Metaficción historiográfica

meta.jpg

He añadido en el apartado de bibliografía de este blog un enlace a un artículo de Linda Hutcheon sobre la metaficción historiográfica (en inglés). Si os interesa el tema, os recomiendo también un artículo que apareció en el último número de Avain (revista finlandesa de estudios literarios) sobre la metaficción historiográfica en la literatura finlandesa. El artículo se títula “History and Historiography in Contemporary Finnish Novel” y salió en el número 4/2007 de la revista. La podéis consultar en Opiskelijakirjasto o en la biblioteca que está en el tercer piso del edificio principal.

Cataluña amplía la Ley de Memoria para “dignificar” las fosas comunes del franquismo

FERRAN BALSELLS El País – Barcelona – 26/03/2008

Dignidad para los cerca de 9.000 cadáveres sin identificar que reposan hacinados en 179 fosas comunes en Cataluña. La Generalitat aprobó ayer un proyecto de ley “pionero y necesario”, según el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, para honrar la memoria de los cuerpos sin nombre enterrados durante la Guerra Civil y el franquismo. Es el primer desarrollo de la ley de la Memoria Histórica, aprobada por el Gobierno el pasado 31 de octubre, que contempla que las Administraciones autonómicas puedan ampliar sus contenidos.

En su versión, la Generalitat despliega un paraguas más holgado en cuanto al papel de la Administración que el previsto por la ley estatal. Ese texto acota la ayuda del Gobierno a la reapertura de fosas con “subvenciones a las entidades sociales que participen en los trabajos”. El proyecto catalán contrapone una política de “coste y esfuerzo cero”. Los afectados deberán rellenar un formulario, remitirlo a la Generalitat y esperar. La Administración se ocupará, a partir de investigaciones documentales y otros indicios, de la localización, exhumación -si los parientes así lo solicitan- e identificación del cuerpo. “Hablamos del innegable derecho de las personas a saber de sus antepasados. La Generalitat se ocupará de todo”, resumió Josep Vendrell, secretario del Departamento de Relaciones Institucionales e impulsor del proyecto.

Para calibrar las distintas solicitudes -el departamento ya acumula más de 2.000, la mayoría sobre soldados muertos en campaña-, el proyecto prevé crear una comisión integrada por representantes de la Generalitat junto a profesionales de prestigio y, prometió Vendrell, “independientes”. Serán la bisagra en torno a la cual se articule la ley, que no contempla ninguna distinción entre facciones. “El derecho es el mismo para todos”, recalcó Vendrell. Ninguna de las peticiones recogidas hasta ahora corresponde a represaliados por el bando republicano.

Entrevista: Antony Beevor, historiador


“La violencia nace del miedo”

El País – JUAN CRUZ 23/03/2008

beevor1.jpgEn Cartagena de Indias, durante el Hay Festival, había un hombre en mangas de camisa que pateaba la joya del Caribe como si estuviera fotografiándola a toda velocidad. Se quiso llevar Cartagena en la retina, pero lo que llevaba en la memoria era la contienda de los españoles. Es Antony Beevor, 61 años, historiador británico, uno de los grandes narradores de la Guerra Civil española (La Guerra Civil española, Crítica, 2005). Ahora anda obsesionado con el desembarco en Normandía, para saber cómo fueron las relaciones entre franceses y norteamericanos. En un patio de Cartagena le preguntamos qué había aprendido de nosotros, los españoles, estudiando lo que pasó de 1936 a 1939.

Pregunta. ¿Qué aprendió cuando estudió la Guerra Civil?

Respuesta. Aprendí que la raíz de la violencia es el miedo. En España, donde estaba mal visto tener miedo, la violencia durante los primeros años era terrible. Nadie sabía quién era el enemigo. Al suprimir el miedo se produce un desequilibrio químico en el cuerpo, y ése es el origen de la violencia. Pero eso ahora ha cambiado. Ahora los hombres pueden decir tranquilamente que tienen miedo. Eso es nuevo en España, acaso los hombres no han tenido ningún problema, ya, en reconocer su lado femenino.

P. ¿Hay algo que no ha llegado a entender sobre nuestra Guerra Civil?

R. No hay nada en concreto que no haya llegado a entender, pero lo que siempre he pensado es que es una contienda sobre la que no se debe generalizar, porque ocurrió de manera muy distinta en muy diferentes sitios de España. La fragmentación geográfica la convirtió en un conflicto diferente, en cada provincia hubo una Guerra Civil no necesariamente igual a las otras.

P. En 2009 se cumplen setenta años. ¿Cree que es un momento para olvidarse?

R. Uno nunca debe olvidarse de la historia porque hay muchas lecciones que aprender de ella. Y una de ellas es la democracia y el respeto a la democracia. Uno tiene que trabajar la libertad y la democracia para poder preservarlas. La actitud tan pasiva hacia la democracia que se vivió en las Cortes y sobre todo en las calles antes de la Guerra Civil era muy peligrosa. Nadie debe olvidar, sino aprender.

