Diario de aprendizaje IV (Päivi)

¿Qué nos sucede cuando envejecemos? ¿Qué sucede a las eminencias cuando pasa el tiempo? ¿Un asesino serial sigue siendo igual de espantoso cuando ya se le cae la baba y está en una silla de ruedas? Tanto la novela Llegada para mí la hora del olvido como la película ¡Buen viaje, excelencia! dan lugar a preguntas de este tipo y voy a reflexionarlas en este diario.

Tanto Llegada para mí la hora del olvido (de aquí en adelante: Llegada) como ¡Buen viaje, excelencia! ilustran la debilidad de la vejez de Franco. De cierta manera este tipo de representaciones sirven para abrogar la imagen casi mítica de los personajes admirados, temidos y odiados como Franco. Se puede decir que tanto Llegada como ¡Buen viaje, excelencia! mofan de Franco o por lo menos ofrecen al lector y al espectador un punto de vista que no solemos tener de un dictador. Parece que los síntomas o consecuencias de su vejez le desarman y vemos un Franco más íntimo y vulnerable. Las dos obras nos muestran un anciano senil que esta completamente perdido entre las memorias de sus mejores años y el presente en que ya no goza de buena salud. En Llegada tiene el delirio de volver a Galicia y en la película se abisma en las memorias en medio de una negociación con los políticos. Aunque Franco sigue teniendo las riendas, las dos obras nos demuestran que debería estar ‘jubilado’ desde hace mucho tiempo. En la película su voz y sus problemas de pronunciación crean una imagen de deficiencia mental. Sus parientes cercanos insisten que Franco se encuentra bien, a lo mejor porque tienen miedo de las consecuencias: tienen el presentimiento que con la caída de Franco van a cambiar muchas cosas en la sociedad española.

Las dos obras me dieron la impresión que Franco, como muchos dictadores y jefes autoritarios, fue muy solitario. Creo que esa soledad fue creada paulatinamente tanto por Franco mismo que por su estatus social. Tomar este tipo de posición social parece implicar el abandono de la vida privada. Por lo menos en la película Franco es un dictador incluso en los ojos de su propia familia. Cuando ya no es capaz de mandar, empieza a sentirse inseguro. No tiene gente que tenga la audacia de contradecir. Es por eso que en la película se acoge a la protección de la señora (médico) que le recuerda mucho a su madre y que parece ser la única persona en su sano juicio en el palacio. De una manera estas representaciones nos ayudan a desmenuzar la autoridad de una persona espantosa que se ha tomado la justicia por su mano. Muestran que al final de su período en poder cualquiera le hubiera podido ganar en el duelo. Al mismo tiempo sirven a ilustrarnos que Franco también era un ser humano: un ser humano vulnerable que tiene sus penas, traumas y tragedias. No quiero decir que la vejez de una persona vuelva más aceptables sus crímenes, pero que al fin y al cabo ellos envejecen, se vuelven chochos y mueren por lo divino e inmortal que hayan parecido.

Como dijo Ruth en la penúltima clase, en la Llegada se puede percibir cierta ternura, algo que no solemos asociar con un dictador como Franco. En mi opinión la representación de Franco en ¡Buen viaje, excelencia! es ambiguo. Por un lado la película mofa de Franco de una manera que no era posible durante la dictadura. Podría ser una comedía: nos ofrece un Franco que parece estar demente, que caza sus animales domésticos y se encierra en el baño para llorar por la muerte de un subalterno. También me llamaron atención algunos detalles del marco en que vive Franco: las moscas y la oscuridad – efectos intencionales en la película. La oscuridad de su palacio no era solamente debida a los problemas técnicos que tuvimos al mirar la película sino era realmente muy oscuro. Creo que eso simbolizaba el retraso y el estancamiento del Caudillo y de su régimen. A lo mejor las moscas fueron solamente herramientas para añadir a la cómica de la película, pero también estaba pensando que contrastaron muy bien el sentimentalismo de la película porque las moscas pueden servir casi en el mismo papel que las ratas en las películas de propaganda antisemítico – que la gente puede asociarlas moscas con lo podrido, que el palacio hierve de moscas porque hay algo (o más bien alguien) podrido.

Por otro lado, la representación de Franco en la película es algo muy sentimental, casi nostálgico. Algunas escenas que demuestran la decadencia de la dictadura y la caída paulatina del dictador mismo evocan compasión. Para mí por ejemplo la visita de Horneja fue una escena muy triste; sentí lástima por Franco – no por el Franco como dictador, pero por el Franco como un anciano que ya no vive en el presente sino en el delirio y en sus recuerdos pasajeros. Sin embargo, esa misma escena de Horneja sirve también para ilustrarnos la insensibilidad de Franco: cuando le viene a la memoria la imagen de la tortura de alguien, sólo tiene ganas de comer huevos y chorizo. Las dos obras me parecieron muy interesantes justamente por el punto de vista íntimo en la representación de Franco. Si les interesa la ficción ‘dictadoresca’ , les recomiendo The Castle in the Forest (2007) de Norman Mailer (traducido al finés como Aadolfin linna).

