El papel del lector en “Rasgos occidentales” de Isaac Rosa

Mi objetivo en este trabajo es analizar, cuál es el papel del lector en el cuento Rasgos occidentales de Isaac Rosa. También procuraré reflejar mis propias experiencias como una lectora “de rasgos occidentales”. Muchas veces hay un componente dialógico en la literatura de la migración, y, según Berlage (2016), “las obras de literatura de la migración favorecen, pues, esta lectura activa por parte de los lectores quienes, al leer, cuestionan su cultura y la cosmovisión personal que han ido desarrollando desde sus primeras lecturas”. Creo que es exactamente esto lo que quiere hacer Rosa con su obra.

Rasgos occidentales es publicado en 2006 y está ambientado en las costas de España en la misma época. Es una historia breve sobre pateras llenas de cadáveres de inmigrantes africanos, entre los que, de alguna razón, también se hallan unos cadáveres “de rasgos occidentales”, como los acaba describiendo un funcionario en la nota de prensa. Estos hallazgos imprevisibles causan mucha especulación, hasta teorías macabros, en los medios de comunicación y entre los ciudadanos y las autoridades. Generalmente, la reacción a los cadáveres “de rasgos occidentales” es muy distinto de la reacción a los cadáveres “de rasgos africanos”.

Al principio, la narración de Rosa parece neutral y describe los acontecimientos a través de un narrador impersonal y de focalización externa. Hace una excepción en el inicio del cuento al describir los pensamientos del juez, que atiende a la primera patera: “… él seguía sin soportar aquella frecuencia de la muerte. Lo de hoy, además, era especialmente horrible…” Poco a poco aumenta la voz personal del narrador y la involucración del lector, principalmente a través del empleo casi imperceptible de la primera persona del plural, por primera vez en la página 4: “… quienes cubren de huesos el fondo oceánico entre uno y otro continente, como un puente submarino que crece y crece hasta que tal vez un día alcance la superficie y podamos atravesar el Estrecho a pie…”. De esa manera el narrador refuerza su propia participación y la del lector en los acontecimientos o por lo menos en las reacciones hacia lo que está ocurriendo. No oculta su actitud. En las últimas páginas la involucración ya es muy clara: “… eran fenómenos paranormales para los que carecíamos de esquemas de interpretación; no había molde donde encajarlos.” En la página 8 escribe: “Los ciudadanos nos desinteresamos poco a poco del inexplicado asunto, y comprobamos con inconfesable alivio que ya sólo llegaban muertos africanos.” Y claro que la involucración  –y no solamente la involucración sino la culpabilidad–  es la más obvia en el último párrafo de la historia, en el que dirige sus palabras directamente al lector, empezando “Como tú, hipócrita lector…”.

En su texto el autor expresa un supuesto muy fuerte: que el lector solo piensa en los cadáveres blancos. También parece suponer, que el lector es, de hecho, “de rasgos occidentales”. A través de estos supuestos acusa al lector de olvidar el problema verdadero, los miles de destinos trágicos de inmigrantes “de rasgos africanos”. ¿Esto es justo? Es bien cierto que el autor construye su texto a esa dirección: describe solo los fallecidos “de rasgos occidentales” y su tratamiento en la prensa, por consiguiente estimulando el interés en este lado de la historia. Y aunque no revela más de las identidades detrás de “los rasgos occidentales”, son personajes redondos, los cuales merecen privilegios aunque ya están muertos. Los africanos a su vez forman una masa, sin personajes ni siquiera planos, a los que el autor no da ningún tipo de voz –¿así que cómo la podría oír el lector…?

Después de toda la especulación en el cuento hay que decir que sí, estaba esperando una explicación de los cadáveres “de rasgos occidentales”. Por una parte leí la historia como un misterio, como un relato de suspense, y es natural querer soluciones a todas las preguntas que el autor deja abiertas. Por otra parte también estaba esperando un vínculo al problema verdadero, la situación de decenas de miles de inmigrantes. Y sí, tuve un vínculo, y no de manera muy agradable si bien efectiva, en la acusación de solo estar preocupada por los cadáveres blancos. ¿Reconozco el sentimiento de culpa en mi misma? Como lectora no tanto, porque la cuestión existía todo el tiempo allí, en los cadáveres “de rasgos africanos”. Sin embargo, como ciudadana europea sí, es mi obligación ser consciente de lo que está pasando en las fronteras de Europa. Y debido a la magnitud del problema ni siquiera intento profundizar en ese tema aquí.

¿Cómo lee un lector “de rasgos africanos” esta historia? ¿Va dirigida a él también? No sé responder.

Una anécdota más, basada en una experiencia personal. Un poco antes de la época del cuento de Rosa trabajé un verano en Holanda en una explotación agrícola. Pasé mis días en los campos con compañeros de Rumania y de Camerún, de Angola y algunos otros países africanos. Los africanos eran jornaleros que vivían en un centro de acogida para solicitantes de asilo, autorizados a trabajar una cierta cantidad de días al mes. Un día llegaron un par de autoridades, inspectores, para ver que todos los trabajadores tuviéramos los documentos en regla –con la excepción de que no me pidieron nada a mí. Pero sí charlé un rato divertido sobre los pilotos de Fórmula Uno y futbolistas finlandeses con uno de los inspectores al que el dueño de la finca debió haber dicho que era de Finlandia. Bueno, esto es de ninguna manera un evento dramático, solo un pequeño ejemplo del efecto de “los rasgos occidentales”.  Y es importante tener en cuenta, que “los rasgos occidentales” no solamente son rasgos externos sino también internos y que afectan a mi pensamiento y a mi cosmovisión.

 

BIBLIOGRAFÍA

Berlage, Pauline (2016): “Mundialidad hispánica y literatura de la migración”. Revista suiza de literaturas románicas 63:3, págs. 167-183.

Rosa, Isaac (2006): “Rasgos occidentales”. En:  VV.AA: Inmenso estrecho II. Cuentos sobre inmigración. Madrid: Kailas. [disponible en línea en: https://elcultural.com/Inmenso-Estrecho-II-Cuentos-sobre-inmigracion, consultado el 19/10/2020]. (Hay que notar que los números de páginas mencionados en este trabajo son números de la versión de la obra que está usada durante el curso.)

 

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