La desaparición de Mamá(M) como representación de enfermedad mental en Conjunto vacío

En este trabajo trataré el tema de la desaparición del personaje Mamá(M) en la obra Conjunto vacío de Verónica Gerber Bicecci e intentaré responder a la pregunta de por qué la narradora describe la desaparición de esta manera. No se explica explícitamente lo que le ha pasado a la madre de la protagonista Verónica, pero la narradora sí proporciona varias pistas sobre el destino de ella.

La desaparición de Mamá(M) es un acontecimiento muy importante en la vida de la protagonista-narradora, su hija Verónica. Se implica que la madre desaparece cuando ella tiene 14 años, pero nunca se explica lo que le pasó exactamente. No obstante, queda claro que algo raro está pasando en el apartamiento de la madre (o “búnker”, como lo denominan la protagonista y su hermano); las cosas se mueven sin que nadie las mueva y se escuchan voces, aunque nadie debería estar allí:

En el búnker las cosas se cambian de lugar. O al menos parece. Estaba segura de que había dejado un libro sobre el escritorio y no en el librero, o los zapatos en la sala y no en mi recámara. Podría jurar que compré yogur y ya no había. (129)

La primera noche sola volví a escucharla hablando en la sala. La luz de la computadora ya no iluminaba el camino así que me guie con las paredes. Nadie. Regresé a cama. (29)

La narradora da una explicación casi sobrenatural ya que implica que las cosas extrañas que acontecen en el búnker se explican por el hecho de que el búnker “había logrado producir algún tipo de singularidad espaciotemporal”. (18) También da la impresión de que Mamá(M) simplemente ha abandonado sus hijos y se ha ido a algún sitio desconocido. Sin embargo, no creo que esto sea el caso. Tal como afirma Deffis, para entender la obra es imprescindible que el lector intente descifrar lo que se dice e ilustra en ella (2020, 26). Aunque la narradora no da una respuesta explícita al misterio de la madre, sí que da pistas continuas al lector. Yo pienso que la respuesta está en el búnker –la madre sigue allí físicamente, pero mentalmente está en otro lugar–.

Ya desde el inicio de la obra queda bastante claro que la madre tiene algún tipo de paranoia, quizás síntomas de esquizofrenia. Por eso ha montado el búnker en primer lugar: “Un sistema perfectamente cerrado que Mamá(M) construyó antes de desdibujarse […]. (18) La narradora también nos hace saber que la madre no se siente segura, siente que algo o alguien le está amenazando a ella y a sus hijos:

Era temprano en la mañana, estábamos saliendo a la escuela y mamá dijo que no. Dijo que era mejor quedarse en casa. Dijo que no prendiéramos la tele, que no prendiéramos nada. Dijo que había que guardar silencio. (16)

Mamá(M) empieza a hablar de los árboles del parque. Dice que en las cortezas se ven rostros. Que todos esos rostros miran hacia la casa. Que todos esos rostros nos miran.
Nos ordena dejar de regar las plantas. (16)

La presencia de síntomas mentales está muy fuerte justamente antes de la desaparición de la madre. Sin embargo, la narradora nunca dice que la madre se salió del búnker –dice que “empieza a difuminarse” (15) y que “al final ya no podíamos verla” (16)–. Según mi interpretación, Mamá(M) nunca se fue a ningún sitio, sino no solamente se cerró en el búnker, pero también en su mundo interno donde está a salvo de los que le persiguen. Sabemos que la madre se ha exiliado a México para huir de la dictadura argentina, lo que muy probablemente también es la causa de sus síntomas.

Para responder a la cuestión de por qué se describe la enfermedad mental de la madre de este modo, necesitamos tener en cuenta varios puntos. El primer es que Mamá(M) “se desapareció” cuando la protagonista tenía sólo 14 años –o sea, era una niña–. Una enfermedad mental de un pariente cercano siempre es un acontecimiento traumático que es difícil de entender, especialmente para una niña de 14 años.

