Una puñalada inglesa a la República

Una nueva investigación aporta datos sobre cómo el BOB, un banco británico, asfixió financieramente al Gobierno legítimo de España. Fue otra de las traiciones que le forzaron a jugar la carta soviética

ÁNGEL VIÑAS El País – 15/04/2010

En medio de los aniversarios de la proclamación de la II República y del final de la guerra civil merece la pena aportar algún significativo dato nuevo. Franco derrotó a la República gracias a la sustancial y continuada ayuda nazi-fascista. También tuvo de su lado el comportamiento de las democracias. Tradicionalmente se ha encuadrado bajo la no intervención. En realidad, en Inglaterra sobre todo, se intervino contra la República. Uno de los ejemplos más notables de tal hostilidad ha quedado oculto hasta ahora en la oscuridad de los archivos.

Como toda buena puñalada que se precie, la inglesa coincidió con un momento de suma gravedad: la crisis militar y política que llevó al cambio de Gobierno en abril de 1938, cuando Prieto salió del Ministerio de Defensa Nacional y Negrín asumió sus responsabilidades. Ríos de tinta se han vertido sobre las implicaciones.

Fue entonces cuando se produjo una maniobra secreta que ilustra hacia dónde apuntaban los tiros en Londres. Un banco inglés, el British Overseas Bank (BOB), suspendió de golpe las transferencias de divisas que alimentaban la diplomacia y la política exterior republicanas. De la noche a la mañana, embajadas, legaciones, consulados generales y consulados dejaron de percibir los fondos que enviaba el Banco de España desde Barcelona.

Sin dinero no es posible funcionar. No se cobraron sueldos. No se pagaron alquileres. Los saldos de las cuentas bancarias en el extranjero se agotaron. Los alaridos fueron generales, de Argentina a Suecia, de Filipinas a Moscú. Las finanzas son el nervio de la guerra. La parálisis que indujo el BOB pudo ser mortal. El daño que causó, incalculable. El golpe a la moral, mayúsculo.

Para explicar la puñalada hay que remontarse a 1912.

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Ángel Viñas ha dirigido y co-escrito Al servicio de la República. Diplomáticos y guerra civil.

Fraga: ‘Sería bo que a Arxentina resolvese os seus problemas’

A Nosa Terra, 15/04/2010

O presidente fundador do PP e senador, Manuel Fraga, afirmou, á mantenta da querela presentada na Arxentina contra o ‘xenocidio’ na Guerra Civil e a ditadura franquista, que no país americano teñen ‘problemas de todas clases’ que deberían solucionar antes de dedicarse aos doutros países.

Manuel  Fraga, senador do PP

Manuel Fraga, senador do PP. César Cebolla/Alfaqui/AGN

“Neste asunto a única resposta pode ser esta: a Arxentina ten problemas de todas clases, sería bo que intentasen resolvelos e non querer resolver os nosos”, afirmou Manuel Fraga en declaracións a Europa Press.

O senador quixo aclarar previamente que mantén “unha gran simpatía e admiración pola Arxentina”, país ao que emigrou parte da súa familia e co que os galegos, engadiu, “sempre tiveron unha relación moi especial”.

Malia e todo, non quixo dicir nada máis sobre a querela, nin sobre a intención de quen a presentaron de solicitar a España a identificación de todos os presidentes e ministros do país entre 1936 e 1977, entre os que se atopa o propio Manuel Fraga.

“Non teño máis nada que dicir. Teñen suficientes problemas na Arxentina como para darlles prioridade sobre este, que non lles afecta”, concluíu o ex presidente da Xunta.

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Manuel Fraga Iribarne (Villalba, Lugo, 23 de noviembre de 1922) es un político español. Fue ministro de Información y Turismo entre 1962 y 1969, durante la dictadura de Francisco Franco, así como vicepresidente del Gobierno y ministro de la Gobernación inmediatamente después de su muerte, entre diciembre de 1975 y julio de 1976, bajo la presidencia de Carlos Arias Navarro. Fundador del partido Reforma Democrática, embrión de Alianza Popular y a su vez del Partido Popular, el principal partido de derecha en España, fue uno de los Padres de la actual Constitución Española de 1978. Líder de la oposición a Felipe González durante los años ochenta del siglo XX, presidió la Junta de Galicia entre 1990 y 2005.

