Niños de Morelia, niños de la guerra

Ezgi Özdil

Entre los temas de la guerra civil española y la época de la dictadura de Franco, me interesan más analizar y leer sobre cómo la guerra y la dictadura han afectado a los niños de España y el postrauma de la guerra.

En mi primer trabajo escrito hablé de la educación infantil durante el franquismo y cómo las dictaduras abusan de los niños para ampliar su propaganda fascista. Es cierto que los niños en contadas ocasiones han tenido un papel principal y protagonista de un acontecimiento histórico, también lo es que su presencia es una constante en guerras, conflictos políticos, dictaduras y, siempre, han sufrido directa o indirectamente los efectos provocados por dichas situaciones. No hay que olvidar que, en cualquier tipo de conflicto armado, los niños son siempre víctimas.

Los rojos de ultramar” de Jordi Soler nos introduce al tema del exilio de los republicanos, de los miles de personas que tuvieron que dejar todo lo que tenían, su casa y su país y una parte de su identidad. Vivieron y pasaron muchos años en el exilio y aunque se establecieron bien, siempre llevaban esa esperanza de volver un día a su patrio.

Dentro de esos miles de personas y familias que abandonaron España, hay algunos que quizás no tuvieron tanta suerte como Jordi Soler:  Son los niños de la guerra, los Niños de Morealia, que dejaron España sin sus padres en los barcos transatlánticos a México para iniciar una nueva vida lejos de la Guerra.

Salieron de España en un viaje que creían de ida y vuelta. Sus padres les aseguraron que sería cuestión de pocos meses. Pero la Guerra Civil se alargó de manera infernal hasta que los golpistas se impusieron y acabaron con el Gobierno de la República. Aquellos niños que llegaron a México en plena guerra fueron los pioneros del exilio republicano español. Son conocidos como los niños de Morelia, porque esta ciudad fue su destino final. Si bien se esperaba que su retorno se produjera al cabo de unos meses, cuando finalizara la guerra civil española, la derrota republicana y el inicio de la Segunda Guerra Mundial dieron como resultado un largo exilio, que para muchos se convirtió en definitivo.

El general y el presidente de México Lázaro Cárdenas ofreció acoger a 500 niños españoles y más tarde abrió las puertas a miles de refugiados republicanos que habían huido a Francia. Los requisitos eran un certificado médico y que los niños tuvieran entre 3 y 15 años. El contingente se concentró en Valencia, y procedía mayoritariamente de familias trabajadoras de esta ciudad, Barcelona, Madrid y Andalucía.

Lázaro Cárdenas y su esposa Amalia mostraron desde el primer momento un vivo cariño e interés por los 451 niños que viajaron en el Mexique desde Burdeos hasta Veracruz, donde desembarcaron el 7 de junio de 1937. Al día siguiente llegaron a ciudad de México, siendo alojados en la Escuela “Hijos del Ejército” nº 2. El 10 de junio una multitud de personas les daban la bienvenida en Morelia, en el estado de Michoacán.

Se les alojó en dos antiguos seminarios, ahora transformados en colegios para niños y niñas con el nombre de Escuela Industrial “España-México”. Aquí es donde los niños empezaron a extrañar verdaderamente a los padres y hermanos que habían dejado en España. Las niñas de mayor edad trataron de suplir estas carencias en los más pequeños.

El primer director de la Escuela fue Lamberto Moreno que fue destituido tras la muerte accidental del niño Francisco Nebot Satorres. Le sucedió Roberto Reyes Pérez. Otros niños también murieron por accidente o enfermedad y varios se escaparon de la Escuela al no poder adaptarse al régimen que había allí. El presidente Lázaro Cárdenas veía regularmente a los niños y estos hacían visitas a la ciudad de México en periodos vacacionales. Algunos niños se fueron a vivir con familiares o con antiguos residentes de la colonia española en México, otros fueron llevados a escuelas en ciudad de México.

En 1940 terminó el sexenio de gobierno del General Lázaro Cárdenas. En la Escuela el nuevo director fue Diego Hernández Topete. A partir de este momento el apoyo oficial empezó a disminuir. Con la ayuda de la antigua colonia de españoles, un grupo de niñas fueron llevadas al orfanato Divino Pastor en Mixcoax y otro, al convento de las Madres Trinitarias en Puebla. En diciembre de 1943 concluyeron para los “Niños de Morelia” las actividades en la Escuela y los que quedaban en ella fueron repartidos en varias Casas-Hogares en ciudad de México.

Algunos de estos jóvenes regresaron a España, pero el resto se quedó definitivamente en México donde formaron una familia. Aunque la mayoría de estos niños conservaron un sentimiento de gratitud hacia el General Lázaro Cárdenas, el pueblo mexicano y los españoles allí residentes, el deseo unánime de todos ha sido y es “¡Qué no haya más Niños de Morelia!”.

Según los registros, la mayoría de esos niños que llegaron desde España fueron catalanes. Uno de ellos, Joaquim Quimet García, catalán, no duda un instante cuando se le pregunta por lo mejor y lo peor de los 70 años que lleva en México. “¿Lo mejor? Haber venido. ¿Lo peor? La muerte de mi esposa y tener un hijo discapacitado”. Y sigue: “Si nos hubiéramos quedado en España no habríamos sobrevivido. Los bombardeos eran diarios en Barcelona. Vivíamos más en el refugio que en casa. Pero no es sólo eso. Nuestras familias no tenían para comer. Por eso enviaron a los hijos más pequeños a otro lugar, donde les pudieran alimentar. Fue un sacrificio de amor enviarnos a México, para que nos pudiéramos salvar”.

Quimet llegó a México con nueve años, acompañado de su hermano de 11. Hoy tiene 79, y es viudo de mexicana y padre de seis hijos: dos abogados, dos médicos, un arquitecto y un encargado de ventas. “Pude darles estudios superiores a todos”, dice con orgullo. Pensaba que cruzar el Atlántico sería como ir de colonias, por unas semanas o unos meses. “Y resulta que tardé 26 años en volver a ver a mi madre”.

Los recuerdos de Quimet adquieren mayor claridad a partir de la llegada a México, el 7 de julio de 1937. Asegura saber de memoria los nombres de los 456 niños que viajaron a bordo del Mexique. Hablador y ocurrente, el acento catalán asoma en cada frase, a pesar de que abandonó Barcelona hace 70 años y de que asegura que pasó muchos años sin hablar catalán con nadie. Estudió cinco años en la escuela de Morelia y luego en un colegio del Distrito Federal, adonde fue trasladado. No aguantó más de un año. “Me llamaban el españolito, pinche gachupín. Teníamos pleitos cada día”.

