“Hablar con el régimen de Irán es jugar al ajedrez con un mono”

Azar Nafisi, autora de ‘Leer “Lolita” en Teherán’, publica sus recuerdos familiares

JUAN CRUZ – El País – 28/02/2010

Foto: La escritora iraní Azar Nafisi, durante la entrevista.- BERNARDO PÉREZ

Es una mujer elegante que ha escrito una historia sin pudor, la de sus padres. El libro es Cosas que he callado, lo ha publicado Duomo en España. Algunos han visto en esta historia personal el relato de su ruptura y de su amor por Irán, su patria. Ella, exiliada, dice con melancolía que de su país se llevó, tan sólo, un viejo mosaico que le regaló un amigo.

El padre fue alcalde de Teherán, en la época del Sha, y la madre fue la primera parlamentaria de Irán. Ella, Azar Nafisi, decidió exiliarse del régimen religioso de su país, cuando se le obligó a usar velo en las clases, en 1995. Antes le habían prohibido las clases de literatura extranjera, y ella se encerró con unas discípulas a contarles quién era Vladímir Nabokov (y otros de sus ídolos literarios), y de esa experiencia nació su libro más famoso, Leer ‘Lolita’ en Teherán (El Aleph). Ahora vive en Estados Unidos, escribe en varios medios y es directora del Dialogue Project en el Instituto de Política Exterior de la Universidad Johns Hopkins.

Esta historia sin pudor está atravesada de dolor; a Azar (Azar significa fuego, en persa) no le extraña que Anita Desai haya dicho, en la New York Review of Books, que este libro sobre su madre es también un libro sobre su madre patria. A lo largo de Cosas que he callado la madre es una presencia tiránica contra la que ella se rebela; el padre, un político prominente, es cómplice de la hija, que le ayuda a mentir para conservar a su mujer y para alcanzar la felicidad. Esa relación distante con la madre se va aliviando y al final se produce una reconciliación tácita, la hija necesita a la madre, “te debo tanto”, le dice. La madre muere en Irán, ella sigue en el exilio. La despedida es desgarradora, como una herida que ya no se ha de resolver. Del padre se despide en Londres, y la escritora exiliada está atravesada por una melancolía sutil, atenuada; al final, ha podido tocar al padre.

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La biblioteca del gran dictador

Timothy Ryback analiza en un libro las lecturas que moldearon la vida del Führer, que podía llegar a leer varios libros al día

Foto: Hitler y Goering comparten lectura en la terraza de su residencia de los Alpes bávaros. – AFP

CARLOS PRIETO – Público – 27/02/2010 08:00

Test rápido. Adolf Hitler se alistó voluntario en el ejército tras estallar la Primera Guerra Mundial en 1914. ¿Qué escribió en la casilla relativa a su profesión? a) Militar. b) Político. c) Artista. En efecto, el futuro Führer de Alemania, como Conchita Velasco, quería ser artista. En concreto, pintor. Sí, la Real Academia de las Artes de Viena le había cerrado las puertas por falta de aptitudes, pero nadie iba a impedir al joven Adolf seguir alimentando su espíritu bohemio a base de lecturas. Ni siquiera la guerra.

“Que, en noviembre de 1915, un cabo del frente se gastara cuatro marcos en un libro que trata de los tesoros artísticos de Berlín, postergando los encantos más tangibles e inmediatos que ofrecían los cigarrillos, los licores y las mujeres, puede considerarse un acto de trascendencia estética; o bien, en el caso de Hitler, la mejor prueba de que conservaba sus aspiraciones artísticas”, explica Timothy W. Ruback en Los libros del gran dictador (Destino), ensayo sobre las lecturas que moldearon al líder alemán, que llegó a tener16.000 volúmenes.

“Hitler se refirió a su estancia en la prisión de Landsberg como a su educación superior a expensas del Estado y acogió con agrado su encarcelamiento como una oportunidad para ponerse al día con las lecturas atrasadas”, cuenta Ruback sobre el encarcelamiento tras el Putsch de Múnich (1923). “Personalmente tengo más tiempo y ocio tras el final del juicio. Por fin puedo volver a leer y estudiar”, escribió el célebre preso en una carta a uno de los hijos de Richard Wagner.

El hombre estaba lanzado a la arena intelectual. Tanto que se puso a escribir un ensayo, el Mein Kampf, de “vacuo contenido intelectual” y “deficiente gramática”, según Ryback. “El autor de 34 años aparece como un hombre de poca cultura que no ha llegado a dominar siguiera la ortografía básica ni muestra un conocimiento normal de la gramática”, concluye.

