“La historia de la literatura española se ha parcelado demasiado”

Una de las obras filológicas fundamentales de España en tres décadas ha sido dirigida por este profesor, escritor y crítico. Historia de la Literatura Española. Modernidad y nacionalismo 1900-1939 es el volumen que abre el proyecto.CARLES GELI El País – 27/03/2010

“Ningún país continental ha intentado inventar la noción de literatura europea y pensé que debía abordarse”, afirma José-Carlos Mainer, director de Historia de la Literatura Española. – JULIO FOSTER

No creo que vuelva a escribir más sobre la Edad de Plata y menos obras de este empeño; quizá una biografía de Pío Baroja para 2012, pero poco más; el resto serán artículos o prólogos y homenajes”. Podría ser la típica depresión posparto y más cuando se ha alumbrado un volumen de 800 páginas (Modernidad y nacionalismo 1900-1939), el que abre la Historia de la Literatura Española, de nueve tomos (Crítica), 6.500 páginas, que también ha coordinado. Pero quien conozca a José-Carlos Mainer (Zaragoza, 1944), inasequible al cansancio, lector compulsivo, sabe que el catedrático de Historia de la Literatura en la Universidad de Zaragoza, padre de la fusión de la historia de la literatura con la cultural, está hecho de la madera que le lleva ahora, desde su mullido sofá rojo con tapetes de punto blancos, a tomar ya notas barojianas y comentar aspectos de la literatura. En realidad, una manera de hablar de sí mismo.

PREGUNTA. En su postrera mirada a la Edad de Plata, ¿qué ha dejado de nuevo?

RESPUESTA. Básicamente, el balance global de Juan Ramón Jiménez que, gracias a los expedicionarios filólogos, han dado otra imagen del poeta desde 1982; también haber recuperado a Gabriel Miró y un engarce, vía nihilismo, entre Baroja y Antonio Machado en los años veinte.

P. ¿Se atreve, desde el epílogo, a nombrar a la santísima trinidad entre 1900 y 1930?

R. ¡Buf! Bueno: Juan Ramón, Valle-Inclán y, si me deja hacer pack, la generación del 27.

P. No es usual en obras así incluir volúmenes transversales como tendrá ésta con la Historia de las ideas literarias en España y El lugar de la literatura española.

R. Este último era capital porque establecer el lugar de la literatura española en relación con el resto de literaturas peninsulares requiere espacio, así como con la literatura europea: ningún país continental ha intentado inventar la noción de literatura europea y pensé que debía abordarse, y, claro, la relación con Hispanoamérica: ninguna otra literatura europea se ha relacionado tanto con la de sus colonias… Quizá la inglesa y no estoy seguro.

P. ¿Qué tal esas relaciones?

R. Ya todo el mundo admite una primera fase de literatura colonial; una segunda, en el siglo XIX, de evolución en común, y una tercera, en el XX, de emancipación y en la que, además, son ellos los que pasan a dictar nuevas reglas.

P. Ahora parece un periodo de mayor desconocimiento literario no sólo entre España y Latinoamérica sino entre los mismos países del continente. Apenas Roberto Bolaño es denominador común.

R. Sí, hasta los años sesenta se da una notable identidad de mercado; si se acudía al mercadillo de la plaza de Armas de La Habana, donde tras la revolución se liquidaban muchos libros, uno veía que la biblioteca de un cubano era la misma que la que hubiera tenido de haber vivido en Madrid. Eso se acabó por el crecimiento de los mercados internos y por el debilitamiento del sentimiento hispanoamericano; hoy, un libro como el Canto general de Pablo Neruda, de 1950, es impensable; el boom de los sesenta aún se vivió colectivamente, pero ya nada más. De la unidad se mantiene sólo la retórica.

P. ¿Sigue siendo el periodo 19001930 el del gran salto de la cultura española y, por ende, literario, o lo ha sido más el de los años ochenta?