 

FUENTES:

EL EXILIO ESPAÑOL DE LA GUERRA CIVIL: LOS NIÑOS DE LA GUERRA

RELEA, Francesc: Aquellos niños, aquellos recuerdos, El País

GOICOECHEA, Elena: Los niños de Morelia: A 80 años de su llegada a México

Sobre El vano ayer

Tenéis en Matskut un artículo de Raquel Macciucci titulado “El pasado sin red. Poética y moral de la memoria en El vano ayer, de Isaac Rosa”, publicado en R. Macciucci, M. T. Pochat (eds.), Entre la memoria propia y la ajena. Tendencias y debates en la narrativa española actual, Plata: Ediciones del lado de acá, 2010.

En Internet encontraréis muchos otros artículos sobre la novela, así como críticas y entrevistas a Isaac Rosa. Aquí tenéis dos enlaces:

CRESPO, Marciano: “El franquismo torturó y ejecutó hasta el último momento” [entrevista a Isaac Rosa]. Tribuna, octubre de 2004.

ECHEVARRÍA, Ignacio: “Una novela necesaria”. El País, 12/06/2004.

La relación entre el/la protagonista y Conchi en Soldados de Salamina – el libro y la película

En este texto vamos a ver cómo es la relación de Javier y Conchi en el libro Soldados de Salamina y en la película (en la que Javier se llama Lola). Este tema nos ha interesado porque Conchi juega un papel bastante importante en la vida del/de la protagonista y en la producción de su obra.

La relación en el libro

En el libro el protagonista, Javier, está saliendo con su novia, Conchi. Dice que Conchi es su tercera novia después de la separación de su antigua mujer. Conchi trabaja como pitonisa en la televisión local con el nombre artístico de Jasmine. Javier describe Conchi como una mujer con pelo oxigenado y que lleva una minifalda de cuero, tops ceñidos y zapatos de aguja. Javier le ve como una mujer de un mundo muy diferente del suyo y quien tiene amigos y antiguos novios muy diferentes de Javier. Además, Javier dice que Conchi le intimida por alguna razón, pero aparentemente en general a Javier le gustan las mujeres que le intimidan. Sin embargo, Conchi es una persona especial y querida.

Según Javier, a Conchi le importa la reputación de su novio, entonces le encanta estar saliendo con un periodista, un intelectual. Sin embargo, Conchi está muy interesada en las obras de Javier y siempre quiere hablar con su novio del proyecto de Soldados de Salamina y del proceso de escribirlo. Aunque Conchi quiere mostrar a sus amigas lo que ha hecho su novio, parece tener una faceta intelectual también. Luego cuando Javier está desesperado con su relato real insuficiente, Conchi le ayuda avanzar con la investigación y con la búsqueda de Miralles. Eso indica la faceta intelectual de Conchi y que quizás Javier ha subvalorado el potencial de Conchi.

Hacia el final del libro, Javier empieza a hablar de su investigación y de su vida incluyendo Conchi más en su vida. En el principio, dice que Conchi quiere tener hijos, pero Javier no puede imaginar tener hijos con ella. Al fin, Javier ha cambiado su opinión de su relación e imagina Conchi cuando Miralles le pregunta sobre tener hijos. Obviamente su relación ha profundizado durante el proceso de escribir la obra y Javier también puede ver que Conchi es una persona muy importante en su vida.

 

La relación en la película

Como sabemos, se ha hecho una película del libro Soldados de Salamina en 2003 por David Trueba, un amigo del escritor Javier Cercas. Aunque la historia del libro sigue siendo más o menos igual en la película, hay algunos cambios en los personajes de Javier y Conchi y en su relación también.

Primero, como vimos en clase, el protagonista es una mujer en lugar de un hombre en la película. La protagonista se llama Lola Cercas y trabaja como profesora. En el principio de la película, Lola visita a su padre quien está viviendo en la residencia de ancianos. Allí Lola conoce a Conchi por la primera vez. Contrariamente al libro, en el que el padre de Javier (=Lola) ya está muerto y que Conchi ya es su novia desde hace nueve meses, la historia en la película empieza cronológicamente quizás un poco antes que en el libro. Como se lo sabe del libro que Javier es divorciado, Lola lo es también en la película y se encuentra rápidamente una vez con su antiguo marido por la calle.

En la película, Conchi trabaja como cartomante (con el nombre de Casandra) y está echando las cartas para el padre de Lola cuando Lola viene a visitarle. A Lola no le gusta ver a su padre hablando con una profetisa y echa Conchi fuera, entonces el primer encuentro entre Lola y Conchi no es amable. Luego el padre de Lola muere y, buscando las cosas de su padre, Lola ve a Conchi otra vez en la residencia de ancianos. No le dice nada, pero la mira despectivamente.

Lo que es curioso en la película, es que aunque a Lola no le gusta a Conchi y en principio a Lola le gustan los hombres, hay una tensión interesante entre los dos personajes. En una escena en la librería, Lola le está mirando a Conchi a hurtadillas y mira su cuerpo femenino debajo de una minifalda y un top. En ese momento el espectador piensa que ahora va empezar su relación romántica. Pero no: la figura de Lola es bastante testaruda, cerrada y incluso un poco angustiada. Después del encuentro en la librería, Conchi trata de acercarse a Lola, conocerle y flirtear mientras que Lola niega esta tensión tan visible y quiere pensar que solo son amigas. Parece que a Lola le importa solo la historia de Sánchez Mazas y que Conchi le da opiniones de su texto y le apoya como una amiga.

Como en el libro, Conchi parece estar muy interesada por las novelas de Lola y le quiere ayudar. Sin embargo la relación entre las dos parece mucho más difícil y no correspondida por parte de Lola en la película. En el libro podemos ver el apoyo y la importancia de Conchi y que al menos parece que Javier aprecia la ayuda de Conchi. Contrariamente en la película, Lola le da por hecho en varias ocasiones y solo se concentra en su obra incompleta.

Contrariamente al libro, Conchi no parece estar tan interesada en la profesión de Lola o al menos no da indicaciones de buscar una intelectual como novia en la película. Lo que es parecido en ambas producciones, es la pequeña irritación de Javier/Lola con Conchi. Conchi viene de un mundo más espiritual y sentimental y el/la protagonista no la puede entender en su mundo académico bastante serio. En total, en ambos casos Conchi resulta a ser inspiracional y una persona de buen corazón cuya bondad el/la protagonista no puede apreciar completamente.

El último encuentro de Lola y Conchi acaba con una disputa en que Conchi dice “No sé muy bien por qué siempre me tengo que sentir inferior contigo. Tú no necesitas a nadie al lado. Y menos a una gilipollas como yo.” Entonces Conchi besa a Lola y se va. No está muy claro lo que pasará con su relación en el futuro, pero Lola parece a abrirse un poquito a los sentimientos de Conchi y admitir que quizás es la persona que necesita a su lado.

 

Conclusión

Como hemos visto, hay varias características similares entre el libro y la película de Soldados de Salamina. En el principio el/la protagonista tiene Conchi como amiga y novia normal, pero quien no puede entender mucho sobre la obra que está escribiendo. Durante la historia Javier/Lola cambia su opinión y puede ver Conchi en una luz diferente. A pesar de algunas características diferentes entre estas dos producciones, las historias evolucionan de ser novios hasta una relación profunda de compañeros.

