“Lo de Garzón va a hacer mucho daño a España”

Patricio Guzmán. Director chileno del documental ‘Nostalgia de la luz’

GONZALO DE PEDRO AMATRIA – Público – 19/05/2010 08:30

El cineasta chileno, ayer en Cannes.afp

El cineasta chileno, ayer en Cannes.afp

En el desierto de Atacama, al norte de Chile, uno de los lugares más secos del planeta, un grupo de astrónomos trabaja escudriñando el pasado del universo. A sus pies, un grupo de mujeres palpa el desierto, centímetro a centímetro, en busca de un pasado más reciente: los huesos de sus familiares asesinados por la dictadura de Pinochet. Patricio Guzmán (Santiago de Chile, 1941), incansable luchador en pro de la recuperación de la memoria, enlaza esas dos miradas hacia el pasado en un documental, Nostalgia de la luz, tan poético como doloroso, personal y militante, presentado en la sección oficial fuera de competición.

Lleva años trabajando el tema de la recuperación de la memoria, ¿siente alguna responsabilidad?

Ninguna: me apasiona el tema de la memoria y por eso hago la película, pero no me siento un abanderado de nada. Es cierto que en Chile, como en los lugares donde hubo conflictos fuertes, hay una amnesia colectiva. El caso más dramático es España: 70 años después hay 200.000 cuerpos fuera de los cementerios.

Supongo que está enterado del tema de Garzón…

Me parece un desprestigio enorme para la imagen de España. Garzón se adelantó a la Corte Penal Internacional, y creo que es un error apartarle del trabajo, porque quiere entrar en el jardín secreto de la Guerra Civil. Es algo que va a hacer mucho daño a España, un paso atrás. Yo tuve mucho trato con él cuando rodé El caso Pinochet y me pareció un hombre obsesionado por la justicia. Y que sea mediático… ¿qué más da? Si es guapo, y tiene buena planta. Es como Allende, que era más elegante que la derecha y lucía trajes estupendos… ¡tanto mejor!

¿Cómo se reciben sus películas en Chile?

Ninguna película mía ha sido pasada por las televisiones chilenas. Tampoco han sido compradas por el Ministerio de Educación, ni por el de Cultura, ni por los museos, ni por el recientemente creado Museo de la Memoria. Desde 1996 he conversado año tras año con las televisiones y la respuesta es siempre la misma: “Es todavía pronto, vuelve el año que viene”. Al final me di cuenta de que hay un pacto de silencio para no tocar ciertos temas, como en España.

¿Sigue siendo tabú?

Se habla más, pero hay demasiada prudencia, nadie quiere meter el dedo en la llaga, y la opinión generalizada es “yo no fui, yo no estuve, yo no vi”. El pueblo chileno no se hace responsable de sus actos, cuando la memoria no es un problema abstracto, es algo que tiene que ver con la energía de un país: si un pueblo tiene energía es porque ha solucionado sus problemas con el pasado. Recordar ayuda a construir el futuro

¿Cómo consigue entonces ayudas para poner en marcha una película?

No es nada fácil. Todavía tenemos muchas deudas. No conozco a nadie que se haya hecho rico haciendo documentales.

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Para ver extractos de la película Nostalgia de la luz, haz clic aquí.

Kirchner vuelve a defender con vehemencia al juez Garzón

Pese a las críticas del PP, la presidenta de Argentina vuelve a alabar al  juez que convirtió a España “en un faro de los derechos humanos”

Público – 18/05/2010 20:10 Actualizado: 18/05/2010 20:30

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha defendido con vehemencia al suspendido juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón cuando se le preguntó al respecto en la rueda de prensa posterior a la clausura de la Cumbre UE-América Latina y Caribe. Kirchner recordó que, en otro tiempo, “la propia España admiró a ese juez que convirtió a este país en un faro de los derechos humanos”.

“Tengo por Garzón un gran aprecio personal y un gran respeto y admiración institucional”, proclamó la presidenta argentina, que ayer se reunió con Garzón aprovechando su visita a España.

