Un libro desentraña las protestas estudiantiles en el franquismo

D. SALGADO El País06/04/2010

No todo fueron 25 años de paz. Por debajo del eslogan urdido por el entonces ministro Manuel Fraga para conmemorar la victoria franquista en la Guerra Civil, hubo resistencia guerrillera en los montes, huelgas obrerars, protestas estudiantiles. Del inconformismo universitario entre 1939 y 1968, pero en Galicia, trata Inmunda escoria, el libro de Ricardo Gurriarán que Xerais acaba de colocar en la calle en colaboración con la Fundación 10 de Marzo.

“El título procede de un editorial que el Abc dedico a los estudiantes”, explica Gurriarán (O Barco, 1953) “y que un alumno utilizó para atacar, en el periódico local, a los estudiantes compostelanos”. Aquel artículo provocó una quema de diarios ante la sede del rotativo. Era enero de 1968 y la hoguera se convirtió “en el primer acto con contenido político del año”. La huelga que empezó en marzo anticipó, en la universidad de la capital gallega, la oleada insurgente que recorrería el mundo occidental y afectó a 6.000 matriculados.

Pero Inmunda escoria, pese a las restricciones de la ley española sobre archivos, arranca su relato con la primera revuelta de la Universidad compostelana: en el curso 1942-1943 y promovida por la Falange contra un rector de veleidades monárquicas, Carlos Ruiz del Castillo. Facturado a partir de 120 entrevistas y bibliografía sobre los movimientos estudiantiles periféricos, el volumen se presenta mañana a 19.30 en Fonseca (Santiago). Asistirá un ilustre sesentayochista, el presidente asturiano Vicente Álvarez Areces.

Memoria y sexualidad de las mujeres bajo el franquismo

Hoyesarte.com – Martes, 30 de Marzo de 2010

Entre los días 5 y 9 de abril tendrá lugar en el Museo Reina Sofía de Madrid y en el Centro de Escuelas Pías de la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) el seminario internacional Memoria y sexualidad de las mujeres bajo el franquismo, una cita que se completará con la proyección de distintos documentales durante el fin de semana del 10 y 11 de abril.

El seminario tiene como objetivo poner voz, rostros, sonidos, imágenes y texto a los diferentes testimonios registrados sobre el tema y silenciados durante una época en la que la vida sexual de la mujer sólo tenía dos vertientes posibles: la supeditación al marido en el ámbito del hogar o la prostitución.

Las temáticas de las charlas será variada y abordará aspectos importantes como el lesbianismo durante el régimen de Franco, la sexualidad y las presas en las cárceles franquistas a través de la figura de Carlota O’Neill, la prostitución, la educación de las élites femeninas de la mano de las monjas del Sagrado Corazón o los distintos modelos de mujer bajo la dictadura según la Sección Femenina.

Creación de nuevos modelos

Destacable es también la ponencia sobre la figura de Serrano Vicéns, médico de familia de la época que realizó centenares de encuestas a mujeres sobre su vida íntima y que constató realidades calificadas por él mismo de “sorprendentes”, como relaciones sexuales con otros hombres e incluso con mujeres.

Con todo ello se busca reflejar cómo el franquismo, además de reprimir la vida sexual de las mujeres a través de la moral católica, la vigilancia social y la censura pública, actuaba como creador de nuevos modelos y subjetividades en torno a la figura femenina.

El seminario concluirá con la lectura dramatizada del texto de Carlota O’Neill Los que no pudieron huir, bajo la dirección de Javier Hernández-Simón y presentado por Juan Antonio Hormigón, director de escena y escritor. Durante el fin de semana se proyectarán los documentales El exilio de Carlota O’Neill, Vidas de lesbianas en el primer franquismo, El alegre Paralelo, Los niños perdidos del franquismo, 1ª Parte y La sección femenina.