Escrito por Laura y Heli

El exilio catalán en México: Identidad a partir de Los rojos de ultramar

La novela Los Rojos de Ultramar (Jordi Soler, 2004) cuenta la historia de Arcadi, catalán republicano obligado a dejar su querida Barcelona para, después de una serie de etapas intermedias llenas de calamidades y sufrimientos, exiliarse en Veracruz, México. Entre los tantos temas expuestos en la novela, aparece uno que considero de sumo interés, y es el de la (de)construcción de la identidad a causa del exilio. En este texto pretendo exponer ideas relacionadas con el fenómeno, circunscribiendome al marco de la migración catalana a México, y relacionarlas con la novela y la forma como el personaje de Arcadi experimenta su identidad.

Las persecuciones políticas derivadas de guerras civiles han generado los exilios más grandes del siglo XX (la revolución rusa, el nazismo y la guerra civil española). En el caso de la novela analizada, se nos presenta el exilio catalán a México como uno de los movimientos migratorios más relevantes de la época franquista. Se estima que entre unos 3000 y 4000 catalanes ingresaron a México  después de iniciada la guerra. Arcadi, el personaje inspirado por el abuelo del autor, hace parte de este contingente de exiliados que, gracias a las maniobras del gobierno mexicano, pueden llegar al continente americano.

El exilio es, ante todo, involuntario. La importancia de analizar el fenómeno nace de la imposibilidad del exiliado para decidir su suerte, viéndose obligado a abandonar su tierra si quiere sobrevivir: el destierro se convierte en la única opción.  El caso catalán ofrece además una problemática de dos cabezas: Al verse lejos de España, se abre todo un mundo de posibilidades para convertirse en el pueblo autónomo e independiente con el que se ha soñado y por el cual han pasado tantas penurias. Por otro lado, si se mantienen las distancias entre el pueblo catalán y quienes los reciben, se mantendrán las mismas diferencias y dificultades culturales de las que, de cierta manera, están escapando. Esto sumado a la paradoja de haber abandonado un país hispano-dominante para llegar a otro.

Arcadi se decanta por la ruta del mantenimiento de la cultura catalana. En su casa de La Portuguesa se habla catalán, se come comida típica catalana y se miran fotos de la Barcelona pre-guerra. Arcadi se queda en la transición o, como lo llama Canós Antonino (2012, 471), la zona no-lugar. Esta zona se define como el punto intermedio, común entre inmigrantes y exiliados, donde se produce un estancamiento espacio-temporal, donde no se es del lugar que se dejó, pero tampoco del lugar al que se llegó. La Barcelona que dejó atrás Arcadi nunca será la misma que mantiene en su imaginario, ni Veracruz será jamás la versión idealizada de Cataluña. Es por esta razón que su desasosiego se acrecienta al no reconocer a su ciudad como propia una vez pone pie de regreso en ella; es el no-lugar al que pertenecerá hasta su muerte.

Relacionado a este fenómeno de la zona no-lugar, aparece otro conocido como disociación. Durante el proceso de migración a causa de exilio, es común encontrar posturas que la persona exiliada adopta frente al lugar que la recibe: Posiblemente intente idealizar el lugar al que llega, oponiéndolo a su lugar de origen. Para esto, mentaliza la idea de que el lugar de origen representa lo malo, el sufrimiento vivido. Existe también, por supuesto, la posibilidad de que ocurra lo opuesto, es decir, que se mantenga una visión magnificada del lugar de proveniencia, y por otro lado, se le quiten méritos y se vea con desazón el lugar al que se llega. Independientemente de cuál de los dos procesos tome lugar, la disociación es un mecanismo de adaptación y supervivencia común, que se activa en los procesos de exilio y que Arcadi parece representar a través de la novela.

Dados los conceptos mencionados anteriormente, es más fácil intentar abarcar los procesos mentales ocurridos a Arcadi durante su llegada y estancia a México. Su particular interés por mantener viva la cultura catalana podría atribuirse a una suerte de disociación social experimentado por la comunidad catalana exiliada en México. Existen registros de una gran cantidad de publicaciones en catalán a partir de 1939, varias de ellas relacionadas con el exilio. Muchos catalanes, al parecer, intentaron enfrentar el duelo de la partida del hogar aferrándose a él desde la distancia. Al mantener una imagen inmaculada de su Barcelona, Arcadi creó una utopía a la que pensaba regresar seguramente. La disociación se manifiesta en los retos que presenta su nuevo entorno, las costumbres de los lugareños, su cultura y su lengua. Por tal razón, La Portuguesa podría verse como una burbuja, donde lo catalán se mantenía contenido y libre de contaminación; una no-zona.

Estas diferentes actitudes de los exiliados y de Arcadi en particular, se pueden catalogar según los paradigmas de escritores catalanes en México propuesto por Canós Antonino (2012, 474). En el análisis de los textos producidos por catalanes exiliados en México, la autora propone tres acercamientos a las formas como ellos se relacionan con su nuevo país: Como primer modelo de exiliado se presenta uno cuya actitud es extremadamente positiva, donde México se convierte inmediatamente en hogar y en tema de estudio. Un segundo paradigma es el de la posición contraria, más cercana a la del personaje de Arcadi: El distanciamiento entre culturas se mantiene, y no hay interés por ningún tipo de amalgama. Los ojos están puestos siempre en aquello que se dejó y no en lo que se tiene al frente. Finalmente, el tercer modelo propone una aceptación y aprehensión de la cultura receptora, viéndola como oportunidad para ampliar la riqueza de la propia.

Como conclusión, quiero recalcar la complejidad que ofrece el análisis de los aspectos de identidad afectados por fenómenos migratorios como el exilio y el destierro. El personaje de Arcadi en la novela Los Rojos de Ultramar enfrenta varias de las cuestiones a las que miles de exiliados se vieron expuestos en México: Cómo mantener la cultura catalana, qué actitud tomar hacia el entorno hispanohablante que los recibía pero que inmediatamente los convertía en una minoría cultural, cómo enfrentarse a la realidad histórica social presente en México cuyas raíces estaban clavadas en la Conquista, como mantener las convicciones políticas, etc. Como se ha visto, existen una serie de procesos y comportamientos cuya generalización permite entender un poco mejor los comportamientos de los exiliados. La novela, a mi parecer, expone de manera muy completa e interesante, todos los conflictos de identidad que el exilio genera. Arcadi, lamentablemente, no tiene un final feliz. Sin embargo, su proceso de transformación ofrece una luz a su nieto-autor y a los lectores, sobre las complejidades que enfrenta aquél, a quien han arrancado de su tierra.