Kirchner, que aseguró que, si en su país no se hubiera derogado la ley de punto final, tanto ella como su marido habrían concedido la extradición de los altos cargos de la dictadura argentina, recordó los elogios que recibió Garzón al juzgar al militar Adolfo Scilingo y al ex dictador chileno Augusto Pinochet.

“La vigencia de los derechos humanos”

Tampoco se escondió a la hora de expresar su opinión sobre el debate de fondo. “Sostenemos la vigencia de los derechos humanos como una cuestión universal”, afirmó. “Los derechos humanos no son privativos de un país, son universales y así lo entendió la propia España”, recordó, cuando los abanderó Garzón, a quien Kirchner le expresó su apoyo y le reiteró su amistad y admiración.

Por el contrario, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no se atrevió a posicionarse sobre el caso Garzón, que tanta polémica ha causado por la supuesta intromisión de algunos miembros del PSOE en las causas abiertas contra él en el Tribunal Supremo. Eso sí, quiso aclarar que el franquismo ha quedado “afortuadamente superado”, indicando implícitamente que no quedan resquicios del mismo en la magistratura.

Por lo demás, en relación a Garzón se limitó a constatar que “hay un gran debate sobre la justicia internacional” y que lo que en cualquier caso “sí es de justicia” es que quienes “durante décadas no han sabido dónde estaban sus familiares” ejerzan su “derecho” a rendirles “recuerdo”.

Una actitud “intolerable”

Donde no han sentado demasiado bien las palabras de Kirchner es en el seno del PP.  La portavoz del grupo del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, ha afirmado que es “intolerable” que la presidenta argentina “venga de fuera a dar lecciones de respeto a la Justicia”.

Cristina Fernández de Kirchner y su marido “son los menos indicados para dar lecciones de Justicia y de seguridad jurídica a nadie”, ha destacado la portavoz de los populares en la Cámara Baja.

Por ello, ha pedido al Gobierno que no permita que nadie “ponga en entredicho” a las instituciones españoles, si bien ha matizado acto seguido: “Cuando desde dentro del Gobierno las debilitan,. algunos desde fuera se ven legitimados para hacer lo mismo”.

La presidenta de Argentina se manifestó ayer preocupada, dolida y sorprendida por el caso de Garzón, toda vez que la decisión del Tribunal Supremo le resulta “una regresión en la concepción de la justicia universal en materia de derechos humanos”.

Ánimo, señor juez

FELIPE MANUEL MARTÍN /PAULINA MORALES El País16/05/2010

Al final, los peores de los pronósticos se han cumplido y, como si de una cacería al hombre se tratara (al juez en este caso), Baltasar Garzón Real ha sido suspendido como magistrado-juez del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. Un día muy triste en primer lugar para él, su familia, amigos, compañeros, funcionarios de la Audiencia… También para muchos miles y millones de españoles y ciudadanos del mundo, y de profesionales del Derecho y del mundo de la Justicia (Universal). Unas breves letras de ánimo y confianza dirigidas a quien España, como país, tanto le debe, sin entrar en las formas y el fondo de una resolución final, la del auto de apertura del juicio oral dictada por el magistrado del Tribunal Supremo Luciano Varela, que estimo totalmente contrario a Derecho. Todos sus autos en la causa especial 20048/2009 seguidas tras la querella contra Garzón, con todos mis respetos, serán declarados, espero que pronto, nulos de pleno Derecho. Sea por la propia Sala del Tribunal Supremo que lo juzgará, sea con posterioridad por el Tribunal Constitucional o el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Desde Extremadura, ánimo señor juez. Ánimo, y palante, que decimos en esta tierra.

Como chilena, actualmente residente en España, no puedo dejar de manifestarme en torno a la situación que atraviesa el juez Baltasar Garzón a raíz de su iniciativa de investigar judicialmente los crímenes cometidos por la dictadura franquista. Bien sabemos los chilenos de regímenes autoritarios. Ya recuperada la democracia, el anhelo de justicia en relación con las atrocidades cometidas en materia de derechos humanos por la dictadura pinochetista era un sentir ampliamente compartido por el pueblo chileno. Sin embargo, no fue hasta la detención del dictador en Londres, en virtud de una orden promovida por el juez Garzón, que la justicia chilena se vio impelida a cumplir con su trabajo y procesar al máximo responsable, en gran parte debido a la presión política generada a partir del argumento que utilizó el Gobierno chileno para defender el regreso del dictador al país, a saber, que los crímenes cometidos en Chile debían ser juzgados en dicho territorio.

