La guerra civil y el franquismo en la novela española actual

Curso de literatura española contemporánea

La guerra civil y el franquismo en la novela española actual

Símbolos del franquismo

Milenio.com ha publicado un artículo sobre los símbolos del franquismo:

Reportaje: Caza a los símbolos del franquismo todavía presentes en España

Cuarenta años después de la muerte del dictador Francisco Franco, su régimen sigue presente en símbolos, inscripciones, calles, monumentos, lo que es considerado una vergüenza por sus víctimas.
El Arco de la Victoria, en Madrid, construido por orden de Franco en 1956 como un homenaje a la victoria de su ejército nacionalista
Foto: El Arco de la Victoria, en Madrid, construido por orden de Franco en 1956 como un homenaje a la victoria de su ejército nacionalista (AFP)

Madrid

Cuatro décadas después de la muerte de Francisco Franco, España no termina de pasar página a su dictadura, que aún ronda en sus calles, monumentos, símbolos e inscripciones, algo considerado indignante por sus víctimas.

“Es impensable que hubiera en Alemania una plaza al Fuhrer o una plaza dedicada al Duce en Italia”, lamenta Eduardo Ranz, un abogado de 30 años que lidera la batalla para retirar los símbolos del franquismo. “Es impensable que en Alemania una víctima del nazismo vaya por la calle y se encuentre con una cruz esvástica. No cabe en la cabeza”, añade.

En España eso puede ocurrir, por ejemplo, en el enclave de Melilla, en el norte de Marruecos, a los pies de cuya muralla todavía se levanta una estatua de bronce del dictador que tomó el poder en 1939 tras una sangrienta guerra civil y lo mantuvo hasta su muerte el 20 de noviembre de 1975.

Por ello, Ranz presentó el 11 de febrero una denuncia contra 38 alcaldes del país –entre ellos la líder de Madrid, Ana Botella, mujer del ex mandatario José María Aznar– para retirar 86 símbolos de la dictadura de Franco del espacio público. La fecha no es casual: marca la proclamación de la Primera República española en 1873, que apenas duró dos años.

El 14 de abril, aniversario de la Segunda República inaugurada en 1931 que finalizó con la dictadura franquista, ampliará su demanda contra “la simbología franquista que pertenece a la Iglesia católica y los colegios religiosos”, estamento muy vinculado al franquismo en algunas regiones.

Su objetivo es “recuperar la dignidad para las víctimas del franquismo y dejar de humillarnos como país”, dice el jurista. Anteriormente habían existido otras denuncias contra estos símbolos pero nunca con tantos ayuntamientos implicados, destaca Ranz.

En 2007 se consiguieron importantes avances gracias a una ley aprobada por el ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero que retiró muchos de los vestigios franquistas, pero se realizaron excepciones con objetos de particular valor religioso o artístico.

Un mausoleo al dictador

Uno de los pilares de la transición democrática posterior a la muerte del dictador fue una ley de Amnistía en 1977 que puso un velo pudoroso frente a los excesos de la guerra y la dictadura por parte de ambos bandos. El resultado es que abrir el debate aún es tabú.

“Las víctimas del franquismo pagan con sus propios impuestos la tumba del dictador”, lamenta Emilio Silva, fundador y presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (AMRH).

“Esto no existe en ningún país democrático del mundo”, añade Silva, cuyo abuelo fue asesinado por las tropas franquistas en 1936. Silva se refiere al Valle de los Caídos, un enorme mausoleo dedicado al dictador en las afueras de Madrid, construido por los prisioneros del bando republicano derrotado durante la Guerra Civil.

No es el único ejemplo en la capital, donde todavía permanece en pie el Arco de la Victoria, de 50 metros de altura, construido en los años 1950 para conmemorar la victoria de Franco en el conflicto.

“Está a 800 metros de la residencia del presidente de gobierno y ningún presidente se ha sentido molesto ni ha tomado medidas para quitarlo o cambiar su significado”, critica Silva. “Están haciendo un reconocimiento público a gente que participaron en el asesinato de más de cien mil civiles”, apunta.