Fuentes:

CANÓS ANTONINO, Laura (2012): “Escritores catalanes del exilio en México: Vínculos e impactos de las periferias”. En Caballero Rodríguez, B y López Fernández, L (Ed.) “Exilio e identidad en el mundo hispánico: reflexiones y representaciones“, Biblioteca Virtual Cervantes, p. 465-491.

EBERENZ, Rolf (2016): “México reflejado en la narrativa catalana del exilio”, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Alicante.

SÁNCHEZ, Pablo (2007): “Memoria histórica y heterogeneidad cultural en Los rojos de ultramar, de Jordi Soler”, Revista Hispánica Moderna, vol. 60, 2, pp. 159-170.

SOLER, Jordi (2004): “Los rojos de ultramar”, Alfaguara.

WAARDENBURG, L. (2017): “Superar el trauma heredado en Los rojos de ultramar de Jordi Soler: Un análisis posmemorial del exilio”, (Trabajo de grado), Universiteit Utretch, Utrecht.

 

Exilio republicano en México

En los años 1936-1939 miles de republicanos españoles huyeron de la Guerra Civil, varios se exiliaron a países como Francia, la URSS y México. Uno de estos exiliados fue el abuelo del escritor Jordi Soler. En la obra Rojos de Ultramar, Soler combina ficción y realidad para contar la historia de su abuelo y sus compañeros que huyeron de la guerra a México, el país que acogió más de 20.000 españoles durante los años 1939-42.

Desde el principio de la guerra, el gobierno mexicano encabezado por el presidente Lázaro Cárdenas había decidido ayudar a los republicanos españoles. Primeros españoles en llegar a México fueron los niños que huyeron de la guerra en 1937. Después llegaron los intelectuales (científicos, artistas, filósofos etc.) en 1938 y luego en 1939 al terminar la guerra el resto de los exiliados.

En 1938 en México se fundó  una casa para los intelectuales españoles, llamada Casa de España. La idea de esta “casa” era invitar a intelectuales  españoles a México para que tuviesen un lugar seguro donde “realizar sus ambiciones”. Primero invitaron a 12 profesores españoles y después del término de la guerra arribaron muchos más intelectuales españoles a México y a la Casa de España. Este fenómeno se llamaba inmigración intelectual.

Para ayudar a los republicanos españoles se creó dos organizaciones en Francia: Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE) dirigida por el ex-ministro socialista Indalecio Prieto y Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE) creado por el político Juan Negrín. Estas dos organizaciones ayudaron a los españoles adaptarse a México.

Además de la Casa de España se fundaron también los centros Cervantes en todas partes de México e Instituto Luis Vives (creado por SERE) en la Ciudad de México para los maestros y niños exiliados. Estos colegios tuvieron como modelo educativo los principios de la Segunda República. El narrador del Rojos de ultramar menciona a Luis Vives en la obra también: “Joan y yo éramos mexicanos y punto, habíamos nacido ahí, en la plantación de café, nunca fuimos ni al colegio Madrid, ni al Luis Vives,..”

La vida en su nuevo hogar no era necesariamente un camino de rosas para los españoles. Aunque se habían adaptado a la vida mexicana, habían construido sus casas allí  y se sintieron en casa, no todos los acogieron con mucha amabilidad como cuenta Arcadi en Rojos de Ultramar: “los 15 de septiembre, el día de la independencia, permanecíamos encerrados en casa porque los mexicanos de Galatea y sus alrededores tenían la costumbre de celebrar esa fiesta moliendo a palos a los españoles”.

Al fin Arcadi y sus compañeros empezaron sentirse en casa en Veracruz  y cuando Arcadi volvió a Cataluña se dio cuenta de que la vida no era igual que antes y la lengua había cambiado; no era esa lengua que ellos llevaban años hablando en México intentando conservar algo de su patria. Quizá esto era lo que pasó en muchos casos, sólo se puede imaginar cómo ha sido volver a la patria después de tantos años. Después de una vida. 

“La idea era que cuando muriera el dictador, dejarían México y regresarían a Cataluña. Pero el dictador tardó demasiado en morir y ya para entonces mi abuelo y sus socios habían pasado más años en México que en su país, y habían tenido hijos y nietos que los ataban a aquella tierra, a esa plantación que poco a poco se había ido convirtiendo en una suerte de aldea, en la que nací yo en 1963.” -Jordi Soler

 

Fuentes:

Jordi Soler: Rojos de ultramar, 2004

Los colegios del exilio en México, 2006:

http://www.residencia.csic.es/colegiosexilio/presentacion/inicio.htm

Jordi Soler: Catalanes en Veracruz, blog, 18/11/2011:

http://catalanesenveracruz.blogspot.fi/2011/11/ser-catalan-en-veracruz.html

Jordi Soler: El catalán de ultramar, 8/10/2014:

https://elpais.com/internacional/2014/10/08/actualidad/1412800058_154396.html

La casa de España:

http://www.jornada.unam.mx/2008/09/30/index.php?section=cultura&article=a04n1cul

José Andrés Rojo: Lázaro Cárdenas, el amigo de la República, 2/10/2005:

https://elpais.com/diario/2005/10/02/cultura/1128204001_850215.html

Observaciones sobre el sexismo en Luna de Lobos y Soldados de Salamina

Las obras Luna de Lobos y Soldados de Salamina, escritas por Julio Llamazares y Javier Cercas respectivamente, tienen varios aspectos en común: el narrador en la primera persona, la focalización interna y el menosprecio de las mujeres. En ambos libros mujeres tienen papeles menores que tienen los hombres, y la mayor parte de ellas no son personajes por derecho propio, sino personajes complementarios para los protagonistas masculinos. En este texto escribiré algunas observaciones superficiales sobre la actitud machista de los libros.

El diccionario de la Real Academia define misoginia como ‘la aversión a las mujeres’. Esta aversión tiene varias formas para manifestarse: no es solamente violencia machista sino también comentarios y actitudes sexistas. Los protagonistas de ambos libros son varones, un hecho que en sí no es sexista, pero el modo de presentar a las mujeres y de hablar sobre ellas sí que lo es.

Los personajes del sexo femenino en Luna de Lobos se puede dividirlos en tres categorías generales según la relación que tienen con el protagonista Ángel y sus tres compañeros: el primer grupo será el de las mujeres que solamente tienen una mención una sola vez; son nada más que personajes terciarios. El segundo grupo consta de personajes con relaciones de consanguinidad o de matrimonio; en esta categoría se encuentra por ejemplo la hermana de Ángel y la esposa de Ramiro. A la última categoría pertenecen las mujeres con las quienes el protagonista ha tenido relaciones sexuales. La mujer más importante y significante es, indudablemente, la hermana de Ángel, Juana.

A causa de la focalización interna desde el punto de vista de Ángel, no es posible saber exactamente lo que piensa y siente Juana; solo se la ve a través de los ojos de su hermano. Es probablemente gracias a la consanguinidad que Juana no ha sido reducido a un mero objeto sexual; aparece más veces que los demás personajes femeninos nombrados. Además, algunas mujeres solo existen para acostarse con el protagonista, y se lo muestra en las descripciones: son hermosas y “todavía jóvenes”. Al contrario, Juana tiene más profundidad y sentimientos propios.

