El héroe sin medalla

El aviador Leocadio Mendiola, famoso por el ataque aéreo sobre la guarida de la Legión Cóndor, jamás recibió la Placa Laureada de Madrid que le concedió la República. Su familia aún lucha para que el Gobierno le reconozca a título póstumo la más alta distinción militar

JESÚS DUVAEl País 14/02/2010

Imagen de Mendiola, en primer plano a la izquierda, junto a otros compañeros.- Foto cedida por su familia

No existe en toda el Arma un ejemplo de constancia en el servicio como el del mayor Mendiola, habida cuenta que vuela desde los comienzos de la guerra ininterrumpidamente”. El teniente coronel Alfonso de los Reyes y González Cárdenas, en funciones de juez instructor, ponía así punto final en la Gaceta de la República del 31 de agosto de 1938 al expediente abierto para determinar si el aviador Leocadio Mendiola Núñez era merecedor de la Placa Laureada de Madrid, la más alta condecoración, por “hechos heroicos realizados por cualquier ciudadano en actos de guerra o considerados como tales”. Y era merecedor. Pero Mendiola, que bombardeó a la Legión Cóndor nazi y al acorazado Deutschland, jamás recibió la medalla, según creía él, “por negligencia o mala fe”.

Un juez del Supremo ve “espíritu de revancha” en la causa contra Garzón

La nieta de Negrín cree que el tribunal “trata de tapar un pasado molesto”

El País15/02/2010

Uno de los compañeros de Luciano Varela -el instructor de la causa contra Baltasar Garzón- en la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Juan Antonio Martín Pallín, considera que la admisión a trámite de las querellas por prevaricación contra el juez de la Audiencia Nacional puede responder “a la existencia de un espíritu de revancha”. En la misma línea, Carmen Negrín, nieta del presidente del Gobierno republicano Juan Negrín, aseguró que el proceso “trata de tapar un pasado que molesta”, lo que daña la imagen de la justicia española en el exterior.

En una entrevista en la Cadena SER, Martín Pallín aseguró que las querellas contra Garzón “nunca debieron admitise a trámite” en el Supremo porque la ley “obliga a los jueces a tutelar a los ciudadanos frente a denuncias infundadas permitiéndoles rechazarlas de plano cuando los hechos no tengan visos de delito sin necesidad de abrir una investigación”.

El magistrado de la Sala Penal del Supremo comparó la investigación del juez de la Audiencia Nacional ahora encausado con las que se desarrollaron en los países que perdieron la II Guerra Mundial. “Alemania e Italia tuvieron problemas exactamente iguales a los nuestros”, recordó Martín Pallín, que aseguró que la investigación del franquismo, por la que se enjuicia a Garzón, “trataba de investigar lo que en esos países se consideraron crímenes contra la humanidad”.

Respecto al reproche del instructor Varela sobre que Garzón no siguió el criterio del fiscal en su investigación sobre las fosas, Martín Pallín adujo que “no tiene ningún fundamento”, ya que el fiscal también se ha opuesto en varias ocasiones a la investigación contra Garzón que impulsa Varela.

Por todas esas razones, el magistrado considera que los ciudadanos pueden creer que el Supremo “actúa por espíritu de revancha” y que este proceso “puede deteriorar algo tan fundamental para el Estado de derecho como es el Tribunal Supremo”. “En el extranjero nadie comprende lo que está pasando en España con Garzón”, concluyó el magistrado.

También Carmen Negrín se mostró preocupada por la imagen que el caso pueda dar fuera de España. La nieta del ex presidente del Gobierno republicano, que fue parte en la causa contra Franco instruida por Garzón, aseguró que esa investigación “representaba una gran molestia, un peligro” para sectores de ultraderecha a los que “no interesa conocer lo que realmente pasó”.

Mala conciencia

Negrín apuntó también a otros factores que pudieran impulsar a suspender al magistrado de la Audiencia Nacional. “Quieren deshacerse de un juez eficaz y que se ha ocupado de temas de corrupción. También quieren tapar el pasado porque no quieren conocerlo, porque molesta, porque debería dar mala conciencia”, añadió.