R. Cuando escribí con Santos Juliá El aprendizaje de la libertad: 1973-1986, no tuve el atrevimiento de decir que igual fueron más importantes los ochenta. Hoy me inclinaría a ello por la internacionalización. Es lo único que le faltó al periodo 1900-1930: la proyección exterior. En la novela es clarísimo: está Álvaro Pombo, Javier Marías…

P. Atribuible a…

R. Al clima de creatividad y ruptura junto a la sensación de desazón y fracaso que se da en la primera Transición, la melancolía por lo que no se ha hecho; sobre esas contradicciones creció eso. Y también al final de las novelas estructuralistas y ese dejarse ya de realismo mágico y empezar a hacer obras como Relatos sobre la falta de sustancia, de Pombo, o Visión del ahogado, de Juan José Millás.

P. Otra santísima trinidad del momento.

R. Pues Pombo, Fernando Savater y Luis García Montero.

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P. Ensayo-novela también lo es Javier Cercas y su Soldados de Salamina o Anatomía de un instante.

R. Sí, marca la narrativa actual: el escritor entra en la realidad y se pinta ahí; aflora su intimidad, el individuo pasa por cosas que no entiende y sale la autoficción. Ahí está Kapuscinski, que no sé si fabuló o no, pero leí El imperio hace poco: soberbio; o el Ian MacEwan de Chesil Beach

Pero es que Baroja y Pla ya hicieron eso en los sesenta.

P. En Soldados de Salamina es clave el autor falangista Rafael Sánchez Mazas. ¿La prevención izquierdista ha provocado injusticias con la literatura fascista?

R. La literatura fascista española, quitando a Ernesto Giménez Caballero, es poco importante. Agustín de Foxá y Sánchez Mazas son escritores de principios de siglo rezagados y los demás, galería de personajes curiosos. Pero convenía estudiarlos y fijarlos. Quizá esa prevención se comió a Manuel Machado como, rota la prevención del éxito, hay que admitir la calidad de Vicente Blasco Ibáñez. Ahora, tampoco hay que llegar hasta el extremo de loar una obra de Foxá como Misión en Bucarest. No es para tanto.

P. ¿También se da el revisionismo en literatura?

R. Hemos logrado ser menos sectarios, pero es que a lo que ocurre con la Historia lo llamaría ya negacionismo. El marco es la refundación de la derecha, que tuvo su ascensión en el aznarismo y ha culminado con la Iglesia católica reclamando que sus mártires de la guerra fueran santos. Y con eso, quieran o no, han replanteado la Guerra Civil. Hubo un pacto de historiadores en la Transición donde ya quedó claro que hubo barbaridades en el bando republicano, siempre se ha sabido lo de Paracuellos… La Iglesia tenía que haberse abstenido.

P. Usted también es culpable de una corriente que defiende que no hay ruptura cultural entre los años treinta y los cincuenta. ¿No vamos muy lejos?

R. Camilo José Cela es heredero de Valle-Inclán y Pío Baroja. Su neocasticismo sólo tenía de nuevo su sentido del negocio literario; la revista Escorial era Cruz y Raya pero sin José Bergamín; Destino copió al catalán Mirador; cierta resistencia cultural silenciosa contactó con el exilio… La historia de la literatura española se ha parcelado demasiado. Eso debe cambiar.

Pero esa historia ya no la hará él.

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Nueve volúmenes

Tres años ha tardado José-Carlos Mainer para acabar la obra. La Historia de la Literatura Española tendrá nueve tomos: Edad Media, a cargo de Juan Manuel Blecua y María Jesús Lacarra; Siglo XVI, Bienvenido Morros; Siglo VII, Pedro Ruiz Pérez; Siglo XVIII, María Dolores Albiac; Siglo XIX, Cecilio Alonso; Modernidad y nacionalismo (1900-1936), José-Carlos Mainer; Siglo XX (1939-2010), Jordi Gracia y Domingo Ródenas; Historia de las ideas literarias en España, José María Pozuelo, y El lugar de la literatura española, Fernando Cabo Aseguinazola.