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Información sobre el seminario y el programa

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=onWNHrUuWjw]

IU advierte de que la inhabilitación de Garzón provocaría una “reacción popular masiva”

Avisa al PSOE de que al no querer reformar la Ley Electoral “ha abierto la puerta a que Rajoy llegue a La Moncloa”

Público – 03/04/2010

Se puede decir más alto pero no más claro. El coordinador federal de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara, aseguró hoy que desea que el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón no sea inhabilitado y “pueda continuar ejerciendo la acción que emprendió para sentar en el banquillo a los crímenes del franquismo”, si bien vaticinó que en caso de que eso suceda habrá una “conmoción en la gente demócrata de este país”, acompañada de una “reacción popular masiva”.

“Va a haber una conmoción en la gente demócrata de este país, no sólo la de izquierdas. Esta es una escena que la gente todavía no se la cree. Yo no me la creo, pero vamos a ver los acontecimientos, aunque parece que la transición democrática todavía no ha llegado plenamente a determinados sectores de la judicatura”, planteó el líder de IU en una entrevista con Europa Press.

Según destacó, fue el franquismo el que “llevó a las cunetas a miles de personas que todavía siguen en ellas enterradas sin tener un entierro mínimamente digno”. Añadió que los familiares de esas personas son los que “han pedido justicia, y lo que ha hecho Garzón ha sido hacerse eco de esa posición e intentar llevar adelante un proceso para sentar a los crímenes de ese franquismo en el banquillo y hacer una condena simbólica”.

“Parece que la transición democrática todavía no ha llegado plenamente”

A su juicio, la pretensión de algunos de intentar inhabilitar a Garzón tiene como causa de fondo que “quieren que se siga manteniendo la impunidad de los crímenes franquistas en España, contrariamente a lo que ha pasado en países como Argentina o Alemania, donde la opinión pública y sus democracias se han reconciliado perfectamente con su pasado”.

Para Lara, se podría producir una “conmoción” si Garzón es inhabilitado porque se le estaría dando un “hachazo a la democracia española”. Por eso auguró que “habría una reacción popular desde el punto de vista democrático para poner en cuestión una decisión de ese calibre”.

Se le estaría dando un “hachazo a la democracia española”, asegura

“Espero que Garzón no sólo no sea inhabilitado, sino que pueda continuar con esa causa, ya que al Gobierno del PSOE le faltó fuelle para haber tomado una decisión y haber hecho una Ley de Memoria Histórica que realmente consiguiera los objetivos que reivindican las víctimas de aquel pasado y mucha gente que es solidaria con ellas: la verdad, la justicia y la reparación”, señaló. […]

La biografía intelectual de Laín Entralgo

CARLOS GARCÍA GUAL El País – 03/04/2010

Sobre la obra y la personalidad de Pedro Laín Entralgo han escrito muy bien y desde varios enfoques algunos de sus discípulos y otros estudiosos. En su larga vida de más de noventa años (1908-2001) Laín ejerció como intelectual de gran prestigio, dejó una producción literaria y científica asombrosamente variada y extensa (media centena de libros y muchísimos ensayos). Fue miembro significativo de la llamada generación del 36 y tuvo un destacado papel en la ideología política durante las etapas iniciales del régimen franquista, para adoptar luego una actitud crítica y liberal. (Como es sabido, estuvo en el bando vencedor, llevado por sus ideas de joven católico y falangista, pero luego su talante conciliador le fue distanciando y enfrentando a la línea dogmática y reaccionaria del franquismo atrincherado en la represión, divergencia que él contó con honda sinceridad en su testimonial y sincero Descargo de conciencia, ya en 1976).

Pero este riguroso estudio biográfico de Diego Gracia, su discípulo de muchos años y su sucesor en la cátedra de Historia de la Medicina, no se centra tanto en trazar su perfil biográfico y social como en ofrecer un análisis a fondo, y una interpretación crítica, de su extensa y significativa “aventura intelectual”. A lo largo de sus setecientas páginas nos va contando, con profusión de citas de sus escritos, etapa por etapa, su trayectoria espiritual y su comprometida evolución ideológica, subrayando lo que fue su vocación y lema permanente de toda una vida: su tenaz “voluntad de comprensión”. Comprender sinceramente a los otros, y a la nación, y al ser humano en su diversidad, y, por añadidura, apostar por la amistad y la esperanza, con una esforzada “voluntad de concordia”. Tal fue, en definitiva, la persistente actitud magnánima y generosa, característica de Laín, a lo largo de su vida. Por ello, por sus gestos y su cultura de amplios horizontes, de ciencias y de letras, se le ha calificado como un “humanista” (“uno de los últimos”), arduo oficio en tiempos de especialistas y dogmáticos.