Otro pronunciamiento destacado a favor del juez fue el del diputado de ICV, Joan Herrera, que consideró la posición del instructor Valera “indigna e indecente por querer sentar en el banquillo de los acusados a quien intenta juzgar los crímenes del franquismo”. Herrera hizo estas declaraciones durante un homenaje a siete fusilados catalanes durante la dictadura.

* * * * * * *

“Malevolencia política”

Profesionales del Derecho y profesores universitarios hicieron públicos ayer dos nuevos manifiestos de solidaridad con Garzón. El primero, promovido por el abogado Ignacio Montejo, manifiesta “la convicción de que su actuación [la del juez de la Audiencia Nacional] ha estado siempre guiada desde la preocupación por el destino de las víctimas y lejos de una conciencia de actuar injustamente”.

Los firmantes, entre los que se encuentra el catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Barcelona, Joan Josep Queralt, subraya que “la distancia entre unas resoluciones jurídicamente discutibles (…) y una actuación prevaricadora es tan grande que sólo puede colmarse desde la malevolencia o desde razones políticas que no deben afectar a la independencia judicial”.

También mostraron su apoyo al juez varios profesores andaluces que rechazan “una posible sanción” a Garzón, “máxime cuando se parte de una denuncia presentada por una asociación sobradamente conocida por su vinculación con el franquismo”. “No se puede acallar la voz de quienes sufrieron esa represión inhabilitando a un juez por pretender investigar aquellos sucesos”.

Murcia atrinchera el Cristo de Monteagudo

El abogado que pidió su retirada recibe amenazas

El Cristo de Monteagudo, en Murcia. pedro j. pacheco

JESÚS PONS – MURCIA – Público – 11/02/2010

La ciudad de Murcia ha salido estos días en tromba en defensa del Cristo de Monteagudo, una enorme figura, erigida en plena dictadura franquista sobre un castillo, que domina con sus brazos abiertos el valle de la capital de la región. La polémica surgió después de que el colectivo de juristas Asociación Preeminencia del Derecho solicitase a la Delegación del Gobierno en Murcia la retirada de la simbólica estatua.

La solicitud, encabezada por el letrado José Luis Mazón, argumenta su petición en la aconfesionalidad del Estado y pide que se proceda a la “retirada de la estatua del fundador del cristianismo” que, desde 1951, “como reliquia del totalitarismo católico impuesto por el régimen de Franco, sobrevive sobre el castillo musulmán de Monteagudo, cuya belleza destroza”.

Se cita, asimismo, la jurisprudencia derivada de la sentencia del Tribunal Europeo de Estrasburgo, que obligó a Italia a retirar los crucifijos de las aulas para garantizar el derecho a la libertad religiosa.

Los representantes de la asociación afirman que “la citada estatua, aparte de constituir una enfermiza incrustación que profana al castillo hispano musulmán del último rey islámico (patrimonio histórico), está ubicada en terrenos de propiedad del Estado, por lo que proyecta la identificación de este con el credo católico del cual dimana”.

Amenazas físicas

La respuesta ha sido contundente. La pedanía de Monteagudo acogerá un pleno municipal para reprobar la actuación del jurista. En redes sociales, como Facebook, han surgido grupos contrarios a la retirada de la estatua. Incluso algunos exaltados han expresado en foros de Internet su intención de agredir físicamente al abogado murciano o de “derrumbar su casa”.

Algunos de estos comentarios ya han sido retirados, pero los hechos han sido puestos en conocimiento de la policía. Algo que no ha impresionado a Mazón, que sostiene que no está “para servir los gustos de nadie ni para buscar los aplausos”, sino para poner en obra los dictados de su propia conciencia. Mazón considera que es “un regalazo del destino y un honor” asumir este caso. “Es la mejor de las causas en las que me he metido”, asegura el abogado.

