La representación de la maternidad en ”La voz dormida”

Siendo La voz dormida una novela protagonizada por personajes femeninos, no es de extrañar que el tema de la maternidad sea recurrente. Debido a que la mayoría de mujeres se encuentran encarceladas y, por tanto, separadas de sus familias, la idea de maternidad cobra un sentido más abstracto: la maternidad no se ve tanto como vínculo biológico, sino como un rol, conducta y actitud.

La maternidad está patente ya en las primeras frases del libro, haciendo referencia al embarazo de Hortensia:

‘’La mujer que iba a morir se llamaba Hortensia. Tenía los ojos oscuros y hablaba nunca en voz alta. Sólo cuando la risa le llenaba la boca, se le escapaba un Ay madre mía de mi vida que aún no había aprendido a controlar, y lo repetía casi a gritos sujetándose el vientre. Se pasaba gran parte del día escribiendo en un cuaderno azul. Llevaba el cabello largo, anudado en una trenza que le recorría la espalda, y estaba embarazada de ocho meses.’’ (La voz dormida, página 13)

Hortensia es, de hecho, la única mujer a la que veremos ejercer de madre en el sentido más tradicional de la palabra. En los numerosos flashbacks podemos ver las relaciones de las otras presas con sus madres o con sus hijos, como cuando Elvira se refugia en el regazo de su madre para cubrirse del horror en medio de la masacre del puerto de Alicante, o cómo Reme intenta salvar a sus hijas cuando descubren que está cosiendo una bandera republicana. Sin embargo, son sólo flashbacks que añaden información para entender mejor lo que pasa y no forman parte de la trama en sí.

Hortensia da a luz, da de mamar y cuida a su bebé durante sus últimas semanas de vida. Ninguna otra presa tiene a su madre o a sus hijos dentro de la misma cárcel y, por tanto, no se muestra la maternidad como crianza de los hijos biológicos.

Sin embargo, se ven muchas actitudes maternales de los personajes entre sí. Las presas han perdido o no tienen a sus madres y a sus hijas consigo, por lo que forman una nueva familia entre sí. Uno de los episodios en los que se refleja una actitud maternal mediante el cuidado es la enfermedad de Elvira, que al principio de libro es aún pequeña y enferma de fuebres y delirios. Las otras presas, en especial Hortensia y Reme, cuidan de ella y, al final, la niña sobrevive. El libro no deja claro hasta qué punto los cuidados de Hortensia y las otras presas salvan la vida de Elvira, pero el hecho de que la autora la nombre ‘’la niña que no iba a morir’’, imitando a los epítetos épopéyicos, hace partícipe a las demás presas de la supervivencia de la niña.  Este nacimiento de una nueva figura materna también se refleja en que Elvira le ofreciese el vestido de su madre a Reme cuando se le manchó al menstruar.

Sin embargo, el personaje que mejor encarna este rol de madre sin serlo es Pepita que, tras ser su hermana ejecutada, adopta a su sobrina Tensi desde que es un bebé; la cría y la cuida como a una hija propia. Antes de que fusilasen a Hortensia, Pepita también actuaba como madre visitando a su hermana en la cárcel y llevándole paquetes, aun siendo ella la hermana menor. De la misma forma, Doña Celia tiene también una actitud muy maternal y protectiva hacia Pepita, cuya madre murió en el parto.

El tópico de la madre como sufridora despojada de sus hijos también es recurrente en toda la historia. A Tomasa le han quitado a su familia entera; los asesinaron y los tiraron al río. En uno de los flashbacks de Elvira, vemos cómo su madre siente que le arrancan a su hijo al decirle Paulino que ella y Elvira tienen que huir. Incluso después de salir de la cárcel y reunirse con su hija, Sole le tiene que volver a decir adiós a Amelia para irse al exilio. Reme sufre porque no le pase nada a sus hijas, pero el caso de Reme es diferente: aunque a ella le quedan hijos vivos, siente que esa relación ha sido truncada por todo el tiempo pasado en la cárcel y este sentimiento de falsa pérdida le impide retomar su papel de madre y abuela.

La cuarta y última visión de la maternidad simboliza la idea general del libro: la idea de la madre como recuerdo y transmisión de la memoria, y el uso de ‘’amuletos’’ físicos para simbolizarla. Tensi aún no tiene uso de razón cuando su madre es asesinada, sino que construye su imgen de Hortensia a partir de lo que le queda de ella, es decir, lo que le cuentan y las pertenencias que ha recibido (el cuaderno y los pendientes). Incluso su nombre real, Hortensia, es heredado de su madre. De la misma forma, Elvira vive el recuerdo de su madre muerta al final de la guerra acariciando los guantes que ella le había tejido y evocando el olor a lavanda de su vestido cuando estaban en Alicante.  Así, se crea una imagen de continuidad, de entrega del mensaje y de ciclo vital: las madres mueren, de forma real o figurada, para trascender a la posteridad y que sus hijas continúen el camino, de la misma forma que la intención de esta novela es rescatar el recuerdo y transmitirlo.

2 Replies to “La representación de la maternidad en ”La voz dormida””

  1. ¡Gracias por este texto muy interesante, Alba! Tu reflexión sobre la maternidad en la obra La Voz Dormida es profunda y bien pensada, y creo que presentas unas perspectivas muy originales. Tu observación sobre la idea de la maternidad como algo abstracto es muy aguda y bien formulada. Me ha encantado la definición de como “la maternidad no se ve tanto como vínculo biológico, sino como un rol, conducta y actitud.” También me ha gustado mucho la idea que presentas sobre la maternidad como un ciclo vital y la comparación que haces entre él y la intención de la novela de “rescatar el recuerdo y transmitirlo.” Tu análisis tiene una estructura clara, pero me habría gustado ver una conclusión aparte después de la cuarta visión de maternidad. Has hecho muy bien el trabajo y ha sido un placer leerlo. 🙂 ¡Gracias!

  2. Gracias por tu trabajo, Alba. Estoy muy de acuerdo con el comentario de Reetta. Claramente, has hecho una lectura atenta y reflexiva de la obra. El tema que has elegido me parece original y acertado porque te permite indagar no solo en las relaciones entre distintos personajes, sino también en otras cuestiones centrales, como la transmisión intergeneracional de la memoria. Asimismo, me gusta el hecho que amplias el concepto de maternidad (y el de familia) más allá de los lazos biológicos; ciertamente en La voz dormida abundan las familias y las relaciones materno-filiales basadas no en la consanguinidad, sino en la solidaridad, la amistad y el apoyo mutuo.

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