Trabajo 1: La Iglesia católica y la guerra civil española

Os dejo aquí mi trabajo. Un saludo para tod@s.

La Iglesia católica y la guerra civil española

Para entender el papel que jugó la iglesia católica en la guerra civil española, es importante conocer algunos antecedentes. El fracaso de las políticas adoptadas por los gobiernos de Alfonso XIII (1886-1931) y del dictador Miguel Primo de Rivera (1923-1930) resultaron en la desconfianza y en la falta de apoyo del pueblo español. Simplificando, esto generó una conciencia republicana en muchos españoles, lo que llevó a la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931, algo a lo que se opusieron firmemente la derecha, el ejército, la burguesía y la Iglesia.

Desde que la Santa Inquisición desapareciera a principios del siglo XIX, España había ido experimentando poco a poco un aumento en liberalismo, al mismo tiempo que el poder de la Iglesia había ido disminuyendo gradualmente. Los gobiernos sucesivos fueron confiscando las amplias fincas que pertenecían a la Iglesia, las cuales habían constituido casi una tercera parte de las tierras de cultivo en España. Estos gobiernos intentaron separar la Iglesia del Estado, y muchos de los privilegios de los que gozaba el clero, como los subsidios, fueron abolidos. Durante la Segunda República (1931-1939) se introdujo también la enseñanza laica, el matrimonio civil y el divorcio. Al ver como su poder iba disminuyendo en España, varios miembros del clero a manifestaron su ‘preocupación’ por la nación y las almas católicas.

Los generales del ejército que perpetraron el golpe de estado tenían motivos políticos, pero la guerra tomó pronto un matiz religioso. Ante la amenaza- en ocasiones violenta- de la ideología republicana, la Iglesia española rápidamente decidió apoyar al bando fascista para defender sus privilegios y ‘’devolver la nación al seno de la Iglesia’’. Sin embargo, primero era necesario convertir la guerra civil en una “guerra santa”, en una ‘’cruzada contra los hijos de Caín’’. El cardenal Gomá, arzobispo de Toledo y primado de España, escribió: “¿La guerra de España es una guerra civil? No; una lucha de los sin Dios […] contra la verdadera España, contra la religión católica”. Insistió que el general Franco, líder del insurrecto bando militar, era un “instrumento de los planes de Dios sobre la Tierra”. Otros miembros de la Iglesia se unieron a Gomá, haciendo hincapié en que la guerra civil era una “cruzada” en defensa del cristianismo.

Varios miembros del clero colaboraran con el bando franquista denunciando a personas sospechosas de ser republicanas. Incluso antes de que se dictara la Ley de Responsabilidades Políticas, que obligaba a los ciudadanos a denunciar cualquier actividad sospechosa a las autoridades, fueron varios los curas que trabajaron como informantes para los fascistas, delatando a miembros de sus parroquias.

En algunas partes de España, seminaristas y curas se apuntaron a las filas fascistas o colaboraban en el reclutamiento. El sacerdote Mariano Ayerra, destinado en Alsasua en 18 de julio de 1936 comentó que “Era frecuente ver, en esos primeros días, curas y religiosos con su fusil al hombro, su pistola y su cartuchera sobre la negra sotana”. Además de proporcionar soldados para el bando nacional, varios miembros del clero colaboraron con ayuda financiera. El obispo de Teruel, Anselmo Polanco, organizó y financió una guerrilla que, desde Albarracín, se introducía en la zona republicana con el propósito de llevar a cabo actos de sabotaje. Aparte de esto, el 10 de agosto de 1937 Polanco escribió cartas a sus arciprestes y curas con normas sobre cómo realizar la inscripción de las tumbas de aquellos que habían caído. Si sabían que la persona encontrada había muerto a manos de un republicano, debía constar como “asesinado”. Por el contrario, si esta había sido abatido por las balas de una “autoridad militar”, entonces debía constar como “fusilado”, pero sólo cuando constara “oficialmente” o fuera “notorio”. De todas formas, en la realidad fueron muy pocos los que aparecieron como “fusilados”. En su lugar fueron utilizadas denominaciones como “accidente relacionado con la guerra”, “hemorragia interna” o “herida por arma de fuego”.