La sabiduría portátil del desterrado

Los apuntes que Gregorio Marañón escribió en el exilio trazan su retrato intelectual durante la Guerra Civil

JAVIER RODRIGUEZ MARCOS El País – 27/03/2010

Gregorio Marañón y la esposa del político francés Édouard Herriot, por las calles de Toledo el 2 de noviembre de 1932.- ALFONSO (ARCHIVO GREGORIO MARAÑÓN Y BERTRÁN DE LIS)

Es absurdo que en la política se considere como fracaso el principio fundamental de la experimentación: el retirarse cuando se fracasa”. En algún momento entre 1937 y 1942 Gregorio Marañón, de cuya muerte se cumple hoy medio siglo, anotó esta frase con letra microscópica en la libreta que llevaba siempre en el bolsillo. En ella fue consignando una serie de apuntes inéditos que ven ahora la luz con motivo de la exposición Marañón. 1887-1960. Médico, humanista y liberal, que puede verse en la Biblioteca Nacional y que luego viajará a Santander y Toledo.

Oscurecidas por el tiempo, esas hojas contienen tanto la sabiduría portátil de un intelectual poliédrico como las reflexiones de un exiliado. La primera tiene la chispa de los mejores aforismos (“El único medio de tener tiempo para hacer muchas cosas es tener muchas cosas que hacer”. “Las grandes fortunas se hacen aprovechando los céntimos. Las obras copiosas, aprovechando los minutos”). Las segundas son una mezcla de autorretrato y lamento de un miembro, con matices, de la tercera España que se instaló en París para evitar que alguna de las otras dos, como avisó Machado, le helara el corazón. “La revolución es el momento de los fracasados, de los anormales y de los genios. Los hombres normales tienen poco que hacer en ella”, escribió.

Fundador con Ortega y Gasset y Pérez de Ayala de la Agrupación al Servicio de la República, que impulsó la llegada del régimen republicano, Marañón acogió el 14 de abril de 1931 en su despacho de Serrano 43 la mítica reunión en la que el conde de Romanones y Alcalá-Zamora modelaron la transición entre Monarquía y República. Todo se torció para él con la sublevación franquista y con los desordenes que vivió en el Madrid leal en agosto y septiembre de 1936. El asesinato de alguno de sus colaboradores, su paso por las checas y, paradójicamente, la presión para que firmara -sin “gran satisfacción interior”- un manifiesto de adhesión republicana le distanciaron del régimen por el que tanto había luchado y le pusieron en el camino del destierro. “En los que hacen la revolución está el alma ciega de los resentidos; pero en los que se defienden de la revolución ¿no está el alma ciega de los egoístas?”, se lee en una de las notas de su libreta. Y también: “En las luchas sociales, el pueblo no siempre tiene razón; pero es siempre el que tiene más razón para no tenerla”.

Gregorio Marañón era una eminencia en Francia y no tuvo problemas para ejercer la medicina. Desde 1932 era doctor honoris causa por la Sorbona. En 1956 sería nombrado académico el mismo día que Churchill y Eisenhower. En París pudo por tanto vivir sin opulencia pero con la tranquilidad suficiente para trabajar en obras clave como el Manual de diagnóstico etiológico, un clásico de la medicina contemporánea, o su Historia de las emigraciones y destierros políticos en España, que no pasó de proyecto pero que daría lugar a multitud de monografías, entre ellas la mítica Antonio Pérez (el hombre, el drama, la época), su gran aportación a la historiografía española.

