Diario de aprendizaje III (Eeva)

Desde ahora tengo que escribir los diarios de aprendizaje antes de que tratemos las obras en las clases. Al leer Soldados de Salamina escrito por Javier Cercas pensaba que sería fácil escribir el diario. El libro contiene varias ideas interesantes, como la de la novela contra el relato real, la de la autoficción así como la de los personajes que son reales y ficticios a la vez. Sin embargo, no quiero escribir sobre los temas mencionados dado que ya hemos hablado de todo eso y no quiero repetirlo todo. Hasta casi el fin de la obra pensaba que escribiría mi diario sobre el pasodoble, sobre la conexión que establece entre las tres partes del libro. Sin embargo, hacia el fin el autor me quitó la alegría de este pensamiento no sólo por enfatizar que los dos, Miralles y el soldado desconocido bailaron Suspiros de España, sino también por directamente plantear que las dos son una misma persona. Me fastidió un poco, ¿por qué tenía que ser tan explícito sobre el tema? 

Después de dejar varias ideas sobre las que podría haber escrito el diario decidí concentrarme (de nuevo) en la memoria. O sea, aunque ya escribí un diario sobre la memoria colectiva voy a volver al tema puesto que, desde mi punto de vista, la memoria en general es un tema que destaca en la obra. La novela trata el tema más explícitamente que las dos anteriores que hemos leído. O, a lo mejor se lo puede notar más fácilmente por el hecho de que, al contrario de las dos anteriores, Soldados de Salamina no sea sólo un cuento de los años de la guerra, sino describe también las reacciones y las actitudes de nuestros días hacia el tema, tocando así necesariamente la memoria también. Yo veo hasta la primera frase de la novela como una introducción al tema. El autor (o mejor dicho, el narrador…) dice “[f]ue en el verano de 1994, […], cuando oí hablar por primera vez de fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas.” Aunque Sánchez Mazas fue una persona importante durante los años de  guerra y durante la dictatura, y aunque él había contado la historia a mucha gente, el narrador nunca la había oído. ¿Por qué no? Porque, a pesar de las varias veces que la contó Sánchez Mazas, no formaba parte de la memoria colectiva, así que no fue recordada sino olvidada.  

En particular durante la primera parte de la obra se trata de la veracidad, de la fiabilidad de la memoria. El narrador duda que pueda contar con lo que le dicen los informantes. Las historias de varias personas le parecen demasiado similares, como si fueran inventadas y no recordadas. Además, se hace notar que el pasado, “sólo lo conocemos a través del filtro de la memoria”. No sólo afecta en la historia quien la cuenta, los vencedores o los perdedores, sino también la memoria de quien la cuenta. O, mejor dicho, la falta de la memoria colectiva, que tal vez fuera más veraz que una memoria individual. En cuanto a la veracidad, el autor (esta vez él y no el narrador…) pone también en duda su propia persona. O sea, al escribir una novela en la que repite constantemente que está escribiendo un relato real, que no se trata de una novela,  está enfatizando que, al fin y al cabo, no se puede contar con la veracidad de nadie, ni siquiera con la de él.  

Especialmente hacia el fin de la obra destaca el tema del olvido relacionado con la muerte. Sólo muere la persona en cuanto nadie se preocupe por contar su historia. El narrador da cuenta de que Miralles casi ya está olvidado, o sea, ya no hay nadie que le hiciera caso. Asimismo entiende que su padre, aunque murió hace seis años, no está muerto porque él todavía le recuerda. Comprende que tiene que contar la historia de Miralles para que no muera, y para que no mueran los amigos de Miralles, que ahora sólo viven en sus memorias. Relacionado con este tema está, desde mi punto de vista, el interés de Angelats hacia el supuesto libro de Sánchez Mazas; como seres humanos en general, él tampoco quiere morir, no quiere que le olviden. Además, yo veo este tema con respecto al tema tratado en toda la obra, el de quién merece ser recordado. Conchi no entiende por qué el narrador quiere escribir sobre Sánchez Mazas y no sobre una persona que merece ser recordada. También me hace pensar en el diario de Hanna que comenté hace algunas semanas, en la que ella puso en duda los trofeos franquistas. Sin embargo, no voy a entrar en todo eso de nuevo, sino concluir que la idea de la memoria contiene muchos aspectos que se puede reflexionar, y Javier Cercas los trata de manera inspirante e interesante.

4 thoughts on “Diario de aprendizaje III (Eeva)”

  1. No sé dónde están los espacios entre las líneas.. Lo siento.

  2. Haz click en “Edit” al final del texto y podrás añadir los espacios. Y comenta el diario de Essi, por favor.

  3. Lo siento, estoy con gripe y por eso mi comentario es quizas un poco más corto que usual.

    Me gustaba tu diario muchísimo, Eeva! Me parece que durante esto curso hemos puesto mucho énfasis en la tema de la memoria.

    Te has dado cuenta de que el padre de Angelats, “aunque murió hace seis años, no está muerto porque él todavía le recuerda”. Por nosotros, quien no tenemos (o quienes familias no tienen) recuerdos de la guerra civil española (eso significa: todos nosotros excepto Gonzales), estas novelas crean la memoria virtual, memoria ficcional. Los cuentos aseguran que la memoria colectiva de los españoles no va a morir. Al fin y al cabo, es un parte significativo de la historia europeo.

    Pero ahora estoy hablando de lo obvio…

  4. Lo que me molesta a menudo al leer novelas españolas recientes sobre la guerra civil y el franquismo es la tendencia dominante a simplificar el pasado y a hacer un uso acrítico de las muchas cosas que pueden llamarse “memoria”. Lo que pretenden muchos novelistas —aunque no todos, como hemos visto en el curso— es transportar el lector al pasado y contarle una historia “real” o “basado en hechos reales” sin problematizar en absoluto la posibilidad de acceder al pasado, las fuentes utilizadas o la memoria (sea colectiva o personal) y su funcionamiento. Soldados de Salamina puede tener fallos, pero uno de sus aciertos indiscutibles es, en mi opinión, reconocer la problemática que implica la reconstrucción del pasado y la propia naturaleza de la memoria, como indicas en tu diario. La novela de Cercas no pretende ofrecer al lector un acceso directo al pasado, sino que al plantear la historia explícitamente desde el presente, cuestiona y reflexiona sobre muchos aspectos que otras novelas de la misma temática obvian.

    Me parece también muy interesante el tema que tratas en el último párrafo de tu diario, o sea, la relación entre la memoria (o el olvido) y la muerte. Hay muchos factores que han impulsado el reciente boom de la memoria en la literatura española, pero seguramente el hecho de que las últimas personas que tienen memoria propia de la guerra estén a punto de morir ha jugado un papel importante: pronto ya no habrá nadie que recuerde lo sucedido, y de ahí la necesidad de “rescatar la memoria”. La pregunta que surge al respecto en el caso de Soldados de Salamina es, desde luego, la siguiente: ¿la memoria de quién pretende rescatar Cercas en su novela, la de Miralles y sus compañeros o la de Sánchez Mazas? O utilizando tus propias palabras, ¿quién merece ser recordado?

    Creo que tu diario habría tenido el final que se merecía si hubieras tomado una postura más clara ante esta cuestión, en vez de eludirla (un poco torpemente, todo hay que decirlo 😉 ) citando a Conchi… En todo caso, me gusta el tema que has elegido para diario y creo que tratas asuntos muy relevantes en él.

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