“Humillación”

Más de 113 mil civiles desaparecieron durante la Guerra Civil española y los primeros años de la dictadura, cuando la represión era más dura, según la ARMH. De ellos, solo seis mil fueron encontrados, principalmente en fosas comunes, y enterradas dignamente, explica Silva.

Los ayuntamientos de Madrid y Melilla no respondieron a las solicitudes de entrevista. El gobierno de la ciudad africana rechazó en numerosas ocasiones retirar la estatua alegando que honora al militar y no al dictador.

“España es un caso único en el mundo democrático no solo por el hecho que no se ha juzgado a nadie sino porque todavía se mantienen numerosos monumentos”, afirma Silva.

Para Eduardo Ranz, estos símbolos vulneran la ley de 2007 que obliga a las administraciones a “la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos” del régimen franquista.

Incluso las Naciones Unidas, en un informe del 2 de julio de 2014, instan a España a implementar “la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición”.

Para Chon Vargas, cuyo abuelo era un líder sindical ejecutado tras un juicio sumario en 1939, estos símbolos son “una humillación” para las familias de las víctimas. Su madre, Ascensión Mendieta, vive en una calle dedicada a los hermanos García Noblejas, que lucharon junto a Franco en la Guerra Civil y se hicieron célebres por su crueldad.

“Quiero que quiten este nombre a la calle”, dice. “Los judíos recibieron reparación por el nazismo. Nosotros también la queremos”, reclama. Pero la crisis parece haber enterrado este debate, muy activo a principios de siglo, explica el profesor de ciencias políticas y especialista de la materia Jesús de Andrés. Si el joven partido antiliberal Podemos llega al poder, “volverá a surgir este debate”.

El caso de Paraguay

Noticias desde el otro lado del Atlántico:

Por qué Paraguay tardó casi 30 años en identificar a sus desaparecidos

11 marzo 2015
Excavaciones de posibles víctimas de la dictadura
Foto: La Comisión Verdad y Justicia, creada en 2004, determinó que hubo al menos 423 desaparecidos durante el régimen de Stroessner.

Han pasado casi tres décadas desde que concluyó en Paraguay uno de los regímenes militares más largos y represivos en la historia de Latinoamérica, pero al día de hoy no se ha identificado a uno solo de los más de 400 desaparecidos durante el gobierno de Alfredo Stroessner (1954-1989).

Eso está en vías de cambiar este año. El Estado paraguayo anunció, hace unos días, la entrega de un fondo de unos US$70.000 para la identificación genética de restos de víctimas del stronismo.

Para el director de Reparación y Memoria Histórica de Paraguay, el médico Rogelio Goiburú, se trata de un hecho “histórico”, que permitirá dar “el puntapié inicial” en la búsqueda de la verdad de lo que ocurrió en el país durante los 35 años de gobierno de facto.

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Querella argentina

Os dejo aquí un enlace a dos artículos recientes relacionados con la querella argentina. Ambos salieron en Público:

El Gobierno argumenta en favor de los ministros franquistas que firmar penas de muerte no era delito

El titular de Justicia aduce que los hechos han prescrito y que España podría juzgarlos para rechazar la extradición a Argentina

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, junto al ministro de Justicia, Rafael Catalá, y la ministra de Fomento, Ana Pastor, durante la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros./ EFE

Foto: La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, junto al ministro de Justicia, Rafael Catalá, y la ministra de Fomento, Ana Pastor, durante la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros./ EFE

 ANA PARDO DE VERA

MADRID.- El Consejo de Ministros ha actuado este viernes como era previsible que lo hiciera: rechazando la extradición de veinte personas —entre ellas, exministros franquistas—, reclamada por la jueza argentina María Servini por presuntos delito durante la dictadura de Franco: haber firmado penas de muerte. El Gobierno se ha pronunciado al fin tras recibir la petición de Servini e información complementaria que se le solicitó posteriormente y que llegó el pasado mes de diciembre.

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Slepoy: “España da un bochornoso espectáculo de impunidad con la causa del franquismo”

Las víctimas del franquismo redoblarán sus acciones tras el rechazo del Consejo de Ministros de extraditar a los exministros franquistas. Se disponen a emitir un comunicado de repulsa por la decisión del Gobierno español.