“Sale a relucir la Murcia atrasada, visceral, irracional y prejuiciosa, esa zaragatera y triste que ora y embiste cuando se digna usar de la cabeza, que decía el poeta Antonio Machado. Casaos con ella que yo no quiero cuentas ni con vosotros ni con ella”, lamenta el abogado.

Mientras, el alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara (PP), ha dicho que no concibe “Monteagudo sin su Cristo”. Por eso, el ayuntamiento acordó ayer solicitar la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) “para defender y proteger el patrimonio cultural de Murcia y preservarlo de cualquieralteración”.

En la misma línea se expresa la portavoz del PSOE, María José Alarcón, para quien el cristo “es un símbolo de un enorme valor sentimental”. “Respeto el trabajo de todo el mundo, pero el intento de Mazón no tiene ni pies ni cabeza”, insiste. Sólo IU apoya esta iniciativa.

Los actos falangistas también incumplen la ley de partidos

La norma impide desde 2002 “homenajear” a los que cometen actos violentos. TVE estudia la continuidad del comentarista Petón

Asistentes al homenaje a la División Azul, celebrado el miércoles en el cementerio de la Almudena. – Reyes Sedano

D. BARCALA / R. VAREA – Público – 12/02/2010

El canto público del Cara al Sol con el saludo fascista, organizado el pasado miércoles por la Hermandad de la División Azul en el cementerio de la Almudena (Madrid), ha provocado un debate político y judicial sobre la legalidad de conmemorar mitos franquistas. Expertos juristas señalan que la ley de partidos podría ser aplicada también para impedir estos actos de exaltación, por tratarse de un delito de apología de la violencia.

La Delegación del Gobierno en Madrid no impidió el acto del miércoles. Tampoco impedirá otro similar que grupos neonazis han convocado para mañana en el mismo recinto. Fuentes de esta institución señalan que el emplazamiento del acto, el cementerio municipal, impide que se tenga que valorar si existe o no el “derecho a manifestación”. La Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid había pedido su prohibición.

La Hermandad de la División Azul convocó el homenaje a los falangistas junto al panteón que este colectivo tiene desde 1991. Las viudas, familiares y simpatizantes de los falangistas conmemoraron el 67 aniversario de la batalla de Krasni Bor, donde miles de españoles murieron en el frente junto a Leningrado.

La ley de partidos aprobada en 2002 señala que un partido “debe ser declarado ilegal” cuando vulnere en sus actuaciones “los principios democráticos”. En concreto, uno de sus artículos obliga a revisar la “trayectoria del partido” y de sus miembros, sus manifestaciones y convocatorias.

“No se tiene en cuenta esta ley ni la Decisión Marco de la UE de 2002” que impide la “banalización de los crímenes” de las dictaduras, señala el profesor de Derecho Penal Internacional de la Universidad de Castilla-La Mancha, Miguel Ángel Rodríguez. Este especialista reclama que se revise la ley de Fundaciones “para impedir las actividades de este tipo de organizaciones”.

El principio que inspira las leyes que ilegalizan los actos y partidos fascistas se inspiran en la protección de los derechos de las víctimas. El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Emilio Silva, cree que en el caso de “ilegalizaciones de otros partidos sí se ha tenido en cuenta el delito de apología de la violencia”.

Sin embargo, el portavoz de la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria, Marcelino Sexmero, cree que estos actos no pueden ser ilegalizados mientras “no sean violentos ni haya consignas contra el Gobierno”. Sexmero añade que la ley de la memoria especifica tan solo la prohibición de estas conmemoraciones de exaltación franquista si se celebran “en el Valle de los Caídos”.

Mientras, la Directora General de la Memoria Democrática de la Generalitat de Catalunya, María Jesús Bono, lamentó que la Policía Nacional no disolviese el canto del Cara al sol en la Almudena por parte de un centenar de simpatizantes al ser un “acto claro de apología del fascismo”. Su homólogo en Andalucía, Juan Gallo, añade que “este tipo de situaciones no suceden en países más sensibles, como Alemania, donde al que levanta el brazo se le encierra”.

