¡NO PASARÁN! Espanjan sisällissodan kulttuurihistoriaa

kansi500.

Ha salido nuevo libro centrado en la historia cultural de la Guerra Civil española (¡en finés!):

Hanne Koivisto & Raimo Parikka (eds.): ¡NO PASARÁN! Espanjan sisällissodan kulttuurihistoriaa. Helsinki, Työväen historian ja perinteen tutkimuksen seura, 2015.

Y lo mejor es que podéis descargar todo el libro gratis aquí.

Os dejo aquí una descripción del libro (fuente: Työväen historian ja perinteen tutkimuksen seura)

NO PASARÀN Espanjan sisällisodan kulttuurihistoriaa vie lukijan vuosiin 1936–1939, jolloin maassa käytiin verinen sisällissota.

Sen osapuolina olivat kansallismieliset kapinalliset ja vaalien perusteella valitun hallituksen joukot. Kumpikin puoli sai tuekseen ympäri maailmaa lähteneiden vapaaehtoisten prikaatit. Tasavaltalaisten puolella taisteltiin demokratian tai sosialismin, ja myös anarkismin ja vallankumouksen puolesta. Kansallismielisten puolelle lähdettiin päinvastaisista syistä – suojelemaan Espanjaa sosialistiselta kumoukselta ja pitämään yllä perinteisiä arvoja, kirkkoa ja vakiintunutta taloudellista valtaa. Jotkut lähtivät mukaan edistämään fasismia ja natsismia. Jo aikalaiset näkivät uuden suursodan olevan alkamassa.

Kokoelman artikkelit kertovat Espanjan sisällissodasta totaalisena sotana, josta tuli poikkeuksellisen väkivaltainen myös uhrilukemien valossa. Sodasta mediasotana, jota historiaan tallensivat niin valokuvaajat kuin elokuvantekijätkin. Sotaa lähestytään kansainvälisten ja suomalaistenkin kirjailijoiden, taiteilijoiden ja lehtimiesten näkökulmasta, jotka asettuivat tasavaltalaisten puolelle. Heidän kirjoitustensa vuoksi Espanjan sisällissota tallentui länsimaiseen kollektiiviseen muistiin. Espanja ja sen kansa jäivät aikalaisten sydämiin myös vasemmistolaisten  työläissotilaiden kokemuksissa, joista artikkeleissa kirjoitetaan.

Kokoelmassa avataan myös näkökulmia francolaisten puolelta, Italian mukaantulon perspektiivistä. Espanjan kansan uskonnollista sielunmaisemaa valaistaan artikkelissa, joka kertoo tasavaltalaisten tuhoamista pyhäinkuvista ja niiden rekonstruoinnista sodan jälkeen. Kyse ei olekaan pelkästään siitä, mitä Espanjassa sodan aikana tapahtui vaan myös sodan muistosta, siitä miten sukupolvien takaiset asiat on pystytty kohtaamaan.

Kirjoittajat tulevat oikeushistoriasta, taidehistoriasta, kirjallisuustieteestä, kulttuurihistoriasta, poliittisesta historiasta sekä Suomen historiasta Helsingin, Tampereen ja Turun yliopistoista.

Torturas a menores en los internados del franquismo

Os dejo aquí un artículo publicado en La Marea:

Un documental desvela las torturas a menores en los internados del franquismo

Un sacerdote junto a niños internados en Llars Mundet, en Barcelona.
“Me quemaban el culo con velas y me restregaban ortigas por mis partes por orinarme en la cama”; “lo que le hice a este señor sé que se llama felación, pero yo entonces no tenía ni idea”; “pensé en suicidarme. Que un niño con 12 años piense en eso es muy duro”. Son algunos testimonios de los centenares de miles de niños y niñas que pasaron gran parte de su infancia, cuando no toda, encerrados en internados y centros de beneficencia durante el franquismo y los primeros años de la democracia. Allí fueron víctimas de palizas, violaciones, trabajo esclavo y vejaciones, en unos centros que el régimen utilizaba para su propaganda. Unas dramáticas experiencias vitales que quedaron sepultadas por el silencio y que recoge el documental Los internados del miedo, realizado por dos de los periodistas que más han documentado la barbarie de la dictadura en España, Montse Armengou y Ricard Belis, y que este martes estrena el programa Sense Ficció de TV3.

