Garzón insta a siete juzgados a investigar los ‘niños robados’ del franquismo

El juez mantiene su calificación de crímenes contra la humanidad

JOSÉ YOLDI – El País – 08/01/2009

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El juez Baltasar Garzón ha remitido a los juzgados decanos de Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, Burgos, Málaga y Zaragoza, los datos relativos a los niños robados durante la Guerra Civil y primeros años del franquismo para que investiguen su paradero. El magistrado, en cumplimiento de la resolución de la Audiencia que declaró que no era competente para investigar los crímenes del franquismo, se ha inhibido en favor de 27 juzgados territoriales para que tramiten el caso de la memoria histórica.

En la resolución, Garzón insiste en que el objeto de la investigación es la existencia de un plan sistemático y preconcebido de eliminación de oponentes políticos a través de múltiples muertes, torturas, exilio y desapariciones forzadas (detenciones ilegales) de personas a partir de 1936, durante los años de Guerra Civil y los siguientes de la posguerra, producidos en diferentes puntos geográficos del territorio español.

El juez mantiene que la tipificación jurídica que corresponde a esos hechos es la de detención ilegal con desaparición forzada de personas en el contexto de crímenes contra la humanidad.

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En el auto dictado el pasado 18 de noviembre, el juez recordaba que la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en su declaración de condena de la dictadura franquista de fecha 17 de marzo de 2006 señalaba que “los niños perdidos son también parte de las víctimas del franquismo: se trata de hijos de presos cuyos apellidos fueron modificados para permitir su adopción por familias adictas al régimen. Varios miles de hijos de obreros fueron también enviados a instituciones del Estado, porque el régimen consideraba su familia republicana como ‘inadecuada’ para su formación”.

“Niños refugiados”, señalaba la resolución, “fueron también secuestrados en Francia por el servicio exterior de repatriación del régimen y situados posteriormente en instituciones franquistas del Estado. El régimen franquista invocaba la “protección de menores” pero la idea que aplicaba de esta protección no se distinguía de un régimen punitivo. Los niños debían expiar activamente “los pecados de su padre” y se les repetía que ellos también eran irrecuperables. Frecuentemente eran separados de las demás categorías de niños internados en las Instituciones del Estado y sometidos a malos tratos físicos y psicológicos”.

Las cifras de niños y niñas, hijos de presas, tutelados por el Estado, según la memoria que el Patronato Central de Nuestra Señora de la Merced para la Redención de Penas elevó al Caudillo de España en 1944, ascendía a 12.042, la mayoría de los cuales, en especial los niños (7.538) estaban en centros religiosos, cifra que en la década 1944-1954, pasó a ser de 30.960 niños cuyo ingreso en centros religiosos y seminarios fue gestionado por el Patronato de San Pablo, dependiente del Ministerio de Justicia, decía el auto. La mayoría de esos niños eran huérfanos de guerra con padres muertos, presos, exiliados, clandestinos o desaparecidos, o al menos eso se desprende de las listas de muchachos elaborados por el patronato de la Merced para ingresarlos en centros públicos o religiosos. Las listas oficiales señalaban la situación del padre como fusilado o desaparecido.

Hasta 152.237 víctimas

El juez Garzón ha recibido ya un avance del informe pericial que le será entregado en los próximos días en el que los peritos designados apuntan a un balance provisional de víctimas que oscila entre 136.062 y 152.237. Las asociaciones para la recuperación de la Memoria Histórica habían contabilizado un total de 143.353 víctimas, pero los peritos estiman que la cifra puede ser superior en casi 10.000 personas más.

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El Gobierno deja en manos de las comunidades la apertura de fosas

La Asociación de Memoria Histórica rechaza la propuesta

NATALIA JUNQUERA – El País – 15/12/2008

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El Gobierno ha elaborado ya un protocolo para regular las exhumaciones de víctimas de la Guerra Civil, tal y como prometía el artículo 12.1 de la ley de Memoria Histórica de diciembre de 2007. De momento es sólo un borrador. Moncloa ha enviado el texto, de 11 páginas, a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, para que le dé su opinión. No les ha gustado.