P. ¿Cuál fue el primer tópico con el que se encontró?

R. Que había sido la primera fase de la II Guerra Mundial o, como decían los franquistas, el preludio de la tercera. Ese primer contacto con España me impuso la escritura de una versión no muy buena del libro, eran tiempos en que los archivos no era muy accesibles. Años después, Gonzalo Pontón me insistió en que lo reescribiera. Y me ayudó muchísimo, entregándome material que habían recopilado historiadores españoles mientras yo buscaba por los archivos extranjeros, sobre todo en el archivo ruso.

P. Y llegaría usted al meollo, a cómo fue posible la guerra.

R. En el momento de escribir me di cuenta de que muchos de los mitos de la derecha sobre el origen de la guerra quedaban destrozados. Mitos como el de los asesinatos que había habido en uno y otro sitio. ¿Qué hubiera pasado si la derecha hubiera ganado las elecciones de 1936? Ganó la izquierda simplemente porque los anarquistas decidieron votar por primera vez y el Frente Popular ganó por menos de un 2% del voto. No es cuestión de decir que ambas partes son iguales moralmente, sino de entender cómo se desarrolló semejante conflicto. Y yo lo achaco al miedo.

P. Ésa es la raíz.

R. Y esta pregunta: ¿Cómo se pudo meter España en una guerra civil cuando los que querían guerra eran muy pocos? La mayoría de la población no quería la guerra pero se vio forzada por los extremistas de ambas partes.

P. Y vino la tragedia.

R. Y una lección muy importante, además. La tragedia fue para España que la oportunidad para reformar que constituía la República llegó en el peor momento, doce años después de la guerra civil en Rusia. La gente no es consciente de los efectos que tuvo esa Guerra Civil en otros países. El miedo que provino de esa situación aumentó en ambos bandos. ¿Fue la Guerra Civil inevitable?

P. Respóndalo usted.

R. Hay quien dice que sí, hay quien dice que no. Pero existe otra pregunta interesante: después de 1934, ¿se pudo haber evitado la Guerra Civil?

P. ¿Y la respuesta?

R. Es una pregunta muy difícil de contestar. Pero creo que tuvo que ser muy difícil evitarla debido al odio y al resentimiento de la izquierda por la conducta de la guardia civil y las tropas, pero también debido al miedo, por parte de la derecha y de la clase media, a una revolución bolchevique. Otra pregunta que me debía plantear era: si la República hubiese ganado, ¿qué tipo de administración hubiera creado?

P. Buena pregunta, imposible de contrastar.

R. Sí, pero si se fija en cualquier guerra civil de la historia, se dará cuenta de que es imposible que nazca una democracia de una guerra civil. Lo que descubrí en los archivos rusos fue que en el caso de victoria el poder comunista iba a controlarlo todo.

P. La salida de su libro en España coincidió con una campaña de historiadores de la ultraderecha para convencer a la gente de que la República fue culpable de la guerra.

R. Sería muy injusto decir eso. Creo que lo interesante es buscar las razones por las que se desató y no volver a la propaganda del pasado. La irresponsabilidad que tuvo la izquierda fue desoír a grandes figuras, como Julián Besteiro, que les avisó del peligro de su retórica. Ningún país ha sufrido más que España a causa de la retórica extremista. La retórica de Calvo Sotelo o de Largo Caballero. Algunos dicen que las palabras no matan, pero yo no lo creo. Las palabras matan, pueden matar.

P. Ha bajado el tono, pero hasta la Iglesia católica ha querido frenar la ley de Memoria Histórica. ¿Era necesaria?

R. Cuando hay algo como el Pacto del Olvido es como si quisieras tapar una herida profunda. Si hay una herida profunda debes airearla, porque si no se pudre. En España se tapó, nunca se discutió una vez muerto Franco. Hubo muchos libros sobre la guerra civil nada más morir el dictador, pero después no hubo nada. El problema en particular en España es que la izquierda, después de la humillación de la derrota y de la opresión que sufrió durante la dictadura, no pudo contribuir a esa memoria una vez caído el régimen. Y esto produjo mucha frustración. Los que murieron por parte de la derecha fueron enterrados en tumbas, como mártires. Y era importante que los muertos del otro bando fueran identificados y enterrados como es debido.

P. Tras la muerte de Franco, el general Gutiérrez Mellado

[vicepresidente con Adolfo Suárez] le pidió a Felipe González que no removiese las cosas…

R. Estuvo bien hacerlo en ese momento. Pero ese silencio siguió así durante mucho tiempo, cuando el debate debió empezar mucho antes.

P. La derecha nunca consideró oportuno condenar el golpe.

R. Como la izquierda, que no condenó el golpe de 1934.

P. ¿Tenía que haberlo hecho?

R. Sí, si eso hubiera sido significativo. El debate sería mucho más honesto si la izquierda también aceptara sus errores.

P. Como testigo de lo que ocurrió y de lo que ocurre, ¿cree usted que la guerra sigue entre nosotros por otros medios?

R. No. Las condiciones sociales, económicas, políticas han cambiado, y la historia no se repite. No habrá otra guerra civil. ¿Por qué no habrá guerra en Europa? No necesariamente por unificación de los países, sino porque las verdaderas democracias no luchan entre sí.

La familia Franco en Helsingin Sanomat

Suvusta upporikas kiinteistöillä ja taiteella

HS – 22.3.2008

franco-nietas.jpeg

Espanjan johtaja Francisco Franco kuvattiin tyttärentyttäriensä Maria del Carmenin (oik.) ja Maria de la On kanssa 1953.