Pero también en París cometió un error de apreciación impropio de alguien que un día sacó su cuadernito del bolsillo para apuntar esto: “Ser historiador no es saber la Historia pasada sino comprender la Historia presente”. Como explica Antonio López Vega, director de la Fundación Gregorio Marañón, comisario junto a Juan Pablo Fusi de la exposición de la Biblioteca Nacional y autor de una biografía del médico humanista que verá la luz en septiembre, “Marañón minimizó el peligro que suponía Franco. Pensó que la suya sería una dictadura transitoria como la de Primo de Rivera, a la que él se había opuesto. Por eso, entre 1937 y 1939, y sólo entre esos años, apoyó al bando nacional como mal menor para una España en la que, decía, luchaban dos bandos antidemocráticos: uno que llevaba a una dictadura bolchevique permanente y otro que conducía a la dictadura franquista, que él creía efímera”. Más apuntes del cuadernito parisino. Uno: “El triunfo no es un regalo sino un préstamo que hay que devolver, con intereses usurarios, en forma de generosidad”. Otro: “En la oposición de los hombres frente a los cargos públicos hay una absoluta oposición entre el querer y el deber. El que quiere un puesto es que no debe ocuparlo. El que lo ocupa y lo quiere conservar es que se debe ir (las dictaduras, por ejemplo). El que quiere irse, debe quedarse. Por la magnitud del deseo de irse se mide la necesidad de quedarse”.

El autor de Ensayos liberales, que se consideraba católico de religión pero no de profesión, volvió a España en 1942, año en que se detienen sus anotaciones inéditas. Su ideario estaba ya hecho. Y de él formaba parte fundamental la reivindicación de los exiliados: “Cada mañana, del corazón de cada desterrado, aun del más hostil, nace una oración por su patria. Sin destierro, la Patria perdería sus súbditos más puros”. Además, si su defensa del liberalismo le llevó en 1958 a hacer una declaración contundente a un periódico mexicano -“el actual régimen le viene chico a España”- ya en París, con contundencia similar, había escrito: “Hay hombres que sólo viven a gusto en la oposición. Yo soy uno de ellos. Es como un (masoquismo) social. Pero creo que fecundo. La vida oficial mata toda la iniciativa profunda de los hombres”. Unas hojas antes puede leerse: “Si hay hombres que no tienen la conciencia de que algunas horas de su vida debieran borrarse a toda costa, quisiera conocerlos… para no fiarme de ellos”.

Consciente de que el liberalismo no consiste en carecer de criterio sino en no imponer violentamente el propio, Gregorio Marañón, que lo fue todo en la ciencia y en la cultura, fue también consciente de sus limitaciones: “Los grandes políticos son sólo aquellos que tienen o una fe ilimitada en los hombres o un profundo desprecio por ellos. Esta es la razón por la cual los hombres liberales y humanistas no serán nunca grandes políticos: para ellos, el hombre no merece ni la confianza ni el desprecio, sino simpatía, piedad y comprensión”. –

Gregorio Marañón 1887-1960. Médico, humanista y liberal. Biblioteca Nacional. Madrid. Hasta el 6 de junio. www.bne.es.

“El resultado del poder es siempre la violencia”

WINSTON MANRIQUE SABOGAL El País27/03/2010

Desde hace cinco años le regalan tulipanes amarillos. A su madre, también. Es la forma que han encontrado sus lectores para decirle que les ha gustado el libro y que se sienten orgullosos de que él, György Dragomán, sea uno de los escritores húngaros contemporáneos más prometedores y conocido ya en una veintena de idiomas gracias a El rey blanco (RBA, en español, y La Magrana, en catalán). La historia es la de un niño que relata su descubrimiento frontal con la vida en un país indeterminado donde el miedo y la violencia generada por una dictadura han contaminado a la sociedad. Un país que recuerda a la Rumania tiránica de Nicolae Ceausescu, donde Dragomán (Transilvania, 1973) nació y vivió hasta los 15 años. Lo cuenta en el Café Europa de Budapest, donde sus palabras se agrupan en nueve temas.

