Sobre la impunidad de los crímenes del franquismo

SANTOS JULIÁ El País – 23/05/2010

Como define sobriamente el DRAE, impunidad es falta de castigo e impune es el que queda sin castigo. Los crímenes del franquismo quedaron sin castigo, ante todo, porque los vencidos en la guerra civil, desde el exilio o en el interior, no pudieron abrir una causa contra los culpables y, sobre todo, porque los vencedores en la Guerra Mundial, tras someterlos a cuarentena, decidieron hacer buenos negocios con ellos. Gran Bretaña fue, como no se cansó de repetir el presidente Azaña, el primer enemigo de la República en la guerra civil, y Estados Unidos y el Vaticano, flanqueados por Francia y Reino Unido, fueron los principales socios sobre los que, durante años sin fin, pudo Franco consolidar su poder.

La alianza estratégica de las democracias occidentales con la España de Franco duró hasta la muerte del dictador. Mientras tanto, nadie, ningún juez, ningún fiscal -funcionarios al servicio de la legalidad del régimen, fuera cual fuese la ideología de cada cual- tuvo la oportunidad de abrir una causa penal contra los responsables de aquellos crímenes. Luego, ninguno de esos mismos funcionarios, ya al servicio de la legalidad democrática, reclamó la aplicación de lo que ahora llamamos justicia internacional para el caso español. El primero en hacerlo ha sido Baltasar Garzón que, modificando la definición de los tipos delictivos aplicables, abrió en 2008 una causa penal contra los autores de crímenes.

Pero este juez tomó sus precauciones para asegurarse de que del procedimiento penal no se derivara la posibilidad de sentar en el banquillo a ningún culpable. Porque “crímenes del franquismo”, además de los asesinatos de la guerra civil, fueron, entre otros, la muerte por torturas del secretario general del PSOE Tomás Centeno en 1953; o el fusilamiento del dirigente del PCE Julián Grimau, 10 años después. Garzón limitó, sin embargo, el periodo de su investigación -en realidad: un auto basado en investigaciones publicadas por decenas de historiadores- hasta el cambio de gobierno de 1951, ocasión y fecha arbitrarias si no se recuerda que quienes fueron ministros hasta ese año, en 2008 estaban notoriamente muertos, como dejó escrito en su auto: eran sospechosos que quedarían sin castigo, o sea, impunes, aun en el caso de que su crimen hubiera sido contra la humanidad.

Es irrelevante saber qué buscaba Garzón con su auto, allá él; lo que sí se sabe es lo que no buscaba. Y lo que no buscaba era sentar en el banquillo ni a un solo culpable de los crímenes del franquismo, porque si ese hubiera sido el objeto de su instrucción no la habría limitado a 1951 ni reducido a 35 sospechosos muertos. Al establecer esa fecha límite y al identificar con nombres y apellidos a 35 altos cargos de la dictadura, el instructor sabía que en breve plazo, que pretendió alargar con alguna de sus martingalas, se vería obligado a cerrar el sumario. Y así fue. Al recibir los certificados de defunción, añadió a la evidencia de que los presuntos culpables habían fallecido, la sorprendente declaración de extinción de responsabilidad de todos ellos ¡porque estaban muertos!

Que, tras esta extinción de responsabilidad, los crímenes del franquismo sigan impunes ¿significa que no quede ninguna obligación legal hacia sus víctimas? En absoluto. Los gobiernos, primero del PP, luego del PSOE, tienen encima de la mesa desde hace varios años demandas de familiares de buscar, exhumar, identificar y dar digno entierro a las víctimas de aquellos crímenes. Los familiares están en su derecho -como lo están en el suyo los que prefieren mantener las fosas como lugares de memoria- y los poderes públicos en la obligación de atenderlos. Para cumplir ese deber, no hacía falta enredarse en causas penales contra muertos impunes ni perderse en debates sobre leyes de memoria; bastaba una instrucción del Gobierno que recordara a jueces y forenses la obligación legal de exhumar cadáveres enterrados en fosas, destinando a esa tarea los funcionarios que fuera menester.

Por razones que el Gobierno sabrá, no lo ha hecho, y de esa abdicación se ha derivado el intento de proceder a las exhumaciones por la vía penal bajo el falso pretexto de que no queden impunes crímenes cometidos hace más de 70 años. Ante la evidencia de que, 70 años después, todos los posibles culpables han muerto, sería mejor que cada uno cumpliera su deber, comenzando por el Gobierno y siguiendo por estos jueces que se dedican a sustanciar, sobre los crímenes del franquismo, sus viejos rencores políticos.