BARCELONA. Spartalaiseen elämäntyyliin tottuneen kenraali Francisco Francon varallisuus alkoi karttua heti sodan jälkeen. Yleneminen vallankaappauksella valtiojohtajaksi moninkertaisti hänen palkkansa. Sodan runtelemassa ja köyhtyneessä Espanjassa se oli yli 120-kertainen tavallisen kansalaisen keskipalkkaan verrattuna. Sotapäällikkö alkoi saada lahjaksi kiinteistöjä mielisteleviltä tai uhkailluilta alamaisilta.

Nykyään on useimpien kiinteistöjen omistajiksi merkitty osakeyhtiöitä, joiden hallitusten puheenjohtajana istuu Francon perheen sihteereitä ja asianajajia. Viime vuosina perhe on rikastunut myymällä kalliisti ylläpidettäviä ja kunnostusta vaativia historiallisia rakennuksia.

Taide- ja antiikkikokoelmien kasvamisesta vastasi puoliso Carmen Polo. Mariano Sánchez Soler kertoo kirjassaan Los Franco S.A. (Francot Oy, Ed. Oberon 2003) Polon olleen perso valtiovierailujen ja audienssien tuliaisille: taideteoksille, seinävaatteille, mitaleille ja kunniamerkeille.

1970–80-lukujen vaihteessa perheen asumuksissa riehui tulipalojen sarja. Osan taideteoksista väitettiin kadonneen tai tuhoutuneen. Francot syyttivät roihuja onnettomuuksiksi, murtovarkauksiksi tai tihutöiksi, mutta julkisuudessa tapahtumia epäiltiin harhautukseksi, jonka turvin arvoesineitä salakuljetettiin muualle.

Diktatuurin päättyessä perheenjäsenet olivat kokeneet myös huiman urakehityksen. Heitä oli nimitetty useisiin julkisiin virkoihin ja 150 suuren espanjalaisyhtiön hallituksiin.

Francon kesäkartanosta kiistellään oikeudessa Espanjassa

Diktaattorin miljonääriperillisten omaisuutta selvitetään

HS – 22.3.2008

pazo-de-meiras.jpeg

Francojen suvun omistuksessa olevasta Pazo de Meirásin kivilinnasta halutaan tehdä suojelukohde.

BARCELONA/SADA. Diktaattori Francisco Francon perillisten omaisuutta koskevaa salamyhkäisyyttä murretaan Espanjassa ensimmäistä kertaa. 1800-luvulla rakennetusta Pazo de Meirás -kivilinnasta halutaan suojelukohde. Rakennus sijaitsee Luoteis-Espanjan Galiciassa ja se oli kapinalliskenraalin kesänviettopaikka. Francon suku vastustaa suojeluhanketta, joka toteutuessaan määräisi Francot avaamaan ovet yleisölle neljänä päivänä kuukaudessa.

Pääsiäisen alla Galician aluehallitus sai erävoiton, kun tuomioistuin päätti, että suvun on päästettävä arkkitehti, arkeologi ja historiantutkija mailleen.

Galicialaissyntyinen Franco sai voittoisasta sisällissodasta tunnustuksena vuonna 1939 kartanon ja kuusi hehtaaria tiluksia, joilla nyt lomailevat hänen tyttärensä ja lapsenlapsensa. Kartano oli poliittisen historian näyttämö, sillä on lisäksi galicialaisille myös kulttuuriarvoa. Se kuului ensin tunnetulle galicialaiskirjailijalle Emilia Pardo Bazánille. Rakennuksessa uskotaan olevan yhä osa hänen kirjakokoelmastaan sekä Francojen tuomia taideaarteita ympäri Espanjaa, perustelee Galician kansallismielisen puolueen BNG:n kunnanvaltuutettu Carlos Babío Sadassa suojelutarvetta. “Haluamme myös, että totuus Pazo de Meirásista tunnetaan”, hän painottaa kartanon edustalla.

Lahjoitus ei aikanaan ollut aivan vapaaehtoinen. Sen suunnitteli ryhmä paikallisia liikemiehiä ja francolaisia poliitikkoja, jotka pyrkivät kenraalin suosioon. A Coruñan kaupungin ympäristössä asukkailta kerättiin varoja kartanon ostamiseksi Francolle. Virkamiehiltä pidätettiin viikon palkka. Edes köyhimmät eivät uskaltaneet kieltäytyä osallistumasta peläten, että heidät leimattaisiin punaisiksi. Galicia oli kääntynyt sodan alussa nopeasti sotilaskapinallisten tueksi ja vasemmistolaisia tasavaltalaisia vainottiin.

Espanjassa tarve menneisyyden selvitystyöhön on tullut julki vasta aivan viime vuosina. Yhä enemmän kuullaan ääniä, jotka vaativat perillisiä luopumaan komeista tiluksistaan. Viime syksynä Espanjan parlamentissa torjuttiin aloite, joka pyysi hallitukselta selvitystä suvun diktatuurin aikana saamista varoista sekä keinoista palauttaa valtiolle julkinen omaisuus, kuten Francon arkistot. “Espanja on ainoa tuntemani entinen diktatuuri, jossa etuoikeutetussa asemassa rikastunut diktaattorin perhe on jatkanut elämäänsä ja liiketoimiaan kaikessa rauhassa”, hämmästelee Francojen omaisuutta tutkinut Mariano Sánchez Soler Alicanten yliopistosta.

