El Supremo admite una querella contra Garzón por prevaricación

crimenes del franquismo

El magistrado de la Audiencia deberá declarar en calidad de imputado por la causa contra el franquismo.- El juez asegura que la ley es “igual para todos” y se defenderá “en su momento”

ELPAÍS.com 27/05/2009

El Tribunal Supremo ha admitido a trámite una querella presentada por Manos Limpias contra el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en la que se acusa al magistrado de prevaricación, por excederse en sus competencias en la investigación de los crímenes de la Guerra Civil y el franquismo, según ha podido saber ELPAÍS.com de fuentes judiciales. La admisión de esta querella, que obligará al magistrado a declarar en calidad de imputado cuando sea requerido por el tribunal, se adopta en oposición al criterio de la Fiscalía, que había informado en contra.

Tras conocer la decisión del Supremo, Garzón ha manifestado que la ley “es igual para todos” y ha añadido que está “tranquilo” y que se defenderá “en su momento” de la acusación de Manos Limpias. El magistrado ha asegurado que no tiene conciencia de haber cometido delito alguno al pedir los certificados de defunción de los responsables de la dictadura franquista.

El Supremo cita el informe de la Fiscalía de la Audiencia Nacional en el que se oponía a que el juez investigara los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y la dictadura y negaba la competencia de la Audiencia, informa Julio M. Lázaro. El ponente de la resolución ha sido el magistrado Adolfo Prego, quien hasta la última renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) desempeñó el cargo de consejero a propuesta del PP.

“Esta sala, sin valorar ni prejuzgar lo sucedido, entiende que no se dan las condiciones para rechazar la admisión a trámite de esta querella; lo afirmado en la querella no es algo que, ab initio, pueda considerarse ajeno al tipo penal de prevaricación, al menos como hipótesis que no se advierte sea ni absurda ni irracional”, indica el alto tribunal en su auto, firmado por el presidente de la Sala de lo Penal, Juan Saavedra, y los magistrados Adolfo Prego, Joaquín Jiménez, Francisco Monterde y Juan Ramón Berdugo. Luciano Varela ha sido el juez designado como instructor, quien a su vez fue el ponente de la resolución de la querella presentada por dos abogados contra Garzón por cobrar de una universidad de EE UU, entre marzo de 2005 y junio de 2006, y que hoy ha archivado definitivamente el Supremo.

Suspensión cautelar

La organización ultraderechista Manos Limpias ha explicado que en su querella también solicita que el CGPJ suspenda cautelarmente de sus funciones al juez mientras termina de instruirse ese procedimiento. El presidente, Miguel Bernard -ex responsable de Fuerza Nueva-, considera que Garzón cometió prevaricación, es decir, dictó resoluciones injustas a sabiendas de que lo son, al iniciar un procedimiento para la investigación y exhumación de las fosas del franquismo sin tener competencia para ello y en contra del criterio de la propia Fiscalía de la Audiencia Nacional.

En la querella, presentada el pasado 26 de enero, Manos Limpias exponía que el juez prescindió “total y absolutamente del procedimiento establecido, de la irretroactividad de la ley penal, de la ley de amnistía de 1977 y de sus propios actos y autos, en los que rechazó como genocidio los asesinatos de Paracuellos del Jarama”.

Durante el año pasado, el magistrado abrió la investigación para esclarecer las responsabilidades de los crímenes cometidos durante la dictadura. El juez acusaba al General Francisco Franco y a otros 44 miembros de sus Gobiernos y miembros de Falange de “delitos contra Altos Organismos de la Nación y la forma de Gobierno, y detención ilegal con desaparición forzada de personas en un marco de crímenes contra la humanidad”.

En lo que respecta a la apertura de fosas de los represaliados por la dictadura, Garzón se inhibió en noviembre en favor de los 62 juzgados territoriales donde se encuentran enterrados los cuerpos, pero añadía que debían investigarse las desapariciones y las sustracciones de niños. El juez tomó esta decisión después de declarar extinguida la responsabilidad penal de Franco y del resto de mandos de la dictadura. Para el Supremo, “cuando la muerte es anterior a una condena y la condena por ello no ha existido, lo que se extingue es la acción penal, lo cual determina que si el proceso estaba abierto porque vivía la persona, se archive de plano, y si no lo estaba resulte absolutamente imposible incoarlo”.

De acuerdo con el auto emitido el año pasado por el magistrado, Franco y los militares golpistas desarrollaron una “actividad criminal planeada y sistemática de desaparición y eliminación de personas por razones ideológicas”, lo que significó un “crimen contra la humanidad como claramente se definió en el Estatuto y Tribunal de Nüremberg”.

Noche y Niebla

MANUEL RIVAS El País – 30/05/2009

Si la oblicua maquinaria puesta en marcha contra Garzón avanza, asistiremos al kafkiano proceso de un tribunal que encausa, en carne, a la Justicia. No sería la primera vez que en España se quema en figura a un hombre justo, pues el sambenito ya se lo han puesto, pero esta vez, de culminarse, esa maldad activa lo mancharía todo. La democracia en España sufriría su peor golpe desde el 23-F. Garzón sería nuestro Dreyfus. La secuencia de los hechos se presenta ante los ojos con la claridad de un storyboard. Una partida de leguleyos de ultraderecha presenta una querella contra el único juez que intentó investigar los indubitables crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura fascista (olvidemos el eufemismo de “franquismo”), crímenes al estilo del decreto NN (Noche y Niebla) de Hitler. Los que comparan la iniciativa de Garzón con una “causa general”, estableciendo un pérfido paralelismo, parecen ignorar lo que semejante expresión significó en el régimen programado de terror que siguió a la guerra: a la altura de 1944, se registran más de 400.000 represaliados. Prosigamos. Quien actúa como ponente en esta versión castiza de Un enemigo del pueblo ha mantenido públicamente posiciones que acaso en otros contextos, como la Alemania democrática, no le permitirían ejercer la más noble función. En la siguiente viñeta, el partido de la derecha jalea como un triunfo la admisión a trámite de la querella contra Garzón. Mientras tanto, en España hay oficialmente 130.000 víctimas NN. Sus familiares fallecen sin ver que en su país se cumpla el mandato de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas: reconocimiento, reparación, justicia. En la Ilíada, Aquiles arrastra y maltrata el cuerpo ya muerto de Héctor. Los dioses, reunidos en asamblea, le obligan a honrar al fallecido. Es un episodio inaugural de la ética. ¿Dónde están los dioses? Y, por favor, para la náusea, ¿dónde quedan los servicios?