Los testimonios que han podido recabar destacan por su crueldad y evidencian la impunidad con la que órdenes eclesiásticas que cobraban por cada niño que acogían, e incluso funcionarios del Estado, actuaban contra unos menores que no tenían manera de defenderse ni denunciar. “Me llevaron a Sant Boi. A veces yo le contestaba a la monja y me castigaban con electrochoques, pero no porque estuviera loca, sino como castigo”, relata en la cinta Julia Ferrer, sobre su experiencia en la Casa de la Caridad de Barcelona. “Venía el sacerdote con la mano bajo la sotana, tocándote y tocándose él, teniendo un orgasmo. Y a este mismo señor al día siguiente lo veías dando misa a las 8 de la mañana. Mi creencia en Dios quedó trastocada”, explica Joan Sisa, que pasó varios años en las instalaciones Llars Mundet de la capital catalana, un internado inaugurado por Franco para acoger a niños procedentes de familias desestructuradas.

Algunos de los afectados dan fe de la explotación laboral a la que fueron sometidos. “Yo fui vendido. Me sacaron del colegio y me llevaron a León a cuidar ganado a los montes completamente solo, con 13 años”, cuenta José Sobrino, uno de los afectados. “Nos hacían lavar de la mañana a la noche con sosa. Me quedaron las manos llenas de agujeros, con sangre y pus. En el colegio éramos esclavas”, afirma Isabel Perales sobre sus años en el centro religioso Ángeles Custodios de Bilbao.

TítolOtros testimonios relatan palizas cotidianas y vejaciones delante de los demás niños. “Un aspecto en el que hemos incidido bastante es en que no se trataba de castigos que se estilaban en la época, como podía ser pegar con una regla en la mano en la escuela, sino que rayan la tortura: los apaleaban de forma cruel, los humillaban en público, de manera que les han quedado secuelas terroríficas o les daban una comida infecta y si vomitaban les obligaban a comérselo, con el discurso aquél de ‘con el dinero que nos costáis y lo que hacemos por vosotros’”, expone Armengou. “Estamos hablando de mucha maldad, de mucho desprecio. Y un impacto muy fuerte para nosotros ha sido comprobar que este tipo de abusos tuvieron su auge en los 60 y 70, pero también se produjeron a principios de los 80. Con la amnistía del 77 mucha gente salió a la calle, pero en cambio estos niños continuaron encerrados en una especie de cárceles”, apunta.

La extensión del fenómeno

“El régimen franquista se encargaba de la beneficencia y la asistencia social, pero en la mayoría de casos era una beneficencia falsa, con ánimo de adoctrinamiento y formación ideológica. Además, había sido el régimen el que había creado esa situación: niños desvalidos porque los padres estaban en las cárceles, o porque se habían separado y la madre perdía la custodia, incluso abandonados porque la madre no podía soportar el estigma de ser madre soltera”, detalla Armengou. “Existía un organismo terrorífico, el Patronato de Protección de la Mujer, que se creó, textualmente, para ‘proteger a la mujer caída o en riesgo de caer’; pero ese centro que iba encaminado a la prevención de la prostitución acabó siendo un contenedor donde fueron a caer niñas en exclusión social, adolescentes con inquietudes políticas, o menores que habían sido violadas por algún familiar y se habían quedado embarazadas. A quienes encerraban era a las víctimas”, subraya la documentalista.

A pesar de no ser un fenómeno que sucediera en todos los internados, colegios religiosos, orfanatos, preventorios antituberculosos o centros de Auxilio Social, los casos de abusos físicos, psíquicos, sexuales, de explotación laboral y prácticas médicas dudosas ocurrieron en multitud de ellos. Tanto que después de elaborar documentales como Los niños perdidos del franquismo, Las fosas del silencio o el retrato del Valle de los Caídos Abuelo, te sacaré de aquí, es el trabajo con el que sus autores se han encontrado más casos entre conocidos y allegados. “Mucha gente nos ha dicho que su padre, su hermano, un amigo… ha pasado alguna experiencia no demasiado agradable en uno de esos internados. Es el documental en el que nos ha pasado más”, asegura Armengou.