Franco-klaani arvioidaan yhdeksi Espanjan vauraimmista. Perhe kahmi kenraalin liki neljä vuosikymmentä kestäneellä valtakaudella omaisuuden, jonka arvoksi lasketaan vähintään 350 miljoonaa euroa kartanoineen ja taideaarteineen. Francon kuoltua 1975 perillisten ei tarvinnut harkita maanpakoa. Päinvastoin espanjalaiset suhtautuivat leskeen ja muuhun sukuun avokätisesti ja kärsivällisyydellä. He saivat uusia etuoikeuksia.

Demokratiaan siirtymisestä tavoiteltiin mahdollisimman väkivallatonta. Francon perheen ympärille kerääntyneitä äärioikeiston liikkeitä ja sotilasjärjestöjä varottiin ärsyttämästä. Francon tytär Carmen Franco sai pitää diplomaattipassin pitkälle 1980-luvulle. Leskelle Carmen Pololle maksettiin kuolemaan saakka 1988 ruhtinaallista eläkettä, joka oli suurempi kuin Espanjan silloisen pääministerin Felipe Gonzálezin palkka. “Surullista on, että vielä 1980-luvulta eteenpäin heidän on annettu tehdä mitä haluavat”, Sánchez Soler tuumaa.

Francojen julkisuuskuva on yhtä kaikki rapissut. Viestimissä suvun rappiota ovat kuvastaneet Francon lapsenlapset: metsästys- ja talousrikoksiin sotkeentunut Francis Franco, tyttöystävänsä pahoinpitelystä pidätetty Jaime Martínez-Bordiú sekä avioerojaan juorulehdissä selostava Carmen Martínez-Bordiú, joka liiteli espanjalaisten Tanssii tähtien kanssa -show’ssa. Hän unelmoi myös esiintyvänsä jonakin päivänä Pedro Almodóvarin elokuvassa.

Guerra y lenguaje

Guerra y lenguaje
Adan Kovacsics
Acantilado. Barcelona, 2007.

portada4.jpgLas reflexiones sobre la manipulación política del lenguaje en la sociedad de masas tienen ya una larga tradición. Una de las referencias indiscutibles es el estudio de Victor Klemperer sobre la lengua del Tercer Reich, que ha servido como modelo a muchas obras posteriores -entre ellas, muy recientemente, Rojos de Francisco Sevillano (Alianza Editorial, 2007), un análisis del lenguaje franquista en la guerra civil- . Decía el filólogo alemán que el medio de

propaganda más eficaz del hitlerismo no eran los discursos ni los símbolos, ni nada que se registrase a nivel consciente, sino las palabras aisladas y expresiones que se repetían y se terminaban por adoptar de forma mecánica e inconsciente. El libro que ahora nos ocupa se mueve en una órbita parecida, tratando de desentrañar los orígenes y fundamentos de esa repetida manipulación.

El ensayo que da título al volumen es el más extenso de los cuatro que componen esta breve pero enjundiosa obra del escritor chileno Adan Kovacsics (Santiago de Chile, 1953). Tras una oportuna cita de Karl Kraus sobre la función de la mentira en la guerra, nos sitúa el autor con una frase contundente en el centro del conflicto: al estallar la Primera Guerra Mundial, algunos, como Walter Benjamin o el aludido Kraus, reaccionaron con el silencio.

El mutismo no se debía sólo al espanto, la indignación o la censura, sino a que “se había producido una avalancha de un determinado lenguaje” que exigía una respuesta adecuada. No tenía sentido la protesta sin más, convertida al fin y al cabo en otra voz que añadir a la algarabía. Callar era la actitud de quien se apartaba del derrumbe. “El silencio: el lugar donde se guarda y se protege el verbo ante el arrasamiento”. Una exigencia paradójica: “Quien tenga algo que decir, ¡que dé un paso adelante y calle!” (pp. 70-71). El silencio, en efecto, se constituye como la única ética posible ante una “gentuza” a la que el horror no le ha paralizado la lengua, sino todo lo contrario.

Como diría Anson Rabinbach, la catástrofe de la guerra había traído también una “catástrofe de la palabra”. De ahí que, tras la primera reacción de retirada, es decir, de silencio, los intelectuales que habían resistido el vértigo se impusieran una reflexión sobre la lengua, el destino de la palabra en el contexto bélico. Los últimos días de la humanidad, del citado Karl Kraus es, básicamente, una meditación sobre ese asunto.

La implicación y responsabilidad del lenguaje en la guerra: éste es también el asunto medular que ocupa a Kovacsics en estas páginas. No es extraño por ello que, junto a los escritores ya mencionados, haya un importante hueco para Ludwig Wittgenstein, combatiente voluntario en la Gran Guerra y autor de la más importante obra del período (el Tractatus Logico-Philosophicus) sobre los límites del lenguaje, es decir, sobre lo que puede y no puede decirse.

