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Sale a luz un archivo clandestino con 900 fotos de la Guerra Civil

Franco y Aranda en una comida de campaña en Asturias en 1937

Imagen: mario blanco Franco y Aranda en una comida de campaña en Asturias en 1937

Las imágenes inéditas de un recluta del bando nacional documentan con realismo la contienda

Rocío García – La voz de Galicia – 03/12/2016 05:00

La web del Museo do Pobo Estradense (www.museo.aestrada.com) acaba de poner a disposición del público el impresionante archivo fotográfico de la Guerra Civil del estradense Mario Blanco Fuentes (1917-2000), quien además de alcalde del municipio fue, sin haberlo buscado, reportero de guerra.

«Ey, carballeira». Es el único testimonio de uso del gallego en el bando nacional. Se lee: «Ey, carballeira. A quen me dea un pau doulle un peso»

mario blanco«Ey, carballeira». Es el único testimonio de uso del gallego en el bando nacional. Se lee: «Ey, carballeira. A quen me dea un pau doulle un peso»

Con veinte años fue reclutado por el bando nacional para el departamento de Sanidad Militar. Una recomendación familiar y su afición a la fotografía lo libraron de poner vendas y lo colocaron tras el objetivo de una cámara Leica. Integrado en el equipo de fotógrafos del Cuerpo de Ejército de Galicia (CEG) documentó entre los años 1937 y 1939 el avance de las tropas desde Galicia hasta Valencia. Su misión no era hacer retratos ni deleitarse en el paisaje, sino cartografiar el avance de las tropas y facilitar al Estado Mayor un valioso material para definir tácticas militares.

Prisioneros del Ejército republicano. Al fotógrafo le tocó retratar dos grandes reveses republicanos: la batalla de Teruel y la de Belchite

mario blanco Prisioneros del Ejército republicano. Al fotógrafo le tocó retratar dos grandes reveses republicanos: la batalla de Teruel y la de Belchite

No estaba permitido quedarse las instantáneas. Sin embargo, Mario Blanco tuvo acceso a un sello de la censura que le permitió hacer envíos clandestinos a su domicilio, burlando los estrictos controles de correspondencia. Fue así como llegó a reunir cerca de novecientas fotos en las que retrata con objetividad la crudeza de la Guerra Civil. La familia, que ha cedido este valioso material al museo, quiere convertirlo en una llamada a la reconciliación para enterrar bajo toneladas de tolerancia la barbarie de la contienda fratricida.

‘Sevilla en guerra’: la base rebelde que cimentó la victoria de Franco

La exposición ‘Sevilla en guerra: 1936-1939’ muestra el papel trascendental de la capital andaluza en el estallido golpista y en la propia guerra civil.

La Consejería de Cultura y el Archivo Histórico Provincial de Sevilla sacan a la luz un patrimonio documental, en parte inédito, para construir “memoria colectiva”.

Exposición 'Sevilla en guerra'.
La directora del Archivo Histórico Provincial, Amparo Alonso, junto a la viceconsejera de Cultura, Marta Alonso Lappí. | JUAN MIGUEL BAQUERO

“La memoria intenta preservar el pasado sólo para que le sea útil al presente y a los tiempos venideros”, decía el historiador francés Jacques Le Goff. Y para construir las páginas de la historia, nada más útil que el aporte documental. Como muestra, la exposición ‘Sevilla en guerra: 1936-1939’ organizada por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía a través del Archivo Histórico Provincial de Sevilla.

Cuando se cumplen 41 años de la muerte del dictador, Francisco Franco, y a 80 años del estallido golpista que provocó la guerra civil española quedan relatos por escribir. El país de la desmemoria,  sembrado de fosas comunes y de olvido a las víctimas del fascismo, ofrece a cuenta gotas escaparates tan completos como el expuesto. Una recopilación que certifica, si había dudas, el “papel capital que tuvieron Sevilla y su provincia en el comienzo de la rebelión y en el trascurso del periodo bélico”.

Sevilla, entonces, como base del ulterior triunfo fascista. Y también del terror fundacional del franquismo. La exposición, inaugurada por la viceconsejera de Cultura, Marta Alonso Lappí, y el director general de Memoria Democrática, Javier Giráldez, está abierta al público hasta el próximo día 5 de enero de 2017. Participaron en el arranque la directora del archivo provincial, Amparo Alonso, y el comisario de la exposición, Antonio García.

expo sevilla en guerra
‘Sevilla en guerra’, una muestra para la memoria colectiva. | J.M.B.

En la elaboración de ‘Sevilla en guerra: 1936-1939’ han colaborado las direcciones generales de Memoria y de Innovación Cultural y del Libro. El material seleccionado sirve además para afianzar el compromiso “con la recuperación de la Memoria Histórica a partir de la difusión y el conocimiento, de la investigación y de la puesta en valor de los archivos como centros de transmisión de saber sobre nuestro pasado”, según la organización.

