Reenactment and Carnival: Els Joglars Take Franco to Vic

Encontré en Internet un artículo de Jill Buckenham que habla sobre un performance de Els Joglars relacionado con la película ¡Buen viaje, Excelencia!. El artículo se titula “Reenactment and Carnival: Els Joglars Take Franco to Vic” y fue publicado en Journal of Catalan Studies en 2006.

La estrategia de la muerte

JORGE M. REVERTEEl País– 15/03/2009

Se ha hablado de casi todo. Pero quizá, cuando se cumplen 70 años del fin de la Guerra Civil, uno de sus aspectos menos tratados sea el puramente militar. Un golpe que se convirtió en una larga partida de ajedrez. Un ejército republicano que se defendió mejor de lo esperado. El autor lo ha investigado durante años para su próximo libro. Éste es su relato en exclusiva, acompañado de fotos desconocidas.

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Foto: Ejecuciones a domicilio. El general Mola aisló el norte republicano de la frontera francesa. En Irún, las tropas rebeldes entraron en Irún y mataron a ciudadanos casa por casa.

El 1 de abril de 1939, el general Franco anunciaba el fin de la guerra que él mismo comenzara, junto con otros militares, en julio de 1936. El comunicado victorioso no significaba la llegada de la paz. A la sangría provocada por tres años de enfrentamiento armado le iban a seguir decenas de miles de fusilamientos decididos por tribunales militares, sin garantías para los procesados. La Guerra Civil comenzó como un golpe de Estado, se convirtió después en la confrontación de dos grandes ejércitos y acabó con una amplia matanza. […]

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Luz sobre los consejos de guerra de Franco

Defensa pone en marcha un plan piloto de archivos – 400.000 expedientes, entre ellos los juicios sumarísimos de 1938 a 1945, se restaurarán y digitalizarán

TEREIXA CONSTENLA / MIGUEL GONZÁLEZ – El País – 16/03/2009

“Preguntada dónde le sorprendió el Glorioso Movimiento, dice que le sorprendió en esta localidad. Preguntada para que manifieste si es cierto que durante el dominio rojo penetró en el convento de las hermanas carmelitas y se llevó una lámpara que había en el altar y una fotografía de las religiosas, dice que la lámpara la llevó al hospital y la fotografía la entregó a una vecina”.

No todos tuvieron la suerte de esta mujer de Benicarló (Castellón) a la que un consejo de guerra condenó a seis años de cárcel, el 30 de enero de 1942. Por ejemplo, el padre de un diputado de UCD en la primera legislatura democrática, que era teniente de la Guardia Civil en 1936, fue ejecutado sólo porque se le consideró sospechoso de “ideología confusa”.

Sus historias figuran en algunos de los 20.000 legajos, unos 400.000 expedientes, millones de páginas, en los que se describe, con lenguaje burocrático y leguleyo, una de las etapas más negras de la historia de España: la represión despiadada que siguió a la Guerra Civil. La mayoría son procedimientos sumarísimos, instruidos entre 1938 y 1945, por los Juzgados Togados Militares Territoriales números 11, 12 y 13, con sede en Fuencarral (Madrid) y Valencia, con jurisdicción sobre Extremadura, Castilla-La Mancha, Madrid y Comunidad Valenciana. Aunque también hay procedimientos que llegan hasta 1980.

Al socaire de la Ley de la Memoria Histórica, el Ministerio de Defensa ha trasladado estos documentos al nuevo Archivo General Histórico de Defensa, que ocupa dos naves del cuartel Infante Don Juan, en el madrileño paseo de Moret, para poner en marcha un proyecto piloto de restauración y digitalización de archivos militares. El traslado de los legajos a Madrid ha generado una marejada política en Valencia o Castellón, donde su retorno se ha convertido en una reivindicación compartida por todas las instituciones y partidos, en lo que parece una reedición de la disputa por los papeles de Salamanca.

