Mercedes, la buena mala

La voz dormida (2002) de Dulce Chacón cuenta de la lucha contra el franquismo y por la vida. Se cuenta bastante poco de los personajes de derecha. Comprensiblemente, ya que en el libro protagonizan los rojos. Sin embargo, se abre el personaje de Mercedes, una guardiana de la cárcel, un poco más al lector.

Mucho del libro cuenta de los pensamientos internos de los personajes. Los sentimientos de los enemigos son bastante someros. Se describe algo de lo que piensan, pero la falta de pensamientos más profundos de los de derecha ayuda al lector a identificarse con los protagonistas y da más fuerza a sus sentimientos.

Las guardianas de la cárcel reciben más atención que los otros de derecha, especialmente Mercedes. La primera aparición de las guardianas es anónima. Una funcionaria vigila el encuentro de las presas con sus familiares, y nota que la presa Elvira está intentando comunicar algo a su abuelo con el guante. Su reacción es como sigue (p. 16):

“La guardiana se detiene en seco. Gira la cabeza. Endurece el gesto. Grita: ¡Elvira, atrás! Reanuda la marcha lentamente y se dirige hacia Elvira apretando los labios en un mohín disfrazado de sonrisa. Retuerce los dedos sin retirar las manos de la espalda y vuelve a gritar: ¡Elvira, atrás!”

A esta funcionaria no la identifican en el libro, pero da una impresión de cómo son ellas. Duras, y les gusta causar dolor y problemas para las presas. La idea principal de las guardianas queda claro al lector. Pero al avanzar el libro, se puede percibir que Mercedes no cabe tan bien en esta descripción.

Cuando el narrador entra en la cabeza de Mercedes por primera vez, cuenta de lo que piensa de sí misma, de su apariencia. Que le gusta el moño con forma de plátano. Que es su primer trabajo, conseguido por ser viuda de guerra. Y que le gusta el trabajo. Esto causa una impresión fría de la funcionaria, por querer trabajar en una cárcel y por pensar en su aspecto mientras que otras sufren en las celdas.

Es fácil entender la dificultad de lograr respeto entre las presas, aún más sabiendo lo que piensa Mercedes. Es novata en su trabajo y no quiere que sus superiores conozcan que no es capaz de hacer su trabajo. Muchas veces no sabe cómo resolver una situación, pero “Ha de reaccionar, eso es lo único que sabe.” (Página 43.) Tiene que comportarse como es debido, aunque parece que a ella no le gusta gritar y usar violencia. La autoridad de Mercedes no es suficiente para que las presas la obedezcan, y ella tiene que apoyarse en castigos contra los que no se pueden rebelar.

Aun así, las presas dicen que “Mercedes les impuso el castigo casi haciendo pucheros.” (P. 57.) De eso no se sabe si ha sido o sólo por la humillación, o por el miedo de perder el trabajo, o por no querer castigar a las presas. El hecho de que no quiere denegar a las presas la visita de los familiares apoya la última opción. No obstante, las buenas intenciones de Mercedes sufren de su tanta preocupación por perder su trabajo. Elige el puesto en la enfermería no por querer ayudar, sino por tener mejores posibilidades de mantener el trabajo.

Aunque en la cabeza de Mercedes no se entra tanto, se puede observar que quiere tener buenas relaciones con las presas. Aunque no tiene éxito, pese a sus intentos de hablar con ellas, Mercedes parece hasta preocuparse por las presas. Pregunta cómo está la enferma Elvira y le da unas pastillas en secreto. De eso piensa la presa Tomasa que la intención de Mercedes es averiguar algún modo de hacer comercio con las presas. Pero, como el narrador presenta los pensamientos de la guardiana, se sabe que se alegra de que Elvira se sienta mejor. Cuando oye que van a sacar a Hortensia para fusilarla, se desmaya y cuenta a las amigas de Hortensia lo que va a pasar, y ellas pueden despedirse de su amiga. Además, regala todas las cosas de Hortensia a la hermana Pepita, incluso unos pendientes, los cuales habría podido vender y ganar un poco. Con Tomasa parece tener más problemas. Aun así, la besa y expresa su alegría de que ella pueda salir de la prisión. No le guarda rencor, parece. A pesar de las dudas de Tomasa, Mercedes muestra rasgos humanos y empáticos.