Diario de aprendizaje V (Anna)


En este último diario de aprendizaje quiero tratar un tema que tiene mucha importancia para mí: el flamenco y su relación con la dictadura. Se ha hablado bastante poco de esto: conocemos que Franco utilizó el flamenco para crear una imágen bonita y turística: los toros, el flamenco apasionante… Todavía hoy el flamenco sufre de esta estigmatización. En la realidad, muchos artistas no podían expresarse; para tener trabajo había que dejar los temas sociales y politicos al lado y concentrarse en la fiesta y en temas folclóricas. También hecharía a Franco una gran parte de la culpa de que el flamenco haya sido clasificado como “español”, como un arte nacional. Más que español, el flamenco proviene de Andalucia, y ha evolucionado en la convivencia de los gitanos, los árabes, los judíos y la gente pobre andaluza. Pero Franco veía en él un símbolo que podría servir a España. Y tenía razón.

Aunque sea evidente que en el mundo flamenco también haya necesidad de recuperar la memoria, destaca la escacez de los testimonios de las experiencias durante la dictadura. Hay que tomar en conciencia que los flamencos siempre han vivido y siguen viviendo al margen de la sociedad. Sin embargo, sus cantes han tenido también una dimensión política: existen cantes sobre la persecusión de los gitanos, sobre cárceles, sobre soldados, icluso sobre las guerras de Napoleón. Pero de la guerra civil – nada. Por cierto, hay una letra tradicional de tangos que tiene su origen en el barrio de Triana, un barrio sevillano poblado por gitanos (antes de que fueran trasladados a los alrededores de la ciudad).

Dice la letra:

Triana, Triana

que bonita está Triana

cuando le ponen al puente

la bandera republicana

Sin embargo, no sé por qué razones, he escuchado a algunos cantaores sustituir “la bandera republicana” por “la banderilla gitana”.

Siendo flamenco un arte marginal, los historiadores que escriben de la postguerra y de la dictadura, apenas le dedican dos lineas. El error que comete la mayoría, es confundir el flamenco y la copla con su parte kitsch. Durante la dictadura de Franco, sobre todo en los años cuarenta y cincuenta, el franquismo utilizó el flamenco para imponer una imagen uniforme de la cultura española. El régimen se apropió del arte como un símbolo representativo del nacionalismo, ignorando por completo sus raíces profundamente raciales y regionales. En vez de ser asociado con sus creadores en las clases bajas y minorías étnicas, el flamenco fue exportado al mercado mundial.

Según William Washabaugh, profesor de antropología en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee y autor del libro Flamenco: pasión, política y cultura popular (1996), no era ni la primera ni la última vez que el arte jondo se usaba con fines ideológicos explícitos. El padre de los poetas Antonio y Manuel Machado, Demófilo, que fue un estudioso del folklore, vio ya en las últimas décadas del siglo XIX en el cante flamenco la manifestación artística que mejor expresaba la “esencia cultural de lo andaluz”. Esto, con el franquismo pasó a representar toda España.

La canción popular era peligrosa por su caracter espontánea, su crítica y rápida difusión. Durante la dictadura las ferias públicas y gratuitas fueron prohibidas y sustituidas por actos con venta de entradas, para controlar más el contenido de las obras. El folklore cayó en manos de la Sección Femenina con lo que el estado pasaba a controlar la cultura musical popular. Algunos cantaores, como Enrique Morente (que sigue cantando y es uno de los cantaores más creativos) o José Menese, lucharon con su arte contra el franquismo en los años sesenta. Me enteré de que un cantaor, Luis Marín, murió arrollado en la Castellana por un coche conducido por fascistas. Así que existió resistencia, a pesar de que la imagen oficial del flamenco era lo que podriamos llamar kitch. Sin embargo, el flamenco resistió su opresión. La muerte de Franco en 1975 trajo consigo una revolución artística con el nacimiento del Nuevo Flamenco.

Como hemos visto, los temas de la guerra civil y el franquismo aparecen con abundancia en la literatura española de las últimas décadas. En el baile flamenco conozco dos ejemplos que han tratado estos temas. La compañía de danza Arrieritos tiene una obra sobre las trece rosas. No he visto la obra, pero pongo aquí el trocito que encontré en el YouTube. http://www.youtube.com/watch?v=ICog22CBEI0

El genial bailaor y coreórafo sevillano, Israel Galván, estrenó en la Bienal de Sevilla en 2002 su obra Galvánicas. La tercera parte de la obra trataba de la guerra civil. Yo estuve en el estreno viendo como una parte del público se marchó durante el espectáculo – no sé si por el tema elegido por Israel, o por su forma revolucionar de bailar.