Álvaro Martínez-Novillo, funcionario del cuerpo de conservadores de Museos y subdirector de Patrimonio Histórico-Artístico de Defensa, afirma que su único objetivo es salvar un fondo documental en grave peligro y hacerlo accesible a los investigadores.

[…]

Se acabará así con el hermetismo de estos fondos, que serán tratados como los demás archivos del Estado, según una ley que prepara el Ministerio de Cultura, y se normalizará el trabajo de los investigadores. “Aunque han pasado 70 años [del fin de la guerra] y el Ejército de hoy no tiene nada que ver con el del franquismo, nadie sabe lo que hay [en los archivos]. Abrir los expedientes de los consejos de guerra puede hacer que algunas familias vayan a los tribunales a pedir su nulidad, pero ¿va a hundirse la democracia por eso?”, reflexiona un historiador que ha investigado la Guerra Civil y el franquismo.

La cuestión no es sólo legal sino, sobre todo, económica. Para garantizar la conservación de los documentos y su acceso público es necesaria su digitalización, última fase del proyecto de Defensa. Sólo el plan piloto de los juzgados de Madrid y Valencia costará millón y medio de euros. Para acelerar el proceso, se han firmado acuerdos con varias comunidades autónomas (Cataluña, Aragón y Andalucía), pero aun así puede tardar décadas.

“Si hay dos instituciones que han demostrado su afán por documentarlo todo son la Iglesia y el Ejército”, explica Martínez-Novillo. “Y tengan la seguridad de que el Ejército español ha gastado mucho más papel que munición”.

Lo demuestran los 25 archivos que los tres ejércitos tienen distribuidos por toda España, a los que hay que sumar los fondos documentales de los 26 juzgados y tribunales castrenses y los dispersos por ciudades, como Castellón, donde hubo órganos judiciales que ya han desaparecido. Para poner orden en este galimatías va a crearse el Archivo General Histórico de Defensa, con sus 27 kilómetros de estanterías. “La cuestión no es si los documentos vuelven a Castellón o van a Salamanca”, concluye Martínez-Novillo, “sino que un día podamos verlos donde deben estar: en Internet”.

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Los desaparecidos de Tomás Eloy

CARLOS FUENTESEl País – 21/03/2009

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Narrativa. El lenguaje en la novela, portadora constante de la duda frente a la fe ideológica, la certeza religiosa o la conveniencia política, no puede dejar de lado ni ideología, ni religión, ni política. Tampoco puede, la novela, ser dominada por cualquiera de ellas. Lo que puede hacer es convertir ideología, religión o política en problema, abriéndolas a la puerta de la interrogación, levantado el techo de la imaginación, bajando al sótano de la memoria, entrando a la recámara del amor y, sobre todo, dejando la ventana abierta a la palabra de Pascal:

-J’ai un doute à vous proposer.

Regreso por ello a un novelista que es mi contemporáneo, el argentino Tomás Eloy Martínez, y su obra última, Purgatorio, donde el autor se propone novelar un tema inescapable: los desaparecidos, la práctica brutal y tétrica de la dictadura militar de los años 1976-1981, llamada “Proceso de Reorganización Nacional”. Desaparecer y torturar a los disidentes enfrente de sus esposas e hijos, asesinar a todo sospechoso de leer, pensar o acusar de manera no aprobada por la dictadura, secuestrar a los niños, cambiarles el nombre y la familia.

Toda esta odiosa violación de la persona humana puede ser denunciada en un diario, un discurso, una manifestación.

¿Cómo incorporarla a la ficción, cuando la realidad supera a cualquier ficción?

Tomás Eloy Martínez, en Purgatorio, cuenta la historia de una mujer, Emilia Dupuy, hija de un poderoso argentino que apoya la dictadura y celebra sus distracciones, al grado de invitar a Orson Welles a filmar el campeonato mundial de fútbol, comparable al filme de Leni Riefenstahl sobre la olimpiada de Berlín. Emilia se ha casado con un cartógrafo, Simón Cardoso, que, obligado a recorrer y medir el territorio, como es su obligación profesional, es confundido con un terrorista por la policía de la dictadura y desaparecido.