Pinochet nunca llegó a ser condenado. Murió estando procesado por innumerables causas, tanto relativas a derechos humanos como a uso indebido de recursos públicos. Cuando falleció, los sentimientos fueron encontrados: alegría tranquila porque su recuerdo nefasto iría desapareciendo, pero también vergüenza e impotencia porque nunca llegó a pagar por sus crímenes y atropellos múltiples a los derechos humanos de miles y miles de compatriotas. En medio de todo esto, si algo de dignidad pudimos sentir aquel día, se la debemos en gran parte a este juez valiente y justo que nos mostró que algo de justicia es posible en este mundo.

Garzón puso el cascabel al gato de América Latina

Los procesos abiertos por el juez instructor de la Audiencia Nacional han posibilitado el enjuiciamiento de algunos de los responsables de las dictaduras latinoamericanas de los setenta y ochenta

ÓSCAR GUTIÉRREZ El País14/04/2010

Decía Carlos Menem de Baltasar Garzón que trataba con sus causas de “hacer vedettismo en todo el mundo”. Corría el mes de noviembre de 1999 y el juez de la Audiencia Nacional había solicitado la captura de 98 personas, entre civiles y militares, por crímenes durante la dictadura argentina (1976-1983). Y eso, para el entonces presidente argentino, “estaba fuera de lugar”. Se opuso a la petición del juez español. Más de nueve años después, el Consejo de Ministros español daba luz verde a la extradición a Buenos Aires del ex militar argentino Ricardo Cavallo, procesado por genocidio, terrorismo y torturas cometidas, especialmente, durante su etapa al cargo del Grupo de Tareas de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA). Durante esa década, Garzón abrió el camino -sigue abierto- al juicio de los crímenes cometidos durante las dictaduras de los años setenta y ochenta en América Latina.

Pese al centenar de procesados por el juez dentro de la causa contra los delitos cometidos durante la dictadura argentina que encabezaron Jorge Videla y Emilio Massera, el caso que lanzó a las primeras planas de medio mundo al magistrado jienense fue el del ex dictador chileno Augusto Pinochet. El entonces senador vitalicio fue detenido en una clínica de Londres el 16 de octubre de 1998 por agentes de Scotland Yard en cumplimiento de una orden cursada por Garzón. El juez acusaba en primera instancia a Pinochet del asesinato de españoles entre el 11 de septiembre de 1973 y el 31 de diciembre de 1983.

Pinochet se acerca al banquillo

En su auto posterior de procesamiento, el magistrado señalaba a Pinochet como coautor en delitos de genocidio, terrorismo y torturas durante la dictadura, así como responsable del sistema de coordinación internacional (Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia) para la eliminación o entrega ilegal de presos conocido como Plan Cóndor. El 11 de enero de 2000, el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, convertía en papel mojado la petición de extradición a España y dejaba marchar a Chile a Pinochet por no estar “en condiciones de ser juzgado”. No obstante, la puerta entornada de Garzón al juicio de Pinochet -pese a su salud- fue aprovechada por la justicia chilena para levantar el fuero en varias ocasiones que protegía al ex jefe de Estado golpista. Uno de los jueces que logró el desafuero de Pinochet fue Juan Guzmán, reconocido admirador del impulso de Garzón a la lucha contra la impunidad y dispuesto hoy a declarar en favor del magistrado en el proceso abierto en su contra en el Tribunal Supremo. Pinochet murió el 10 de diciembre de 2006 sin ser condenado.