[leer todo el artículo]

Nuevo acto ultra en homenaje a la División Azul

La Delegación del Gobierno en Madrid ha informado al fiscal de la convocatoria

Concentración en Madrid, el miércoles. – REYES SEDANO

R.V. – Público – 12/02/2010

El grupo ultra Juventud Patriota de Madrid ha convocado este sábado, a partir de las 18 horas, una concentración para homenajear a las víctimas de la División Azul.

La cita es junto al mismo panteón del cementerio de la Almudena donde, hace tres días, la Hermandad de la División Azul recordó a sus muertos con el canto del Cara al sol y el saludo fascista.

La Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid ha pedido la prohibición de esta concentración, aunque, si nadie lo impide, se desarrollará sin impedimentos. Fuentes de la Delegación del Gobierno de Madrid insistieron hoy en su política de “tolerancia cero” contra los actos de corte fascista y xenófobo en la región.

Esta institución recordó que, a pesar de que la manifestación de esta tarde se celebra en un espacio público como la Almudena, se trata de un cementerio municipal. “Y no tenemos competencias para intervenir ahí”, aseguraron desde Delegación del Gobierno. En cualquier caso, la delegada, Amparo Valcarce, ya ha puesto los hechos en conocimiento del Ministerio Público, que ha pedido la instalación de cámaras de videovigilancia en la zona para actuar en caso necesario. A la concentración de esta tarde también acudirán efectivos de la Policía Nacional.

[leer todo el artículo]

A Satán, atentamente, sus víctimas

Editadas las cartas de los escritores Mijaíl Bulgákov y Evgeni Zamiatin a Stalin

JOAQUÍN ESTEFANÍA El País13/02/2010

Iósif Visarionovich Dzhugashvili

Sorprende en el protagonista de la película El círculo del poder, de Andréi Konchalovski, su ingenuidad en el tratamiento al poder omnímodo de Stalin en los albores de la II Guerra Mundial y al final de los grandes procesos de Moscú contra la oposición de izquierdas y de derechas: el tiempo del Gran Terror en la URSS. Algo de esa ingenuidad y relación masoquista hay también en la correspondencia que establece Mijaíl Bulgákov, el autor de la extraordinaria novela El maestro y Margarita, con Stalin, que encabeza con el familiar saludo “¡Muy estimado Iósif Visarionovich!”, en la que le pide angustiado que cese la persecución que padece y le deje volver a sus novelas, a sus obras de teatro, porque para él no poder escribir equivale a ser enterrado vivo.

Aparecen publicadas ahora estas cartas, así como las del escritor Evgeni Zamiatin (Cartas a Stalin, Editorial Veintisiete Letras), años después de la inmensa labor que hiciera el investigador Vitali Shentalinski, en su extraordinaria trilogía (Esclavos de la libertad, Crimen sin castigo y Denuncia contra Sócrates. Nuevos descubrimientos en los archivos literarios del KGB. Galaxia Gutenberg) contra la amnesia histórica.

Cuando la perestroika abrió en Rusia los primeros horizontes de libertad, Shentalinski se encerró para hacer un estudio de la historia de los escritores durante el periodo soviético que se inicia en 1917. Entró en la Lubianka, sede del KGB en la última reencarnación de los servicios de seguridad soviéticos, y abrió su caja negra para descubrir informes clasificados, documentos que se creían perdidos, obras inéditas de los represaliados: cerca de tres millares de intelectuales.

Lo primero que sorprende en las cartas de Bulgákov y Zamiatin -muy distintas, las del primero más dubitativas; las de Zamiatin más directas- es que apenas piden por su supervivencia, a pesar de que pasan pobreza, frío y privaciones (“los escritores rusos están acostumbrados a pasar hambre”, escribe Zamiatin), sino el cese de las persecuciones y el silencio al que son sometidos por parte de las autoridades, los editores, sus propios camaradas del mundo de la cultura.

[leer todo el artículo]

Jubilar a Garzón por investigar crímenes

JULIÁN CASANOVA El País – 13/02/2010

La sombra de la dictadura de Franco es alargada. No resulta fácil olvidar ese periodo prolongado de autoritarismo, sus miles de asesinatos, sus humillaciones, torturas y violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Pero, precisamente por esas mismas razones, hay también muchas personas que no quieren que se recuerde.