“En España hubo un genocidio”

Carlos Slepoy. Abogado de las víctimas. El letrado justifica la querella en el principio de justicia universal acuñado por Garzón

Carlos Slepoy, el pasado martes, en Buenos Aires ojeando la querella. – A. D.

A. D. – BUENOS AIRES – 15/04/2010 00:30

Carlos Slepoy es el abogado que, en nombre de las víctimas, interpuso ayer una querella en los juzgados de Buenos Aires, junto con diversas organizaciones de derechos humanos, para que se lleve adelante en Argentina la investigación que a Baltasar Garzón le fue impedido realizar en España.

¿En qué se basa?

En la aplicación del principio de jurisdicción universal, que es el mismo principio conforme al cual el juez Garzón instruyó las diligencias en relación a los crímenes cometidos durante la dictadura en Chile.

¿Por qué ahora?

Tiene un sentido de devolución al inmenso favor que hizo la Justicia española para que se terminara con la impunidad en Argentina.

¿Qué van a exigir?

Esta es una prueba para el Gobierno español, que deberá informar sobre los ministros, todavía vivos, que participaron en los gobiernos del franquismo. También pediremos una relación de los mandos de las Fuerzas Armadas, de la Guardia Civil, de la Policía y de los dirigentes de la Falange.

¿Pedirán otras pruebas?

La certificación del número de desaparecidos de los que hay constancia, de las fosas comunes que se han encontrado, de los cuerpos que fueron recuperados, de los niños secuestrados, etcétera.

¿Tienen cifras?

Están en los autos de Garzón. El juez español habla de unos 113.000 desaparecidos y de 30.000 niños apropiados.

¿Qué se va a juzgar?

La acusación principal es el delito de genocidio, pero no excluye el delito de lesa humanidad.

¿Cuál es la diferencia?

En el genocidio, el propósito del represor es excluir a los distintos grupos que componen la sociedad con el objetivo de remodelarla y, por tanto, busca la eliminación de todos los grupos que se oponen a ese propósito. Exterminan a los individuos con el afán de destruir los grupos de los que ellos forman parte. Los crímenes de lesa humanidad, en cambio, implican un ataque indiscriminado a la población civil.

¿Puede citar un ejemplo?

Las bombas de Hiroshima y Nagasaki fueron crímenes contra la humanidad, pero no pretendían reorganizar esa sociedad ni eliminar a determinados grupos, cosa que sí hicieron el franquismo o la dictadura argentina. Es muy importante esta diferenciación porque echa luz acerca de las causas, los beneficiarios y sus responsabilidades.

¿Quiénes son los querellantes?

Darío Rivas, cuyo padre, Severino Rivas, fue fusilado, e Inés García Holgado, que tiene tres familiares asesinados, un tío y dos tíos abuelos: el primero desaparecido y los otros dos fusilados.

¿Habrá más en el futuro?

Sí, es innumerable la cantidad de personas que quieren presentar sus denuncias tanto en Argentina como en España. Pero a este llamado ya se han unido organizaciones sociales de derechos humanos que se presentan en este procedimiento, incluidas algunas de España, como la Federación de Sociedades Gallegas y la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de España.

¿La Justicia argentina podrá aplicar el principio de jurisdicción universal?

Sería la primera vez, pero está obligada a hacerlo porque lo ordena la Constitución argentina, que establece la figura de la jurisdicción universal. También hay leyes internas que otorgan a los tribunales federales la competencia para investigar los crímenes de genocidios, los delitos de lesa humanidad o los crímenes de guerra. La aplicación de la jurisdicción universal es además recomendada en múltiples instituciones como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos o el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

¿Por qué la Justicia española no quiere investigar?

