Ocaña vuelve a las Ramblas

La Virreina muestra una cara insólita de la vanguardia barcelonesa de los setenta

J. M. MARTÍ FONT El País25/03/2010

Ocaña, con mantilla, en una manifestación gay en 1978 en Barcelona.- PEPE ENCINAS

En la Barcelona -prodigiosa, para algunos- de la década de 1970 hubo un personaje emblemático que la fijó en la memoria colectiva: Ocaña. Ahora, 27 años después de su muerte y en el contexto de una revisión de aquella transición paralela a la transición política, una muestra en el centro de arte La Virreina -en plenas Ramblas, su territorio- descubre a un artista total, más allá de los folclorismos, las provocaciones y las anécdotas. Un atrevimiento que sin duda traerá polémica.

¿Quién era Ocaña? José Pérez Ocaña había nacido en 1947 en Cantillana, un pueblo de la provincia de Sevilla. Su modo de vida, sus hábitos sexuales, le llevaron a emigrar a Barcelona, adonde llegó en 1973, el año del asesinato del almirante Carrero Blanco. Hasta que murió en Sevilla en septiembre de 1983, de un fallo hepático cuando se reponía de las quemaduras que había sufrido en Cantillana al incendiarse el disfraz de sol que lucía en las fiestas, pasó una década. Tiempo suficiente para que, mientras España se transformaba, Ocaña desarrollara su carrera como artista.

Su primer trabajo fue de pintor de paredes. Pronto encontró el caldo de cultivo para dar rienda suelta a su creatividad que se filtraba por todos los rincones de su cotidianidad en una actividad frenética. Por un lado están sus pinturas, extraordinarios cuadros de vírgenes, santos, angelitos, flamencas y procesiones en un peculiar estilo naïf. Pero al mismo tiempo, desarrolla su faceta de transformista -de travestí, en el lenguaje de la época-, de actor y de escenógrafo. Una práctica poliédrica que hoy en día no sorprende a nadie en el mundo del arte, pero que entonces no era tan evidente. Ocaña, para quienes le veían desde fuera, era un pintor naïf, una loca travestida, un activista homosexual y un provocador, pero cada cosa por separado.

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Tui se reconcilia con Sócrates

Los vecinos costean una efigie para sustituir la que fue arrojada al Miño en 1936

SILVIA R. PONTEVEDRA El País24/03/2010

Inauguración de la escultura de Sócrates en Tui, el 3 de mayo de 1936.-

Manuel atiende el móvil a bordo de una barca, en medio del río. Acaba de picar un reo, y resulta que habla tanto que mientras él relata los avatares de Sócrates en Tui su compañero le toma la delantera y pesca no se sabe cuántas truchas. Manuel Vázquez de la Cruz está en el Miño, con la ciudad al fondo, en lo alto, y cuenta que debajo de esas aguas siguen estando, desde julio de 1936, tanto el pedestal de sillares como la cabeza de piedra del filósofo griego que habían tallado Benito Prieto Coussent y sus alumnos de dibujo y modelado en el instituto de segunda enseñanza.

La inauguración, con autoridades provinciales y crónicas floridas en la prensa, tuvo lugar el 3 de mayo de aquel año, y en cuanto estalló la guerra los falangistas del pueblo se apresuraron a decapitar la escultura, de unos 700 kilos, embadurnarla de alquitrán y arrojarla al río. Después, según el pescador, los mismos u otros se ensañaron con el enorme busto de Valle Inclán que había sido instalado en Pontevedra, también obra de Prieto Coussent y sus estudiantes. Lo arrastraron por las calles de la ciudad y terminaron llevándolo hasta A Curota (A Pobra do Caramiñal), donde lo dejaron abandonado.

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“Acusar de prevaricación al juez da ideas a países no democráticos”

J. M. LÁZARO El País24/03/2010

Louis Joinet, magistrado y abogado general emérito de la Corte de Casación Francesa y antiguo Relator Especial de Naciones Unidas, es uno de los integrantes de la misión de solidaridad con el juez Baltasar Garzón organizada por la Federación Internacional de Derechos Humanos. Afirma que él no ha venido para juzgar a la Justicia en España, sino porque defender ahora a Garzón es una “cuestión de principios” y porque le parece paradójico que en un proceso al franquismo al final el procesado sea el juez que lo investigó.

