Los campos de concentración franquistas en España

Quería profundizar más en el tema sobre los campos de concentración franquistas, los que ya se mencionaron brevemente en clase. Cuando se está hablando de campos de concentración, muchos pensamos enseguida en los del Alemania nazi. En la España de postguerra se empezó a construir campos que servían de campos de trabajo para prisioneros políticos. Mi objetivo en este trabajo es averiguar más sobre cómo eran los campos y qué tipo de vida llevaban los presos. Además de eso voy a hablar sobre la memoria histórica relacionada al tema. Como fuentes he utilizado un artículo del investigador Javier Rodrigo y otros artículos publicados online en el País y el Diario. 

 

Según Rodrigo, en España había 188 campos de concentración que empezaron a abrirse en 1936 y algunos seguían funcionando hasta 1947. En estos campos había cerca de medio millón de internos republicanos. Eran en su mayoría prisioneros de guerra y también presos políticos sacados de las cárceles para trabajar en el campo. Según Rodrigo, el objetivo de estos campos no fue asesinar a sus internos sino separar el bien del mal, o sea la España de la anti-España. 

 

Para los presos de los campos la única forma de eludir la cárcel o la posible muerte era trabajar gratuitamente, sin comida y vivir en condiciones primitivas en el campo de concentración. Rodrigo describe la forma en que trataron a los presos como una moderna forma de esclavitud y también se ve usar el término esclavos de Franco. Rodrigo considera el sistema como una manera de castigar a los perdedores de la Guerra. Los presos eran los que reconstruyeron mucho de lo que fue destruido durante la Guerra Civil. Los franquistas pensaban que los perdedores tenían que ayudar en la reconstrucción de España porque fueron los culpables de la destrucción. Para el Estado este sistema fue beneficioso económicamente. El trabajo que hacían era muy duro físicamente. Trabajaban en obras públicas o agrícolas teniendo que excavar y mover mucha tierra sin equipamientos necesarios para el trabajo. Construían, entre otras cosas, fortines, carreteras, campamentos militares y pistas de aeropuertos que aún están operativas. Una de las obras construidas por los presos es el Valle de los Caídos. 

 

Los campos no fueron completamente iguales a los campos de exterminio de nazis pero aún así había muchas víctimas por la elevada mortandad. Muchos presos murieron por enfermedades, hambre o frío. Por el carácter exigente del trabajo había muchos accidentes laborales. Además muchos campos contaban con demasiados presos y por eso era imposible mantener buena higiene u ofrecer comodidades básicos para todos. Las condiciones en las que los presos fueron obligados a vivir no eran duras solo físicamente sino los presos fueron humillados también psicológicamente. Les dieron de comer al mismo tiempo con el ganado y la comida la llamaban pienso. La única compensación por aguantar el tratamiento era no tener que ser encarcelados, exiliados o ejecutados.  

 

¿Por qué se desconoce la historia relacionado a los campos de concentración franquistas y cómo se podría conservar la memoria? Creo que de los campos de concentración, como de los demás memorias de la época, no se hablaban muy abiertamente durante la dictadura o tampoco después. También puede ser que se creó una imagen torcida y hasta positiva del sistema; durante el franquismo para llamar estos campos de concentración se usaban eufemismos como centro de regeneración para el trabajo. Es entendible que los presos no han querido hablar sobre sus sufrimientos en los campos, no solo por el miedo, pero porque hay personas cuyas historias acabaron mucho peor. Quizás pueden sentir hasta culpabilidad por haberse escapado de la ejecución o años en la cárcel.  

 

Es importante conservar la memoria sobre acontecimientos de la historia, también la de los negativos. Creo que para las familias de las víctimas es importante y consolador que se muestre el respeto hacía los que sufrieron durante la dictadura. Un ejemplo de homenajear las víctimas del franquismo y de conservar la memoria y proteger los campos de concentración, entre otros lugares importantes de la historia, es la ruta memorialista en Andalucía que marca sitios de acontecimientos de la época. En el llamado Catálogo de Lugares de Memoria Histórica de Andalucía se incluyen sitios a propuesta de ayuntamientos, asociaciones memorialistas, familiares de víctimas e historiadores. En el Catálogo está marcado, por ejemplo, La isla de Saltés, uno de los campos de concentración del franquismo pero aún faltan muchos por marcar. 

