Diario de aprendizaje I (Leena)

El uso de la propaganda durante la guerra

En este diario de aprendizaje voy a hablar de la representación del enemigo durante la guerra civil. Voy a analizar, sobre todo, los pósters propagandistas de la época y debatir los motivos psicológicos detrás de las imágenes e eslóganes empleados tanto por los republicanos como por los nacionales. Eran variadas las estrategias empleadas por los dos bandos, pero hay ciertas semejanzas. Son rasgos omnipresentes en casi toda imagen propagandista, sea el que sea el país en guerra del que se hable. Las imágenes y los símbolos que recurrían en los pósters de ambos bandos —la sangre, el fuego, las banderas, el rojo, el negro— reflejaban la realidad tumultuosa de la guerra. No obstante, en otros aspectos dichos pósters no eran, ni tenían por qué ser, una representación veraz de la sociedad española en guerra.

Durante una guerra, el papel de los medios de comunicación no es informar al público de lo que acontece y ser fiel a los hechos. Al contrario, deben ocultar lo que acontece de verdad e informar al público de lo que el régimen considere apropiado. Las autoridades intentan controlar y manejar la información a su favor. Esa manipulación se llama censura, y en la guerra es lo esperado. Las verdaderas noticias se difunden por otros medios: de boca en boca, a susurros, en secreto, en la intimidad del hogar.

Según el general prusiano y teórico de la ciencia militar moderna Carl von Clausewitz: “Gran parte de la información obtenida en la guerra es contradictoria, una parte aún mayor es falsa, y la parte mayor de todas, con mucho, no inspira ninguna confianza.” Las noticias del frente se manipulan para que la población civil no se desanime y para que guarde el ánimo, la esperanza y la fe. En tiempos revueltos y duros la gente quiere apaciguarse escuchando mentiras. Por eso son muchos los que no las ponen en duda. Si no hubiera sido por las regulares dosis de propaganda, dudo que el ejército republicano hubiera aguantado tanto tiempo.

La cruz gamada nazi y la hoz y el martillo comunistas eran símbolos recurrentes, atribuidos a los nacionales y a los republicanos, respectivamente. El objetivo era subrayar que el enemigo estaba aliado con y comprometido a las fuerzas extranjeras y, por consiguiente, era “anti-español”. Es más fácil persuadir a los combatientes a luchar contra un invasor externo que contra sus propios compatriotas. La guerra afrentaba amigos, vecinos y familiares, y cuánto menos éstos se enteraban de eso, con más ánimo lucharían.

El enemigo no estaba compuesto por seres humanos de carne y hueso, sino que era una ideología, ya que es más justificable hacer la guerra a una ideología. El enemigo era deshumanizado y demonizado. De ese modo no tenía derechos que respetar o sentimientos que tomar en cuenta. La estrategia daba ganas de seguir luchando, porque insinuaba que el enemigo era un monstruo sin misericordia y que más valía morir en combate que caer en sus manos.

En tiempos de guerra todo es blanco y negro; hay buenos y malos; si no estás por nosotros, estás contra nosotros. En los pósters de los republicanos, los malos eran la iglesia, el ejército y la oligarquía. El Generalísimo era el malo por excelencia, un demonio puro y duro. Además de ser demonizado, a veces el enemigo era ridiculizado. Inspiraba miedo, así que venía bien burlarse de él de vez en cuando. Era como si los pósters dijeran a los civiles y los soldados: “venga, podremos con él, se cree invencible pero mirad lo ridículo que es.” El caballero soñoliento, vestido de manera extravagante, montado a un caballito sonriente no atemorizaba a nadie. Los monstruos verdes tal vez sí dieran miedo, pero el héroe republicano los tenía firmemente bajo su control. Por tanto, se dejaba deducir que las tropas republicanas iban a triunfar.

