Representación de los personajes de color en “Rasgos occidentales” de Isaac Rosa

Representación de los personajes de color en “Rasgos occidentales” de Isaac Rosa

Isaac Rosa es un autor español nacido en Sevilla en 1974. Pasó sus años de juventud en Extremadura, y actualmente reside en Madrid. Aparte de dedicarse a la literatura, ha colaborado con varios medios de comunicación, por ejemplo, Cadena Ser y la revista satírica El Jueves. Sus obras tratan temas variables – por ejemplo, las amenazas de la vida urbana, relaciones interpersonales de la juventud, inmigración y el miedo e inseguridad conllevados. Ha ganado varios premios valorados de literatura con sus obras.

Su relato Rasgos occidentales fue publicado en una colección de cuentos titulado Inmenso Estrecho II en 2006. La colección se publicaba de forma altruista – los beneficios económicos de la colección se destinaban a una organización llamada Red Acoge, que se dedica a defender los derechos de las personas que se emigran a España. El enfoque de este análisis está en la representación de los personajes de color a través de ciertos elementos de narración y lenguaje.

Un equipo de la guardia civil halla un cadáver de un bebé, el cual posee rasgos occidentales. Encuentran el cadáver entre un grupo de otras personas muertas, y todas las demás tienen rasgos oscuros. Este encuentro les parece extraño, y se convierte en una de las noticias más discutidas en la prensa. A lo largo del relato este hecho vuelve a suceder varias veces, y los medios de comunicación se fijan solamente en la minoría de cadáveres entre un grupo excesivo de fallecidos, dando más valor solo a los muertos con rasgos occidentales, ya que parecen más a ellos mismos.

El tema del relato es la crítica contra los valores del mundo occidental. La prensa refleja estos valores, y con su poder puede definir la perspectiva desde que se observa el mundo, quedando viciada y sesgada. Reconocemos que inmigración con alto nivel de riesgo ocurre diariamente, incluso ahora mismo, pero no lo damos mucha importancia hasta que el fenómeno esté relacionado con alguien con quien podemos identificarnos más facilmente. Comprueba nuestra actitud problemática hacia una gente, que ni siquiera es una gente coherente y unida sino personas con culturas distintas. Aun así, nosotros les tratamos de manera discriminatoria, despreciativa y racista, aunque fuera de manera inconsciente. La sociedad de hoy se ha convertido en un mundo lleno de microagresiones hacia las personas de color – el racismo no ha disminuido ni mucho menos desaparecido, solo ha cambiado de forma.

El relato empieza con un encuentro de una patera a la deriva. Uno de los marineros salta a la piragua y observamos como no se atreve tocar los cuerpos que la llenan – ni siquiera intenta averiguar por si alguien siguiera con vida, y por la rapidez de sus acciones en la piragua se da la sensación de que está a disgusto entre los cuerpos, y solo quiere volver a su barca lo antes posible. No parece tomar los cuerpos por personas, sino por algo asqueroso con que quiere tratar lo menos posible. Más adelante transportan los cadáveres a tierra para meterlos en las bolsas.

Luego viene un equipo de guardia civil para investigar en la patera y hallan al primer cuerpo con rasgos occidentales – un niño pequeño. El trato hacia el cuerpo es totalmente distinto – se describe como uno de los guardias coge el niño muerto en sus brazos, como si fuera su hijo. Este cadáver no tiene el mismo destino que los demás que fueron hallados de la misma patera a la vez – el niño es enterrado en el cementerio municipal de la localidad a cuyo puerto fue remolcada la patera. Los cadáveres con personas de color se meten desde las bolsas a cajas, y encima marcan “inmigrante sin identificar”, la fecha del hallazgo y el número de expediente judicial. Con los cadáveres de personas de color siguen el protocolo habitual sin ningún tipo de sentimiento, mientras un bebé recibe trato especial por su apariencia.

El segundo y el tercer cuerpo blanco son de una mujer y supuestamente su bebé. La mujer tiene “pelo liso y negro recogido en un moño, está vestida con una camisola harapienta”. El bebé en sus brazos es “blanco, blanquísimo, con el cuero cabelludo abrasado”. La descripción de la apariencia del cadáver se centra en la persona en sí, la individualizan e identifican más, hasta usan formas diminutivas para hablar de algunos de los cuerpos con cariño. Le repetición de adjetivos descriptivos – blanco, blanquísimo – procura intensificar la personalización de la persona muerta, y hacer el fallecimiento aparentar más dramático. En una ocasión describen a los cuerpos de personajes blancos “hermosos” – y sinceramente el uso de un adjetivo tan idolatrado no es muy frecuente a la hora de referirse a un cadáver.

Sin embargo, esto no sucede con personas con color – los únicos adjetivos y descripciones que obtenemos sobre ellos están relacionados de su muerte. Por ejemplo, en el primer hallazgo las extremidades de los cuerpos negros estaban rígidas y retorcidas, pero no se cuenta para ayudar a los lectores imaginar cómo están los cuerpos de apariencia, sino para hacerles entender lo difícil que ha sido para el equipo de rescate manejar con los cadáveres al tener que partir y desatar las extremidades.

La prensa se interesa en los hallazgos extraños de las personas blancas, y varios periodistas están esperando en la costa a que vengan más barcas llenas de personas muertas, y, con suerte, algún cuerpo blanco, sobre que escribir y obtener réditos económicos. No tienen esa suerte, ya que llegan pateras llenas de sólo africanos. La palabra sólo se repite varias veces en el relato al hablar de las personas de color – eso disminuye el valor de los personajes con esa etnia. Resulta hasta difícil hablar de ellos como individuales, ya que en el relato los tratamos como un colectivo – sólo africanos.

La representación de los personajes de color se puede estudiar básicamente solo en comparación con la de los personajes de piel blanca. Sobre los cadáveres blancos se usan más adjetivos y hasta descripciones cariñosos para individualizarlos y personalizarlos, para que sentamos más pena por ellos. El trato de los cadáveres con rasgos occidentales es humano y sutil, la prensa procura averiguar sus pasados y posibles motivos para el fallecimiento, lo cual es un término más discreto al hablar de la muerte. La palabra fallecimiento aparece solo relacionada con los personajes blancas de la historia.

Al reconocer la representación privilegiada de los personajes de rasgos blancos, podemos observar que estos mismos privilegios de la narrativa y lenguaje no están presentes al tratar, encima brevemente, los cuerpos de personas de color. Considero que esto es lo que ocurre en el mundo real – solo reconociendo los privilegios y el aprovechamiento del mundo y de personas con rasgos occidentales, al admitir algo que nos pueda incomodar, podemos verdaderamente aceptar que la representación de las personas de color tanto en el relato como en la vida real es discriminatoria y sesgada.

Bibliografia:

https://www.escritores.org/biografias/1982-rosa-isaac

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