El abogado Carlos Slepoy. / A.D.

Foto: El abogado Carlos Slepoy. / A.D.

BUENOS AIRES.- Los representantes de las víctimas del franquismo van a difundir un comunicado de repudio a la decisión del Consejo de Ministros este viernes, que denegó la solicitud de extradición solicitada por la Justicia argentina de ocho exministros franquistas y de otros doce imputados por delitos de lesa humanidad.

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Franco y Hitler

Este artículo salió ayer en El País:

Franco y Hitler: un odio interesado

El dictador respondió de su puño y letra a la felicitación de Hitler por la victoria fascista en España

Los papeles de Franco

Fotografiada (trucada por la dictadura) del encuentro de Hitler y Franco en Hendaya

El Eje fue un salón de desconfianza a tres bandas. Hitler, Mussolini y Franco. El trío quería dominar Europa y perpetuarse en el trono con poder absoluto. Para ello, se necesitaban. Pero, al tiempo que se enviaban telegramas de felicitación y agradecimiento, como el que publicamos hoy perteneciente a la Colección José María Castañé, se colaban espías por el patio trasero que realizaban informes sobre las mutuas debilidades y en cuanto se daban la vuelta se criticaban como porteras.

Hitler y Mussolini despreciaban a Franco. Los dos acabaron en el hoyo tragándose sus fracasos políticos y militares. El español murió en la cama tras haber jugado todas las bazas a su favor: las del fascismo y, después, dulcificando su imagen como el protector paterno para la patria que él jamás tuvo en casa, las de las democracias occidentales.

La novia a cortejar en los años treinta era Alemania. Franco mandó a Berlín hombres de toda confianza y consiguió su apoyo. Para el dictador español, la alianza nazi fue clave a la hora de ganar la guerra. Para Hitler, aunque algunos de sus colaboradores le quitaran importancia, fue fundamental tener bajo su yugo a España y Portugal con dos regímenes de su cuerda sin necesidad de invadir nada.

Imagen: Telegrama de Franco para Hitler.

El alemán no tardó en atender sus ruegos bajo los efluvios wagnerianos de Sigfrido. El 24 de julio de 1936, apenas una semana después del golpe militar, se decidió. Cuando salía de una representación de la tercera parte de El Anillo del Nibelungo, en Bayreuth, dirigida por Wilhelm Furtwängler, le esperaban una delegación de emisarios de Franco con el empresario alemán Johannes Bernhardt como cabeza visible. Le pidieron 10 aviones de transporte de la mayor capacidad posible, 20 piezas antiaéreas de 20 mm., 6 aviones de caza Heinkel, ametralladoras y fusiles con munición en abundancia y bombas aéreas de varios tipos, hasta 500 kilos.

Al principio, dudó: “Esa no es forma de empezar una guerra”, clamó, tal y como recoge Paul Preston en su biografía sobre Franco. Pero después, Hitler dobló el requerimiento. Para empezar, 20 aviones y 5.000 soldados en una acción acorde con lo que retumbaba en sus oídos. Lo llamó Operación Fuego Mágico (Unternehmen Feuerzauber), un homenaje al héroe con trazas de superhombre que atraviesa las llamas para liberar a Brunilda.

Las acciones de los alemanes en la guerra tuvieron varios frentes. El más salvaje fue el bombardeo de Guernica. Pero la colaboración estuvo teñida de constantes tiranteces que acabaron con la negativa de Franco a involucrarse en la ofensiva europea.

Aún así, guardó las formas y envió un mensaje de agradecimiento para Hitler nada más terminar la Guerra Civil que pertenece a la colección Castañé y, según Preston, es desconocido: “Al recibir vuestra felicitación y la de la nación alemana por la victoria final de nuestras armas en Madrid os envío con la gratitud de España y la mía personal los sentimientos más firmes de la amistad de un pueblo que en los momentos difíciles ha sabido encontrar sus verdaderos amigos”.

Imagen: Nota original de Franco a Hitler.