¿Adónde van a dar los desaparecidos? Emilia Dupuy sigue, desesperada, las posibles rutas del marido desaparecido, de Brasil a Venezuela, a México y al cabo a Estados Unidos, hasta que, mujer de sesenta años, establecida en una pequeña ciudad universitaria de Nueva Jersey, recobra al marido perdido.

Sólo que éste sigue siendo un hombre de treinta años y rompe la costumbre de Emilia, que es sentir la ausencia de la única persona que amó en la vida y que ahora regresa con una “sonrisa de un lugar muy lejano”.

No digo más, sino que Orson Welles pone como condición para aparecer en la película que los militares hagan aparecer a los desaparecidos. Y es que en la novela, como en el cine, se pueden crear todas las realidades, imaginar lo que aún no existe y detener el tiempo.

Busquemos entonces, en la novela, la realidad de lo que la historia olvidó. Y porque la historia ha sido lo que es, la literatura nos ofrece lo que la historia no siempre ha sido.

Argentina hace memoria de los crímenes de la dictadura militar

Confirmada la condena a cadena perpetua para el “genocida” Etchecolatz

ALEJANDRO REBOSSIO – El País – 25/03/2009

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Miles de argentinos hicieron ayer memoria al cumplirse 33 años del golpe militar que inició la última y más sangrienta dictadura (1976-1983) que sufrió este país suramericano. Desde hace tres años el 24 de marzo es un día no laborable en Argentina, según dispuso el entonces Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007). Pero no es un festivo, sino el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

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Suspiros de España

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Quiso Dios, con su poder
fundir cuatro rayitos de sol
y hacer con ellos una mujer.

Y al cumplir su voluntad
en un jardín de España nací
como la flor en el rosal.

Tierra gloriosa de mi querer
tierra bendita de perfume y pasión
España en toda flor a tus pies
suspira un corazón.

Ay de mi pena mortal
porqué me alejo España de ti
porqué me arrancan de mi rosal.

Quiero yo volver a ser
la luz de aquel rayito de sol
hecho mujer
por voluntad de Dios.

Ay, madre mía
ay, quién pudiera
ser luz del día
y al rayar la amanecida
sobre España renacer.

Mis pensamientos
han revestido
el firmamento
de besos míos
y sobre España
como gotas de rocío
[ los ] dejo caer.

En mi corazón
España te miro
y el eco llevará de mi canción
a España en un suspiro.

Compuesto por Antonio Álvarez Alonso en 1902, letra de José Antonio Álvarez del 1938.

Para escuchar este pasodoble, que tantas veces aparece en Soldados de Salamina, pincha aquí.

El cartel pertenece a la película Suspiros de España, dirigida por Benito Perojo González y rodada en Alemania durante la guerra.

Waltz with Bashir


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Waltz With Bashir (Vals con Bashir) de Ari Folman es una extraordinaria película sobre la guerra y la memoria traumática. Este documental de dibujos animados no trata de la guerra civil española, sino de la guerra de Líbano de 1982, pero os lo recomiendo en el blog del curso porque me ha hecho reflexionar sobre mismo tipo de cuestiones que tratamos en clase, o sea: ¿Cómo representar de forma ética un conflicto armado y sus consecuencias? ¿Cómo plasmar la memoria personal o de grupo sin perder de vista el panorama histórico más amplio? ¿Cómo narrar un suceso histórico sin convertirlo en una verdad absoluta, sin dar respuestas definitivas? ¿Cómo dar voz al perpetrador sin anular la víctima?

El artículo de Jo Labanyi (“Memory and Modernity in Democratic Spain: The Difficulty of Coming to Terms with the Spanish Civil War”, Poetics Today, 28:1, 2007), que os mandé a leer antes de la última clase, discute los mismos problemas, sólo que con referencia a la representación de la guerra de España y sus secuelas.

