La guerra civil y el franquismo en la novela española actual

Curso de literatura española contemporánea

La guerra civil y el franquismo en la novela española actual

Adoctrinamiento franquista en la educación -¿cómo es la Nación española y El Caudillo? (primer trabajo)

“Hoy la nación española es una — es grande — es libre.” La libreta Así quiero ser (el niño del Nuevo Estado) (segunda edición, Burgos, 1940) es un buen ejemplo del adoctrinamiento y absurdidad de los tiempos de Francisco Franco en España. Presenta las nuevas doctrinas del nuevo régimen conteniendo ochenta y un temas. Voy a basar mi escrito en esta libreta, concentrando sobre todo en la primera parte “La Nación Española”. Mi intención es reflexionar qué cosas se enseñaba de la nación española y de El Caudillo, qué valores se transmitieron y cómo todo esto parece a un lector crítico.

El elogio desbordante de la Nación española y de El Caudillo es obviamente una cosa muy fundamental en la propaganda franquista. “Es necesario que en toda nación hay un orden, una disciplina, una ley; uno que mande y otros que obedezcan. Entonces la nación se convierte en Estado.” El Caudillo es ciudadano mejor, superior a todos, quien legítimamente se ha elegido a su puesto, quien responde ante Dios y ante la Historia y quien es el único que sabe cómo mandar bien. “Debemos obedecer sin discutir. Quien manda sabe lo que hace y por qué lo hace. Es más difícil mandar que obedecer. El que obedece no se equivoca nunca.” El poder y la bondad de El Caudillo se representan indiscutibles e imprescindibles. La Nación española es como un hormiguero: todos tienen su deber y su puesto, y todos tienen que acordárselo.

Sin embargo, hay muchas contradicciones en las doctrinas, que en mi opinión destruyen la imagen de El Caudillo como salvador de España. Por ejemplo, sobre la cuestión de la libertad se habla que la libertad no es para un individuo, sino que hay que servir los intereses generales. “Pues si uno cualquiera quita con su libertad la de los demás, no cree en la libertad ajeno, sino que en la suya propia, o sea que no cree más que en la que le conviene. Eso no es ser libre, eso es ser déspota.” Esto es muy curioso, porque esto es justamente lo que hace El Caudillo mismo. Aunque sea superior a los demás ciudadanos, ¿no debería servir como un ejemplo o un modelo? Todo el concepto de la libertad se pierde su sentido aquí y pone en duda las intenciones de El Caudillo. Del individuo se dice así: “Yo no puedo querer para mí algo que sea a costa de los demás: eso es individualismo.” Aquí otra vez se habla de valores importantes, pero muestra obviamente que El Caudillo mismo no cumple estos valores y así su credibilidad sufre.

Se habla mucho de bienestar, de felicidad etc.; El Caudillo hace a España feliz si todos le obedecen, y también las acciones paternales del Estado son para que los ciudadanos “se sientan lo más felices posible.” Esto suena muy cursi, porque hay tanta desigualdad y violencia en los tiempos de Franco. “La revolución constructiva consiste en convertir el desorden en orden, la injusticia en justicia y la arbitrariedad en derecho.” Es justamente el contrario lo que pasó cuando Franco entró en el poder. Antes de la guerra civil había orden, justicia y derecho con la democracia, pero todo se perdió con Franco.

La disciplina, el orden y la obediencia son las cosas más importantes que se enseñan en esta libreta. El mensaje es muy fuerte, demasiado fuerte para un niño. El carácter de todos los niños es preguntar, cuestionar  y poner las cosas en duda, pero uno de los objetivos de las doctrinas es eliminar todo esto. La justificación de todas las cosas es solamente ‘así tiene que ser’. Las cosas se han empaquetado en un paquete bonito, aunque en realidad todo es un engaño.