Sin reparación

Los autores del documental contactaron con algunos de los presuntos responsables de esos abusos para corroborar las historias y contrastar información, pero estos no aparecen en la cinta, que se centra en dar voz a las víctimas. Algunas de ellas se encuentran adheridas a la querella argentina por los crímenes del franquismo, pues afirman no creer en la justicia española. Hubo quien recientemente acudió a la justicia eclesiástica que, “aunque parezca extraño, es mucho más dura que la civil para casos de abusos, con plazos de prescripción mucho más amplios”, señala Armengou, aunque los casos se cerraron al haber fallecido los presuntos culpables.

Al contrario de lo que sucedió en Irlanda, donde tanto el Estado como la Iglesia han condenado los casos de abusos a menores, en España el Estado ni siquiera ha escuchado a las víctimas. Es mediante trabajos como éste que, por primera vez, sienten que alguien se interesa por ellos y se atreven a desvelar sus traumas. Armengou destaca el cariño que reciben por ese trabajo: “Una vez más nos hemos encontrado unas muestras de agradecimiento brutales por parte de la gente. Con todas las dificultades continuamos haciendo una apuesta por estos temas, pero es increíble que tengamos que seguir haciendo de bomberos, de UVI y de primeros auxilios sobre la verdad y la reparación en este país. A nivel profesional es muy enriquecedor. Pero como ciudadana es una vergüenza”.

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Podéis ver aquí el documental “Els internats de la por” de Montse Armengou y Ricard Belis (en catalán):

PowerPoints de clase & la guerra civil finlandesa

Podéis ver los powerpoints de la clase de hoy aquí.

Os dejo también el artículo de Jukka Kekkonen titulado “Judicial repression after the civil wars in Finland (1918) and in Spain (1936-1939)”, publicado en Mirkka Lappalainen & Pekka Hirvonen (eds.), Crime and Control in Europe from the past to the present, Helsinki, Hakapaino, 1999, pp. 87-111.

Os dejo aquí algunos enlaces a sitios relacionados con la guerra civil finlandesa:

Arkistojen portti

Työväenmuseo Werstaan Punaisten muistomerkit -projekti

Sisällissotamuseo

arjenhistoria.fi

Un documental (en cuatro partes) sobre la guerra civil finlandesa con subtítulos en inglés:

Y una canción de los rojos:

 

Exposición “40 años con Franco” en Zaragoza

Un artículo, publicado en El País, sobre la exposición:

Los tiempos de una, grande y libre

Una exposición repasa en Zaragoza las cuatro décadas del régimen de Franco

Foto:Mujeres falangistas de la Sección Femenina, en formación. / archivo general de la administración
En cierta medida 2015 es un punto final. El año del empate. La fecha que equipara la duración de la guerra y dictadura (1936-75) con la de la democracia. Cuarenta años, día arriba, día abajo, a un lado y a otro de la barrera. Ya hay más de 18 millones de españoles que han nacido tras la muerte de Franco. A esa generación que no conoció la Sección Femenina, el garrote vil, la cartilla de racionamiento, la censura en el cine, la opresión religiosa, la propaganda del NO-DO, los libros de texto creacionistas –“Dios ha creado todo lo que hay en el mundo”–, el consultorio de Elena Francis, el baño de Palomares, el atentado de Carrero Blanco, los desfiles de la Victoria o los partes del equipo médico habitual va dirigida la exposición 40 años con Franco, organizada por el Ayuntamiento de Zaragoza, a modo de antología histórica sintetizada de lo que fue la dictadura, justo en este año en el que se cumplen 40 años de su desintegración política. La dimensión divulgativa es, para el comisario, el catedrático de Historia contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Julián Casanova, uno de sus mayores alicientes. Más de un millar de estudiantes han reservado su visita a la muestra, que se ha abierto en dos espacios, el Palacio de Montemuzo y la Casa de los Morlanes.

Imagen: Libro de texto utilizado durante la dictadura.

