Souvenirs de la historia reciente

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Entrevista con María Ruido
Carolina del Olmo (Minerva, 08, 2008)

En el marco del Proxecto-Edición, un intento multidisciplinar de ir más allá de los formatos expositivos habituales, la artista María Ruido (Ourense, 1967) presentó en el CBA La escena del crimen, una instalación audiovisual que recorre algunos escenarios de guerra y analiza la turistización de los lugares de memoria. La obra constituye la primera parte de un trabajo aún en progreso titulado Plan Rosebud: sobre documentalidades, lugares y políticas de memoria, en el que la influencia de Walter Benjamin es palpable y con el que María Ruido pretende, según sus palabras, «evidenciar la calidad constructiva de los discursos; exponer la complejidad de los fragmentos que conforman las memorias; reflexionar sobre la distancia que existe entre relatos de memoria y narrativas históricas, a veces superpuestas o confusamente solapadas».

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La historia oral de la guerra llega a juicio

Los investigadores reclaman protección constitucional y que secumpla la Ley de Memoria Histórica frente a las acusaciones de las familias de presuntos represores de la Guerra Civil y del franquismo

JOSÉ ANDRÉS ROJOEl País – 02/06/2008

dionisiopereira.jpg Dionisio Pereira

¿Hasta dónde se puede llegar a la hora de investigar el turbio pasado de la Guerra Civil? ¿Es más importante conocer lo que ocurrió, y hacerlo público, o abstenerse para respetar el honor de los descendientes de episodios tan poco edificantes? ¿Qué margen tienen las víctimas, que pasaron años de humillación y oprobio, para recuperar una dignidad que la dictadura les escamoteó? ¿Hay algún consuelo en conocer la verdad? ¿Qué peso tienen los documentos que se conservan de la represión, con juicios sin garantías jurídicas y con testimonios arrancados en una atmósfera de miedo a una autoridad implacable? ¿Y qué crédito dar a los testimonios orales de los supervivientes que, en muchos casos, no pudieron hablar hasta fechas recientes?

Hace unos meses, el Juzgado de Primera Instancia de A Estrada, en Galicia, absolvió al historiador Dionisio Pereira que había sido acusado por los descendientes de Manuel Gutiérrez, alcalde de Cerdedo durante el franquismo, de no querer rectificar para salvar el honor de sus antepasados las conclusiones que hizo públicas en 2003 en un libro colectivo sobre la represión franquista.

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Juan Goytisolo: la ironía y el exilio

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EDUARDO SUBIRATS 10/05/2008 – El País

Acaban de publicarse los cinco primeros volúmenes de las obras completas de Juan Goytisolo en Galaxia Gutenberg. […] Una de las dimensiones que realza una reunión de obras completas es su desarrollo diacrónico y su inserción en el tiempo histórico. En el caso de Goytisolo esta historicidad significa: memoria de la España de Franco, del españolismo nacional católico y de sus secuelas intelectuales y éticas. Significa también la experiencia literaria de su exilio de esa realidad. Conciencia exiliada que se proyecta sobre un horizonte que abraza la Guerra Civil española en un extremo (Duelo en el paraíso) y en el otro extremo la guerra global (cuya esquizofrenia deconstruccionista Goytisolo anticipó en Paisajes después de la batalla). […]

Punto de partida ineludible de este proyecto lingüístico, literario e intelectual: su exilio. Francia, Estados Unidos, América Latina, Marruecos y el mundo islámico. A Goytisolo se le ha presentado oficialmente como novelista latino, como escritor morisco, como intelectual multicultural… y como desterrado español. Por lo demás, este exilio lo ha asumido y cultivado a lo largo de toda su obra, y en particular en sus volúmenes autobiográficos, Coto vedado y En los reinos de taifa. Más aún: lo ha transformado en programa intelectual y estético. En el interior de este exilio el escritor restaura un virtual espacio reflexivo más real que la irrealidad de la España oficial y mediática. Éste es el punto de inflexión que, por una parte, le vincula con los exilios internos del misticismo ibérico de Ben Arabí o Juan de la Cruz. En esta in-versión o sub-versión del orden falso de las palabras y las cosas, o sea, en el distanciamiento y exilio de su irrealidad, reside también su ironía. Su fuerza liberadora de una realidad más profunda a través de la irrealidad de las palabras se resuelve a menudo en su obra con la violencia del sarcasmo, la mordacidad satírica y paródica, o la ligereza de la mofa. Don Julián o los Paisajes después de la batalla son dos diamantes imperecederos en la historia de las literaturas ibéricas en este sentido. Esta doble condición del exilio y la ironía es el hilo de oro que vincula profundamente la obra de Goytisolo con el gran ironista moderno que fue Cervantes. […]