3 thoughts on “Diario de aprendizaje IV (Päivi)”

  1. Gracias, Päivi, por entregar el diario a tiempo. Por favor, escribe un pequeño comentario sobre el diario de Estefanía, que está justo antes del tuyo.

  2. Me gustó que hayas tomado justamente la vejez como el punto de partida en tu diario. Se suele decir que al acercarse la muerte por vejez, las personas parecen cada vez más a niños (hasta por el miedo a la muerte que se acerca) y creo que por lo mismo acaban ganando un aire de inocencia. Evidentemente ese aire de inocencia, asociado a un personaje como Franco, crea un contraste con la imagen que se suele tener del Caudillo de España. Pero lo que choca más que nada en la película, es el contraste entre la figura de Franco y el comportamiento de todos los demás que le rodean a Franco, de los súbditos, ministros, hasta del yerno, que niegan la realidad y hacen todo lo posible para sustentar a la ilusión, para engañar al público, claro, preocupados por su propio futuro, pero también por parte por costumbre. El tono militar, los gestos maquinales con que le dirigen la palabra a Franco sólo subrayan lo alejados que están ellos de la realidad y lo solo que se encuentra Franco.

    Asimismo, concuerdo con tu observación sobre la soledad de Franco (o la soledad de un dictador en general) descrita tanto en la película como en la novela. En la película el personaje de la doctora Müller es central, ya que, como dices, es la única que le trata como a un ser humano, que tiene la audacia de contradecirle y de tratarle como una persona. O más bien, ella nunca creció a tratarle como si fuese un Dios y en este sentido viene a ser significativa su posición de extranjera.

    Para mí también la visita a Horneja (o Hornejo?) es la escena más conmovedora de la película. Sin embargo, creo que ahí también se demuestra una clara diferencia entre la representación de Franco en la película y la representación en la novela, ya que en la novela Franco está consciente de que el alborozo de las multitudes que le reciben en los pueblos es un acto ensayado y una realidad embellecida. (Pongo aquí un ejemplo que sirve para demostrar la actitud del personaje de Franco en la novela):

    “Cómo me han irritado siempre esos alborotos. »Que viene Franco», y engalanaban los balcones con las colchas reservadas para noche de boda o para agonía y limpiaban las calles como en Corpus Christi y echaban a volar los campanarios como en incendio agosteño. Qué país. Yo nunca pedí nada de eso, ni palios ni cohetes ni coros danzantes.” (Llegada para mí la hora del olvido: 60)

    En algunos puntos sobre la representación de Franco en las dos obras no estoy de acuerdo contigo, o digamos que los percibí de otra manera. No me parece que en la película su “voz y sus problemas de pronuncia” creen “una imagen de deficiencia mental”. Franco era conocido por tener una voz muy “aflautada”, que quizá para quien no esté acostumbrado a escucharle a diario, hubiera llegado a causar cierta comicidad, incluso falta de autoridad. En cuanto a los problemas de dicción, lo veo más bien como un rasgo con que se busca efectos de verosimilitud y de empatía respecto a su vejez (problema típico al no llevar los dientes postizos en la boca) – me recordaba mucho de los ancianos que he visto en el hospital, al visitar a mi abuela. Tampoco me parece que la novela diera una imagen de un Franco “senil”, más bien en ese sentido se contrasta mucho con el Franco de la película. En suma, te concentras más en la película que en la novela en tu análisis, lo cual me parece perfectamente entendible porque tuviste que entregarme la novela ya hace semanas.

    Una última nota, sobre las moscas: Al inicio de la película sale una dedicatoria que va algo parecido a “esta película está dedicada a las moscas (que son las únicas) que desafían, sin cansar, la paz de los autoridades” (no recuerdo las palabras exactas). Creo que por ahí (en la dedicatoria) está la clave para entender el rol que juegan en la película.

  3. Tu diario está muy bien, Päivi: es de agradable lectura, tratas un tema relevante e interesante y argumentas bien tus puntos de vista. Asimismo, me gusta el comentario de Eriikka. Se ve que ella ha leído tu diario con mucha atención y su punto de vista sirve muy bien para completar el tuyo. Por ejemplo, no creo que las dos interpretaciones sobre el papel de las moscas en la película sean excluyentes, sino más bien complementarias.

    Dices que las dos obras te dieron “la impresión que Franco, como muchos dictadores y jefes autoritarios, fue muy solitario”. Quizás el poder casi ilimitado de los dictadores realmente crea soledad, o por lo menos se suele retratar a los dictadores en su vejez como seres solitarios y enloquecidos. En cuanto a este aspecto, Llegada para mí la hora del olvido se suma sin fisuras al género latinoamericano de “novelas de dictadores”, al que la propia obra hace repetidas referencias. Sería interesante ver también lo que dicen los múltiples biógrafos de Franco sobre sus últimos años y, asimismo, comparar la la representación de Franco en Llegada y Buen viaje con alguna otra biografía ficticia de Franco, por ejemplo con la famosa Autobiografia Del General Franco de Vázquez Montalbán, muy distinta de las dos obras discutidas en clase.

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