Lo que pasa en España sucede en todos los países en donde se cometen crímenes masivos de esta naturaleza. Al crimen le sucede la impunidad, pactada incluso con quienes fueron víctimas. En España, se firmó la Ley de Amnistía, que fue apoyada por distintos partidos políticos, incluso por aquellos que son herederos de los que fueron víctimas en Argentina. Así ha sucedido en países como Argentina y Chile. No es esto de exclusividad española.

¿Qué se pretende en España con la posible inhabilitación del juez Garzón?

Quienes cometieron estos crímenes en España, que tienen el control de sus sociedades precisamente porque lo lograron a través de sus procesos genocidas, intentan que no se investiguen estos hechos. Echar silencio, olvido e impunidad sobre ellos. En consecuencia, lo que sucede con Garzón es eso. Tuvo la osadía de cumplir con lo que la ley interna española e internacional demandan, que es investigar estos crímenes. Inmediatamente todas las fuerzas de la vieja España se volvieron contra él, llegando no sólo a paralizar el procedimiento, sino además a abrir un inaudito proceso para inhabilitarlo, lo que desacredita la Justicia española internacionalmente de un modo increíble.

¿Qué esperan al respecto?

Esperamos que se revierta este proceso y que lleguen a ser juzgados los jueces que están tratando de inhabilitarlo. Ellos son los verdaderos prevaricadores, dado que están dictando a sabiendas una resolución contraria al derecho.

Sois ridículos

MARUJA TORRES El País – 15/04/2010

No contentos con hacer el ridículo enjuiciando a Garzón, los llamados jueces del Tribunal Supremo se disponen a meter la gamba contándoles a los corresponsales extranjeros por qué lo hacen, y seguramente cómo es él, y en qué lugar se desenamoraron del juez. Me pregunto si estos tiesos y secos franquistas se han reblandecido con los años. Quizá es que la democracia que practican -entendida a la manera de Cospedal, es decir, la salvaguardia de sus intereses- les ha convencido de que el mundo les comprenderá en cuanto se expliquen e inviten a los corresponsales a una paella y una corrida de toros. Chicos, chicos, recordad el regio ejemplo que antaño os dio vuestro defendido, Francisco Franco. “Somos el asombro de Europa”, proclamaba cada dos por tres. Y seguía poniéndose a Europa, al mundo, por montera. Aquel sí que era un fascista berroqueño. A vosotros se os ven las grietas. No porque seáis mejores, sino porque estáis en terreno resbaladizo: terreno democrático. Mas no de Cospedal ni de Rajoy ni de Rita la Barbacoa. Democracia sin adjetivos y, sobre todo, sin zorrillas (en el sentido bíblico: que se cargan la vid) que usan su nombre en vano. Quizá la cercanía de una socialistísima como Margarita Robles os ha debilitado y necesitáis, además de hundir a Garzón, al Estado de derecho y a esta ciudadanía, además de dar la espalda de nuevo a las víctimas del franquismo y echar una manita a los gürteles, necesitáis, decía, de un poquitín de cariño por parte del extranjero.

Un consejo: tened cuidado que esta clase de gentuza, periodistas de democracias consolidadas, están acostumbrados a preguntar y repreguntar en las ruedas de prensa. Porque será una rueda de prensa, supongo. ¿O pensáis saliros con un comunicado y un vino español? Ayyyyy, ayyyyy, en qué pedazo de jardín os habéis metido. Perdón por el tuteo. Lo hallaréis irrespetuoso. Pero es que no os respeto en absoluto.

Nostalgia de la escuela progresista

Los niños de la guerra recuerdan cómo eran las clases de la II República

TERESA CUÍÑAS El País15/04/2010

Margarita Caballero y su prima Maruja Torrado, en la casa de la primera.- Lalo R. Villar

El 14 de abril de 1931, una niña de nueve años caminaba hacia la Puerta del Sol de Madrid de la mano de sus tíos entre una muchedumbre alborozada. Eso ocurrió tal día como ayer. Setenta y nueve años después, antes de salir de casa para tomar parte en una concentración en recuerdo de la proclamación de la República en Vigo, Maruja Torrado Calleja recuerda perfectamente que llevaba “un lacito prendido en la chaqueta con los colores de la bandera tricolor”. Desde que se puede celebrar el aniversario, Maruja y su prima, Margarita Caballero Calleja, procuran no faltar. “¡Qué alegría había en la calle ese día! ¡La gente salía de sus casas y se abrazaban unos a otros!”, dice Margarita, que vivió el cambio político con siete años.

