Última fiesta antes de la Guerra

O Barco se prepara para revivir un acto celebrado seis días antes del golpe del 36

SILVIA R. PONTEVEDRA El País17/02/2010

Foto: Héctor Díaz y María López, dos de los escasos supervivientes de entre los niños que participaron en la fiesta.- PEDRO AGRELOMaría, Matilde, Héctor, Manolo, Gabino y Leoncio. Por más que se busque no quedan otros testigos, y de éstos ya no todos viven en el pueblo. Han pasado casi 74 años, y aquellos niños que participaron en la última fiesta que se pudo celebrar en Éntoma (O Barco) antes de la Guerra Civil están ahora muertos o son los más viejos del lugar. De todos ellos, María López Núñez, Chucha, que va camino de los 88, y su cuñado Héctor Díaz Peral, Pira, de 82, son los que mejor recuerdan. Llevan meses refrescando la memoria, y escribiendo en la memoria en blanco de los más jóvenes, y el 27 de marzo este pueblo de 330 habitantes festejará la inauguración de la Fonte do Loureiro. En esto no habría nada de particular si no fuese porque este caño, con su correspondiente lavadero cubierto, lleva inaugurado (y últimamente manando con más pena que gloria) desde aquel 12 de julio de 1936 en que fue bienvenido con pompa, autoridades municipales y música de gaitas.

Aquel acontecimiento habría pasado como otro cualquiera si seis días después el estallido de una guerra que duró mucho más que tres años no hubiese acabado con las alegrías y celebraciones. Pero las circunstancias mitificaron aquella inauguración, entre otras cosas porque el pueblo se la había tomado muy a pecho y porque en ella participó un concejal republicano, Manuel Blanco Pascual, que después fue torturado y muerto por los falangistas. Sus supuestos restos, recuperados en julio de 2009 en La Cabrera (León), aguardan para ser enterrados en el suelo civil del cementerio de O Barco, también el 27 de marzo.

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