Author Archives: Elina L.

El minero anarquista al que quemaron su biblioteca

"Mineros de la sierra de Huelva apresados en la zona de la Pañoleta" (Archivo Serrano).

“Mineros de la sierra de Huelva apresados en la zona de la Pañoleta” (Archivo Serrano).

SEVILLA.- “Pedro Masera Polo. Fusilado por Consejo de Guerra. Causa de la muerte. Hemorragia interna. Lugar de fallecimiento. Huelva, cerca de la Soledad. Cargos. Auxilio a la rebelión”. La historia de este minero anarquista nunca descansó en paz para los suyos. María Luisa Masera, su nieta, tiene ahora sesenta y nueve años y pide justicia desde hace siete meses ante el Ayuntamiento de Huelva capital, gobernado por el PP. “Era una de aquellas niñas de la posguerra que vivió el trauma del silencio de sus padres. Nadie contaba lo que había pasado hasta que tuve la edad suficiente”, aclara en conversación a Público.

El pasado mes de abril tramitaría en el Ayuntamiento de Huelva capital, la primera petición de exhumación de un fusilado de la guerra, de las casi 4.000 víctimas que descansan en este camposanto. “Todo fueron buenas intenciones por parte del alcalde, Gabriel Cruz, pero poco hicieron para buscar una solución al trauma de las víctimas de estos crímenes de estado hace ochenta años”.

El silencio del gobierno local llevó a María Luisa a acudir a la oficina del Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, para tramitar una reclamación. Siete meses después de escritos y ruegos y gracias a la ayuda del grupo de CGT de Memoria en Andalucía, la historia de este minero ha vuelto a salir a la luz. La Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía ya ha iniciado los trámites pertinentes para realizar las catas con las coordenadas indicadas por el forense, que certificó la muerte de Masera el 10 de febrero de 1938. Con 61 años, fue fusilado de madrugada junto a un grupo de compañeros, traslados desde la vieja cárcel de Huelva, declarada lugar de memoria de Andalucía, aunque en estado de ruinas y absoluta dejadez.

La biblioteca de Masera

El abuelo de María Luisa era minero en el pequeño municipio de Cerro de Andévalo, con apenas dos mil habitantes. “En el pueblo lo apodaban Pedro Palillo y tenía una biblioteca en su casa que aún hoy los más ancianos recuerdan”. Schopenhauer, Nietzsche, Voltaire, la enciclopedia completa de Rousseau… “Estaba suscrito a revistas como Solidaridad Obrera desde Barcelona y mandaba hasta artículos para que se los publicaran, además de recibir publicaciones de divulgación científica de la época como la revista Estudios o la revista Blanca”. Pedro trabajaba por jornales en la mina y era autodidacta. María Luisa no olvida como sus apellidos figuraban en muchas “listas negras”, a causa de su actividad política.

Zona de fosas en el cementerio de la Soledad

Zona de fosas en el cementerio de la Soledad

“Le costaba conseguir trabajo en la mina de Río Tinto y se tenía que ir a otras compañías más pequeñas en la zona por su vinculación a la CNT”, recuerda su nieta. La actividad de Masera, con sesenta años ya en aquella época, se centraba en llevar sus libros hasta el conocido casino del pueblo del Cerro, donde muchas veces hacía reuniones sobre política y leía “en voz alta” para todos los asistentes en la sala de arriba. “Nunca estuvo metido en disturbios y es lo que más me duele es que tuviera que vivir aquel infierno con esa edad”.
El mayor de los Masera decidió entregarse al cuartel de la Guardia Civil en marzo de 1937.

Desde el inicio del golpe había permanecido escondido en la sierra. Su hijo Pedro, padre de María Luisa, habría marchado a Madrid a luchar como miliciano. “No quería que tomaran represalias contra sus hijas como sabía qué hacían en muchos pueblos y fueron hasta su casa donde quemaron todos los libros de biblioteca en medio de la calle, lanzando todos los ejemplares por la ventana y haciendo una hoguera púbica”. En aquel incendio también destrozarían la importante correspondencia que Pedro Masera Polo mantenía con importantes intelectuales de aquella etapa como Francisco Ferrer Guardia, precursor de la Escuela Moderna.