 

 

Fuentes 

 

Baquero, J. M. (22.4.2015). El mapa andalúz del recuerdo: 50 lugares de Memoria Histórica. El Diario. Recuperado de: https://www.eldiario.es/andalucia/Lugares-Memoria-Historica-barbarie-fascista_0_348565146.html  

Limón, R. (8.9.2015). Los campos de concentración de Franco: así eran y así se sobrevivía. El País. Recuperado de: https://elpais.com/politica/2015/09/02/actualidad/1441192097_268557.html 

Limón, R. (25.8.2011). Éramos esclavos en los campos de concentración de Franco. El País. Recuperado de: https://elpais.com/diario/2011/09/25/espana/1316901612_850215.html 

Rodrigo, J. (2006). Internamiento y trabajo forzoso: Los campos de concentración de Franco. Hispania Nova. Revista de Historia Contemporánea, 6. Recuperado de: http://hispanianova.rediris.es/6/dossier/6d027.pdf 

 

3 Replies to “Los campos de concentración franquistas en España”

  1. Hola Heidi! Como ya había visto los documentales de Mauthausen (el campo de concentración en Austria) hace unas semanas, el tema que eligiste me interesaba. También, porque no se hablan mucho de aquellos “centros de regeneración para el trabajo”.
    La estructura del texto me parece muy lógico. Me gusta que hayas mencionado ya en el primer capítulo las fuentes que usaste, así el lector tiene una idea ya al principio de dónde ha salido toda la información.
    Más que sólo teoría, has dado buenos ejemplos también, que ayudan al lector a entender mejor la triste realidad. Se ve que has pensado en lo que has leído, por ejemplo en el comentario de la posible culpabilidad de los presos que sobrevivían.
    Lo que habría querido saber es cómo eran los campos, si por ejemplo eran como los más famosos de Polonia, con muros altos y todo, o si algunos parecían como edificios normales. Además, si tienen función hoy en día, o si están vacíos y sin uso.
    Muchas gracias por el trabajo, ha sido educativo.

  2. Hola, Heidi! Por lo visto ya hay comentarios en todos los otros posts, así que yo también voy a comentar aquí.

    La elección de tu tema me parece muy interesante y acertada porque es algo de lo que no se habla mucho. Tu forma de escribir es muy clara y bien cuidada y, además, tu texto es gramaticalmente casi impoluto.

    Hoy en día tan sólo podemos especular por qué no se habla de los campos de concentración franquistas. Pienso que, en parte, es una cuestión de terminología: Se confunde campo de concentración con campo de exterminio. Al hablar de campos de concentración, nos vienen a la mente imágenes lejanas de los campos de exterminio alemanes, las cámaras de gas y los experimentos científicos con humanos. En realidad, ’’campo de concentración’’ es un término más general, que engloba tanto campos de exterminio como campos de trabajo forzado. Otra de las razones podría ser que, sobre todo en los primeros años de la posguerra, el nivel de hambre y pobreza era tal que algunos vivían en condiciones similares a los de los campos de concentración, aunque fuesen personas libres. Muchos morían de hambre y de frío y trabajaban en condiciones inhumanas sin estar presos. Las condiciones de vida eran tan duras para todos que, en aquellos tiempos, no cosideraban los campos de trabajo forzado como algo tan grave, tal y como has señalado.

    Me has despertado la curiosidad, voy a buscar más información 🙂

  3. Gracias por tu trabajo, Heidi. Como ya han mencionado Linnea y Alba, has elegido un tema muy interesante. Tu texto nos ayuda a entender cómo eran las condiciones en los campos de concentración franquistas y cómo se diferenciaban de los campos de exterminio nazis. Asimismo, las fuentes que utilizas me parecen bien elegidas; de hecho, Javier Rodrigo es uno de los mayores expertos en este tema. Me gusta que, aparte de ofrecer mucha información relevante sobre los campos de concentración, también abordes la cuestión de la memoria y la importancia del reconocimiento público para las víctimas y sus familiares. Además, tu texto está muy bien estructurado y redactado, por lo que resulta claro y agradable de leer.

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