El proceso para suspender de sus funciones al juez Baltasar Garzón es la última proyección oscura que el franquismo nos lanza más de 30 años después de su muerte oficial. Dicen que Garzón tiene pocos amigos en el Consejo General del Poder Judicial, cuya Comisión Permanente es la que ha acordado por unanimidad iniciar los trámites para esa suspensión; que algunos no le perdonan sacar a la luz los trapos sucios del caso Gürtel; y que otros tienen con él viejas disputas que saldar. Pero todo comenzó, recordémoslo, cuando en mayo del año pasado el Tribunal Supremo admitió a trámite una querella contra Garzón por asumir la investigación de los crímenes del franquismo.

La democracia española y sus principales instituciones tienen un serio problema con las historias y recuerdos que afloran de la República, de la Guerra Civil y de la dictadura. Y todo se resume en un déficit de educación democrática y, como consecuencia de él, en la persistencia en el falseamiento de la historia, en no haber sabido poner en marcha políticas públicas de memoria para aprender de ese pasado.

Aprender, por ejemplo, de la Segunda República, un régimen sobre el que se pueden hacer diferentes valoraciones, pero que, en cualquiera de los casos, y comparado con lo que siguió, merece un puesto de honor en la historia de la política del siglo XX español. Nunca lo creyeron así los políticos de la Transición y nadie desde los poderes de la democracia actual se atreve a defenderla, pese a que España fue durante cinco años, el tiempo que los militares golpistas permitieron, una República parlamentaria y constitucional, con elecciones libres, sufragio universal y gobiernos responsables ante las Cortes. Casi nadie recuerda a sus dirigentes, muertos la mayoría de ellos en el exilio, a quienes presidieron sus instituciones, hicieron sus leyes y dieron el voto a todos los ciudadanos, incluidas las mujeres.

España comenzó los años treinta con una República y acabó la década sumida en una dictadura derechista y autoritaria. El discurso del orden, de la patria y de la religión, se impuso al de la democracia, la república y la revolución. La larga dictadura de Franco, que mató, encarceló, torturó y humilló hasta el final, durante cuatro décadas, a los vencidos, resistentes y disidentes, culpó a la República y a sus principales protagonistas de haber causado la guerra, manchó su memoria y con ese recuerdo negativo crecieron millones de españoles en las escuelas nacionales y católicas. Nada hizo la transición a la democracia por recuperar su lado más positivo, el de sus leyes, reformas, sueños y esperanzas, metiendo en un mismo saco a la República, la guerra y la dictadura, un pasado trágico que convenía olvidar.

Bastaron, sin embargo, tres años de guerra para que la sociedad española padeciera una oleada de violencia y desprecio por la vida del otro, por la deshumanización del contrario, sin precedentes. Por mucho que se hable de la violencia que precedió a la Guerra Civil, para tratar de justificar su estallido, está claro que en la historia del siglo XX español hubo un antes y un después del golpe de Estado de julio de 1936. Además, tras el final de la Guerra Civil en 1939, lo que se instaló en España durante mucho tiempo fue una historia de propaganda, mentiras, intimidación y crimen.

El juez Baltasar Garzón pidió investigar las circunstancias de la muerte y el paradero de decenas de miles de víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura de Franco, abandonadas muchas de ellas por sus asesinos en las cunetas de las carreteras, junto a las tapias de los cementerios, enterradas en fosas comunes, asesinadas sin procedimientos judiciales ni garantías previas. Como los poderes políticos nunca tomaron en serio el reconocimiento jurídico y político de esas víctimas, fue un juez quien tomó la iniciativa, el mismo, por cierto, que actuó contra los GAL, envió a prisión a cientos de terroristas de ETA u ordenó el arresto de Augusto Pinochet.