Aquel día empezó el primer vuelco de unas vidas azarosas que quedarían después definitivamente marcadas por la Guerra Civil. Pero antes de que la dictadura oscureciera muchas existencias, la Segunda República abrió las ventanas para que entrase aire en un país enmohecido. A pesar de que la brisa duró poco, algunas corrientes fueron lo suficientemente persistentes como para revolucionar algunas cosas. Y la educación quizá fuese una de las más importantes.

“No recuerdo que nos hablasen de política en clase, pero sí que nos explicaban que había que mejorar las condiciones laborales y sociales de los padres para que los niños y las niñas pudiesen estudiar y no tuviesen que ponerse a trabajar tan pequeños. Otro mensaje insistente era el de lograr la igualdad entre hombres y mujeres. Nuestros profesores decían que las mujeres no podían estar supeditadas a los hombres”, cuenta Margarita, hija del militante socialista Mauro Caballero, un colaborador del diputado del PSOE por Pontevedra José Gómez Osorio, que se pasó tres años escondido de los falangistas en su propia casa. Hasta 1936, asistió a un colegio público, gratuito, laico y mixto ubicado en el edificio que ahora ocupa la Cámara Agraria Provincial, en la Praza do Teucro pontevedresa. Tampoco Antonio Vázquez Mariño, nacido en 1929, rezaba en su escuela de la parroquia viguesa de Cabral. Estaba cerca del lugar en el que sus tíos Juan y José enseñaban “a leer, escribir y las cuatro reglas” a adultos por las noches; era el local del sindicato agrario de Cabral, presidido por Amante Caride Rodríguez, un trabajador del naval que fue paseado en Monteferro (Nigrán) y rematado en Baiona con una inyección letal.

El vicio de leer, que Margarita conserva intacto, al igual que Maruja y Antonio, se lo inocularon unos maestros “que venían a dar clase con mucho entusiasmo en un clima de respeto y de mucha camaradería”. “Nos pedían que compusiéramos redacciones con nuestras propias ideas”, evoca su prima Maruja, quien pasó su infancia entre traslados y fue escolarizada brevemente en Barcelona. “Se me daba muy bien inventar cosas y me encantaban las clases de geografía, en las que trazábamos viajes imaginarios”.

La lectura fue uno de los ejes de un programa educativo destinado a formar ciudadanos instruidos en una nación nueva que heredaba un millón de niños sin escolarizar y una tasa de analfabetismo del 32% pero también el aliento de la Institución Libre de Enseñanza de Francisco Giner de los Ríos, que desde finales del siglo XIX promovía la reforma de la instrucción pública. La Segunda República convirtió al colectivo en símbolo de libertad intelectual e impulsó sus innovaciones pedagógicas: creación de bibliotecas ambulantes, reuniones públicas, escuelas nocturnas y las célebres Misiones Pedagógicas, que implicaron a artistas e intelectuales en la culturización del medio rural. No sólo se construyeron escuelas y se ampliaron las plantillas del magisterio, sobre todo durante el bienio reformista 1931-1933, sino que la profesión docente se vio dignificada con mejores sueldos y más oportunidades de formación, además del amparo legal de una Constitución (1931) que consagraba la libertad de cátedra y de conciencia. La renovación de la red escolar supuso una inversión de 400 millones de pesetas.