Hay en todo ello un denominador común, un profundo repudio a la “cháchara” de la época pero, además, una convulsión moral en las personas más conscientes ante una “lengua corrompida y encarroñada” que es mero instrumento de los verdugos y que termina por emponzoñar todo: a la crueldad se suma la frivolidad verbal, manchando hasta “a quien piensa sobre ello”. En una guerra industrializada el lenguaje propagandístico se convierte en preciada mercancía y se revela tan eficaz que pocos se resisten al “entusiasmo”. No se refiere Kovacsics tan sólo a 1914, sino también a la maquinaria nazi y, ya muy recientemente, a las falsedades de la invasión de Irak. La mentira ha recorrido todo el siglo XX hasta convertirse, como proféticamente señaló Franz Kafka, en “principio universal”. Cuando la palabra se convierte en vasalla de la voluntad política, supeditada a unas decisiones establecidas de antemano, su rol deviene “absolutamente accesorio y servil”.

Rafael NUÑEZ FLORENCIO
El Cultural   18.03.2008

Diario de aprendizaje II (Hanna)

Al principio de Silencio roto hubo una escena que se me quedó grabada en la mente. Creo que la escena describe bien una época caracterizada por la paz frágil. Es un día como cualquier otro, y los vecinos están en la taberna de pueblo, donde un grupo de amigos juegan a las cartas. Todo parece tranquilo, pero es sólo una ilusión, porque la guerra ha cambiado todo. Jugando a los naipes uno de los chicos dice algún taco. El jefe de la guardía cívil, que se encuentra en la mesa de al lado, decide actuar. Se enfrenta al chico y, sin hacer caso a las protestas, le obliga a beber aceite de ricino como castigo.

Por qué decide reaccionar a algo tan trivial? Por qué le impone un castigo tan desmesurado? Igual es por que sabe que el chico colabora con los maquis, pero probablemente se trata de algo más. En las reacciones de los que presencian el incidente se refleja el sentido de impotencia: el guardia civil representa la máxima autoridad en el pueblo y sus decisiones son indiscutibles. También las acciones despóticas y arbitrarias tiene una clara función: sirven para establecer un poder psicólogico y controlar la población.

Las personas pueden reaccionar a tales medidas de varios modos, pero de todas formas, el efecto psicicológico tiene que ser abrumador. Seguramente, la guardia civil representaba el orden y la paz para algunos, pero para muchos también el terror. El fin de esta estrategia (para llamarle de algún modo) es crear un ambiente, donde las personas, o para ser más preciso, los disidentes, sienten que sus capacidades de influir son minimales y la resistencia parece futil

Tanto en la Silencio roto como en La voz dormida, protagonizan mujeres que sí resisten, y a lo mejor por este motivo, es fácil de olvidar que muchas decidieron adaptarse. Eran tiempos complicados y las mujeres tenían que enfrentar unas situaciones sumamente dificiles. Los dos sexos comparten el mundo, pero a veces, las mujeres tienen una realidad muy distinta. Las mujeres tenían que luchar día a día para sobrevivir y, en ocasiones, la resistencia encontró formas más sútiles que la de las armas (ej. doña Celia). Ya sólo rexflexionando las posturas algunas personajes se revela la complejidad de decisiones, y también surge la pregunta si se trataba de decisiones, que tomaron ellas, o simplemente de destinos? Pepita no eligió su camino, pero Lucía que sí tomó una decisión (aunque no muy premeditada, por lo visto). Mercedes en La voz dormida y la mujer del guardia civil en Silencio roto no veían más remedio que intentar vivir como puedan.

No tengo ni idea cómo actuaría yo en una situación parecida, lo que ayuda a entender la diversidad de soluciones personales. Sin embargo, respecto a los maquis y a los que colaboraron con ellos, hay algo que no consigo concebir por mucho que intente, y es la motivación que algunos tenían para seguir resistiendo, incluso mucho después de que toda la esperanza ya se había perdido. Cuánto tiempo se puede vivir con el cansancio y el miedo y bajo qué condiciones? La convicción ideológica y el sentido de justicia sirven para motivación, o son los sueños, la costumbre y el amor los que empujan a las personas? Aunque puede que sólo sea una ilusión que tuvieran otra alternativa que resistencia, y la única motivación era simplemente sobrevivir.

Diario de aprendizaje II (Estefanía)

En este segundo período de la asignatura, hemos estudiado los primeros años de la dictadura desde el punto de vista de los vencidos. En este caso, desde dos puntos de vistas: el de los maquis y el de las mujeres encerradas en la cárcel (muchas veces sin acusaciones de los delitos por los cuales estaban en la cárcel).

Luna de lobos y La voz dormida muestran la opresión en voz de unos hombres, que luchan de forma activa contra el franquismo (como guerrilleros), que viven en un lugar abierto (el monte), pero para ellos las circunstancias son cada vez más claustrofóbicas, sus vidas se hacen cada vez más cerradas, llegando a convertirse en una especie de “animales”. Mientras, en La voz dormida son las mujeres las que hablan, su lucha es pasiva (cosen banderas de la república), y, aunque viven en un espacio cerrado (la cárcel), sin duda alguna su mundo no es tan claustrofóbico como el de los hombres de la anterior novela.