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Aquí os copio dos críticas de Waltz With Bashir publicadas en la página de Yle:

Paras sotakuvaus vuosiin

Voiko sotaa kuvata uskottavasti animaation keinoin? Kun katsoo israelilaisen Ari Folmanin omaelämäkerrallista animaatiodokumenttia Waltz with Bashir, tulee mieleen ajatus, ettei sodan subjektiivista todellisuutta millään muulla tavalla voisikaan yhtä vakuuttavasti tavoittaa.

Ari Folman on dokumenttiohjaaja, joka 18-vuotiaana, asepalvelustaan suorittavana nuorukaisena osallistui Israelin miehitykseen Libanonissa vuonna 1982. Parikymmentä vuotta myöhemmin hän alkoi ihmetellä, miksei hänellä ole mitään muistoja tuosta ajasta. Waltz with Bashir syntyi vastauksena tuohon kysymykseen.

Elokuvassa Folman availee muistinsa salpoja haastattelemalla armeija-aikaisia tovereitaan. Eri näkökulmista ja muistojen sirpaleista kasvaa surullinen ja järkyttävä silmäys sodan todellisuuteen tavallisten rivisotilaiden näkökulmasta. Elokuva päättyy Sabran ja Shatilan pakolaisleireillä toteutettuun verilöylyyn, jossa murhattiin todennäköisesti tuhansia palestiinalaisia siviilejä – heistä monet naisia, lapsia ja vanhuksia.

Animaation avulla Folman pystyy kuvittamaan paitsi itse sotatapahtumia myös niiden jättämiä, uniin ja kuvitelmiin sekoittuvia muistijälkiä. Sodan kaoottisuuden ja sen kokijassaan herättämän epätodellisuuden tunteen hän tavoittaa paremmin kuin yksikään elokuva sitten Francis Coppolan Vietnam-spektaakkelin Ilmestyskirja.Nyt.

Suorastaan aavemaista on se, miten täsmällisesti 27 vuoden takaista sotaa kuvaava elokuva heijastaa Israelin ja palestiinalaisten tuoreinta konfliktia Gazassa.

Tarmo Poussu

Fantastinen läpileikkaus sotamuistoista

Waltz With Bashir on fantastinen elokuva. Jo sen ensimmäinen kohtaus, prologi, jossa villit koirat laukkaavat pitkin katua saa sanattomaksi. En ole koskaan nähnyt vastaavanlaista dokumentti-animaatiota. Esittämistapa on tälle tarinalle aivan loistava. Upean animaatiojäljen lisäksi elokuva käyttää musiikkia rohkeasti, yhdistellen kuvaamansa ajan hittibiisejä ja herkkää pianomusiikkia. Kysymys on muistojen heräämisestä ja niiden herättelemisestä. Waltz With Bashir on subjektiivinen matka historiaan. Päähenkilö Ari, eli ohjaaja Ari Folman, kulkee koko elokuvan ajan kohti muistoaan Sabran ja Shatilan verilöylystä – siis sitä muistoa, jonka hän on unohtanut. Tätä matkaa tukee erinomaisesti animaatiojälki, joka on subjektiivisempaa verrattuna tavalliseen kuvausjälkeen. Muistoja ikään kuin kuvitetaan. Ne ovat eläviä, mutta kuitenkin hiukan todellisuudesta poikkeavia.

Folmanin psykologiystävä toteaa tälle, että ”Muisti on dynaaminen, se elää”. Waltz With Bashir onkin ennen kaikkea sukellus muistiin ja mieleen. Se kertoo myös muistojen torjunnasta. Voi olla, että jotkin Folmanin ja hänen ystäviensä muistoista ovat vääristyineitä. Ehkäpä he muistavat joidenkin muiden muistoja, jotka ovat muuttuneet heidän omikseen. Yksi elokuvan kauneimmista kohtauksista, merestä nousevat alastomat miehet, ei ehkä olekaan totuuteen perustuva muisto. Sillä ei ole lopulta väliä, sillä eri osasia yhdistelemällä muodostuu kokonaisuus. Ja tosiasioita ei voi pyyhkiä pois, vaikka oma mieli haluaisikin tehdä niin. Sabran ja Shatilan verilöyly oli todellinen.

