Entre dos tíos malos: comparación de El monarca de las sombras y Dicen

En el libro El monarca de las sombras (2017) de Javier Cercas y en Dicen (2019) de Susana Sánchez Arins los autores tratan su pasado familiar, o más bien, la historia de sus tíos abuelos que fueron falangistas. Ambos escritores reconstruyen la historia de su tío Manuel pasándose mayormente en fuentes orales, cuentos contados por sus familiares y gente que los conocía. Estas dos obras se diferencian bastante el uno del otro tanto en estilo cuanto en el contexto de la historia. Dicen no es una novela tradicional, sino que consiste en párrafos cortos que describen los hechos tal como han sido contados por los testigos y contienen también poemas o cantares, mientras El monarca de las sombras consiste en la narración que alterna entre la descripción “objetiva” y minuciosa de los hechos históricos de la guerra y de la vida de Manuel Mena, y la descripción del proceso de investigación del autor sobre estos hechos. El tío abuelo de Javier Cercas se unió a la guerra como falangista cuando tenía apenas 19 años. Después de más o menos un año murió como alférez en la frente. El tío de Susana Sánchez Arins, Manuel de Portarís, por otro lado, vivió una larga vida siendo uno de los represores más conocidos de la zona de Galicia donde vivía. En este análisis se realiza una comparación de estas dos obras, más específicamente sus representaciones del protagonista, es decir, del miembro de la familia que fue falangista. También se compara el silencio en la familia de los autores, sus razones para escribir sobre la historia familiar y cómo estas se ven en la narración de la obra.

Al empezar la obra Javier Cercas describe su tío abuelo como la vergüenza familiar, el malo que causa un conflicto interior al escritor sobre su pasado familiar. Hay un claro desafiliación, es decir, voluntad de eliminación del lazo familiar con el tío, por parte del autor al principio del libro. De igual manera, Susana Sánchez Arins comienza su libro expresando la opinión de que su tío abuelo fue malo, pero en vez de describir vergüenza ella parece tener odio hacia él. Este sentimiento de odio va acompañado con miedo en la familia, ya que sus familiares formaban parte de las víctimas de la represión que practicaba el tío Manuel.

Al avanzar los libros se puede observar que las opiniones de los autores sobre sus tíos abuelos se diferencian. En Dicen la escritora mantiene la visión del tío malo y mientras va descubriendo lo que pasó en la familia y entendiendo mejor ciertos comportamientos de su abuela y otros familiares, su odio y desprecio hacia él se vuelven más profundos, con más fundamentos. Entonces se puede decir que en Dicen contar la maldad del tío abuelo de la autora es el mayor motivo del libro y el tema principal que predomina la narración hasta la última página. Por el contrario, en El monarca de las sombras Cercas llega a cambiar su opinión sobre su familiar falangista durante el proceso de investigación. El autor comienza a identificarse con Manuel Mena y a simpatizar con él. Al final de la obra se describe la vacilación de Cercas que termina afirmando que su tío abuelo no era malo, sino que tomó malas decisiones por las que llegó a desperdiciar la vida y fue un “triple perdedor de la guerra”, a pesar de haber luchado en el bando de los vencedores. Así la vergüenza que había sentido toda la vida por tener a ese tío en la familia se vuelve compasión. La obra en general parece concentrarse en querer entender el pasado familiar y lidiar con la vergüenza que carga el autor.

Estas obras presentan dos lados diferentes del silencio en la familia. En Dicen el tío Manuel mismo se encargó de eliminar casi todas las huellas de su existencia, y muchos de los familiares se callan por el miedo que los domina aún después de su muerte. Además, parece que el silencio se debe al dolor que les causa recordar todos esos horrores a los que fueron sometidos. Entonces, a pesar de ser la familia de un represor, se comporta como cualquier familia de republicanos. En la familia de Javier Cercas, por otro lado, fue la familia del tío Manuel que quiso deshacerse de todas sus cosas después de su muerte. Esto, el desinterés hacia los sucesos precedentes a su muerte y el silencio posterior reflejan la culpa y la vergüenza y el deseo de mantener la dignidad de la familia.

La vergüenza y la culpa de la familia de Cercas están muy ligadas a las razones por las que el autor decidió escribir El monarca de las sombras. En la obra se narra la indecisión del escritor sobre si escribir el libro o no y, al final, se justifica su decisión. Él siente la necesidad de hacerse cargo de la historia de Manuel Mena y de su familia y al mismo tiempo de aliviarse y emanciparse de ellas. Susana Sánchez Arins, por su parte, tiene una visión muy diferente sobre su pasado familiar. Su razón principal de escribir Dicen consiste en contar lo que todos han callado y en traer a la luz el nombre y los hechos de su tío abuelo para hablar de las personas que no quisieron ser nombradas “porque no son dignas del anonimato”. La actitud de la autora no muestra vergüenza o sentimiento de culpa, sino que habla de la responsabilidad de contar todo eso y de no callarse. Además, todo esto se ve en como Sánchez Arins dice tener miedo solo de escribir sobre el dolor ajeno, mientras Cercas duda por airear la vergüenza familiar públicamente.

El objetivo de Cercas de aliviarse de la historia familiar y de la vergüenza se ve en su obra, ya que parece buscar justificaciones al hecho que su tío Manuel participó en la guerra como falangista. Esto lo hace contando, por ejemplo, como este al final estaba en la guerra contra su voluntad. Asimismo, describe su tío abuelo como perdedor para mostrarlo más simpático. Cercas toma la postura según la cual sin evidencias exactas no hay que juzgar. Sánchez Arins adopta una postura contraria, lo cual se nota en como basa la acusación contra su tío abuelo como malo en la falta de evidencias de que no haya sido él el que cometió los hechos horribles.

Tanto Dicen como El monarca de las sombras representan la intención de sus escritores de hacer las paces con su pasado familiar de una manera u otra. Esto lo consiguen a través de la emancipación separando claramente el resto de la familia de la manzana podrida, describiendo a los demás como buenas personas. A pesar de esta coincidencia en sus obras, sus maneras de llegar al objetivo son bastante diversos. Cercas llega a sentirse en paz con la historia encontrando todo lo bueno de su tío abuelo, justificando sus hechos y viéndolo como víctima de los sucesos. Si se interpretara esto desde el punto de vista de la historia española general, se podría afirmar que él simpatiza con los vencedores de la guerra queriendo mostrar que no todos los falangistas hicieron lo que hicieron por pura maldad, sino que pudieron tener motivos más nobles que los llevaron al mal camino. Sánchez Arins, sin embargo, cumple con su sentimiento de responsabilidad contando las maldades de su familiar, mostrando así la postura de que no se habla lo suficientemente sobre los vencedores, y que ellos no han asumido suficientemente la responsabilidad.

En resumen, se puede afirmar que, a pesar de que en cuanto al tema a primera vista parecen tener mucho en común, El monarca de las sombras y Dicen representan perspectivas bastante diferentes hacia el tratamiento del pasado.

 

 

 

 

 

 

 

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