Pregunta. ¿Había conocido usted algún otro caso similar a este?

Respuesta. Hace 20 años, la evolución del Derecho Internacional no habría permitido un caso semejante pero ahora, en América Latina, en Europa, en África, la evolución del Derecho Penal Internacional pasa por investigar y aplicar la justicia allí donde se hayan cometido crímenes graves contra la Humanidad. El papel fundamental en esa evolución fue el caso Pinochet. La situación de Garzón es muy grave por otra razón: en el mundo, en algunos países, los Gobiernos no tienen aprecio por los jueces independientes que investigan por el derecho de las víctimas a la verdad. España es sin duda un país democrático, pero la utilización del delito de prevaricación puede suponer un grave precedente y dar ideas a los dirigentes de países no democráticos.

P. ¿Cree que se puede investigar el franquismo a la luz del Derecho Internacional?

R. En el pasado, el objetivo de la Justicia era identificar a los autores buscando su incriminación o buscar pruebas para un proceso equitativo. Ahora, la Justicia internacional además del objetivo clásico de identificar a los autores, tiene el objetivo de reparación a las víctimas de las desapariciones. Las víctimas tienen derecho a conocer la verdad, qué pasó, cómo y cuándo. Probablemente, todos los autores están muertos, pero las víctimas siguen existiendo y tienen derecho a saber.

P. ¿Usted llevó algún asunto en el que tuviese que investigar desapariciones?

R. Yo fui el segundo juez instructor en el affaire Ben Barka [el disidente marroquí secuestrado en París en 1965 y torturado hasta la muerte en Francia, cuyo cadáver nunca apareció].El general Ufqir y otros secuestradores están muertos y otros fueron condenados, pero el cuerpo de Ben Barka ¿dónde está? Aún hoy, 45 años después, hay un juez instructor en Francia que prosigue las investigaciones del paradero de Ben Barka. Y para su hijo, es fundamental saber dónde está el cuerpo.

P. ¿Qué imagen tiene en Europa el Tribunal Supremo español?

R. Conozco la Justicia española desde los tiempos de Franco. Creo que el Tribunal Supremo español es democrático, pero tiene un problema de formación de los magistrados. Ahora, con la globalización mundial, el juez tiene la obligación de tener en cuenta el Derecho Internacional.

Los símbolos franquistas desaparecen de la Capitanía Militar de Barcelona 35 años después

El edificio del paseo de Colón luce desde hoy el escudo constitucional

JESÚS GARCÍA El País23/03/2010

La fachada del Palacio de Capitanía Militar de Barcelona, en el paseo de Colón, luce el escudo constitucional- TEJEDERAS

La fachada del Palacio de Capitanía Militar de Barcelona, en el paseo de Colón, luce desde hoy el escudo constitucional. Los trabajos de instalación de la placa han durado tres meses y han permitido sustituir, 35 años después de la muerte de Franco, el escudo franquista con el águila, el yugo y las flechas y la leyenda “una, grande y libre”.

El escudo franquista, sin embargo, no ha desaparecido del todo: permanece oculto bajo el nuevo escudo, que ha sido superpuesto. Con esta actuación, el Ministerio de Defensa se ajusta a la ley.

Ahora ya sólo queda una instalación militar con emblemas franquistas: el edificio del Gobierno Militar de Barcelona, en el Portal de la Pau. El águila será sustituida en unos días.

“La literatura no es mi vida”

Toti Martínez de Lezea acaba de publicar ‘La Universal’, su último libro – La novela transcurre en el Madrid de principios del siglo XX

INÉS P. CHÁVARRI El País24/03/2010

La escritora Toti Martínez de Lezea posa en los jardínes de Albia en Bilbao.- Fernando Domingo-Aldama

Toti Martínez de Lezea (Vitoria, 1949) escritora casi, casi por accidente, comenzó en esto de las letras con 50 años, después de que un amigo le retase a escribir un libro. Reconoce que por aquel entonces algo bullía dentro de su cabeza, “si me llega a decir que no era capaz de subir el Everest, efectivamente, le hubiese dicho que no. Con esa edad ya tenía muy claro lo que me hubiese gustado escribir y lo hice”. La escritora tajante, directa y, sobre todo, práctica (“como mujer que soy”) no deja de fumar a lo largo de la entrevista, y todavía no han hecho más que empezar las dos semanas de promoción de La Universal, su último trabajo.