Graves carencias

Una de las tesis de Rayback es que es que el líder tenía una serie de carencias intelectuales que la lectura compulsiva no pudo tapar. Y eso que engullía textos sin descanso. “Leía con avidez, por lo menos un libro cada noche o, a veces, según su propio testimonio, incluso más. Situaba a Don Quijote entre los grandes libros de la literatura universal, junto a Robinson Crusoe, La cabaña del tío Tom y Los viajes de Gulliver“. La antigua secretaria Traudl Junge explicó a Ryback que “muchas veces, durante el desayuno, Hitler contaba sus lecturas de la noche anterior, entrando en extensos y a menudo tediosos pormenores”.

Pero peor lo pasaron los militares alemanes durante la guerra. Pese a que Hitler era un estudioso de la historia militar (tenía 7.000 libros de ese género) “para los círculos del Estado Mayor seguía siendo un intruso, un extraño y, lo que era aún peor, un diletante peligroso”, cuenta Ryback. Para colmo, era el típico lector resabido. El choque de trenes estaba servido.

Durante la campaña de Rusia, Hitler, que no estaba por la labor de ceder terreno, soltó un día una perorata a sus militares sobre “fanatismo y heroísmo, y citó a Clausewitz y Nietzsche”. Se puso tan pesado que Franz Halder, jefe del Estado Mayor del Ejército, contrario a la estrategia bélica en Rusia, perdió la paciencia. “Normalmente Halder soportaba las lecciones culturales que el antiguo cabo vomitaba a sus generales, pero esta vez no se quedó callado”. Hitler montó en cólera. La ofensiva sobre Rusia continuó….

España al revés

AUGUSTO HOYO LAO El País28/02/2010

A mis hijos les gustaba escuchar el cuento de Gloria Fuertes El mundo al revés. Varios años después me vuelve a la memoria al observar la situación de nuestro país.

Hace ahora 73 años, Augusto Lao García fue arrancado de su vivienda y de su familia y fusilado cuando contaba con 32 años de edad. Su delito era haber trabajado desde que tenía uso de razón y tener un espíritu comprometido, cofundando un partido político. Jamás empuñó un arma. Ellos formaron parte de los cientos de miles de víctimas de un plan criminal para acabar con la República y con sus valores. Más de 70 años después, el juez Baltasar Garzón vive un calvario y podría sentarse en el banquillo por haber promovido la justicia que las víctimas del franquismo reclaman y que, durante tanto tiempo, nadie se atrevió a instruir. La acusación parte, ni más ni menos, que de la Falange Española y otros grupos nostálgicos del franquismo.

Tras 32 años de democracia, las calles de nuestros municipios siguen homenajeando, con su denominación, a miles de falangistas y militares rebeldes. En las cunetas de nuestros campos se amontonan miles de restos que no tienen derecho ni a una digna sepultura.

La sombra del franquismo está resultando demasiado larga y su propaganda aún produce efectos. Algo en este país no va bien y no es sólo su economía. Esta España nuestra sigue al revés.

Así son los querellantes

Ultraderechistas de Manos Limpias y de Falange, abogados enfrentados a Botín y empresarios e implicados en la Gürtel buscan acabar con Garzón

J. M. LÁZARO – Madrid – 28/02/2010

Caricatura de Baltasar Garzón- SCIAMMARELLA

Manos Limpias, el pseudo sindicato de Miguel Bernard, cabeza visible de la ultraderecha madrileña desde sus tiempos de delfín de Blas Piñar, ha tenido el honor de abrir el baile de querellantes contra el juez Baltasar Garzón, al que han concurrido con sus mejores galas la resucitada Falange Española de la JONS, abogados de querellas rechazadas y empresarios imputados en la trama corrupta vinculada al PP.

Bernard, de larga y conflictiva trayectoria nacionalsindicalista como funcionario del Ayuntamiento de Madrid, ha presentado centenares de querellas contra partidos nacionalistas o de izquierda, instituciones, homosexuales y hasta contra el programa infantil Los Lunis. La que interpuso contra el juez y la fiscal del 11-M casi le cuesta un disgusto, ya que el Supremo dedujo testimonio contra él por acusación y denuncia falsas al entender que esa querella entrañaba un “fraude procesal” y un “manifiesto abuso de Derecho”.