Solo un pequeño sector de la Iglesia se mantuvo a favor de los republicanos. El Partido Nacionalista Vasco en Euskadi era católico y apoyó al clero manteniendo las iglesias abiertas e impidiendo que se quemaran. Otro miembro del clero, Antonio Pildáin, Obispo de Canarias, prohibió tajantemente a sus sacerdotes que colaboraran con las autoridades. Más tarde muchos de estos religiosos serian fusilados por los fascistas por delitos de rebelión.

En conclusión: la actuación de la Iglesia en la guerra civil no fue pacificadora y menos aún reconciliadora de los bandos enfrentado. Al contrario, la mayoría de los miembros del clero se decantaron por el bando nacional, y varios se ofrecieron voluntarios-fusil en mano- para luchar como ‘templarios’ en una ‘santa cruzada’ contra el bolchevismo que había invadido España. Algunos incluso financiaron con fondos de la Iglesia al bando nacional. En definitiva, la iglesia católica fue una aliada importante para difundir propaganda fascista y dar al golpe de estado la apariencia de ‘’causa noble’’ por el bien del país y de las almas perdidas.

Bibliografía

Juan G., Bedoya. ‘La Guerra De La Iglesia En Navarra’. El País (2003).
Liarte Alcaine, María Rosa. ‘La Iglesia Y La Guerra Civil Española’. Revista de Claseshistoria 46 (2009).
Martín de Santa Olalla Saludes, Pablo. ‘LA ACTITUD DE LA IGLESIA CATÓLICA ANTE LA REPRESIÓN EJERCIDA POR EL RÉGIMEN DE FRANCO’. Universidad Autónoma de Madrid.
Ortega Tenor, Ana, and Rafael González Requena. LA SEGUNDA REPUBLICA: Una Propuesta Didáctica. Córdoba: Colorem Córdoba, 2014.
Foro por la Memoria: ‘La Iglesia católica en España’ (2004).

3 thoughts on “Trabajo 1: La Iglesia católica y la guerra civil española

  1. Gracias, Cristina. Un tema clave de la guerra civil.Bien explicado el trasfondo. Parece muy desaprensiva la actitud de la Iglesia en defender no tanto la fé (“al seno del la Iglesia”, no de Dios) o los seres humanos como bienes, fortunas y el poder suyo.Aqui se trata de una institución. En nivel personal hay que recordar la persecución mayor de curas. Empuñar un fusil puede haber sido para la defensa propia y el instinto de conservación también, pero claro que era muy importante la idéa de una cruzada santa. Todo esto aunque existe el mandamiento “No matarás”.

    Muy interesantes los eufenismos en las incripiciones (sólo por Polanco?) Algo como ”hemorragia interna” en sí parece remota de la misma guerra. Interresante tambíen la situación vasca.
    Un par de fotos pudieran ilustrar e intensificar la presentación (p.ej. monjes en armas, lápidas inscritas o iglesias destruídas).

  2. Me pareció muy interesante tu trabajo Cristina. Muy bien documentado, redactado y estructurado. Solo una pequeña crítica: me hubiera gustado saber más sobre la quema de conventos e iglesias en 1931 durante la Segunda República y la inacción del gobierno de Maura en detener actos de vandalismo, profanación y destrucción de objetos artísticos y cómo este hecho puede haber influido a la Iglesia Católica a tomar una posición tan beligerante.

  3. Gracias por tu trabajo Cristina. Coincido en gran medida con los comentarios anteriores. Tu trabajo me parece excelente: el tema es relevante; explicas con mucha claridad el contexto histórico y la postura de la Iglesia; el texto está muy bien redactado y estructurado; y las fuentes son adecuadas y suficientes, y parecen fiables. Solo se me ocurre una pequeña cosa: en tu próximo trabajo, me gustaría que incluyeras en la bibliografía también la dirección URL de las publicaciones electrónicas (o un enlace directo); es solo para facilitar el acceso para los lectores que se interesan por el tema.

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