El forense que certificó, al pie de la fosa del cementerio de la Soledad, la muerte de Masera dejó por escrito las coordenadas exactas del enterramiento.

No fue el único familiar represaliado para María Luisa. Su padre, también Pedro Masera, sería internado en 1939 en el campo de concentración de los Almendros, Alicante. “Tenía pasaporte para viajar a Veracruz pero aquel barco nunca llegaría” a tiempo. Tras aquel primer intento de huida, el joven Masera pasaría por cárceles de toda la geografía hasta llegar a su ciudad, Huelva, donde sería internado en la antigua prisión provincial. “Mi padre recordaba a compañeros morir de hambre con la espalda negra por las chinches que tenían en todo el cuerpo y tendidos cada noche sin llevarse nada a la boca”. Hasta 1945, Pedro Masera estuvo encarcelado. “No conoció la triste noticia de la muerte de mi abuelo hasta que salió muchos años más tarde”.

La casa del Cerro, donde Pedro Masera Polo guardaba su biblioteca, fue destrozada y posteriormente abandonada. “Hasta principio de los 60, mis padres no me llevaron al Cerro para intentar vender la casa que estaba en malísimas condiciones. Yo tenía ya quince años y fue cuando nos enteramos por los vecinos cómo quemaron todas sus pertenencias y sus libros. Aquel recuerdo ha sido para mí un gran trauma en mi vida”, apunta.

Una pista clave, las coordenadas

El forense que certificó, al pie de la fosa del cementerio de la Soledad, la muerte de Masera dejó por escrito las coordenadas exactas del enterramiento. “Gracias a estos datos tengo más esperanzas de que podrán encontrar a mi abuelo”, aclara. La Dirección General de Memoria Democrática iniciará los trabajos antes de finalizar el año. Si el resultado es positivo, la administración andaluza se hará “cargo de las labores de exhumación e identificación del minero”, según han destacado en una nota.

Hay que poner "Mineros de la sierra de Huelva apresados en la zona de la Pañoleta" (Archivo Serrano)

Hay que poner “Mineros de la sierra de Huelva apresados en la zona de la Pañoleta” (Archivo Serrano)

Luisa Carnés, la feminista olvidada de la generación del 27

Luisa Carnés vuelve a la vida después de 80 años de olvido con la reedición de su novela ‘Tea Rooms’, donde retrata las condiciones de trabajo de las mujeres obreras de la II Répública. Un viaje al pasado tan actual y certero que remueve las entrañas.

Luisa Carnés, la feminista olvidada y silenciada de la generación del 27

Luisa Carnés, la feminista olvidada y silenciada de la generación del 27

MAITE GARRIDO COURIEL – 4/11/2016 – Público

MADRID.- Las calles de Madrid huelen a revuelta y a miseria. Son los comienzos tumultuosos de los años 30 de un siglo que le queda mucha guerra por vivir. Pero todavía no. Todavía son tiempos de cambio aunque huelan a hambre atrasada y a ropa vieja. Por esas calles mugrientas camina una joven Luisa Carnés*, escritora autodidacta y periodista autónoma pero también camarera, sombrerera y trabajadora del textil.

Ella va a retratar como nadie lo que son las condiciones de la mujer trabajadora en ese Madrid de la II República. Porque sabe lo que es pasar hambre y lo que es trabajar desde los once años. Su mirada es aguda y su pluma afilada. Escribe cuentos y novelas periodísticas y la crítica literaria de la época ya la reconoce como una de las revelaciones literarias del momento. “Esta mujer humilde, que gana su vida como una obrera y que da a su juventud firmeza melancólica, posee el don indiscutible del novelista”, publicaba el Heraldo de Madrid en 1929. “Es la revelación de fortísimo temperamento de artista”, escribía La Gaceta literaria dos años antes.

