Diario de aprendizaje IV (Maria)

Llegada para mí la hora del olvido, de Tomás Val, es una novela interesante sobre la vida de Franco y, más en concreto, sobre los últimos instantes de su existencia. Como no se me ocurre ningún tema especial del que escribir, en este diario voy a simplemente repasar algunas ideas que me han surgido al leer la novela y al tratarla en clase.

En la novela Tomás Val trata de reflejar un autorelato de la propia vida de Franco, en la que trata los inicios en el levantamiento contra la República, los momentos en que Franco comienza a gobernar, los viajes que hace por la geografía española, los momentos con su mujer Carmen Polo, las relaciones con sus subordinados, los momentos de lucidez y olvido de su etapa cercana a la muerte, etc. En la novela se refleja a un Francisco Franco pensativo y analizador, consciente de todo lo que desarrolló a lo largo de su vida, sus “éxitos” y sus “fracasos”. No es otra historia diferente a la que podría haberse escrito sobre otros dictadores como Stalin, Hitler o Mussolini que fueron personas con un carácter marcadamente megalómano, que fueron amantes de sí mismos. Su mayor deseo consistía en ser admirado, bajo el pensamiento de que ellos proceden directamente del deseo divino a ser el guía espiritual de toda una nación. Creo que Tomás Val presenta en el libro muy bien la vida y los pensamientos de un dictador.

A pesar de todo lo que se decía en clase, a mí no me parece un relato demasiado exagerado o lejano de la realidad. En el libro se relatan episodios que se pueden constatar a través de la historia. Refleja varias etapas de la vida del Francisco Franco “hombre”, del Francisco Franco “marido”, del Francisco Franco “militar”, del Francisco Franco “gobernante”, que aunque escrito desde un punto de vista literario, creo que al final no es muy diferente a lo que la población y sociedad española ha percibido de Franco en sus cotidianas vidas.

La crueldad con la que Franco trataba a sus adversarios y enemigos queda muy bien recogida en el libro, sobre todo en los inicios de la guerra y en sus primeros años como gobernante. También queda muy bien recogido el papel que su mujer Carmen Polo ejercía ante la sociedad española, la de una mujer ultracatólica y de pensamientos retrógrados y ultraderechistas. El deseo de Franco de ser considerado como un semi-Dios parecía ser en sí mismo un fin del matrimonio Franco-Polo. Creo que Carmen Polo quería convertir su marido en Dios para ser ella la Diosa. El cuidado por la imagen de Franco, la idolatría enseñada en las escuelas hacia su figura, los viajes por la geografía española en la que se aclamaba su presencia, etc., constituyeron una propaganda de poder utilizada por Franco, al igual que otros regímenes dictatoriales como el de Hitler en Alemania utilizaron la imagen del dictador como propaganda publicitaria del régimen.

En el libro también se reflejan las miserias y penalidades del Franco “hombre”. Me gusta el toque de primera persona que hace que el relato del libro meta al lector en la piel del propio Franco. Si bien, en sus últimos días la lucidez de pensamiento de Franco no coincide con la realidad en la novela, debido a la enfermedad de Parkinson que sufría. Aún así es interesante ver como el Franco “hombre” del libro, trata de repasar su vida y sus hechos antes de abandonar este mundo, para darse al final cuenta, de que en el fondo era un ser humano, y que no hay nadie quien se escapa del último fin del mismo, que no es otro que la muerte.

Para acabar, me gustaría destacar la fluidez con la que Tomás Val escribe a cerca de situaciones sucedidas en la vida de Franco, sobre todo, relatadas desde el punto de vista del propio dictador. Sin duda, como cualquier libro que trate de la Guerra Civil, Francisco Franco o la dictadura, gustará o no en función de la ideología del lector, si bien, todos estaremos de acuerdo, en que se trata de una novela diferente e impactante a las que normalmente se escriben.

 

4 thoughts on “Diario de aprendizaje IV (Maria)”

  1. Un comentario tuyo me llama la atención:
    “Su mayor deseo consistía en ser admirado, bajo el pensamiento de que ellos proceden directamente del deseo divino a ser el guía espiritual de toda una nación.”

    Claro la frase no es la idea clave de tu diario, pero me parecía curioso y lo elegí para comentar.Lo que me parece curioso en esto es el modo de querer ser admirado. Franco quería destruir el comunismo, los izquierdistas, y todos los que no pensaban igual a él. Estaba incluso dispuesto para destuir la mitad de los españoles por sus metas 1(“Mi pregunta: ¿Eso significa que tendrá usted que fusilar a media España? El general Franco sacudió la cabeza y, sonriendo, dijo: ‘Repito, cueste lo que cueste.”.) , y parece que no quería ganar la confianza ni la admiración de los que consideraba como traidores y enemigos. En realidad, creo que Franco, más bien, quería ser temido que admirado. Me parece que en su vision del mundo el castigo era una arma bastante fuerte, y lo usaba contra todos los que veía como una amenaza. No quería competidores,y por eso creo que su meta era más bien durar, mantener el poder y no tanto de ser admirado.

    1 http://www.elpais.com/especiales/2000/franco/preston.htm

  2. Tu diario está muy bien escrito y resulta agradable para el lector. Aunque dices que no se te ocurrió ningún tema especial, el trabajo es coherente, por lo menos a mí me parece que durante todo el trabajo reflexionas de alguna forma sobre la verosimilitud de la novela.

    Me parece muy interesante el hecho de que indiques continuamente similitudes entre Franco y otros dictadores, sus regímenes y representaciones. A mi entender, estás sugiriendo que ―a pesar de distintos contextos históricos y geográficos― todos los regímenes totalitarios y sus líderes comparten ciertas características. De este modo, el retrato ficticio de Franco en la novela de Val sería, a la vez, un retrato genérico del paisaje mental de un dictador.

    Aunque no tengo respuesta, me pregunto si los “grandes” dictadores del siglo XX, por ejemplo, realmente se parecían mucho en cuanto a la personalidad o si, por el contrario, se ha creado la idea de esa semejanza por medio de unas representaciones (artísticas e históricas) algo repetitivas y estereotipadas.

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