Ha dicho el escritor y dramaturgo francés Jean Anouilh: “Todas las guerras son santas, os desafío a que encontréis un beligerante que no crea tener el cielo de su parte.” Creo que esta frase es aplicable a la guerra civil española también. Aunque es cierto que los republicanos se declaraban anti-clericales y que poco les importaba el favor del cielo, sí que creían en la justificación de su causa. De su parte tenían, si no Dios, sí la justicia, la verdad y la razón, lo que —si paramos a pensarlo— es lo mismo.

Los pósters, junto con la radio, eran el medio más adecuado para la difusión de la propaganda, porque alcanzaban toda la población civil. Hay que tener en cuenta que en aquél entonces una gran parte de la población española era prácticamente analfabeta, con lo cual era importante que el mensaje principal se entendiese sólo por las imágenes. La polarización de la sociedad era un hecho, así que no hacía falta más que fomentar el odio y el recelo con los que la mitad de la población veía a la otra mitad. Hoy en día, las técnicas usadas en los años 30 nos dan risa por lo anticuadas que parecen. Sin embargo, el uso propagandístico de los medios de comunicación es más actual hoy que nunca. Casi todo lo que sabemos de la guerra en Iraq, por ejemplo, se basa en información censurada por las autoridades estadounidenses. Se utilizan las mismas estrategias discursivas para hablar del enemigo como durante la guerra civil española.

El castigo a los vencidos

JULIÁN CASANOVAEl País – 01/02/2009

El 26 de enero de 1939 las tropas de general Franco entraron en Barcelona. Unos días después, el 9 de febrero, “próxima la total liberación de España”, Franco firmó en Burgos la Ley de Responsabilidades Políticas, el primer asalto de la violencia vengadora sobre la que se asentó la Dictadura. La ley declaraba “la responsabilidad política de las personas, tanto jurídicas como físicas” que, desde el 1 de octubre de 1934, “contribuyeron a crear o agravar la subversión de todo orden de que se hizo víctima a España”, y las que, a partir del 18 de julio de 1936, “se hayan opuesto o se opongan al Movimiento Nacional con actos concretos o con pasividad grave”.

Todos los partidos que habían integrado el Frente Popular, y sus “aliados, las organizaciones separatistas”, quedaban “fuera de la Ley” y sufrirían “la pérdida absoluta de sus derechos de toda clase y la pérdida de todos sus bienes”, que pasarían “íntegramente a ser propiedad del Estado”.

La puesta en marcha de ese engranaje represivo y confiscador causó estragos entre los rojos y los vencidos, abriendo la veda para una persecución arbitraria y extrajudicial que en la vida cotidiana desembocó muy a menudo en el saqueo y en el pillaje. Hasta octubre de 1941 se habían abierto 125.286 expedientes y unas 200.000 personas más sufrieron la “fuerza de la justicia” de esa ley en los años siguientes. La ley quedó derogada el 13 de abril de 1945, pero las decenas de expedientes en trámite siguieron su curso hasta el 10 de noviembre de 1966.

Las sanciones que la ley preveía eran durísimas y podían ser, según el artículo 8, de tres tipos: “restrictivas de la actividad”, con la inhabilitación absoluta y especial para el ejercicio de profesiones; “limitativas de la libertad de residencia”, que conllevaba el extrañamiento, la “relegación a nuestras posesiones africanas”, el confinamiento o el destierro; y “económicas”, con pérdida total o parcial de los bienes y pagos de multas. Ilustres republicanos, autoridades políticas y dirigentes sindicales cayeron bajo el peso de esa ley, que castigó a miles de personas ya asesinadas, desterradas, exiliadas, presas o “en paradero desconocido”. Los afectados y sus familiares, condenados por los tribunales y señalados por los vecinos, quedaban hundidos en la más absoluta miseria.

De acuerdo con la ley, el juez instructor debería pedir “la urgente remisión de informes del presunto responsable al Alcalde, al Jefe Local de Falange, Cura Párroco y Comandante del puesto de la Guardia Civil del pueblo en que aquél tenga su vecindad o su último domicilio, acerca de los antecedentes políticos y sociales del mismo, anteriores y posteriores al 18 de julio de 1936”.