El recorrido de la exposición, en la que han participado seis historiadores, arranca en el patio renacentista del palacio, bajo una gran bandera del régimen, que fusionó símbolos de los Reyes Católicos y Carlos III con un lema de nuevo cuño: Una, grande y libre. Junto al recorrido político que se realiza a partir de una serie de biografías escogidas (José Ibáñez Martín, Agustín Muñoz Grandes, el cardenal Pla y Danial, Mercedes Sanz Bachiller, Pilar Primo de Rivera, Laureano López Rodó o Manuel Fraga) y textos introductorios, se despliega un escogido material para evocar la vida cotidiana de la época. Cuarenta años que no fueron uniformes. En la inmediata posguerra se suceden días de represión y penuria: se exponen cartillas de racionamiento y salvoconductos de la Dirección General de Seguridad, como el emitido el 21 de abril de 1943 que permitía a Luisa Blecua López, de 27 años, “poder circular por la zona fronteriza con Francia” en la provincia de Huesca. Hoy, cuando los españoles se mueven por casi toda Europa con un simple DNI, suena a ciencia-ficción que hace menos de un siglo la gente no pudiese desplazarse libremente de una provincia a otra.

En los documentos está la literatura de lo siniestro: se muestran expedientes de los tribunales de responsabilidades políticas y consejos de guerra de Miguel Hernández, Clara Campoamor, Lluis Companys o Joan Peiró, entre otros. Pero son las instalaciones y los objetos los que evocan la atmósfera de aquellos días de rechistar poco y humillar mucho. En una sala dedicada a la educación se reproduce un aula franquista, con pupitres y mesa del profesor, su obligada trinidad (un crucifijo flanqueado por los retratos de Primo de Rivera y Franco) y material pedagógico para el adoctrinamiento. En el Libro Colorado de la enciclopedia Estudio, una edición de 1959, se dedica una lección a “los buenos patriotas”, donde se lee: “Siempre que nuestra Patria ha corrido algún peligro, los buenos patriotas han empuñado las armas para defenderla. Así lo hizo también el Generalísimo Franco cuando España marchaba hacia su ruina”.

Foto: Presos en la cárcel de Porlier, en Madrid. / alfonso

Varios audiovisuales repasan los acontecimientos más notables ocurridos entre 1939 y 1975 en lo político (parte del 1 de abril con el final de la guerra, desfile de la Victoria, visitas de Einsenhower y Eva Perón, atentado de Carrero Blanco), en lo socioeconómico (abandono rural, apuesta desarrollista por las ciudades y emigración a Europa) y en lo cultural, con numerosos fragmentos de películas de Berlanga, Saenz de Heredia, Nieves Conde, Mercero o Saura. El espacio dedicado a cultura incluye desde programas de mano de películas, fotogramas, carteles, expedientes de censura y los pertinentes avisos eclesiásticos que se colgaban en las iglesias sobre la clasificación de las películas: infantil, infantil con reparos, jóvenes, mayores, mayores con reparos y gravemente peligrosa, categoría que le fue adjudicada a Remolino de pasión, un sábado de gloria.

A su lado se reproduce la información del Obispo de Canarias sobre Gilda, estrenada en 1946: “Velando por la necesidad de atajar el gravísimo mal espiritual que amenaza a muchas almas de nuestros diocesanos y en cumplimiento de uno de los más sagrados deberes de nuestro cargo pastoral, prohibimos la dicha película cinematográfica Gilda y nos amonestamos, amadísimos hijos, haciendo saber a los empresarios que no pueden exhibir esta película, y a los fieles, que no podrán presenciarla sin gravar su conciencia con pecado mortal”. Tanto el cine como la radio y la televisión fueron elementos cruciales para la mano alargada del régimen. “Como otros totalitarismos del siglo XX, el franquismo entendió lo importante que era controlar el cine y los medios audiovisuales”, señalan los historiadores.

A su altura estaban las tarjetas que difundía la Sección Femenina entre las mujeres. “Mujer, el tiempo que pierdes lamentablemente en vacías diversiones, gánalo en tu propio beneficio y en el de España”. “Tu misión única y verdadera es el hogar. La Sección Femenina te prepara para tan alta tarea mientras cumples el servicio social”. Más al grano: “La ropa interior debe mudarse y lavarse con mucha frecuencia”.

Ninguna risa arranca el espacio consagrado a la represión y a las cárceles, marcado por la reproducción de un garrote vil, aplicado por última vez en España para ejecutar en 1974 al anarquista Salvador Puig Antich y al alemán Georg Welzel. No fueron los últimos muertos del franquismo. El 27 de septiembre de 1975, dos meses antes del fallecimiento del dictador, fueron fusilados cinco miembros de ETA y del FRAP.