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El PP perpetúa a Franco en Salamanca

El pleno vuelve a negarse a quitarle al dictador el cargo de alcalde de honor

IGNACIO FRANCIA – Salamanca – El País – 09/05/2008

Franco, de seguir así las cosas, será eternamente alcalde de Salamanca. El PP, que gobierna el Ayuntamiento de Salamanca, rechazó ayer en pleno la moción del grupo socialista sobre la retirada a Francisco Franco del título de “alcalde de honor a perpetuidad” de la ciudad -concedido por la corporación en 1964- e igualmente tampoco aceptó revocar la concesión de la primera Medalla de Oro de Salamanca otorgada al dictador en 1948. Los ediles que sostienen al alcalde, Julián Lanzarote, también rechazaron la propuesta de retirar de la plaza Mayor el medallón grabado con la efigie de Franco que se colocó en 1937 en el pabellón dedicado a los reyes.

El PP apenas hizo caso a la moción de los socialistas, que se fundamentaba en la Ley de Memoria Histórica. Sin discusión alguna, el PP la rechazó sin ni siquiera justificar su voto. El grupo popular ya rechazó una moción similar el 26 de enero de 2007, cuando aún no estaba vigente la normativa legal aprobada por el Parlamento. La iniciativa también señalaba que el medallón de Franco, una vez retirado de su emplazamiento actual según la tramitación establecida por la legislación, pasara al Museo de Historia de la Ciudad.

El portavoz socialista, Fernando Pablos, al defender la moción, puso de relieve que “la actual corporación democrática no puede aceptar que el responsable de miles de asesinatos políticos ilegítimos” -entre los que señaló que también figuran los del alcalde de Salamanca y varios concejales al comenzar la guerra civil- continúe como alcalde honorario a perpetuidad, que cuente con la primera medalla de oro y que su efigie figure en uno de los medallones del pabellón real de la plaza Mayor. “Estos hechos son lesivos para la imagen pública de Salamanca y contravienen la legislación vigente”, esgrimió. Además, el portavoz de la oposición trasladó al grupo gobernante el ejemplo que representaba la reciente decisión unánime del Ayuntamiento de Cádiz, también gobernado por el PP, de retirar los honores concedidos al dictador.

Para Pablos, la retirada de honores a Franco supone una manifestación de “dignidad colectiva”, por lo que representó su figura y por la forma en que se le concedieron las distinciones. Así, por ejemplo, cuando la medalla de oro se le concedió sin el preceptivo expediente previo, por, se alegó entonces, “resultar mezquino el marco de un expediente para recoger el desbordado entusiasmo y la expresión de gratitud infinita que la municipalidad salmantina siente y guarda al Generalísimo”.

Desde “la diferencia negativa” que ofrece el grupo popular en la corporación municipal, el portavoz del grupo socialista lamentó que, como ya ocurrió también tiempo atrás con la negativa a rehabilitar como concejal a Miguel de Unamuno y retirar los insultos vertidos contra él en 1936, por parte del PP salmantino se insiste en una línea “alejada de la que debe inspirar a una corporación democrática”, aparte de no respetar la legislación.

A modo de conclusión

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Como terminamos la última clase sin tiempo para llevar a cabo una síntesis de las novelas estudiadas durante el curso, os prometí postear la parte de las conclusiones de un artículo mío sobre las cuatro primeras novelas (Luna de lobos, La voz dormida, Llegada para mí la hora del olvido y Soldados de Salamina). Escribí el artículo hace dos años y quedáis avisados de que no se trata de una obra maestra, pero espero que os sirva para algo. Todo tipo de comentarios y objeciones son bienvenidos. Una vez más, muchas gracias por participar en el curso, ha sido un gran placer trabajar con vosotros.