El esfuerzo judicial de Garzón se ha traducido en España, sin embargo, en una sola condena firme en 2005 contra el ex capitán de corbeta argentino Adolfo Scilingo por la muerte de 30 personas entre 1976 y 1977 en dos de los llamados vuelos de la muerte. Scilingo, militar arrepentido que vino voluntariamente a España para declarar, fue penado en la Audiencia Nacional a 604 años de cárcel. El Tribunal Supremo elevó la condena, en un fallo que reforzó la doctrina de la justicia universal, a 1.084 años de prisión por “crímenes contra la humanidad” recogidos en el derecho internacional.

De Kissinger al subcomandante Marcos

Más allá del juzgado, el especial interés de Garzón en condenar a los criminales de las dictaduras latinoamericanas -ha reiterado su deseo de interrogar a Henry Kissinger, ex secretario de Estado, por su implicación en el Plan Cóndor- le ha convertido en referente académico e intelectual. Hasta el subcomandante Marcos, líder mexicano del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, le dedicó una carta en noviembre de 2002 en La Jornada en la que criticaba la suspensión en España de Batasuna. Garzón llamó al subcomandante “barco a la deriva” y le retó a debatir cara a cara, aunque el duelo nunca se celebró.

La querella presentada en un juzgado de Buenos Aires para investigar los crímenes del franquismo es tan solo la muestra explícita del apoyo recibido en América Latina por Garzón a su trabajo en el juzgado de instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional. El juez cuenta de hecho con 21 títulos honoris causa, de los que solo uno, el de la Universidad de Jaén, ha sido concedido en España. El magistrado ha tenido que viajar fuera de su país para recibir el resto: Universidad Autónoma de Puebla, México; Universidad Nacional de Rosario, Argentina; Universidad Nacional de Quilmes, Argentina; Universidad Autónoma Tomas Frías de Potosí, Bolivia; Universidad Nacional de la Plata, Argentina…

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La justicia internacional liquida las leyes de amnistía

Los expertos ven en España la gran excepción a la tendencia de la última década

PERE RUSIÑOL / DIEGO BARCALA – Público – 01/05/2010

Policías de la dictadura argentina arrestan a un manifestante en  Buenos Aires, en 1982. - AFP

Policías de la dictadura argentina arrestan a un manifestante en Buenos Aires, en 1982. – AFP

La Ley de Amnistía fue clave para avanzar hacia la democracia tras una dictadura atroz y gozó durante años de un gran apoyo social. Pero a finales de esta década, las víctimas empujaban a un Gobierno de izquierdas para que los crímenes de lesa humanidad no siguieran gozando de impunidad. Y sus argumentos empezaron a encontrar complicidades en el mundo de la judicatura.

¿Hablamos de España? ¿O de Uruguay? En realidad, de ambos. Lo que les distingue es lo que sucedió después: el juez español que se atrevió a investigar los crímenes de la dictadura, Baltasar Garzón, está a un paso del banquillo, acusado de prevaricación. En cambio, la Suprema Corte de Justicia uruguaya declaró a finales de 2009 la inconstitucionalidad de buena parte de la norma que impedía investigar los abusos de la dictadura.

“Nunca hubiéramos imaginado algo así de España; todavía nos cuesta entender qué está pasando. ¿Cómo es posible que una democracia europea quede al margen de los tiempos cuando tanto han contribuido el propio Garzón y España en socavar las leyes de impunidad por todo el mundo?”, se pregunta Viviana Krsticevic, directora del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, con sede en Washington.

En la última década, la gran mayoría de normas de este tipo ha sido derogada en todo el mundo, ya sea formalmente o por la vía de los hechos. Y ello con independencia del apoyo político -en las instituciones o entre los ciudadanos- que tuvieran.

Uruguay es un caso paradigmático: la ley, llamada allí de caducidad de la pretensión punitiva del Estado, fue aprobada en 1986. Tres años después, la izquierda reunió las firmas necesarias para convocar un referéndum al respecto, pero los ciudadanos apoyaron su continuidad para preservar los logros de la democracia. Y el año pasado, con todo el viento a favor de la izquierda, ya con el Frente Amplio en el Gobierno, otro referéndum fue incapaz de anularla formalmente porque los partidarios de derogarla se quedaron en el 48% y necesitaban superar el 50%.

