El cubano Fariñas rechaza la oferta de acogimiento en España

Granma califica de “chantaje” la huelga de hambre del disidente. -El opositor demanda la liberación de 23 presos políticos enfermos y asegura que llegará “hasta las últimas consecuencias”

MAURICIO VICENT – El País 08/03/2010

Si quiere morirse, que se muera: el Gobierno cubano no acepta “chantajes”. Ésta es, en esencia, la respuesta del diario Granma a la huelga de hambre que mantiene desde hace dos semanas el disidente Guillermo Fariñas en la ciudad de Santa Clara. El opositor, que demanda la liberación de 23 presos políticos enfermos, ha asegurado que si el régimen no realiza un “gesto humanitario”, llegará “hasta las últimas consecuencias”.

Fariñas ha recibido hoy la visita de un diplomático español que le ha transmitido la decisión del Gobierno cubano de permitirle salir hacia España. El disidente ha rechazado la propuesta y ha insistido en que sería mejor liberar a los presos políticos enfermos. Únicamente aceptaría viajar a España si se le niega la atención en los hospitales cubanos cuando sufra un colapso.

Granma ha publicado un artículo que resume la posición oficial sobre el caso: Fariñas es un “mercenario” al servicio de Estados Unidos, como todos los opositores. Antes de convertirse en un “contrarrevolucionario”, subraya, Fariñas fue delincuente común, sancionado por hechos violentos. El diario oficial concluye que existe una campaña de prensa “orquestada por el enemigo” para desprestigiar la revolución.

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El juez Varela rechaza practicar las pruebas pedidas por Garzón hasta que el Supremo resuelva la apelación

El magistrado imputó al juez de la Audiencia Nacional por prevaricación por investigar los crímenes del franquismo

JULIO M. LÁZARO El País08/03/2010

El juez del Tribunal Supremo Luciano Varela, que ha imputado un delito de prevaricación al magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por investigar los crímenes del franquismo, ha decidido no pronunciarse sobre las pruebas solicitadas por Garzón hasta que el Supremo resuelva el recurso de apelación contra la continuación del procedimiento, según un auto notificado hoy. El juez Varela ha tardado un mes en contestar a la petición de pruebas.

Entre las pruebas solicitadas por el abogado de Garzón, Gonzalo Martínez-Fresneda, figura la declaración de juristas internacionales, como la fiscal del Tribunal Penal Internacional Carla del Ponte, que acusó a Slodoban Milosevic; el juez chileno Juan Guzmán, que abrió procesos a Pinochet; Eugenio Raúl Zaffaroni, uno de los jueces que declaró inconstitucional la ley de punto final en Argentina; Hugo Relva, coordinador de justicia de Amnistía Internacional; Sergio García Ramírez, magistrado de la Corte Internacional, y Eduardo Freile, presidente de la Cámara Federal de Buenos Aires y autor de resoluciones contra las leyes de punto final en Argentina.

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El juez Varela recaba el respaldo del Supremo para liquidar a Garzón

Andalucía recupera la memoria de las mujeres represaliadas

La Junta concederá una ayuda de 1.800 euros a las que puedan acreditar las vejaciones a las que fueron sometidas por el franquismo

M. PLANELLES El País08/03/2010

La Consejería de Justicia andaluza prepara un decreto para conceder indemnizaciones a las mujeres que fueron vejadas y violadas durante la Guerra Civil y la dictadura de Francisco Franco. Está previsto que en unos dos meses se complete la tramitación del texto. El decreto incluirá una ayuda única de 1.800 euros para las mujeres que puedan acreditar los ataques contra su honor, imagen e intimidad.

La consejera de Justicia, Begoña Álvarez, ha recordado hoy como a muchas mujeres se les rapó el pelo, se les obligó a beber aceite de ricino o fueron violadas como escarmiento por haber defendido la República. Y como se obligaba a las mujeres a entrar en la cárcel con sus hijos: “Tuvieron que soportar como morían sus hijos por no tener ni medicamentos ni ropa”.

“Los militares no llegaron en un platillo volador”

CAMILO SÁNCHEZ El País08/03/2010

Foto: El escritor Eduardo Sacheri.-

Eduardo Sacheri (Buenos Aires, 1967) tuvo que tomar sedantes antes de volar de Buenos Aires a Madrid. Nada en el mundo le aterroriza más que subirse a un avión. Fueron, sin embargo, 12 horas bien remuneradas para el autor de la novela El secreto de sus ojos: la versión cinematográfica, dirigida por Juan José Campanella, lograba dos Goya (mejor película latinoamericana y mejor actriz revelación). Esta madrugada, además, tenía la posibilidad de ganar un Oscar como mejor película en habla no inglesa.

Sacheri es el guionista de un thriller judicial situado en 1974. Al preguntarle qué pueden aportar hoy las historias que sobrevuelan las dictaduras latinoamericanas responde: “El tema de la antesala del horror, el antes. Los años anteriores a la dictadura. Se repasa mucho la historia de los años de la tragedia y muy poco el proceso por el que pasa una sociedad antes de llegar allí. Hay que entender que los militares de la dictadura argentina no llegaron en un platillo volador”.