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Dibujos, fotografías y grabaciones para un diario

N. J. – El País – 15/12/2008

Todo debe quedar registrado, grabado, dibujado y fotografiado durante los trabajos de búsqueda, localización y recuperación de víctimas de la Guerra Civil. El borrador del protocolo de exhumaciones elaborado por el Gobierno insiste repetidas veces en la necesidad de que las entrevistas a familiares y testigos, “el punto de partida de la investigación”, se escriban, se graben y se conserven, cumpliendo los requisitos que establece la ley de protección de datos. Todo el trabajo realizado quedará registrado en un diario de excavación.

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El Gobierno crea la oficina para las víctimas de la guerra y la dictadura

Se encargará de coordinar la intervención en las exhumaciones

EL PAÍS 20/12/2008

El Gobierno dio ayer un paso más en el desarrollo de la ley de Memoria Histórica al aprobar la creación de la Oficina para las Víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura, que dependerá del Ministerio de Justicia. Sin embargo, no se detalló la fecha en la que comenzará a funcionar este departamento, que tendrá entre sus funciones garantizar la colaboración institucional y la adecuada intervención en las exhumaciones de los restos de los desaparecidos, así como la confección de un mapa de los lugares de inhumación consignados. La creación de la oficina, que se encargará también de facilitar la información necesaria a las personas que lo precisen, fue anunciada el lunes en Nueva York, por María Teresa Fernández de la Vega.

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Piedad para los muertos y la historia

El retorno de los recuerdos reprimidos durante una transición voluntariamente amnésica prueba la solidez de la democracia española. Pero la ‘judicialización’ no es el camino adecuado para asumir el pasado

ENZO TRAVERSOEl País – 21/12/2008

El tiempo no siempre cierra las heridas de la historia, a veces las abre. Tras un largo olvido, los campos de la muerte nazis, el Gulag y el colonialismo se han convertido en un “pasado que no pasa”. No es sorprendente que los espectros de la Guerra Civil y el franquismo resurjan hoy en España, 30 años después de una transición democrática voluntariamente amnésica, fundada sobre lo que dio en llamarse “pacto del olvido”. El miedo a un rebrote de violencia estuvo detrás de esa represión de la memoria -ni impuesta ni total, pero real- que acompañó a la llegada de la democracia. Hoy, el retorno de los recuerdos reprimidos prueba que la democracia nacida de las cenizas del franquismo es lo bastante sólida como para asumir la historia de España en todas sus dimensiones.

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La judicialización del pasado con el fin de inscribir las violencias de una guerra civil bajo la categoría de “crímenes contra la humanidad” empobrece y simplifica la historia, reduciéndola a una confrontación binaria entre víctimas y verdugos.

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Los niños perdidos del franquismo

La Acción Social de la Falange y la Iglesia desempeñaron un papel muy importante en una poco conocida ‘depuración’ de la raza por la que se robaron miles de niños, hijos de padres asesinados y madres ‘rojas’

VICENÇ NAVARROEl País – 24/12/2008

Una de las sorpresas que me encontré a la vuelta de un largo exilio fue el ver que mis estudiantes (gente joven, despierta y curiosa intelectualmente, horrorizados por las barbaridades realizadas por las dictaduras chilenas y argentinas -tales como el robo de niños de padres asesinados por aquellas dictaduras-) desconocían que todos aquellos horrores habían ocurrido también en España durante la dictadura franquista, incluyendo el robo de niños de madres republicanas asesinadas por el Ejército golpista. Recordaré siempre su respuesta al excelente documental de la televisión catalana Els nens perduts del franquisme, de Montse Armengou y Ricard Belis, que documentaba tales robos durante la dictadura. Al entrar en el aula al día siguiente de haberse proyectado tal documental, noté un silencio ensordecedor. Los estudiantes estaban sorprendidos, avergonzados e indignados de que se les hubiera ocultado parte de la historia de su país. Sabían lo que había ocurrido en Argentina y Chile, pero desconocían lo que había ocurrido en España.