Un golpe “vergonzoso y criminal” contra la República

El material seleccionado parte de distintos fondos documentales del Archivo Histórico Provincial de Sevilla. De aquellos legajos salen a la luz fotografías, libros y escritos que atestiguan cómo el ejército Sur, comandado por Queipo de Llano, usa la ciudad como base rebelde que cimenta la victoria final de Franco y los sublevados.

expo sevilla en guerra
El Gobierno republicano pide la rendición de las tropas sublevadas. | AHPS

Un “rico patrimonio” obtenido para la muestra del Fondo de la Prisión Provincial de Sevilla, del Juzgado de 1ª Instancia sevillano, del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas y del archivo de la Naviera Ybarra que proporcionaría apoyo logístico. Con el ‘barco de la muerte’, por ejemplo: el cabo Carvoeiro.

“Al levantaros en armas contra la República habéis cometido un acto vergonzoso y criminal”, escribía el Gobierno republicano en unas octavillas inéditas que fueron impresas en los talleres del diario El Liberal de Sevilla. La idea, tatuada en estos pergaminos rescatados del olvido, era lanzar esta proclama sobre las tropas sublevadas en el Protectorado Español de África ordenando su rendición. Está fechado el propio 18 de julio de 1936, por orden del presidente de la República, Santiago Casares Quiroga.

‘Sevilla en guerra: 1936-1939’ expone cómo se desarrolló y quiénes protagonizaron los sucesos golpistas en la ciudad. Qué elementos toman las armas y cómo se produce la sucesiva ocupación a sangre y fuego de los pueblos. Incluso cuenta de qué forma sucedía la vida cotidiana en una Sevilla transformada en plaza clave de la retaguardia franquista.

expo sevilla en guerra
A la derecha, imagen de un triunfal Queipo. | J.M.B.

Patrimonio documental para la memoria colectiva

Con este objetivo divulgador, la exposición explica las fases y los distintos procedimientos represivos ejecutados por los golpistas durante el periodo bélico y la posguerra. Y hay un apartado, también, a informar sobre las diversas iniciativas investigadoras relacionadas con la Memoria Histórica que han basado sus trabajos en los documentos obrantes en el Archivo Histórico Provincial.

El patrimonio documental, puesto así, como sustento de la memoria colectiva y fuente primaria para la investigación histórica. Para contar cómo la conspiración contra la República devino en un golpe de Estado que, en Andalucía, sólo triunfaría en capitales como Cádiz y Córdoba junto a Sevilla. Y cómo el fracaso de la asonada provocó una cruenta guerra civil que sumió luego a España en una larga dictadura.

expo sevilla en guerra
Reproducción de la fachada de la Prisión Provincial. | J.M.B.

Como dice el párrafo 50 del Informe del Relator Especial de la ONU sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, dedicado a las violaciones de los derechos humanos durante la guerra civil y la dictadura franquista: los archivos están en una situación central en el impulso del derecho a la verdad. Y la muestra ‘Sevilla en guerra: 1936-1939’ cumple con el propósito al establecer mecanismos de acceso a los archivos y fondos documentales. O como escribía Le Goff, “procuremos que la memoria colectiva sirva para la liberación de los hombres y no para su sometimiento”.

Una muestra dividida en varios espacios expositivos

El primer ámbito de la exposición, titulado Sevilla, julio de 1936, narra la forma en que se produjo el golpe de Estado en Sevilla, la resistencia mostrada por las autoridades republicanas y los vecinos de los barrios obreros y la ocupación de la provincia por parte de los sublevados. Este ámbito se articula en las siguientes escenas: El Golpe, 18 de julio; La batalla de la Plaza Nueva; La columna minera de Huelva, 19 de julio; Banderas blancas en Triana, 20 – 21 de julio; La resistencia de los barrios, 22 de julio; Consummatum est, resistencia y ocupación de la Provincia, 18 de julio – 11 de septiembre; y, la instalación Barricada de la Memoria, donde se proyectarán documentales relativos al conflicto civil en Sevilla.

expo sevilla en guerra
Queipo y simbología nazi en publicaciones de la época. | J.M.B.

El segundo ámbito, denominado Capital del Virreinato, pretende representar cómo el General Franco fue acaparando el poder en el “Nuevo Estado” creado por los sublevados. Además, a través de los documentos se testimonia como fue la vida cotidiana en la Sevilla del General Queipo de Llano, militar que convirtió a la capital hispalense en el centro de su poder. Una Sevilla de discursos grandilocuentes, de desfiles, de himnos patrióticos y de grandes actos públicos. El área se desarrolla en las escenas: Una nueva era; ¡Buenas noches Señores!; En el frente; y, Victoria sin Paz.

expo sevilla en guerra
Fotografía de golpistas. | J.M.B.

