La guerra civil y el franquismo en la novela española actual

Curso de literatura española contemporánea

La guerra civil y el franquismo en la novela española actual

Los presos republicanos en Mauthausen

Este artículo apareció en el diario Público el 22 de enero:

Así se organizaban los presos republicanos en el campo nazi de Mauthausen

Este testimonio forma parte de una serie artículos que Público ofrece como avance editorial de Los últimos españoles de Mauthausen publicado por Ediciones B.

Campo de concentración de Mauthausen

Foto: Campo de concentración de Mauthausen

El factor decisivo para salvar el mayor número de vidas entre las filas de los prisioneros españoles fue, sin duda, la solidaridad. Una solidaridad que abarcó todos los grados imaginables, desde compartir con el compañero una patata en la penumbra de la barraca hasta lograr esconder las pruebas de los crímenes que se cometían en el campo, y que servirían para condenar a decenas de responsables nazis en los juicios de Núremberg y Dachau.

El deportado barcelonés José Alcubierre lo resume así: “El que podía ayudaba mucho. Todos no podían porque había quienes trabajaban en sitios de los que no se podía sacar nada. Hubo compañeros que nunca dejaron de ir a la cantera y esos recibieron mucha ayuda. El que tenía posibilidad de echar una mano siempre lo hacía. No solo era con comida; los zapateros, por ejemplo, te arreglaban los zapatos cuando podían. Formábamos pequeños grupos. Yo tuve que estar unos días en la enfermería y allí apenas comía. Estaba con dos madrileños y dos aragoneses que siempre conseguían robar patatas o un poco de salchichón. Me esperaban y por la noche nos juntábamos y nos lo comíamos a escondidas, bajo las mantas”.

José Alcubierre

En sus comienzos, la organización clandestina de los prisioneros apenas era capaz de planificar algunos pequeños robos de comida y controlar su posterior reparto entre los prisioneros más debilitados. Fue con el paso del tiempo cuando su poder creció, en la medida en que los españoles fueron accediendo a puestos clave en la estructura del campo. Allí veían mejorar notablemente sus condiciones de vida, podían robar alimentos, escuchar noticias sobre la marcha de la guerra o alcanzar otros objetivos que contribuyeran al bien común.

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