[leer todo el artículo]

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Voluntad de comprensión. La aventura intelectual de Pedro Laín Entralgo Diego Gracia

Diego Gracia

Triacastela. Madrid, 2009

717 páginas. 39 euros

Defensa de la novela histórica

LUIS GARCÍA JAMBRINA El País – 03/04/2010

Según un reciente estudio realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas, el género literario preferido por los lectores españoles sigue siendo la novela histórica, elegida por el 22,4% del total de las personas encuestadas, dentro de una lista que incluía todo tipo de opciones. Está claro que este gran auge de la novela histórica, durante las últimas décadas, ha propiciado un abuso de esta etiqueta, así como la publicación de un gran número de novelas de ínfima calidad literaria o carentes de todo rigor histórico, con lo que el género se ha banalizado y desprestigiado de tal forma que continuamente está bajo sospecha. Eso explica el desprecio y el rechazo que por él sienten muchos críticos literarios e historiadores. La novela histórica goza, pues, del favor del público, pero cuenta con grandes enemigos y detractores; disfruta de una abundante presencia mediática, pero, a la vez, tiene muy mala prensa.

Naturalmente, dentro de este género, como en cualquier otro, hay de todo, y, al igual que en el mundo de las antigüedades, en ella son muy frecuentes los fraudes y las falsificaciones. Pero también hay muchas novelas pretendidamente vanguardistas, innovadoras o experimentales que están muy mal escritas o llenas de defectos formales y estructurales o que son un puro engaño, un camelo o una filfa. Ahora mismo, sin ir más lejos, se nos están vendiendo como novedades cosas que ya se habían inventado hace justo un siglo, aunque sus autores invoquen referentes más inmediatos. Entre otras cosas, presumen de haber mezclado géneros y modos de discurso, cuando resulta que la novela histórica es, desde sus inicios, un género “mestizo y ambiguo”, “el hijo bastardo de la novela y la historia”, como lo definió no hace mucho Carlos García Gual. Y eso es justamente lo que lo ha hecho tan atractivo y, al mismo tiempo, tan sospechoso.

Por otra parte, no debemos olvidar que una novela histórica es, en primer lugar, una novela y, sólo de manera secundaria o accidental, es histórica, por lo que el adjetivo nunca debe comerse al sustantivo ni ponerse por encima de él. Precisamente, su gran ventaja es que, gracias a la invención y la imaginación, puede llegar allí donde no llega la Historia, y hacerlo, además, de forma más intensa y entretenida. Frente a la supuesta objetividad de la Historia con mayúsculas se alza entonces la verdad o la verosimilitud de la historia de ficción. El secreto está en saber combinar, de forma equilibrada, el rigor histórico con el rigor narrativo, la invención con la documentación, la enseñanza con el disfrute y, por supuesto, la recreación histórica con la creatividad literaria.

Suele decirse que España es un país sin una gran tradición de novela histórica, en comparación con países como Inglaterra o Francia. Tal vez esto se deba a que los españoles casi siempre nos hemos llevado mal con nuestro pasado. Incapaces de verlo con el debido distanciamiento, con ironía o con naturalidad, sólo hablábamos de él para idealizarlo o para denigrarlo de forma maniquea: la Leyenda Blanca o la Leyenda Negra, parece que no cabía otra opción. Por eso, creo que el gran auge que está viviendo ahora este género tiene mucho que ver con lo que podríamos llamar la normalización histórica de España. Al fin y al cabo, la novela histórica nos permite conocer mejor nuestro presente y recuperar la memoria del pasado.

Luis García Jambrina (1960) es profesor de la Universidad de Salamanca y escritor; recientemente ha publicado la novela El manuscrito de piedra (Alfaguara), galardonada con el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza.