Carnés pertenecía por derecho pero sin saberlo a la Generación del 27, esa que tan bien ha tratado la historia a sus hombres y que tan olvidadas ha dejado a sus mujeres. Decía Dostoyevski que la pobreza y la miseria forman al artista, la desigualdad además, te hace ver la realidad con unas lupas hechas con culos de botella rota.

A pesar de ser “la figura literaria más interesante de la juventud femenina española” fue arrollada por una Guerra Civil que la engulló y la sepultó bajo los escombros del olvido

“Aquí, las únicas que podrían emanciparse por la cultura son las hijas de los grandes propietarios, de los banqueros, de los mercaderes enriquecidos; precisamente a aquellas que no les preocupa la emancipación, porque nunca conocieron los zapatos torcidos ni el hambre, que engendra rebeldes”, escribía en su novela periodística Tea Rooms. Mujeres obreras. La misma novela que acaba de ser reeditada y que la ha traído hasta nuestra actualidad 80 años después de que la escribiera. Porque a pesar de ser “la figura literaria más interesante de la juventud femenina española”, como publicaba el diario La Libertad en 1930, lo cierto es que Luisa Carnés fue arrollada por una Guerra Civil devastadora que la engulló y la sepultó bajo los escombros del olvido durante más de medio siglo.

Hasta que un profesor de historia dio con ella por azar a comienzos de los años 90. “Buscaba textos de apoyo para mis clases sobre la vida cotidiana y la situación de la población en la II República. Ese fue el primer paso, encontré a una autora prácticamente desconocida porque en esos años no se había editado nada de ella en España. Solamente quedaba, si es que quedaba, lo que se había publicado en los años 30”, recuerda Antonio Plaza, historiador y el auténtico revitalizador de la obra de Carnés.

Cubierta de la obra

Cubierta de la obra

Ese fue el punto de partida de una cadena de casualidades, aunque la siguiente no tuvo lugar hasta 15 años más tarde, cuando la editorial Hoja de Lata se la encontró de nuevo por azar. “Coincidimos en Barcelona con David Becerra autor del ensayo La guerra civil como moda literaria (Clave intelectual, 2016) que nos habló de una novela sensacional de una autora española absolutamente olvidada. La novela era Tea Rooms y la autora, Luisa Carnés”, explica a Público el editor Daniel Álvarez. “Es una novela rompedora en lo formal y de una vigencia preocupante en la temática, con unas reivindicaciones para las mujeres trabajadoras que en muchos casos no se han resuelto en estos ochenta años que han pasado desde que la novela fuera publicada”.

Matilde es la joven protagonista que entra a trabajar en un refinado salón de té cerca de Sol. A través de su mirada, trasunto de la autora, vemos las miserias de un grupo de mujeres trabajadoras en una ciudad que hierve con una crisis que nos es muy familiar y lo hace, además, de una forma muy cinematográfica. “Su estilo literario es muy fresco, retrata la realidad de una forma muy visual donde hay escenas que parecen de película”, afirma Antonio Plaza. Los temas son crudos: explotación laboral, abortos clandestinos, maternidades obligadas, sumisiones múltiples, pero entre tanta ignominia, un atisbo de esperanza puesta en la mujer nueva: “Las mujeres se preparan para luchar contra la guerra, para luchar por su emancipación. Antes no había más que dos caminos abiertos: el del matrimonio y el de la prostitución, pero ahora ante la mujer se abre un nuevo camino”, escribía en Tea Rooms.

El feminismo de Luisa Carnés se refleja abiertamente en un artículo suyo del 33 dedicado al voto de la mujer, seis o sietes meses antes de que Clara Campoamor consiguiera el voto femenino en el Congreso. “Es muy posible que Carnés y Campoamor se conocieran en un Madrid con un círculo que seguramente no era muy amplio de mujeres intelectuales que escribían, que se pronunciaban y que eran activistas. Las dos venían de familias de pocos medios: Clara Campoamor era hija de una portera de origen humilde al igual que Luisa, que trabajó desde pequeña en un taller de sombreros”, nos cuenta el historiador.

