Las características y las funciones de la oralidad en Dicen de Susana Sánchez Arins

Dicen (2015) es una novela extraordinaria que cuenta la historia o, mejor dicho, las historias de la familia de su autora Susana Sánchez Arins, poeta y autora gallega. Es un libro de aproximadamente 250 capítulos o más bien fragmentos muy cortos con contenidos variados que no están ordenados cronológicamente. Su género es más cerca de novela autoficticia, pero no es fácil definirlo puesto que se compone de diálogos, poemas, refranes, cantares y descripciones de acontecimientos históricos. El estilo de estos textos recuerda la literatura oral o folclorística. El objetivo de este análisis es presentar las características de la oralidad en Dicen y las funciones que tienen en el texto.

El tema de Dicen es traer a la luz la historia de ese tío Manuel, verdugo conocido y posiblemente un asesino también. Es más, la autora quiso acabar con el silencio sobre la historia de su familia para que no alcance a la cuarta generación. Escribe Sánchez Arins: “[las malas personas] no son dignas del anonimato” (Dicen, p. 21). Para escribir este libro, Sánchez Arins quería indagar la vida de su tío abuelo Manuel García Sampayo, un falangista y opresor potente en la región de Meis, Galicia. La autora creció escuchando relatos acerca del tío Manuel a quien nunca llegó a conocer personalmente, pero cuando empezó a investigar el pasado de él, solo encontró una cosa escrita: que fue el alcalde de Ribadumia en el año 1940. Puesto que no fue posible encontrar documentación escrita sobre el lado oscuro del tío Manuel, Sánchez Arins decidió escribir su novela basándose casi exclusivamente en las fuentes orales incluyendo todas las versiones diferentes que circulaban. El uso de fuentes orales se ve en la lengua en que está escrito Dicen que se asemeja muy a menudo a la lengua oral. El relato se completa poco a poco: es como una vórtice que lleva al lector hacía los lados más oscuros de la historia del siglo XX en Galicia, España.

La característica que más se destaca en Dicen es la ausencia total de letras mayúsculas. Todos los títulos de los capítulos y hasta los nombres propios están escritos con letras minúsculas. Eso puede ser una preferencia estilística, pero también aporta ciertos rasgos al texto: primero del todo, mantiene muy eficazmente la atención del lector. Además, la ausencia de los mayúsculos difumina la estructura del texto, haciéndolo fluir de una manera más cercana de la lengua oral. Y cuando se habla de una persona nombrada individual pero escrita en minúsculas, parece que esa persona puede ser muchas personas a la vez y así las experiencias terribles que sufrió una persona durante la represión se multiplican. El uso de minúsculas también puede tener referencia a las historias secretas, las voces silenciadas y el miedo de represalias posibles si se hablaba de ciertas cosas durante la represión franquista: el silencio perpetuo a cerca de esas cosas.

El lenguaje de Dicen es bastante sencillo y fácil de leer, eso es, parecido a la lengua oral y a los relatos que pasan de boca a boca. Pero al mismo tiempo ese tipo de lenguaje es muy potente: los capítulos retratan imágenes muy visuales de varias atrocidades en una lengua sencilla y por eso tienen efectos tremendos en el lector. Además, los capítulos contienen muchas repeticiones, a veces de frases enteras. Por ejemplo, la frase que podría describir la obra entera, “La verdad tiene un camino” se repite cinco veces en la obra. Esta característica también aproxima los capítulos de Dicen al uso oral de la lengua en que la repetición es muy habitual. Es más, se presentan versiones diferentes de los mismos acontecimientos presentados por diferentes personas. Parece que, presentando las historias de esta manera, la autora ha querido imitar los rumores y los susurros que se escuchaban durante años y años en las regiones en las que la represión era un fenómeno común. Otra característica importante que recuerda el lenguaje oral son los capítulos cortísimos nombrados “coro”. Hay un total de 17 de esos en Dicen, siempre después de un capítulo que narra algún fechoría horrorosa que hizo el tío Manuel o sus compañeros. Son siempre preguntas que empiezan por ejemplo “si fue así de malo con [una persona], cómo sería con [otras personas]…”. Es una manera muy eficaz de convertir al lector en un cómplice, invitarlo a ser un testigo de todo lo horrible que pasó en las historias que narra la autora. De un modo algo perverso los capítulos coro también atraen al lector a continuar su lectura.

Dicen contiene también capítulos que parecen más bien poemas o partes de cantares populares. Por ejemplo, las cuatro líneas nombradas “elegía” en la página 163 que es de verdad un cantar tradicional en gallego[1] (también hay otros cantares parecidos). El capítulo titulado “ríos que van al mar” refiere al poema de Jorge Manrique, un poeta del siglo XV. Estos capítulos son referencias a la rica tradición de cuentos folclóricos y historias orales en Galicia (y asimismo en toda España), que antaño fueron cantados para así ayudar a las comunidades a guardar la memoria de su pasado. De esta manera las historias de una familia en Dicen están ligadas a la historia de todas las personas que sufrían de la represión franquista.

Como señala el nombre de la novela, Dicen se basa en las historias orales que pasaban de generación a generación sin que nadie atreviese investigar lo que de verdad había pasado. Arrojar luz sobre las atrocidades cometidos por el tío Manuel y su bando revela cruelmente que los vencedores de la Guerra Civil escribieron la historia de su manera, pero “también es cierto que la inescriben” (pp. 39, 124 y 168). Solo quedaba la historia que les convenía. Pero la depuración de las atrocidades cometidas por los falangistas como tío Manuel no las eliminó de la memoria de la gente que fue víctima de estas: se hablaba de esas cosas, tal vez a puerta errada, pero se hablaba. Y precisamente por causa de esas conversaciones, susurros y rumores, la oralidad es un tema muy central en esta novela. Incluyendo en el texto características de la lengua oral en el texto, Susana Sánchez Arins subraya la importancia de sus fuentes orales en esta novela de una manera muy intensa: convierte su lector en un testigo de esa historia siniestra de maldad increíble que aconteció a la familia de la autora.

 

FUENTES:

Consteila, Tereixa (2019): La maldad no tiene derecho al anonimato. Artículo en El País, https://elpais.com/hemeroteca/2019-04-28/

Ribadulla Costa, Diego (2019): Novela e memoria cultural: a ficcionalización do franquismo na narrativa galega (2000-2015)

Sánchez Arins, Susana (2015): Dicen. Traducido del original gallego Seique

[1] “elegía” es, de hecho, una traducción de un cantar popular en gallego: “Eu non sei que pasou no muiño, eu non sei que debeu de pasar. Desde entón Maruxiña esta triste, desde entón non fai máis que chorar.” https://www.ogalego.eu/exercicios_de_lingua/exercicios/pasatempos/cantigas.htm#n74

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