Waltz With Bashir elää yksityiskohtien kautta, jotka herättävät muistoja. Tällaisia ovat patsulin tuoksu, joka leijaili aina erään armeijatoverin ympärillä, tai kuolleiden hevosten lasittuneet silmät. Elokuva on paitsi matka Folmanin mieleen, myös läpileikkaus hänen tovereidensa yksityisistä sotamuistoista. Samalla se on koskettava ja pelottavan ajankohtainen matka Lähi-idän tulehtuneeseen tilanteeseen. Elokuvan nimi viittaa Libanonin surmattuun presidenttiin Bachir Gemayeliin, vaikka kirjoitusasu onkin eri. Kohtaus, jossa tavallaan tanssitaan Bachirin kanssa, luotien viuhuessa ympärillä, on ikimuistoinen.

Satu Linnapuomi

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Más información sobre Waltz with Bashir:

Guillermo Altares: “Cicatrices más hondas que la guerra“. El País, 14/2/2009.

Juan Miguel Muñoz: “El baile del horror“. El País, 14/2/2009.

Las páginas web de la película

El trailer de la película

Otro episodio de la infamia, en un banquillo argentino

El general Olivera protagoniza el juicio más importante a la dictadura después de los procesos a Videla y Massera

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ El País11/02/2009

El general argentino Jorge Carlos Olivera Rovere compareció ayer ante el Tribunal Oral Federal Número 5 de Buenos Aires con un impecable terno gris y paso reposado, propio de sus 82 años de edad. Miró de frente, casi sin pestañear, a los familiares de los asesinados y desaparecidos, y se sentó con la espalda rígida, sin hacer caso a los murmullos de “asesino” que recorrieron la sala. El general Olivera Rovere está acusado de ser el máximo responsable de los centros clandestinos de detención y tortura que funcionaron en Buenos Aires durante los años de la dictadura y su juicio es, quizás, el más importante que se ha desarrollado en Argentina contra los responsables de aquella barbarie, una vez procesados los integrantes de la propia Junta Militar, como Videla o Massera.

Olivera y los otros cinco altos mandos que comparecieron ayer con él (dos generales, dos coroneles y un teniente coronel, subjefes de la misma zona militar) representan al terrible Primer Cuerpo del Ejército que encabezó la represión política en Buenos Aires a partir de 1976. En concreto, y para esta causa, Olivera está acusado de cuatro asesinatos (cuatro refugiados uruguayos, entre ellos los diputados Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez, que fueron arrebatados a la puerta de sus hoteles el 18 de mayo de 1976 y cuyos cuerpos aparecieron tres días después en un coche abandonado), 116 secuestros y desapariciones, y numerosos delitos de tortura. Entre sus víctimas puede figurar también el escritor y periodista Haroldo Conti.

El general Olivera casi logró salir impune, a pesar de la larga lista de crímenes que se le imputan. Con la llegada de la democracia fue procesado, pero su eventual condena quedó interrumpida gracias a las leyes de perdón y amnistía. Reabiertas las causas en 2003, fue de nuevo detenido y estuvo preso durante tres años, hasta que la Cámara de Casación lo puso en libertad a la espera de juicio.

Así pues, Jorge Carlos Olivera llegó ayer al Tribunal tranquilamente, desde su domicilio porteño. El secretario de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Eduardo Luis Duhalde, que asistió a la sesión, aseguró que “las pruebas colectadas son tan abrumadoras” que considera que la condena está asegurada. “Espero que sea condenado al máximo de la pena prevista”, añadió. Dada su edad es, sin embargo, poco probable que vuelva a pisar la cárcel.