El tercer ámbito, Borradas la piedad y la amnistía, recibe su título de una expresión utilizada frecuentemente por el General Queipo de Llano para advertir de las consecuencias que conllevaban la oposición al golpe de Estado. Desde el inicio del conflicto civil los sublevados desataron una ola represiva destinada a la neutralización física del enemigo político y al control del resto de la población mediante la ejemplaridad, la obediencia y la sumisión. Esta violencia no solo acompañó al golpe en sus comienzos, provocando multitud de muertes en los momentos de combate abierto entre sublevados y defensores de la República. La represión se extendería durante y después de la Guerra Civil, cuando en la ciudad hacía tiempo que no se producían enfrentamientos armados. Este espacio se estructura en las siguientes escenas: En la Prisión de Sevilla; Cárceles provisionales; El barco-prisión Cabo Carvoeiro; Bando de Guerra; Consejos de Guerra; Responsabilidades políticas; Depuración.

El cuarto y último ámbito, titulado Recuperando el pasado, muestra las iniciativas públicas y privadas que desde la Transición han permitido reconstruir los hechos y recuperar la memoria de este período. El área destaca el papel de las familias en la reconstrucción de la memoria de las víctimas a través de la escena titulada Me llamo Antonino Sanz Toscano. La escena Memoria de Sevilla expone las investigaciones sobre la Guerra Civil en Sevilla realizadas con documentos de este Archivo Histórico Provincial.

Más info

El minero anarquista al que quemaron su biblioteca

"Mineros de la sierra de Huelva apresados en la zona de la Pañoleta" (Archivo Serrano).

“Mineros de la sierra de Huelva apresados en la zona de la Pañoleta” (Archivo Serrano).

SEVILLA.- “Pedro Masera Polo. Fusilado por Consejo de Guerra. Causa de la muerte. Hemorragia interna. Lugar de fallecimiento. Huelva, cerca de la Soledad. Cargos. Auxilio a la rebelión”. La historia de este minero anarquista nunca descansó en paz para los suyos. María Luisa Masera, su nieta, tiene ahora sesenta y nueve años y pide justicia desde hace siete meses ante el Ayuntamiento de Huelva capital, gobernado por el PP. “Era una de aquellas niñas de la posguerra que vivió el trauma del silencio de sus padres. Nadie contaba lo que había pasado hasta que tuve la edad suficiente”, aclara en conversación a Público.

El pasado mes de abril tramitaría en el Ayuntamiento de Huelva capital, la primera petición de exhumación de un fusilado de la guerra, de las casi 4.000 víctimas que descansan en este camposanto. “Todo fueron buenas intenciones por parte del alcalde, Gabriel Cruz, pero poco hicieron para buscar una solución al trauma de las víctimas de estos crímenes de estado hace ochenta años”.

El silencio del gobierno local llevó a María Luisa a acudir a la oficina del Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, para tramitar una reclamación. Siete meses después de escritos y ruegos y gracias a la ayuda del grupo de CGT de Memoria en Andalucía, la historia de este minero ha vuelto a salir a la luz. La Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía ya ha iniciado los trámites pertinentes para realizar las catas con las coordenadas indicadas por el forense, que certificó la muerte de Masera el 10 de febrero de 1938. Con 61 años, fue fusilado de madrugada junto a un grupo de compañeros, traslados desde la vieja cárcel de Huelva, declarada lugar de memoria de Andalucía, aunque en estado de ruinas y absoluta dejadez.

La biblioteca de Masera

El abuelo de María Luisa era minero en el pequeño municipio de Cerro de Andévalo, con apenas dos mil habitantes. “En el pueblo lo apodaban Pedro Palillo y tenía una biblioteca en su casa que aún hoy los más ancianos recuerdan”. Schopenhauer, Nietzsche, Voltaire, la enciclopedia completa de Rousseau… “Estaba suscrito a revistas como Solidaridad Obrera desde Barcelona y mandaba hasta artículos para que se los publicaran, además de recibir publicaciones de divulgación científica de la época como la revista Estudios o la revista Blanca”. Pedro trabajaba por jornales en la mina y era autodidacta. María Luisa no olvida como sus apellidos figuraban en muchas “listas negras”, a causa de su actividad política.

Zona de fosas en el cementerio de la Soledad

Zona de fosas en el cementerio de la Soledad

“Le costaba conseguir trabajo en la mina de Río Tinto y se tenía que ir a otras compañías más pequeñas en la zona por su vinculación a la CNT”, recuerda su nieta. La actividad de Masera, con sesenta años ya en aquella época, se centraba en llevar sus libros hasta el conocido casino del pueblo del Cerro, donde muchas veces hacía reuniones sobre política y leía “en voz alta” para todos los asistentes en la sala de arriba. “Nunca estuvo metido en disturbios y es lo que más me duele es que tuviera que vivir aquel infierno con esa edad”.
El mayor de los Masera decidió entregarse al cuartel de la Guardia Civil en marzo de 1937.