Para terminar quiero mencionar una canción, una rumba. Con ella me pasó un poco lo mismo que con la novela La voz dormida. Esa novela no me inquietó de forma intelectual como lo hizo El vano ayer de Isaac Rosa. Es que me acogió y me llevó a otros tiempos, a otros sitios. Puede ser que La voz dormida parezca a una novela rosa, pero no hay que menospreciar su poder. Las novelas escritas al estilo de Rosa nunca llegarán a ser peligrosas, porque son demasiado complicadas para el gran público lector, mientras el estilo de Dulce Chacón es más peligrosa, es sentimental, es manipulador. No quiero decir que no me gustó, al contrario. Puede ser que Chacón presente a las mujeres republicanas de una forma romantizada, pero no me importa. Me emocionó el amor de Pepa y Jaime que puede esperar unos veintitantos años hasta verificarse. ¿Sería esto posible hoy en día? Me emocionó la cadena de generaciones, la jóven Tensi que no llegó a conocer a sus padres y que se metía en el comunismo. Y que Pepa vivía en la calle Magdalena, en la misma calle dónde yo tenía mi pisito de buhardilla en Madrid… Así que confieso que soy una admiradora tanto de Isaac Rosa como de Dulce Chacón.

Y aquí está la canción Ay Carmela! con unas fotos de mujeres republicanas.

http://www.youtube.com/watch?v=OFZLwsA-Si8


La letra de esta canción republicana, también conocida como El Paso del Ebro y Viva la XV Brigada, es de los años de la guerra civil. La melodía es tradicional de los principios del siglo XIX.

El Ejército del Ebro,
rumba la rumba la rumba la.
El Ejército del Ebro,
rumba la rumba la rumba la
una noche el río pasó,

¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!

una noche el río pasó,

¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!

Y a las tropas invasoras,
rumba la rumba la rumba la.
Y a las tropas invasoras,
rumba la rumba la rumba la
buena paliza les dio,

¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!

buena paliza les dio,

¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!

El furor de los traidores,
rumba la rumba la rumba la.
El furor de los traidores,
rumba la rumba la rumba la
lo descarga su aviación,

¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!

lo descarga su aviación,

¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!

Pero nada pueden bombas,
rumba la rumba la rumba la.
Pero nada pueden bombas,
rumba la rumba la rumba la
donde sobra corazón,

¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!

donde sobra corazón,

¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!

Contraataques muy rabiosos,
rumba la rumba la rumba la.
Contraataques muy rabiosos,
rumba la rumba la rumba la
deberemos resistir,

¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!

deberemos resistir,

¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!

Pero igual que combatimos,
rumba la rumba la rumba la.
Pero igual que combatimos,
rumba la rumba la rumba la
prometemos combatir,

¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!

http://www.esflamenco.com/script/news/esnews.asp?frmIdPagina=660


http://ayp.unia.es/index.php?option=com_content&task=view&id=252

http://www.elpais.com/articulo/opinion/ESPAnA/FRANQUISMO/Flamenco/copla/franquismo/elpepiopi/20000314elpepiopi_12/Tes/

Francisco Gutierrez Carbajo: La copla flamenca y la lírica de tipo popular, Editorial Cinterco, Madrid 1990

Diario de aprendizaje V (Marianne)

Nunca me ha gustado mucho analizar una novela o alguna otra obra del arte. Son pasatiempos, y en mi tiempo libre prefiero dejar de pensar en las brutalidades de este mundo y meterme en un otro sin problemas que me afecten en la realidad. La ficción puede funcionar como una ventana por la que veo y recibo información, pero me deja tan fuera de todo de manera que me quede interesada y entusiasmada sin estar mareada o tener mala conciencia. No estoy dispuesta a trabajar cuando es el tiempo de relajarme. Sin embargo, las obras que hemos tratado durante el curso han abierto nuevos aspectos a la literatura precisamente por todo el esfuerzo que hemos hecho analizándolas.


Leer la novela Soldados de Salamina fue un aburrimiento. Es muy pesado leer las frases larguísimas – también en finés – y pensaba que está mal traducida porque tuve que repetir algunas frases de la primera parte para entender a que se refieren. El estilo del lenguaje es parecido a un informe y hay tantos nombres que es difícil distinguir cuáles son los que importan. A pesar de todo eso, la novela mudó de piel cuando se analizó.


La apariencia de la novela es totalmente distinta del contenido analizado. El aburrido paquete, la forma y los trucos narrativos (inventivos y, al mismo tiempo, técnicos hasta ser pesados), da un contraste a la busca del héroe, que es como un sueño de algo invencible. Todo ese juego es también demostración de la virtuosidad del escritor y de su capacidad de dominar la estructuración del argumento, pero no hace la novela nada peor.  Sin analizar la obra, al lector sólo le queda el paquete vacío.


Los juegos de la novela están escondidos y exigen un esfuerzo al lector para que sean resueltos. Toda la información sobre el escritor es importante y a lo mejor por eso, es siempre una ventaja conocer el estilo del escritor antes de leer su novela. Muy a menudo buscar los datos es un trabajo que dejo a otros lectores, y si no los encuentro en las críticas de los periódicos, no los encuentro en ninguna parte. Parece que no soy una lectora activa, y por lo tanto, muy oportuno público para los escritores inventivos.


Los soldados de Salamina ha sido la más difícil de entender entre las novelas del curso. Para entrar en su mundo hay que buscar los datos importantes fuera del entorno fictivo, si no, es una novela incomprensible. Sin embargo, las otras obras también suben al otro plano cuando analizadas. Unas necesitan el esfuerzo y otras son comprensibles sin él, en todo caso, éstas también ganan más profundidad. El análisis ofrece siempre algo nuevo pasado de largo sobre los personajes, la composición, etc. “El vano ayer” expone la parcialidad de un relato, pero ¿cómo se ve? “Llegada para mí la hora del olvido” narra la vida del dictador, y “La luna de lobos” construye un entorno infrahumano, pero ¿por qué? El análisis da una respuesta.