El juicio, que durará varios meses debido al gran número de testigos citados, empezó en medio de una fuerte polémica porque los jueces del Tribunal Federal impidieron la entrada de cámaras de televisión y fotográficas, en contra, se supone, de las órdenes ya dadas por la Corte Suprema que ampara el derecho a la publicidad de los juicios. Los jueces de este tribunal decidieron autorizar únicamente a un cámara del canal público de televisión y a un fotógrafo para que entraran en la sala durante tres minutos. La televisión rechazó el acuerdo y el fotógrafo no pudo hacer ninguna foto sensata, porque los jueces decidieron sorprendentemente que los tres minutos habían acabado antes de que el procesado entrara en la sala. “Queremos ver la cara del asesino”, protestaban en la puerta familiares de las víctimas. El tribunal, integrado por los jueces Daniel Obligado, Guillermo Gordo y Ricardo Frías, se mostraron también inflexibles al exigir a las representantes de las Abuelas de la Plaza de Mayo que se despojaran de sus famosos pañuelos blancos, por considerarlos “símbolos” inapropiados.

Entre los testigos figuran algunas de las víctimas que consiguieron sobrevivir a su paso por alguno de los centros de detención controlados por el Primer Cuerpo del Ejército, cuyo jefe era el tristemente célebre general Carlos Suárez Mason, el más despiadado de los despiadados, muerto en 2005, a los 81 años, de un ataque al corazón. Lugares como El Banco, el Olimpo o Automotores Orletti forman ya parte de la historia de la infamia en Argentina.

Belloch escandaliza en Zaragoza dando una calle al santo Escrivá

El alcalde socialista rebautiza una vía dedicada a un golpista

CONCHA MONSERRAT El País14/02/2009

La decisión del alcalde de Zaragoza, el socialista Juan Alberto Belloch, de dedicar una de las calles del centro de la ciudad al fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá de Balaguer, quien nació en la localidad oscense de Barbastro, ha encendido una polémica que crece más deprisa que el caudal del Ebro y que tiene también muchas posibilidades de desbordarse. Belloch ya ha advertido que la decisión ha sido suya y que no dará su brazo a torcer.

El asunto arrancó cuando el Ayuntamiento se dispuso a aplicar la Ley de Memoria Histórica. Entre las propuestas para renombrar las calles dedicadas a personajes franquistas, el alcalde incluyó una singular: que la calle dedicada al general Sueiro (miembro del primer claustro de profesores de la Academia General Militar junto a otros destacados militares golpistas que llegó a desempeñar una capitanía general) pasara a homenajear al fundador del Opus. Se da la circunstancia de que en ella hay un colegio propiedad de esa organización católica.

Desde entonces se vienen sucediendo las manifestaciones de ciudadanos en contra de la iniciativa de Belloch. Frente a ellas, el alcalde socialista argumenta que Escrivá es un aragonés de renombre universal y que, además, es santo. “No hay un marxista culto que se oponga a esto”, dice, “porque, independientemente de cuales fuesen sus ideas, que han generado bastantes catástrofes en la humanidad, es un hombre importante. A un señor no se le pone una calle por consenso, sino por méritos. Y la verdad es que [Escrivá] los tiene: ser santo”.

El concejal de IU, José Manuel Alonso, ha puesto el grito en el cielo. Pero la contestación más dura a la iniciativa del alcalde la protagonizó el jueves un socialista histórico: el diputado constituyente Antonio Piazuelo, hoy diputado regional, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Zaragoza y medalla de oro de la ciudad. En una carta durísima, Piazuelo acusa al alcalde de fraude de ley: “Me permito recordar que en uno de los últimos Gobiernos presididos por el General Franco, con participación de cuatro ministros del Opus, se produjeron las últimas condenas a muerte de antifranquistas. Dedicarle una calle [al fundador del Opus Dei] me parece un fraude de ley claro y rotundo que tendrá, espero y deseo, defensa y contestación jurídica”.