La paradoja del destino quiso que ella confeccionara los sombreros de aquellas mujeres que luego se les denominó las ‘Sinsombrero’, sus coetáneas, artistas y creadoras de la Generación del 27 olvidadas por la historia también, pero recientemente recuperadas. “Falta Luisa en ese grupo de las Sinsombrero, porque ella, además, es doblemente sin sombrero”, nos dice por teléfono Juan Ramón Puyol Carnés, nieto de la escritora. “Ese grupo de mujeres eran personas de élite intelectual con acceso a libros y cultura, una procedencia muy distinta a la de mi abuela, pero que compartían con ella inquietudes, pensamientos, actividad, dedicación y logros”.

Volver a la vida

Para la familia de la autora, la reedición de Tea Rooms por parte de Hoja de Lata, ha tenido el don de volver a la vida a Carnés para el gran público. “Ha sido un proceso psicológico muy fuerte, sobre todo para mi padre”, explica Puyol. “Él guardó en una caja todas la cartas de mi abuela, sus fotos, sus manuscritos, sus papeles…”. Una caja que se mantuvo cerrada y que contenía toda una vida en el exilio y su experiencia de la guerra. Durante la contienda escribió en periódicos de corte comunista y con el final de la Guerra Civil huyó a Francia primero y luego a México, donde vivió en el exilio hasta su prematura muerte. Siempre con la pena de no poder volver a España: “Hemos engendrado hijos para una patria ajena”, escribía. Así de simple, así de tremendo.

Como una Irène Némirovsky española y proletaria, Carnés poseía un agudo sentido de la observación que la dotaban de una perspectiva histórica inaudita y afilada

El historiador Antonio Plaza fue el primero en ayudar a abrir esa caja de los recuerdos: “Se había mantenido intacta durante años con todas las novelas inéditas de su madre”, nos cuenta. Luisa Carnés nunca pudo volver a España. Un 8 de marzo de 1964, el Día de la Mujer, tuvieron un accidente con el coche en el que Luisa perdió la vida. Tenía 59 años.
“Fue muy duro para mi padre abrir los recuerdos durante tantos años silenciados”. Como una Irène Némirovsky española y proletaria, Carnés poseía un agudo sentido de la observación que la dotaban de una perspectiva histórica inaudita y afilada. En esa caja reposaba lo profundo, lo abismal, lo desgarrado y lo violento de su estilo. La sensibilidad exquisita de quien sabe transmitir porque parte de la experiencia vivida.

Ahora, gracias a la reedición de Tea Rooms. Mujeres obreras, Luisa Carnés vuelve a caminar por las calles de su Madrid, pero esta vez en los comienzos de otro siglo.

Las otras vidas literarias de Luisa Carnés

Peregrinos de Calvario (1927). Su primer libro de cuentos por el que salta a la fama en la literatura de la época.

Natacha (1930). Recoge la vida de una chica que trabaja en un taller textil. Es su alter ego, Natalia Valle, del que toma el nombre para escribir después como seudónimo tanto en España en el 36 como en México hasta el 51.

De Barcelona a Bretaña (1939). Testimonio sobre los hechos acaecidos durante los últimos meses de la Guerra Civil en Cataluña, su huida hacia la frontera, junto a otros miles de refugiados, y su estancia en un centro de internamiento en Francia.

El eslabón perdido (1957). La primera novela editada en España después de su muerte en exilio.

