La Ley de Memoria Histórica y la reconciliación española

El debate sobre la Ley de Memoria Histórica ofrece una buena idea de la situación actual del discurso en España en transición después de la época de Franquismo y la precedente Guerra Civil. Se han recorrido muchas etapas de la memoria colectiva, y en los años dos mil el debate público ha surgido como opción. Julián Casanova escribe en el apartado Opinión del diario El País (20.9.2007) sobre la ley sugerida, presentado en julio de 2006. El escritor es catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, y por su profesión tiene mucho peso sus cuidadosamente elegidas palabras.

El debate vale más que la indiferencia política y social de los décadas pasadas. Pero un debate donde cada participante defiende lo suyo sin escuchar a los demás no lleva a resultados. La sociedad civil no es capaz de crear una presión que sirva de contrapeso frente a los poderes institucionales porque falta un sentido de unidad compartido por la sociedad civil en su enteridad. Está conocido que no hay algo más unificador que un enemigo común, sea una entidad o concreta o simbólica.

Lo que ayuda a mantener vivo el debate sobre la memoria histórica es las representaciones culturales, especialmente las obras que procuran romper los modos convencionales de presentar el tema. Obras (semi-)ficticias son capaces de invitar al miembro de público a reconsiderar sus posturas previas desde puntos ajenos al suyo y provocar necesario debate.

Los cambios alcanzan el nivel institucional con menos rapidez que el nivel individual o colectivo. Casanova no hace mención de por qué no se ha establecido una Comisión de la Verdad en España. Es de suponer que una propuesta se haya hecho según el modelo internacional, pero  que la idea se ha abandonado. Este hecho refleja la naturaleza única de cada sociedad en transición. La situación española es particular por la dictadura establecida directamente después de la Guerra Civil. El régimen autoritario se mantenía en marcha mientras las fuerzas contrapuestas seguían en efecto en un ambiente de miedo y de recelo.

Para la Iglesia católica española su afiliación a la dictadura resulta difícil de reconciliar, especialmente su participación en el mantenimiento de prisiones.Sin embargo, podría actuar como un poder institucional ejemplar que haga reaccionar a los demás instituciones.

En Finlandia la sociedad civil tuvo que unificarse para el esfuerzo de guerra contra Rusia. La reconciliación finlandesa fue una necesidad ante la amenaza de Rusia. La reconciliación es un fenómeno a qué atribuyen múltiples factores socioculturales, y no es sensible hacer simplificaciones basadas en hechos que no toman en cuenta la naturaleza y las condiciones propias de cada sociedad.

Fuentes

Casanova, J.: “Después de tanta memoria…“. El País, 20/09/2007.

Apuntes de clase “Memorias del pasado” 29/9/2016

5 thoughts on “La Ley de Memoria Histórica y la reconciliación española

  1. Mavi

    Laura, me ha parecido muy interesante el comentario que haces sobre el tema de la reconciliación y de la unificación de la sociedad civil finlandesa para crear un frente contra su enemigo común. Las razones por las que España sigue tan dividida son complejas y, quizás, ha faltado ese elemento unificador. Pueden haber muchos otros factores que hayan contribuido a la falta de reconciliación y creo que, como tu bien dices, hay que tener en cuenta la naturaleza y las condiciones propias de cada sociedad. Es un tema bastante complejo desde mi punto de vista, pero tus comentarios son muy válidos.

  2. Heidi H Hiltunen

    Estoy de acuerdo con Mavi. Es un tema complejo que has elegido. En una sociedad ideal los aspectos individual, colectivo e institucional se encuentran de manera a formar un equilibrio continuo. Este equilibrio es una base segura para una sociedad formada por individuos que se consideran miembros libres y a la vez dedicados a un asunto común . Sencillamente, es resultado de una democracia de larga historia. Allí está un poco la trampa de España. Quizás el poder que aspiraba el pueblo español aparentaba más a la democracia tal como la entendían otros paises europeos desde ya el siglo anterior. Sin más síntomas de malestar los españoles no podían evitar la contradicción entre la evolución democrático pan-europea y su propia realidad. La presión les llevaba hacia el conflicto que se metió en marcha radicalmente con la guerra civil pero que ningunamente llegó a su fin tan rápido. Los acontecimientos y las condiciones que se encadenaban los décadas siguientes quizás llegaron a meter en evidencia ciertos límites extremos a la sociedad en busca de su identidad como europeos y como españoles, con democracia y sin embargo con su particularidad centenal. Pero será por su persistencia o pertinencia que les lleva ahora a buscar este equilibrio entre individuos, sociedad y la institución aunque tomora unos cuantos decadas de más. Los debates públicos son una manifestación de la democracia viva y una garantia de la flexibilidad de ésta. Los debates son también un terreno para cultivar la memoría y entonces un punto de referencia. Por eso son necesarios para una evolución sana de una democracia hecha española.

  3. Heidi H Hiltunen

    Laura, una palabra de más que debía decir: ingenioso esta comparación que haces entre España y Finlandia y la función de un enemigo en común. Aunque sabemos que son paises muy distintos con sus peculiaridades este tipo de comparación de la mente humana tiene siempre su valor. Me ha llamado la atención porque fue un punto en común entre nuestros trabajos. Estás dando un ejemplo concreto de un factor que podría unificar una nación. De mi parte hablé de la diferencia en la memorización que se puede observar entre las guerras interiores y “exteriores”. Tu idea está bien desarrollada. Quizás podrías seguir con el tema más tarde en una ocasión.

  4. vsuokas

    Laura,

    en tu trabajo presentas unos comentarios que parecen bien pensados y válidos a pesar de la complejidad del tema, como ya se ha comentado arriba, y está bien la reflexión sobre lo del pueblo finlandés ante la amenaza de Rusia. Pero claro, cada situación es única y cada sociedad se encuentra en sus propias circunstancias. No es fácil comparar pero algo de lo mismo tendrá.

    En cuanto a la estructura del escrito, me parece bien cómo has hecho la división en muy cortos párrafos porque así el texto resulta muy claro y es cómodo de leer ya que no cuesta nada seguir el progreso de los argumentos.

  5. Elina L.

    Gracias por tu trabajo, Laura. Tu texto es bastante breve, pero consigues sintetizar en él varias cuestiones complejas y de gran envergadura que hemos tratado en clase.

    Tu trabajo suscita muchos pensamientos, pero voy a comentar solo un aspecto: el papel de la Iglesia. Lamentablemente, la Iglesia no muestra señales de querer adoptar una postura conciliadora y ejemplar en el tema de la memoria histórica, sino más bien lo contrario. En lugar de reconocer el papel que tuvo en la represión franquista, la Iglesia ha avanzado en la dirección contraria, por ejemplo, organizando masivos actos de beatificación de ”los mártires de la Guerra Civil” y negándose a quitar símbolos franquistas de sus edificios.

    De todas formas, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ha sugerido que la Iglesia debería dar un paso al frente. El 80 aniversario de la Guerra Civil sería un momento adecuado para que la Iglesia finalmente “perdone y pida perdón”.

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