Desde el inicio del golpe había permanecido escondido en la sierra. Su hijo Pedro, padre de María Luisa, habría marchado a Madrid a luchar como miliciano. “No quería que tomaran represalias contra sus hijas como sabía qué hacían en muchos pueblos y fueron hasta su casa donde quemaron todos los libros de biblioteca en medio de la calle, lanzando todos los ejemplares por la ventana y haciendo una hoguera púbica”. En aquel incendio también destrozarían la importante correspondencia que Pedro Masera Polo mantenía con importantes intelectuales de aquella etapa como Francisco Ferrer Guardia, precursor de la Escuela Moderna.

El forense que certificó, al pie de la fosa del cementerio de la Soledad, la muerte de Masera dejó por escrito las coordenadas exactas del enterramiento.

No fue el único familiar represaliado para María Luisa. Su padre, también Pedro Masera, sería internado en 1939 en el campo de concentración de los Almendros, Alicante. “Tenía pasaporte para viajar a Veracruz pero aquel barco nunca llegaría” a tiempo. Tras aquel primer intento de huida, el joven Masera pasaría por cárceles de toda la geografía hasta llegar a su ciudad, Huelva, donde sería internado en la antigua prisión provincial. “Mi padre recordaba a compañeros morir de hambre con la espalda negra por las chinches que tenían en todo el cuerpo y tendidos cada noche sin llevarse nada a la boca”. Hasta 1945, Pedro Masera estuvo encarcelado. “No conoció la triste noticia de la muerte de mi abuelo hasta que salió muchos años más tarde”.

La casa del Cerro, donde Pedro Masera Polo guardaba su biblioteca, fue destrozada y posteriormente abandonada. “Hasta principio de los 60, mis padres no me llevaron al Cerro para intentar vender la casa que estaba en malísimas condiciones. Yo tenía ya quince años y fue cuando nos enteramos por los vecinos cómo quemaron todas sus pertenencias y sus libros. Aquel recuerdo ha sido para mí un gran trauma en mi vida”, apunta.

Una pista clave, las coordenadas

El forense que certificó, al pie de la fosa del cementerio de la Soledad, la muerte de Masera dejó por escrito las coordenadas exactas del enterramiento. “Gracias a estos datos tengo más esperanzas de que podrán encontrar a mi abuelo”, aclara. La Dirección General de Memoria Democrática iniciará los trabajos antes de finalizar el año. Si el resultado es positivo, la administración andaluza se hará “cargo de las labores de exhumación e identificación del minero”, según han destacado en una nota.

Hay que poner "Mineros de la sierra de Huelva apresados en la zona de la Pañoleta" (Archivo Serrano)

Hay que poner “Mineros de la sierra de Huelva apresados en la zona de la Pañoleta” (Archivo Serrano)

Ocho lugares para recorrer la Defensa de Madrid en su 80 aniversario

El 6 de noviembre de 1936 el Gobierno de la II República abandona la capital rumbo a Valencia dejando al general Miaja al frente de la Junta de Defensa con la única instrucción de resistir a las tropas de Franco, que ya estaban instaladas al sur y al oeste de la ciudad.

Vista del pasillo central, de 34 metros, que conecta las diferentes estancias del búnker.-  CHRISTIAN GONZÁLEZ

Vista del pasillo central, de 34 metros, que conecta las diferentes estancias del búnker.- CHRISTIAN GONZÁLEZ

ALEJANDRO TORRÚS – 6/11/2016 – Público

MADRID.- El día de Todos los Santos de 1936 aviones italianos lanzan miles de octavillas por toda la capital del Estado español: “Madrid está cerca. Habitantes de Madrid, la resistencia es inútil. Ayudad a nuestras tropas a tomar la ciudad. Si no lo hacéis, la aviación nacional la borrará del mapa”. Al día siguiente, esos mismos aviones lanzaron bombas. El ejército franquista, con compañías de carros alemanes e italianos, ya se encontraba a principios de noviembre de 1936 a las puertas de Madrid por el sur y por el oeste con el general José Varela al mando y, junto a ellos, miles de voluntarios falangistas y requetés carlistas. En el norte, las tropas del general Mola se habían atascado con las defensas republicanas en la Sierra de Guadarrama. La consigna es simple, pero había resultado efectiva en los cinco meses anteriores de guerra: ataque frontal sobre la capital. 