En vez de permitir que ese pasado de degradación y asesinato político se investigue, de intentar comprender y explicar por qué ocurrió, condenarlo y aprender de él, un sector de jueces, de políticos y medios de comunicación se muestran encantados con la idea de sentar en el banquillo a Baltasar Garzón, inhabilitarlo durante el tiempo suficiente para darle la jubilación.

La posible inhabilitación de Garzón no hará desaparecer el recuerdo, el verdadero rostro de esa dictadura asesina, porque nadie ha encontrado todavía la fórmula para borrar los pasados de tortura y muerte, que vuelven una y otra vez. Servirá para demostrar, eso sí, la indiferencia y desprecio que algunos poderes siguen mostrando desde la democracia hacia la causa de esas víctimas y de todos aquellos que quieren honrarlas.

Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza.

El proceso contra Garzón

No se entiende

JUAN GELMAN 12/02/2010

* * * * * * *

La caza

FRANCISCO JAVIER ÁLVAREZ GARCÍA 12/02/2010

* * * * * * *

La nieta de Negrín pide ser oída en el Supremo

El tribunal rechaza las pruebas que solicitó para exigir la recusación de sus magistrados en el caso contra Garzón

NATALIA JUNQUERA – Madrid – 12/02/2010

* * * * * * *

Amnistía ve “inédito” que Garzón pueda acabar en el banquillo

La nieta de Negrín dice que los jueces del caso juraron fidelidad a Franco

NATALIA JUNQUERA – El País – 13/02/2010

* * * * * * *

Ni leyes ni justicia

JOSÉ SARAMAGO – El País– 13/02/2010

* * * * * * *

Reivindicar a Garzón

MANUEL CAAMAÑO – El País – 13/02/2010

La izquierda política y judicial se moviliza para apoyar a Garzón

Procesarle “sería el peor golpe desde el 23-F”, asegura un grupo de intelectuales

JULIO MARTÍNEZ LÁZARO – El País – 12/02/2010

La delicada situación del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, a quien el juez del Tribunal Supremo Luciano Varela está a punto de sentar en el banquillo por investigar los crímenes del franquismo, multiplicó ayer las muestras de apoyo y solidaridad hacia el magistrado por parte políticos, juristas e intelectuales de izquierdas. El portavoz parlamentario del PSOE, José Antonio Alonso, pidió respeto a las instituciones judiciales que tienen que decidir si expulsan a Garzón de la Audiencia Nacional, pero dijo que el magistrado es “un profesional decente” al que deseó “que le vaya lo mejor que le pueda ir en este trance”.

La reacción más contundente fue la del primer fiscal Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, ya retirado, que en declaraciones a la cadena SER aseguró: “La extrema derecha española ha conseguido poner a su servicio a una parte de la magistratura. Es así. Seis magistrados del Tribunal Supremo y cinco vocales del Consejo General del Poder Judicial, lo cual ya es gravísimo en sí mismo”. Jiménez Villarejo atribuyó la situación de Garzón a actitudes “de recelo, de envidia, de venganza”. “Es el juez que más se ha enfrentado a ETA y a su entorno, el que más eficazmente ha combatido el narcotráfico y la delincuencia financiera. Desarticuló las cuentas secretas del BBVA en Jersey o el caso Pretoria, que alcanza a Prenafeta y Alavedra. Combatió la guerra sucia contra el terrorismo del GAL, el caso Gürtel de corrupción en el seno del PP, las dictaduras latinoamericanas… El factor determinante es que se atrevió a lo que nadie se había atrevido: a investigar las desapariciones forzadas, cien mil desapariciones”.

El coordinador de Izquierda Unida, Cayo Lara, manifestó en nombre de toda la organización su “completa solidaridad” con el magistrado de la Audiencia Nacional y denunció la “terrible paradoja” que puede producirse si Garzón acaba siendo juzgado. Tras expresar su “escrupuloso respeto” al Tribunal Supremo, no dejó de “valorar” que se haya permitido “que llegue hasta aquí la persecución al magistrado”.

