La memoria como combustible

Después de la dictadura franquista, España pudo finalmente respirar. Se pensaba que para salir adelante, había que enfocarse en el futuro y no quedarse atrapado en el pasado. La ley del silencio se apoderó de la sociedad y fueron muchos los años que pasaron antes de enfrentarse con la incómoda realidad que presentaba el reto de enfrentarse a la memoria histórica. Como resultado de la aparición de  una nueva ola de artistas, encontramos varios trabajos entre los que destacan las novelas en cuestión “ Luna de Lobos” (1985) de Julio Llamazares y “La voz dormida” (2002) de Dulce Chacón.

Las novelas, aunque separadas por una brecha importante de tiempo y, por ende, un contexto de publicación, están unidas por una misma idea: el rescate de la memoria como herramienta para comprender la situación de la sociedad actual. Por un lado, la novela de Llamazares tiene el mérito de haberse publicado en 1985, cuando resultaba realmente novedoso e incluso revolucionario, publicar novelas cuya temática fuera la guerra. Además, resultaba refrescante notar que la novela trascendía la división ideológica guerrerista para adentrarse en el drama humano. Si bien existe un movimiento al que los protagonistas de la novela pertenecen, son sus vivencias, sus miedos y esperanzas los que finalmente impulsan el relato.

“La voz dormida” por su parte, tiene el gran mérito de rescatar los relatos de aquellos -y sobre todo aquellas-, que fueron acalladas por la dictadura. Es una novela que humaniza a las mujeres víctimas del franquismo y que subraya su importancia como fuerzas luchadoras. Su naturaleza coral permite la individualización de los personajes lo que a su vez, ofrece diferentes facetas y experiencias de la guerra.

El proceso de transición iniciado en España después del término del franquismo intentó cerrar los ojos al pasado. Dulce Chacón al comentar este proceso recuerda cómo desde esa época hasta el momento de la publicación de su novela, se ha enfrentado con la misma pregunta :”¿Para qué?”, es decir, cuál es el sentido de ahondar en la herida cuando se puede mirar siempre en clave de futuro. Esto es para la autora una muestra de que el conflicto no terminó: sólo lo hará cuando se pueda hablar libremente de él, y “La voz dormida” es justamente eso: una necesidad por contar esa historia no oficial que ha sido tan resbaladiza.

A propósito, y a manera de contexto sociocultural, se recuerda el fenómeno de la película argentina “La historia oficial”. Esta película dirigida por Luis Puenzo y estrenada en 1985, tenía como frase publicitaria: “Siempre hay dos versiones de la historia: la oficial y la real”, e intentaba exponer los horrores de la dictadura. La protagonista de la película es una profesora de historia que, año tras año, recita la información que encuentra en libros de texto, proclamando  la historia como el resultado de la memoria de los pueblos. Sin embargo, a medida que pasa la película, descubre que la historia no es todo eso que se ha contado. Dentro del contexto de la dictadura militar argentina, existió una historia que se pretendió olvidar; “dejá de pensar, dejá de pensar”, exclama su marido cuando ella empieza a cuestionar el accionar de sus cercanos. La memoria histórica es imprescindible pero para ejercitarla hay que ser consciente de las diferentes verdades que se pueden producir.

Esta memoria histórica es entonces una parte fundamental de la identidad de un pueblo. Bien lo dice Llamazares en su entrevista dada al diario El Pais: “La memoria histórica de un país es su literatura”. Opino que el concepto se podría aplicar a todas las artes, ya que el cine y la pintura, por ejemplo, han ofrecido reportes fundamentales de los eventos que han conformado sociedades. Regresando al autor, resulta importante destacar cómo en “Luna de Lobos”, ha logrado retratar una sociedad entera a través de un puñado de personajes. Al igual que Chacón, Llamazares ofrece una mirada coral dentro del grupo de maquis protagonista. Aunque la figura del narrador sea totalmente diferente en ambas obras ( y por ende las conclusiones sacadas sobre las vivencias de los personajes), estas microsociedades narradas permiten al lector conocer y sobre todo, ponerse en el lugar de los perdedores, las víctimas. Por tanto, resulta interesante dentro de esta discusión el concepto de postmemoria, expuesto por  Edurne Portela, donde se tiene en cuenta el efecto que tiene la forma en que estos recuerdos son rescatados (fotografías, textos y las mismas obras literarias). En ambas novelas existe una base documentada, “real”, sobre la que se construyen los hechos, y es en base a esta documentación que el lector y las nuevas generaciones hacen memoria de una manera diferente a aquellos que han vivido las mismas experiencias directamente. Las experiencias de los perdedores y silenciados se convierten en textos tanto o más válidos que aquellos discursos oficiales donde el ganador escribe la historia.

Creo que bien vale cerrar este escrito con una cita de Llamazares: “Estar en contra de la memoria es como estar en contra de pensar o de soñar. Te pueden obligar a todo menos a no recordar, o a recordar. La vida se resume en una lucha entre memoria y olvido, y el trabajo de los escritores es recuperar todo lo que puedas del peso del olvido.”

 

Fuentes:  

 

Chacón, Dulce. (2002) La voz dormida. Santillana de Ediciones Generales.

 

Diaconu, D. (2004) “Luna de lobos” de Julio Llamazares: el narrador-protagonista a partir del pacto narrativo”. Anuario de estudios filológicos, 29, pp.19-25

 

Oaknin, M. (2010) “ La reinscripción del rol de la mujer en la Guerra Civil española: La voz dormida“. Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid

 

Portela, Edurne M. (2007): “Hijos del silencio: Intertextualidad, paratextualidad y postmemoria en La voz dormida de Dulce Chacón“.Revista de Estudios Hispánicos, 41, pp. 51-71.

 

http://tienesmipalabra.blogspot.fi/2013/02/leyendo-luna-de-lobos-de-julio.html

https://fernandoperales.wordpress.com/cine/la-historia-oficialun-film-presente/

http://webs.ucm.es/info/especulo/numero22/dchacon.html

https://elpais.com/cultura/2015/02/12/babelia/1423751056_461531.html

Jairo.

 

 

One Reply to “La memoria como combustible”

  1. Hola Jairo, gracias por tu texto, es muy interesante.

    Me ha gustado mucho la referencia a la película argentina : la idea de dos versiones de la historia, la oficial y la real. En mi opinión, es importante entender que también la historia siempre se escribe desde el punto de vista de alguien, entonces no puede ser 100 por ciento objetiva.

    El texto es coherente, el título va bien con el contenido del texto. También has consultado muchas fuentes diferentes, muy bien.

    – Heli

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