Heredero de narradores como Oswaldo Soriano o Roberto Fontanarrosa, compatriotas suyos, Sacheri reconoce que el boom que la película le ha dado a la novela es “alentador”. “En el mundo editorial carecemos de toda esta vidriera estrepitosa con la que cuentan los medios audiovisuales”. Reconoce, no obstante, que pasó por un proceso de asimilación: “La disyuntiva era encerrarme en el duelo de lo que se iba a ir perdiendo en la película, o tomarlo como una oportunidad de que millones de personas llegaran a mi libro”.

Campanella supo de Sacheri porque había leído unos cuentos suyos sobre fútbol, publicados en 2005. Un año después, el director le llamó para proponerle adaptar al cine El secreto de sus ojos. La escritura del guión estuvo precedida por un sinnúmero de forcejeos, que según el escritor, enriquecieron el producto final. “Juan nunca impuso ni su prestigio ni su responsabilidad como autor último de la película”.

Licenciado en Historia, Sacheri empezó de funcionario de juzgados en Buenos Aires, al igual que Benjamín Espósito, personaje interpretado por Ricardo Darín en la película. Sacheri recuerda con “cariño” los días que pasaba entre resmas de papel, sellos de oficina y documentos judiciales. “Hay algo que intenté respetar de mi experiencia en el ámbito judicial, y es este pequeño grupo de personas honestas tratando de hacer las cosas bien en medio de un caos que los excede. Eso lo viví con un pequeño grupo de cinco personas que decíamos ‘me voy a leer este expediente hasta quemarme las pestañas, a ver si encuentro una prueba’. La tentación de toda oficina burocrática era sacrificarse lo menos posible”. Después de una pausa añade: “creo que los argentinos, ni en los años setenta durante la dictadura, ni en los ochenta, ni ahora, hemos tenido un sistema judicial demasiado fiable”. La eterna cuestión de tomarse la justicia por su mano es uno de los temas centrales de la historia. “Me inquieta mucho ese camino trágico que emprenden las personas que deciden actuar al margen de la ley. Es un camino tortuoso y doloroso que difícilmente tiene consecuencias felices”.

Sacheri ya trabaja en un nuevo proyecto con Campanella: una película de animación basada en un cuento de Roberto Fontanarrosa. La historia está inspirada en un jugador de futbolín.

Suspiros de España

Para acompañar la lectura de Soldados de Salamina, os dejo aquí “Suspiros de España” de la película Soldados de Salamina (2003) de Fernando Trueba. Si alguien quiere ver la película, la tengo en el despacho.

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=0cGU0QTLYUE]

Resumen del trabajo final

Rebeca

En mi trabajo “La guerra civil española en la literatura gallega” trataré de explicar, por un lado, cómo repercutió este hecho histórico en la producción literaria de Galicia y, por otro, cómo se ha tratado este tema en la narrativa gallega de las últimas décadas. Para ello, haré un breve recorrido por las etapas más representativas que vivió la literatura gallega a lo largo de su historia hasta el comienzo de la Guerra, durante, y después de ella.

En la primera parte me centraré en cómo fue la evolución desde sus orígenes hasta la llegada de la Guerra Civil y con ella la represión y la censura. Aquí, únicamente se mencionarán algunos conceptos clave como son, por ejemplo, los Séculos Escuros, el Rexurdimento, las Irmandades da Fala o la Xeración Nós, sin olvidar mencionar figuras tan importantes para la literatura gallega como Rosalía de Castro, Castelao o Eduardo Blanco Amor.

La siguiente etapa que abordaré será de 1936 a 1975, es decir, desde el comienzo de la Guerra hasta el final de la dictadura franquista. En este apartado, me centraré principalmente en la repercusión que tuvieron estos dos acontecimientos en la producción literaria.

Por último, hablaré sobre la narrativa gallega de finales del siglo XX, centrándome exclusivamente en los principales autores y obras que han tratado el tema de la Guerra Civil. Además de mencionar las novelas más conocidas y hablar un poco sobre su argumento, haré un análisis un poco más detallado de dos o tres de las novelas más importantes.

“La Guerra Civil en Asturias la hicieron los obreros”

La asociación Todos los nombres recopila los nombres de 20.500 víctimas de la represión franquista en Asturias

Foto de archivo de una fosa común en Villamediana, Palencia. MÓNICA PATXOT

HENRIQUE MARIÑO – Público – 06/03/2010 21:30

“No se trataba de un ejército regular sino de grupos de obreros que salieron a morir sólo para luchar por la legalidad vigente. Murieron en combate pero no llegaron a ser soldados”. Luis Miguel Cuervo hace el recuento de las víctimas de la represión franquista en su tierra y le salen unas 35.000 personas. De ellas, 20.500 ya están recogidas en Todos los nombres de Asturias, un proyecto surgido hace tres años que pretende recuperar las identidades de los  represaliados por el Franquismo, pero también de los caídos en la lucha que cita al principio.