La novela, ambientada en el Madrid de principios del siglo XX, transcurre espacial y temporalmente lejos de su escenario fetiche: la Edad Media. “Las historias me vienen, tengo tendencia a escribir sobre la Edad Media porque me gusta mucho, pero si me ofreces un tema que me pueda interesar, pues me animo”, explica.

Todo empezó cuando le hablaron del tío abuelo que se marchó de Ozaeta a Madrid y montó una pensión y un circo. “No sé más, ni conocí a este pariente, ni a sus descendientes, pero la historia me pareció genial, sencillamente genial, divertida y original”. De ahí nacieron Antonio Ozaeta, dueño de la pensión La Universal, republicano y anticlerical, y sus inquilinos: un anarquista, un abogado sin futuro, una ex prostituta, una vidente y un profesor en paro. Un elenco de desheredados que deciden unirse a la nueva empresa del hostelero; montar un circo para salir del aprieto con asesinato incluido.

Martínez de Lezea con una prolífica obra, ha escrito más de una veintena de libros, trabaja una media de ocho horas al día y sonriente asegura que ha conseguido “hacer de una afición un oficio”. Sin esquemas prefijados, espera siempre que su propia obra le sorprenda. “Me he reído mucho y ya es el colmo. Porque que te rías de lo que escribe otro bueno, pero de lo propio”. Y algo más que humor. La Universal también es una “historia de supervivencia”. Transcurre “en un momento de crisis, como el actual, pero mucho peor. En esa época te morías porque no había medicinas, ni comida, ni sanidad gratuita. Los personajes intentan sobrevivir que ya es bastante y aparece la idea del circo, pero claro, ¿cómo montas un circo?”, detalla.

Autora de bestsellers, asegura no tener miedo a que fracase La Universal. “Lo volvería a intentar y si veo que me vuelve a pasar dos o tres veces más, lo dejo”. Ha hecho de todo. Teatro, televisión y traducción técnica (“algo aburridísimo”), hasta que le dio “por escribir novelas”. Y continúa porque funciona, porque tiene y de sobra, quien le lea, si no, “sólo lo haría por placer, de vez en cuando porque la literatura no es mi vida”.

El Gobierno se vuelca con Miguel Hernández

Tres ministros acudirán al acto de entrega de la declaración de reconocimiento del poeta condenado por el franquismo

EZEQUIEL MOLTÓ El País23/03/2010

Será un acto sencillo, emotivo y cargado de simbolismo para rendir el mejor homenaje al llamado poeta del pueblo con motivo del centenario de su nacimiento. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, entregará el próximo viernes en mano a los familiares del poeta Miguel Hernández la Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal, en virtud de la Ley de Memoria Histórica. Un documento aprobado por el Ministerio de Justicia con el que se rehabilita la memoria y nombre del escritor, que murió en Alicante en 1942 condenado y encarcelado por el régimen franquista. “Para nosotros es importantísimo, todo ha sido tan rápido, y saber que el Gobierno reconoce la figura de Miguel Hernández nos enorgullece a todos”, asegura la nuera del poeta, Lucía Izquierdo. “Pero se trata de un primer paso, queda que los tribunales anulen la condena a muerte que sigue vigente”, agrega. El viernes, además, coincide con el día de la muerte de Miguel Hernández en 1942.

La ceremonia, según han informado hoy fuentes de la Universidad de Alicante, en cuya sede se celebra el acto, contará también con la presencia de los ministros de Justicia, Francisco Caamaño, y la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, así como del rector de la Universidad, Ignacio Jiménez Raneda, y del presidente de la Comisión Ejecutiva del Centenario de Miguel Hernández, José Carlos Rovira.

Por parte del poeta está previsto que recojan el documento oficial de reparación y resarcimiento dos de sus familiares directos, su nieta María José Hernández y su nuera, Lucía Izquierdo.

El poeta Marcos Ana, autor de uno de los primeros homenajes dedicados a Hernández, el celebrado en el penal de Burgos en 1960, ofrecerá una lectura de poemas.