Sin embargo, el fallo de la Suprema Corte de Justicia sienta un precedente que implica, en la práctica, el fin de la impunidad: ya se pueden perseguir en Uruguay los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura, le guste o no a los partidos, al Gobierno o incluso a los electores.

Democracia y derecho

“Las leyes pueden ser democráticas, pero ello no las convierte automáticamente en ajustadas a derecho”, explica desde Buenos Aires Hugo Relva, consejero jurídico del Proyecto de Justicia Internacional de Amnistía Internacional, quien subraya que “el mundo ha cambiado mucho” desde que España aprobó la Ley de Amnistía, en 1977, y otros países ratificaran normas parecidas.

“Hace 30 años, lo que un Estado hacía internamente nadie lo discutía. Era cosa suya. Pero esto ya no es así: hay ciertos principios en derecho internacional que todo el mundo está ahora obligado a respetar”, agrega.

Los expertos coinciden en que Garzón y la Justicia española fueron clave en este cambio: a raíz del caso Pinochet y, sobre todo, tras el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre Perú en 2001, las leyes de amnistía (entendidas como de punto final) han hecho agua por todos lados.

Con muy distintas formas: en Chile, por ejemplo, la ley sigue formalmente vigente, pero la interpretación del juez Juan Guzmán Tapia la ha liquidado de facto al considerar que hay que investigar toda denuncia de desapariciones porque mientras no se encuentre el cuerpo se trata de un hecho totalmente actual. En Argentina, en cambio, una sentencia histórica de 2005 derogó las leyes de punto final y obediencia debida. El argumento: por muy democrático que fuera el Parlamento que las aprobó, la jurisprudencia internacional posterior, que exige perseguir los crímenes de lesa humanidad sin excepciones, las invalidan.

Islotes amenazados

En América Latina quedan aún islotes donde este tipo de leyes resisten: sobre todo, Brasil, donde el alto tribunal rechazó el jueves revisar la norma, y El Salvador, pese a que el nuevo Gobierno de izquierdas se ha comprometido a derogarla. Sin embargo, la contundencia y claridad de la Corte Interamericana hace que toda norma en esta línea en el Cono Sur esté amenazada de muerte en un futuro muy próximo, destacan los expertos.

En el resto del mundo, los avances en la justicia internacional también han horadado cualquier intento de mantener vivas leyes de punto final. En todos los continentes. En Europa, Croacia aprobó en 1996 una amnistía para la guerra de los Balcanes, pero los sospechosos de crímenes de lesa humanidad están en celdas de La Haya. En Asia, Indonesia la impulsó en 2004, pero fue bloqueada por los tribunales y la presión de la ONU. En África, el acuerdo que puso fin a la guerra civil de Sierra Leona en 1999 preveía la amnistía, pero varios firmantes también están presos en La Haya.

En la última década, la ONU se ha negado a firmar ningún acuerdo que incluya amnistías de crímenes de lesa humanidad, que por exigencia suya han quedado fuera incluso en conflictos tan enconados como los de Uganda y Congo.

¿Y Suráfrica? La transición del apartheid a la democracia se sedimentó en la amnistía y el perdón. Pero a juicio de Eduardo González, experto del Centro Internacional para la Justicia Transicional, prestigiosa ONG con sede en Nueva York, la comparación con España es “una barbaridad”. “En Suráfrica no hubo amnistía general e incondicional. Cada persona individualmente debía presentarse ante la Comisión de la Verdad, reconocer los hechos, aportar información detallada y pedir perdón”, afirma González. Y añade: “La experiencia nos dice que las leyes de amnistía que no respetan los estándares internacionales del momento acaban cayendo. Siempre”.