Mientras duró la guerra, Margarita dejó de ir a la escuela. Su familia temía que la niña pudiese hablar de lo que ocurría de puertas para adentro: el padre oculto y los hermanos, Federico y Carlos, afiliados a la CNT y a las Juventudes Socialistas, respectivamente, encarcelados. Cualquier comentario, incluso los más inocentes con las amiguitas del barrio, podía poner a todos en peligro. Al término de la contienda, se incorporó ya al instituto para cursar 2º de Bachillerato. Las variaciones fueron notables: había crucifijos en las paredes, los curas volvían a dar clase y la religión se estudiaba en el colegio. Lo que más le llamó a ella la atención fue la actitud de sus profesores, cuyo comportamiento evidenciaba “que estaban cumpliendo una obligación”.

“Me siento culpable de lo que le pasa a Garzón”

Hilda Farfante, hija de fusilados, resume el sentir de muchos familiares de asesinados por el franquismo

NATALIA JUNQUERA El País15/04/2010

Hilda Farfante, ayer, en el encierro en apoyo a Garzón.- LUIS SEVILLANO

Sentada en una bancada de pupitres de un aula de la Facultad de Relaciones Laborales de la Universidad Complutense, Hilda Farfante Cayo, de 79 años, confesó ayer, entre lágrimas, que había sido el sentimiento de culpa el que la había llevado hasta allí, a participar en el encierro simbólico de apoyo al juez Baltasar Garzón. “Me siento culpable de lo que le pasa. Porque yo le veía que iba a por Pinochet y luego a por los argentinos y siempre decía: ¿Y lo de mis padres? ¿Y la represión franquista? Cuando dijo que se iba a ocupar de esto, me llevé la alegría de mi vida. Ahora, con todo lo que le está pasando, tengo ganas de pedirle perdón. Mi abuela siempre decía: ‘a los falangistas decidles siempre a todo que sí. No les llevéis nunca la contraria’. Y a lo mejor tenía razón”.

Hilda tenía cinco años cuando perdió a sus padres, ambos maestros, como ella. “Se conocían desde pequeños, iban siempre juntos. Nunca se habían separado. A mi madre fueron a buscarla cuando iba a abrir el colegio. Ocho años después, en su acta de defunción, escribieron como causa de la muerte: ‘Hecho de guerra’. Abrir el colegio de un pueblo era un hecho de guerra. Mi padre fue a buscarla al día siguiente y lo mataron también. Ella está enterrada en una cuneta. A él lo tiraron por un barranco. Son desaparecidos. A las tres hermanas nos separaron, cada una con un familiar. Ya nunca volvimos a estar juntos”, cuenta, emocionada.

“Yo siempre pensé que si esto lo cogía Garzón, se solucionaría todo, pero se ha metido en una trampa. El franquismo sigue gobernándolo todo”, concluye.

En la Oficina de Atención a las Víctimas de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica han escuchado muchos testimonios parecidos a éste, de familiares que se sienten culpables por el proceso contra Garzón. “Se sienten víctimas y culpables. La frustración es enorme”, explica Guillermo Fouce, de Psicólogos sin Fronteras y coordinador de la oficina, que hoy cumple un año en funcionamiento.

Un equipo de 20 personas (psicólogos, historiadores, arqueólogos y sociólogos) ha atendido a un centenar de familiares desde entonces. “Vienen muchos abuelos animados por sus nietos y gente muy mayor, buscando su última oportunidad de cumplir con las deudas del pasado”, cuenta. “Muchos piden imposibles, pero a todos los atendemos. La oficina estatal de atención a las víctimas del franquismo incluso nos ha derivado casos”, explica. “Organizamos charlas de grupo para que cada uno cuente su caso. Esto lo hemos copiado de Chile y Argentina, por ejemplo con las Abuelas de Plaza de Mayo. Así se dan apoyo mutuo”, cuenta Fouce.

Los testimonios de esas personas son grabados para el Programa de Donantes de Memoria, que pronto se podrá consultar en Internet. “Me han impresionado algunos testimonios sobre niños robados y el hallazgo de fosas en Madrid. Hasta ahora se pensaba que no había, pero hemos encontrado indicios en Torrejón de Ardoz, Alcalá de Henares, Navalcarnero, Getafe…”.