En cuanto a Soldados de Salamina, la mujer más notable será Conchi, la novia del protagonista-narrador. El narrador Cercas la introduce diciendo que es la tercera novia que tiene después de que su pareja antigua le había dejado. Confesa que le gustan las mujeres que le intimidan; puede ser que sea un eufemismo para ‘mujeres independientes a quienes no les importa lo que piensen los demás’. El narrador no parece respetar a Conchi tanto como a su antigua mujer; reconoce que Conchi le gusta quizás menos que la de quien divorció antes de los acontecimientos del libro. También muestra cómo menosprecia a las amigas de Conchi, llamándolas ‘semianalfabetas’, algo que se puede interpretar no solo como un signo de desprecio por las mujeres sino también del elitismo social. En total, la manera del narrador de presentar a Conchi no pinta una imagen halagadora de ella: “procuraba que ningún conocido me sorprendiera con ella”. Esta manera tampoco da una imagen halagadora del narrador; ¿por qué salir con ella si le da vergüenza que se les vean juntos?

En la obra del escritor Cercas se ve muy bien cómo mujeres son nada más que objetos sexuales cuando Miralles habla sobre soldados que se murieron en la guerra, diciendo que “Ninguno probó las cosas buenas de la vida: ninguno tuvo una mujer para él solo”; parece pensar que las mujeres solo valen para dar placer sexual e hijos a los hombres. Tampoco la forma en la que habla de la hermana Françoise, una monja, no es respetuosa: “Es guapa, simpática y lista. Y joven. ¿Qué más se puede pedir de una mujer? Si no fuera monja hace ya muchos años que le habría tocado el culo.”

En breve, ambas obras, por escritores masculinos, muestran la prevalencia de la actitud machista en la sociedad y de ahí en la literatura.

De lo temporal a lo permanente – un vistazo a los exiliados en distintas épocas

En el libro “Los rojos de ultramar” (2004) de Jordi Soler, un grupo de catalanes perseguidos por el régimen de Franco logran escapar a México, a un pueblo de Veracruz, donde acaban finalmente pasando el resto de sus vidas dentro de una comunidad creado por ellos mismos – “La Portuguesa”. Todos los hombres sueñan con el regreso a su tierra materna, pero con el paso de los años el regreso resulta imposible por varias razones.  A lo largo de todo el libro, uno puede sentir la añoranza que las protagonistas sienten por su país y por su pasado.

Ya han pasado décadas después del principio de la Guerra Civil española que provocó el exilio de casi medio millón de republicanos españoles pero el tema de exilio nunca ha dejado de ser actual. Se estiman que, en los finales del año 2013, existían unos 16,7 millones de refugiados y 34 millones de IDPs (desplazados internos; personas que han tenido que escapar de sus casas pero que siguen dentro de los bordes de su país) en el mundo. Por la actualidad del tema, en este trabajo hacemos una breve presentación sobre algunos de los elementos que están presentes en las vidas de los refugiados tanto hoy en día como hace 80 años.

En su investigación “El desarraigo como vivencia del exilio y de la globalización” (2006), Ana Esteban Zamora entrevista un grupo de chilenos exiliados de su país en 1975 como consecuencia del golpe de Estado del general Pinochet. Según ella existen dos variables fundamentales que determinan en gran medida si la persona en el exilio logra integrarse a la nueva sociedad y si le resulta posible formar una nueva identidad en el país de acogida; « La variable personal que se refiere a la actitud que adopta el sujeto ante la situación de exilio y la variable social que tiene que ver con las características de la sociedad de acogida. »

En el caso de Arcadi y sus compañeros catalanes, podemos decir que su actitud hacia su nueva residencia fue bastante positiva – la posibilidad de fugar a México les salvó la vida – pero pensamos que esto debía a gran medida al hecho de que ellos al llegar a México nunca imaginaban pasar el resto de sus vidas allí. Pensaron que para ellos México fuera simplemente un lugar donde empezar un negocio mientras esperaban que el regreso a España resultaría posible. Su actitud seguramente hubiera sido diferente si habrían sabido que iban a sufrir de los bichos y el calor de la selva hasta sus últimos días. Una cosa que naturalmente afectó positivamente en su integración al nuevo país de residencia fue que no tuvieron que aprender un nuevo idioma. El caso de la mayoría de los refugiados de hoy en día no es igual de óptimo como en pocos casos acaban en un país en que podrían seguir expresándose en su lengua materna.

En cuanto a los factores sociales del país de acogida de los catalanes, el autor cuenta historias sobre su infancia y juventud rodeada de la gente indígena de La Portuguesa. Su abuelo y los compañeros de él nunca fueron vistos como refugiados sino se puede decir que cargaban el papel y los pecados de “los conquistadores – los señores”, lo mucho que intentaron llevar bien con la población indígena del área. El hecho de que los republicanos tuvieron que huir de España es obviamente una tragedia, pero podríamos a la vez argüir que, comparado con muchos otros escenarios de la vida en exilio, Arcadi y sus compañeros lo tuvieron todo bastante fácil; lograron triunfar en sus negocios, crecer una familia y envejecer en paz en su nuevo hogar.

Podemos destacar que los chilenos en la investigación de Zamora tenían muchas similitudes con los catalanes. Según Zamora, todos los exiliados chilenos veían el exilio como un período corto, que no durará más de un par de años. Sin embargo, tanto los chilenos como los catalanes decepcionaron y la mayoría se quedó el resto de su vida en su país de exilio. En la novela Arcadi hace lo imprescindible para sobrevivir en exilio, busca la ganancia y continúa su vida con su familia. La sobrevivencia es un rasgo evidente también en la investigación de Zamora. Como los chilenos habían pensado pasar solo un periodo de tiempo en exilio, no les importaban muchas cosas, pero hacían lo que podían para sobrevivir.

Se puede notar que Arcadi tenía una ilusión de Cataluña inmutable, en sus pensamientos Cataluña seguía siendo igual que antes de la guerra, un paraíso perdido. Por otra parte, los sueños de los chilenos eran iguales; no solo querían volver a su país de origen sino más bien volver a la época cuando eran jóvenes y todavía no habían perdido a nadie. Muchos chilenos visitaban su país durante los años, pero al mismo tiempo iban abandonando la idea de la vuelta. Esto mismo pasó también en la novela, aunque visitaban a Cataluña, no planeaban la vuelta.

Creemos que la vida de los exiliados de hoy en día cumple las mismas características. Poca gente quiere abandonar su país sin volver nunca más, pero seguramente muchas personas ya nunca podrán volver. Puesto que la mente humana guarda en la memoria los lugares como los queremos recordar, la realidad debe ser bastante dura después de pasar los años.