*Luisa Carnés dejó escritos otros tantos libros inéditos e inacabados por su prematura muerte, más un montón de artículos escritos antes y durante la Guerra Civil para distintas publicaciones. Su historiador y su familia siguen luchando porque se reedite el resto de su obra

Ocho lugares para recorrer la Defensa de Madrid en su 80 aniversario

El 6 de noviembre de 1936 el Gobierno de la II República abandona la capital rumbo a Valencia dejando al general Miaja al frente de la Junta de Defensa con la única instrucción de resistir a las tropas de Franco, que ya estaban instaladas al sur y al oeste de la ciudad.

Vista del pasillo central, de 34 metros, que conecta las diferentes estancias del búnker.-  CHRISTIAN GONZÁLEZ

Vista del pasillo central, de 34 metros, que conecta las diferentes estancias del búnker.- CHRISTIAN GONZÁLEZ

ALEJANDRO TORRÚS – 6/11/2016 – Público

MADRID.- El día de Todos los Santos de 1936 aviones italianos lanzan miles de octavillas por toda la capital del Estado español: “Madrid está cerca. Habitantes de Madrid, la resistencia es inútil. Ayudad a nuestras tropas a tomar la ciudad. Si no lo hacéis, la aviación nacional la borrará del mapa”. Al día siguiente, esos mismos aviones lanzaron bombas. El ejército franquista, con compañías de carros alemanes e italianos, ya se encontraba a principios de noviembre de 1936 a las puertas de Madrid por el sur y por el oeste con el general José Varela al mando y, junto a ellos, miles de voluntarios falangistas y requetés carlistas. En el norte, las tropas del general Mola se habían atascado con las defensas republicanas en la Sierra de Guadarrama. La consigna es simple, pero había resultado efectiva en los cinco meses anteriores de guerra: ataque frontal sobre la capital. 

Nadie dudaba de la victoria de las tropas de Franco, que había sido designado Generalísimo de todos los ejércitos dos meses antes. Su ejército podría ser de los más débiles de Europa, pero era un ejército al fin y al cabo. Frente a ellos tenían a un nutrido grupo de entre 12.000 y 17.000 milicianos, entre guardias de asaltos, elementos de la Guardia Nacional Republicana, carabineros y milicias de sindicatos y partidos. Apenas hay armamento y las reservas son más que escasas. La gran esperanza era la llegada de las Brigadas Internacionales, donde sí se integraban verdaderos soldados con experiencia en el frente de batalla en la I Guerra Mundial.

El Gobierno de la II República parece coincidir con esta lectura y abandona Madrid rumbo a Valencia. Antes de partir, Francisco Largo Caballero, presidente del Gobierno y ministro de Guerra, entrega una carta al general José Miaja, jefe de la 1ª División Orgánica y comandante de Madrid. El encargo es claro: organizar la “defensa de la capital a toda costa”. Para ello ordena la creación de una Junta de Defensa de Madrid presidida por el propio Miaja y con representación de todos los partidos presentes en el Gobierno de la II República. La batalla está a punto de comenzar y la ciudad debe prepararse para el asedio. Resistir es la única consigna.

[Lee aquí todo el artículo]

Powerpoint de clase: Soldados de Salamina

Tenéis acceso al PowerPoint de la clase de hoy aquí.

Os he dejado en Matskut también un artículo de Patricia Cifre Wibrow titulado “Configuración de la memoria en Soldados de Salamina“. En internet encontraréis muchos artículos más sobre la novela, así como entrevistas con Javier Cercas.

Mencioné hoy en clase este artículo sobre la identidad de Miralles.

Si no conocéis la canción Suspiros de España, tenéis aquí la versión que se oye en la película Soldados de Salamina de David Trueba:

Sobre el foco narrativo en Luna de lobos de Julio Llamazares

Las novelas estudiadas en el curso (Luna de lobos de Julio LLamazares y La voz dormida de Dulce Chacon) son de estilos muy diferentes y presentan aspectos muy distintos de la Guerra civil. La primera tiene límites más distinguibles y se concentra alrededor de un pequeño grupo de republicanos en los montes del norte durante y después de la Guerra civil. La segunda, cronológicamente de mismo modelo, abunda en temáticas y en personajes y sobrepasa los límites de estilo variando en efectos retóricos y en ritmo de narración. La segunda sería entonces un pozo inagotable de temas a estudiar. Sin embargo me oriento a la novela de Llamazares que me gustaba desde las primeras páginas por la pureza de su narración y por lo auténtico de foco que presenta. Sin más objetivos voy a estudiar un poco cómo desarrolla el foco narrativo.