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La justicia y los ciudadanos

ROSA REGÀS, ARIEL DORFMAN, JOSÉ LUIS SAMPEDRO, (80 firmas más y el apoyo del Robert F. Kennedy Center for Justice and Human Rights de Washington) El País – 24/03/2010

Con enorme respeto leemos las declaraciones del presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en defensa de los magistrados de la Sala de lo Penal y queremos acogernos a su propio deseo: “No podemos quebrar”, dice la máxima autoridad judicial, “ese conducto que une a los ciudadanos con la Justicia porque esa confianza en las instituciones es absolutamente necesaria para administrar una justicia recta e imparcial”. Los ciudadanos compartimos enteramente esa preocupación.

En el caso específico del juez Baltasar Garzón, lo que los ciudadanos asumen es el hecho de que por mor de la investigación de dos de los delitos más graves que pueden dañar un sistema democrático, los crímenes contra la humanidad perpetrados en nuestro pasado reciente y la corrupción introducida en estamentos públicos de la nación, se produzca la perversa paradoja de que los presuntos delincuentes erigidos en acusadores conviertan al juez que los investiga en reo.

Por otra parte, los ciudadanos leen en la prensa los nombres propios y apellidos de compañeros del juez Garzón que le profesan conocida y pública animadversión y que, sin embargo, toman parte activa en el procedimiento para su inhabilitación profesional. En respuesta a esta situación, que a muchos parece anómala, tanto los medios de comunicación como eminentes juristas y personalidades españolas y extranjeras hablan de “acoso contra el juez Garzón” y los ciudadanos se afanan en expresar su apoyo y solidaridad.

Las dimensiones de inconcebible acumulación que está tomando el caso, hacen temer que éste pueda llegar hasta los tribunales internacionales.

Una larga y representativa lista de personas de la cultura hemos expresado nuestra preocupación por la gravísima situación que se derivaría de un probable “largo apartamiento” del magistrado Baltasar Garzón de sus funciones; sobre todo porque la sociedad identifica y agradece su dedicación y su lucha contra la delincuencia, el terrorismo y la corrupción económica y política sin distinción de ideologías.

Por eso, reiterando el máximo respeto a las instituciones de la Justicia y para que no se quiebre la confianza deseada, ponemos en ellas la máxima esperanza de que el caso Garzón se resuelva a favor del Derecho en un país en democracia y en contra de la impunidad de los graves delitos perseguidos por el magistrado. Nuestra solidaridad con él se basa en ese mismo espíritu.

Por esto también serán juzgados

No fueron hechos aislados ni situaciones “fuera de control”. Las violaciones, los abusos, las órdenes de desnudarse como parte de los tormentos formaron parte de un plan sistemático durante la represión ilegal de la última dictadura. La violencia sexual, desde esta perspectiva, y gracias a los valientes testimonios de algunas víctimas, podría ser juzgada como un delito de lesa humanidad.

Página 12 – Viernes, 19 de marzo de 2010 – Por Sonia Tessa

Los valientes testimonios de sobrevivientes del terrorismo de Estado han sido, desde la recuperación de la democracia, la llave para descorrer el velo, dar dimensión del terror en el Juicio a las Juntas, buscar los intersticios jurídicos que dejaron las leyes de impunidad y los indultos y, en los últimos años, motorizar los juicios que se multiplican en todo el país. Cada testimonio revive el horror en los cuerpos de esos hombres y mujeres prisioneros del aparato represivo. Muchos relatos incluyen la violencia sexual a la que fueron sometidas especialmente las mujeres, pero también los hombres, en los centros clandestinos de detención. Claro que ponerlo en palabras fue difícil, debieron superar el espanto y la vergüenza para denunciar que los integrantes de las patotas violaban y cometían todo tipo de crímenes contra su integridad sexual. Como parte de la cotidianidad, sin recibir sanciones. Los cuerpos de las mujeres eran campos de batalla, y sumaban un estigma. Dos querellantes en la causa contra Santiago Omar Riveros denunciaron la violencia sexual que sufrieron estando desaparecidas en centros clandestinos de detención de Zárate-Campana, pero el juez federal de San Martín, Juan Yalj, decidió dictar falta de mérito a los acusados por violación por considerar que los abusos sexuales fueron “eventuales” y no merecían la calificación de crímenes de lesa humanidad. La Cámara Federal de esa localidad confirmó la decisión. Alertadas de este fallo, las organizaciones no gubernamentales Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de la Mujer (Cladem) e Insgenar (Instituto de Género, Derecho y Desarrollo) presentaron un amicus curiae (el dictamen de una organización “amiga del tribunal” que tiene interés legítimo probado en la resolución de la causa) ante el juzgado, en el que argumentan que la violencia sexual cometida en los centros clandestinos de detención de la dictadura fueron parte del plan sistemático de represión ilegal, y por lo tanto constituyen delitos de lesa humanidad, imprescriptibles. La sanción de la violencia sexual permitiría dar visibilidad de una práctica que se ensañó con las mujeres por haberse apartado del rol históricamente asignado.