Perspectivas

ALMUDENA GRANDES El País – 05/04/2010

Algunas ficciones, y no ficciones, han rescatado últimamente la peripecia de los espías españoles que trabajaron para Londres durante la II Guerra Mundial. Una profunda paradoja envuelve la figura de estos agentes que se jugaron la vida por unos valores -la libertad, las libertades, la democracia parlamentaria- derrotados en su propio país gracias, precisamente, al Gobierno británico. El Comité de No Intervención resultó más decisivo para la victoria de Franco que la ayuda de las potencias del Eje. En España, en 1936, los ingleses no habían encontrado a los españoles dignos de lo que deseaban para sí mismos. En aquella guerra, “el lado correcto” no había sido para Londres el antifascista.

Los juegos de perspectiva siguen produciendo efectos de la misma perversa naturaleza, que a menudo pretenden ampararse bajo el noble abrigo de los principios. No son situaciones cómodas, desde luego, ni deseables para nadie. No existe intemperie más despiadada que aquella a la que nos exponen los nuestros, gentes o movimientos inspirados por la misma fe que profesamos. En esos casos, nada mejor que retorcer la perspectiva para situarse en el lugar del otro. Entonces, es difícil dudar de que el único “lado correcto” es aquél donde no deseamos para nadie lo que no querríamos para nosotros mismos.

Para situarse en esa posición, no es preciso traicionar nada, renunciar a los viejos ideales ni entregarse al enemigo, al contrario. El auténtico “lado correcto” es una isla en la que uno siempre está a solas consigo mismo, rodeado por la oceánica incomprensión de los demás. A veces, ese es el único precio que hay que pagar. Otras, no. Duele comprobar cómo la limpia sencillez de esta ecuación, se sigue estrellando una y otra vez con la realidad de Cuba. Extraño colonialismo, el que admite para un país ajeno lo que no toleraría en el propio.

Suomalaisdiplomaatti auttoi yli tuhat chileläistä maasta 1970-luvulla

Helsingin Sanomat – 3.4.2010 – Jaakko Lyytinen

Suomen asiainhoitajana Chilessä 1973 vallankaappauksen aikana  toiminut Tapani Brotherus.

Suomen asiainhoitajana Chilessä 1973 vallankaappauksen aikana toiminut Tapani Brotherus. Vesa Oja.

// <![CDATA[// // <![CDATA[// Chilen maavoimien komentaja kenraali Pinochet on ilmoittanut klo 09.00 asevoimien ottaneen vallan Chilessä. Edustusto joudutaan sulkemaan turvallisuussyistä.

Suomen Chilen-edustuston asiainhoitaja Tapani Brotherus, 35, on kuullut uutisen heti aamulla ja näppäilee telex-viestin ulkoministeriöön Helsinkiin. Lähetystön kakkosmies Ilkka Jaamala on jo saapunut toimistolle Santiagon keskustaan, mutta Brotherus tavoittaa hänet puhelimella. Jaamala pakenee kuplavolkkarillaan halki pääkaupungin, jonka kaduille tankit vyöryvät. Sotilaat ammuskelevat ja pystyttävät katusulkuja.

On tiistai 11. syyskuuta 1973, ja Chilessä on tapahtunut se, mitä on pelätty viikkojen ajan. Sotilaat ovat kaapanneet vallan vasemmistolaiselta presidentiltä Salvador Allendelta, joka on ehtinyt hallita Chileä kolme vuotta.

Puoliltapäivin hävittäjät alkavat pommittaa presidentin palatsia La Monedaa, jonka vieressä sijaitsee Suomen edustusto. Sitten palatsin uumenissa kajahtaa laukaus: Allende on ampunut itseään.

Juntta aloittaa laajat pidätykset, mutta niistä tihkuu tietoa vain niukasti, sillä yhteydet ulkomaailmaan on katkaistu.

Mutta eivät kaikki. Ruotsin lähetystöllä on generaattori ja radioaalloilla toimiva telex, jonka avulla Brotherus saa lähetetyksi kaappauspäivän iltana Suomeen vielä lyhyen viestin: Olemme turvassa.