 

BIBLIOGRAFÍA:

ASÍ QUIERO SER (EL NIÑO DEL NUEVO ESTADO), SEGUNDA EDICIÓN, BURGOS, 1940

Heridas emocionales

Os dejo aquí la entrevista del psiquiatra (y novelista) Gregorio Armañanzas publicado en eldiario.es:

“La derecha de forma inconsciente se identifica con el franquismo y tira piedras contra su propio tejado”

El psiquiatra estellés Gregorio Armañanzas, nieto de un policía municipal asesinado tras el golpe de 1936, ofrece una charla este jueves sobre la necesidad de superar el silencio ante este tipo de hechos.

Este psicoterapeuta insiste en que, para “quienes tienen muertos en las cunetas”, encontrar a sus familiares es una forma de hacer el duelo.

El psicólogo Gregorio Armañanzas.

Foto: El psicólogo Gregorio Armañanzas.

Clemente Ros era inspector de la Policía Municipal de Estella en 1936. Antes del alzamiento, detuvo a unos falangistas por un tiroteo que se había producido en este municipio navarro. Tras el golpe, “lo secuestraron, lo metieron en la cárcel, lo llevaron a San Cristóbal y, en agosto, junto a dos políticos, lo mataron en el monte del Perdón”. Su nieto, el psiquiatra Gregorio Armañanzas Ros, relata el suceso con entereza. Para este psicoterapeuta estellés, resulta clave hablar de lo sucedido, superar ese silencio que a menudo acompaña a la memoria histórica en España. Este jueves (19:00 horas, entrada libre) hablará precisamente sobre este silencio en la sede de la asociación de familiares de fusilados de Navarra, affna36, de la que forma parte.

¿En Navarra y en España se puede hablar sobre la memoria histórica?

Después de más de 70 años, las víctimas nos podemos permitir hablar y restaurar cierto honor y dignidad. Franco murió en 1975 y, desde entonces, quizá hemos necesitado ese tiempo para poder hacerlo. Ha habido quien ha necesitado menos, pero todavía hay gente mayor que muere sin poder hablar. Lo que creo que no se está pudiendo hacer es hablar desde la otra parte de los traumatizados, que son los perpetradores. Los descendientes muchas veces no saben que sus abuelos mataban, y ese silencio está provocando mucho sufrimiento emocional, sin que estas personas sean conscientes de ello. Este asunto es complejo, porque la sociedad que rodea a esos descendientes de perpetradores sí conoce esas historias.

¿Hablar es una liberación?

Hablar es el comienzo de una curación emocional. Las cosas empiezan a dolerte, ya sea porque mataron a tu abuelo o porque tu abuelo mató, y eso anima a procesarlo conscientemente, a superar esos sentimientos de culpa y de vergüenza.

Pero hablar también es exponerte a ser juzgado.

Sí (ríe), hablar conlleva muchos riesgos. Yo me he acostumbrado a ellos. Recuerdo que la primera vez que hablé de esto fue en una conferencia en Granada, y se me pasó por la cabeza que el público pensaría Oh, pobrecito, el nieto de un asesinado. Pero hay nietos de asesinados durante la Guerra Civil que todavía no saben nada, porque por ejemplo sus abuelas no les han dicho nada. ¿Por qué? Es vergüenza, culpa…

¿No es una forma de evitarles el sufrimiento?

También, sí. Pero el problema es que el silencia transmite de forma más eficaz el impacto emocional.

¿En su caso, cómo logró saber qué le pasó a su abuelo?

Siempre lo supe, pero me quedaba una herida emocional por curar. He tenido que tener cierta edad para poder vivirlo emocionalmente, no solo racionalmente. Uno ve los hechos como si fueran una película, pero no como algo que le pasó; esa distancia emocional puede protegerte, pero lo mejor es vivirlo emocionalmente. A mí, por ejemplo, para superarlo me ha venido muy bien escribir una novela [ Fantasmas de nuestra guerra, que se publicará en abril], porque ayuda a integrar las emociones, porque mi madre se quedó sin padre.

¿Han logrado encontrarle?

No, no hemos conseguido localizar los restos.

¿Eso cómo afecta a los familiares?