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En contra de lo que se ha dicho y escrito, el régimen militar liderado por el general Franco era racista. Los militares golpistas se consideraban parte de una raza hispánica superior (el día nacional se llamaba el día de la Raza), superioridad que le otorgaba el derecho de conquista y sometimiento sobre otras razas inferiores, entre las cuales incluían la raza de los republicanos rojos (término utilizado por la dictadura hacia aquellas poblaciones que se opusieron al golpe militar y a la dictadura). El ideólogo de tal doctrina era el militar psiquiatra Vallejo Nájera, que dirigía los Servicios Psiquiátricos del Ejército. Parte de su formación había tenido lugar en Alemania, habiendo estudiado las teorías racistas nazis de las cuales era un ferviente admirador. Su interpretación de la raza, sin embargo, contenía un fuerte componente político-cultural y psicológico más que étnico, aunque incluía elementos antisemíticos en su definición. Fue nombrado por el dictador director del Gabinete de Investigaciones Psicológicas con el objetivo de estudiar la raza española y su superioridad, con la intención de purificarla eliminando cualquier forma de contaminación que diluyera su pureza. Sus teorías quedaban reflejadas en sus libros, incluyendo Eugenesia de la Hispanidad y regeneración de la raza, en el que definía raza como espíritu. “La raza es espíritu. España es espíritu. La Hispanidad es espíritu… Por eso hemos de impregnarnos de Hispanidad… para comprender nuestras esencias raciales y diferenciar nuestra raza de las extrañas”. Este espíritu lo definía como “militarismo social, que quiere decir orden, disciplina, sacrificio personal, puntualidad en el servicio, porque la redoma militar encierra esencias puras de virtudes sociales, fortaleza corporal y espiritual”. Y para mejorar la raza era necesaria “la militarización de la escuela, de la Universidad, del taller, del café, del teatro, de todos los ámbitos sociales”. Su purificación de la raza incluía el resurgimiento de la Santa Inquisición en contra de las personas que consideraba antipatrióticas, anticatólicas y antimilitares que corrompían la raza española. Afirmó que parte del problema racial de España era que había demasiados Sanchos Panzas (físico redondeado, ventrudo, sensual y arribista), y pocos Don Quijotes (casto, austero, sobrio e idealista), personajes imbuidos en un militarismo, identificando la cultura militar como la máxima expresión de raza superior. […]

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Zugazagoitia y las fosas de la cultura

JUANA VÁZQUEZEl País – 27/12/2008

Se cumple hoy, 27 de diciembre, un año de la entrada en vigor de la Ley de la Memoria Histórica (52/2007), que permitió a los interesados, entre otras reivindicaciones, recabar información de todos los archivos que dan noticia de los muertos y desaparecidos de la Guerra Civil española. Un año después de una ley que sino ha resuelto todos los problemas, al menos ha facilitado la apertura de algunas fosas y la recuperación de restos de fusilados por el franquismo, deberíamos abordar otros asuntos sin resolver. Por ejemplo, el de la recuperación de las obras de los escritores y artistas represaliados y olvidados en las zanjas de la historia. Es decir, rescatar al unísono esos cadáveres culturales, sin los cuales nuestro patrimonio no estará nunca completo.

No hay que olvidar, que a partir de la tercera década del siglo XX se generó en España un movimiento renovador intelectual que la sublevación fascista del 1936 quebró: muchos escritores, investigadores, profesores, músicos dramaturgos y pintores fueron asesinados o tuvieron que exiliarse. La cultura española sufrió un corte de indiscutible trascendencia. Nuestra misión es la de rescatar sus obras de las fosas de la Guerra Civil. También debemos intentar rehabilitar a los asesinados pública, social e intelectualmente por la dictadura franquista. Abramos, pues, las zanjas de la historia cultural.

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Los descendientes de exiliados pueden […] pedir ser españoles

El Gobierno calcula en medio millón las personas que se pueden acoger a esta medida derivada de la Ley de Memoria Histórica

El País – 27/12/2008

Alrededor de medio millón de descendientes del exilio tienen el derecho a partir de este sábado de solicitar la nacionlidad española, de acuerdo con lo que establece la Ley de la Memoria Histórica en reconocimiento a los familiares de quienes tuvieron que huir por la Guerra Civil y el franquismo.

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