La ley marcaba así el círculo de autoridades poderoso y omnipresente, de ilimitado poder coercitivo y administrativo, que iba a controlar durante los largos años de la paz de Franco haciendas y vidas de los ciudadanos: el alcalde, que era además jefe local del Movimiento, el comandante de puesto de la Guardia Civil y el párroco, una triada de dominio político, militar y religioso.

La Ley de Responsabilidades Políticas brindó la oportunidad a la Iglesia católica, por medio de los párrocos, de convertirse en una agencia de investigación parapolicial. No era suficiente con que la Iglesia, colmada de privilegios con la victoria, recuperara su papel de guardián de la buena moral y de las buenas costumbres. Los párrocos se convirtieron, gracias a esa ley, en investigadores públicos del pasado de todo vecino sospechoso de haber “subvertido el orden” y, por supuesto, de haber “atacado a la Iglesia”, acusaciones bajo las que podían implicar a los supuestos responsables y a toda su familia. Con sus informes, aprobaron el exterminio legal organizado por los vencedores y se involucraron hasta la médula en la red de sentimientos de venganza, envidias, odios y enemistades que envolvió la vida cotidiana de esas pequeñas comunidades rurales en la posguerra.

Los odios, las venganzas y el rencor alimentaron el afán de rapiña sobre los miles de puestos que los asesinados y represaliados habían dejado libres en la administración del Estado, en los ayuntamientos e instituciones provinciales y locales. Un porcentaje elevadísimo de las plazas “vacantes”, hasta el 80%, se reservaba para ex combatientes, ex cautivos, familiares de los mártires de la Cruzada, y para tener acceso al resto había que demostrar una total lealtad a los principios de los vencedores. Ahí residía una de las bases de apoyo duradero a la dictadura de Franco, la “adhesión inquebrantable” de todos aquellos beneficiados por la victoria.

Miles de fichas e informes de las fuerzas de seguridad, de los clérigos, de los falangistas, avales y salvoconductos, descubiertos por los historiadores en los últimos años en decenas de archivos, dan testimonio del grado de implicación de una parte importante de la población en ese sistema de terror. Hubo cientos de miles de personas que habían luchado en el bando vencedor, que aceptaron la legitimidad de ese régimen forjado en un pacto de sangre, que adoraban a Franco por haberles librado de los revolucionarios, por ofrecerles “paz y tranquilidad”. Sin esa participación ciudadana, el terror hubiera quedado reducido a fuerza y coerción. Conviene recordarlo ahora, 70 años después de que todo aquello comenzara, como una forma de resistencia frente al silencio y la falsificación de los hechos.

Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza.

El Holocausto pasó por España

Entre 20.000 y 35.000 judíos europeos lograron salvarse de la persecución de Hitler huyendo a través de la Península con el apoyo de españoles anónimos. Tres supervivientes cuentan su historia a EL PAÍS

JESÚS DUVAEl País – 31/01/2009

Miles de judíos -entre ellos gran número de niños- escaparon del terror nazi a través de España. Hay historiadores que calculan que entre 20.000 y 35.000 judíos huyeron del genocida Adolf Hitler cruzando el territorio español a partir del año 1940. Lo hicieron aprovechando la tolerancia del régimen del dictador Franco, que sin embargo tuvo buen cuidado de que ninguno de ellos echara raíces, sino que simplemente utilizaran España como una escala en su éxodo. […]

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Lorca cómo el símbolo de los desaparecidos

Hola!

Aqui tenéis algunos enlaces y información sobre Federico García Lorca (1898-1936). Era uno de los más conocidos “desaparecidos”, uno de las víctimas de la guerra civil española, y un poeta maravilloso. He escrito numerosos collecciones poéticas, obras de teatro y canciones. Durante la epoca republicana trabajó en la reconstrucción cultural del país. Dijo que pertenecía al partido de los pobres, al partido de los que tienen nada. Siempre creía en la justícia para todos. También declaró que los intelectuales, como sí mismo, estaban llamados al sacrifício. Creo que tuvo el presentimiento de lo que fue a ocurrir.