“Vi cómo arrastraban los cuerpos de siete personas”

El testimonio de un hombre de 86 años permite localizar una fosa en Ávila en la que están enterrados un padre y su hijo.- Los responsables de la exhumación esperan que el juzgado abra diligencias

NATALIA JUNQUERA El País17/05/2010

Exhumación en la localidad abulense de Candelada, donde se buscan los restos de siete personas- A.R. M. H.

“El día 8 de septiembre de 1936 me dijeron que venían los “moros”, y junto con un tío mío, me escondí en la cueva que había debajo de mi casa. A la mañana siguiente, o al otro día, como todas las mañanas, me dirigí a la Cuesta del Avión [paraje de la localidad abulense de la Candelada] a cuidar las vacas de Facundo. Allí ví como cuatro señores de Candeleda, a los que no pude reconocer, arrastraban los cuerpos de siete personas desde la orilla de la carretera hasta debajo de una oliva donde tenían una fosa ya excavada. Antes, el mismo día de la entrada de los “moros” en el pueblo, mataron a otras dos personas, pero eso no lo vi.”

Julio Serapio Sánchez tenía 12 años aquel día. Hoy a sus 86, ha permitido localizar el lugar donde un equipo de expertos exhuma ahora los restos de siete personas, entre ellos un padre y su hijo, los cuerpos que Serapio vio arrastrar.

De momento, los expertos han hallado un cráneo, un cúbito y un radio, además de la suela de goma del calzado de una de las víctimas. El vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Santiago Macías, ha denunciado la aparición de los restos ante la Guardia Civil con la intención de que el juzgado correspondiente lleve a cabo “las diligencias pertinentes”. Esta es la primera apertura de una fosa tras al suspensión del juez Baltasar Garzón por su investigación de los crímenes del franquismo.

De los siete cuerpos, sólo se conoce la identidad de cuatro personas: Francisco Martín Vélez, un jornalero que tenía 66 años cuando fue asesinado; su hijo, Régulo Martín Plaza, barbero, de 36; Emilio García Hornillo (no se conoce la edad, su único hijo murió en 2007) y Tomás Retamal Vicente.

Los huesos hallados se encontraban a 70 centímetros de profundidad, bajo gran cantidad de mampuestos de granito de un diámetro medio de entre 20 y 35 centímetros que fueron arrojados y amontonados sin orden sobre los cadáveres una vez que estos estuvieron en la fosa, donde han permanecido a modo de lápida hasta hoy, según el informe técnico.

El golpe

MANUEL RIVAS El País – 15/05/2010

Me ha parecido oír de nuevo el repique de los teletipos. El muchacho inquieto corre hacia el redactor jefe. Con gesto grave, indaga entre líneas y murmura: “¡Es un golpe!”. Alguien mueve el dial de una vieja radio, y a los 50 años de su muerte, se escucha una grabación de Albert Camus: “Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa”. En las secciones de Internacional del mundo entero destacan la suspensión del “juez pionero de la justicia universal” (Le Monde, ayer) y la apertura de juicio por haber atendido las denuncias de familiares de víctimas e intentar investigar crímenes contra la humanidad que no prescriben. Es acusado de prevaricador precisamente quien rompió por una vez la infame rutina prevaricadora: según la ley, en España los jueces tienen la obligación de personarse cada vez que aparecen restos humanos con señales de violencia. Se han exhumado miles de víctimas en los últimos diez años, gracias a voluntarios, pero los jueces, con un par de excepciones, nunca comparecieron ni para dar el pésame, pese a ser llamados desde el locus horroris. El final de Garzón estaba escrito en la agenda de los torvos. No se molestaban ni en ocultar las pistas. El portavoz de Justicia de la derecha senatorial consultó el oráculo y dijo en brutal homenaje a la presunción de inocencia: “Va a tener tiempo para cazar abundantemente, si es que está en la calle” (Agustín Conde, refiriéndose al juez Garzón). Todavía algunos ilusos no ven la maniobra torva que anticipa la impunidad de los corruptos. Eso escribió Flaubert a Turgueniev: “Siempre he intentado vivir en una torre de marfil, pero una marea de mierda no deja de golpear sus muros y amenaza con tirarla abajo”. ¿Habéis oído? Sí. Ese es el sonido de un golpe de mierda.

