personaje con la intención de que el lector reflexione sobre ellas: ¿qué fue de él?, ¿cómo se reintegró en la vida democrática? ¿qué pasó con su hábito de soplón? Seguramente que fue un personaje primordial en el periodo franquista y sin él, la Dictadura no hubiese podido ejercer el mismo control sobre la población, pero ¿y después de ese período?… Algo sobre lo que pensar.

            Antes de hablar sobre las novelas de quiosco, creo necesario explicar la diferencia entre parodia y pastiche, para ello basta con conocer su definición:

            Parodia: Se trata de una imitación burlesca que caricaturiza a una persona, una obra de arte o una cierta temática.[1]

            Pastiche: El término se emplea para nombrar a la obra que se crea a partir de la combinación de componentes presentes en trabajos de otras personas. De este modo, el pastiche se presenta como si fuese una obra nueva y original, aunque se trata de una recopilación de elementos ya conocidos.  El autor de un pastiche, de todos modos, puede reconocer su creación como una imitación del estilo de otros autores. Al imitar algo ya hecho por otros artistas, puede existir una intención de realizar un homenaje, aunque en ocasiones el pastiche también supone una parodia.[2]

                En el proceso de cuestionamiento de los diferentes personajes de la época franquista, encontramos en la novela aquellos personajes que medraron a la sombra del régimen, que de la nada llegaron a amasar grandes fortunas. Nos pone como ejemplo el de Carlo de Lope, dueño de Carpe Editorial, e impulsor de las novelas de quiosco a mediados de los años cuarenta. Las novelas de quiosco surgieron con el propósito de crear un medio de evasión para el público: “[…] si usted quiere escribir literatura, se ha confundido de sitio. […] Lo que yo espero de usted es lo que el público demanda: aventuras, sólo eso, pura evasión.” (p. 204) Las características comunes de estas novelas eran: aventuras, detectives, tiros, mujeres malas, ambientaciones tropicales, playas, asesinos orientales…

            En las páginas 209 y 210 del libro encontramos el pastiche de una novela de quiosco que tiene como protagonista al personaje ficticio de Julio Denis, Guillermo Birón. De hecho, este capítulo junto con los dos siguientes, en los que se narra la supuesta biografía de Julio Denis (211 – 220) y el incidente de su borrachera y aventura en el burdel (221 – 241), sirven como forma de evasión al lector, le dan un respiro de la lectura de todas las calamidades y crueldades vividas por los personajes principales del relato. De esta manera podemos comprobar como la literatura puede ser un medio de evasión muy eficaz.

            El último fragmento a comentar es la parodia del Cantar de Mio Cid (251 – 264). Es una crónica histórica dividida en 10 capítulos a modo de cantar de gesta, en la que se relata, de manera irónica, la actuación de Franco desde el levantamiento militar en el 1936 hasta su muerte en el 1975. En esta parodia, Franco es un “héroe” épico, al igual que el Cid Campeador en su momento, que lucha en contra de los rojos (equivalente a los moros en el poema original), por la defensa de la fe católica y la redención final de la nación. Franco pretendía levantarse como héroe nacional y ser equiparable a los de la antigüedad.

            Rosa demuestra con esta parodia no solo su gran conocimiento de la tradición literaria española, ya que imita varios estilos y autores medievales, sino un gran ingenio para lograr una imitación irónica en la que, precisamente, sobresalen las diferencias entre esos héroes medievales y el supuesto heroísmo del Caudillo. La exaltación de la figura del dictador como un héroe medieval o su lucha por la fe, como en la época de las Cruzadas, quedan en ridículo en esta parodia tan bien lograda.

“¡Dios, qué buen vassallo,  si oviesse buen señor!” (Cantar de Mio Cid, verso 20)

“¡Dios, que buen señor,  si oviesse buen vassalo!” (Rosa, p. 252)

            Como conclusión, me gustaría comentar que me ha gustado mucho la manera en que Isaac Rosa trata el tema de la postguerra española en esta novela; y particularmente el hecho de que anima al lector a asumir una actitud crítica ante cualquier obra literaria y a ser consciente del efecto que el autor puede tener sobre el lector. En definitiva, una novela muy recomendable.

[1] http://definicion.de/parodia/

[2] http://definicion.de/pastiche/

 

Powerpoint de clase: El vano ayer (parte I)

Tenéis acceso al powerpoint de la clase de hoy aquí.

Os dejo también un artículo de Raquel Macciucci titulado “El pasado sin red. Poética y moral de la memoria en El vano ayer, de Isaac Rosa”, publicado en R. Macciucci & M. T. Pochat (eds.), Entre la memoria propia y la ajena. Tendencias y debates en la narrativa española actual, Plata: Ediciones del lado de acá, 2010.

En Internet hay muchos otros artículos sobre la novela, así como críticas y entrevistas a Isaac Rosa. Aquí tenéis dos enlaces:

CRESPO, Marciano: “El franquismo torturó y ejecutó hasta el último momento” [entrevista a Isaac Rosa]. Tribuna, octubre de 2004.

ECHEVARRÍA, Ignacio: “Una novela necesaria”. El País, 12/06/2004.

El vano ayer ha sido adaptada al cine. Aquí el tráiler de la película La vida en rojo (2008), del director Andrés Linares: