Diario de aprendizaje IV (Gonzalo)

Diario de aprendizaje de la película “BUEN VIAJE EXCELENCIA”

Dirección y guión: Albert Boadella.
País:
España.
Año: 2003.
Interpretación: Ramón Fontserè (Franco), Minnie Marx (Dra. Müller), Pilar Sáenz (Doña Carmen), Xavier Boada (Marqués), Jesús Agelet (Pacón), Lluis Elías (Dr. Vicente), María Teresa Berganza (Carmencita), Juan Viadas (Padre Bulart), Saturnino García, Luis Cuenca.
Producción: Andrés Vicente Gómez.
Música: Ángel Illarramendi.
Fotografía:
José Luis López Linares.
Montaje: Alejandro Lázaro.
Dirección artística: Félix Murcia.
Vestuario: Macarena Soto.
Estreno en España: 10 Octubre 2003.

En este diario de aprendizaje quisiera hablar de la película ”Buen viaje su excelencia” de Albert Boadella, fundador y alma del grupo de teatro Els Juglars. Hombre polémico con numerosos problemas con la justicia por sus picantes representaciones teatrales. Sin ir más lejos, en 1977, no olvidemos que ya Franco estaba muerto, fue sometido a un Consejo de Guerra por los contenidos transgresores de la obra ”La Torna” basada en los fusilamientos de dos jóvenes en 1973. Franco muerto pero presente.

La película narra los dos últimos años de vida de Franco, su débil estado de salud, pero sobre todo mental, anuncian su cercana muerte. Incluye numerosos acontecimientos de la vida del dictador, su cruento pasado durante la guerra y la legión en África, su encuentro con Hitler, su amor por el NO DO, su vida en familia, la afición desmesurada de su mujer por las joyas (1), el brazo incorrupto de Santa Teresita de Jesús, los atentados de ETA, en concreto y que marca el fin definitivo de Franco el asesinato del almirante y presidente del gobierno de entonces Carrero Blanco, llamado a ser sucesor del dictador.

Existen varios elementos comunes a lo largo de la película. El primero de ellos: las moscas. Las únicas, tal como se presenta en el filme, capaces de enfrentarse al putrefacto dictador y su apestoso régimen. Moscas en el corrupto Consejo de Ministros, en el gobierno; moscas en el brazo de Santa Teresa, en la Iglesia; moscas en la sopa de la cena, la pestilente familia del dictador. ¡Qué año de moscas! -comenta Carmen Polo en un cena. Diría que otro elemento presente a lo largo de la obra es la presencia del NO DO, así como los recuerdos del propio Franco de un pasado triunfal y glorioso que quedaron muy lejos. Otro elemento es la presencia del guardián de palacio, el joven que presencia los desvaríos del cadáver andante. Todo está visto con sus ojos pícaros, él le da humor a lo que ve. La política también está presente a lo largo de la película. El futuro de España, Franco sueña con el exilio de su esposa, el marido de su hija, el marqués de Villaverde, se apropia de lo que puede ante la muerte inminente del dictador (2), teme problemas para la familia, se habla de la sucesión, del príncipe Juan Carlos, de Arias Navarro (3), el presidente del gobierno tras la muerte de Carrero Blanco. – @page { margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } –>La gente se enfrenta en los bares por motivos políticos y es obligada a participar en manifestaciones, mientras los ministros del gobierno se acusan de rojos los unos a los otros.

El Franco demente, senil, ridículo, blanco de muerte, es presentado con humor, como un tonto payaso que hace reír, que pesca desde la ventana de su habitación, que caza en su propia casa, que desfila en el jardín de su Pardo mientras su propios nietos le faltan el respeto, que necesita música militar para que se le abra el apetito, la misma con la que realiza sus ejercicios matinales, que se niega a ver lo lejano que queda toda la gloria de su pasado y lo pobre, triste y abandonado del campo y espíritu español.

Desde mi modesto punto de vista me parece una obra de arte. Me encantó la película. Cuenta la turbia historia de España con un sentido del humor único. Una maravilla. Por otro lado, y aunque no lo he comprobado, estoy casi seguro de que encontrar esta película en tiendas y videoclubs puede ser una tarea desesperada. Es una pena que la mayoría de los españoles no sean capaces de reconocer las bondades de su cine. En fin. Afortunadamente la obra está ahí, esperando ser rescatada.

1 Carmen Polo visitaba joyerías en las ciudades a las que acompañaba a su marido. Luego nunca pagaba las facturas. Para poder luchar contra esto, las joyerías decidieron actuar de forma dispar, cerrar el día de la visita, un ”cerrado por defunción” era un excusa perfecta, o crear un un fondo de compensación para luchar contro las facturas impagadas.

http://ladecision.wordpress.com/2007/09/25/heroes-de-la-espana-negra-01-carmen-polo-de-franco/

2 http://www.eleconomista.es/economia/noticias/319632/11/07/La-fortuna-de-los-Franco-la-familia-tiene-un-patrimonio-de-500-millones.html

3 Arias Navarro pasará a la historia por este vídeo en el anunció la muerte del Generalísimo: http://www.youtube.com/watch?v=ie0m3EJVf8U&feature=related.

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Diario de Aprendizaje III (Hanna)

Antes de empezar a leer el libro Soldados de Salamina de Javier Cercas, Essi , que ya lo había leído, me comentó algunas cosas. Dijo que la primera parte era aburrida, y mientras lo leía, esperaba todo el tiempo cuando empezara el libro por sí. Y cuando, por fin, empezó la segunda parte, “el libro”, esa le parecía aun más aburrida, y ya estaba esperando el fin de esa parte. No sé si era literalmente así lo que me comentó, pero con esta idea empecé a leer el libro. Después de haber leído unas páginas, noté que no estaba nada de acuerdo con Essi -el libro me parecía muy bueno- así que empecé hacer notas de lectura para luego comentar a Essi algunas cosas. Resulta que al final me salió más bien unas observaciones generales sobre el libro y comentarios sobre unos sentimientos que el libro provocó en mí. En este diario de aprendizaje voy a comentar algunos de mis notas de lectura.

Primera parte:Los Amigos del bosque

¿Hay algo de verdad o es plena ficción?”

Creo que esta es la pregunta que todos (menos Gonzalo) hicimos algún momento. No suelo leer la parte informativa sobre el autor antes de empezar el libro, y tampoco lo hizo esta vez. Sólo cuando ya había leído una parte tenía que mirar que tipo de información daba sobre el autor Javier Cercas y si coincidía con el Javier Cercas del libro. No creía que todo sea verdad: la primera parte me parecía demasiada policíaca para serlo, y la descripción de algunas personas me parecía un poco exagerado, no para una novela pero para ser verdaderas personas sí.

Que bueno es! Parece una historia de detectives.”

No hay nada aburrido aquí, ¿qué le pasa a Essi?

Quizá es el mejor de los libros hasta ahora”

A mí me gustan los libros policíacos. Será por eso que me ha gustado tanto la primera parte. Me parecía una historia de detectives, en la que, en lugar de intentar resolver un homicidio, el protagonista tenía en sus manos un caso histórico. Me parecía un caso con suspense, y vivía con Cercas los momentos de búsqueda. Sin embargo todo el tiempo sabía que iba a resolver el caso, como siempre pasa en los libros policíacos. Y no es sólo en esté libro que el protagonista anti héroe gana mi simpatía.

Segunda Parte:Soldados de Salamina

Que largos son los párrafos!”

y las frases”

En la segunda parte los párrafos son realmente largos: un párrafo puede medir hasta 3 páginas. Eso causa que la segunda parte resulta muy pesada para leer. Las frases también son muy largas, y a veces era complicado seguir el texto. Me daba la sensación de quedarme sin aliento porque no sabía dónde parar y respirar un poco (hablando figuradamente). A lo mejor es porque esa parte tiene mucha información, y el estilo histórico es así,pero sea como sea, me resultaba aburrido.

Historia mala”

Con la historia mala refiero al concepto con que un amigo, que ha estudiado historia, describe un estilo de presentar historia. Es el modo con que, por ejemplo, mi profesor de historia en el instituto enseño todo: unas listas largas de guerras en el orden cronológico sin contar nada sobre las condiciones de la sociedad etc. Al final, la segunda parte no era todo así, pero la impresión al principio era esa. Como hemos comentado el la clase, estaba escrito según las convenciones de libros históricos, y eso me habrá dado la idea de la “historia mala”.

ya entiendo el comentario de Essi.”

Mira dos comentarios anteriores.

Los diálogos están escritos de maneras diferentes”

En la segunda parte había una parte en la que me fijé en el estilo de los diálogos. En la página 121 Angelats cuenta lo que había oído Sánchez Mazas y Pere hablar, y está todo escrito en la narración indirecta/directa mezclado, aunque otros casos en la segunda parte hay diálogo directo.

      ¿Lo has oído alguna vez?Claro, dije Pere. Es el pasodoble favorito de Liliana dijo              Sànchez Mazas. A mí me parece muy triste, pero a ella se le van los pies en cuanto oye cuarto notas. Lo hemos bailado tantas veces…Angelats vio que la brasa del cigarrillode S. M. enrojecía[….]

 

Estará así porque no sabemos si la conversación era así no. No es un convención en el que participa el personaje que cuenta la historia, sino lo está escuchando en secreto. A lo mejor el autor reflexiona el nivel de confianza del fuente o sólo quiere diferenciar de algún modo visual que Angelats no participaba en la conversación. Este tipo de diálogo no vuele a repetirse en el libro.

Tercera parte:Cita en Stockton

Ah que bien que vuelve el estilo de la primera parte”

Bla, bla …¿Dónde fue mi historia de detective?

Leer la segunda parte me costó mucho, así que tenía muchas expectativas cuanto a la tercera parte. Aunque el misterio de la primera parte, el relato real de Soldados de Salamina, ya había sido resuelto, esperaba a encontrar otro misterio para el detective Cercas. Me decepcioné un poco. La búsqueda de Miralles no me resultó muy arrebatadora, y luego la historia de Miralles contada por Bolaño no me interesaba tanto: temía que iba ser así el resto del libro. Luego, cuando Cercas va a visitar Miralles en Francia, el libro volvía a ganar mi interés. El final ya no tiene el aspecto del policíaco pero me parecía simpático:el fin del libro me dejé con una sonrisita.

Diario de aprendizaje III (Essi)

Los Soldados de Salamina ha llegado a mucha gente. Lo que me impresionó en la novela es la manera como mezcla los hechos reales y los fictivos dejando el lector confundido. Uno tendría que buscar mucho información sobre el autor y sobre las personas que aparecen en la novela para poder distinguir la ficción y la realidad. Cercas da algunas pistas al lector pero no son fáciles de entender.

Cercas representa al soldado que no mata cuando tiene toda la rázon de hacerlo como una persona muy heróica. En mi opinión en la guerra no hay ganadores ni perdedores. Tampoco hay héroes y villanos. Los motivos del soldado nunca se revelan. Quien sabe, quizás sólo no mató por pura pereza. Además, una persona que ya ha matado talvez dezenas o más de personas pero deja de matar a una, no merece el aprecio que el propagonista de la novela le tiene.

No creo que a los soldados les guste matar. Sólo hacen lo que les han ordenado. Si no lo hicieran probablemente les matarían. En la novela el soldado es el único que ve a Sánchez Mazas. Nadie más sabe que está allí. Nadie le va a acusar de no haber cumplido con su deber. Tiene la oportunidad de hacer lo que le dicte su conciencia porque aunque no sea su decisión de matar es su dedo que apreta el gatillo. Resulta que el tipo a quién no mató no se reformó aunque obtuvo una nueva oportunidad.

—¿Hay alguien por ahí?
El soldado le está mirando; Sánchez Mazas también, pero sus ojos deteriorados no entienden lo que ven: bajo el pelo empapado y la ancha frente y las cejas pobladas de gotas la mirada del soldado no expresa compasión ni odio, ni siquiera desdén, sino una especie de secreta o insondable alegría, algo que linda con la crueldad y se re¬siste a la razón pero tampoco es instinto , algo que vive en ella con la misma ciega obstinación con que la sangre per¬siste en sus conductos y la tierra en su órbita inamovible y todos los seres en su terca condición de seres, algo que elude a las palabras como el agua del arroyo elude a la pie¬dra, porque las palabras sólo están hechas para decirse a sí mismas, para decir lo decible, es decir todo excepto lo que nos gobierna o hace vivir o concierne o somos o es este soldado anónimo y derrotado que ahora mira a ese hombre cuyo cuerpo casi se confunde con la tierra y el agua marrón de la hoya, y que grita con fuerza al aire sin dejar de mirarlo:
—¡Aquí no hay nadie!

La descripción de la mirada del soldado es bastante larga. Según mi entendimiento está basada en las entrevistas guardadas con Sánchez Mazas y en su narración. Claro que el autor tenía que idealizarla un poco para hacerla más dramática. Al final no quiere determinar la expresión del soldado sino más bien narra de lo que no se veía en su mirada. Al protagonista le intrigaba mucho la cuestión en qué pensó el soldado cuando miraba a Sánchez Mazas.

—¿Qué cree usted que pensó?
—¿El soldado? —Me volví hacia él. Con todo su cuerpo apoyado en el bastón, Miralles observaba la luz del semá¬foro, que estaba en rojo. Cuando cambió del rojo al ver de, Miralles me fijó con una mirada neutra. Dijo—: Nada.
—¿Nada?
—Nada.

El protagonista está obsesionado con encontrar un héroe para su libro. La respuesta de Miralles no le conviene. Le habría gustado que Miralles le contestara que probablemente sentía lástima o merced, algún sentimiento noble. No obstante, según el viejo no pensó en absolutamente nada. Miralles lo quiere convencer en que no comprende la naturaleza de una guerra. Estoy de acuerdo con Miralles que Cercas tiene una idea muy idealizada que poco tiene que ver con la realidad.

—¡Hay que joderse con los escritores! —Se rió abierta¬mente—. Así que lo que andaba buscando era un héroe. Y ese héroe soy yo, ¿no? ¡Hay que joderse! ¿Pero no habíamos quedado en que era usted pacifista? ¿Pues sabe una cosa? En la paz no hay héroes, salvo quizás aquel in¬dio bajito que siempre andaba por ahí medio en pelotas… Y ni siquiera él era un héroe, o sólo lo fue cuando lo mataron. Los héroes sólo son héroes cuando se mueren o los matan. Y los héroes de verdad nacen en la guerra y mueren en la guerra. No hay héroes vivos, joven. Todos están muertos. Muertos, muertos, muertos. —Se le quebró la voz; tras una pausa, mientras tragaba saliva, apagó el cigarrillo—. ¿Quiere otro mejunje de estos?

Al final dice el protagonista que lo que escribió es la historia de los olvidos. Talvez no sea tan grave si todo lo que afirma no es exactamente verdad hasta que la historia sea buena. Aunque al mismo tiempo el protagonista insite en que su libro no es una novela sino un relato real. Me parece un poco contradictorio. De todos modos, el deseo del protagonista se ha cumplido. Gracias a la novela de Javier Cercas (la persona real) la historia de Sánchez Mazas y la de otros personajes del libro no será olvidada.

La estrategia de la muerte

JORGE M. REVERTEEl País– 15/03/2009

Se ha hablado de casi todo. Pero quizá, cuando se cumplen 70 años del fin de la Guerra Civil, uno de sus aspectos menos tratados sea el puramente militar. Un golpe que se convirtió en una larga partida de ajedrez. Un ejército republicano que se defendió mejor de lo esperado. El autor lo ha investigado durante años para su próximo libro. Éste es su relato en exclusiva, acompañado de fotos desconocidas.

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Foto: Ejecuciones a domicilio. El general Mola aisló el norte republicano de la frontera francesa. En Irún, las tropas rebeldes entraron en Irún y mataron a ciudadanos casa por casa.

El 1 de abril de 1939, el general Franco anunciaba el fin de la guerra que él mismo comenzara, junto con otros militares, en julio de 1936. El comunicado victorioso no significaba la llegada de la paz. A la sangría provocada por tres años de enfrentamiento armado le iban a seguir decenas de miles de fusilamientos decididos por tribunales militares, sin garantías para los procesados. La Guerra Civil comenzó como un golpe de Estado, se convirtió después en la confrontación de dos grandes ejércitos y acabó con una amplia matanza. […]

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Luz sobre los consejos de guerra de Franco

Defensa pone en marcha un plan piloto de archivos – 400.000 expedientes, entre ellos los juicios sumarísimos de 1938 a 1945, se restaurarán y digitalizarán

TEREIXA CONSTENLA / MIGUEL GONZÁLEZ – El País – 16/03/2009

“Preguntada dónde le sorprendió el Glorioso Movimiento, dice que le sorprendió en esta localidad. Preguntada para que manifieste si es cierto que durante el dominio rojo penetró en el convento de las hermanas carmelitas y se llevó una lámpara que había en el altar y una fotografía de las religiosas, dice que la lámpara la llevó al hospital y la fotografía la entregó a una vecina”.

No todos tuvieron la suerte de esta mujer de Benicarló (Castellón) a la que un consejo de guerra condenó a seis años de cárcel, el 30 de enero de 1942. Por ejemplo, el padre de un diputado de UCD en la primera legislatura democrática, que era teniente de la Guardia Civil en 1936, fue ejecutado sólo porque se le consideró sospechoso de “ideología confusa”.

Sus historias figuran en algunos de los 20.000 legajos, unos 400.000 expedientes, millones de páginas, en los que se describe, con lenguaje burocrático y leguleyo, una de las etapas más negras de la historia de España: la represión despiadada que siguió a la Guerra Civil. La mayoría son procedimientos sumarísimos, instruidos entre 1938 y 1945, por los Juzgados Togados Militares Territoriales números 11, 12 y 13, con sede en Fuencarral (Madrid) y Valencia, con jurisdicción sobre Extremadura, Castilla-La Mancha, Madrid y Comunidad Valenciana. Aunque también hay procedimientos que llegan hasta 1980.

Al socaire de la Ley de la Memoria Histórica, el Ministerio de Defensa ha trasladado estos documentos al nuevo Archivo General Histórico de Defensa, que ocupa dos naves del cuartel Infante Don Juan, en el madrileño paseo de Moret, para poner en marcha un proyecto piloto de restauración y digitalización de archivos militares. El traslado de los legajos a Madrid ha generado una marejada política en Valencia o Castellón, donde su retorno se ha convertido en una reivindicación compartida por todas las instituciones y partidos, en lo que parece una reedición de la disputa por los papeles de Salamanca.

Álvaro Martínez-Novillo, funcionario del cuerpo de conservadores de Museos y subdirector de Patrimonio Histórico-Artístico de Defensa, afirma que su único objetivo es salvar un fondo documental en grave peligro y hacerlo accesible a los investigadores.

[…]

Se acabará así con el hermetismo de estos fondos, que serán tratados como los demás archivos del Estado, según una ley que prepara el Ministerio de Cultura, y se normalizará el trabajo de los investigadores. “Aunque han pasado 70 años [del fin de la guerra] y el Ejército de hoy no tiene nada que ver con el del franquismo, nadie sabe lo que hay [en los archivos]. Abrir los expedientes de los consejos de guerra puede hacer que algunas familias vayan a los tribunales a pedir su nulidad, pero ¿va a hundirse la democracia por eso?”, reflexiona un historiador que ha investigado la Guerra Civil y el franquismo.

La cuestión no es sólo legal sino, sobre todo, económica. Para garantizar la conservación de los documentos y su acceso público es necesaria su digitalización, última fase del proyecto de Defensa. Sólo el plan piloto de los juzgados de Madrid y Valencia costará millón y medio de euros. Para acelerar el proceso, se han firmado acuerdos con varias comunidades autónomas (Cataluña, Aragón y Andalucía), pero aun así puede tardar décadas.

“Si hay dos instituciones que han demostrado su afán por documentarlo todo son la Iglesia y el Ejército”, explica Martínez-Novillo. “Y tengan la seguridad de que el Ejército español ha gastado mucho más papel que munición”.

Lo demuestran los 25 archivos que los tres ejércitos tienen distribuidos por toda España, a los que hay que sumar los fondos documentales de los 26 juzgados y tribunales castrenses y los dispersos por ciudades, como Castellón, donde hubo órganos judiciales que ya han desaparecido. Para poner orden en este galimatías va a crearse el Archivo General Histórico de Defensa, con sus 27 kilómetros de estanterías. “La cuestión no es si los documentos vuelven a Castellón o van a Salamanca”, concluye Martínez-Novillo, “sino que un día podamos verlos donde deben estar: en Internet”.

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Los desaparecidos de Tomás Eloy

CARLOS FUENTESEl País – 21/03/2009

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Narrativa. El lenguaje en la novela, portadora constante de la duda frente a la fe ideológica, la certeza religiosa o la conveniencia política, no puede dejar de lado ni ideología, ni religión, ni política. Tampoco puede, la novela, ser dominada por cualquiera de ellas. Lo que puede hacer es convertir ideología, religión o política en problema, abriéndolas a la puerta de la interrogación, levantado el techo de la imaginación, bajando al sótano de la memoria, entrando a la recámara del amor y, sobre todo, dejando la ventana abierta a la palabra de Pascal:

-J’ai un doute à vous proposer.

Regreso por ello a un novelista que es mi contemporáneo, el argentino Tomás Eloy Martínez, y su obra última, Purgatorio, donde el autor se propone novelar un tema inescapable: los desaparecidos, la práctica brutal y tétrica de la dictadura militar de los años 1976-1981, llamada “Proceso de Reorganización Nacional”. Desaparecer y torturar a los disidentes enfrente de sus esposas e hijos, asesinar a todo sospechoso de leer, pensar o acusar de manera no aprobada por la dictadura, secuestrar a los niños, cambiarles el nombre y la familia.

Toda esta odiosa violación de la persona humana puede ser denunciada en un diario, un discurso, una manifestación.

¿Cómo incorporarla a la ficción, cuando la realidad supera a cualquier ficción?

Tomás Eloy Martínez, en Purgatorio, cuenta la historia de una mujer, Emilia Dupuy, hija de un poderoso argentino que apoya la dictadura y celebra sus distracciones, al grado de invitar a Orson Welles a filmar el campeonato mundial de fútbol, comparable al filme de Leni Riefenstahl sobre la olimpiada de Berlín. Emilia se ha casado con un cartógrafo, Simón Cardoso, que, obligado a recorrer y medir el territorio, como es su obligación profesional, es confundido con un terrorista por la policía de la dictadura y desaparecido.

¿Adónde van a dar los desaparecidos? Emilia Dupuy sigue, desesperada, las posibles rutas del marido desaparecido, de Brasil a Venezuela, a México y al cabo a Estados Unidos, hasta que, mujer de sesenta años, establecida en una pequeña ciudad universitaria de Nueva Jersey, recobra al marido perdido.

Sólo que éste sigue siendo un hombre de treinta años y rompe la costumbre de Emilia, que es sentir la ausencia de la única persona que amó en la vida y que ahora regresa con una “sonrisa de un lugar muy lejano”.

No digo más, sino que Orson Welles pone como condición para aparecer en la película que los militares hagan aparecer a los desaparecidos. Y es que en la novela, como en el cine, se pueden crear todas las realidades, imaginar lo que aún no existe y detener el tiempo.

Busquemos entonces, en la novela, la realidad de lo que la historia olvidó. Y porque la historia ha sido lo que es, la literatura nos ofrece lo que la historia no siempre ha sido.

Argentina hace memoria de los crímenes de la dictadura militar

Confirmada la condena a cadena perpetua para el “genocida” Etchecolatz

ALEJANDRO REBOSSIO – El País – 25/03/2009

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Miles de argentinos hicieron ayer memoria al cumplirse 33 años del golpe militar que inició la última y más sangrienta dictadura (1976-1983) que sufrió este país suramericano. Desde hace tres años el 24 de marzo es un día no laborable en Argentina, según dispuso el entonces Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007). Pero no es un festivo, sino el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

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Diario de aprendizaje III (Eeva)

Desde ahora tengo que escribir los diarios de aprendizaje antes de que tratemos las obras en las clases. Al leer Soldados de Salamina escrito por Javier Cercas pensaba que sería fácil escribir el diario. El libro contiene varias ideas interesantes, como la de la novela contra el relato real, la de la autoficción así como la de los personajes que son reales y ficticios a la vez. Sin embargo, no quiero escribir sobre los temas mencionados dado que ya hemos hablado de todo eso y no quiero repetirlo todo. Hasta casi el fin de la obra pensaba que escribiría mi diario sobre el pasodoble, sobre la conexión que establece entre las tres partes del libro. Sin embargo, hacia el fin el autor me quitó la alegría de este pensamiento no sólo por enfatizar que los dos, Miralles y el soldado desconocido bailaron Suspiros de España, sino también por directamente plantear que las dos son una misma persona. Me fastidió un poco, ¿por qué tenía que ser tan explícito sobre el tema? 

Después de dejar varias ideas sobre las que podría haber escrito el diario decidí concentrarme (de nuevo) en la memoria. O sea, aunque ya escribí un diario sobre la memoria colectiva voy a volver al tema puesto que, desde mi punto de vista, la memoria en general es un tema que destaca en la obra. La novela trata el tema más explícitamente que las dos anteriores que hemos leído. O, a lo mejor se lo puede notar más fácilmente por el hecho de que, al contrario de las dos anteriores, Soldados de Salamina no sea sólo un cuento de los años de la guerra, sino describe también las reacciones y las actitudes de nuestros días hacia el tema, tocando así necesariamente la memoria también. Yo veo hasta la primera frase de la novela como una introducción al tema. El autor (o mejor dicho, el narrador…) dice “[f]ue en el verano de 1994, […], cuando oí hablar por primera vez de fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas.” Aunque Sánchez Mazas fue una persona importante durante los años de  guerra y durante la dictatura, y aunque él había contado la historia a mucha gente, el narrador nunca la había oído. ¿Por qué no? Porque, a pesar de las varias veces que la contó Sánchez Mazas, no formaba parte de la memoria colectiva, así que no fue recordada sino olvidada.  

En particular durante la primera parte de la obra se trata de la veracidad, de la fiabilidad de la memoria. El narrador duda que pueda contar con lo que le dicen los informantes. Las historias de varias personas le parecen demasiado similares, como si fueran inventadas y no recordadas. Además, se hace notar que el pasado, “sólo lo conocemos a través del filtro de la memoria”. No sólo afecta en la historia quien la cuenta, los vencedores o los perdedores, sino también la memoria de quien la cuenta. O, mejor dicho, la falta de la memoria colectiva, que tal vez fuera más veraz que una memoria individual. En cuanto a la veracidad, el autor (esta vez él y no el narrador…) pone también en duda su propia persona. O sea, al escribir una novela en la que repite constantemente que está escribiendo un relato real, que no se trata de una novela,  está enfatizando que, al fin y al cabo, no se puede contar con la veracidad de nadie, ni siquiera con la de él.  

Especialmente hacia el fin de la obra destaca el tema del olvido relacionado con la muerte. Sólo muere la persona en cuanto nadie se preocupe por contar su historia. El narrador da cuenta de que Miralles casi ya está olvidado, o sea, ya no hay nadie que le hiciera caso. Asimismo entiende que su padre, aunque murió hace seis años, no está muerto porque él todavía le recuerda. Comprende que tiene que contar la historia de Miralles para que no muera, y para que no mueran los amigos de Miralles, que ahora sólo viven en sus memorias. Relacionado con este tema está, desde mi punto de vista, el interés de Angelats hacia el supuesto libro de Sánchez Mazas; como seres humanos en general, él tampoco quiere morir, no quiere que le olviden. Además, yo veo este tema con respecto al tema tratado en toda la obra, el de quién merece ser recordado. Conchi no entiende por qué el narrador quiere escribir sobre Sánchez Mazas y no sobre una persona que merece ser recordada. También me hace pensar en el diario de Hanna que comenté hace algunas semanas, en la que ella puso en duda los trofeos franquistas. Sin embargo, no voy a entrar en todo eso de nuevo, sino concluir que la idea de la memoria contiene muchos aspectos que se puede reflexionar, y Javier Cercas los trata de manera inspirante e interesante.