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Las cuatro novelas analizadas hablan del pasado reciente y aún hiriente de España, la Guerra Civil y el franquismo, desde el punto de vista “posmemorial”, esto es, mezclando elementos procedentes de la memoria transmitida, conocimientos históricos adquiridos por distintos medios e imaginación creativa. No obstante, las obras resultan muy diferentes entre sí, ya que cada uno de los novelistas ha elegido un enfoque y unas estrategias narrativas muy distintas. Luna de lobos resucita a cuatro huidos acorralados en las montañas de León; La voz dormida narra la historia de un grupo de mujeres republicanas en la cárcel de Ventas; Llegada para mí la hora del olvido consiste en las supuestas memorias del Caudillo; y Soldados de Salamina nos presenta a un falangista fusilado por los rojos y a un soldado republicano exiliado mediante la investigación histórica de un escritor en los años noventa. En conjunto, las novelas basadas en la posmemoria construyen, por lo tanto, un pasado plural, consistente en muchas voces, muchas historias y muchos puntos de vista.

A pesar de la variedad formal, las cuatro novelas del corpus tienen también varios elementos en común. Todas adoptan una postura moral favorable a los vencidos de la guerra y tres de las cuatro reivindican a alguna figura histórica, como a los maquis, a las mujeres resistentes o a los soldados anónimos. Sin embargo, ninguna de las novelas hace apología de la ideología concreta de estos colectivos, sino que se las observa siempre desde una distancia crítica. Como ha indicado Norma Sturniolo, las obras narran más bien “la tragedia de hombres y mujeres ante una situación límite, se profundiza en las reacciones que genera tal situación, como el miedo, el dolor, el desesperado apego a la vida.”[1] El conflicto y sus causas ideológicas pertenecen claramente al pasado; lo que perdura es la huella que dejaron los acontecimientos en la memoria colectiva y en las personas que los vivieron. Lo que reivindican los novelistas es, principalmente, el derecho a la memoria y a conocer la historia reciente del país, manipulada durante el franquismo y silenciada por los políticos en la Transición. Como dice María Coira, “[n]ovelar el pasado puede ser leído, pues, como no-velar el pasado; es decir, correr el velo con que ha sido cubierto o encubierto.”[2]

Las obras comparten también una vinculación emocional con el pasado. Cada una de ellas constituye una excursión al pasado, a la vida de las generaciones inmediatamente anteriores. Mediante la escritura, los novelistas buscan no sólo una conexión intergeneracional sino también una continuidad entre el ayer y el hoy. La Guerra Civil es considerada como el principio del presente y resulta imprescindible para entender la sociedad española de hoy. Por lo tanto, las novelas basadas en la posmemoria no estudian el pasado a causa del pasado mismo, sino que lo utilizan como una herramienta para comprender la actualidad y para construir un futuro diferente. El objetivo no es detener “el pasado que no pasa”, sino superarlo. Los novelistas parecen sugerir que, para liberarse del lastre del pasado dictatorial, primero hay que conocerlo y admitirlo; no se logra una verdadera reconciliación mediante un silencio pactado o un olvido fingido, sino hablando, a través de un diálogo polifónico y abierto.

Como resultado del análisis de las cuatro obras que forman el corpus, se pueden distinguir tres facetas distintas en la construcción literaria de la memoria histórica. La primera consistiría en la reivindicación de un grupo marginalizado concreto, como el de los huidos en la novela de Llamazares y la de las mujeres resistentes en la de Chacón. La segunda faceta implicaría la problematización de esa postura algo simplista y la introducción de un planteamiento histórica y políticamente más complejo y equitativo, que se vería realizado en la novela de Cercas. Y la tercera, representada por la novela de Val, supondría un desprendimiento del realismo y de la verosimilitud histórica del discurso, y la búsqueda de la liberación del pasado mediante la imaginación creativa y el uso de la ironía.

Aunque el reducido corpus de este estudio impide dar validez general a los resultados obtenidos, creo que éstos pueden resultar interesantes como hipótesis para futuros estudios sobre el tema de la posmemoria literaria con un corpus más amplio. Asimismo, para estudiar con más profundidad la aportación “posmemorial” a la discusión sobre la Guerra Civil y sus secuelas, sería necesario comparar la obra de estos autores, nacidos en los años cincuenta y sesenta, con la de las generaciones anteriores, publicada tanto antes como después del fin de la dictadura, en España y en exilio. Este tipo de trabajo global, aún sin realizar, podría revelar aspectos interesantes sobre la evolución de la novela española sobre la Guerra Civil y sus secuelas.