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“Los españoles no reconocemos nuestro propio genocidio”

La Corte de Chile rechaza investigar el asesinato de Carmelo Soria

La familía del diplomático fallecido durante la dictadura de Pinochet lleva más de treinta años de juicios para que se condene a los culpables

El País28/04/2010

El diplomático español Carmelo Soria fue asesinado en 1976, durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Un caso que seguirá cerrado más de 30 años después, ya que la Corte Suprema de Chile rechazó el miércoles reabrir la investigación por el secuestro y asesinato del diplomático para indagar supuestos nuevos antecedentes, tal y como pedían abogados del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y de la acusación particular, encabezada por Carmen Soria, hija de la víctima. El máximo tribunal del país confirmó así la resolución del juez Héctor Carreño del pasado 29 de marzo, tal y como informaron fuentes judiciales.

En el fallo se explica que la petición de la parte querellante, que pretendía entrevistar a varios agentes del gobierno militar, no se especifica de forma adecuada. “Las diligencias carecen de precisión y detalle, desconociéndose su necesidad y los objetivos que se persiguen con ellas, de tal forma que resultan absolutamente genéricas”, sostiene el documento. Una decisión que no debió sorprender a Carmen Soria, quien ya anunció a finales de marzo que recurrirá ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos la negativa de la Justicia chilena de investigar la muerte de su padre, tal y como ha hecho en las sucesivas demandas que han sido desestimadas.

Más de un intento fallido

Soria fue secuestrado el 14 de julio de 1976 y su cadáver, con huellas de tortura, fue encontrado dos días después en un canal de Santiago. Según consta en el proceso, el asesinato fue cometido por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) chilena, la policía secreta del dictador Augusto Pinochet, pero ninguna persona ha sido condenada por él.

Casado con una hija del escritor chileno José Santos González-Vera, era funcionario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), organización de las Naciones Unidas con sede en Santiago. La ONU pidió entonces que se abriera una investigación sobre el crimen, pero en 1979 la Justicia del régimen sobreseyó el caso.

Al acabar la dictadura, el proceso fue reabierto en 1991, pero se archivó en 1996 al considerar que los presuntos delitos estaban dentro de la Ley de Amnistía de 1978.

El caso volvió nuevamente a los tribunales en octubre de 2003, en el marco de una querella presentada por la familia Soria contra Augusto Pinochet, de la que el Estado chileno se hizo parte, pero en agosto de 2004 el alto tribunal rechazó una vez más la reapertura. El último intento por castigar a los culpables tuvo lugar en 2009, que fue desestimado por el juez Carreño.

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Parlamentarios chilenos repudian el “hostigamiento a Garzón”

46 legisladores de la oposición firman una declaración de rechazo al proceso abierto en España contra el magistrado que “lideró las investigaciones para juzgar a Pinochet”

El País22/04/2010

La Plataforma contra la Impunidad del Franquismo presenta firmas a favor de Garzón en la Audiencia Nacional de Madrid- Samuel Sánchez

46 parlamentarios chilenos han firmado una declaración pública de apoyo al juez Baltasar Garzón, que afronta tres causas por prevaricación en el Tribunal Supremo español, una de ellas por investigar los crímenes del franquismo. En el escrito, los parlamentarios, 44 diputados y dos senadores de la oposición, manifiestan su “solidaridad con quien ha velado de manera inagotable y ejemplar por el respeto de los derechos humanos incluso más allá de las fronteras de su propia nación”, con especial referencia a las investigaciones emprendidas por el magistrado para juzgar al dictador Augusto Pinochet por los “crímenes de lesa humanidad practicados durante 30 años de gobierno de facto en Chile”.

“Estamos convencidos del respeto y afecto que el juez Garzón se ha ganado entre la gran mayoría de los chilenos”, señala el documento, que “repudia” de forma categórica “el hostigamiento del que está siendo víctima el juez Garzón en su país”. En opinión de este grupo de legisladores chilenos, encabezados por los diputados Tucapel Jiménez, Hugo Gutierrez y Osvaldo Andrade, “resulta insólito que el mundo deba presenciar esta cruel paradoja, en que un grupo de personajes de dudosa calidad moral, reconocidos en su país por su férrea defensa de los más terribles horrores del franquismo, emprendan un juicio para perseguir a quien tanto ha dado a las víctimas de los derechos humanos”.

Finalmente, el escrito llama a “todos los diputados y demócratas de Chile a sumarse a este repudio, de manera de garantizar que esta farsa judicial quede en los anales de los episodios más vergonzosos de la historia reciente”.