A lo largo de la obra también queda claro que a veces la narradora no sabe o no quiere expresar sus sentimientos mediante palabras, así que acaba usando diagramas o dibujos: de allí podemos deducir que tiene una mente bastante analítica, ve el mundo vía imágenes, entiende su vida mediante diagramas. Por lo tanto, interpreto la “desaparición” de la madre como una metáfora de intentar explicar y entender que ella ya no está mentalmente en el lugar donde debería estar, que ya es imposible establecer contacto con ella. La madre ha desaparecido del universo de Verónica, ha escapado a un mundo que no está en ningún sitio que conozca Verónica o su hermano:

“Les hicimos creer que Mamá(M) estaba ahí –aunque ni siquiera nosotros podíamos verla–. Había cruzado una frontera que ni mi Hermano(H) ni Yo(Y) sabíamos cómo cruzar.” (19)

Desde mi punto de vista, los diagramas que presenta la narradora-protagonista dan la última prueba de que la madre está en un mundo aparte. El diagrama siguiente muestra perfectamente que la madre ha construido su propio mundo que no está en México ni en Argentina, sino “Mamá(M) encontró la forma de quedarse justo en medio, en un lugar donde nadie puede encontrarla.” (35) P1 representa México, P2 Argentina.

Figura 1 (p.35)

En este trabajo he argumentado que la desaparición de la madre de Verónica, que se narra de una manera poco explícita en la obra, funciona como una metáfora de una enfermedad mental. La protagonista intenta procesar un acontecimiento muy traumático para ella de la manera que le resulta la más lógica y que reflecta el punto de vista de una niña. Sin embargo, la manera de describir la enfermedad de la madre también reflecta una imagen del mundo muy analítica y visual, que encaja perfectamente con la tendencia de la narradora de expresar pensamientos mediante diagramas y dibujos en vez de palabras.

Bibliografía:

DEFFIS, Emilia (2020): “‘La necrópolis interior’ en Conjunto vacío de Verónica Gerber Bisecci”. Anclajes XXIV (2), pp. 17-32.

GERBER BICECCI, Verónica (2017): Conjunto vacío. La Rioja: Pepitas.

El exilio y la postdictadura argentina en “Conjunto vacío” de Verónica Gerber Bicecci

En este trabajo analizaré cómo se trata la temática de la memoria postdictatorial en Conjunto vacío de Verónica Gerber Bicecci. Aunque se han publicado muchas obras sobre este tema, Conjunto vacío permite acercarse al exilio y a la postdictatura argentina desde un punto de vista tanto personal, social como político poniendo el foco en las consecuencias del exilio que se alargan en el tiempo. Esto es visible incluso en la expresión escueta de la obra a la que la autora en una entrevista se refiere como “el exilio del lenguaje” (Editorial Almadía 2015). A pesar del interés que ofrece el análisis de los aspectos lingüísticos de la obra, el objetivo de este trabajo es estudiar cómo se representan las concecuencias del exilio y de la dictadura militar argentina en la temática de Conjunto vacío.

Verónica, la protagonista de la obra, sufre desde hace años de la desaparición de su madre. El sentimiento de abandono define su vida, sus relaciones de pareja y sus recuerdos del pasado; ella se siente atascada en su vida, vuelve a repetir el mismo tipo de errores en sus relaciones y el trauma del pasado se convierte en un obstáculo que le parece insuperable. Ella misma habla de la renuncia, la renuncia de volver a empezar cuando todas sus historias acaban en la misma manera. No sabe explicar lo que le pasa a su madre, lo cual le impide encontrar sentido en su vida: ”Cuando un suceso es inexplicable se hace un hueco en alguna parte. Así que estamos llenos de agujeros, como un queso gruyere. Agujeros dentro de agujeros.” (Gerber Bicceci 2015: 44). La desaparición de la madre es particular en el sentido de que la protagonista no puede “ir a un lugar como la Plaza de Mayo a exigir que nos la devuelvan” (Gerber Bicecci 2015: 99) como los que perdieron sus famialiares durante las represiones de la dictatura argentina. Es más bien por las concecuencias alargadas del régimen por las que Mamá (M) pierde su capacidad de estar presente en la vida de sus hijos. Este tipo de desaparición, que la protagonista describe como una herida que “abre un poco más cada día” (Gerber Bicecci 2015: 79), es más complicado que la muerte, ya que impide la curación con el paso del tiempo. Es un conjunto vacío que representa la paradoja de la existencia y de la ausencia de su madre con una entidad matemática que existe pero sin ningún contenido (Deffis 2020: 20).