[1] STURNIOLO, N.: “El final de la guerra civil. 60 años después”. DeLibros, 126, 1999, p. 36.[2] COIRA, M.: “Historia y ficción: versiones narrativas”, en J. M. Pozuelo Yvancos, F. Vicente Gómez (eds.), Mundos de ficción [Actas del VI Congreso de la Asociación Española de Semiótica], Vol 1, Murcia, Universidad de Murcia, 1996, p. 492.

Diario de aprendizaje IV (Ruth)

Soldados de Salamina, Javier Cercas, 2001, Barcelona.

Leí  Soldados de Salamina por segunda vez. Y volvió a gustarme. La primera la había leído de forma lúdica, pero ya me había llamado la atención, lo mismo que a J.A. González Sainz en su artículo La obsesión y el secreto (Letra Internacional, 75, 2002, pp. 69-71): el personaje-autor persigue casi como en una novela policial a un no-asesino, a alguien que otorga/ posibilita la vida. Personalmente no sé si se puede hablar de perdón a los enemigos (Santos Juliá, El azar y la piedad,  Letra Internacional, 75, 2002, pp 69-71) ni de redención entre facciones opuestas (E. Poniatowska, El sueño de los héroes,  La Jornada. unam.mx.2003.07.06).  En mi opinión podría decir que se trata de piedad o compasión pero desde un punto de vista personal. El soldado que no-mata no está pensando “voy a perdonar a mis enemigos”. Siente compasión personal por otra persona. Decide no matar. Me atrevería a decir que lo hace desde un punto de vista sartreano: tomo la responsabilidad personal de no matar y me atendré las consecuencias. Porque en esos escasos momentos en que el soldado mira a Sánchez Maza tiene que haber pensado qué podría pasar si lo descubrieran. Si alguien llegara y le dijera “cómo que no hay nadie ¿y este hijo de mala madre,  creador del falangismo, qué es?”. En esos segundos tiene que haber sopesado la vida y la muerte, su vida y su muerte. ¿por qué no lo mata? ¿para qué no lo mata? (Poniatowska, id). Sólo lo puede saber el soldado. Para mí, una interpretación más entre todas las que he leído, es simplemente un rasgo responsable de humanidad frente a la deshumanización que implica una guerra fraticida que ya terminaba.

Volví a disfrutar con la novela que se va  construyendo dentro de la novela, con todos los conceptos de realidad ficcionada, de novela casi real, de las intenciones de realismo y veracidad,  de las idas y vueltas del peridiodista de investigación.  De la verdad inventada. Miralles es mucho más real que todos los otros personajes. Creo que todos quisiéramos que exista. Que se haya dado ese abrazo tan literario con un novelista de verdad. Uno de los momentos más interesantes en el libro es el encuentro personaje-escritor con el escritor-personaje que es Bolaño,  hilo de Arianna reencontrado, da pie a la tercera parte: el encuentro con Miralles, donde el personaje-autor da lo mejor de sí mismo.

Poniatowska critica a Cercas dos posiciones despreciativas , mirando desde arriba a Conchi y a los campesinos. Aún pensándolo desde un punto de vista feminista, no todos los personajes tienen que ser políticamente correctos, un personaje es como es, aunque no nos resulte simpático. Como pienso que son muchos periodistas y novelistas de habla hispana, machistas inocentemente (sí, ya sé, hoy en día nadie es inocente). No pienso que Cercas no se haya dado cuenta de lo que escribía. Simplemente es un toque más de “realidad” en la novela. Poner a Conchi a la altura del Cercas personaje hubiera sido poco creíble en la sociedad española en la que se mueve Cercas. Y él pretende hacer una novela “donde todo sea verdad”.

Diario de aprendizaje III (Ruth)

La voz dormida, Dulce Chacón, Alfaguara, Madrid 2002

Quizás uno de los puntos más importantes de la novela, es que las mujeres aquí no son tratadas como iconos, heroínas ni mitos, sino mujeres de carne y hueso, no sólo porque sabemos que existieron sino por no pretender ser símbolos, aunque al final de la novela tengamos esa sensación.   Tomasa no es Madre Coraje, es una mujer llena de dolor a quien le han matado a su familia. Ni Tensi es el mito de la maternidad que trasciende su propia muerte.  Es una mujer que ama a su marido hasta sus últimas consecuencias, con el orgullo de ser roja, pero sin erigirse en estatua para las próximas generaciones.