Seuraavat päivät ovat kaoottisia. Sotilaat ovat saaneet käytännössä koko maan ja tuotantolaitokset haltuunsa. Torstaina 13. syyskuuta Brotherus viestittää Suomeen: Kuolonuhrien määrää vaikea arvioida. Haavoittuneita on paljon ja radiossa kehotetaan jatkuvasti verenluovuttajia liikkeelle. Pidätettyjen määrä noussee satoihin.

Maahan on julistettu sotatila, puolueet on kielletty ja parlamentti lakkautettu. Vasemmistolaisia on alettu vangita koko maassa. Huhut kertovat kidutuksista.

Pian pidätettyjä on kymmeniätuhansia. Juntta muuttaa stadionit valtaviksi ulkoilmavankiloiksi.

Myöhemmin käy ilmi, että vähintään kolmetuhatta ihmistä kuolee vallankaappauksessa. Maailma seuraa kauhistuneena Chilen tilannetta. Suomessa perustetaan jo vallankaappauspäivänä Suomi–Chile-seura ja heti perään toinenkin Chile-seura.

Vainotut etsivät turvaa Latinalaisen Amerikan maiden lähetystöistä. Myös Ruotsin suurlähettiläs Harald Edelstam ryhtyy ottamaan pakolaisia vastaan. 60-vuotias diplomaatti on tukenut Allendea, ja nyt hänestä tulee juntan äänekäs kriitikko. Toisen maailmansodan aikana Edelstam on pelastanut juutalaisia ja auttanut Norjan vastarintaliikettä, joka on antanut hänelle koodinimen “Musta neilikka”.

Pian ensimmäinen turvapaikanhakija ilmestyy Brotherusten ovelle. Hän on Guillermo Pavez, joka on kolme kuukautta aiemmin johtanut Suomessa vieraillutta kauppavaltuuskuntaa. Nyt Pavez seisoo ovella naama noessa.

Brotherus päästää hänet kotiinsa. Hän tietää, että Suomi on käännyttänyt loikkareita Prahassa ja Havannassa. Ulkoministeriö on antanut tiukan ukaasin: Suomen edustustojen on suhtauduttava turvapaikkapyyntöihin kielteisesti, vaikka niille olisi inhimilliset perusteet. Suomen ulkopoliittisen opin mukaan muiden maiden asioista on pysyttävä erossa.

Silti ratkaisu on Brotherukselle selvä. Pakolaisia on autettava, mutta Suomen linjan takia hän päättää salata tekonsa. Hän lähettää asiasta kyselyn ministeriöön, mutta postittaa sen raskaalla kuriirilla, jonka perillemeno kestää pari kuukautta.

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La foto de José Antonio que Falange quiso manipular

José Antonio, vestido de chaqué para una boda, posó para su amigo, el fotógrafo José Cartagena, en Madrid

TEREIXA CONSTENLA El País03/04/2010

Retrato de José Antonio vestido de chaqué.-

Casi nadie ha visto este retrato. José Antonio Primo de Rivera, vestido de chaqué para una boda, posó para su amigo, el fotógrafo José Cartagena, en su estudio de la calle Montera de Madrid. El fundador de la Falange podría pasar por un actor de Hollywood de los años treinta. Repeinado, elegante, impoluto, demasiado dandy para encarnar el “mártir” en el que le convirtió la Falange tras su muerte en Alicante en 1936.

El líder de la Falange

Retrato de José Antonio realizado por José Cartagena antes de la Guerra Civil.-

La organización pidió al fotógrafo que manipulase las imágenes de aquella sesión para darle un aire más marcial y adusto. “No les gustaban las fotos que había hecho mi padre porque se quejaban de que daba una imagen de señorito”, recuerda José Cartagena hijo. El fotógrafo se negó.

“Estaba dispuesto a cederles las fotos siempre que se respetasen sus originales”, explica su hijo. Así que los dos retratos captados en una fecha incierta, aunque anterior al comienzo de la Guerra Civil, permanecieron inéditos, salvo algunas reproducciones pirateadas sin autorización de Cartagena, que pueden verse con una simple búsqueda en Internet.