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El ‘show’ de Montgomery

Ignacio Molina fue el mejor espía de Hitler en Gibraltar. Los británicos le tendieron una trampa haciéndole creer que un actor era el general inglés. Él picó el anzuelo… y desorientó a los nazis

JESÚS DUVA – El País – 28/03/2010

Un sencillo nicho del cementerio de Algeciras alberga el cadáver de Ignacio Molina Pérez. Ese nombre, junto con la fecha de su muerte (26 de mayo de 1990), es la única inscripción que tiene la lápida de mármol negro. Nada se dice de su empleo de teniente coronel de la Guardia Civil. Y menos aún, claro, de su pertenencia a los servicios de información militar de Franco. Ni que se convirtió en uno de los mejores colaboradores del Abwehr, el órgano de espionaje nazi, en el Campo de Gibraltar. Ni que era primo carnal del notario Blas Infante Pérez de Vargas, el padre de la patria andaluza, que fue fusilado por falangistas al inicio de la Guerra Civil.

El nombre de Ignacio Molina -ni él ni su primo Blas Infante usaron casi nunca el apellido Vargas- ha saltado ahora a la palestra porque el Gobierno de Londres ha decidido hacer públicos dos abultados cartapacios marcados con el sello de top secret. Se guardan en los Archivos Nacionales con la clave numerada KV2/3123. En uno de los documentos se detalla cómo Molina cayó en una trampa que le tendieron los británicos destinada a engañar a los nazis acerca del lugar del desembarco que supondría el principio del fin de la Segunda Guerra Mundial.

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En apoyo a Garzón

CARLOS TEMPRANO DE PABLO El País28/03/2010

Mientras algunos jueces meten en la cárcel a algunos africanos que se ven obligados a vender cedés pirateados para sobrevivir -actualmente hay 96- otros se dedican a blanquear a presuntos y vulgares ladrones enriquecidos a la sombra del poder absoluto aznarista. Es difícil expresar tanta tristeza, frustración y rabia. Apoyándose en la formalidad del Derecho impiden y bloquean la acción de la justicia.

Otros jueces permiten que la ultraderecha franquista -que en otros países sería una formación prohibida- persiga al juez Garzón. ¿Se han vuelto locos? ¿Qué podemos hacer los ciudadanos de a pie para poner freno a esta locura? Juristas y abogados decentes, intelectuales… ¿no podrían crear una plataforma cívica de apoyo a Garzón y de repulsa a esos jueces franquistas? Con tales amigos, parte de la derecha puede seguir robando impunemente y lo más duro, reírse del sistema democrático y de la inmensa mayoría de la ciudadanía de este país.

Y en la sombra más oscura sigue tramando y riéndose el señor Trillo, que se permite aconsejar al juez Baltasar Garzón que se retire. Difícil imaginar mayor cinismo.

La nieta de Companys exige una reparación oficial

Á. PIÑOL / M. ROGER – El País – 27/03/2010

La euforia que mostraron el jueves el presidente catalán, José Montilla, y del consejero de Interior, Joan Saura, por el informe de la fiscalía que considera “nulo” el juicio a Lluís Companys no es compartida, ni de lejos, por la nieta del presidente de la Generalitat republicano asesinado en 1940, Maria Lluïsa Gally. “Esto es un informe técnico, no una declaración oficial”, aclaró ayer Gally desde su residencia en México. Avanzó que la familia “está contenta porque cada vez hay más luz y se ha dado un paso adelante”, aunque añadió: “No queremos que se quede ahí”. Gally exige un paso adelante de la Generalitat para lograr lo que quiere: una declaración oficial que repare la figura de su abuelo.

“La Generalitat me ha dicho que está muy contenta, pero yo les he dicho que no quiero que quede así, quiero que todo el mundo sepa oficialmente lo que le pasó a mi abuelo”, pidió Gally. La nieta de Companys recibió la noticia de Saura, que le remitió el informe de la fiscalía. Gally le respondió que quiere un paso más. De momento, espera respuesta.