A pesar de todo, los lectores escogen sus obras preferidas según sus aficiones, y todas novelas tienen su público (aunque todas no deberían ser publicadas). Yo leo libros fáciles y para los más complicados necesito un entorno, un curso o un círculo de lectores, en el que analizar claves junto con otros. No creo que mi manera de leer cambie tras el curso, pero por lo menos entiendo que no puedo juzgar una obra por las apariencias sin pensarla en más profundidad.

Diario de aprendizaje V (Maria)

En este último diario quiero concluir lo que siento haber aprendido en el curso. Este curso me causaba grandes expectativas y en gran parte también ha satisfecho las esperanzas que tenía. Quería aprender más de la historia de España del siglo XX porque había pasado mucho tiempo en el país y quería entender mejor los fenómenos que veía. Obviamente era consciente de que hubo una guerra civil en los años 30 y que el país vivió bajo la dictadura de Franco unos 40 años pero no sabía nada específico de lo pasado. Como dije en el primer diario tuve la suerte de estar en España en 2008 cuando había elecciones así que aquel entonces se escribió mucho sobre la política y los partidos. Me chocó el fuerte bipartidismo y me pareció hasta incomprensible que dos partidos que eran como el día y la noche eran los que luchaban por los votos de los españoles. Gracias a este curso me es mucho más fácil entender las raíces de este fenómeno. Veo que la contraposición tiene larga tradición y no es tan simple unir las fuerzas de los partidos de izquierda y los de derecha por un futuro mejor. Yo soy más del PSOE que del PP pero aun así no me parece nada bueno que ninguno de los dos tenga la mayoría absoluta en las elecciones. Al final es mucho mejor si están más o menos empatados porque entonces tienen que estar más en cooperación y escuchar uno a otro.

Este curso me ha dejado adentrarme más en la sociedad española. A través del The Spanish Civil War A Very Short Introduction de Helen Graham me he enterado bien de los datos y sucesos históricos, y a través de las novelas que hemos leído y las películas que hemos visto he podido vivir las penas que vivieron los españoles. Aunque Jo Labanyi llamaría eso el “feel-good factor” me niego a pensar así. No me siento exactamente alivio al terminar de leer una novela o de ver una película aunque estoy feliz que los tiempos han cambiado y que no he tenido que vivir en esa época. Yo creo que puedo compartir el sufrimiento porque sufro al leer y al ver y no dejo de pensar en esas cosas al terminar la obra. Desde que empezamos el curso hasta el día de hoy llevo pensado en los horrores y en los sucesos que hemos visto y me despiertan ganas de saber más, ver más, leer más. Yo quiero compartir el sufrimiento para entender mejor la sociedad actual, y al aprender más sobre lo pasado durante la guerra, la dictadura, la transición y los últimos 30 años me siento cada vez peor y cada vez me da más rabia el hijoputa de Franco y su régimen porque sus hechos han tenido mucha trascendencia.

Al empezar el curso se me había olvidado que era principalmente un curso de literatura, que se trataba de analizar los fenómenos históricos a través de la literatura actual. Nunca me ha gustado analizar literatura porque lo he visto igual de difícil que tecnología espacial y no tenía ni idea como hacer los análisis. Antes sólo leía por placer pero este curso me ha dado herramientas para leer y analizar críticamente una novela. Me he dado cuenta que analizar una novela críticamente puede resultar en un conocimiento mucho más profundo de la misma y traer otros puntos de vista que normalmente me quedarían sin notar. De todos modos sigo pensando que a veces si una novela pasa por un proceso digestivo demasiado exhaustivo y es luego vomitada en forma de un diario de aprendizaje, puede causar sensación de odio hacia la pobre obra y sentimiento de no querer volver a pasar por sus páginas.

Durante este curso me puse a pensar en mi relación con las novelas escritas en un idioma extranjero, en este caso, en español. Me puse a pensar si puedo ser objetiva al dar opiniones sobre las novelas. Si es mi opinión, obviamente es subjetiva pero en este caso quiero decir otra cosa. Me di cuenta que me gustaban las novelas que entendía, o sea, que estaban en el mismo nivel que mis conocimientos del español. Ésta en parte estúpida observación me ha causado una pequeña crisis. De repente ya no sabía si me gustó tanto La voz dormida sólo porque era fácil de entender o porque realmente era una buena novela. Lo mismo me pregunto cuando digo que El vano ayer no me gustó mucho. A lo mejor es que no tengo suficiente nivel para entenderlo y por eso no me acaba de gustar. Estoy de acuerdo con Eeva que si tenemos que elegir un grupo objetivo para El vano ayer, serían los intelectuales. Creo que si leyera la novela en finés me podría gustar mucho porque la idea del libro me atrae. Pero ahora paso por los capítulos y muchas veces tengo que volver al principio y leer otra vez, y aún así no acabo de entender lo que dice. ¿Y es por eso que digo que no me gusta? Me doy miedo, y en cuanto a este aspecto siento haberme traicionado a mí misma durante la mayor parte del curso. Pero por lo menos me he dado cuenta. Acabo.

Diario de aprendizaje V (Hanna)

En la última clase hemos hablado sobre los diferentes grupos que pueden formar los libros que hemos leído en este curso. También hemos discutido sobre a quién están escritos y cuáles son los grupos objetivos. Elina nos ha dado la posibilidad de escribir un diario juntas sobre el tema, y aunque no lo hemos hecho al final, es posible que nuestros últimos diarios se parecen. Así que he decidido no leer los diarios de los demás antes de escribir el mio, para luego comparar qué tipo de ideas, sobre las que hemos hablado, cada una de nosotras vimos las más importantes.