El PAÍS publica este domingo en el suplemento diario Madrid un especial sobre la Gran Vía que incluye una entrevista con el pintor Antonio López, que ha regresado al escenario de la obra que inmortalizó la visión de la arteria vacía al amanecer; un paseo con el arquitecto Rafael Moneo, el único premio Pritzker español y autor de la ampliación del Museo del Prado, y una evocación literaria del escritor y periodista Juan Cruz.

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Diario de un poeta en ambulancia

Aparecen las memorias del brigadista James Neugass, perdidas durante medio siglo – El libro aporta una visión vibrante y desengañada de la Guerra Civil española

TEREIXA CONSTENLA – El País – 04/04/2010

James Neugass, afeitándose durante la guerra.- ARCHIVOS DE LA BRIGADA ABRAHAM LINCOLN

James Neugass desoyó a su jefe, Edward K. Barsky. “Tu trabajo es hacer viajes con tu coche y mantener los ojos en la carretera. No tienes que pensar nada ni saber nada”, le había ordenado. Barksy era el Doc, el Mayor, el jefe del primer hospital de campaña montado por los estadounidenses durante la Guerra Civil. Neugass era su chófer, pero también seguía siendo un poeta de origen judío nacido en Nueva Orleans en 1905 que quería saber.

“-Y después, sólo por divertirse, han vuelto para rematar los hospitales y Tarancón. ¿Cuántas bajas ha habido, Doc?

-Cuarenta y ocho muertos y 20 heridos.

-Pero si han salido de la ciudad 60 ambulancias cargadas.

-Te he dicho que 48 muertos y 20 heridos, Jim.

-Pero…”.

Pero Doc le ordenó no pensar ni saber. No convenía a la moral republicana conocer realmente cuántas víctimas había causado un bombardeo aéreo sobre la localidad de Tarancón (Cuenca), sobrevolada por aviones que habían jugado a confundir a la población -niños incluidos- hasta concentrarla en la plaza mayor y empezar a lanzar granadas de mano, metralla de doble calibre y, finalmente, bombas.

Mirada sin ataduras

Fue el primer encuentro de Jim con la guerra. Y Jim, chófer y poeta a la par, anotó minuciosamente los diálogos, las descripciones, las impresiones y las nostalgias que le asaltaron entre noviembre de 1937 y abril de 1938 mientras se ocupaba de trasladar a Barsky de un frente a otro. El diario de aquellos días tiene un título siniestro: La guerra es bella. Una ironía dedicada a Filippo Tommaso Marinetti, fundador del futurismo y fan de Mussolini, que escribió: “La guerra es bella porque enriquece un prado florido con las llameantes orquídeas de las ametralladoras”.

Bajo ese título se esconde un vibrante libro de memorias, que la editorial Papel de Liar pondrá a la venta este mes y que mereció los elogios de Antonio Muñoz Molina: “Nunca es condescendiente, nunca es narcisista y, a diferencia de otros testigos, no tiene intereses políticos o personales que ventilar. Como español cerré el libro con una sensación de gratitud”.

El texto permaneció inédito hasta su publicación en Estados Unidos en 2008. Al regresar a su país, Neugass se casó, tuvo dos hijos, trabajó de ebanista y publicó una novela sobre la historia familiar, Rain of ashes, en junio de 1949. Corría un maccarthismo intimidante, así que silenció su pasado brigadista en España. Tal vez por ello desistió de publicar aquel diario escrito a mano en Madrid, Aragón, Valencia y Barcelona tras alguna frustrada intentona. No tuvo tiempo de volver a la carga. Neugass murió a finales de 1949, en una estación de metro de Greenwich Village, de un ataque al corazón. Se fue su memoria, pero por fortuna la copia mecanografiada enviada a alguna editorial sin grandes expectativas reapareció en una librería de Vermont ¡medio siglo después!