Lorca personificaba qualidades como la libertad de expressión y la libertad artístico. Además participó en la actividades antifascismos. También es posible que su homosexualidad influyó su asesinato. El hermano de Federico García Lorca ha explicado que antes su muerte, Federico estaba en las manos de las autoridades. Aunque estaba una poeta famoso, su destino era lo mismo que lo de miles los españoles en aquello tiempo.

Poesía de Lorca:

– Impresiones y paisajes (1918)
– Libro de poemas (1921)
– Oda a Salvador Dalí (1926)
– Romancero gitano (1928)
*Suomentanut Kirsi Kunnas (1976) Mustalaisromansseja.
– Poeta en Nueva York (1930)
– Poema del cante jondo (1931)
*Suomentanut Brita Polttila (1977) Runoelma cante jondosta.
– Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935)
– Seis poemas gallegos (1935)
– Diván del Tamarit (1936)
– Sonetos del amor oscuro (1936)

*Suomeksi Lorcan runoutta myös Matti Rossin kääntämässä kokoelmassa (1963) Andalusian lauluja.


http://www.youtube.com/watch?v=8MH2w5Mbi4Y
http://rafaelmartel.com/la-muerte-de-lorca/
http://users.ipfw.edu/jehle/DEISENBE/Lorca/Lorca_and_Censorship__The_Gay_Artist_Made_Heterosexual.htm
http://www.geocities.com/jupagg/poefegalo.html

Un estudio revela cientos de nuevas víctimas españolas en campos nazis

La Universitat Pompeu Fabra elabora una base de datos con casi 9.000 republicanos presos, 450 hasta ahora desconocidos

BERTRAN CAZORLA – El País – 29/01/2009

“No será fácil hallar las huellas de muchos desaparecidos en campos nazis. Porque había un programa que se llamaba Nacht und Nebel, noche y niebla. Te detenían por la noche, nadie se enteraba de nada, y desaparecías en la niebla, en la nada”, asegura Edmond Gimeno, de 85 años, que pasó 17 meses en tres campos de concentración por ser republicano. Pero hay luz, a veces. Investigadores de la Universitat Pompeu Fabra, en Barcelona, han descubierto las huellas de 450 españoles internados en campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, de los que hasta ahora no se tenía noticia. Se añaden a los ya conocidos, y juntos suman 8.964 presos. Todos ellos están censados en la base de datos más extensa y exacta elaborada hasta ahora, que ha presentado hoy el departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña y que estará disponible en Internet en los próximos días.

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Información actual

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Como acordamos hoy, la próxima clase será el MARTES 3 de febrero de 16.00 a 18.00 horas en el AULA U38 F205. Veremos la película El silencio roto del director Montxo Armendáriz (2000). Por lo tanto, no tendremos clase el jueves 5 de febrero.

Os dejaré un capítulo del libro Las huellas de la guerra civil de Carmen Moreno-Nuño (2006) que habla de las representaciones cambiantes del maquis (guerrilleros antifranquistas) en la carpeta que está delante de mi despacho. Es una lectura optativa, pero creo que os puede servir mucho porque tanto la película como las novelas Luna de lobos y La voz dormida tratan el tema de la guerrilla. En la bibliografía, tenéis acceso también a un artículo electrónico de José María Izquierdo sobre el maquis en la literatura española.

Los que decidís escribir un diario de aprendizaje sobre la temática de las tres primeras clases, podéis ver instrucciones en la página “Cómo escribir un buen diario de aprendizaje”. La extensión recomendada del diario es entre 700 y 1500 palabras. También he colgado unas instrucciones técnicas sobre cómo escribir en el blog. Por favor, colgad el diario en el blog antes del 5 de febrero. También os pido que comentéis brevemente el diario que aparecerá en el blog después del vuestro propio.¡Tengo muchas ganas de leer vuestros diarios!