Diario de aprendizaje III (Seija)

Un viejo hermoso

Soldados de Salamina por Javier Cercas nos cuenta la historia de Rafael Sánchez Mazas, pero – como discutimos en la clase – la novela también hace examen introspectivo y estudia la significancia de la memoria. En esto diario de aprendizaje me voy a concentrar en el carácter de Miralles, especialmente cuando estaba viviendo en un asilo francés. Miralles era uno de los heroes del libro, un personaje muy distintivo. Sin embargo, su historia hubiera quedado totalmente olvidado si no ha llegado Cercas a buscar las memorias cubiertas.

”No sabía que Miralles hubiera hecho la guerra.”
Así dijo la hermana Françoise, uno de los encargados en el asilo. Seguramente, sería muy utíl saber que tipo de vida los habitantes ancianos había tenido antes. Pero la hermana no lo sabía. Eso es el caso también en muchas residencias de la tercera edad en Finlandia. Hay algunos que utilizan biografías cortas para mejor entender las experiencias y la conducta de los ancianos viviendo en un institución. Desgraciadamente, muchas historias son ignorados. Quizá eso es aún más verdad con la historia de los inmigrantes:
”Iba a decirle que Miralles no había hecho una guerra, sino muchas, pero no pude, porque en ese momento vi a Miralles caminando por el desierto de Libia hacia el oasis de Murzuch, joven, desharrapado, polvoriento y anónimo llevando la bandera tricolor de un país que no es su país, de un país que es todos los países y también el país de la libertad” (p. 194).

La hermana Françoise siguió deciendo que no viene alguien a ver a Miralles: ”tiene un carácter un poco difícil”. Claro que tenía, después de hacer ”no una, sino muchas” guerras. Sin embargo, la hermana podía ver una calidad cubierto en Miralles: ”su corazón es de oro”. La hermana estaba justificando el conducta del hombre, defendendo su carácter auténtico. Y tenía razón. Por ejemplo, cuando Miralles se levantó trabajosamente para salir, no quería ningun ayuda: ”Quite, quite, ya le pediré que me eche una mano cuando me haga falta” (p. 184). En esa manera, Miralles quería mantener su honor y independencia. Aunque parecía hosco, también no quería molestar a nadie. No necesitó servicios. Era uno de los tíos bruscos, no fue a hacer nada con los sentimientos dulcísimos. Pero cuando Cercas estaba en punto de salir a España, Miralles le pidió un favor: ”Hace muchos años que no abrazo a nadie.” (p. 204)

Las monjas siempre consideraba Miralles una personaje que necesitaba su cuidado. Era un paciente y un niño. Cuando la hermana Françoise describó la embolia que había paralizado el costado izquierdo de Miralles, ella ”hablaba como la directora de un orfanato tratando de colocarle a un cliente potencial un pupilo díscolo” (p. 194). Una embolia en el cerebro derecho causa paralización del costado izquierdo y, muchas veces, angustia y dificultades con las memorias nonverbales. También es posible que el individuo no puede recognizar todas las emociones tras las palabras. Estos síntomas son diferentes que los de un hombre con la embolia en el cerebro izquierdo, y pueden ayudarnos mejor entender Miralles. Encima, el síndrome post-traumático es bastante común entre los veteranos. La guerra es una experiencia muy estremecendo, y es posible que las memorias se esconden sin embolias o dementia. Como dijo Miralles:
”La verdad es que no lo recuerdo muy bien, todo fue muy confuso. Recuerdo que oímos disparos y que echamos a correr […] No sé cuánto duró la batida, pero de vez en cuando se oían disparos, y era que habían cazado a alguno.” (p. 192)

En fin, Miralles se convertió en un padre suplente para Cercas. Eso me parece muy apto, porque Cercas había mentionado su padre muchas veces, lamentando que nunca escuchaba los cuentos de su propio padre. Quizá la gente realiza que ha perdido algo hasta que está demasiado tarde. Pero afortunadamente hay muchas maneras de formar una familia. ”[…] y los seis alquilaríamos un coche y haríamos excursiones por los pueblos de los alrededores y formaríamos una familia estrafalaria o imposible y entonces Miralles dejaría de ser definitivamente un huérfamo (y quizá yo también)” (p. 206).

Al fin y al cabo, Miralles es un carácter multidimencional: un aislado viejo oliendo ”a medicinas y años de encierro y de verdura hervida”, un hombre ordinario quién disfruta las cosas simples y prohibidos (comida sabrosa, tabaco…), un huérfano sin pasado, el símbolo de las memorias casi pronto olvidados, un misterio para buscar, un heroe nonviolente, la llave para la novela.

Diario de aprendizaje II (Maria)

Ya pensaba que se me había acabado el tiempo para escribir un diario sobre La Voz Dormida pero como veo que todavía colgáis diarios sobre este libro pues intentaré poner mi parte también. Me ha costado mucho elegir un tema para este diario porque todas las ideas que tenía después de haber leído el libro fueron tratadas bastante a fondo en clase y me quedé con la sensación de que todo estaba dicho, que ya no me quedaba nada que añadir. Por eso he tenido este diario en proceso tanto tiempo, por falta de un tema. Al final decidí que en este diario me concentraría en argumentar por qué me gustó tanto la obra y a la vez intentaré convencer a Gonzalo que a pesar de todo es una muy buena novela.

