Cárcel de mujeres Las Ventas y su descripción en la novela La Voz Dormida

Escrito por Heli M. y Laura T.

 

Hay un nombre que ha surgido en muchas ocasiones durante el curso: lo de la cárcel de mujeres en Madrid, las Ventas. Primero, la cárcel fue mencionado en la presentación sobre Las Trece Rosas, luego en el libro La Voz Dormida, y últimamente de nuevo en una presentación que trataba de su fundadora Victoria Kent, la primera directora general de Prisiones de la historia de España. En este texto, vamos a hablar en más detalles de la cárcel y su historia. También vamos a ver cómo es la descripción de la cárcel en La Voz Dormida de Dulce Chacón.

La prisión de Ventas estaba en función entre los años 1931 y 1969. Fue ideada por Victoria Kent quien quería construir una “Prisión Modelo” para mujeres. Tradicionalmente, las mujeres estaban cárceladas en “galeras” que eran vigiladas por personal religioso y en las que las mujeres trabajaban también, normalmente en costura. En 1931, Victoria Kent, quien trabajaba como abogada, fue nombrado Directora General de Prisiones de la Segunda República y empezaron las construcciones de la prisión de Ventas, la primera cárcel específicamente para mujeres en España. El año siguiente, en 1932, treinta y cuatro funcionarias fueron nombrados para trabajar en las Ventas y en 1933 se celebró la inauguración oficial de la prisión. A principios del año 1936, la prisión estaba llena de presas sociales que eran militantes de partidos y sindicatos obreros. A partir del julio del mismo año, cuando ya había empezado la guerra, la cárcel se vació de mujeres para recibir a reclusos varones. Las primeras “sacas” colectivas pasaron en Ventas, y durante las traslaciones a otros penales muchos fueron asesinados. Al final de la guerra, en la primavera de 1939, las Ventas se llenó de comunistas que habían participado en las rebeliones del bando republicano. El año siguiente, la orden religiosa llegó de nuevo a las Ventas cuando las Hijas del Buen Pastor entraron al cargo de la administración y vigilancia de la prisión.

En los años cuarenta, las Ventas era como un símbolo de la lucha contra la dictadura y durante la década de los 1950, era la prisión más poblada en España. En los años 60, la cárcel ya era bastante diferente de lo que era inmediatamente después de la guerra con una nueva generación de presas. En el verano de 1969, la prisión se vació de presas y tres años más tarde, en 1972, empezó la demolición del edificio. Hoy en día en lugar de la prisión de las Ventas se encuentra un complejo de viviendas y un parque municipal.

La novela La Voz Dormida de Dulce Chacón cuenta la historia de unas presas en la prisión de las Ventas y también la historia de algunos de sus familiares. La historia tiene lugar tanto en la cárcel como fuera de ella. También Las Trece Rosas y Victoria Kent son mencionadas en la novela.

La imagen que da la novela sobre la vida en la prisión es nada bonita. Según la descripción de Chacón, las presas tienen frío y hambre casi sin cesar. Especialmente en invierno, cuando por ejemplo su ropa o los paños higiénicos lavados no se secan. La cárcel está tan llena de presas que hay falta de espacio: por ejemplo los pasillos y las escaleras se han convertido en dormitorios. También hay falta de higiene por causa de que muchas enfermedades son contagiosas: disentería, tifus, piojos… para mencionar algunas.

Las guardianas o funcionarias de la prisión tienen un papel importante en la vida de todos los día en la cárcel. Vigilan a las presas cuidadosamente y les castigan si no se comportan según las reglas y los órdenes muy estrictas que hay en la cárcel. Los castigos pueden ser, por ejemplo, el aislamiento de una presa en una celda de castigo o impedir a las presas de comunicar con sus familiares en los locutorios durante las horas de visita. Por ejemplo: “Están castigadas. Todas las presas de la galería número dos se quedarán sin comunicar hasta el próximo mes” (p.61). Se refiere a este tipo de castigo como “la peor de las penas.” Hay también monjas que trabajan al lado de las funcionarias y se dice que “el culto religiosa hace parte de su reeducación” (p. 137). También no participar de voluntad a los actos religiosos puede conducir a un castigo a una presa.

Las diferentes partes de prisión que se mencionan en la novela son las galerías, los locutorios donde comunican las presas con sus familiares, los sótanos de la prisión donde se organiza los talleres de costura en los que participan las presas, las celdas de castigo y de aislamiento, el cuarto de las duchas y los dormitorios, entre otras.

En nuestro opinión la descripción de Chacón sobre la vida en la prisión da una imagen extensa. Describe como es el edificio, como tienen que comportarse las presas, como es el trabajo de las funcionarias de la prisión, sin olvidar el punto de vista de los miembros de familias de las presas. En la página de Internet de la prisión de las Ventas hay muchas fotos de la prisión y también allí se puede encontrar unos testimonios de antiguas presas que pasaron por las Ventas.

Fuentes:

Cárcel de Ventas (https://carceldeventas.madrid.es/)
Chacón, Dulce (2002) La Voz Dormida

Fotos:
Cárcel de Ventas (https://carceldeventas.madrid.es/)
HOME (https://homemcr.org/film/la-voz-dormida/)

2 Replies to “Cárcel de mujeres Las Ventas y su descripción en la novela La Voz Dormida”

  1. Gracias por vuestro trabajo, Heli y Laura! Me parece muy interesante la historia y el desarrollo de la cárcel de Ventas. Habéis tratado el tema de muchos puntos de vista; las condiciones, el edificio, las presas, las enfermedades etc. La estructura del texto es clara y las fotos ayudan a imaginar cómo era la prisión de Ventas. La fuente que habéis utilizado es muy fiable y contiene también muchas historias interesantes de mujeres que fueron encarceladas. En total, me ha gustado mucho leer vuestro trabajo, gracias!

  2. Gracias por el trabajo de mi parte también. Este trabajo ha aumentado nuestra conocimiento sobre Victoria Kent quien tenía esa virtud y talento de mejorar las condiciones de vida de las presas en las condiciones miserables. Muchas gracias, Heli y Laura.

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