En la misma línea se pronunció ayer el historiador Julián Casanova, autor del libro La Iglesia de Franco. Escrivá, señala, “no tuvo que ver con la violación de derechos humanos (…), pero el Opus mantuvo el aparato de la dictadura y a sus miembros nunca les importó que ese aparato asesinara a miles de españoles y violara los derechos humanos más elementales”.

La inclinación del alcalde de Zaragoza por la Iglesia no es nueva. Ya en las primeras primarias del PSOE sorprendió al entonces candidato Josep Borrell llevándole a rezar ante la virgen del Pilar, “cosa que yo hago nada más llegar a Zaragoza”, le dijo.

Este mismo año, apoyó el rechazo de la compañía de transportes urbanos a la campaña de anuncios con el lema: Probablemente Dios no existe.

Así fue… en las artes y en las calles

José Enrique Ruiz-Doménec viaja por la historia de España a través de sus hitos culturales y cotidianos – La Hispania romana y la Guerra Civil acotan la obra

MIGUEL ÁNGEL VILLENA – El país – 14/02/2009

“La historia del matrimonio de Alfonso XII con su prima María de las Mercedes, hija de los condes de Montpensier, se hizo para ser recitada en las plazas públicas, como la de su tataranieto Felipe de Borbón con Letizia Ortiz se hizo para las cámaras de televisión”. Con este párrafo, el historiador José Enrique Ruiz-Doménec ilustra el papel que la Monarquía jugó para asentar la Restauración, un sistema político que se prolongó en España durante más de medio siglo (1876-1931).

La relevancia concedida a los movimientos culturales y a la vida cotidiana, junto a una cuidada elección de anécdotas históricas que llegan a elevarse a categorías, como en la famosa boda de Alfonso XII que ha llegado al imaginario popular e incluso al cine, figuran entre los ejes de España, una nueva historia (Gredos). El libro, que aparecerá la semana próxima, responde al intento de Ruiz-Doménec, historiador formado en Francia y en el Reino Unido, de ofrecer una obra de síntesis, divulgativa y rigurosa al mismo tiempo.

“Analizar los factores humanos”, señala el catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, “y cómo inciden en los grandes hechos históricos ha sido mi objetivo. Hay que tener en cuenta que detrás de cada decisión con trascendencia se halla el factor humano. Cuando hablo de nueva historia, de un enfoque distinto para abordar la evolución de España, quiero decir que estoy mezclando el microrrelato con el macrorrelato, subrayando siempre la importancia de las mentalidades, de la vida cotidiana y de la cultura. De este modo, utilizo mucho las obras de artistas como Cervantes, Quevedo, Farinelli, Larra, Sorolla, Falla o Pardo Bazán para ayudar a entender las distintas épocas de España, más allá de los sucesos políticos o los avatares económicos”.

Para conseguir esos objetivos resulta necesario que el historiador escriba como un novelista o, incluso mejor, como un periodista. “Mi maestro Georges Duby me impuso como deberes que aprendiera a escribir bien, con ritmo y estilo. Es básico para una buena narración histórica saber contar los acontecimientos para que los comprenda cualquier lector de periódicos y no sólo los eruditos. De hecho, yo escribo historia por responsabilidad ciudadana”.

Persuadido de que Internet ha acabado con la necesidad de notas a pie de página y con las bibliografías infinitas, Ruiz-Doménec no tiene dudas de que el éxito que vive el género histórico en España, desde la novela al ensayo pasando por las biografías, obedece a las carencias del sistema educativo.

El autor defiende un salto interpretativo y argumenta que muchas fechas históricas han afectado más a la memoria colectiva que a la realidad diaria de los que la vivieron. Y a la hora de analizar, el catedrático de Historia Medieval, aunque con vocación de generalista, resalta las dos o las múltiples Españas que convivieron en algunas etapas de la Edad Media.

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