El Senado libra al Gobierno de asumir las exhumaciones

La Cámara alta tumba una propuesta para modificar la Ley de Memoria

NATALIA JUNQUERA El País12/03/2009

“El tiempo apremia. Cada día que pasa desaparece un descendiente de alguna víctima de la Guerra Civil. A los que siguen con vida debemos devolverles los restos de sus seres queridos para que puedan morir en paz”. El senador Pere Sampol (Bloc per Mallorca) arrancó su presentación de una propuesta de reforma de la Ley de Memoria para que el Estado asuma la exhumación de fosas franquistas, apelando a “la humanidad y la compasión” de sus colegas. Pretendía cambiar la ley, de diciembre de 2007, para que el Gobierno no se limite a “colaborar” con los familiares, sino a atender directamente sus demandas. El Senado tumbó ayer su proposición con 233 votos en contra, 11 a favor y 10 abstenciones.

“¿Qué grado de crueldad hay que tener para negar a los familiares de gente inocente recuperar sus cuerpos?”, insistió Sampol, poco antes de bajar de la tribuna. Cuando parecía que nadie iba a subir a exponer un voto en contra, como es habitual, Sampol subió de nuevo para dirigirse sólo al PSOE: “No pueden dejar este trabajo a medias”. Sería como haber “hurgado en las heridas, hacerlas más profundas”, en lugar de cerrarlas.

“No debe manosearse”

“Las leyes necesitan tiempo”, contestó Isidre Molas, presidente del PSC. “Es muy pronto”. Y añadió: “Hay temas que no están hechos para ser reabiertos a cada momento. No deben manosearse”. La senadora Susana Sumelzo (PSOE) aseguró que la ley estaba “alcanzando sus objetivos” y citó como ejemplo los 9,9 millones que el Ministerio de la Presidencia había concedido en subvenciones a tareas relacionadas con la recuperación de la memoria. Sumelzo llegó a acusar a Sampol de “falta de sensibilidad” con las asociaciones y la labor que llevan a cabo.

Sin embargo, el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Emilio Silva, afirmó que apenas un 10% de esas subvenciones se han destinado a “recuperar cuerpos de las cunetas” y que, además, este año se han reducido (60.000 euros). “Es responsabilidad del Estado, me entristece la falta de sensibilidad de esas 233 personas”. Las asociaciones han recuperado más de 4.000 cuerpos desde 2000 gracias a arqueólogos, forenses, historiadores y psicólogos que han trabajado gratis.

El PP calificó la propuesta de “irrelevante e innecesaria, al igual que la ley”. Sólo el senador del PNV Joseba Zubia la apoyó con un “sí con mayúsculas” por considerar que la ley es “insuficiente” para lograr los objetivos que dice perseguir.

El PSOE acepta garantizar la aplicación de la Ley de Memoria Histórica

Pacta con Joan Herrera (ICV) una moción que acepta “reformas normativas” para garantizar las exhumaciones

FERNANDO GAREA El País11/05/2010

El Pleno del Congreso aprobará esta tarde una moción de Joan Herrera (ICV) sobre memoria histórica que incluye garantías de la Administración del Estado para exhumar los restos de las víctimas de la Guerra Civil. Herrera ha llegado hoy a un acuerdo con el PSOE para modificar su texto inicial y se incluye el compromiso de “impulsar reformas normativas” para garantizar esas exhumaciones.

ICV entiende que el Gobierno acepta estudiar la reforma de la Ley de Memoria Histórica, pero fuentes del Gobierno aseguran que sólo se prevé la aprobación de una orden ministerial que garantice que las comunidades cumplen con las exhumaciones.

Según Herrera, “hoy el Congreso dirá que el juez Garzón no puede ser incriminado” por perseguir los crímenes del franquismo.

El texto pactado señala que “el ordenamiento jurídico vigente en España obliga, de modo indudable y suficiente, a la persecución de los crímenes contra la humanidad y de genocidio, en los términos y con el alcance recogido, entre otros, en el Pacto Internacional de los derechos Civiles y Políticos, en el Convenio para la sanción del genocidio y en resto de la legislación nacional e internacional que nuestra Constitución recoge y ampara”.

Añade que “el Congreso muestra su respeto a los jueces y tribunales de la jurisdicción ordinaria, al tribunal Constitucional, al Tribunal Europeo de derechos Humanos y al resto de tribunales internacionales legítimamente constituidos”.

Y se insta al Gobierno a “transformar y potenciar la oficina para las Víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura, son sede en el Ministerio de Justicia, para que, además de su función de atención y asesoramiento a los ciudadanos, asuma la dirección y coordinación de todas las políticas públicas vinculadas a la aplicación de la Ley de memoria histórica, tanto en el seno de la Administración general del estado, como en las relaciones con las demás admninistraciones públicas competentes”.