En comparación con las otras funcionarias, La Veneno y La Zapatones, Mercedes luce como la buena. Tomasa no lo reconoce, sino piensa en ella como “la nueva que quiere hacerse la buena”, aunque es justamente Tomasa misma que pone en evidencia el contraste entre las guardianas. Según cuenta ella, Mercedes la trae paños higiénicos, las otras no. Un hecho muy humano, o inhumano en caso de las otras funcionarias.

No se puede saber si las demás funcionarias hacían cosas similares, cosas buenas, pero imagino que no. No se conocen sus pensamientos ni todos los hechos suyos, pero no parece probable. Las otras parecen más a la anónima funcionaria del principio. El papel de Mercedes es mostrar que aunque esté en el lado malo, no significa automáticamente que la persona sea muy mala también.

2 Replies to “Mercedes, la buena mala”

  1. Hola, Linnea!
    Me ha gustado el aspecto de tratar a las trabajadoras de la cárcel. En el libro no explica ampliamente cómo son estos personajes pero comparto tu visión de que una parte de Mercedes era buena y aunque ella quería hacer bien su trabajo y eso la convertía en mala, entonces sufría un debate interno. Me ha parecido muy interesante focalizar esa perspectiva, así como también la idea de que ni todos los buenos son buenos ni todos los malos son malos.
    Quería preguntarte, ¿sabes si algún personaje de las carceleras está basado en algún hecho real?
    Un saludo,
    Pepa

  2. Gracias por tu trabajo, Linnea. Has hecho una lectura cuidadosa de la novela y realizas un buen análisis del personaje de Mercedes. Aunque Mercedes es claramente un personaje secundario en la obra, se presta al análisis porque forma una excepción entre las guardianas por su actitud compasiva hacia las presas, como bien demuestras en tu trabajo. Me parece que explicas muy bien el conflicto interior del personaje (buena voluntad versus el miedo a perder el trabajo) y también das ejemplos de los actos concretos que hace para ayudar a las presas. Asimismo, me gusta que hayas pensado en el porqué de varios rasgos formales del texto (por ejemplo, la razón por la que las protagonistas “rojas” hacen de focalizadores, pero los personajes de derechas no). Las citas de la obra están son acertadas y apoyan tu argumentación.

    ¿Y cómo se podría mejorar el trabajo? Solo se me ocurren un par de cosas. En primer lugar, me ha llamado la atención que te refieres varias veces al uso de la focalización interna en la obra, pero sin utilizar ese término. No creo que sea recomendable abusar de la terminología especializada, pero en los trabajos académicos conviene mostrar que conoces y sabes usar la terminología del campo de estudio en cuestión. Mi segunda observación también tiene que ver con el léxico. El título de tu trabajo me gusta por su concisión, pero por lo general el hecho de utilizar calificativos como “bueno” o “malo” con respecto a personas o grupos sociales de acuerdo con su ideología o postura política me parece demasiado simplificado; podrías intentar formular la idea en términos más matizados. Por último, echo de menos un pequeño párrafo de conclusiones al final del trabajo; la última oración del texto cumple ese papel, pero habrías podido desarrollar la idea un poquito más.

    El año pasado, una estudiante de este mismo curso hizo su trabajo sobre las guardianas en La voz dormida. Al documentarse sobre el tema, se topó con el libro Mujeres encarceladas del historiador Fernando Hernández Holgado, en que éste dice que, al parecer, “la mayoría [de las funcionarias de la prisión de Ventas] eran simpatizantes o militantes de partidos republicanos de izquierda y socialistas.” Se me ocurre que el personaje de Mercedes podría ser una figura de este tipo, o sea, alguien que a lo mejor tiene ideas republicanas, pero se ve obligada a ocultarlas para conseguir un trabajo. Aunque también podemos pensar que simplemente es una persona compasiva y sensible ante el sufrimiento de los demás.

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