Las lecturas obligatorias (Julio Llamazares: Luna de lobos , Dulce Chacón: La voz dormida , Javier Cercas: Soldados de Salamina , Tomás Val: Llegada para mí la hora del olvido , Isaac Rosa: El vano ayer ) hemos dividido en dos grupos: los libros de novela histórica y los que tienen la memoria en sí como la meta principal. En el grupo de novela histórica hay Luna de lobos y La voz dormida, y en el grupo de memoria están los demás libros.

Las novelas del grupo de novela histórica cuentan historias individuales de ciertas personas en el pasado: en La voz dormida son las historias de unas mujeres dentro y fuera de la cárcel, y en Luna de lobos son unos maquis solitarios en las montañas. La meta de estos libros no es criticar(aunque también lo hacen) si no contar. El estilo de escribir en estos libros no es muy novedoso, sino más bien tradicional, pero el tema en sí, en el caso de Luna de lobos, en realidad era una novedad: fue publicado en los años ochenta cuando todavía no existía el boom de la novela de guerra civil. La voz dormida por su parte, era el único de estos que se concentraba en el punto de vista de mujeres.

El otro grupo, el de la memoria, se concentra en recordar. Todos de estos libros están construyendo realidades diferentes y nos están retando pensar de un modo distinto y leer los libros más críticamente. Están cuestionando modos tradicionales de escribir y están preguntando cómo se construye y cómo funciona nuestra memoria. Libros de este grupo son críticos. En Soldados de Salamina tenemos muchas trampas en que caer si creemos todo lo que leemos: está fingiendo ser toda verdad aunque no lo es. La meta del vano ayer es, sobre todo, criticar la forma en que leemos y recordamos las cosas. Llegada para mí la hora del olvido está escrito como si la protagonista fuera Franco mismo que estuviera escribiendo su propia memoria. Está criticando a Franco mismo, pero a la vez está criticando “el pueblo estúpido”le había tocado. Este grupo de obras es menos uniforme que el otro pero me gustaría incluir Llegada para mí la hora del olvido, que parece ser un poco diferente, también en este aunque su critica y su aspecto de memoria es diferente que en El vano ayer y en Soldados de Salmina. De todos modos veo que los dos temas, critica y memoria, son los principales.

En la clase hemos pensado algunos lectores estereotipos para estos libros. Los lectores objetivos de los libros no van en grupos. Luna de lobos es un libro para hombres. Describe los maquis de un modo heroico y la descripción de la naturaleza es muy precisa pero no hablan sobre los sentimientos. Son los hombres que sufren y son resistentes y viven una visa solitaria.

La voz dormida, en lugar, es un libro claramente para mujeres. Las protagonistas son mujeres y el tema del libro es contar la historia de las mujeres, activas y pasivas, durante esa época. Mujeres como grupo objetivo es fácil de encontrar: los hombres no quieren leer (ni escribir) sobre las compresas insuficientes y mojadas entre otras cosas de que sufren las mujeres en la cárcel. Soldados de Salamina parece ser escrito para amigos de historias de detectives, aunque al final , hay mucho más que solo eso(y quizá los amigos de policíacos se decepcionan un poco). Llegada para mí la hora del olvido no está escrito para los que han vivido la guerra civil y el franquismo sino para los que quieren analizarlo hoy en día, y ver un punto de vista diferente. El vano ayer hemos clasificado como un libro para los intelectuales o los que quieren ser considerados como uno. Como ha dicho Eeva, es un libro que uno quiere que vean sus invitados, que vienen a su casa para tomar un vino bueno y discutir sobre temas intelectuales, en su estantería de libros.

Entonces, ¿para qué nos sirve hacer este tipo de divisiones? Para hacer lo que quiere Isaac Rosa que hagamos: leer críticamente y analizar lo que estamos leyendo. Son unas herramientas de entender a quién y por qué ha sido escrito el libro, y a ver cómo el escritor está usando las palabras para llegar a su meta. En este curso, he aprendido, sobre todo, la lectura crítica, y eso me acompañará seguramente en mi tiempo libre también. Así que si ya no podré disfrutar algunos libros policíacos medio tontos porque “la lectura critica” está llamando demasiado atención, ya sé a quien echar la culpa.

Diario de aprendizaje V (Essi)

En clase comentamos sobre la clasificación de las novelas que leímos durante el curso. En mi grupo hablamos de que aunque todas las novelas son diferentes, su objetivo es lo mismo. La función de las novelas es transmitir una imagén del pasado al lector. El siglo XX no fue favorable para Europa. En España al principio sólo querían olvidar todas las desgracias que habían vivido pero poco a poco se han dado cuenta que hay una necesidad de conocer el pasado. No se lo puede borrar de las memorias. Para entender las circunstancias de España actual hay que conocer su pasado también. Por esa necesidad se han publicado todos los libros de que tratamos en el curso.

En todas las novelas se puede notar sin dificultades cuál lado defenden. Todas simpatizan con los que perdieron la guerra y fueron oprimidos. Elina dijo que no es casualidad. La mayoría de los textos sobre el tiempo de Franco cuentan la historia desde el punto de vista de los rojos. Quizá porque su visión ha sido callada por tanto tiempo y también porque han vivido muchas injusticias y ahora se las quieren enderezar. Eran los víctimas. Escribir desde otro punto de vista podría provocar bastante polémica porque probablemente sería comprendido como una defensa de los actos del regímen del Franco aunque no lo fuera.