De distintas maneras. Para los huérfanos es muy importante, porque, cuando el duelo no está hecho, supone lo que se intuye en tu pregunta: no se trata de encontrar unos restos, sino de encontrarle a él. Porque emocionalmente puede no estar muerto, y hay que hacer un trabajo suplementario para hacerlo, y encontrar los restos es como hacer un duelo, un entierro emocional. Los que tienen muertos en las cunetas tienen gente dormida esperando. Hay que encontrar a esos seres humanos.

Desde affna36, precisamente, se ha pedido al Gobierno Foral que avance en la financiación de la exhumación de fosas.

En mi caso, creo que el Gobierno destinó dinero, no sé si fueron 12.000 euros, para dos intentos de exhumaciones, tras la que no conseguimos hallar esos restos.

Los testimonios de coetáneos a los fusilados  resultan vitales para hallar estos restos. Sin embargo, también hay quien sabe y calla.

Claro. Hay muchos que aún tienen miedo, un trauma por un silencio que ha durado tantos años en España. Ese silencio incluso se percibe entre psicólogos que no exploran la historia familiar tras la Guerra Civil. No se pregunta qué paso, no sea que tengas algún muerto en el armario que no quieras ver.

¿Y a qué lo atribuye? Porque desde entidades vinculadas a la memoria histórica a menudo se pone como ejemplo a Alemania como una zona donde sí se han dado más pasos para repasar la historia.

Yo he tenido que leerme lo que han trabajado judíos, por ejemplo, y viajar fuera de España para poder volver aquí a explorarlo. Pero es algo que suele ocurrir con una guerra civil, en Grecia también pasa. La diferencia es que en el nazismo, ellos fueron los perdedores.

¿Qué le parece que en Navarra aún haya símbolos relacionados con el franquismo?

Tengo la impresión de que la derecha, inconscientemente, se mantiene identificada con el franquismo. Y se tira piedras contra su propio tejado. Tal vez las víctimas también la identifican así, como si quienes están en la derecha fueran los asesinos de sus abuelos. Pero la derecha lo asume, entra en ese error y no quita esos símbolos. Aunque va habiendo cambios. Por ejemplo, el presidente del Parlamento [se refiere a Alberto Catalán, de UPN] se refirió a las víctimas, al colocarse  una placa en recuerdo de los cargos electos asesinados en Navarra, como cargos fusilados asesinados. Y ese es un cambio cualitativo importante; antes ni las víctimas decíamos asesinados.

Cada día 19 se celebra una misa en honor al alzamiento en la cripta del monumento a los Caídos de Pamplona. La hermandad que lo organiza asegura que no entiende la polémica porque es un acto similar a, por ejemplo, la celebración del Día de la República.

No sé qué decirte… Es probable que debajo de algunas posiciones personales haya elementos de culpa inconscientes y, al final, se produce una huida hacia adelante, hacia posiciones más extremas.

¿Se sentaría a hablar con quien participa en esas misas?

Sí, me gustaría trabajar con ese tipo de situaciones. Y me sentiría cómodo si habláramos en el plano personal, y no en el ideológico, que es algo que me aburre.

Franco en las librerías

Este artículo publicado en El Confidencial versa sobre los nuevos libros sobre el franquismo que saldrán este año, que es el 40 aniversario de la muerte de Franco. Vale la pena también ver las fotos de la manifestación por el 39 aniversario de la muerte del dictador que ilustran el artículo.

Españoles, vuelve Franco… a las librerías

Manifestación franquista en Madrid por el 39 aniversario de la muerte de Franco. (AP)Foto: Manifestación franquista en Madrid por el 39 aniversario de la muerte de Franco. (AP)

Peio H. Riaño 10/02/2015
“La gris España de ese caudillo con voz aflautada y barriguita de quinielista acababa de ser sustituida por una España polícroma, luminosa, en la que no faltaría ninguno de los colores de los nuevos tiempos”. Así vivió el escritor Ignacio Martínez de Pisón, a los 15 años, la muerte anunciada entre los pucheros de Arias Navarro, que seis años más tarde, con el intento de golpe de Estado de “lo militarotes” se cuestionaba la nueva España: “¿Cómo podía ser que eso fuera una verdadera democracia su hasta el jefe del estado había sido designado por el mismísimo Franco?”.