Nadie dudaba de la victoria de las tropas de Franco, que había sido designado Generalísimo de todos los ejércitos dos meses antes. Su ejército podría ser de los más débiles de Europa, pero era un ejército al fin y al cabo. Frente a ellos tenían a un nutrido grupo de entre 12.000 y 17.000 milicianos, entre guardias de asaltos, elementos de la Guardia Nacional Republicana, carabineros y milicias de sindicatos y partidos. Apenas hay armamento y las reservas son más que escasas. La gran esperanza era la llegada de las Brigadas Internacionales, donde sí se integraban verdaderos soldados con experiencia en el frente de batalla en la I Guerra Mundial.

El Gobierno de la II República parece coincidir con esta lectura y abandona Madrid rumbo a Valencia. Antes de partir, Francisco Largo Caballero, presidente del Gobierno y ministro de Guerra, entrega una carta al general José Miaja, jefe de la 1ª División Orgánica y comandante de Madrid. El encargo es claro: organizar la “defensa de la capital a toda costa”. Para ello ordena la creación de una Junta de Defensa de Madrid presidida por el propio Miaja y con representación de todos los partidos presentes en el Gobierno de la II República. La batalla está a punto de comenzar y la ciudad debe prepararse para el asedio. Resistir es la única consigna.

[Lee aquí todo el artículo]

La voz dormida llevada a la música y al cine

Os dejo aquí algunas cosas relacionadas con La voz dormida que os pueden interesar.

Escuchad con atención la letra de esta canción (“Hasta siempre Tensi” de Barricada, del disco La tierra está sorda):

Tenéis aquí un artículo publicado en El País sobre el disco-libro de Barricada.

Y este documental narra el viaje de Barricada a Zafra (Badajoz), lugar de orígen de Dulce Chacón:

Para más información sobre el disco, podéis ver el siguiente artículo:

P. Folgueira (2012): “La tierra está sorda. La visión del grupo Barricada sobre la Guerra Civil”. Clío 38.

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La voz dormida también ha sido adaptada al cine. La película, también titulada La voz dormida (2011), fue dirigida por Benito Zambrano. Aquí tenéis el tráiler:

Y aquí una crítica no tan elogiosa de la película.

Berlín recuerda a las Brigadas Internacionales

El embajador español en Alemania, Pablo García-Bedoy Cerezo, recuerda la memoria de aquellos que “dejaron atrás a sus familias” para defender la República española

La asociación Luchadores y Amigos de la República Española organizó un homenaje a los combatientes alemanes en el parque de Friedrichshain

 

El embajador español en Alemania Pablo García-Bedoy Cerezo en el acto en recuerdo de las Brigadas Internacionales
El embajador español en Alemania Pablo García-Bedoy Cerezo en el acto en recuerdo de las Brigadas Internacionales FOTO: Gabriele Senf / Berlín

La lluvia no asusta a nadie en la capital alemana. Aunque pasados por agua, más de un centenar de personas acudieron a la cita en el Parque del Pueblo en el barrio de Friedrichshain, en el que hay un monumento a los combatientes alemanes voluntarios que apoyaron a la República en la guerra civil española.

La presidenta de dicha asociación, Kerstin Hommel, se mostró muy feliz con la presencia del embajador español en Alemania, Pablo García-Bedoy Cerezo, que pronunció un discurso en alemán sobre “uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente”.

El embajador recordó que la Guerra Civil española fue un una lucha “de la democracia contra el totalitarismo” y que la embajada organizó hace unos meses una charla sobre los republicanos españoles prisioneros en los campos de concentración alemanes. “Ochenta años después, es una obligación”, declaraba, “recordar la memoria de estas personas que abandonaron a sus familias” para defender la democracia en España.

[Lee todo el artículo aquí.]

Reflexiones sobre lo vivido psíquico de la gente en guerra

La guerra civil española me era prácticamente desconocida antes del curso así que poco tengo que decir sobre ella. El impacto enorme que parece haber tenido en la mente española no lo llego a distinguir de la mentalidad de esta nación que precedía la guerra. Por ello voy a hablar de mis reflexiones sobre el proceso psíquico que debe de tocar los españoles.

Observando los fenómenos en España al estallar la guerra hay que decir que tienen aspectos en común con los fenómenos que tuvieron lugar en Alemania de la época. En el centro está el imagen fuerte de un personage absoluto e inflexible. Con el tiempo este imagen se vuelve de más en más claro y absoluto hasta llegar sin más efectos a afectar la gente como si fuera hipnótico. Un sólo imagen puede llegar a suscitar emociones extremas y dedicación, aún autodestructiva, en la gente. Como si fueran programados de responder de tal manera a tal estímulo, de tener ciertas emociones y reacciones (o cadenas de reacciones) desde un sólo imagen. Fue el imagen de Franco, caudillo de España, que actuaba en la mente española mucho de la misma manera que el imagen del Führer en la mente los alemanes nazis. Las reacciones parecen tan inmediatas como si realmente fueran reacciones, o sea respuestas directas sin mediación reflexiva. Por la fuerza y contradicción que presenta este fenómeno con la mente humana dominante antes de los sucesos tengo una impresión que los acontecimientos de la época de guerra y de posguerra ya estaban subyacentes en la sociedad y esperaban un momento oportuno para meterse en marcha. Todo eso de igual manera que en Alemania de la época donde la sociedad con sus problemas profundos ya estaba en crisis y esperando a una explosión.  En este proceso el imagen del personage carismático, sea Franco en España e Hitler en Alemania, serviría del embrague /interruptor que llegaría a dar esperanza a la nación con sus problemas y con una identidad confusa.