Primero dividimos las novelas principalmente en dos grupos: las que cuentan de los tiempos de la guerra civil como si pasar ahora, y las que revelan cómo es el proceso de escribir una novela sobre el pasado y hablan de los problemas con los cuales el autor puede enfrentarse. En el primer grupo según nosotras pertenecen las dos primeras novelas que leímos La Luna de lobos y LaVoz dormida y también La Llegada para mí la hora de olvido aunque el último libro es algo problemático clasificar porque es muy diferente que los demás. Las novelas del primer grupo no se pronuncian sobre los pasos de esrcibir una novela. Los Soldados de salamina y El Vano ayer forman parte del segundo grupo.

Jo Labanayi también divide las obras en dos grupos. Las novelas del primer grupo se concentran en la relación entre el pasado y el tiempo presente enseñando nos que el pasado tiene mucha importancia mientras las del segundo grupo nos llevan al pasado y demuestran como era vivir en España durente y después de la guera civil. Según Labanayi los textos sobre la guerra civil que nos llevan al pasado suelen provocar un sensación de alivio. El lector momentariamente comparte los sufrimientos de los protagonistas de a novela y cuando termina el libro piensa que por suerte no le tocó vivir eso. Labanayi dice que el problema con ese tipo de novelas es que el lector no percibe el vínculo entre el pasado y el presente. Yo personalmente no estoy de acuerdo. Me parece que Labanayi tiene una idea bastante pasiva del lector. El proceso de leer no se trata únicamente de absorber las palabras sino también de reflección sobre el tema. No niego que hay personas que sólo se dejan llevar por los sentimientos de los protagonistas y olvidan toda la crítica pero no son todos los lectores.

Estábamos todas de acuerdo que las novelas tienen distintos grupos objetivos. La Luna de lobos es escrito para las personas que les gustan la aventura y se aburren si la novela no se avanza. La novela es muy poética. La Voz dormida es para las mujeres. Justificamos nuestra opinión con el argumento que a los hombres no les interesan qué hacían las mujeres prisioneras cuando tenían la regla. Hay bastantes romances en el libro por los cual es más accesible para las personas que en general no se interesan mucho por las historias sobre la guerra. Además todas las protagonistas son mujeres. Los Soldados de salamina es destinado para la gente que le gustan las novelas policíacas y los relatos reales.

Creo que todas las obras tienen un papel importante en la reconstrucción de la memoria histórica. Las obras se completan y nos ayudan a descubrir un poco más del pasado callado. No es tan importante cómo son escritos ni cuál lado defenden. Todas las novelas nos transmiten el mismo mensaje: el pasado deja huellas permanentes.

Diario de aprendizaje de Anna IV

El vano ayer de Isaac Rosa es una novela inquietante. Al leerla pensaba varias veces que debería empezarla otra vez desde el principio. Cada capítulo contiene observaciones que Rosa formula con una clarividencia impresionante. Hay mucha crítica hacia novelistas y cineastas que han tratado el tema del franquismo en sus obras: “…todos esos elementos que han sido adulterados por novelistas de guante de seda, cineastas industrializados y hasta alguna serie de televisión que ha culminado la corrupción de la memoria histórica mediante su definitiva sustitución por una repugnante nostalgia.” (p.22).

Rosa parece tener una visión crítica también del lector – y del autor. La cosa más irritante de la novela es el juego que Rosa hace con los papeles del autor y lector. Los  papeles del autor y del lector se mezclan. Es el autor quien escribe, pero, al final, ¿quién tendrá más poder, el autor o el lector? ¿Quién decide lo que va a pasar en la novela? La manera de escribir que tiene Rosa es muy curiosa. Tiene una capacidad de desnudar a todos: a sus personajes, pero más todavía al autor y al lector.

En El vano ayer no hay personajes “buenos” y personajes “malos” – está división en dos no existe. Creo que esto es bastante raro sobre todo en novelas que tratan del tema de totalitarismo. El autor mismo se recuerda (p.38): “Mucho cuidado con los héroes, con los luchadores ejemplares, esculturas de una sola pieza que ni sombre proyectan bajo el sol; mucho cuidado con los héroes, especialmente si son jóvenes. De la misma forma que debemos tener precaución con los villanos, que como los héroes se burlan del autor y se enrocan en caracteres sin aristas, como marionetas del bien o del mal.”  Puede ser que el ser humano tenga una necesidad innata de cualificar cosas de “buenas y malas”, pero cuando un niño crece, se da cuenta de que entre blanco y negro existe el gris. Pero todos no crecen nunca, en este sentido. En España, me parece que el tratamiento de la dictadura se ha basado bastante en cualificar la gente en “los buenos y los malos”. Si “los buenos” del ayer son “los malos” de hoy y viceversa, la cosa no cambia. Yo creo que el mensaje principal de Isaac Rosa es que hay que evitar los extremos tanto en la bondad como en el horror, y que la verdad siempre es subjetiva:  “…pues los monstruos de la bondad asustan tanto como los del horror.” (p.52).

Leyendo la novela el lector se enrolla en la historia. El juego que Rosa hace es convertir al lector de un observador en un participante activo. Por lo tanto, el lector tiene responsabilidad. Con ese truco Rosa logra crear una idea de responsabilidad que nos toca a todos. Con la misma vista aguda psicológica trata al autor. Los párrafos que tratamos en la clase me hicieron pensar que Rosa compara el autor con un dictador. Por ejemplo, escribe: “…aquí se manifiesta nuestro poder, es nuestra la decisión y podemos elegir su salvación…” (p.183), y más adelante: “…ahora debemos elegir, quién se salva y quién se condena…” (p.184) y: “…nos encontramos por última vez con la oportunidad de salvar la vida al policia herido…” (p.186). En el mismo capítulo, el lector pose características sadistas: “…la exigencia de acción es tiránica…” (p.187) y “…hasta llegar a Paris o a Toulouse y al fin descansar, si se lo permitimos, esclavo de nuestro aburrimiento y nuestro anhelo de aventura.” (p.188).

