Diario de aprendizaje III (Ruth)

La voz dormida, Dulce Chacón, Alfaguara, Madrid 2002

Quizás uno de los puntos más importantes de la novela, es que las mujeres aquí no son tratadas como iconos, heroínas ni mitos, sino mujeres de carne y hueso, no sólo porque sabemos que existieron sino por no pretender ser símbolos, aunque al final de la novela tengamos esa sensación.   Tomasa no es Madre Coraje, es una mujer llena de dolor a quien le han matado a su familia. Ni Tensi es el mito de la maternidad que trasciende su propia muerte.  Es una mujer que ama a su marido hasta sus últimas consecuencias, con el orgullo de ser roja, pero sin erigirse en estatua para las próximas generaciones.

Heroínas, sin pedestal, sin Historia, son todas esas mujeres que fueron consecuentes con sus ideales y que a pesar de ellas se vieron envueltas en una guerra. Algunas marcharon al frente o al maquis, obligadas por las circunstancias, no porque soñaran con ser soldados ni guerrilleras. En todas las situaciones excepcionales, la revolución mejicana, la rusa, la guerra en vietnam, muchas mujeres se vieron en la posición de soldados o reemplazando en la retaguardia a los hombres en sus trabajos, a veces en cargos de prestigio. Y Dulce Chacón habla de ellas.

Terminada la contienda, las mujeres rara vez conservan esa situación considerada de prestigio por los hombres.  Vuelven a sus labores:   ahora que sus hombres están de vuelta se les “permite” cuando no se las obliga a volver a su habitat “natural”: el hogar.

Las mujeres de Chacón viven sobre todo en en un mundo claustrofóbico, dentro y fuera de la cárcel. Las escenas de la cárcel de Ventas están muy bien logradas, si bien hay tensión dramática, no nos encontramos con melodras ni dramatismo exagerado. Así era (y en muchos países es) la vida en la cárcel, una cotidianeidad de ignominias e impotencias. La vida de los personajes fuera de la cárcel llevan una vida ritmada por las visitas a esta  y se sienten prisioneros/rehenes  de la situación de vencidos. Incluso los que están en el maquis están prisioneros de la realidad política, a pesar de estar en el monte.

Como varias de las novelas que estamos leyendo (y las películas también) hay en el libro de Dulce Chacón una intención de veracidad, un intento de acercarse a los hechos factibles.  Los persnajes femeninos tienen cuerpo y voces reales, en cambio en mi opinión, los personajes masculinos son más icónicos y estereotipados. En eso coincido con Antonio López Quiñones, La guerra persistente, Madrid, Iberoamericana, 2006. Los personajes masculinos son más chatos, responden a la figura del militante, más que al personaje. Los personajes de La voz dormida, salvo excepciones (Pepita), no se preguntan si podrían actuar de otra manera a lo ordenado, como en Soldados de Salamina,  porque obedecen a los modelos con que han sido creados.  En el intento de Chacópn de recuperar  voces dormidas hay un cierto maniqueísmo, los del partido son buenos y fusilarán cuando haya que fusilar al enemigo o a quien represente un peligro para la misión o el partido, los malos no dudarán en fusilar a Tensi, que acaba de dar a luz.  La discusión entre Paulino y el cura me hizo pensar en una frase de Alfredo Bryce Echenique  en La vida exagerada de Martín Romaña, Argos Vergara, Barcelona, 1981 “Inés pasó del catolicismo más militante al comunismo más pío”. Lo que retrata como en el caso de Paulino un militante doctrinario.

Leyendo el libro de Chacón me he conmovido, sobre todo en las escenas de solidaridad de la cárcel, que son las que más realistas me parecen. Los sentimientos de las presas hacia su propio cuerpo, hacia la suciedad, por ejemplo. Las condiciones de higiene y de salud. Aunque López Quiñones critique que la cárcel “privilegia la coincidencia de pareceres y la convergencia en las acciones” allanando disidencias, pienso que en aquella época y en otras más recientes, la cárcel por razones políticas implica asumir posiciones colectivas y de pertenencia para poder sobrevivir.

Tampoco coincido con López Quiñones cuando critica que en La voz dormida no se discutan los aspectos fundamentales del comunismo o de la república. Sería como volver a los años ´50 ó ´60 cuando los personajes de una novela explicaban las ideas marxistas. Por suerte no es el objetivo de Chacón, sino mostrar cómo las personas,  deciden defender esas ideologías a costa de la vida o de la cárcel.

Personalmente pienso que si no es uno de los libros más sólidos o mejor escritos de los que hemos leído en este curso, sí es uno de los primeros que pone a las mujeres en el mapa de la historia de la Guerra Civil y el franquismo, uno de los más conmovedores, y sobre todo un canto a la libertad.

One thought on “Diario de aprendizaje III (Ruth)”

  1. Gracias por tu diario, Ruth. Me gusta mucho el tono ensayístico que empleas: tocas muchos temas relacionados con la novela de Chacón, pero sin embargo el texto no resulta en absoluto superficial y me ha hecho pensar en muchas cosas (comentaré aquí sólo algunas cuestiones para no alargar demasiado el comentario). Las ideas fluyen con facilidad y, por lo tanto, tu diario es una lectura muy agradable. Además, se nota que te ha gustado mucho la novela y me alegro por ello.

    Sin duda, La voz dormida es un libro conmovedor y también una novela importante por ser quizás la primera en llamar la atención sobre el papel de la mujer en la guerra española, la resistencia y la oposición al franquismo. Además, me parece una obra bien escrita en el sentido de que teje con mucha habilidad una historia literaria con hilos procedentes de la realidad histórica y testimonios de primera mano. Asimismo, estoy muy de acuerdo contigo sobre el acierto de no introducir discursos políticos en la novela: creo que ya pasó la época en que la tarea de los personajes consistía en adoctrinar al lector. La nueva novela sobre la guerra civil y la posguerra parece interesarse sobre todo de “la tragedia de hombres y mujeres”, como dice Norma Sturniolo (“El final de la guerra civil. 60 años después”. DeLibros, 126, 1999, p. 36), aunque quizás las novelas de Isaac Rosa estén introduciendo un cambio en este discurso literario centrado en la vivencia de personas comunes.

    A pesar de lo dicho, no comparto del todo tu visión de la novela de Chacón, pero creo que es sobre todo una cuestíon de gustos. Tú opinas, por ejemplo, que los personajes femeninos son mujeres de carne y huesos y no pretenden ser símbolos. A mí, sin embargo, las protagonistas me parecen demasiado idealizadas para resultar reales: tienen una paciencia infinita, una bondad excesiva, una constacia imperturbable… En todo caso, tu observación sobre la presencia del cuerpo, sus necesidades y sus funciones en la obra me parece acertado, sobre todo porque este aspecto, frecuentemente asociado con la escritura femenina, resulta prácticamente inexistente en las demás novelas analizadas durante el curso.

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