Añade que el Gobierno debe “garantizar la responsabilidad pública e institucional en las labores de localización, exhumación e identificación de las fosas o enterramientos de las víctimas del franquismo, así como la divulgación de los resultados, pasando a ser esta una política pública e institucional garantizada por el conjunto de Administraciones y por la Administración General del Estado con carácter subsidiario. Para ello se impulsarán las reformas normativas necesarias”.

Concluye instando a “conmemorar de forma solemne la declaración del Congreso de condena expresa de los diputados al régimen franquista y de apoyo a las víctimas del franquismo”.

* * * * *

El Senado libra al Gobierno de asumir las exhumaciones

// <![CDATA[
// This function displays the ad results.
// It must be defined above the script that calls show_ads.js
// to guarantee that it is defined when show_ads.js makes the call-back.

function google_ad_request_done(google_ads) {

var lista = ‘www.adn.es,www.yes.fm,www.yes.com,www.lastfm.es,www.last.fm,www.AtraerMasMujeres.com,www.ADN.es,www.SMS-Contactos.es,www.dr-pene.com,www.Tu.tv,www.actas.es,www.fotocasa.es,www.terra.player.tv,www.doblecero.com,www.europafm.com,www.cadena100.es,http://new.es.music.yahoo.com,www.musica.com’;
var miArray = lista.split(‘,’);

//Voy a cortar el array de google si vienen cosas malas
for(z=0; z < miArray.length ; ++z){
for(p=0; p < google_ads.length; ++p){
if(miArray[z]==google_ads[p].visible_url){
google_ads.splice(p,1);
p=p-1;
}
}
}

// Proceed only if we have ads to display!
if (google_ads.length < 1 )
return;

document.write(”

“);
// Display ads in a table
document.write(”

“);

document.write(”

“);
document.write(”

Publicidad por Google

“);
document.write(”
¿Que es esto?
“);
document.write(”

“);

// For text ads, display each ad in turn.
// In this example, each ad goes in a new row in the table.
if (google_ads[0].type == ‘text’) {
document.write(”

“);
}

// For an image ad, display the image; there will be only one .
//if (google_ads[0].type == ‘image’) {
// document.write(”

” +
// “” +
// “
“);
//}

// Finish up anything that needs finishing up
document.write (”

“);
}
// ]]> //
//

Podemos y debemos

BENJAMÍN FORCANO – El País – 01/05/2010

Estamos en democracia. Y, en consecuencia, debemos admitir como ciertos los siguientes hechos: 1. Las Cortes Españolas aprobaron una ley de amnistía para: “Todos los actos de intencionalidad política, cualquiera que fuere su resultado, tipificados como delitos y faltas realizados con anterioridad al 15 de diciembre de 1976”. 2. Tal amnistía fue expresión de todos los españoles, quienes, a través de sus representantes, la sellaron como ley. 3. No es seguro que dicha ley quede anulada por otras leyes internacionales superiores. 4. El juez Garzón intenta hacer justicia a las víctimas vencidas de la guerra sin ir contra esa ley, en el sentido de no reclamar procesos ni juicios contra nadie, sino simplemente conseguir que la sociedad española haga con todos lo que hizo con una sola parte: reconocer a las víctimas y darles honrada y familiar sepultura. 5. El tribunal Supremo tiene competencia para intervenir con toda legitimidad y valorar si dicho juez traspasó los límites de su poder y puede decidir, aun equivocándose, pero cumple correctamente con su función. 6. Los ciudadanos pueden con argumentos y razones discrepar de dicha decisión pero no por ello pueden dejar de acatarla.

Dado como supuesto este cuadro legal democrático, pienso que unos y otros, en este momento, debemos reconocer un hecho de capital importancia: lo pasado está bien hecho y acaso pudo darse por cerrado ese ciclo histórico, sin abrir el debate de la memoria histórica, que acabó en ley. Hubiera sido una opción. Pero -y esto es lo nuevo- las leyes no son absolutas ni nos atan y pueden interpelar a la sociedad por nuevas circunstancias. El hecho mayor es que estamos ahora en disposición de afrontar juntos, mirando al futuro, sin odios inútiles, esa locura colectiva, con víctimas vencedoras y víctimas vencidas, y entender que todas las víctimas tienen el derecho en familiares y amigos, y en la misma sociedad a ser reconocidas y tratadas en digna sepultura.