La variación en la persona me recuerda a la variación en el tiempo utilizada por Dulce Chacón en La voz dormida. Si Chacón logró trasladar al lector a un tiempo pasado y que lo viva como un presente, Rosa logra convertir al lector a los personajes de su novela. No es sólo questión de que el lector se identifique con los personajes; él es un personaje, y otro, y otro más. Con un cambio de la tercera persona a la primera, el lector se convierte al huido: “…corre ahora que estás a tiempo, no te detengas ni mires atrás hasta que salgas del bosque y cruces un nuevo campo de cultivo…” (p.187). Utilizándo la primera persona del plural Rosa nos pone todos al mismo nivel. El autor no es mejor o peor que el lector, a quién Rosa no deja andar sin responsabilidad. El cambio de persona sucede con una sutileza impresionante, y el lector casi no se da cuenta de lo que ha pasado. Sólo se siente incómodo, sin entender el porqué. “…el estudiante coge el arma y se levanta, nunca ha tenido una pistola en las manos pero apunta con destreza al herido, esos gestos se aprenden también en las películas, todos sabemos cómo debemos empuñar el arma, separamos un poco las piernas para afirmarnos en el suelo, adelantamos los brazos en horizontal, una mano empuña y la otra refuerza sujetando por debajo, una pistola pesa más de lo que aparenta, por el inesperado peso y por nuestros nervios tiembla cuando la encañonamos contra el herido…” (pp.185-186). Pobre lector – Rosa hace con él lo que le da la gana: le convierte al huido y del huido al asesino.

Lo que me gusta es que Rosa trata a todos con la misma clarividencia, hace comentarios directas y carece de sentimentalidad. Sus frases son largísimas y a veces necesitaba una y otra lectura y reflección para entender lo que quería decir, o por lo menos imaginaba entender. Lo que distingue la obra de Rosa de muchas otras novelas, es el hecho de que Rosa no intenta contar una historia como suelen ser contadas: que tengan un principio y un fin y unos personajes a quienes vamos a conocer más profundamente que nunca conoceremos a nadie en la vida real – ni a nosotros mismos. No, Rosa crea personajes contradictorias y  pluridimensionales – y el lector los llega a conocer del mismo modo que se suelen hacer amistades en la realidad: uno te cuenta algo y el otro un poco más y luego llega el tercero que te cuenta todo lo contrario. Por lo tanto, los personajes de Rosa se parecen más a unos personajes reales que unos personajes de novela. El lector tiene que tener paciencia, porque Rosa no le cuenta como son las cosas, sino como podrían ser.

Rosa escribe (p.17): “¿Será posible, en fin, que la novela no sea en vano, que sea necesaria?” Me parece que esta novela suya, como las que la han seguido (estoy esperando su lectura), son necesarias.

Diario de aprendizaje V (Eeva)

En este último diario de aprendizaje quiero, por mi parte, seguir un poco más con el tema del que hablamos en la última clase. O sea, quiero volver a los libros que hemos leído para resumir tanto el contenido del curso como mis propias reflexiones sobre los temas tratados.

Empecé con The Spanish Civil War: A Very Short Introduction de Helen Graham. Aunque no era una lectura obligatoria, lo quería leer para tener una idea general sobre el contexto del que surgen las obras. Me resultó muy útil; aunque tratamos los acontecimientos históricos en las primeras clases, era más fácil adoptar la información después de también haber leído sobre qué pasó. Sin embargo, tengo que admitir que al mismo tiempo que me resultó útil, también fue difícil. Tenía dificultades al tratar las atrocidades. Lo que más me deprimía no era el egoísmo del ser humano ni sus indicios en nuestra realidad, sino la conciencia de que yo soy incapaz de hacer algo, de prevenir actos correspondientes en el futuro, como también mencioné en mi primer diario.

Luna de lobos de Julio Llamazares me gustó mucho. En mi segundo diario de aprendizaje escribí “Luna de lobos es una mina de metáforas, el lenguaje de la novela es tan poético que se puede encontrar matices interesantes en casi todas las frases”. Todavía lo pienso, pero también tengo que admitir que, después de haber leído todos los libros, éste ya me parece menos especial. Aunque el lenguaje sigue inspirándome, la idea, o sea, la manera de contar la historia de los maquis es bastante tradicional.

La voz dormida de Dulce Chacón me causó confusión. Normalmente no tengo dificultades de explicar por qué me gusta o no me gusta algo. Esta vez sí. El libro no me gustó mucho, aunque al mismo tiempo me cautivó. Puede ser que fue porque es tan fácil de leer por todo el diálogo; en cualquier caso también me fastidió toda la repetición, así como lo romántico que era. Sin embargo pienso que es un libro importante justamente porque está escrito de tal manera que también la gente que normalmente no se interesa por las obras de guerra lo puede encontrar.

Soldados de Salamina de Javier Cercas me encantó. El libro contiene varias ideas interesantes, como la de la novela contra el relato real, la de la autoficción así como la de los personajes que son reales y ficticios a la vez. También es interesante el uso de diferentes estilos dentro de una sola obra. Cuando hablamos en la última clase de las obras opiné que este libro está escrito para la gente a quien le gustan las novelas policíacas, pero como hizo notar Hanna, no es necesariamente así. Es muy probable que se aburrieran leyendo la segunda parte. Pues, ¿para quién está escrito? Yo ya no sé. ¿A los lectores de El País? Fuera para quien fuera, desde mi punto de vista es una obra que trata de manera bastante explícita la temática de memoria, así como otros temas interesantes, como el de los héroes, y lo hace usando estilos y recursos literarios interesantes.