El lenguaje resulta propio de la afectada verborrea fascista. La realidad de sus apreciaciones hay que buscarla en otras frases. Sobre todo, del lado contrario. Por ejemplo, como la que Hitler soltó al conocer la desaparición de otro de los generales golpistas: “La verdadera tragedia para España fue la muerte de Mola, ahí estaba el auténtico cerebro, el verdadero líder. Franco llegó a la cima como Poncio Pilatos al Credo”.

Ya escocía entre los nazis la negativa que se produjo en Hendaya en 1940. Allí Franco, se quejó ante su cuñado, Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores, progermánico y una de las figuras más poderosas del régimen: “Estos alemanes lo quieren todo sin dar nada a cambio”. Ellos pensaban igual. Según algunos testigos, tras el fracaso estrepitoso de aquellas conversaciones, Hitler acabó considerando a Franco “un cerdo jesuita”. En 1942, también le dedicó una flor con tintes racistas: “Cuando aparece en público está siempre rodeado de la guardia mora. Ha asimilado todo el manierismo de la realeza y cuando vuelva el rey será el ideal mozo de estribos”.

Lo que todo esto prueba, aparte de pésimo gusto, es que a lo que se daban con fruición enmascarada en hipocresía era a la política, las alianzas y la estrategia común. Eso sí, con la nariz tapada: “Las intenciones de Hitler al involucrarse en la guerra española respondían a todo, menos al cariño personal”, comenta Preston.

Nazis y fascistas italianos vinieron bien para lo que vinieron. Pero como observa Preston en su memorable estudio de referencia, lo que realmente apuntaló al régimen fue su alianza con otro estado: El Vaticano. Ahí no se dieron fisuras. Al terminar la guerra, a través de la radio, Pío XII, le consagró: “Con inmenso gozo, bendigo a los nobilísimos y cristianos sentimientos de que han dado pruebas inequívocas el jefe del Estado y tantos caballeros”. Amén.

Entrevista con Julián Casanova

Eldiario.es ha publicado una entrevista con Julián casanova, uno de los historiadores más reconocidos que trabaja sobre la Guerra Civil:

“La sombra del franquismo sigue planeando y no sólo porque no sabemos qué hacer con el Valle de los Caídos”

“Tenemos que dar una importancia capital a la lectura crítica de la Historia, no sólo a la transmisión de hechos”

“La Barcelona revolucionaria de 1936 a 1938 es una historia fascinante, pero se ha diluido en el tópico de la quema de conventos”

Julián Casanova   Foto Eduardo Bayona

Julián Casanova Foto Eduardo Bayona

Entro en el Edificio Planeta y como siempre siento esa extraña sensación de estar en una estructura de pasado que domina el presente. Subo al ascensor, me llevan a una salita y al cabo de un rato aparece Julián Casanova, historiador y coordinador del volumen ‘40 años con Franco’. El libro, donde escriben firmas que van de Ignacio Martínez de Pisón a Paul Preston, aborda los temas fundamentales de la Dictadura surgida de la Guerra Civil con vocación didáctica y la voluntad de llegar al mayor número de lectores con un claro objetivo: subsanar el desconocimiento masivo que la sociedad tiene de la época previa a la Democracia, algo complicado si se considera la deriva que toma la cultura entre su canalización y la politización de la Historia, muy mencionada pero poco estudiada.

Tengo la sensación de que el libro quiere remediar lo mal que se explica el franquismo en España.

Creo que sí. El libro trata de hacer un balance para un amplio público, la mayoría de ellos extranjeros de la Historia de España, y no es sólo un problema de la generación joven, que no vivió ese período. En Secundaria desde hace decenios no se estudia Historia Contemporánea. Cuando quieres hacer una mirada rigurosa del Franquismo te chocas con dos grandes obstáculos: la propaganda política y las memorias familiares, donde el relato del abuelo prevalece sobre el relato riguroso.

La historia oral como fuente que parece anular la historia académica.

La nómina de historiadores que he conseguido para el volumen, personas que han dado la vuelta al mundo hablando de la materia, están bajo sospecha porque hablan de Franco. Si habláramos de Isabel la Católica o Viriato seríamos considerados una especie de genios.

[Lee todo el artículo aquí.]