Este debiera ser el sentir de un gran gesto colectivo, magnánimo, impregnado de pesar mutuo y de compromiso por no reincidir en las causas que nos llevaron a tan desgraciado enfrentamiento. La sanación de nuestras heridas y afianzamiento de nuestra democracia debiera cogernos a todos con la mirada, corazón y manos abiertas, para sentirnos reconocidos, perdonados, integrados y nunca más excluidos. Esto puede que vaya más allá de la legalidad establecida, pero hay que acogerlo como imperativo moral que surge del corazón y contribuye a fortificar el futuro de nuestra democracia. ¡Podemos y debemos.

Restos humanos de la batalla del Ebro

Residentes de la zona del Delta han entregado a la Generalitat 600 huesos hallados en campos y caminos

F. BALSELLS / M. ROGER El País30/04/2010

Restos humanos en Campusines (Tarragona).- JOSEP LLUÍS SELLART

Que del suelo broten restos humanos de muertos durante la Guerra Civil es casi una rutina en los municipios que sufrieron la batalla del Ebro. “Lo asumimos como una normalidad”, explica Carme Pelejà, alcaldesa de la Fatarella (Tarragona), pueblo pegado a los terrenos machacados por la aviación y la artillería franquistas en 1938. “Aquí tropezar con restos humanos siempre ha sido bastante habitual”, detalla. Tropezar, literalmente. Porque en estos suelos los fallecidos ni se apilaron en fosas, ni fueron trasladados a cementerios cercanos por una población reducida que quedó diezmada y sin medios durante décadas.

Es tan común hallar huesos humanos que, desde la aprobación de la Ley de Fosas catalana, hace un año y medio, la Generalitat ha recibido de vecinos y visitantes 600 restos pertenecientes a un mínimo de 63 combatientes.

Todos los hallazgos han surgido en superficie. Los muertos en esta ribera del Ebro quedaron tirados en los senderos, en los campos, removidos y semienterrados por nuevos proyectiles de origen alemán o italiano que impactaban sobre los ya caídos. La lluvia, la siembra o una excursión suelen ser anticipo de un nuevo hallazgo. “Cuando arabas el campo o salías a jugar siempre te encontrabas un hueso”, recuerda Francisca Álvarez, vecina de Corbera d’Ebre, de 71 años. “Los tocábamos con una rama, de lejos, porque los padres nos decían que eran peligrosos. Claro, como iban a decirnos que eran un brazo humano, una pierna”.

“Estos terrenos apenas estaban poblados y murieron unos 30.000 combatientes”, detalla el historiador Xavier Hernández. “La mayoría quedaron en la superficie, pudriéndose al sol. Todavía hoy quedan muchísimos cuerpos a su suerte. Muchos furtivos aficionados, coleccionistas de material de guerra, se los han llevado. Venían con su detector de metal e iban desenterrándolos”, lamenta Hernández.

La mayoría han ido siendo recogidos por payeses que, en bolsas de plástico, los llevaban al ayuntamiento sin idea de qué hacer con ellos o los conservaban a modo de homenaje. “Me quedaba mirándola horas y horas, pensando qué habría ocurrido”, reflexiona Rosa Altavill sobre la calavera que accidentalmente descubrió el tractor de su marido en Gandesa. Altavill la dejó sobre una piedra, en un margen de la masía en la que, comenta, todavía brotan huesos a cada cultivo. “La miraba mucho pero nunca me atreví a tocarla”, recuerda. La calavera la acompañó durante casi 30 años hasta que, un día, cuando ya estaba casi decidida a llevarla al Ayuntamiento, desapareció. “Se la llevó alguien o regresó a la tierra”, comenta la mujer.

Desde la aprobación de la Ley de Fosas catalana los hallazgos ya tienen un destino. “La Generalitat asume la responsabilidad de dignificar, señalizar, y recuperar las fosas”, explicó ayer el consejero de Interior, Joan Saura. El Gobierno catalán ha localizado también 69 nuevas fosas, en las que mayoritariamente había enterrados hombres de entre 21 y 45 años. Tras tratar los huesos y clasificarlos, cada individuo es enterrado con un código que permitiría exhumar el cadáver si hubiera posibilidad de identificación. Los restos de los combatientes del Ebro, erosionados tras más de setenta años semienterrados entre el polvo de los caminos, pasan a reposar en la cala Fatarella, en el Memorial de Los Camposines.

Justicia cierra el mapa informático de fosas sin las comunidades del PP

Hay 1.793 excavaciones a falta del recuento total de Andalucía y Cataluña

J. CASQUEIRO / L. R. AIZPEOLEA El País29/04/2010

El rastro de la tragedia. Fosas de la Guerra Civil señaladas por las ocho comunidades que participan en el mapa elaborado por el Gobierno.