“Esto es lo más importante que me ha sucedido en la vida. Ese hombre era un fantasma para mí”, dijo Jim Neugass, que tenía un año escaso cuando murió su progenitor. El hallazgo ha recuperado un texto valioso para los lectores y ha desvelado un hombre oculto para sus hijos. A los editores estadounidenses Peter N. Carroll y Peter Glazer les pareció una joya y registraron los derechos a nombre de los Archivos de la Brigada Abraham Lincoln, que conserva la memoria de los 2.800 estadounidenses que combatieron en las filas de la República. James Neugass se ofreció como voluntario a la Agencia Médica Americana para la Defensa de la Democracia Española, que reclutó personal sanitario y recaudó dinero para medicinas, ambulancias y alimentos infantiles. El médico Edward K. Barsky fue el alma de la campaña: en un mes puso en marcha un hospital para atender a los heridos en la batalla del Jarama. A partir de noviembre de 1937, Neugass ejerció como su chófer. A disgusto. Conducir una ambulancia tenía poco que ver con sus deseos. “Si no fuera por la vista, podría estar en la Infantería. Lo de conducir una ambulancia todavía me causa vergüenza. No me gusta la tradición literaria e intelectual de ‘me repugna el horror de la guerra y después escribo un libro”.

Reconcomiéndose mientras lleva a Barsky a un lado y otro, Neugass describe al principio el día a día de la retaguardia: un baile cerca de Villa Paz, la mansión de una infanta reconvertida en hospital, donde “movido por la responsabilidad política bailé con Pepita, la más fea”; o su estancia en el hotel Florida, en Madrid, con tarifas que se abaratan conforme las habitaciones se elevan hacia la línea de fuego de los obuses.

Ante la falta de acción bélica, Neugass se detiene con humor y distancia en pequeñas cosas agrandadas por la escasez: dedica dos páginas a la “ética del tabaco”. “No es deshonroso negar la posesión de cualquier cosa que pueda ser fumada, pero es de pésima educación fumar delante de los que no tienen tabaco. Si recibes un cartón entero de casa, lo moralmente justo es distribuir la mitad y esconder el resto”. No rehúye los ajustes de cuentas biográficos que proporciona la guerra. En Utiel (Valencia) duerme con el teniente Arnold Donowa: “Es la primera vez que he compartido habitación con un negro, y más aún una cama. Mi abuelo había tenido esclavos […]. Ambos sabíamos que yo tenía la oportunidad de acabar para siempre con 100 años de prejuicios. Y eso fue lo que hice”.

Acabó con los prejuicios y acabó en la guerra, rescatando heridos bajo los obuses y sabiendo todo lo que quiso saber. Anotó cada uno de los muertos que habían sido sus íntimos durante horas. Vio lo que los historiadores verían: “Los elementos que condicionan la victoria no se debaten en España, sino en Washington, Londres y París”. Asistió al desmoronamiento de la 15ª Brigada. Presintió el fin: “La muerte se acerca. Sus uñas me han rascado el pelo y he olido su enfermizo aliento en mi nuca”. Pero vivió para contarlo. Aunque él no lo sepa.

Ni vestigio del franquismo

Defensa ha eliminado de los cuarteles el 80% de los símbolos de la dictadura – Pendiente de Cultura la estatua de Franco en la base de la Legión en Melilla

MIGUEL GONZÁLEZ El País04/04/2010

Más de tres horas de trabajo de una docena de operarios hicieron falta para trasladar a un almacén de la Armada, el pasado día 18, la estatua ecuestre del general Franco que, entre 1967 y 2002, presidió la Plaza de España de Ferrol, mal llamado de El Caudillo. Durante los últimos ocho años, la mole de seis metros de altura y siete toneladas aguardó en un patio del arsenal a que el Ayuntamiento, su legítimo propietario, decidiera su ubicación definitiva. También es de propiedad municipal el monumento que, de 1964 a 1983, se alzaba ante el Ayuntamiento de Valencia y al que Defensa tuvo que buscar acomodo en Capitanía. A muchos les parecía lógico que los cuarteles fueran el último reducto de los símbolos franquistas a medida que éstos desaparecían, con notable demora, de los espacios públicos de las principales ciudades españolas, casi siempre con el pretexto de una remodelación urbanística.

Esta situación ha cambiado radicalmente con la Ley de la Memoria Histórica de diciembre de 2007, cuyo artículo 15 obliga a todas las Administraciones Públicas a tomar “las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”.