La Luna de lobos no mezcla más de una visión a aquella del narrador. Aunque se puede distinguir el punto de vista de Ángel de aquello del narrador exterior, en realidad el narrador nunca se avanza mucho de lo que podría ser el propio punto de vista de Ángel. Por eso se puede decir que la narración queda en un plan angelico casi omnipotente. En realidad parece haber más distancia entre Ángel y sus compañeros republicanos (que nunca toman el lugar de narrador y así nunca llegan a ser personas enteras) que entre Ángel y el narrador. El foco de la narración está en Ángel, en lo que ve y lo que siente pero sobre todo en la manera de que llega a relacionar en sus pensamientos el pasado y el presente como una sucesión necesaria. Como una línea roja. Guarda el sentido a pesar de la condición invivible que no parece conllevar futuro. La historia es muy simple, sin paralelismos y con un mínimo de acción así que el tiempo y la realidad del lector corresponden de cerca a los de Ángel.

Al desarrollarse la historia Ángel va distinguiéndose más. En principios vive igual a sus compañeros isolado del resto del pueblo y se oyen lejanamente voces de los habitantes del pueblo que cruzan. Pero estos encuentros se vuelven más escasos y al morir uno por uno los compañeros el punto de vista de Ángel gana de espacio. El lector se da cuenta que nunca salió realmente de la visión de Ángel. También la descripción se vuelve más interior. En principios abundan las descripciones de lugares generales y de encuentros entre personas ajenas del grupo. En un momento empieza cambiar la descripción de los lugares de interés general (la orientación geográfica) en  descripción de lugares más intimos (las cuevas o minas). Se habla de las rutinas de los cuatro compañeros, cuáles son sus relaciones y cómo ven su acción como guerrillero. Pronto se enfoca la atención en ese grupo. Por el punto de vista de la narración el lector se siente más intimamente liado con Ángel. Muy rápido deja de describir su escaso pasado de guerrillero de que prácticamente no se conoce mucho más que su ausencia del pueblo durante dos años. La guerra no sirve para más que de pretexto “para relatar conflictos eternos para dar cuenta de una condición humana”, como analiza Orsini-Saillet en su artículo. Aunque se pueden observar puntos espacio-temporales que permiten al lector de orientarse mayoritariamente en la realidad general, el punto de vista de Ángel parece tomar más importancia cada vez que les pasa algo a los compañeros, especialemente a cada vez que muere uno de ellos. De la poca acción se pasa a la menor acción. De allí a las charlas entre los compañeros y al fin al tipo de vegetación en que viven. Parece una inundación gradual de la mente de Ángel: de un actor entre otros pasa a ser el cerebro del grupo. Está en el foco de la  narración pero es también aquel que define la importancia de los acontecimientos. Al fin, al morir su último lazo con el grupo, el compañero Ramiro, el lector ya se identifica enteramente con Ángel que ahora queda el lobo solitario frente al pueblo. Es  triste pero sobre todo es solitario y está amenazado.