Los que aún no habéis elegido tema para la presentación, por favor hacedlo pronto. Una vez elegido el tema, acordaremos una fecha para la presentación.

Si tenéis cualquier pregunta, escribidme o pasad por mi despacho (estaré de viaje del 5 al 9 de febrero).

¡Nos veremos el martes!

La Diputación de Lugo retira honores a Franco

A. SILVOSA – El País – 28/01/2009

La Diputación de Lugo iniciará los trámites oportunos para retirar al dictador Francisco Franco los títulos honoríficos y distinciones concedidos en su día por la institución. El acuerdo se adoptó ayer por iniciativa del BNG, apoyada por el PSdeG. El Partido Popular optó por la abstención. El dictador gallego ostenta, a día de hoy, el título de Presidente Honorífico y continúa en posesión de la medalla de oro del organismo provincial lucense.

Tiro en la cabeza y al pozo

Un equipo de arqueólogos de Las Palmas reconstruye la ejecución durante la Guerra Civil de 19 vecinos de Arucas

JOSÉ NARANJO – El País – 28/01/2009

Les ataron los codos por la espalda y al cuello con cables de la luz, los llevaron hasta un lugar solitario, les obligaron a arrodillarse, les dispararon en la cabeza y ni siquiera los enterraron, sino que los arrojaron, como animales, al fondo de un pozo seco de más de 50 metros de profundidad. Así fueron asesinadas al menos 19 personas entre el 18 de marzo y el 4 de abril de 1937 en Arucas (Gran Canaria), según los estudios que se están llevando a cabo a partir de los huesos extraídos en diciembre de 2008 del pozo del Llano de las Brujas, la mayor fosa del franquismo localizada hasta ahora en Canarias. […]

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Suomalaiset Espanjan sisällissodassa

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Jyrki Juusela: Suomalaiset Espanjan sisällissodassa. Atena 2003.

Jyrki Juusela on kirjoittanut ansiokkaan teoksen suomalaisten osallistumisesta Espanjan sisällissotaan. Aiheesta on aiemminkin ilmestynyt niin kokoomateoksia kuin muistelmiakin, mutta Juusela on pyrkinyt saamaan kaikkien suomalaisten sotakokemukset samojen kansien väliin. Näin vastakkaisilla puolilla taistelleiden miesten kohtalot löytyvät samasta teoksesta. Juusela ei pitäydy pelkästään sotatapahtumien kuvaukseen, vaan hän selvittää kirjassaan sekä Suomessa että Pohjois-Amerikassa tapahtuneen vapaaehtoisten värväyksen ja rahankeruun. Kirjan alussa on tiivis yleisselvitys sotaan johtaneista syistä, kansainvälisestä avustustoiminnasta sekä sotatapahtumista yleisesti.

Toisen maailmansodan esinäytöksenä voidaan pitää Espanjan sisällissotaa, jossa tulevat vastustajat Saksa ja Neuvostoliitto testasivat omia taisteluvälineitään, ja vastakkaiset ideologiat kohtasivat. Espanjaan matkusti taistelemaan oman ideologiansa puolesta sekä kommunisteja että fasisteja. Kansainväliset vapaaehtoiset saivat runsaasti huomiota, vaikka heidän lukumääränsä varsinkin tasavaltalaisten joukoissa oli melko vähäinen. Tasavaltalaisten puolella taisteli vuosina 1936-1939 noin 45 000 vapaaehtoista 52 eri maasta. Heidän määränsä oli kuitenkin vain noin kaksi prosenttia tasavaltalaisten armeijan vahvuudesta. Kansallisten eli kapinallisten puolella taisteli yli 150 000 ulkomaalaista, joukossa muutama suomalainenkin.