“Puedo adelantarle que muy pronto podremos ver a la luz ese mapa con un aplicativo informático accesible para todos los ciudadanos de este país y que, además, según tengamos mayor información y se nos suministre, se irá actualizando, día a día, de manera permanente”. Así zanjó ayer en el Congreso el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, el debate sobre el balance de las actuaciones del Gobierno sobre la ley de Memoria Histórica. Se refería Caamaño al mapa integrado de fosas, previsto en el artículo 12.2 de esa ley, y que se está cerrando en estos días con las comunidades autónomas que han firmado los convenios de colaboración con el ministerio. Todas las comunidades, menos las gobernadas por el PP.

El Ejecutivo tiene listo ese mapa desde hace días y su presentación pública se producirá en breve. Cuestión de semanas. Habrá una página web pública y abierta, a la que los interesados podrán recurrir para conocer la localización casi exacta de cada fosa. A día de ayer estaban perfectamente registradas 1.793 excavaciones. Tan localizadas como para saber su latitud y longitud exactas. La web no facilitará esas coordenadas para evitar problemas, porque algunas de esas fosas están ubicadas en fincas o propiedades privadas. Pero sí se detallarán los municipios.

El dato final del mapa de fosas ascenderá algo sobre esa cifra, porque faltan por cerrar con las asociaciones de memoria algunas excavaciones de Cataluña y Andalucía. Pero con esas comunidades no está habiendo ningún tipo de problema de colaboración. Y en este asunto, después de varios años de debate y retrasos en el cumplimiento de la ley, lo que se pretende ahora es primar el rigor antes que la precipitación.

Los problemas se están registrando con las comunidades gobernadas desde el PP. El pasado 25 de enero, Justicia firmó convenios específicos de colaboración con las comunidades autónomas de Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Cantabria, Extremadura y el País Vasco.

En el ministerio lamentan la nula cooperación hasta ahora de los Ejecutivos autonómicos del PP. Tanto cuando se les ofreció firmar los convenios de colaboración para el mapa de fosas como cuando se les requirió para suscribir el protocolo de exhumaciones, ninguna de las comunidades gobernadas por el PP siquiera contestó. Y especialmente significativo ha sido el desinterés del Ejecutivo de Madrid, dirigido por Esperanza Aguirre. En este caso, han sido las asociaciones de memoria histórica en esta región las que han facilitado datos más o menos precisos de más de 40 localizaciones.

“No se trata de exhumar la venganza, sino de reparar el daño que se haya podido causar”, ha subrayado Francisco Caamaño para justificar la aceleración que se quiere imprimir ahora a estas actuaciones, tras unos años de titubeos y de diferentes posiciones internas en el Gobierno. Y también para negar cualquier interés electoral o partidista, como el que ayer mismo le achacó la secretaria general de PP. María Dolores de Cospedal acusó en la Cope al Ejecutivo de “abrir heridas para sacar votos”. Y remachó: “Quizá una movilización ideológica de su electorado, volver a hablar de los unos y los otros, y volver a hablar de la Guerra Civil y de los de un lado y de los del otro, le puede dar rentabilidad política a Zapatero”.

* * * * *

Aguirre pone su Gobierno “a disposición de las víctimas, también de las del franquismo”

Rifirrafe entre el PSOE y el PP en el Pleno por las calles franquistas

La Comunidad de Madrid no asumirá el coste de abrir fosas comunes

Víctimas vencidas y víctimas vencedoras

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ IBARRA – El País –  26/04/2010

Se pensaba que, cuatro décadas después, las dos Españas era una idea superada por nuestra convivencia democrática. Es lamentable afirmarlo, pero no es así. Sigue existiendo la brecha que nos separa y nos divide. Debe ser que la Transición no salió tan bien como se pensaba y que dejamos veredas abiertas por las que algunos se adentraron, convirtiéndolas, con el paso del tiempo, en autopistas por las que se vuelve a circular hacia el rencor, el odio y la división.

No es extraño que algunas cosas se hicieran mal, porque la correlación de fuerzas era desigual. De una parte, todo el aparato del franquismo, intacto, poderoso y retador, y, de otra, una izquierda débil, radicalizada y temerosa de no saber encontrar el hueco apropiado para que España se adentrara por la senda democrática y constitucional.