Otra de las consecuencias de un pasado traumático de la familia es el silencio impuesto por la dictadura. La protagonista busca expresarse mediante los dibujos porque “hay cosas […] que no se pueden contar con palabras” (Gerber Bicecci 2015: 25), pero por las lagunas de conocimientos sobre su historia familiar siente que solo le quedan huecos que no sabe rellenar. Su padre era posiblemente un revolucionario, por lo cual sus padres tenían que salir de Argentina, pero todos en la familia se desmienten y el silencio se impone sobre el asunto. Nunca se habla de Argentina si no para comentar cosas triviales como el gusto de los argentinos por duraznos en almíbar. Por esta razón, resulta importante la historia de Marisa, una mujer exiliada cuyos papeles la protagonista ordena después de su muerte, ya que los ecos de su vida se convierten en un universo paralelo con “pinta de una salida de emergencia” (Gerber Bicecci 2015: 79) para la protagonista y le permiten reflexionar el trauma del exilio a través de la vida de otra persona. Sin embargo, esta puerta se cierra cuando sufre una nueva ruptura y se da cuenta de que después de un final siempre vuelve a empezar para fracasar de nuevo: “Muchos principios distintos solo puede ser sinónimo de muchos frascasos, de narraciones mutiladas” (Gerber Bicceci 2015: 101).  La protagonista es incapaz de encontrar palabras para expresar su dolor o compartir su soledad. El peso de un secreto que nadie entiende ni intenta entender y la incapacidad de encontrar respuestas a las incógnitas de la historia familiar le condenan al silencio.

La circularidad y el desorden del tiempo, que se reflejan tanto en la forma como en el contenido de la obra, son un síntoma de las pérdidas de la protagonista y de su incapacidad de soltar el pasado. Observa que “el pasado, al parecer, no desaparece, se queda allí flotando en algún lugar y no deja de reconfigurarse” (Gerber Bicecci 2015: 150), pero que no es posible volver atrás, aunque a veces sí se vuelve a empezar un recorrido en un camino similar y se repiten los mismos errores. Por consiguiente, la protagonista desea distanciar el pasado para no tener que enfrentarlo y a la vez entender qué le pasó a su familia en los años de la dictadura. Reconoce que no puede conseguir ninguna de las dos cosas. Su madre y el misterio de su desaparición están tanto en el pasado como en el futuro. También quiere volver a los lugares que le habrían pertenecido si no fuera por el exilio, pero es incapaz de regresar en el tiempo: “Es extraño llegar a un lugar que se corresponde contigo pero al que no perteneces. […] Encontrar un hueco justo de tu tamaño, pero no poder llenarlo (Gerber Bicecci 2015: 165). De todo esto surge la fragmentación temporal que la protagonista intenta romper mediante los conjuntos de Venn para dar orden a la dispersión absurda que causan el exilio y la dictadura.

Aunque la protagonista evita hablar directamente de la dictadura militar argentina, admite que su vida y la vida de sus seres queridos ha cambiado por ella: ”Al parecer las consecuencias de la dictadura surgen después, mucho después. El exilio es una forma de retardarlas. Tarde o temprano: FLURPPPP, una fuerza extraña te succiona, no hay escapatoria.” (Gerber Bicecci 2015: 113). Desde pequeña ha entendido que su familia está dispersada por el mundo por la imposición de la dictadura y que la sombra del exilio también afecta a los que se quedaron. El caso de sus abuelos es ilustrativo. La construcción del piso de arriba se paró cuando los padres de la protagonista migraron a México y la casa de los abuelos se quedó parada en el tiempo. El abuelo se murió y la abuela dejó de vivir en el presente. El exilio deja heridas profundas también a las personas que se quedan atrás.

En conclusión, las concecuencias del exilio y de la dictadura militar argentina se representan en la temántica de Conjunto vacío mediante tres temas centrales: el abandano que sufre la protagonista por la desaparición de su madre, el silencio impuesto por la dictadura y la circularidad y el desorden del tiempo que fragmentan la realidad e imponen un orden de caos.  Conjunto vacío representa en una forma particular cómo el exilio y la memoria de la postdictadura se convierten en experiencias personales y sociales que pasan de generación en generación y se alargan décadas después de la caída del régimen. Sin embargo, la obra también demuestra que es posible dar orden en el caos, encontrar una voz y entender, si no superar, el dolor de la pérdida, convirtiéndose así en una declaración política contra la violencia simbólica de las dictaduras.

REFERENCIAS:

DEFFIS, Emilia (2020). “’La necrópolis interior’ en Conjunto vacío de Verónica Gerber Bicecci”. Anclajes, XXIV, 2, pp. 17-32.

EDITORIAL ALMADÍA (21 de julio de 2015). “Conjunto vacío | Entrevista a Verónica Gerber Bicecci”. [Archivo de Vídeo] Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=8aHY8xKeU7Q&ab_channel=EditorialAlmad%C3%ADa

GERBER BICECCI, Verónica (2015). Conjunto vacío. La Rioja: Pepitas de calabaza.