La nulidad no basta

La fiscalía quiso dar por cerrado el caso de la condena a muerte del presidente Companys declarando el juicio ilegítimo de acuerdo con los términos de la Ley de la Memoria Histórica. Pero no es suficiente para Maria Lluïsa Gally: “Quiero una declaración oficial que diga que mi abuelo fue secuestrado y asesinado cobardemente por ser el presidente de la Generalitat”. La nieta del que fuera presidente de Cataluña durante la República, fusilado el 15 de octubre de 1940, pide “la dignificación de la figura de Companys”, es decir, la nulidad de los dos juicios que lo condenaron a muerte.

Juristas e historiadores relacionados con el Memorial Democrático, impulsado por el tripartito, en la misma línea que el ex fiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, mostraron su decepción por la decisión adoptada por los fiscales de no apelar la condena ante el Supremo al alegar que la sentencia sólo la puede declarar nula un tribunal. La mayoría confesó, sin embargo, que no les sorprendía la resolución de los fiscales porque viene precedida de un problema político mal resuelto. Pero algo sí les dejó atónitos: que la mayoría de la clase política, salvo Esquerra, haya aplaudido el informe de la fiscalía.

Interior ha indemnizado a 22.000 represaliados por el franquismo

La Fatarella inaugura el centro de interpretación Internacionals a l’Ebre

El País28/03/2010

El Departamento de Interior ha indemnizado a 22.060 represaliados por el franquismo desde el año 2000 con 51 millones de euros, que han servido para reconocer el papel de quienes fueron encarcelados por haber luchado del lado de la legalidad republicana. Sort (Pallars Sobirà) fue ayer escenario del último de los 24 actos de homenaje a los represaliados por el franquismo en los que, desde el 19 de enero, se han entregado 450 diplomas de reconocimiento en una serie de celebraciones a las que han asistido más de 7.000 personas.

Además de las 450 personas que estuvieron en las cárceles franquistas durante la guerra y la posterior represión, decenas de personas han recogido diplomas en nombre de familiares.

El diploma está firmado por el presidente de la Generalitat, José Montilla, y el consejero de Interior, Joan Saura, y reconoce la “contribución a la causa de la libertad y la democracia durante la Guerra Civil y la dictadura franquista” de quienes lo reciben y destaca el compromiso de estos con valores como la “generosidad, dignidad, coraje y amor a la libertad”.

Quienes lo reciben han tenido que demostrar que estuvieron en las cárceles franquistas a través de documentación de archivos militares y de las prisiones, pero también presentando documentos personales como cartas, postales, fotografías o cartillas de vacunación.

Por otra parte, ayer el Consorcio Memorial de los Espacios de la Batalla del Ebro (Comebe, en catalán) inauguró en La Fatarella (Terra Alta) el centro de interpretación histórica Internacionals a l’Ebre, que trata la participación internacional en la Batalla del Ebro. La instalación, que se estrena con un fin de semana de puertas abiertas, está adscrita a la red de espacios del Memorial Democrático y hace hincapié en el movimiento voluntario de combatientes extranjeros que lucharon en la Guerra Civil.

33.832 personas están enterradas con Franco en la mayor fosa común

El Gobierno termina el censo del Valle de los Caídos previo a la exhumación

NATALIA JUNQUERA El País27/03/2010

Francisco Franco, en el centro, el día de la inaguración del monumento y la basílica del Valle de los Caídos, el 1 de abril de 1959.-El Gobierno ya sabe cuántas personas hay enterradas en la mayor fosa común de España, el Valle de los Caídos, o al menos cuántas hay registradas: 33.833, incluido el dictador Francisco Franco. Es el equivalente a los habitantes de la ciudad de Teruel. Como el general, sólo 21.423 están identificadas, según fuentes del Ministerio de Justicia. El resto, figuran como desconocidas.