Lo que marcaba la guerra civil española era su brutalidad. A diferencia de varias guerras interiores que tuvieron lugar en paises europeos a la época la de España fue muy inhumana e inexplicablemente violenta y nada más por la manera de que llegó a tocar a toda la sociedad, desde dentro y con sus miembros más inofensivos, se la puede llamar con buena razón una guerra civil. Fueron ante todo los civiles que se volvieron víctimas en esta guerra. Sería posible que al estallar una guerra entre “hermanos” los sentimientos invueltos serían más profundos y el amor se convirtiría en ira dando como resultado una guerra más violenta que entre naciones. Como un equilibrio que se hace: más amor vale más ira. Esto también podría ser una de las razones por las que la memorización de una guerra interior sería más dolorosa y entonces tomaría más tiempo que en casos de guerras entre naciones. El hecho de tener que llevar cada uno el resentimiento hacia los próximos pero también el imagen de sí mismo no como matador sino como cometedor de fratricidio, origen de varios sentimientos negativos que uno tendría que aceptar como parte de su propia naturaleza: la verguënza, el arrepentimiento. Simbólicamente esta memorización tendría el mismo valor que el acto de tener que quitarse una bala de las tripas: al encontrarse la bala en proximidad de órganos vitales y al moverse el mal (la bala) existe el riesgo de que se toque algo vital. Según la misma simbología una bala en las extremidades igualiaría la memorización de la guerra entre naciones, doloroso pero no fatal ya.

En el proceso de la memorización la historia escrita juega un papel importante. Lo escrito representa lo aceptado, es decir la verdad. Escribiendo la historia de una guerra interior tiene el problema de nunca llegar a satisfacer a todos. No existe unidad ni unanimidad al interior del país. Quién será entonces quien establecerá la verdad? Y quién la aceptará? Quién puede enseñar la historia escrita? Cuenta la Sra Teofila Herreruela por ejemplo el caso de su suegra Isabel en uno de los documentales de la clase y constata ella, testiga de horrores en su propia familia, viuda desde setenta años y maestra, que nunca tuvo la oportunidad de contar en sus clases de historia lo que sabía y había visto ella misma. La historia se escribe por los vencedores. Y la historia se escribe en los libros de escuela. Pero allí no cabía la historia de una maestra. Y ahora nos tiene su discurso (en honra de un día de memorización de los víctimas) y lo finaliza con este colmo: que todo fue una mentira, que las promesas del propio caudillo no valían nada, que mató a sus ciudadanos que nada no habían hecho. Que no era por no haber cometido un délito contra el orden que no te matarían. Al llegar otros tiempos  la historia se reescribe. La verdad se redice. Desde el punto de vista de una nación tiene que ser muy doloroso esta falta de unanimidad que obliga hasta los niños de exponerse a la contradicción entre las verdades de sus padres y la de su maestro. Y los padres que han vivido la guerra o la tienen en su heritage social desde sus padres tienen que callarse si no quieren introduir esta división de verdades en la mente de aquellos. Además hay que tener en cuenta que con la guerra civil no se terminó la división de la nación española. Lo difícil con la época de posguerra es que aparenta a la paz y acaba siendo aún más peligroso para los que no están con los podertenientes.

Ahora se dice que ya no se quiere hablar de vencedores porque todos están pagando por lo pasado. Identificarse como vencedor significaría excluirse a sí mismo de su pueblo. La “monopolización de la memoria” por los podertenientes durante la dictadura  debe de haber afectado lo vivido realmente de una minoría, es decir lo de los niños de posguerra cuyos padres aceptaron callarse de su vivido. Cuántos fueron realmente? Aunque sea una referencia casi inexistente, pienso que el hecho de no haber conocido yo personalmente un solo español cuyos padres se habrían callado dentro de la casa significa que la verdad quiere vivir. La verdad, tal como cada uno la conoce. La verdad subjetiva. A lo mejor hubieron padres que se callaron por el miedo de meter a sus hijos y a sí mismos en peligro, pero se puede también comprender el riesgo que corren los padres que eligen diferentemente: quieren vivir mentalmente, quieren existir, quieren que se admita lo que han vivido y no sólamente quedar en vida.