Heroínas, sin pedestal, sin Historia, son todas esas mujeres que fueron consecuentes con sus ideales y que a pesar de ellas se vieron envueltas en una guerra. Algunas marcharon al frente o al maquis, obligadas por las circunstancias, no porque soñaran con ser soldados ni guerrilleras. En todas las situaciones excepcionales, la revolución mejicana, la rusa, la guerra en vietnam, muchas mujeres se vieron en la posición de soldados o reemplazando en la retaguardia a los hombres en sus trabajos, a veces en cargos de prestigio. Y Dulce Chacón habla de ellas.

Terminada la contienda, las mujeres rara vez conservan esa situación considerada de prestigio por los hombres.  Vuelven a sus labores:   ahora que sus hombres están de vuelta se les “permite” cuando no se las obliga a volver a su habitat “natural”: el hogar.

Las mujeres de Chacón viven sobre todo en en un mundo claustrofóbico, dentro y fuera de la cárcel. Las escenas de la cárcel de Ventas están muy bien logradas, si bien hay tensión dramática, no nos encontramos con melodras ni dramatismo exagerado. Así era (y en muchos países es) la vida en la cárcel, una cotidianeidad de ignominias e impotencias. La vida de los personajes fuera de la cárcel llevan una vida ritmada por las visitas a esta  y se sienten prisioneros/rehenes  de la situación de vencidos. Incluso los que están en el maquis están prisioneros de la realidad política, a pesar de estar en el monte.

Como varias de las novelas que estamos leyendo (y las películas también) hay en el libro de Dulce Chacón una intención de veracidad, un intento de acercarse a los hechos factibles.  Los persnajes femeninos tienen cuerpo y voces reales, en cambio en mi opinión, los personajes masculinos son más icónicos y estereotipados. En eso coincido con Antonio López Quiñones, La guerra persistente, Madrid, Iberoamericana, 2006. Los personajes masculinos son más chatos, responden a la figura del militante, más que al personaje. Los personajes de La voz dormida, salvo excepciones (Pepita), no se preguntan si podrían actuar de otra manera a lo ordenado, como en Soldados de Salamina,  porque obedecen a los modelos con que han sido creados.  En el intento de Chacópn de recuperar  voces dormidas hay un cierto maniqueísmo, los del partido son buenos y fusilarán cuando haya que fusilar al enemigo o a quien represente un peligro para la misión o el partido, los malos no dudarán en fusilar a Tensi, que acaba de dar a luz.  La discusión entre Paulino y el cura me hizo pensar en una frase de Alfredo Bryce Echenique  en La vida exagerada de Martín Romaña, Argos Vergara, Barcelona, 1981 “Inés pasó del catolicismo más militante al comunismo más pío”. Lo que retrata como en el caso de Paulino un militante doctrinario.

Leyendo el libro de Chacón me he conmovido, sobre todo en las escenas de solidaridad de la cárcel, que son las que más realistas me parecen. Los sentimientos de las presas hacia su propio cuerpo, hacia la suciedad, por ejemplo. Las condiciones de higiene y de salud. Aunque López Quiñones critique que la cárcel “privilegia la coincidencia de pareceres y la convergencia en las acciones” allanando disidencias, pienso que en aquella época y en otras más recientes, la cárcel por razones políticas implica asumir posiciones colectivas y de pertenencia para poder sobrevivir.

Tampoco coincido con López Quiñones cuando critica que en La voz dormida no se discutan los aspectos fundamentales del comunismo o de la república. Sería como volver a los años ´50 ó ´60 cuando los personajes de una novela explicaban las ideas marxistas. Por suerte no es el objetivo de Chacón, sino mostrar cómo las personas,  deciden defender esas ideologías a costa de la vida o de la cárcel.

Personalmente pienso que si no es uno de los libros más sólidos o mejor escritos de los que hemos leído en este curso, sí es uno de los primeros que pone a las mujeres en el mapa de la historia de la Guerra Civil y el franquismo, uno de los más conmovedores, y sobre todo un canto a la libertad.

“Franco era como el mago de Oz: frágil, pequeño e inseguro”

El hispanista Paul Preston presenta un ensayo en el que desmonta las mentiras difundidas sobre el dictador

EUROPA PRESS / El País– Barcelona – 21/04/2008

El historiador británico Paul Preston acaba de publicar El gran manipulador. La mentira cotidiana de Franco (Ediciones B) donde desgrana la personalidad del Caudillo, marcada por su condición de “vulnerable, pequeño e inseguro” por la que se refugiaba “en un disfraz”, algo que al inglés le recuerda al Mago de Oz, según indicó ayer en rueda de prensa.