“El exilio es la cesación del contacto con

un follaje y de una raigambre con el aire

y la tierra connaturales; es como el brusco final de un amor, es como una muerte inconcebiblemente horrible porque

es una muerte que se sigue viviendo conscientemente.”

Cortázar

FUENTES:

Jordi Soler, « Los rojos de ultramar », Alfaguara. 2004.

Ana Esteban Zamora, « El desarraigo como vivencia del exilio y de la globalización », Amérique Latine Histoire et Mémoire. Les Cahiers ALHIM [En línea], 5 | 2002, Publicado el 24 febrero 2006, consultado el 20 de noviembre 2017. URL : http://alhim.revues.org/708

Omer Karasapan, « Europe’s asylum seekers and the global refugee challenge », Brookings. Publicado el 23 de abril 2015, consultado el 20 de noviembre 2017. URL : https://www.brookings.edu/blog/future-development/2015/04/23/europes-asylum-seekers-and-the-global-refugee-challenge/

Público. « El exilio republicano español de 1939 ». Publicado el 1 de abril 2009, consultado el 20 de noviembre 2017. URL : http://www.publico.es/actualidad/exilio-republicano-espanol-1939.html

Escrito por Hansku y Emma

Miralles, el soldado valiente (desconocido) republicano. Algunas reflexiones sobre la obra.

La tercera parte de Soldados de Salamina, Cita en Stockton, se concentra en la persona de Antoni Miralles, cuando Roberto Bolaño, el escritor chileno, cuenta la historia de Miralles a Javier Cercas-personaje. Bolaño cuenta que conoció a Miralles en el verano de 1978, en el cámping estrella de Mar, Castelldefells, donde Miralles  llegaba cada año a principios de agosto. Era catalán, Bolaño recordaba haberle oído hablar en catalán, pero llevaba muchos años viviendo en Francia y según Bolaño se había vuelto totalmente francés. Bolaño se quedó muchas veces a solas con él, en el bar, donde le oyó hablar de guerra como si no le perteneciera a él sino a otra persona  (nunca hablaba de la guerra ante otra gente).

En 1936, pocos meses después de comenzada la guerra, Miralles fue reclutado con apenas 18 años y a principios del año 1937 fue encuadrado en un batallón al mando de Enrique Líster quien para entonces era una leyenda viva. Antes de la guerra Miralles había ignorado la política, pero pocos meses atrás se hizo comunista. Lo fueran sus compañeros, sus mandos y lo fuera Líster. Miralles luchaba en varios sitios hasta los días finales de la guerra cuando cruzó la frontera francesa con los otros 450.000 españoles donde le esperaba el campo de concentración de Argelés con condiciones de vida terribles, eran morideros. Allí tenía la oportunidad alistarse en la Legión Extranjera francesa, lo hizo sin dudarlo un instante. Mientras estuvo luchando en algún punto del Magreb le sorprendió el inicio de la guerra mundial. Francia cayó en manos de los alemanes. La mayoría de las autoridades francesas del Magreb se pusieron del lado del gobierno títere de Vichy. Pero el general Jacques-Philippe Leclerc se negó a aceptar las órdenes del gobierno títere de Vichy. Para sus hombres empezaron las marchas suicidas de varios meses por el desierto. Miralles se pasó toda su vida “cagándose” en Leclerc y en sí mismo por haberle hecho caso a Leclerc. Nadie, ni él ni ninguno de los desharrapados a los que se habían engañados, tenía ni idea de dónde se metían. Cuando la guerra estaba a punto de terminar Miralles, después de ocho años combatiendo, había sobrevivido increíblemente y convertido en ciudadano francés con una pensión de por vida. Se casa, tiene una hija pero enviudó poco después.

1. Javier Cercas, Salamiin soturit (Soldados de Salamina): traducido al finés por Matti Brotherus, WSOY 2003, 261 páginas: El análisis escrito por Juha Väänänen.

Ha transcurrido desde el final de la guerra civil española más de medio siglo cuando el  escritor Javier Cercas termina investigando los eventos del final de la guerra y sobre todo, los hechos del líder del partido Falange Rafael Sánchez Mazas. Dos primeras capítulos se centran en  los hechos de Rafael Sánchez Mazas y la tercera, el personaje del soldado desconocido Antoni (o Antonio) Miralles.

Cercas se da cuenta de que si quiere decirlo terminando su libro, debe encontrar a Miralles, el soldado que salvó la vida del falangista Mazas. La búsqueda larga  tuvo al final éxito y a él se le encontró en una residencia de ancianos en Francia. Hay que contar las memorias para que estas no sean finalmente olvidadas. Väänänen opina que la obra es una novela impresionante y conmovedora: una historia real imaginaria, una gran novela profunda y poderosa. Con  esta obra, el autor y narrador Cercas intenta que el trauma causado por la guerra y el tiempo de la dictadura franquista se cure al final.

A nuestra juicio, debemos que memorizar los hechos escuchando a los veteranos (pocos) los que todavía viven. Memorizando los hechos de los soldados (desconocidos), se fortalece la identidad de cada uno de ellos y sus familias, y finalmente las nuevas generaciones pueden aprender que matando a los demás nadie se lleva la victoria. Nadie. Uno quien no mata es héroe..

2. Javier Cercas, Soldiers of Salamis (Soldados de Salamina) traducido al íngles por Anne Mc Lean.  Bloomsbury, 224 páginas.: Spain Book Review, publicado el  3 de junio de 2014. La opinión de Caroline Angus Baker.

El tercer capítulo del libro, según Baker, es más del estilo ficción, donde el periodista Cercas está decidido a buscar al soldado republicano que dejó en libertad al soldado falangista  Sánchez Mazas. Cercas conoce a Miralles, un veterano con una historia valiente de la Guerra Civil y otras guerras. Miralles nunca confirma que fue él el soldado que decidió liberar a Sánchez Mazas, a pesar de que el periodista estaba convencido de haber encontrado al hombre correcto, porque el record histórica  los dos personajes tenían similitudes en varios aspectos.

La mayoría de los cuentos de la Guerra Civil tienden a ser contados desde el punto de vista republicano, pero el autor optó por verlo desde el punto de vista nacionalista y no hace suposiciones. Baker opina que nunca se considera que Sánchez Mazas sea un héroe en el libro, ni tampoco son soldados opuestos: muestra cómo cada soldado era un individuo luchando a través de la confusión que la crisis de guerra estalló a su alrededor. El libro fue un best-seller en España, y a ella le da vergüenza admitir que le  ha llevado mucho  tiempo leer el libro. “Es raro leer un libro de la Guerra Civil que tenga tal prejuicio”, concluye Baker.

3. Javier Cercas, Soldiers of Salamis (Soldados de Salamina) traducido al íngles por Anne Mc Lean. Bloomsbury, 224 páginas. La revista The Guardian, publicado el sábado el 21 de junio de 2003.  La opinión de Nick Caistor.