Lo que más me ha tocado son estas experiencias de individuos, lo que veían y lo que sentían. En uno de los articulos del curso se habló del caso de una mujer embarazada que se hizo echar en un pozo profundo con seis de sus siete hijos. Pasó en uno de los pueblos del norte montañoso. Parece que se mezclaron sentimiento de celos y de ira, no las ideas o ideologías de la guerra. Este caso me hace pensar que la guerra también a veces sirve de excusa para los individuos de echar lo menos preciable de su propia naturaleza encima de un otro. Entonces serían víctimas los que en otros tiempos serían superiores de alguna manera a los agresores: más ricos, más guapos, con algún caracter de más. Quizás. Pero detrás de estos celos aparentes deben haber verdaderos sentimientos de malestar liados con las circunstancias. Desde un punto de visto moral también se puede decir que, aunque este tipo de crímenes no son de menor importancia cuando cometidos por los extranjeros, en un aspecto posterior a la guerra pueden resultar más difíciles sobrepasar si fueron hechos por el propio pueblo. Tres generaciones no son mucho para olvidar los hechos de la guerra. Y mucho menos si uno tiene que vivir integrado entre los que en otros tiempos hubieran sido sus enemigos.

En estas circunstancias, qué podrían conseguir las dichas comisiones de verdad? No podemos meter en duda el hecho que nada de lo pasado no lo podrían deshacer. Nada podrían volver de concreto, ni personas ni vidas. Aún los sentimientos de quién que sean, por ser experiencias tan subjetivas podrían aprofundizarse en unos al mismo tiempo que otros sentirían una gratitud ante el proceso analítico y la admisión de hechos. Pero los vividos y las memorías quedarían allí donde están. Las verdades subjetivas no cambiarán. Quienes tienen memoría propia la tienen independientemente de las verdades establecidas desde fuera. Y quienes no las tienen (las experiencias propias) sólo pueden tirar conclusiones una vez de más. Quizás son estas conclusiones las que nos dirigen en la continuación y pueden servir de ejemplos para no olvidar. Pero no estaría bien de poder también olvidar a partir de un momento? Si lo hecho no se deshace no sería posible de dejar el pasado y empezar a vivir ahora? En la clase discutimos un poco el tema de abrir o no una fosa tantos años después. Hay que ser muy fuerte para abrir heridas que son profundas. Quizás algunos de nosotros se cicatrizan más de prisa que los demás.. Quizás nunca habrá una unanimidad y un olvido sano. Quizás siempre los habrán quienes se molestan.. De hecho, la idea que me está molestando con las comisiones de verdad es que al fin presentarían sólo una verdad de más. Y sería una verdad peligrosa puesto que estaría establecida por una comisión de verdad. Quién podría ya decir una palabra de más?

En fin, lo que atraye mi atención es esta brutalidad que tocó toda la nación española.Hombres, mujeres, guerrilleros, civiles, todo el país se puso en un ritmo frenético cometer crímenes contra humanidad hermano contra hermano. Y una vez terminada la guerra no se terminó la persecusión. Y una vez muerto el personage carismático muere la persecusión pero persiste aún esta necesidad de buscar en el pasado. Qué es este círculo? En qué termina? De qué empezó? Cuál será la étapa siguiente? Este tipo de fin sin fin definido y sin resolución determinada deja al aire la impresión de algo que está a la espera de una nueva oportunidad o un nuevo personage carismático.

[trabajo de Heidi]

Powerpoint de clase: La guerra civil

Tenéis acceso al Powerpoint de la última clase aquí.

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Si os interesa el libro ¡No pasarán! Espanjan sisällisodan kulttuurihistoriaa de Hanne Koivisto y Raimo Parikka (eds.), lo podéis descargar aquí. Os recomiendo especialmente los siguientes capítulos:

  • Hanne Koivisto: “Solidaarisuuden tunnetta ja sodan todellisuutta – suomalaisten vasemmistointellektuellien tulkintoja Espanjan sisällissodasta”
  • Hanne Koivisto: “Carl von Haartman Francon armeijassa 1936–1939”
  • Jaana Torninoja-Latola: “Espanjan lasten puolesta, fasismia vastaan Sylvi-Kyllikki Kilpi Espanjan sisällissodan aikaisen avustustyön organisoijana ja puolestapuhujana”
  • Mikko Aho: “Espanjan asia on meidän Suomen vasemmistososialistien ja kommunistien propaganda ja toiminta Espanjan tasavallan puolesta”

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Os dejo también un enlace a una artículo de Ilta-Sanomat titulado “Espanjan sisällissodan alusta 80 vuotta – Ernest Hemingway oli Ilta-Sanomien kirjeenvaihtaja“.