Pero entre los magistrados de la Sala Penal, Bernard también tiene su público: suplió la negativa del fiscal a acusar al presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, que resultó condenado precisamente por desobediencia al Supremo. Ahora, con la imputación y posible condena del juez al que ha perseguido durante años por atreverse a indagar los crímenes del franquismo, ha logrado el premio gordo.

La querella de Manos Limpias fue admitida al segundo intento —primero se presentó como denuncia— por la Sala Penal, en un auto del que fue ponente Adolfo Prego, un magistrado ultraconservador que se ha significado como patrono de honor de la fundación para la Defensa de la Nación Española, (Denaes). Prego es hermano de la periodista Victoria Prego, adjunta a la dirección de El Mundo, el diario al que Garzón ha acusado de “denigrarle sistemáticamente”.

A esta querella se ha sumado ahora Falange, para lavar el “honor” de su “movimiento”.

El abogado Antonio Panea lleva persiguiendo Garzón desde que éste, en 2006, rechazó una querella del ex consejero de Banesto, Rafael Pérez Escolar, contra Emilio Botín, presidente del Santander, adjudicatario del banco de Mario Conde tras su intervención y saneamiento.

Pérez Escolar había sido condenado a 10 años de prisión por estafa y apropiación de casi cinco millones de euros en la gestión de Banesto, pero dada su avanzada edad, no llegó a pasar ni dos meses en la cárcel. Panea pertenecía al grupo de seguidores de Pérez Escolar, cuyas intervenciones críticas contra Botín en las juntas de accionistas del Santander cosecharon todo tipo de desplantes y abucheos. Hasta su fallecimiento en 2007, Pérez Escolar interpuso una treintena de querellas contra Botín, casi todas archivadas y sin que ninguna concluyera en condena. Garzón archivó una de tantas, previo informe favorable del fiscal y el respaldo posterior de la Sala Penal de la Audiencia.

Fallecido Pérez Escolar, Panea tomó el relevo y trató de vincular el archivo de la querella de su colega con el supuesto cobro por Garzón de 1,7 millones de dólares que le habría pagado el banco durante su estancia en Nueva York. La acusación era tan burda que todas sus denuncias ante el Poder Judicial fueron archivadas. El magistrado Luciano Varela, que anduvo meses investigando los honorarios de Garzón en Nueva York, tuvo que archivar la querella por inexistencia de delito, no sin realizar un último intento, sin éxito, de que el Poder Judicial sancionase a Garzón supuestamente por no informar de que había percibido unos ingresos de 200.000 dólares.

Pese a estar la querella archivada, Panea acudió con otra que contiene supuestos “nuevos datos” que revelarían que Garzón solicitó personalmente a Botín el patrocinio de unos cursos que dirigió en Nueva York, con intervención de diversas personalidades. Por el momento, a Garzón de nada le han servido las explicaciones de la Universidad de Nueva York ni del banco, y la querella se ha admitido. En las últimas semanas, el Supremo ha respaldado a una magistrada de Cantabria que expulsó a Panea de un juicio por encararse con ella e interrumpir al letrado de la parte contraria.

La tercera querella admitida hasta ahora ha sido la del abogado Ignacio Peláez, defensor del empresario implicado en el caso Gürtel José Luis Ulibarri. Éste no llegó a ingresar en prisión, pero Peláez visitó en la cárcel a los principales implicados de la red corrupta para “preparar la defensa” de su cliente. Garzón había ordenado grabar las conversaciones de los presos con sus abogados, sospechando que alguno podría incurrir en operaciones de blanqueo. Aunque, efectivamente, algún abogado ha resultado imputado, el Supremo entiende que el juez ha podido incurrir en prevaricación y vulneración de la intimidad.

Antes de ejercer de abogado, Peláez fue fiscal de la Audiencia Nacional y por tanto, compañero de Garzón. Desde que migró a la abogacía, su trayectoria no ha pasado desapercibida. Hace unos meses fue juzgado junto a sus clientes, Alberto Cortina y Alberto Alcocer, Los Albertos, por el caso de la carta falsa con la que la pareja de empresarios intentó contrarrestar la condena del caso Urbanor, finalmente extinguida por prescripción. El tribunal que les juzgó en octubre expresó su “sorpresa” por la contratación de Peláez por Los Albertos, pero no encontró “prueba suficiente” que demostrara que conocía la falsedad de la carta. Peláez salió absuelto y Los Albertos, condenados a cuatro meses.

Hace unas semanas, Peláez fue investigado por la Audiencia Nacional por ayudar a entrar, sin permiso, a un periodista holandés y a la mujer de un preso en los calabozos del edificio. A los policías de servicio les dijo que sus acompañantes eran compañeros del despacho, pero los agentes desconfiaron y descubrieron que uno era periodista y la mujer era la esposa del recluso.

