Voy a analizar cómo fue la imagen de la mujer que se construyó en la posguerra. Para llegar a ese objetivo, voy a echar un vistazo a los cambios jurídicos que se relacionan a la posición de la mujer, acontecidos durante la Segunda República y después de la Guerra. También voy a estudiar brevemente cómo se veía a la mujer en la República, siendo eso la base ideológica en que el Régimen tuvo que basarse, o que tuvo que rechazar.
Entre otras reformas que se realizaron en la Segunda República se encuentran algunas que mejoraron la posición de la mujer. De mayor importancia de éstas son el sufragio universal, que dio el derecho de voto a mujeres, y la Ley del Divorcio, que “aceptaba la disolución del matrimonio ‘por mutuo disenso o la petición de cualquiera de los cónyuges’” (Vizgarra: 64). Éste último también igualóa los hijos legítimos e ilegítimos. Y en la constitución de 1931 se reconocía la igualdad de hombres y mujeres, aunque se trate de igualdad formal y no real. Es decir, aunque no se concluyeron la mayoría de los avances que se estaban planeando y la desigualdad de géneros seguía marcada en bastantes aspectos de la vida, se permitió que hubiera una diversidad de opiniones e incluso que, poco a poco, estas iniciativas progresaran.
En cambio, al imponerse el Régimen, se renunció a todos estos avances y se volvió un gran paso atrás. Se abolió las leyes de divorcio, matrimonio civil, de sufragio y para la mujer se designó un papel carente de todo tipo de independencia. Un papel de “portadora de los valores morales, guardiana del hogar y puntal de la familia, como esposa y madre.” (Murillo: 90) Se excluyó la sexualidad y la capacidad de actuar como sujeto político de la imagen de la mujer: sólo existían “madonas” y putas, y la vida de las madonas se limitó únicamente al espacio del hogar.
La imagen de la mujer que se construyó después de la Guerra Civil seguía las tendencias misóginas que se encuentran en la historia ya desde hace siglos. En otras palabras, no fue nada nuevo, pero sí que fue dramático el retroceso, especialmente para las mujeres que apoyaron a la Segunda República: fue mucho lo que perdieron. Pero, aunque no cabe duda de que la victoria de Franco empeoró gravemente la situación de las mujeres, la imagen discutida de mujer no carecía de controversias también en la Segunda República. Por ejemplo, la conocida Pasionaria, Dolores Ibárruti, tenía prejuicios sobre la emancipación actual y una postura a favor hacia la simbología tradicional de la maternidad. Sin embargo, la ampliada manera de ver a la mujer permitió que entraran en la fuerza laboral y militar. No obstante, no duró ni siquiera un año antes de que se confundiera la imagen de la miliciana con la de la prostituta. Según Martínez Fernández, no se estaba dispuesto a aceptar a las mujeres en el frente tampoco por parte de la República, a pesar de la relativamente avanzada postura hacia los derechos de la mujer.
Sobre esta base el franquismo con la ideología del nacional-catolicismo construyó la imagen de la perfecta casada y ángel del hogar (Fernández García: 332). La maternidad y la exclución de algunas áreas públicas fueron puntos de semejanza entre la Segunda República y la dictadura, pero sólo el franquismo disoció la mujer de toda capacidad de actuación política o pública. Investigando los juicios sumarios, las expedientes y las acusaciones que se hizo, Fernández García plantea que los “delitos” de mujer antes, durante y después de la Guerra Civil fueron cuatro: ser visible, tener voz, tener autoridad y manejar el pensamiento abstracto. Es decir, no se permitió conductas de un sujeto autónoma y independiente.
El papel destinado para la mujer en la ideología franquista obligó a numerosas mujeres quedarse en silencio por décadas. Fue un silencio doble: silencio del vencido, y silencio del género sometido. Desde la Transición, el silencio ha empezado a quebrarse tanto a través de la ficción como de la documentación, pero aún queda mucho que desvelar.
BIBLIOGRAFÍA
FERNÁNDEZ, Adriana Martínez (2006): “Rojas: la costrucción de la mujer rebuplicana en la memoria de España.” Alpha: Revista de Artes, Letras y Filosofía, pp. 127-141.
FERNÁNDEZ GARCÍA, Sandra (2012): “Muertas en vida. Investigación sobre la represión dada a las mujeres en la posguerra española en la Ciudad Real.” Revista de Antropología Iberoamericana 7-3, pp. 327-360.
MILQUET, Sophie (2012): “Escribir el trauma en femenino: las obras de Agustin Gomez-Arcos y Dulce Chacón.” Bulletin of Spanish Studies 89, pp. 109-121.
MURILLO, José Luis (2008): “Eros y nacionalcatolicismo. La doble moralidad en la España de la posguerra.” Confluencia 24-1, pp. 89-100.
VIZGARRA, Isabel Lizarraga: Libertad (1931), de María Martínez Sierra: La mujer española frente al código civil. Dialnet.