La guerra civil y el franquismo en la novela española actual

Curso de literatura española contemporánea

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Los Beatles en España

Público rememora la primera visita de los Beatles a España:

Aquel mítico julio en el que los Beatles lograron poner nervioso a Franco

Madrid y Barcelona celebran los 50 años de la primera y única visita de los cuatro de Liverpool a España

Los Beatles a su llegada a España

Foto: Los Beatles a su llegada a España

Los Beatles en aquel mítico concierto en Barcelona
Foto: Los Beatles en aquel mítico concierto en Barcelona
YERAY CALVO

MADRID.- Fueron dos conciertos que marcaron un antes y un después para el cuarteto de Liverpool. Este año se cumple el 50 aniversario del desembarco de los Beatles en España, cuando ofrecieron los dos únicos conciertos en nuestro país, en la plaza de Las Ventas de Madrid y en la Plaza de Toros Monumental de Barcelona en julio de 1965. Dos fechas que supusieron un gran acontecimiento para su legión de fans pero que fue minimizada y vista con gran recelo por la dictadura franquista. Con motivo de tal efeméride, Barcelona y Madrid celebrarán este 2015, el dos y tres de dicho mes, 50 años después, su particular revival con la banda británica The Bootleg Beatles -considerado uno de los mejores grupos tributo- como maestros de ceremonias. Citas que tendrán lugar, entre otros actos, en el Sant Jordi Club y en Las Ventas.

“Cuando vinieron a España los Beatles en el 65 eran todo un fenómeno”, recuerda Leslie, el cantante de Los Sirex, grupo que se encargó de telonear a los fab four en la plaza barcelonesa. La expectación que levantaron los británicos a su llegada a España fue algo inusual, dejando estampas para enmarcar, como las decenas de fotógrafos encaramados en sitios inverosímiles en busca de la mejor instantánea. Entre las anécdotas más revisitadas está algunas de las preguntas que realizó la prensa a los músicos: “¿Tienen ustedes asegurado el cabello?”, le llegaron a preguntar a George; a lo que Harrison respondió que “no”; “Y ésta es la primera vez que me preguntan algo así”, comentó sorprendido. También hablaron de toros, cómo no.

“Efectivamente se empezaron a abrir ventanas de aire fresco con su llegada, pero ojo, porque era una época en la seguíamos con los zapatos bien atados”, subraya el líder de Los Sirex a Público. El frontman recuerda cómo en aquella época grupos como ellos tuvieron que pasar un examen ante un sindicato vertical para poder realizar sus actuaciones. Una prueba, por cierto, que sólo superaron dos de sus cinco integrantes.
 Los Sirex, en aquel 3 de julio de 1965

Los Sirex, en aquel 3 de julio de 1965

Era una época gris pero los cuatro “melenudos” de Liverpool consiguieron poner nervioso a Franco. El régimen nunca los vio con buenos ojos por los aires de libertad que representaban, por su gran capacidad para movilizar masas y la gran habilidad para contorsionar cuerpos y agitar melenas. Sin embargo, no se atrevieron a vetar su entrada al país por miedo a causar un conflicto diplomático. “La de Barcelona fue una noche de éxito. Veníamos de dar a conocer La Escoba e íbamos con toda la ilusión del mundo. Había cierta preocupación porque en Madrid no había ido muy bien, había policía por la calle, se pensaba que iban a haber bofetadas, pero no pasó nasa. La gente fue con una ilusión tremenda para cantar la canción de sus ídolos”, rememora el líder de la banda catalana.

​La mayor parte de las informaciones que llegaban a España de las peripecias de los británicos, por aquel entonces, tenía que ver en su mayoría con detenciones y desperfectos causados en sus conciertos. El NO-DO se encargó de recordar como Paul, Ringo, John y George pasaron “sin demasiada pena ni demasiada gloria” por España. Bien es cierto que en ningún de los dos conciertos llenaron, cosa que los informativos del régimen se encargaron de subrayar.

Las entradas para los recitales costaban entre 75 y 450 pesetas. Ya entonces se hablaba del “mal rollo” entre John Lennon y Paul McCartney y de la posibilidad de que aquella fuera su última gira, cosa que al final no fue ocurrió. Leslie lo desmiente: “En la tercera canción John hizo la intro con una armónica al estilo Bob Dylan pero se le cayó, fue bonito ver como Paul se acercó para recogerla del suelo y tener un gesto bonito con su compañero. A la gente le gusta mucho hablar”, lamenta. El concierto de Barcelona les reportó a los de Liverpool, más allá de anécdotas curiosas, cerca de millón y medio por los 35 minutos de actuación y las 12 canciones que interpretaron.

Los británicos abrieron los dos conciertos con Twist and shout, continuando con otros éxitos como She’s a woman, Can’t buy me love, I feel fine o Hard days night. Entre los presentes se pudieron ver a personalidades como Miguel Ríos o Ava Gadner, pasando por Rosa Montero o Joan Gaspart que, cuentan, le tuvo que cambiar los pantalones a Lennon, demasiado arrugados para culminar su gran noche.

Fue precisamente sobre el escenario de La Monumental en el que Los Beatles terminarían su gira europea. Un evento en el que Los Sirex tuvieron un protagonismo especial y que quedó registrado para siempre en sus memorias. “Pese a todo pudo más la música, las ganas de ser feliz. La gente estaba cantando, coreando las canciones. Todo esto imperó en aquella noche en la plaza de toros”, recuerda Leslie. Una noche frenética para Los Sirex, que en aquella jornada hicieron doblete con otro bolo en Cornellá, que les impidió disfrutar del concierto completo de los cabeza de cartel. Leslie recuerda con especial emoción el final de su espectáculo, justo antes del bis, cuando coincidió con Paul McCartney tras el escenario y este le preguntó, en su trayecto hacia al lavabo, si estaba cansado, al verlo asfixiado y sudoroso. Sería el único contacto que mantendría con la banda, perfectamente escoltada por una seguridad que apenas dejó que les fotografiaran durante toda su estancia en España.

Para Leslie, todo aquello fue un gran espectáculo, “algo que recuerdas para el resto de tu vida”. Sin embargo, en las crónicas del día después no se plasmó nada de eso. Se habló sobre todo de cómo los allí presentes respetaron el orden público en una época en la que Manuel Fraga era Ministro de Información y Turismo, y cómo el respetable “se tomó las cosas con mayor filosofía que la de otras latitudes”.