El libro de Cercas ha causado mucha  sensación en España. Mientras que en Gran Bretaña es fácil saber quiénes fueron los héroes (los que lucharon y derrotaron al fascismo),  la situación en España es diferente. El país se dividió en dos durante la Guerra Civil, y  los siguientes cuarenta años durante la dictadura de  Franco,  el gobierno  negó  cualquier virtud a favor de los vencidos. Como Cercas nos afirma que, “hay un monumento” para los muertos de guerra en cada ciudad de España, pero en realidad,  ¿Cuántos has visto con los nombres de los caídos de ambos lados?  Caistor opina que Franco y sus partidarios “ganaron la guerra pero perdieron la historia de la literatura”. A nivel internacional, son los republicanos los que se consideran héroes, como opinan escritores como Hemingway, Orwell o Malraux. Al final, esta obra  permanece firmemente en esta tradición, mientras que ofrece una reafirmación suave y a menudo conmovedora de que las vidas y acciones individuales son las más importantes, sin importar cuán abrumadoras puedan parecer las circunstancias históricas.

Fuentes:

-Javier Cercas, Salamiin soturit (Soldados de Salamina): traducido al finés por Matti Brotherus, WSOY 2003, 261 páginas: El análisis escrito por Juha Väänänen.

-Javier Cercas, Soldiers of Salamis (Soldados de Salamina) traducido al íngles por Anne Mc Lean.  Bloomsbury, 224 páginas.: Spain Book Review, publicado el  3 de junio de 2014. La opinión de Caroline Angus Baker.

-Javier Cercas, Soldiers of Salamis (Soldados de Salamina) traducido al íngles por Anne Mc Lean. Bloomsbury, 224 páginas. La revista The Guardian, publicado el sábado el 21 de junio de 2003.  La opinión de Nick Caistor.

– Javier Cercas, Soldados de Salamina, Tusquets Editores (2001)

Escrito por Anne y Sinikka

Los temas y el triunfo de la obra “Soldados de Salamina” de Javier Cercas

A pesar de que la novela consta de solo alrededor de doscientas páginas, la obra refleja una multitud de temas además del tema principal – la memoria de la guerra. En mi opinión, el conjunto de temas de las tres diferentes partes de la novela -que entre sí son muy diferentes-, es una de las razones de la popularidad inmensa que ha tenido la obra Soldados de Salamina en España y en otros países también.

La primera parte es un tipo de diario en el que el autor Javier Cercas, que también es el protagonista de la novela, cuenta su interés sobre la historia del personaje principal Rafael Sánchez Mazas, miembro fundador de la Falange. El autor crea de sí mismo un personaje que es medio real y medio ficticio. Aunque no se puede saber exactamente, pero me parece, tras haber leído y visto material del autor, que lo ficticio del personaje es el estado civil, la profesión, la muerte de su padre y otros factores básicos de la vida, pero lo fáctico es como piensa el personaje, las cuestiones de la moral, el carácter, la modestia. Así pues, uno de los temas de la primera parte, además del querer investigar la historia, podría ser la búsqueda de sí mismo, de un hombre de cuarenta años. Muchos lectores pueden identificarse con este tema, pero particularmente, el estilo de “sobre analizar” atrae a los lectores españoles. La forma en que el autor investiga la historia del falangista da elementos policiacos a la novela, que a su vez, crean tensión e interés en el lector.

En la segunda parte, el autor escribe la biografía de Rafael Sánchez Mazas en un estilo que está, otra vez, en medio del relato histórico y relato novelesco. El tema se enfoca en los horrores de la guerra y llega a mostrarse en el relato el tema principal: la compasión humana entre los seres humanos, cuando el soldado que encuentra a Rafael Sánchez Mazas en el bosque, en lugar de matarlo, le deja vivir. También se presenta el tema de la solidaridad por parte de los hombres del bosque, que protegen a Rafael Sánchez Mazas, aunque son republicanos. La forma de describir los acontecimientos y la vida durante la guerra civil acoge, seguro, al lector español y para aquel que bien conoce la historia de su país, la parte de la vida política de Mazas le parecerá aún más interesante, debido a la gran cantidad de personajes políticos que enriquecen la historia.

Durante toda la novela, tenía la sensación de que el autor exponía, aunque indirectamente, la cuestión moral sobre la guerra, ¿cómo puede ser justificado matar a alguien? En la tercera parte, el autor busca al soldado que dejó vivo a Mazas y esta pregunta se hace más fuerte. La experiencia de una vida dura de guerras que tuvo Miralles, el anciano que tal vez fue el que Cercas buscaba, finaliza la emoción de la memoria que tenemos:

“Permanecimos un rato en silencio, mirando a los niños. No tenía por qué decir nada, pero filosofé tontamente:
—Siempre parecen felices.
—No se ha fijado bien —me corrigió Miralles—. Nunca lo parecen. Pero lo son. Igual que nosotros. Lo que pasa es que ni nosotros ni ellos nos damos cuenta.
— ¿Qué quiere decir?
Miralles sonrió por primera vez. —Estamos vivos, ¿no?”

Esta cita nos recuerda lo privilegiados que somos los que no vivimos la guerra. El tema de la memoria en la novela se presenta ya en el título del libro. Soldados de Salamina se refiere a la batalla de Salamina que tuvo lugar en el año 480 a.C. 50 años más tarde Heródoto, padre de la historiografía, escribió sobre la batalla, en su obra Historiare con la intención de que no se perdiera la verdad de los hechos. Ahora Javier Cercas escribe 70 años después de la guerra porque siente que a veces a su generación la Guerra Civil le parece igual de lejana que la Batalla de Salamina.

Fuentes:

ROXANA ORUÉ. Crítica literaria y otros escritos. Soldados de Salamina – Javier Cercas
JUAN MURILLO (2009). Revista de Letras. Soldados de Salaminas

Campos de concentración en Francia y la descripción de Argelès-sur-Mer en la novela Los rojos de ultramar

Al final de la Guerra Civil miles de españoles decidieron huir a Francia. Allí esperaban poder pedir refugio y empezar una nueva vida o seguir su ruta hacia México u otros países. Poco duraron sus esperanzas porque las autoridades francesas les habían reservado otro tipo de destino: los campos de internamiento. En este trabajo voy a intentar presentar la realidad de los campos de concentración a través de las citas del libro Los rojos de ultramar y apoyarlo con el trabajo de Fin de Master de Damien Chaussec Españoles durante la Segunda Guerra Mundial en Francia 

En la novela de Jordi Soler, Los rojos de ultramar, el protagonista Arcadi también acaba en un campo de concentración. La novela se sitúa entre ficción y realidad: se describe detalladamente los acontecimientos y lo que está pasando dentro de la cabeza de Arcadi y de otros personajes, pero la historia se basa en 120 páginas de memorias las que le dio al autor su abuelo Fransesc (Arcadi en la novela). Arcadi lucha con el bando republicano en Barcelona, pero en febrero de 1939 la amenaza de las tropas de Franco le obliga huir a Francia con el fin de buscar refugio en México. Confiando en que las autoridades francesas están a su lado, él deja que le trasladan a Argelès-sur-Mer donde descubre la horrorosa realidad de los campos de concentración.  