Mientras en Luna de lobos el final es trágico (sólo les queda dos salidas o la muerte o el exilio), en La voz dormida nos queda la esperanza en la niña (la esperanza de la lucha, de que los ideales siguen a pesar de que, el bando franquista, intentó acallarlos).

Pero, lo que está claro, es que en ambas novelas, tanto los hombres como las mujeres, se caracterizan por formar una “familia”, un núcleo alrededor de sus compañeros de lucha, tanto en el monte, como en la cárcel; que estará unido a la sociedad a través de sus familiares, los cuales seguirán manteniendo contacto con ellos.

Estamos, sin duda alguna, ante dos puntos de vista de lo mismo: ¿Cómo era la vida de los que fueron castigados con la derrota en la Guerra civil? ¿Y sus familiares? Y, es que en realidad, el bando franquista no solo castigo a los que lucharon en su contra, también a sus familiares, a la gente que le rodeaba… a una buena parte de la sociedad. Esto provocaba que la existencia del bando derrotado fuera una existencia oprimida; una pesadilla, como en Luna de lobos, (en un ambiente rural, cerrado, donde todo el mundo conoce a todo el mundo; lo más seguro es que está fuera la vida más dura, la más castigada); mientras en La voz dormida, el ambiente es urbano, y hasta cierto punto, era más fácil vivir escondido.

Ambas obras se escribieron tras la dictadura, y los autores, ninguno, vivió ese período, como mucho, los últimos años de la dictadura, una etapa en la que empezaba a “respirarse” el cambio. Esto provoca que se idealice el bando de los vencidos, de los republicanos, de los que lucharon… y eso se nota, y mucho, en La voz dormida.

Ambas novelas son un gran ejemplo de la nueva narrativa que aparece en España tras la etapa franquista, un tipo de novela, que trata, por fin, no sólo el lado de los vencidos, sino también el de los vencedores; cada vez se le da menos prioridad a los hechos históricos, y se le da voz a los que sufrieron. Además, ambas novelas tienen una gran relevancia, pues Luna de lobos es la primera que trata el asunto de los maquis en la literatura en España, y fue toda un novedad. Mientras, La voz dormida es una de las primeras novelas que pone la voz a las mujeres, tratándolas ya no como personajes secundarios (madres, hermanas, novias…), sino como individuos activos en la lucha, y que sufren directamente el acoso del franquismo. Hasta los títulos de las novelas evocan el significado de las mismas: la luna que acompaña a esos hombres, que se convierten en lobos, en animales salvajes; y esas mujeres que no están calladas, sencillamente, están esperando el momento para gritar.

Pero, no sólo hemos visto el cambio en la literatura, también en lo audiovisual (algo que me parece realmente importante, pues nunca te das cuenta de cómo cambia la sociedad en la que vives, hasta que te fijas en estos detalles). Comenzamos con la presentación de Raza (película para la auto-promoción de Franco), después con la película de Silencio Roto (que trata el tema de los maquis, pero ya no como luchadores, sino como víctimas, y, sobretodo, trata como era la vida de los familiares de estos guerrilleros), y, acabamos con la presentación sobre las trece rosas (hace poco se realizo una película sobre este suceso), trece chicas que fueron asesinadas por formar parte del PSOE, sin que, en algunos casos, fuera así. Una evolución del cine.

Y, es que la sociedad está dando la palabra a las víctimas, y ya no sólo con la Memoria Histórica, sino también con los dos medios de comunicación más importantes: el cine- televisión y la literatura.

Diario de aprendizaje II (Eriikka)

En el primer diario de aprendizaje hablé de la Ley de memoria histórica. Como el tema me interesa, seguiré con la memoria histórica pero esta vez desde el punto de vista de la literatura que hemos visto en clase. Para mí, lo esencial no es estudiar hasta qué punto los acontecimientos de una obra literaria, o digamos en un sentido más amplio, las representaciones de hechos históricos de una obra correspondan o no con la realidad. En primer lugar, hacer eso implicaría tener que acudir a otras fuentes que no dejan de ser ellas también reconstrucciones textuales, representaciones del pasado. En segundo lugar, la ficción como forma de narrativa carece de las mismas exigencias de veracidad y objetividad que tiene la propia historiografía, aún cuando se traten de géneros de literatura que toman la historia como su punto de referencia o como su material. Es decir, el grado de veracidad de las novelas, en mi opinión, carece de interés ya que deberíamos ser capaces de separar lo que es una historia de lo que es Historia. (Dicho sea de paso, el portugués permite la deliciosa diferenciación entre história y estória. Desconozco si en español hay manera parecida para recalcar esta diferencia.) Ahora, el caso de la relación de literatura y memoria histórica ya es más complejo, y volveré a tratar el tema más adelante. Pero en otras palabras, lo interesante no es verificar hasta qué punto una obra como Luna de lobos, o La voz dormida ofrece una mirada imparcial o no, o hasta qué punto hace justicia a todos los partidarios de un cierto conflicto, y tampoco es algo que proponen hacer. En cambio, resulta interesante ver qué tipo de representación nos ofrece la obra (aspecto este que no trataré ahora con mucha profundidad, ya que ha sido tratado extensivamente en la clase y en los trabajos citados en la bibliografía del curso, tales como Arroyo Rodríguez (2004) en el caso de Luna de lobos) y cómo se sitúa dentro del paradigma de todas las representaciones ya existentes, cuáles son los posibles vacíos, dónde está la novedad.