Los parlamentarios chilenos se suman así a los múltiples actos internacionales de apoyo recibidos en las últimas semanas por el juez tras la causa por prevaricación abierta por el Tribunal Supremo, especialmente en Argentina, donde varias asociaciones han presentado una querella contra el juez Varela, instructor de la causa.

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Más de 100.000 firmas a favor de Garzón

Solicitud de ayuda

MIGUEL HERNÁNDEZ ALEPUZ El País09/04/2010

Dado que en España no es posible investigar los crímenes del franquismo, dado que la ley de punto final hispana está por encima de los tratados internacionales firmados por el Estado español en materia de derechos humanos, dado que las cunetas siguen llenas de injusticia y los familiares seguimos llenos de memoria, me atrevo a pedirle un favor a Argentina y a Chile: que nos devuelvan el favor.

Solicito que abogados de estos países denuncien al Estado español por no investigar los crímenes de lesa humanidad cometidos por los franquistas, ya que continúan impunes. Que se abran las fosas, que se anulen las sentencias de muerte, que se haga justicia. España es el segundo país del mundo en número de desaparecidos, tras la Camboya de Pol Pot y sus montañas de calaveras. Miles de niños fueron secuestrados por los asesinos y torturadores de sus padres. Por favor, ayudadnos.

Suomalaisdiplomaatti auttoi yli tuhat chileläistä maasta 1970-luvulla

Helsingin Sanomat – 3.4.2010 – Jaakko Lyytinen

Suomen asiainhoitajana Chilessä 1973 vallankaappauksen aikana  toiminut Tapani Brotherus.

Suomen asiainhoitajana Chilessä 1973 vallankaappauksen aikana toiminut Tapani Brotherus. Vesa Oja.

// <![CDATA[// // <![CDATA[// Chilen maavoimien komentaja kenraali Pinochet on ilmoittanut klo 09.00 asevoimien ottaneen vallan Chilessä. Edustusto joudutaan sulkemaan turvallisuussyistä.

Suomen Chilen-edustuston asiainhoitaja Tapani Brotherus, 35, on kuullut uutisen heti aamulla ja näppäilee telex-viestin ulkoministeriöön Helsinkiin. Lähetystön kakkosmies Ilkka Jaamala on jo saapunut toimistolle Santiagon keskustaan, mutta Brotherus tavoittaa hänet puhelimella. Jaamala pakenee kuplavolkkarillaan halki pääkaupungin, jonka kaduille tankit vyöryvät. Sotilaat ammuskelevat ja pystyttävät katusulkuja.

On tiistai 11. syyskuuta 1973, ja Chilessä on tapahtunut se, mitä on pelätty viikkojen ajan. Sotilaat ovat kaapanneet vallan vasemmistolaiselta presidentiltä Salvador Allendelta, joka on ehtinyt hallita Chileä kolme vuotta.

Puoliltapäivin hävittäjät alkavat pommittaa presidentin palatsia La Monedaa, jonka vieressä sijaitsee Suomen edustusto. Sitten palatsin uumenissa kajahtaa laukaus: Allende on ampunut itseään.

Juntta aloittaa laajat pidätykset, mutta niistä tihkuu tietoa vain niukasti, sillä yhteydet ulkomaailmaan on katkaistu.

Mutta eivät kaikki. Ruotsin lähetystöllä on generaattori ja radioaalloilla toimiva telex, jonka avulla Brotherus saa lähetetyksi kaappauspäivän iltana Suomeen vielä lyhyen viestin: Olemme turvassa.

Seuraavat päivät ovat kaoottisia. Sotilaat ovat saaneet käytännössä koko maan ja tuotantolaitokset haltuunsa. Torstaina 13. syyskuuta Brotherus viestittää Suomeen: Kuolonuhrien määrää vaikea arvioida. Haavoittuneita on paljon ja radiossa kehotetaan jatkuvasti verenluovuttajia liikkeelle. Pidätettyjen määrä noussee satoihin.