Han pasado 70 años y sería necesario que los demócratas fuéramos capaces de transmitir nuestros sentimientos sin revancha, cuando nos referimos al salvajismo sobrevenido del golpe de Estado del año 1936. Y desde esa voluntad noble, se puede ser consciente de que, si no recuperamos la España que perdió en las trincheras, no es que tengamos una sola España, es que tendremos media España. Teníamos la España de Franco, pero llegó la Democracia y es justo que España recupere el patrimonio de la otra España silenciada. También aquellos perdedores eran España. Nadie puede pretender cambiar la realidad sino explicarla. La guerra la ganó Franco. No hay duda. Ese no es el debate.

Quiero comprender a muchos de los que estuvieron en el bando ganador. Muchos ganadores fueron también sufridores de una guerra que ganaron. Los soldados ganadores también fueron arrancados de sus hogares, marchitaron sus esperanzas y su juventud, abandonaron a sus padres ya ancianos, a sus esposas, a sus hijos. Muchos fueron lanzados a un combate en el que no querían participar, les obligaron a sobrevivir entre la pólvora y la sangre. Sin querer combatieron, sin querer mataron y sin querer murieron. Aquella guerra asustó tanto a los que ganaron como a los que perdieron, porque, al final, todos perdieron, perdió España. No es guerracivilismo estudiar los excesos de los vencedores, pero tampoco ha de serlo entrar en la averiguación de las torpezas republicanas.

No tendremos la paz de todos hasta que sepamos todas las situaciones que padecimos. Para que nadie pueda albergar reservas mentales, los demócratas aceptamos, sin objeción alguna, que se estudie, que se revise el periodo republicano, que se aireen las luces y las sombras de esos años convulsos de la historia de España. Pero, de igual forma, como medio completo de higiene, porque no tiene sentido asear sólo medio cuerpo, tenemos que aceptar que se estudie el periodo completo de la Guerra Civil y la posterior dictadura, también por los excesos que protagonizaron los vencedores. Pero ahí, entre los que vencieron que murieron y los que murieron que perdieron, es de justicia recibirlos con honor, porque creían defender unos ideales y, ante tal creencia, no caben discriminaciones. El soldado merece el respeto, pero no lo merece el asesino, ese otro personaje que, instalado a veces en la retaguardia, era el manijero que señalaba los ajustes de cuentas, en frío y sin piedad.

Es necesario entender que la ley aprobada sugiere también abrir las puertas de par en par a la verdad histórica, a esa historia de hace 70 años que nos heló el corazón, pero donde hubo, en un sitio u otro, gente de bien, personas que creían en una idea y lucharon por ella y hasta dieron la vida. La memoria histórica no es un instrumento para afilar el arma arrojadiza, sino una idea noble para devolver al presente nombres y circunstancias, a fin de que también moren en los vivos esas páginas reencontradas con toda la dignidad posible. Y aunque todavía hay resquemores porque no hay circunstancias más sangrantes que los enfrentamientos en una guerra civil, es lo cierto que hemos de tender a una serenidad amable, aunque sea a contrapelo de nuestro dolor, pensando que la gran mayoría de los combatientes no fueron culpables, porque ellos no provocaron ni decidieron ir al combate.

Los hijos o nietos de aquellas víctimas no quieren ya sacar los colores a nadie, ni buscar afrentas, ni pedir venganza. El deseo de estas personas es muy sencillo, es ejercer el derecho de enterrar dignamente a sus muertos y dejar clara su memoria. Muchos familiares no saben dónde están los restos de sus padres o de sus abuelos. Cada uno desea pacificar su propia vida dando sepultura a sus seres queridos. Eso persiguen quienes participan ahora en la Recuperación de la Memoria Histórica, dar satisfacción a un sentimiento humano, cumplir con un ritual indispensable para aliviar el dolor, desagraviar a aquellos que cayeron, con el último gesto que les pueden dedicar, darles una tumba y renovarles el recuerdo. La voz de los herederos de esos perdedores no dice más que una cosa: “Que mis muertos y su papel en esa terrible historia quede aclarado y descansen en paz”.

Nadie debe ganarnos en generosidad a quienes, desde la izquierda, hemos contribuido a la Democracia. Las víctimas de los que se sintieron vencedores ya tuvieron la oportunidad de honrar a sus muertos. ¿Creen ellos que ya es hora de que las víctimas de los que perdieron tengan también esa misma oportunidad? Porque hay el mismo dolor humano en unos que en otros, porque el dolor no sabe de siglas, de ideologías ni de banderas.