Así por ejemplo Luna de lobos (1985) gana importancia como obra por marcar un cambio en la representación de los maquis en España. Según Izquierdo, “[d]e 1954 a 1975 se publicaron ocho novelas […] basadas en el discurso oficial del franquismo convirtiendo a los guerrilleros en delincuentes comunes deshumanizándoles y eliminando toda posible conexión entre sus actividades y la lucha política antifranquista”. (Izquierdo 2004:6) La visión opuesta, pero igual de maniqueísta, pintaba el maquis como el buen revolucionario, concepto parecido al de “buen salvaje”. Es en contraste a estas representaciones que debemos situar a la obra de Llamazares. Lo que podríamos preguntar es si el aparecimiento de tal cambio en el paradigma de las representaciones es resultado de un cambio más profundo en la sociedad que a su vez permite la representación literaria desde un punto de vista nuevo, o si más bien, obras como Luna de lobos hacen posible una paulatina popularización de nuevas representaciones hasta llegar a formar memoria colectiva. Quizá las dos interpretaciones son válidas y complementarias. En la clase hemos constatado que la publicación de la obra en 1985 puede ser vista como un acto político y que para gran parte de la población ofrecía el primer contacto con la realidad de los guerrilleros. Pero por otro lado, el propio Llamazares había escuchado historias sobre “los del monte” en su infancia y más tarde había entrevistado a antiguos guerrilleros a la hora de buscar documentación para su obra. Esto implica que entre las historias que la gente contaba en los pueblos, es decir entre la memoria popular, corrían también otro tipo de representaciones que se diferenciaban de las representaciones públicas. Talvez seria más preciso decir, por lo tanto, que Luna de lobos ofrecía para muchos el primer contacto escrito, la primera representación pública y de alguna manera “oficial” (al ser integrada al canon literario) de algo que hasta entonces algunos sólo habían conocido sólo de forma oral. Caso comparable, la importancia de La voz dormida (2002) cae en ofrecer una representación del papel de las mujeres en la resistencia antifranquista en los años posteriores a la Guerra Civil española, algo que las novelas anteriores habían dejado al margen.

Por otro lado, Izquierdo, entre otros, habla de “la necesidad de la sociedad española de conocer una parte de la historia de España silenciada por el bando de los vencedores y en ese sentido reivindicar la memoria civil de los últimos setenta años” (Izquierdo 2004: 3) Palabras éstas que hacen eco a tantas otras que hemos leído en este curso, parecen haberse transformado ya en un tipo de imperativo de la época actual. Independientemente de si se trata de una “necesidad de la sociedad” (como si la sociedad tuviera necesidades) o si simplemente es resultado natural de una retrospección que surge, en ciertos círculos, de un cambio generacional y político en la sociedad española, la publicación de una novela sobre un “tema silenciado” parece ofrecer un catalizador para un diálogo más abierto sobre las distintas memorias, primero de parte de los medios de comunicación y posiblemente luego de parte del público de lectores. Es de destacar que en este sentido la influencia de la obra no acaba en la lectura de la obra, sino que se extiende más allá – también personas que no leerán la obra podrán tener acceso a las nuevas representaciones a través de los diferentes metatextos sobre la obra y toda la discusión pública que resucita. La propia Dulce Chacón constata en una entrevista (Domínguez 2003): “Hay que establecer una conversación, no una discusión para recuperar la memoria de aquellos que no han tenido el derecho de expresar sus propios recuerdos y, de este modo, recuperar la memoria histórica.” Esto no implica que todos tendrían que leer su obra, pero su obra sirve para establecer esta “conversación”.

Entonces, ¿si obras como Luna de lobos y La voz dormida son esencialmente vistas como obras con una necesidad o función social, será que esto las convierte en algo parecido a la novela social? Quizá sería más conveniente aproximar estas novelas como lugares de memoria, lieux de mémoire (Nora 1989) como lo hace Martín Galvan (2006:28). Martín Galvan no estudia el caso de Luna de Lobos pero como nota también Izquierdo (2002:110), la obra de Llamazares, asimismo, plantea en varias ocasiones la temática de la memoria. Estas obras, a pesar de basarse en estudios y documentación previos, no pretenden ser historiografía, ni educar a la gente, sino restituir memoria. Asunto aparte, para muchos lectores pueden ser el único referente a los hechos históricos de la época y por lo tanto, acaban también popularizando la historia, es decir, acaban “educando” al lector. Dije anteriormente que la ficción carece de la exigencia de veracidad. Sin embargo, como hemos visto, se habla mucho de la “recuperación de la memoria histórica” en relación a novelas como las que hemos tratado hasta ahora en este curso. Aquí parecería haber una contradicción, pero de hecho, estamos frente a un fenómeno bastante común. En realidad, lo que es memoria histórica de un grupo colectivo, está muchas veces basada en las representaciones con una divulgación colectiva considerable, tradicionalmente obras literarias y cinematográficas, que narran episodios de una cierta época. En Finlandia, por ejemplo, obras como Täällä pohjantähden alla (1959-62), Tuntematon sotilas (1954), o Punainen viiva (1909), para nombrar algunos ejemplos, han contribuido a la memoria histórica (de menos de ciertas generaciones) de una manera considerable.

