”Antes de girar la llave, Mercedes le tendió la mano, y la extremeña le ofreció la mejilla. La funcionaria la besó. Giró la llave. Habló en voz baja: —Me alegro. Me alegro, de verdad, de que pueda marcharse de aquí.” En la obra de Dulce Chacón, La voz dormida, se trata poco de la vida de las funcionarias de la prisión donde las presas cuentan sus historias en el libro. En la parte en que se describe la liberación de Tomasa se muestra que también los funcionarios tenían sentimientos y no eran tan duros como yo creía. Por esto, quería averiguar cómo eran los trabajadores de la cárcel, ¿trabajaban allí por su propia voluntad o sólo porque no tenían opciones? ¿Estaban durmiendo sus voces también?
Las funcionarias de la cárcel de Ventas en La voz dormida son La Zapatones y Mercedes, y su superiora, la hermana María de los Serafínes, llamada como la Veneno de parte de las presas. Se les menciona a las funcionarias de vez en cuando y se sabe cómo actúan de punto de vista de las presas. La funcionaria que más revela su vida en el libro es Mercedes.
En el capítulo nueve de la primera parte se entera que el trabajo como funcionaria era el primer trabajo de Mercedes en la prisión y se nota que ella tiene miedo de perderlo. ”Mercedes quiere aprender a gritar. Grita, porque después del suceso del dedo del niño Dios recibió una dura amonestación de la hermana María de los Serafines. Le dijo que era muy blanda con las internas, y que debía aprender a ponerse en su sitio si no quería perder su puesto.”
Se nota la humanidad de Mercedes cuando se presenta como voluntaria para trabajar en la enfermería y se revela un poco sus pensamientos. ”Ella supo que era incapaz de imponer su autoridad cuando preguntó de quién era la silla donde Hortensia estaba sentada. Las risas le dolieron como heridas abiertas, y se le saltaron las lágrimas. No tardarían en despedirla si continuaba comportándose así.” Me parece que tanto las funcionarias como las presas tenían miedo en la cárcel aunque era un miedo diferente. No sé si las funcionarias tenían miedo de perder su trabajo porque les gustaba de verdad o si sólo necesitaban un trabajo.
En el libro se llega a saber que la funcionaria que las presas llaman La Zapatones es una gran admiradora de Franco. Se nota fácilmente que ella sí que está con los nacionalistas y en contra las ideologías republicanas. ”Es La Zapatones, y murmura en voz baja una letanía, –. Algunos creen que reza una oración. Pero no. Repite una y otra vez el último parte de guerra. El parte que su admirado Generalísimo escribió por primera vez de puño y letra. La guerra ha terminado. Y repite su desprecio, una y otra vez: Cautivo y desarmado el ejército rojo.” Además de esto, no se llega saber mucho más de La Zapatones.
No sé si Dulce Chacón había entrevistado a alguna funcionaria de las prisiones para su obra o si las historias de las funcionarias eran basadas en lo que ella había leído o simplemente en su imaginación. Sin embargo, según el libro de Fernando Hernández Holgado,que encontré en internet, las funcionarias de la sección femenina de la prisión de Ventas habían sido elegidas en un concurso público. Dice en su libro que para conseguir el trabajo, las mujeres tenían que superar un curso en la Escuela de Criminología. ”Parece ser que la mayoría eran simpatizantes o militantes de partidos republicanos de izquierda y socialistas.” Se añade también que en la prisión de Ventas en especial hubo varias separaciones de servicio y que los que perdieron su puesto de trabajo acabaron en un proceso judicial que podía llegar hasta años de encarcelamiento e incluso a muerte. En La voz dormida la funcionaria La Zapatones será despedida después de haber cometido un error de dejar a Elvira escapar con su hermano disfrazado como funcionario. ”Las presas de la galería número dos derecha verán marchar a La Zapatones mirando al frente. Será la última vez que la vean. ”
En conclusión, no descubrí la razón general que tenían los funcionarios para trabajar en la prisión pero creo que cada uno tenía sus motivos. En la época del franquismo seguro que la gente sufría de hambre y por eso cualquier trabajo bastara. Pero también creo que algunos funcionarios les gustaba su trabajo de verdad y sentían orgullo por su puesto.
Las fuentes:
Dulce Chacón: La voz dormida, 2002
Fernando Hernández Holgado: Mujeres encarceladas, 2003 https://books.google.es/books?id=ZE4_Z3IY3c8C&printsec=frontcover#v=onepage&q&f=false