Llegada para mí la hora del olvido de Tomás Val es, desde mi punto de vista el libro que más destacó de los demás. Como hablamos en la clase, las dos primeras obras que leímos usaron un método similar para conseguir la meta que, en mi opinión, tienen todas estas obras: hacer recordar el pasado, dar posibilidad de sentir algo por primera vez en muchos años, buscar algún tipo de reconciliación entre el pasado y el presente. Las primeras dos obras lo hacen por medio de contar una historia de un individuo, o un grupo de individuos; Soldados de Salamina y El vano ayer lo hacen mostrando al lector las partes con las que hay que tener cuidado, que hay tantas historias que hay personas contándola. Pero Llegada para mí la hora del olvido, aunque es un cuento sobre un individuo y aunque también muestra que la historia contada depende del narrador, es distinto. Como dije en la clase, me parece un poema largo. Se puede preguntar si el libro o la película Buen viaje excelencia son posturas contra la duración del régimen de Franco.

El vano ayer de Isaac Rosa es el libro que más me gusta de este grupo. Trata temas difíciles de manera nueva. Logra provocar pensamientos mientras da lugar a preguntas. El problema, o sea, mi problema es que no puedo criticar un libro tan bueno y tan interesante, sino que me quedo impresionada.

Me doy cuenta de que en vez de hacer lo que dije que iba a hacer, o sea, volver a los libros que hemos leído para resumir el contenido del curso y mis propios reflexiones sobre los temas tratados, he sólo dado las reflexiones, y ni siquiera las he dado de los temas tratados sino sólo de los libros. Para concluir brevemente, quiero decir que durante este semestre ha aprendido mucho sobre la historia reciente de España así como sobre cómo leer libros de manera alternativa. Temáticamente ha destacado la memoria, he dado cuenta de que repetitivamente vuelvo a pensar el tema. Escribí mi primera diario de aprendizaje sobre el tema, ahora tendría que volver a leerlo para ver cómo ha cambiado mi opinión.

El diario de aprendizaje IV (Marianne)

El vano ayer de Isaac Rosa es una obra muy multidimensional. Es novela, es guía de escribir una, y también, es crítica de las novelas temáticas sobre el franquismo. No es muy accesible al lector, la forma es pedante y detallada y nada lineal y, al final, es el lector quien escoge su dimensión preferida.  Personalmente, la veo sobre todo como una crítica. 

El vano ayer critica la literatura sobre la Guerra Civil y el franquismo de manera que al final no sé en cuál de los personajes confiar. La tendencia de creer en las personas buenas parece llevarse la victoria: casi todas en la clase creían en la mala suerte de Denis. (Y yo también estoy en la margen, pero al mismo tiempo oigo la crítica y ya no puedo creer en eso sin dudar.) Si creo en el temático más fuerte, en que Julio Denis fue una pobre víctima de confusión, parece que es creer exactamente en la narración criticada por el escritor.  

El problema de autocrítica literaria en El vano ayer es que torpedea también su propia obra. El escritor guía al lector hacia un desenlace (por ejemplo revelando dos historias optativas para Denis, pero recomendando la otra), mientras que juzga una novela con trama parcial. La crítica de la obra cae en las mismas soluciones que ofrece Isaac Rosa, pese al intento contrario. Parece que el escritor ha inventado una historia que en el contexto del mismo libro no puede ser contada – se desaparece al descubrir la crítica.  

No digo que sea inútil aclarar los peligros de la narración fictiva sobre historia – seguramente somos muchos los sugestionables, que en la realidad confundimos los sentimientos procedentes de ficción en la toma de decisión real – para que no acabemos en la realidad paralela de Don Quijote. Sin embargo, El vano ayer para mí ha cesado de ser una novela. Cuando leo ficción, quiero leer un relato, no una crítica que elimina el relato y me deja solamente la crítica. Para eso son los periódicos. Es fuerte, sí, pero en mi caso es también la realidad – la obra de Isaac Rosa la dejaría en la tienda. 

En la novela me gustan “las entrevistas” de los dos grupos. Cualquier personaje tiene la posibilidad de defender su postura. La manera de escribir y ver los acontecimientos vía diferentes puntos de vista (tanto de la policía como de las personas antigubernamentales) da a la obra un buen aspecto a las realidades diversas: en la policía hay personas que intentar salirse de la pobreza del campo y en el partido comunista hay personas más atraídas por el activismo que por la ideología. Las novelas anteriores que hemos leído durante el curso han sido más atadas a un solo punto de vista,  al de los antifranquistas. Es decir que dirigen su juicio hacia la era, sin reflexionar qué es terrorismo y qué, lucha por la libertad, y así permitiendo todos los medios para ambos. En El vano ayer los personajes cuentan con los derechos iguales a opinión y expresión. Está más en línea con el pensamiento complejo (sobre los asuntos como terrorismo versus lucha por la libertad) – nada es blanco y negro.  

La obra tiene mucha potencial, no obstante, creo que el escritor ha optado por subrayar los fallos de otras obras a costa de su propia obra y una agradable lectura. La crítica sería suficientemente obvia sin ponerla en palabras – “las entrevistas” ya trasladan la obra a un territorio más realista, no hace falta que un autor-narrador abre lo que pueden comentar los personajes.  

La ironía está otra vez en la relación entre la realidad y la ficción. La novela, basada en intertextualidad, con su ambiente de pura ficción y su inexistente relato, es más real que algunas novelas basadas en realidad como La voz dormida.