El autor de La buena reputación (Seix Barral) reconoce que le habría gustado nacer en una democracia consolidada, que España es un país defectuoso, pero que sus defectos “no son los de siempre”, porque la sociedad se ha vuelto “mayoritariamente laica”. La abdicación del heredero del dictador cierra una etapa y abre otra en la que “se impone alcanzar un nuevo pacto de convivencia que sea válido para las próximas décadas”. Pisón cierra los nueve artículos del libro 40 años con Franco, que la editorial Crítica publicará en una semana, una de las novedades que van a colmarán las librerías a lo largo del año para celebrar las cuatro décadas de cuerpo presente.

Francisco Franco Bahamonde (1892-1975), “posiblemente el dictador europeo menos conocido del siglo XX”, descarga con ironía el hispanista Paul Preston, el historiador que mejor ha retratado a un personaje que parece de otro sigo y, sin embargo, qué presente. “En el hoy están los ayeres, como decía Borges”, explica Enrique Moradiellos. “La Historia reciente no es un museo congelado. Estamos hechos de Historia y es algo actual que conforma nuestros principios. Somos hijos del franquismo. Generó un cuerpo de comportamiento estatal que debemos conocer, porque todavía está entre nosotros. El pasado está presente”.Manifestación contra la 'Ley mordaza', en Barcelona. (REUTERS)Foto: Manifestación contra la ‘Ley mordaza’, en Barcelona. (REUTERS)

Franco, ese desconocido dictador, todavía es objeto de controversia política. Julián Casanova, el editor de 40 años con Franco -donde están Preston, Moradiellos, Pisón, Mary Nash, José Carlos Mainer o Ángel Viñas– asegura que “esos trágicos sucesos del pasado han proyectado su larga sombra sobre el presente y, frente a ella, necesitamos miradas libres y rigurosas”. La mirada sobre el caudillo es un reclamo de libertad y rigor en el combate por la historia, contra las mentiras del pasado.

[Lee todo el artículo aquí.]

Simbología franquista

Este artículo salió ayer en el diario Público:

Denuncian a Ana Botella y a otros 37 alcaldes por mantener simbología franquista en sus calles

La denuncia se interpondrá este miércoles, coincidiendo con el aniversario de la proclamación de la Primera República.

Rambla del general Franco

Foto: Rambla del general Franco

El abogado especializado en Derechos Humanos, Eduardo Ranz, presentará este miércoles una denuncia contra 38 alcaldes españoles, entre ellos la regidora de Madrid Ana Botella, por un supuesto delito de desobediencia que habrían cometido al vulnerar la Ley de Memoria Histórica, que obliga a las Administraciones a retirar la simbología franquista.

La denuncia se interpondrá, coincidiendo con el aniversario de la proclamación de la Primera República, en los Juzgados de Plaza de Castilla contra Botella y en los registros de los juzgados de otros 37 municipios, entre los que figuran Huelva, Zaragoza, Vigo, Córdoba o Salamanca.

El abogado pondrá también los hechos en conocimiento de la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, y del Ministerio de Asuntos Exteriores, a quien trasladará que las embajadas de Bolivia, Panamá y el Consulado de Marruecos exhiben este tipo de símbolos.

En Madrid hay una docena de vestigios que vulneran la Ley de Memoria Histórica, entre ellos, el Arco de la Victoria

En su denuncia, a la que ha tenido acceso Europa Press, Ranz advierte de que en el municipio de Madrid hay una docena de vestigios que vulneran la Ley de Memoria Histórica de 2007, entre ellos se encuentra el Arco de la Victoria situado a la entrada de la capital en la carretera de La Coruña; el Palacio de Santa Cruz con dos escudos de la dictadura en piedra; o varios edificios de Defensa con placas y lápidas de mármol recordando a Francisco Franco, a la “guerra de liberación de España”, o a varios militares caídos durante la contienda.