Contra Garzón ha anunciado también una querella el Colegio de Abogados de Madrid por las escuchas del caso Gürtel, que de momento ha quedado en la recámara. El decano, Antonio Hernández-Gil, afirmó que es la primera vez que el Colegio (una institución con más de 400 años de historia) se querella contra un juez. Aseguró que la querella se presentará “en el momento más adecuado” y cuando “sea más eficaz”. En la Junta que adoptó el polémico acuerdo se sienta el vicedecano Luis Rodríguez Ramos, que defiende, junto a varios de sus colaboradores, a varios de los imputados en de la trama.

Están en manos de jueces conservadores

Camps, Bárcenas y Garzón dependen de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo

JULIO M. LÁZARO El País28/02/2010

Quince magistrados, la mayoría de tendencia conservadora y aupados por el PP a través del Consejo General del Poder Judicial, tienen en sus manos una buena parte del juego político de España. Las decisiones que deberán adoptar en las próximas semanas afectarán al futuro del PP o la carrera del juez que ha instruido los casos más importantes de la democracia: ETA, el terrorismo de Estado, la corrupción, las redes de narcotráfico y los delitos de lesa humanidad. Son los miembros de la Sala Segunda, de lo Penal, del Tribunal Supremo y tienen que dirimir el futuro de Baltasar Garzón, el recurso de Anticorrupción contra la exoneración del presidente valenciano Francisco Camps de sus vínculos con la trama Gürtel, o las acusaciones de cohecho contra el tesorero del PP, Luis Bárcenas.

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IU exige una “reacción popular” que salve a Garzón de la “conjura” de la derecha

Cayo Lara pide al PSOE no se “inhiba”, porque sería “un esperpento” que se condenase a quien quiso juzgar el franquismo

Cayo Lara dice que 'inhabilitar a Garzón es inhabilitar a parte importante de España'

Foto: FEl coordinador general de IU, Cayo Lara. EFE/Archivo – EFE

Público – 26/02/2010

El coordinador general de izquierda Unida, Cayo Lara, afirmó hoy que la tercera querella admitida contra el juez Baltasar Garzón pone de manifiesto una “especie de conjura” que achaca a su intento por investigar la dictadura franquista y la corrupción de la red Gürtel. Frente a ello, exigió una “reacción popular” de apoyo al magistrado y a reclamó al PSOE que no se “inhiba” en este asunto.

En declaraciones en el Congreso, donde acudió a un acto organizado por su formación, Lara señaló que esa “conjura” promovida por “muchos” de los “adversarios” del magistrado tiene como objetivo “quitarse de en medio” a Garzón, al que considera “uno de los pocos jueces que se la lleva jugando muchísimo tiempo en el ejercicio de sus funciones”.

Así, destacó que “no le tembló el pulso” cuando tuvo que investigar crímenes de Estado, casos de corrupción o incluso los crímenes de la dictadura y que sería “un esperpento” que en democracia se condenase “al único juez que quiso juzgar los crímenes del franquismo”.

A juicio de Lara, “se quiere condenar a la democracia” y eso exige una “reacción popular, de apoyo, más fuerte todavía, al juez Garzón y a todo lo que representa en este país”.

En concreto, lanzó un mensaje al PSOE, al que advirtió de que no se puede “inhibir” ante esta “ofensiva” contra Garzón cuyo “detonante último” es, en su opinión, el intento del juez de juzgar el franquismo y haber destapado el ‘caso Gürtel’.

En la cara de las víctimas

JUAN DIEGO BOTTO – Público – 27/02/2010

Pasará a la historia el juez Luciano Varela como el valedor de parte de las tesis del fascismo en España. Lo hará con el inestimable apoyo de los vocales de Consejo General del Poder Judicial, avales estos de las posiciones del juez instructor.

No pasará a la historia Santos, original de León, asesinado por el ejército franquista junto a otros seis hombres en las afueras de la ciudad. No pasará a la historia porque nunca nadie ha investigado ese fusilamiento extrajudicial. Ahora sabemos que, de triunfar esta sentencia que apoya las tesis de Falange Española y Manos Limpias, jamás nadie lo hará. Jamás nadie en España investigará ese crimen.