La pregunta interesante es, por lo tanto, ¿hasta qué punto este rol activo en la popularización de la historia y en la creación y divulgación de una memoria histórica colectiva también impone a este tipo de novela una cierta responsabilidad o una exigencia de la veracidad? ¿O será necesario recordar el lector de que a pesar de ser extensamente documentada, la obra puede ofrecer una visión un tanto simplista? ¿Acaso deberíamos advertir al lector ingenuo del peligro que corre su memoria, como en los paquetes de cigarrillos que anuncian una muerte inevitable u otra desgracia al fumador? Quizá no hay una respuesta, pero de menos nos damos cuenta del porqué las entidades en poder en un determinado momento histórico escogen promover ciertas obras, integrarlas a las lecturas obligatorias de los sistemas educativos, otorgarles premios o adoptarlas al canon literario de otras maneras. También nos damos cuenta que no sirve de mucho enseñarle a alguien a leer si no le enseñamos a cuestionar. (A no ser que queremos manipularle con más facilidad.)

Fuentes:

ARROYO RODRÍGUEZ, Daniel: “Descriminalización del maquis en la novela española contemporánea“. 2004. [consultado 11.3.2008]

DOMÍNGUEZ, Antonio José (2003) “Entrevista con Dulce Chacón”, Rebelión, 23.3.2003. [consultado 11.3.2008]

IZQUIERDO, José María (2002) “Maquis: Guerilla antifranquista. Un tema en la literatura de la memoria española”, en Actas del XV Congreso de Romanistas Escandinavos, Oslo 12-17 de agosto de 2002. Romansk forum (Oslo), 16:2, 2002, pp. 105-116.

IZQUIERDO, José María (2004) “La literatura de la generación del cincuenta en España y la narrativa actual de la memoria“. Études romanes de Lund, 70, pp. 77-90.

MARTÍN GALVAN, Juan Carlos (2006) Realismo documental en la narrativa española a principios del siglo XXI, disertación doctoral, University of North Carolina, Chapel Hill. [consultado 11.3.2008]

NORA, Pierre (1989) “Between Memory and History: Les Lieux de Mémoire”, Representations, No. 26, Special Issue: Memory and Counter-Memory. pp. 7-24. (Trad. por Marc Roudebush.)

Diario de aprendizaje II (Ruska)

Después de haber leído La voz dormida y de haber visto la película El silencio roto, me di cuenta de que era muy diferente leer que escribir. A mí me gustó mucho más el libro, porque pienso que daba una imagen más realista de la guerra civil que la película. En el libro se contaba con detalles la vida de los personajes, sus sufrimientos y la tortura en la cárcel, pero en la película parece que todo sucedió muy rápido y la gente no sufrío tanto. A mí personalmente la película no me afectó mucho los sentimientos.

El papel de la mujer durante la posguerra y la dictadura de Franco era terrible. En los cárceles trataban las mujeres con violencia, aunque no hubieran hecho nada. Si sus hermanos eran guerrilleros, era una razón suficiente para meterlas en la cárcel y torturarlas, o hasta quitarles la vida. También me impresiona mucho, que con sólo conocer a alguna persona importante te podían salvar, eso quiere decir que las relaciones familiares y sociales tenían un papel muy importante durante aquel tiempo.

Cuando se habla de guerras en general, a menudo se piensa que los que más sufrieron fueron los hombres. Pero como podemos ver en la película y en el libro, también sufrieron muchísimo las mujeres, porque tuvieron que quedarse a cuidar la casa y los niños y no podían esconderse en ninguna parte. Tenían que aguantar los soldados que venían de vez en cuando a registrar sus casas o a interrogarlas amenazando con tortura, y que las vigilaban todo el tiempo. El sufrimiento de las mujeres era tanto físico como psíquico. Corrían peligro si querían ayudar a sus maridos y hermanos dejándoles comida o ropa, porque si alguién se enteraba de que estaban ayudando a los guerrilleros las metían en la cárcel.

Algunas mujeres se habían metido en la política, y eso era lo peor, porque según Franco la política era cosa de hombres. Muchas mujeres republicanas, que habían luchado durante la guerra contra los nacionalistas, estaban metidas en la cárcel. Las mujeres de la posguerra parecían muy fuertes, y no se reñían facilmente. Sobre todo las mujeres de La voz dormida tenían mucho carácter e intentaban aguantar la cárcel con una actitud optimista pensando en un futuro mejor.

Pienso que las mujeres españolas de la posguerra eran muy valientes, y aunque sufrieron mucho durante la dictadura no se decepcionaron y siguieron siempre adelante a pesar del hambre, la pobreza y la muerte de amigos y familiares que tuvieron que aguantar. Lo peor para estas mujeres era la inseguridad; no sabían si se iban a morir y tampoco si sus familiares estaban muertos o no, ya que no podían estar en contacto con ellos y porque el gobierno de Franco ocultaba información sobre ellos.