Hallados huesos de niños en una sima donde se sepultó a una familia en 1936

Una mujer embarazada y sus seis hijos fueron arrojados en ese pozo de la montaña navarra al desatarse la Guerra Civil

Carmen Morán, Madrid
Los excavadores Asier Izagirre y Francisco Etxeberriajunto a los restos en la sima de Gaztelu.rn
Los excavadores Asier Izagirre y Francisco Etxeberriajunto a los restos en la sima de Gaztelu.

 

El forense Francisco Etxeberria ha sacado este viernes en Navarra los primeros huesos de niño que confirman uno de los más sangrientos crímenes de la Guerra Civil española. Se trata de los asesinatos de una mujer embarazada y de seis de sus siete hijos, arrojados a un pozo natural de 50 metros de profundidad. Después de varios días descendiendo a la sima, sacando basuras, separando huesos de animales, eliminando sedimentos, de repente, en una zona de la sala subterránea de unos siete metros de diámetro, aparecieron un fragmento de cráneo, luego una tibia, después un fémur.

“Ha sido muy emocionante, yo conocía esta historia, ahora podemos decir que no es leyenda, están aquí, los tiraron al pozo”, dice el forense, experto en estos trabajos de recuperación de restos en aplicación de la memoria histórica, en este caso financiados por el Gobierno de Navarra.

La terrible historia de Juana Josefa Goñi Sagardía y seis de sus siete hijos (el mayor se salvó porque estaba con el padre trabajando en el monte) se extendió pronto aquellos días de agosto de 1936 en el valle de Malerreka, el que Pío Baroja llamaba el país del Bidasoa. La mujer, de belleza extraordinaria, dicen los que supieron del relato por boca de sus mayores, había salido huyendo del pueblo, Gaztelu, amenazada por los vecinos que aquellos días anidaban las peores intenciones; se refugió, embarazada del octavo hijo, en un chamizo de la montaña con todos los críos. No muy lejos de allí estaba la sima. Mandó recado a su marido, que fue encarcelado al bajar al pueblo. Nada pudo hacer. La noche del séptuple crimen se oyeron cuatro tiros de escopeta. Nunca más se supo de la familia. Las leyendas y los secretos a retazos apuntaron siempre a aquel pozo.

“Ahora tenemos que sacar todos los huesos y son 200 por cada persona. Las familias están avisadas ya y faltan los análisis genéticos, pero no cabe ninguna duda”, afirma Etxeberria.

Hay unas sobrinas de Juana Josefa que viven en San Sebastián. Y el único hijo que quedó vivo se casó con Gloria Pedroarena, que ahora ocupa una plaza en una residencia de ancianos de Pamplona. “Las familias normalmente quieren saber qué ocurrió, pero no podemos determinar las circunstancias de las muertes, solo si hubo alguna herida de arma blanca, por ejemplo o disparos, eso quizás”, afirma Etxeberria. En el pueblo se decía que los tiraron vivos. Eso no podrá saberse.

En diciembre de 2014 los espeleólogos bajaron al pozo y sacaron el cadáver de un joven de 24 años que había desaparecido en la zona en 2008. Nada que ver con lo que se buscaba.

José Mari Esparza publicó el pasado mayo su libro La sima. ¿Qué fue de la familia Sagardía? (Txalaparta) y a la presentación acudieron algunos de los familiares. En él se relata la terrible historia, quizá la más trágica de la Guerra Civil, los odios, las envidias y los personajes que rodearon este crimen así como el juicio que se celebró pero que no logró poner nada en claro. Solo las leyendas han circulado todas estas décadas.

En el suelo del pozo, el equipo de Etxeberria excavó hasta dos metros, pero nada aparecía. “¿y si nos estamos equivocando? ¿Y si es otra sima y no es esta?”, se preguntaba el forense perdiendo ya las esperanzas. Ahora tiene ese mismo sentimiento que él reconoce en las familias cuando participa en los desenterramientos de cadáveres. “Por un lado es alegría, por otro tristeza, es muy difícil de explicar”, afirma.

Hallado el primer corazón conservado en una fosa de la Guerra Civil española

Los órganos de decenas de asesinados en 1936 en un monte de Burgos se mantienen preservados de manera insólita

El País – Manuel Ansede –
Corazón preservado en la fosa común de La Pedraja (Burgos). Serrulla et al.

“Y al fin en un océano de irremediables huesos, tu corazón y el mío naufragarán”, escribió el poeta Miguel Hernández a su esposa desde una trinchera de la Guerra Civil en 1937. El antropólogo forense Fernando Serrulla recuerda perfectamente aquel día de agosto de 2010 en el que recibió una llamada, se subió al coche y condujo desde su casa en Ourense hasta un monte de Burgos, para ver un corazón naufragado en un océano de irremediables huesos. Allí, en la exhumación de una de las mayores fosas comunes de la guerra, la de La Pedraja, habían aparecido cerebros conservados dentro de los cráneos de los asesinados. Y un corazón que dejó de latir en 1936.

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