Tasavaltalaisten puolella taisteli Juuselan mukaan 225 suomalaista. Tähän lukuun on laskettu Yhdysvalloista ja Kanadasta saapuneet. Juuselan mukaan Neuvostoliitosta saapui kaksi suomalaista neuvonantajaa. Vapaaehtoisista noin kolmannes oli suomensuomalaisia, kolmannes amerikansuomalaisia ja loput kanadansuomalaisia. Kanadansuomalaiset palvelivat pääsääntöisesti Mackenzie-Papineau-pataljoonassa ja amerikansuomalaiset Lincoln-pataljoonassa. Niiden joukko-osastojen kohdalta, joissa palveli suomalaisia vapaaehtoisia, sotatapahtumat käydään läpi varsin yksityiskohtaisesti. Tiiviistä ja yksityiskohtaisesta kerronnasta johtuen henkilö, jolle Espanjan maantiede ei ole tuttu, tahtoo pudota kyydistä. Kerronta etenee kuitenkin luontevasti.

Tasavaltalaisten puolelle saapuneista eri maiden vapaaehtoisista 60 prosenttia oli saapuessaan kommunisteja ja 20 prosenttia liittyi puolueisiin Espanjassa. Vakaumukseltaan vapaaehtoiset olivat siis suurelta osin kovia vasemmistolaisia. Joukkoon mahtui silti seikkailijoita, vankikarkureita ja vaimoiltaan karanneita.

Juuselan kerronta ei jää pelkästään joukko-osastojen asteelle, vaan hän selvittelee myös yksittäisten vapaaehtoisten kohtaloita. Tasavaltalaisten puolella taistelleista suomalaisista kaatui tai kuoli 67 miestä eli lähes kolmannes vapaaehtoisista. Moni myös haavoittui tai joutui vangiksi. Heidänkin kohtaloitaan Juusela pyrkii selvittämään.

Yksi kirjan mielenkiintoisimmista on vapaaehtoisten sisällissodan jälkeisiä kohtaloita kuvaava osuus. Juusela kertoo, miten vapaaehtoiset palasivat kotimaihinsa ja mitä heille tapahtui heidän palattuaan Suomeen tai Pohjois-Amerikkaan. Vasemmistolaisen arvomaailman omaksuneet vapaaehtoiset joutuivat vaikeuksiin Suomeen palattuaan, ja talvisodan syttyessä monet joutuivat turvasäilöön. Jatkosodan syttyessä heidät vangittiin uudelleen. Jotkut Espanjan sisällissodan veteraanit palvelivat Suomen armeijassa, kun taas muutamat loikkasivat Neuvostoliittoon ja toimivat mm. desantteina. Yhdysvaltoihin ja Kanadaan palanneet selvisivät helpommalla, ja monet heistä osallistuivat toisen maailmansodan taisteluihin kotimaidensa armeijoissa.

Kansallismielisten puolella taisteli Juuselan mukaan 14 suomalaista, joista neljä kaatui. Heidän osuutensa kirjasta on jo lukumäärän vuoksi vähäisempi. Useimmilla kansallismielisten puolella taistelleista suomalaisista oli äärioikeistolainen tausta. Joukossa oli pari ammattiupseeria. Suurin osa heistä osallistui taisteluihin Espanjan muukalaislegioonan riveissä.

Kirjan lopussa oleva henkilöhakemisto on oiva lähde yksittäisten miesten kohtaloita selviteltäessä. Mitkään luettelot eivät koskaan ole täydellisiä, mutta Juusela on käyttänyt runsaasti aikaa kaivaakseen tietoja mahdollisimman monesta mukana olleesta suomalaisesta. Pienet puutteet ja virheellisyydet kuuluvat asiaan.

Kirjan kuvitus on hyvä, joukossa on runsaasti taistelutilanteista otettuja kuvia. Kuva-aineisto on kerätty pääsääntöisesti kirjoista ja lehdistä. Alkuperäistä kuva-aineistoa olisi kyllä löytynyt runsaasti sekä Kansan arkistosta että Työväen Arkistosta.

Mikko Kosunen. Työväentutkimus 2004.

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Lue kanadansuomalaisen Jules Päiviön sotamuistoista Espanjassa Voima-lehden numerosta 10/2007 tai amerikansuomalaisten lehdestä Vapaa sana.