Cuando más se isola una persona mayor importancia toma su vida interior. Su realidad subjetiva estará formada de sus observaciones, sus recuerdos, sueños y aún de imaginación. Como en la vejez, al quedar la mente cautiva del cuerpo descapacitado, en la isolación de Ángel, en la condición del exilio en su propio país, su mente viaja entre el pasado y el presente, entre lo que siente con su cuerpo y con su mente. Lo que le sirve de lazo a través de tiempos es su familia. Este lazo representa el vínculo con la realidad general. Ésto es, según Orsini-Saillet, la separación entre la realidad y la ficción. Gracias a su familia Ángel guarda el sentido, su humanidad. La alegoría del lobo solitario amenazando el rebaño se cumple en el momento en que este lazo se rompe. Se rompe la ilusión que le ha servido de razón para quedar al borde de la vida normal. Ha renunciado al derecho de seguir su vida como humana esperando que recupere algún día su posición. De esta esperanza el lector sólo tiene ideas implícitas através de la narración de ciertos momentos en que el lobo se acerca del rebaño. Por momentos fugaces se le ve observar el rebaño con añoranza: en forma de mujer que amaba, en forma de aquella persona que ya no tiene en su vida. Por esta esperanza se ha vuelto a esta prisión sin muros ni guardias que es su propio país, su país de exilio.

El lazo perdido da inicio al renacimiento de Ángel. Él tiene dos opciones. Puede reaccionar como animal, retirarse para morir, o intentar recuperar algo de su condición humana. Lo curioso con el fin de la novela es que da posibilidad de interpretarlo de dos maneras: sea como muerte de Ángel (que al fin deja la nieve, esta materia fría representadora de la muerte, entrar en su mente como entra en el paisaje, osea deja la muerte exterior, la social tomar la forma de la muerte actual) sea como una reintroducción en la vida humana (dejando traerse por el tren a un lugar nuevo con una vida nueva). En aquel momento el narrador está ya claramente separado del personaje Ángel. Finalmente ha vuelto al punto de inicio, yendo el personaje actor a un lugar, vivo o muerto, y tomando distancia con su condición de animal. Y con el lector que se pierde en el tren.

Bibliografía

Orsisi-Saillet, Catherine (1998): “En torno a una poética de la frontera: Luna de lobos de Julio Llamazares”. Cuadernos de narrativa, 3,pp.87-103.

[trabajo de Heidi]

La voz dormida llevada a la música y al cine

Os dejo aquí algunas cosas relacionadas con La voz dormida que os pueden interesar.

Escuchad con atención la letra de esta canción (“Hasta siempre Tensi” de Barricada, del disco La tierra está sorda):

Tenéis aquí un artículo publicado en El País sobre el disco-libro de Barricada.

Y este documental narra el viaje de Barricada a Zafra (Badajoz), lugar de orígen de Dulce Chacón:

Para más información sobre el disco, podéis ver el siguiente artículo:

P. Folgueira (2012): “La tierra está sorda. La visión del grupo Barricada sobre la Guerra Civil”. Clío 38.

* * * * *

La voz dormida también ha sido adaptada al cine. La película, también titulada La voz dormida (2011), fue dirigida por Benito Zambrano. Aquí tenéis el tráiler:

Y aquí una crítica no tan elogiosa de la película.

Los exlegionarios irán a los tribunales si se retira la calle a Millán Astray

Los exmilitares han tachado de “opacidad informativa” al Comisionado por no facilitarles el expediente oficial

F. Javier Barroso El PaísMadrid

Los antiguos caballeros legionarios de gran parte de España se han unido para intentar detener la retirada de la calle de General Millán Astray, en el distrito madrileño de Latina, al fundador de la Legión. Esta es una de las calles que seleccionó el Comisionado de la Memoria Histórica, presidido por Francisca Sahuquillo, para borrar las huellas del franquismo en la capital. Los legionarios han decidido “luchar en esta batalla hasta la muerte” y anuncian que llegaran a los tribunales.

Un total de 13 Hermandades de Antiguos Legionarios repartidas por toda la geografía se han unido y han presentado alegaciones contra la decisión del Comisionado, ya que, en su opinión, existen graves errores históricos que impiden que el creador de la Legión española se incluya dentro de la purga de calles.