Un mero repaso de los nombres desvela precisamente que muchos fallecieron en combate, pero Cuervo insiste en que son tan víctimas como los paseados, los ajusticiados o los que dieron su último haliento entre rejas. “La Guerra Civil en Asturias la hicieron los obreros”, asegura el presidente de la asociación homónima responsable de la recogida de los datos, que en su día se personó como acusación particular en la causa del juez Baltasar Garzón contra el franquismo por crímenes contra la humanidad.

La iniciativa —que se ha extendido a otras comunidades como Andalucía o Galicia, con su trabajo Voces e Nomes— recopila sus nombres y apellidos, edad, estado civil, profesión, nombre de los padres, lugar de nacimiento y residencia, fecha de la defunción y causa de la muerte. “La web nació con 5.000 nombres y ahora llevamos más de 20.000″, explica Cuervo, aunque todavía faltan por añadir los de muchas víctimas, así como completar las fichas existentes. “En total, al margen de las cifras recogidas, calculamos que en total hubo más de 17.000 muertos en combate, 4.000 ajusticiados despues de ser sometidos a la farsa de los juicios franquistas (consejos de guerra, agarrotados o fusilados) y 12.000 paseados. Además, otras 2.000 personas perecieron por sus malas condiciones de vida en campos de trabajo, cárceles y batallones de trabajadores”.

– Empezaron con 5.000 nombres y enviaron unos 17.500 a Garzón. ¿Cuántos esperan recopilar?

– Ahora tenemos 20.500, aunque nacimos con 5.000. Nos falta muchísimo, porque calculamos que hubo 35.000 víctimas. Hablamos de gente muerta en Asturias (nacida aquí o fuera) y de asturianos muertos en otras regiones españolas y en el extranjero.

– Al contrario que el estudio realizado en Galicia, que sólo recoge a los represaliados, ustedes incluyen a los muertos en combate.

– En Galicia no hubo Guerra Civil. En Asturias, sí, y duró 15 meses. Los órganos de poder y el Ejército quedaron en manos de los sublevados. Entonces hubo muchos obreros que salieron a defender a la República y murieron. Les hicieron frente, pero no eran militares sino milicias populares que defendían la legalidad vigente. No sería justo dejar fuera a la gente normal, que estaba en su casa tan tranquila y decidió proteger el régimen establecido.

– ¿Cómo se vivió el alzamiento nacional?

– Asturias tuvo que soportar una invasión desde Galicia y desde León. Fue parada por grupos de obreros, que sitiaron Oviedo, donde estaba concentrado el Ejército, y los cuarteles militares de Gijón. Los obreros hicieron un cerco en la capital durante 15 meses y conquistaron los cuarteles de Gijón, hasta que Franco se hizo con el poder. Pero nuestro estudio no se queda en esa época: llega a la Segunda Guerra Mundial y abarca a los que fallecieron en los campos de concentración nazis.

– Entre las víctimas en combate, además de los obreros, ¿no hubo militares?

– Los fieles a la República serían un puñado, unas pocas docenas. Más que nada, unos 150 guardias de asalto de Gijón y unos 250 carabineros que estaban por la zona de la costa, que fue fiel a la Republica. Y algunos comprometidos con ella, claro.

– ¿Tienen cifras de los desaparecidos?

– Hay dos tipos. Por una parte, los paseados, asesinados y enterrados en fosas comunes. Son unos 7.000 y, sólo en Gijón, hay 2.000 personas en una única fosa común; en la del cementerio de Oviedo, 1.400; en la de Turón (Mieres), 500; en Grado, 500, y luego hay cientos de ellas en Asturias. Por otra, habría que añadir que, cuando se desmorona el frente de Asturias, pasan por las armas a cientos de milicianos en las trincheras, que son tapados con tierra allí mismo. Las trincheras se van utilizando a lo largo de la represión franquista como fosas comunes. Se aprovechan para no tener que cavar.

– ¿Cómo surgió el proyecto, el primero en España, según ustedes?

– Empecé buscando datos familiares hace bastantes años. Cada vez que encontraba con algún fallecido, cogí la costumbre de apuntarlo. Cuando me di cuenta, tenía cientos de informaciones de personas fallecidas. La denominación Todos los nombres se va extendiendo y, ahora mismo, hay iniciativas similares en Andalucía, Valladolid, Galicia, Catalunya… Tenemos socios en toda España, alrededor de un centenar, así como una delegación en Francia, compuesta en su mayoría por descendientes de asturianos.

– ¿Cuándo darán por terminado su trabajo?

– Falta la última fase, cuando las familias completan la base de datos. Por ejemplo, una persona entra en la web, ve que en la ficha de su abuelo no consta el sitio donde nació y nos manda todo lo que falta. Nos está escribiendo bastante gente y, cuando lo completemos dentro de unos meses, publicaremos el listado en papel. Editaremos un libro a precio de coste para que pueda ser consultado por la gente mayor que no accede a Internet.