Un grupo de intelectuales, que integran escritores como Juan Goytisolo y José Manuel Caballero Bonald, entre otros, suscribieron un manifiesto de apoyo al juez Garzón en el que muestran su “preocupación” por los pasos dados por el Tribunal Supremo. El manifiesto, para el que solicitan adhesiones en la dirección de correo electrónico hemosconocidolanoticia@gmail.com, lo firman también la política y abogada Cristina Almeida, el cantautor Paco Ibáñez, los escritores Manuel Rivas y Fanny Rubio y catedráticos como el arabista Pedro Martínez Montávez o el filólogo Joan Oleza. También lo suscriben, entre otros, el sociólogo José Vidal Beneyto, el hispanista Ian Gibson, el coordinador del grupo para la recuperación de la memoria histórica Matías Alonso Blanco, el penalista Miguel Ángel Rodríguez Arias y Carmen Negrín, nieta del último presidente del Gobierno de la II República.

Los juristas e intelectuales dicen que se consideran “sentados en el mismo banquillo que el juez Garzón” y “tristemente convencidos” de que asistiremos, en palabras de Manuel Rivas, ‘al kafkiano proceso de un tribunal que encausa, en carne, a la Justicia, sufriendo con ello nuestra Democracia el peor golpe desde el 23-F”.

El juez chileno Juan Guzmán, que ha sido citado por Garzón como testigo, aseguró a la cadena SER que a él también podían haberle acusado de prevaricación, porque no aplicó un decreto de amnistía que dejaba sin investigar crímenes de lesa humanidad. “Técnicamente no podían reabrirse, pero consideré que eran ilegítimos. Así pude procesar a Pinochet en tres ocasiones y a numerosos agentes estatales y militares que hoy día cumplen pena porque hubo un juez que se atrevió a ir más allá de la normativa que impide a los jueces actuar”.

Guzmán encontró “increíble” que se quiera juzgar a jueces que investigan crímenes contra la Humanidad. “Es como una traición a la propia judicatura” prosiguió el magistrado chileno, a quien le hicieron renunciar a la carrera. “Me impidieron llegar a la Corte Suprema, el sueño de todos los magistrados para culminar su carrera judicial. Garzón es un juez de instrucción de selección, por no decir el mejor que ha habido en el mundo”.

La Unión Progresista de Fiscales (UPF) siguió la estela de Jueces para la Democracia y aseguró que sentar a Garzón en el banquillo por investigar los crímenes del franquismo supone “criminalizar la discrepancia jurídica”. La UPF respaldó la investigación de los crímenes contra la Humanidad porque “se ajusta completamente a la legalidad nacional e internacional”. Según los fiscales progresistas, la actuación de Garzón “de ningún modo puede considerarse jurídicamente infundada o arbitraria”, y su trayectoria profesional “no se hace acreedora a ser acusado y sentado en el banquillo por iniciativa de organizaciones relacionadas con la derecha más extrema de este país, herederas directas de algunas de las implicadas en los crímenes investigados”.

El Seminario Internacional de Derecho y Memoria Histórica de la Universidad Carlos III criticó ayer el auto del juez Luciano Varela “que desprecia la terrible realidad” de los crímenes de la dictadura franquista. “Denunciamos la resolución del juez Luciano Varela como acto contrario a la cultura democrática y a los derechos humanos”, terminan.

Vicens Vives era otra historia

Una exposición y la recuperación de sus principales obras evocan, en el centenario de su nacimiento, al gran referente de la historiografía española moderna

CARLES GELI El País11/02/2010

¿Cómo España acabó en una guerra civil? ¿Y Cataluña, tan alejada y castigada? Preguntas como ésas forjaron la trayectoria de Jaume Vicens Vives (1910-1960), renovador de la historiografía española, “el primero y único que en una época podía salir de España y homologarse con sus colegas europeos”, como afirmó Raymond Carr. Esa figura desapareció prematuramente hace ahora 50 años, cuando también se cumplen cien de su nacimiento. Doble motivo para el Año Vicens Vives, que ayer abrió una conferencia del hispanista John Elliott y la exposición Jaume Vicens Vives y la nueva historia, en el Museo de Historia de Cataluña.

[leer todo el artículo]