Porque lo que han dejado claro estos históricos jueces, y ésta es la cuestión central, es que la tortura, la desaparición forzosa de personas, el secuestro y robo de bebés y la eliminación sistemática de un grupo ideológico y político opuesto al poder son delitos sujetos a leyes de amnistía, delitos que prescriben y por lo tanto delitos que no deben ser investigados.

Comparten Luciano Varela, Margarita Robles y demás vocales del CGPJ las mismas tesis que los defensores de Videla en Argentina, de Pinochet en Chile, de Ríos Mont en Guatemala y de Franco en España; es decir, la validez suprema de las leyes de amnistía y el valor restrictivo de la prescripción de los delitos de lesa humanidad. Todos se oponen a los avances que la Justicia Universal ha introducido en materia de Derechos Humanos y cierran la puerta a cualquier reparación, por nimia que sea, por parte de la judicatura.

Por ello pasarán a la historia. Se pueden buscar tecnicismos o motivaciones personales para Varela y el CGPJ, puede que las haya o puede que no, pero el hecho es que la interpretación de las leyes internacionales, de la legislación en materia de delitos de lesa humanidad y de los tratados contra la tortura es lo que está en el corazón del debate. Si se quiere abofetear a Garzón se está haciendo en la cara de las víctimas del franquismo.

Pasará a la historia el juez Baltasar Garzón como aquél que, al margen de otros aciertos y desaciertos, intentó dar a las víctimas del franquismo lo que la decencia les otorga: información, reparación y dignidad. Quienes no pasarán a la historia serán los bebés arrebatados a los perdedores y entregados a familias adeptas al régimen. Sus padres jamás recibieron reparación alguna. Ahora sabemos que nunca lo harán porque en España hay cosas que no se tocan y el franquismo es una de ellas.

La mayoría de los jueces del Supremo juraron lealtad a los principios del Movimiento: esto no pasará a la historia porque un amable manto de silencio se seguirá alzando sobre nuestra modélica transición. Tan modélica que con el tiempo ha logrado hermanar bajo una misma causa a la “progresista” Margarita Robles y el “progresista” Luciano Varela con Manos Limpias y Falange Española. Nombres que quedarán unidos para siempre en los libros de historia por haberse ocupado de que nadie desatara lo que estaba atado y bien atado.

El Gobierno acuerda entregar a Argentina al ex militar Jorge Alberto Soza

Acusado de delitos de secuestro y torturas, vivía en Valencia desde 1992

El País26/02/2010

El Consejo de Ministros ha aprobado extraditar a Argentina al ex militar de ese pais Jorge Alberto Soza, detenido el pasado mes de julio en Valencia, donde vivía con su familia desde 1992, y reclamado por delitos de secuestro, torturas y contra la integridad moral, supuestamente cometidos durante la dictadura argentina. En su comparecencia ante el juez, el ex policía se negó a ser extraditado.

Soza, nacido en Buenos Aires el 9 de noviembre de 1936 y poseedor de la nacionalidad española, fue detenido en Ontiyent el pasado julio y puesto a disposición de la Audiencia Nacional, donde se inicio el procedimiento de extradición. Desde el 15 de octubre de 2009, disfrutaba de la libertad provisional, al haber depositado fianza carcelaria por esta causa de extradición.

Delitos de secuestros y torturas

El reclamado, ex subcomisario de la Policía Federal argentina, esta acusado en su pais de un delito de asociación ilícita, 18 delitos de detención ilegal cometida por funcionario publico, 17 delitos de torturas y otros delitos contra la integridad moral. Por ello, se enfrenta a una pena de prisión que oscila entre los 3 y los 15 años.

Según la documentación entregada por las autoridades argentinas, entre 1975 y 1977, cuando era segundo jefe de la Delegación Neuquén de la Policía Federal, Soza participó junto a otros militares en la represión desatada por la dictadura argentina contra los opositores políticos mediante el secuestro, la tortura, la desaparición y el asesinato de esas personas.

Contexto histórico

Tras el golpe militar en Argentina de marzo de 1976, se instauró una junta militar encabezada por los comandantes de las tres Fuerzas Armadas. Esta junta llegó al poder en un contexto de violencia creciente por los enfrentamientos entre facciones armadas de izquierda y derecha del movimiento peronista y la acción violenta de organizaciones guerrilleras como Montoneros (peronistas) y el ERP (marxistas).

Durante este periodo, se desarrolló un proceso sistemático de secuestro y tortura de personas, también conocida como guerra sucia, con una gran cantidad de desapariciones. Según la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, se registraron casi 9.000 casos, aunque otros organismos de Derechos Humanos elevan la cifra a 30.000.

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