La mayor parte de los contendientes en la Guerra Civil fueron víctimas, víctimas vencidas y víctimas vencedoras. Otros, los menos, son los culpables de subvertir un orden que estaba democráticamente construido y cimentado. No podemos -ni debemos- bendecir lo criminal, pero sí queremos que cada uno reivindique la memoria de quienes, sin ser culpables, padecieron, murieron y fueron olvidados. Desde la izquierda, vivido lo vivido y aprendido lo aprendido, y habiendo escuchado de labios de gente que venció confesiones de dolor y desasosiego, porque no quisieron ser protagonistas de lo que hicieron, confieso que no albergo resquemor alguno. Pero comprendo y apoyo, en toda su dimensión humana, la esperanza, la última esperanza, para brindar el último homenaje a los anónimos e ignorados, gracias a un deseo que no es reaccionario ni vengativo. Esa es la voluntad sincera de recuperación de la Memoria Histórica.

No cabe la menor duda, pues, de que la Ley de Memoria Histórica pretende ayudar a que todo el mundo pueda cumplir ese deseo de encontrar y enterrar dignamente a sus muertos. Lo acontecido desde su aprobación por las Cortes, con el último episodio judicial que tanto nos divide, no está permitiendo que eso ocurra de la forma en que querían y quieren familiares y demócratas amantes de la concordia y reconciliación. Se debería intentar, por todos los medios y con máxima celeridad, una modificación de esa ley o la elaboración de otra que obligue a todas las instituciones del Estado a facilitar los medios de todo tipo para que ese objetivo pueda ser alcanzado, separando al muerto de las circunstancias de su muerte o asesinato.

Y cuando las fuerzas políticas consideren necesario aclarar las circunstancias de esas muertes, que se revise lo pactado en la Transición, que se legisle en función de la justicia y que ningún juez encuentre en esa legislación ningún resquicio para, unilateralmente, alterar lo que se haya decidido en nombre de la soberanía nacional. El Gobierno tiene la obligación de liderar este proceso que nos devuelva la concordia.

Juan Carlos Rodríguez Ibarra es ex presidente de la Junta de Extremadura.

La vía fascista del ‘Spain is different’

Peñafuerte viaja por Europa con su obra sobre la memoria

José Luis Peñafuerte, ayer, en una cafetería del centro de Madrid. – GRACIELA DEL RIO

C. P. – MADRID – Público – 20/04/2010

Bélgica 4 – España 3. No, no es el marcador de un partido de fútbol, sino el número de ciudades belgas y españolas en las que se podrá ver Los caminos de la memoria, documental de José Luis Peñafuerte (Bruselas, 1973) sobre la memoria histórica, los represaliados del franquismo y las fosas comunes que se estrena el viernes.

Para hacernos una idea de la repercusión que está teniendo la película en Bélgica, Peñafuerte, hijo de exiliados, cuenta que el pasado miércoles participó en un debate en la radio pública belga con el ex presidente del parlamento europeo José María Gil-Robles y el historiador Ángel Viñas.

“Los periodistas belgas no daban crédito a lo que decía Gil-Robles, que defendió la vigencia de la Ley de Amnistía del 77 y aseguró que los españoles no quieren reabrir las heridas del pasado. Pero en Europa conocen bien la historia del franquismo. Y las imágenes de, por ejemplo, las concentraciones en esa caricatura del mal gusto llamada Valle de los Caídos sólo pueden provocar perplejidad”.

La visión del exiliado

Estupefacción que se ha incrementado estos días tras ver cómo los grupúsculos ultraderechistas Manos Limpias y Falange Española de las Jons han conseguido llevar a Baltasar Garzón al banquillo por investigar los crímenes del franquismo. “Es como si el Partido Nacionalsocialista pidieran a los jueces alemanes que cesen inmediatamente los ataques que viene sufriendo el nazismo”, resume.

“Lo que está en juego es la jurisprudencia internacional sobre los delitos de lesa humanidad por la irresponsabilidad de un pequeño sector de jueces españoles. Si una democracia no puede juzgar los crímenes de su pasado, ¿cómo podemos exigirle luego lo mismo a una dictadura?”, se pregunta el cineasta, que cree que los exiliados pueden aportar una mirada sobre el pasado a prueba del aislamiento ideológico y la trifulca partidista que se vive en España.

Y concluye volviendo a sacar el belga (léase europeo) que lleva dentro. “Más que un proceso contra un juez estamos ante un juicio a los valores democráticos sobre los que se construyó Europa tras la Segunda Guerra Mundial”, afirma aludiendo a los Juicios de Núremberg . “Ya va siendo hora de condenar el franquismo y recordar a sus 130.000 víctimas. Se lo debemos a Europa. No se trata de reabrir heridas, sino de curarlas del todo. Haciendo justicia”, zanja.

* * * * * *

Trailer del documental Los caminos de la memoria:

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=iqK5iFPWdcs]