La calle que actualmente pertenece al general se le concedió en febrero de 1925, mucho antes de que se iniciara la Guerra Civil. Pertenecía a unos campos que fueron donados por su propietario, según los antiguos caballeros, para levantar viviendas y escuelas para los integrantes de la legión. “Tenemos las informaciones que publicaron los diarios de la época y que demuestran que su instauración fue muy anterior al comienzo de la guerra”, ha reconocido el antiguo legionario y doctor en Economía, Guillermo Rocafort. En un principio se trató de una plaza, pero después se le pasó a una de las avenidas más importantes del barrio de la Legión, actual de Las Águilas. “Cuando se inició la guerra, estaba exiliado en Argentina”, ha añadido.

Otro de los motivos que ha utilizado el Comisionado es que el general José Millán Astray fundó Radio Nacional de España (RNE), considerada un aparato de propaganda del Régimen franquista. Comenzó a emitir en Salamanca el 19 de enero de 1937. Precisamente ese día cesaba en sus funciones el militar español. Ni siquiera acudió al primer programa. “Se ha abierto una campaña de revanchismo y no nos vamos a rendir hasta que se limpie el nombre del general”, ha destacado el teniente coronel José Pérez Recena.

El tercer supuesto incidente fue el que enfrentó a Millán Astray con el escritor Miguel de Unamuno en la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936. Los legionarios mantienen que no ha quedado acreditado que el general se enfrentara contra el literato y que todo se debe a “tergiversaciones” que se han ido perpetuando durante la historia. “Creemos que en este caso no se puede aplicar el artículo 15 de la Ley de la Memoria Histórica, porque Millán Astray no participó en la sublevación de 1936 ni en la represión de la Dictadura. Sí, participó en la Guerra Civil pero como miles de militares”, ha añadido el teniente coronel.

Los ponentes han recordado la labor social de Millán Astray durante la etapa posterior a la guerra y cómo se dedicó a ayudar a los más necesitados del barrio y a la zona de las Latas (actual Moratalaz), a donde llevaba comida, mantas y ayudaba a las familias sin recurso. “Los días duros de invierno se quitaba su abrigo y se lo daba a quien lo necesitaba”, ha destacado el profesor Emilio Domínguez.

Los tres intervinientes han tachado de “opacidad informativa” al Comisionado, dependiente del Ayuntamiento de Madrid, por no haberles facilitado, pese a haberlo requerido en dos ocasiones, el expediente de la calle del General Millán Astray.

Puigdemont: “Anularemos los juicios sumarísimos franquistas”

El Estado “no pide perdón”; la Generalitat “no pedirá permiso” para hacerlo, ha asegurado la vicepresidenta Neus Munté

La consejera de la Presidencia, Neus Munté, en el homenaje a Lluís Companys.
La consejera de la Presidencia, Neus Munté, en el homenaje a Lluís Companys. Quique García EFE

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha anunciado esta tarde desde París que el Parlament está a punto de aprobar una ley “histórica” que anulará los juicios sumarísimos del franquismo. “Un acuerdo histórico que explica muy bien que lo que queremos hacer como estado independiente es aquello que el Estado español no ha hecho en los 40 años de democracia”, subrayó el presidente.

“Sin ser todavía un Estado independiente tenemos que empezar a restituir esta dignidad”, añadió Puigdemont, que mañana pronunciará una conferencia en el instituto Sciences Po de la capital francesa sobre el proceso soberanista y el futuro de Cataluña. El Parlament aprobará esta semana una proposición de ley impulsada por Junts pel Sí, Catalunya sí que es Pot y la CUP, para reparar los efectos de esos juicios.

El anuncio de Puigdemont se suma a las declaraciones realizadas horas antes por la vicepresidenta de la Generalitat, Neus Munté, en las que criticó la “desmemoria indigna” del Gobierno central en la reparación de la memoria y justicia de los represaliados en la Guerra Civil y el franquismo. Dado que el Estado “no pide perdón”, la Generalitat “no pedirá permiso” para su reparación, dijo Munté en el homenaje a los “inmolados por la libertad de Cataluña”.