La elaboración de este censo es el primer paso para autorizar exhumaciones, el deseo de muchas familias de republicanos cuyos restos fueron sacados de la fosa común donde yacían y trasladados al Valle de los Caídos, es decir, enterrados junto a su verdugo, Franco. IU, ERC e ICV instaron al Gobierno en 2008 a elaborar este censo con el fin de devolver los cuerpos a sus familiares. Un año después, el 30 de septiembre de 2009, el Congreso aprobó la iniciativa, a la que se había sumado otra de Na Bai, para cuantificar los restos y facilitar su traslado. El compromiso era tener el censo listo antes de seis meses. Ese plazo expiraba el 31 de marzo.

Ahora, el paso siguiente es que el Ministerio de la Presidencia abra la línea de subvenciones para proyectos de recuperación de la memoria histórica, el mecanismo a través del cual se canalizarán las peticiones de exhumación de los familiares de las víctimas enterradas en el Valle de los Caídos, según las mismas fuentes. Aunque el procedimiento todavía no está en marcha, ya hay cuatro familias que han pedido sacar del mausoleo los restos de sus parientes.

Como Fausto Canales, de 75 años, hijo de Valerico y sobrino de Fidel, dos de los republicanos cuyos cuerpos robó el régimen franquista para alimentar la descomunal cripta con la que quiso inmortalizar su victoria. Lleva siete años intentando corregir “la aberración” que le supone que su padre, fusilado por falangistas, yazca junto a la autoridad que ordenó darle muerte. Vuelve a estar cerca de cumplir su deseo, como en noviembre de 2008, cuando el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz -que sustituía a Baltasar Garzón, de baja- autorizó la exhumación. Pero teme que ahora, como entonces, el proceso vuelva a torcerse: “Ya no me fío. Cuando salga la orden de Presidencia, encontrarán una nueva razón para retrasar esto. El Valle de los Caídos es un enorme tabú. La presión del PP y de la Iglesia es muy fuerte”.

Canales sabe incluso dónde está su padre, “en el columbario 198, piso primero”, porque se lo señaló un benedictino. Si todo sale bien, aún tendría que superar un último obstáculo: algunos expertos creen que el estado de los restos puede impedir su identificación.

Miguel Hernández más a la luz

JESÚS RUIZ MANTILLA –  El País – 26/03/2010

Milicianos. La participación activa en la Guerra Civil fue clave en la vida del poeta. Aquí, en primer término, posa con unos compañeros milicianos en 1937- FOTOGRAFÍAS DE HEREDEROS DE MIGUEL HERNÁNDEZ

Rehabilitado ya por la historia, Miguel Hernández debe vivir en este año de su centenario la reivindicación más justa y luminosa de su figura. El poeta autodidacto, el poeta con tres heridas: la de la vida, la de la muerte y la del amor, ha conseguido el reconocimiento a su martirio tras haber sido arrojado a una muerte que pudo haberse evitado por las autoridades franquistas, como muy bien prueba Eutimio Martín en su biografía publicada por Aguilar.

Pero una vez construida la leyenda y el mito de un autor singular y poco afortunado en vida, caben otros riesgos. Su obra, corta, pero memorable, desde, Perito en lunas a El rayo que no cesa, Labrador de más aire o el Cancionero y romancero de ausencias, fue forjada entre rebaños, cárceles y frentes de guerra.

Alimentada por inspiraciones transparentes de sus lecturas entre místicos, Góngoras y contemporáneos, alentada por verdaderos amigos como Ramón Sijé, José María de Cossio o Vicente Aleixandre y perdonada por otros poetas consagrados de la época que miraban al pastor con aspiraciones líricas por encima del hombro.

Sufrió desprecios y desgracias en vida, desde el hambre y la pobreza que tuvo que soportar por su condición humilde al ninguneo de su categoría por algunos que no querían dejarle entrar en los círculos. Fue por un tiempo fervoroso cristiano y en otro comprometido soldado republicano. Su vida transcurrió a mitad de camino entre muchos bandazos, como hijo de la luz y de la sombra.