Para los refugiados españoles en Francia había dos tipos de campos: centros de alojamiento para la población civil y campos de internamiento para los militares y personas “peligrosas”. Los centros de alojamiento tenían un aspecto más humano (aunque las condiciones de vida allí tampoco eran buenas) comparado con las condiciones en que tuvieron que vivir los milicianos en los campos de concentración.  

El primer campo creado para los milicianos republicanos españoles fue Argelès-sur-Mer en 1 de febrero 1939, en que también acabó Arcadi. Ya un mes después de la apertura del campo de concentración de Argelès, su población constaba de 77 000 internados. Las condiciones en que tenían que vivir eran inhumanos. No tenían nada, solo guardias y alambradas para vigilar a ellos, para evitar que se escapasen. “…ese campo de refugiados donde no existían las camas, ni las medicinas, ni la atención medica que se les había prometido.”  “Los enfermos que venían huyendo el horro de Franco, miraban incrédulos el horror que les aguardaba esta playa, y aunque entre los prisioneros había médicos y gente dispuesta a ayudarlos, poco era lo que podía hacerse por ellos…”  

Las autoridades ordenaron la construcción de treinta barracas para los prisioneros de Argelès-sur-Mer, pero evidentemente, treinta barracas y en cada una unas veinte plazas no era suficiente para un campo con más de 70 000 prisioneros. También se ha calculado que, durante los primeros meses de internamiento, murieron entre 15 000 – 50 000 personas en todos los campos de concentración. “…no había cabañas, ni barracas, ni cobijas ni absolutamente nada que pudiera protegerlos de la noche que se aproximaba. En la mañana, se decía, se habían llevado de la playa varios cadáveres, gente enferma o vieja…”  

 

Campos de internamiento de refugiados españoles en la zona meridional de Francia.

Durante el año 1939 las autoridades francesas clasificaron los campos de concentración en varias categorías. Había por ejemplo un campo solo reservado para los catalanes,  o campos como Barcarès, en el cual los prisioneros tenían las mejores condiciones, los que se usaba para la propaganda sobre los campos de concentración. El campo de Rieucros era reservado para las mujeres peligrosas, detenidas por sus opiniones políticas, y funcionaba como un campo de concentración desde el año 1939 hasta 1942. Durante estos años también una parte de las mujeres que se oponían al nazismo en Alemania fueron enviadas allí. A pesar de las clasificaciones, en Argelès-sur-Mer (como en otros campos también) había otras minorías que se consideraba peligro o indeseable como judías sefardís y gitanos. “A los refugiados españoles que seguían prisioneros an Argelés-sur-mer, se sumaron un millar de gitanos…más un ciento de croatas…más tarde llegó a engrosar la población un contingente de judíos sefraditas…”  

Por la falta de higiene, mucha gente murió en los campos de concentración de enfermedades como cólera, neumonía y sarna. Además de las enfermedades, también los bichos formaban un problema en los campos. Sin embargo, según la novela, no fueron las pulgas ni los piojos el mayor problema sino que la manera de exterminarlos. “Una vez por semana los (prisioneros) formaban desnudos en una línea y los bañaban con manguera…No pocas veces…vi (hablando Arcadi) cómo alguno de la fila caía al suelo inconsciente, temblando, atacado por una hipotermia…Después de la manguera pasaban los guardias con unos cubos de petróleo para que los prisioneros metieran un trapo y se lo untaran por todos los rincones del cuerpo…para combatir las pulgas” “…al contacto con el petróleo sufrían irritaciones, eccemas, llagas, todo tipo de reacciones cutáneas…” 

Si todo esto no fuera suficiente, a la inexistente atención al médico, mala higiene y condiciones inhumanas para protegerse del frio y de la lluvia, se sumaba el hambre. Los prisioneros recibían pedazos de pan y carne, pero no raciones suficientes para que no se quedasen con hambre. En Argelès-sur-Mer, según las memorias de Arcadi, los prisioneros aprovecharon del problema de los parástios para combatir el hambre: “un tumulto de ratas, que terminó convirtiéndose en una alternativa frente al pan agusanado y las tripas nauseabundas.”  

Ya en los principios de los años 40 varios campos fueron cerrados, y los prisioneros que quedaban en los campos fueron traslados a campos similares. Por ejemplo, tras el cierro del campo de Rieucros, las mujeres y sus niños fueron traslados al campo de Brens.  El Argelès-sur-Mer fue cerrado el año 1941 pero en la novela, afortunadamente, Arcadi logra de escapar del tren durante el transbordo. Sin embargo, el destino de la mayoría de los prisioneros es aún peor que en los campos de Francia. Por ejemplo, los prisioneros españoles del campo de Rivesaltes fueron traslados al campo de Mauthausen en Austria y los prisioneros judíos a Auschwitz en Polonia.  

En conclusión, los campos de concentración forman una parte oscura también en la historia de España y Francia. Sin duda, no hay manera de realmente entender como era vivir en Argelès-sur-Mer o Rieucros sin haberlo vivido, pero esto no significa que habría que olvidarlo. La novela Los rojos de ultramar, al mismo tiempo que respeta la memoria del exilio español, también respeta la memoria de todos los que tuvieron que sufrir en los campos de concentración.

Fuentes: 

CHAUSSEC, Damien (2013): Españoles durante la Segunda Guerra Mundial en Francia. Trabajo de Fin de Master, Universidad de Cantabria y Université de Montpellier III. En línea:https://repositorio.unican.es/xmlui/bitstream/handle/10902/3908/ChaussecDamien.pdf?sequence 

CONSTENLA, Tereixa (26.1.2015): “Ùltimos testigos de Mauthausen”. El País, edición América. En línea:https://elpais.com/cultura/2015/01/26/actualidad/1422295851_665791.html 

LIIKANEN, Elina (23.11.2017): “Powerpoint de clase: Los rojos de ultramar (primera parte)”. La Guerra Civil y el franquismo en la novela española actual. En línea: https://blogs.helsinki.fi/literaturaguerracivil2017/archives/1154 

OBIOLS, Isabel (24.11.2004): “Jordi Soler novela la excepcional historia de su familia de exiliados”. El País, Barcelona. En línea: https://elpais.com/diario/2004/11/24/cultura/1101250810_850215.html 

SOLER, Jordi (2004): Los rojos de ultramar. Alfaguara, Madrid. 

YÁRNOZ, Carlos (16.10.2015): “Francia asume su más oscura memoria en la historia del siglo XX”. El País, edición América. En línea: https://elpais.com/internacional/2015/10/15/actualidad/1444926569_136320.html 

 

Escrito por Ella Korhonen