Aunque muchos lo dieran por sentado, incluidos algunos alcaldes, fuentes de Defensa subrayan que los cuarteles no son los lugares más adecuados para conservar símbolos incompatibles con los valores constitucionales que los militares están obligados a proteger, incluso con el sacrificio de su vida.

– 405 objetos en el inventario. El primer paso para aplicar la Ley de la Memoria Histórica fue la elaboración de un catálogo de símbolos franquistas en dependencias militares. En total, se han inventariado 405 objetos, “básicamente, escudos preconstitucionales, placas, bustos, estatuas, vidrieras e inscripciones”, según explicó el pasado día 10 en el Congreso el secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez. La mayoría de estos vestigios (225) se encontraba en instalaciones del Ejército de Tierra, seguidas de las del órgano central (121), Armada (38) y Ejército del Aire (21).

– Más del 80% ejecutado. La eliminación de 321 vestigios (el 80% del total) ya ha concluido y está en ejecución la de otros 80. La solución técnica ha sido diferente en cada caso: el traslado cuando era posible (estatuas), la sustitución (lápidas, escudos) o, en casos extremos, su ocultación a la vista del público. Por ejemplo, se optó por tapar la placa de la fachada del Cuartel General del Ejército del Aire, en Madrid; y se zanjó el asunto suprimiendo la luz que iluminaba unas vidrieras con el escudo preconstitucional en la Academia de Infantería de Toledo.

– 11 objetos amnistiados. La Ley de la Memoria Histórica permite conservar aquellos vestigios que “sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley”. Esto ha permitido a Defensa amnistiar 11 símbolos: un fresco en el Estado Mayor de la Defensa (Madrid); un conjunto escultórico en la Delegación de Defensa en Logroño; sendos escudos en la antigua prisión militar de Mahón, y las comandancias navales de Castellón y Tenerife; unas vidrieras en el Palacio de la Almudaina de Palma y en el cuartel La Rubia en Valladolid; y un grabado en la Escuela Militar de Marín. En la Capitanía de la Armada en San Fernando se salva un ventanal que reproduce el antiguo escudo de la Armada con la corona republicana; y en la base de submarinos de Cartagena, un mural que recuerda a todos los caídos, “con independencia del bando en que militasen”. Se ha descartado quitar el escudo de la antigua hípica de la Academia Militar de Zaragoza porque está previsto demoler el edificio.

– Cuatro consultas a Cultura. En otros cuatro casos, el Ministerio de Defensa ha optado por consultar a la comisión de expertos creada por el Ministerio de Cultura antes de tomar una decisión. Se trata de los escudos ubicados en las fachadas del antiguo Gobierno Militar de Valencia, de la Comandancia General de Melilla y de la Comandancia General del Miño, en Tuy; así como la estatua de Franco en el Acuartelamiento Millán Astray de Melilla. Esta última es la única escultura del dictador que queda en una unidad militar y su presencia se justifica por el hecho de que Franco (representado a caballo cuando era comandante) fue uno de sus fundadores. No parece, sin embargo, que esta razón sea suficiente para que el Ministerio de Cultura avale su valor artístico.

– Ahora, la nomenclatura. Una vez completada la retirada de objetos, el Ministerio de Defensa se propone revisar las denominaciones de instalaciones militares, bases y acuartelamientos. En el Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid hay todavía unas dependencias dedicadas a Carmen Polo, esposa del dictador, y en la base aérea de Talavera la Real (Badajoz) existía una calle con el nombre de Legión Cóndor, un caso único en el mundo de homenaje a la unidad nazi que destruyó Gernika.

– Resistencia y colaboración. La eliminación de los símbolos de la dictadura ha tropezado con la resistencia pasiva de algunos mandos militares, los más apegados al franquismo, pero la tarea -realizada sin estridencias y con parsimonia, a lo largo de más de dos años- ha contado con la colaboración, por convencimiento o disciplina, de la mayoría. Sin ayuda de los cuarteles generales hubiera sido imposible completar ni siquiera el catálogo. “Todo ejército necesita símbolos y héroes a quienes honrar, pero deben ser símbolos de unión y no de división entre los españoles”, subraya un experto en historia militar. Si Franco levantara la cabeza, seguramente se caería del caballo.