Que la posteridad no le manche ni le humille ahora tampoco. Que la gestión de sus derechos por parte de los herederos y esa oscura marca que los gestiona a través de la Sociedad Centenario Miguel Hernández no den al traste por ceguera con la justa y necesaria celebración de su obra. Que salga todo lo bueno a la luz y regatee por una vez las sombras. Sobre todo las de la explotación avariciosa de su limpio legado.

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El nombre de Miguel Hernández, oficialmente limpio

El Gobierno reconoce la injusticia de la condena del franquismo al poeta.- La familia pide que anule la sentencia de muerte

EZEQUIEL MOLTÓ El País26/03/2010

Sol mediterráneo
Sol mediterráneo. El poeta Miguel Hernández, en una fotografía tomada en Cartagena (Murcia) en el año 1933- FOTOGRAFÍAS DE HEREDEROS DE MIGUEL HERNÁNDEZ

Al inicio del año del centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández el Gobierno declara oficialmente la reparación y su reconocimiento personal. Y lo hizo este viernes en la Universidad de Alicante. Ha sido un acto “breve y transcendente”, en palabras del poeta Marcos Ana, que compartió cárcel con el poeta, en el que han querido estar presentes la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega y los ministros de Justicia y la de Cultura.

Pero es sólo el primer paso. Lucía Izquierdo, nuera del poeta y heredera legal, aprovechando la presencia del ministro, Francisco Caamaño, ha recordado que pretenden conseguir “que se anule la injusta condena a muerte que está vigente, y pesa como una losa”. Y confía en que esta nulidad, que debe validar el Tribunal Supremo, se produzca antes de que concluya el año del centenario.

Acto seguido, De la Vega entregó la Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal a los familiares del poeta Miguel Hernández, en virtud de la Ley de Memoria Histórica. La nuera y la nieta del poeta, María José Hernández, se emocionaron por la ovación y el reconocimiento que llega justo dos días antes del aniversario de su fallecimiento en prisión, el 28 de marzo de 1942.

La declaración del Gobierno destaca que Miguel Hernández, poeta de la generación de 1936, fue un “defensor de la libertad y de los valores democráticos en momentos dolorosos de nuestra historia”. En este contexto, el poeta padeció persecución y privación de libertad por razones políticas e ideológicas. Así, tal y como recoge el documento, “ingresó injustamente en prisión el 4 de mayo de 1939 y fue condenado a muerte en virtud de una sentencia dictada, sin las debidas garantías por el ilegítimo Consejo de Guerra”. Esta pena fue finalmente conmutada por la de reclusión mayor. No obstante, el literato falleció por la precaria salud derivada de las infrahumanas condiciones de la celda en que se encontraba recluido.

“Un genio artístico”

En su intervención, la vicepresidenta primera puso en valor la figura de Miguel Hernández a quien se refirió como “un genio artístico que supo levantarse contra generaciones de prejuicios, que siempre entendió que la propia libertad se construye desde el compromiso y que amó como pocos a su tierra y a los que habitan en ella”.

Por este motivo señaló la necesidad de reconocer y rehabilitar su memoria, a través de la Ley por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura.

Según la vicepresidenta, aunque “hay quienes dicen, muy fríamente, que no es algo necesario”, esta norma “se hacía más necesaria, era más urgente, porque demasiada gente, durante demasiado tiempo ha visto relegada, cuando no olvidada, su memoria”.

En la ceremonia, han acudido además de los dos ministros, el Presidente Ejecutivo de la Comisión Nacional del Centenario de Miguel Hernández, José Carlos Rovira y el rector de la universidad de Alicante, Ignacio Jiménez Raneda y los alcaldes de Elche y la alcaldesa de Orihuela, además de una nutrida representación de la Comisión para la recuperación de la Memoria Histórica de Alicante.

Modelo de la declaración de reparación y reconocimiento personal que concede el Ministerio de Justicia a los represaliados del franquismo-

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