Podéis reíros de mí si queréis pero La Voz Dormida es una de las mejores novelas que he leído en mucho tiempo. Tiene todo lo que yo espero de una buena novela. Tiene un tema que me interesa en general y del cual tengo algún conocimiento previo, en este caso la vida de algunas mujeres recién acabada la guerra civil española. Los acontecimientos se sitúan en un lugar imaginable para mí, en Madrid y sus alrededores y por eso de alguna manera me puedo sentir parte de la escena que se está relatando en la novela. Tiene muchas relaciones personales interesantes, tiene muchos personajes distintos y mucho diálogo entre ellos. Hay poca descripción de la naturaleza, lo cual es bueno porque nada me cansa más al leer una novela que las eternas páginas tras páginas describiendo cómo son los arbustos, de qué color son las flores, con qué velocidad discurre el agua por el río, cuántas raíces y de qué tipo de árboles hay en el sendero etc. No digo que toda descripción sea mala sino sólo que la de la naturaleza me aburre excesivamente. A mí lo que me importa son las acciones, lo que hacen las personas, lo que piensan, el diálogo entre ellas, qué les pasa y cómo. Me encantan las novelas con mucho diálogo y La Voz Dormida es una de ellas. Además del diálogo directo, hay diálogo en la narración indirecta porque Chacón está continuadamente contando lo que dice o dirá alguien a otro. Si tuviera talento para escribir una novela, sería en su totalidad un diálogo. Bueno, exagero un poco pero ya cogéis la idea, ¿no?

En La Voz Dormida hay muchas frases cortas y de sintaxis bastante simple. También se usa mucho el futuro, lo cual me parece genial porque da un toque dramático al libro. Además, hay mucha repetición y como soy así de rara que me encanta oír las mismas historias una y otra vez pues también me parece genial. Todo eso crea un estilo curioso que me encanta. Ya supe después de haber leído la primera frase de la obra que me iba a gustar. “La mujer que iba a morir se llamaba Hortensia.” Nunca más ha empezado un libro de tal manera que casi salto de la cama medio metro gritando ¡Bravo¡ Es un comienzo reducido, dice todo lo que tiene importancia y nada extra, es tan cruel y realista que supe enseguida que pasaría las próximas cinco horas leyendo sin parar. No pude apartarlo de mi vista sino pasé todo el día encerrada en casa leyendo.

Al leer el libro estaba pensando muchas veces si las cosas que contaba Chacón eran reales o ficticias. Sabía que había entrevistado a muchas personas para la novela y que muchas historias tenían un toque real pero era imposible saber cuales eran. Claro que había casos evidentes como el de las trece rosas. Como sabéis, hice mi presentación sobre ellas y para eso vi la película Las Trece Rosas de Emilio Martínez Lázaro. Después de verla era todavía más difícil olvidar lo que había leído. Aunque en el libro de Chacón las trece rosas no son protagonistas, aún así de repente podía ver las caras de los personajes de La Voz Dormida. Eran caras de un actor o una actriz, claro, pero de todos modos empecé a ver los personajes de manera más real. Cualquiera de las personas que aparecieron en la película podía ser Hortensia o Pepita o el abuelo de Elvira. La película me ayudó a entender mejor lo horrible que era la situación en la novela. Por ejemplo, aunque en el libro se da la impresión que la cárcel estaba muy llena, me di cuenta que no lo había registrado completamente en mi cabeza. Pero después de ver la película y ver con los propios ojos que no había ni medio metro espacio libre en el suelo de las celdas y todas dormían ahí juntas casi me da algo. Es una cosa leerlo y otra verlo.

Ha llegado un momento en este curso que simplemente he pensado que no puedo más. Que no valgo para leer todos estos horrores, que sinceramente no quiero saber más. Es todo tan deprimente y soy muy sensible en cuanto a este tipo de acontecimientos históricos. Sin embargo, en La Voz Dormida, a pesar de todo, está presente la esperanza. Se nota en la fuerza que tienen las mujeres, que no se rinden nunca. Se nota la esperanza también en su solidaridad, como se cuidan a una a la otra, como reparten lo poco que tienen. Aunque la situación es casi imposible no dejan de luchar por la libertad, siempre siguen teniendo fe en un día mejor. Aunque la novela cuenta una historia terrible, aun así deja una sensación que todo se solucionará al final. Me dejó la sensación de que Hortensia ganó aunque la mataron. No le pudieron quitar su dignidad, su valor, su importancia en el mundo. Su recuerdo vive, de la misma manera que vive el recuerdo de las trece rosas porque las historias son contadas una y otra vez. Y me gusta saber que soy una de las personas a las que la han contado.