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“La de los hombres fue una búsqueda más silenciosa”

Joaquín Daglio (director) y Juan Vitale (guionista y productor junto a Maximiliano Cerdá y Milena Vidal) entrevistaron a una decena de padres de desaparecidos para saber cuál fue su rol en la búsqueda de sus hijos durante la dictadura

Página 12 – Martes, 23 de marzo de 2010 – Por Oscar Ranzani

Daglio y Vitale sostienen que a los padres de desaparecidos los movilizó que se les acercaran personas de la edad de sus nietos. Imagen: Jorge Larrosa

No es conocido públicamente pero tiene la marca del dolor que le provocaron los asesinos con botas: Rafael Beláustegui, nacido en 1927, es abogado, escritor y un apasionado de la náutica. La dictadura le produjo un desgarro emocional que no cede: tiene tres hijos desaparecidos. En plena época del terrorismo de Estado, Beláustegui tenía que tomar un avión para ir a Córdoba y, casualmente, a la aeronave subió nada menos que Emilio Eduardo Massera. Beláustegui no lo conocía pero no se pudo contener, se sentó a su lado y le dijo: “Disculpe que lo moleste, pero es una oportunidad para mí que no puedo dejar pasar. Yo soy padre de chicos desaparecidos y quizás usted me pueda decir algo”. Mirándolo con desprecio, Massera le contestó: “Bueno, lo que puedo decir es que los chicos, en algún lugar están y, en algún momento, los devolveremos, pero en el momento en que las condiciones lo aseguren. No me pregunte nada más”. “¡Que hijo de puta!”, grita Beláustegui, más de treinta años después, frente a una cámara, para descargarse el dolor que lacera su alma.

El grito de Beláustegui es conmovedor y forma parte de los testimonios del documental Padres de la Plaza, 10 recorridos posibles, de Joaquín Daglio y Juan Vitale (ambos egresados de Diseño e Imagen de Sonido de la UBA) y Maximiliano Cerdá y Milena Vidal (estudiantes de Comunicación de la UBA). El film –que obtuvo Mención Especial del jurado de la Competencia Argentina en el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata– se proyectará hoy a las 19 y a las 21 en el Espacio Incaa Km 0 Gaumont (Rivadavia 1635), a escasas horas del 34º aniversario del golpe de Estado. Su título brinda una aproximación al trabajo que hicieron los realizadores para poder plasmar en la imagen la inquietud que tenían: si las Madres, Abuelas, Hijos y Hermanos se agruparon y formaron organizaciones de derechos humanos, ¿qué pasó con los padres? Entonces, les otorgan voz a diez padres de desaparecidos, quienes cuentan sus vidas y las de sus hijos a través de relatos impactantes.

“Nuestro motor fue esa pregunta, y nuestra idea no es concluirla o dar una respuesta unívoca, sino poder generar otras preguntas y espacios de reflexión”, comenta Joaquín Daglio, encargado de la dirección y de las entrevistas que le dan cuerpo al documental. “Sí podemos decir que los padres siempre estuvieron presentes, que su lucha fue diferente; las Madres asumieron un rol protagónico y su lucha es emblemática. Los padres acompañaron esa lucha, también por una cuestión estratégica, al ver que la lucha de las Madres resultaba tan potente”, agrega Daglio. Y Juan Vitale, productor y guionista junto a Daglio y Maximiliano Cerdá, completa que “fue consensuado”. Vitale asegura que no se produjo un choque de protagonismos “sino que, en su momento, entre todos decidieron que el mejor camino era el protagonismo de las Madres. Y ellos han realizado otro tipo de búsquedas de una manera más silenciosa, por así decirlo”.

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Trailer del documental Padres de la Plaza – 10 Recorridos Posibles:

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=B9AyFvdpd_0]