Símbolos con el semblante de Franco

Cita también el escudo con el águila ubicado en varias fachadas de la sede del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), perteneciente al Ministerio de Agricultura; el relieve con el escudo del régimen franquista que se puede ver en la pared de la Oficina de Atención Integral del Contribuyente; una placa del Palacio del Pardo o el medallón con el semblante de perfil del general Francisco Franco del Tribunal de Cuentas.

El abogado, vecino del municipio de Madrid, recuerda que el artículo 15 de Ley de Memoria Histórica obliga a las Administraciones Públicas a tomar las medidas oportunas para retirar los escudos, las insignias, las placas y otros objetos o menciones conmemorativas de la “exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura”.

Acusa a los regidores de un delito de desobediencia tipificado en el artículo 410 del Código Penal, que lleva aparejado una multa de tres a doce meses y una pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años.

De forma subsidiaria, el abogado cree que los hechos podrían ser constitutivos de una falta contra el orden público del 634 del Código Penal, que contempla una pena de multa de diez a sesenta días.

La larga sombra del dictador

Esta noticia sobre el documental Los colonos del Caudillo, publicada en La Vanguardia,  es del año 2013, pero os puede interesar:

Ambiguo estreno español de un documental en Valladolid

El festival de cine muestra una película que retrata la sombra del dictador en el presente

26/10/2013 Rafael Poch

 Ambiguo estreno español de un documental en Valladolid

Imagen de ‘Los colonos del Caudillo’, playloud.org

Tras muchas vicisitudes y ambiguos rechazos en España, el Festival de cine de Valladolid estrenó por fin el viernes el documental Los colonos del Caudillo, obra de la pareja germano-española formada por Dietmar Post y Lucía Palacios, residente en Berlín. Seguramente es la película que mejor retrata la sombra que la España de Franco aún proyecta sobre el presente, y el estreno del viernes lo ha confirmado con un incidente.

Con encomiable moderación y dando la palabra a todas las partes, Post y Palacios relatan en su película el caso de uno de los trescientos “pueblos nuevos”, Llanos del Caudillo (Ciudad Real), que el Instituto Nacional de Colonización creó, fundamentalmente en Castilla y Extremadura, con vistas a cimentar la base social del régimen en el campo de los años cincuenta. El sujeto de aquel experimento inspirado en el fascismo de Mussolini, emigró a Europa y a las ciudades españolas en cuanto tal posibilidad se abrió en los años sesenta.

En vísperas de la proyección, un hijo de uno de los personajes del bando franquista entrevistado en la obra ha amenazado, a los autores y al festival de Valladolid, con emprender acciones legales mientras su contenido no sea aprobado por el entrevistado. Si esto es sorprendente, aún lo es más que el director del festival, Javier Angulo, no haya querido divulgar esta singular circunstancia que ha rodeado al estreno y a sus autores de una especie de temerosa incertidumbre.

El incidente, “refleja claramente que cierto sector de la sociedad española no ha superado la dictadura”, dice Post, que se confiesa “asustado” y también contrariado por la discreción de Angulo. Los colonos del Caudillo fue pre-estrenada en Berlín el año pasado con asistencia de Felipe González y el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert.

“Este excelente documental ha significado una gran lección de historia, pero lo más increíble, es cómo consigue trasladarnos a la presente situación política española. Pone los pelos de punta”, dijo Dominik Wessely, cineasta y profesor de cine documental en la Escuela de Cine Documental de Colonia. La película se realizó a base de micromecenazgo y el principal pintor alemán vivo, Daniel Richter, donó cuatro litografías para financiarla. González adelantó en Berlín que, “va a sorprender a mucha gente en España”. En La Mancha hay 800 calles dedicadas a José Antonio Primo de Rivera y 500 a Franco. En toda España hay una docena de pueblos que llevan el nombre del dictador.