Durante la época de Africa, Franco fue el Héroe del Rif para convertirse en el Cid del siglo XX en la Guerra Civil y luego, durante la Segunda Guerra Mundial, en un Felipe II obsesionado por reconstruir un imperio, relató Preston acerca de esa personalidad cambiante en la que siempre predominaba el afán por mentir y tergivrsar la realidad a su favor, según dijo.

“Eran unas mentiras tan infantiles que parecía imposible que las pudiese decir” pero “cuando se tiene el control totalitario de los medios, se puede decir cualquier cosa”, remachó el historiador, y puso como ejemplo una “mentira colosal”: Franco justificaba las penurias que pasó España durante la posguerra aduciendo que la culpa la tenía América, porque tenía envidia del sistema falangista, recordó Preston.

Mediocre y mentiroso

En el libro, que publica en catalán la editorial Edicions Base, se explica que Franco, “mediocre y mentiroso”, pudo mantenerse 40 años en el poder por la “inversión de terror” que hizo, por la “capacidad de manipular a sus colaboradores” y por el contexto internacional, en el que las potencias “sabían las mentiras de Franco pero les convenía” no revelarlas, aseguró.

La falta de sentimientos del dictador le facilitó mucho las cosas, ya que le capacitaba para pedir sin remordimiento la muerte de sus enemigos y para usar a sus soldados como carne de cañón, expuso Preston, aunque puntualizó que tampoco se puede decir que “disfrutase de la sangre”.

“Estoy harto de Franco”

“Es un poco exagerado decir que la única faceta de Franco era la de mentiroso, pero sí que es la que cada vez me llama más la atención”, reconoció Preston, para el que el Caudillo tenía “graves problemas psicológicos” y una fe ciega en la victoria y una suerte equiparable a la de un buen entrenador de futbol, además de que era capaz de animar a las tropas con su voz aguda y floja.

“Estoy harto de Franco”, espetó el historiador, aunque le motiva seguir investigando porque los medios de comunicación anglosajones le siguen brindando a Franco una buena fama que, según él, no merece.

El gran público anglosajón no ponen a Franco en el contexto de Hitler porque le sobrevivió 30 años y, antes y después de 1945, “pero sobretodo después”, el Caudillo puso en marcha una potente maquinaria de propaganda para reconstruir la historia y presentarse como el gran militar que ganó la Guerra Civil, el liberador de España de la Segunda Guerra Mundial y el inspirador del crecimiento económico de los años 60, premisas que para Preston son falsas.

Preston (Liverpool, 1946) consideró que lo que falta saber aún de Franco es el grueso de sus documentos personales, que están en paradero desconocido después de que en los años 60 se especulara con su venta, aunque un porcentaje muy pequeño de ellos se recogen en la Fundación Nacional Francisco Franco, según dijo el historiador.

Recientemente nombrado miembro del Institut d’Estudis catalans (IEC), Preston ofreció una conferencia sobre Franco ayer a las 19 horas en el Museu d’Història de Catalunya.

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Sobre Isaac Rosa y El vano ayer

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En internet hay muchas críticas sobre El vano ayer y también entrevistas a Isaac Rosa. Os pongo aquí algunos enlaces:

CRESPO, Marciano: “El franquismo torturó y ejecutó hasta el último momento” [entrevista a Isaac Rosa]. Tribuna, octubre de 2004 [http://www.fsap.ccoo.es/comunes/temp/recursos/22/29408.pdf].

ECHEVARRÍA, Ignacio: “Una novela necesaria”. El País, 12/06/2004 [http://www.elpais.com/articulo/semana/novela/necesaria/elpepuculbab/20040612elpbabese_16/Tes].

RENDUELES, César: “Isaac Rosa. La anamnesis del franquismo”. Ladinamo, 13, 2004 [http://www.ladinamo.org/ldnm/articulo.php?numero=13&id=324].

Os recomiendo también la siguiente novela de Isaac Rosa:

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y un artículo sobre ¡Otra maldita novela sobre la guerra civil!:

GOYTISOLO, Juan: “Ejercicio de valentía y lucidez”. El País, 17/03/2007 [http://www.elpais.com/articulo/narrativa/Ejercicio/valentia/lucidez/elpepuculbab/20070317elpbabnar_9/Tes].