Maahan on julistettu sotatila, puolueet on kielletty ja parlamentti lakkautettu. Vasemmistolaisia on alettu vangita koko maassa. Huhut kertovat kidutuksista.

Pian pidätettyjä on kymmeniätuhansia. Juntta muuttaa stadionit valtaviksi ulkoilmavankiloiksi.

Myöhemmin käy ilmi, että vähintään kolmetuhatta ihmistä kuolee vallankaappauksessa. Maailma seuraa kauhistuneena Chilen tilannetta. Suomessa perustetaan jo vallankaappauspäivänä Suomi–Chile-seura ja heti perään toinenkin Chile-seura.

Vainotut etsivät turvaa Latinalaisen Amerikan maiden lähetystöistä. Myös Ruotsin suurlähettiläs Harald Edelstam ryhtyy ottamaan pakolaisia vastaan. 60-vuotias diplomaatti on tukenut Allendea, ja nyt hänestä tulee juntan äänekäs kriitikko. Toisen maailmansodan aikana Edelstam on pelastanut juutalaisia ja auttanut Norjan vastarintaliikettä, joka on antanut hänelle koodinimen “Musta neilikka”.

Pian ensimmäinen turvapaikanhakija ilmestyy Brotherusten ovelle. Hän on Guillermo Pavez, joka on kolme kuukautta aiemmin johtanut Suomessa vieraillutta kauppavaltuuskuntaa. Nyt Pavez seisoo ovella naama noessa.

Brotherus päästää hänet kotiinsa. Hän tietää, että Suomi on käännyttänyt loikkareita Prahassa ja Havannassa. Ulkoministeriö on antanut tiukan ukaasin: Suomen edustustojen on suhtauduttava turvapaikkapyyntöihin kielteisesti, vaikka niille olisi inhimilliset perusteet. Suomen ulkopoliittisen opin mukaan muiden maiden asioista on pysyttävä erossa.

Silti ratkaisu on Brotherukselle selvä. Pakolaisia on autettava, mutta Suomen linjan takia hän päättää salata tekonsa. Hän lähettää asiasta kyselyn ministeriöön, mutta postittaa sen raskaalla kuriirilla, jonka perillemeno kestää pari kuukautta.

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¡Vive!

MARUJA TORRES El País – 04/03/2010

“Saltaron pulverizadas las cuentas de un collar de azabache que me había regalado mi madre”. Más que las imágenes de la televisión y las crónicas, impacta esta frase del e-mail que recibí, por fin, después de una semana de intentos y de devoluciones, de mi amiga chilena Marcia Scantlebury. Se encontraba en Viña del Mar, con parte de su familia, en el viejo hotel San Martín, me cuenta. “Caía todo sobre nosotros, y yo me levantaba y el terremoto, que fue eterno, me volvía a botar al suelo”.

El resto fue la pesadilla que podemos suponer, la búsqueda de los hijos, de los nietos, por los caminos de la destrucción.

Traigo aquí a Marcia porque para mí representa lo mejor de Chile: el coraje y la resistencia. Tras el golpe de Estado de Pinochet, en el 73, esta mujer pasó meses en los centros de tortura del régimen. La hirieron, no la quebraron. Reconstruyó su vida, después, sin renunciar al pasado. Declaró ante Garzón en el proceso contra el dictador.

En la actualidad dirige la Televisión Nacional de Chile. Por eso se hallaba en Viña del Mar, por el festival de la canción que no llegó a celebrarse. Es una buena periodista, Marcia. De ahí ese trallazo de los azabaches pulverizados, que con tanta elegancia habla de pérdidas irreparables. Los azabaches, como los abrazos maternos: anteriores al tiempo del secuestro de la democracia. Dice: “La tragedia y el dolor de este país no tienen nombre”. Añade que el final, para ellos, fue semifeliz, “porque todos estamos bien”, pero que el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos que recientemente inauguraron sufrió fuertes daños y que “este país, otra vez, está de rodillas”.

Arrodillado, no. Arrodillado no lo estuvo nunca. Siempre alguien se alzó para resistir. Alguien pasó la antorcha.

Chile: ¡Vive!