Fouce lleva mucho tiempo atendiendo a familiares, pero aún le sorprenden. “Todavía me pone los pelos de punta ver cómo bajan la voz para contar su historia. Y su capacidad de resistencia. Las víctimas que no son reconocidas acaban pasando por un proceso que en psicología se llama victimización secundaria y complica mucho la curación. En estos casos, todos son doblemente víctimas, porque no han sido escuchadas y ahora, además, tienen otra vez la sensación de que quieren callarlas”.

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Actos de apoyo al juez

Los familiares de víctimas del franquismo han acordado concentrarse cada día, a las ocho de la tarde, frente a la Audiencia Nacional, en apoyo de Garzón. Ayer lo hicieron unas 100 personas. La actriz Pilar Bardem, el actor Juan Diego Botto y la escritora Rosa Regás acudieron al encierro simbólico organizado en la Facultad de Relaciones Laborales de la Universidad Complutense en defensa del juez. Hoy se presentará el balance de la oficina de atención a las víctimas de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y habrá un concierto y recital de poemas con Luis García Montero y Luis Pastor. El viernes está convocada una concentración frente al llamado Arco del Triunfo, en Moncloa, (Madrid) para exigir la retirada de símbolos franquistas.

La denuncia sostiene que la Ley de Amnistía no rige fuera de España

M. CEBERIO BELAZA El País15/04/2010

El proceso de Nüremberg contra los criminales nazis aparece citado varias veces en la querella presentada en Argentina para perseguir los delitos cometidos durante la dictadura franquista, y se repite la idea de que de nada valen las amnistías nacionales cuando se producen crímenes atroces contra la humanidad. El escrito hace referencia a varios casos de jurisdicción universal tramitados en España. Si el Tribunal Supremo pudo condenar al militar argentino Adolfo Scilingo, vienen a plantear los querellantes, ¿por qué no va a poder hacer lo mismo Argentina con los crímenes de la dictadura española que aquí no se pueden juzgar?

Aparte de citar convenios internacionales y jurisprudencia de tribunales de derechos humanos, el escrito utiliza la sentencia del Constitucional español de 23 de septiembre de 2005 en relación con el genocidio cometido en Guatemala para reafirmar su competencia. “No sólo no existe prohibición de intervención, ni la misma es facultativa, sino que es obligada la intervención de los tribunales de los distintos Estados en la persecución de crímenes lesivos para la humanidad”, dijo en su día el tribunal.

España hizo lo mismo

La Ley de Amnistía de 1977, según los querellantes, no impide la actuación de la justicia argentina. Sostienen que esta ley preconstitucional tampoco debería ser un obstáculo para que se juzguen en España, pero que, en todo caso, no afecta a la jurisdicción de los órganos judiciales de otros países. “Así lo pusieron de manifiesto los propios tribunales españoles que ejercieron su jurisdicción respecto de crímenes del mismo tenor cometidos en América Latina cuando, con justificación en leyes de impunidad, los tribunales de nuestros países no podían o no querían ejercer su jurisdicción sobre los mismos”, señala el escrito.

Los querellantes defienden, además, que los hechos ya eran delito cuando se cometieron, en virtud de las leyes internacionales, por lo que ni siquiera habría que aplicar normas de manera retroactiva: “Los crímenes atroces cometidos con posterioridad al 17 de julio de 1936, tenían ya, en aquella época, la categoría de actos prohibidos por el ius in bello (derecho de la guerra) e integraban la categoría de crímenes contra las Leyes y Costumbres de la Guerra y Leyes de Humanidad, que como tales identificó la Comisión Multinacional de Responsabilidades, reunida en París el 29 de marzo de 1919″.

La querella en Argentina por crímenes franquistas avala a Garzón

El Nobel de la Paz Pérez Esquivel alerta de la persecución al juez español

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ – Buenos Aires – 15/04/2010

El acto de presentación de la anunciada querella por crímenes franquistas que tuvo lugar ayer por la mañana ante la Cámara Federal de Buenos Aires se convirtió en una muestra de apoyo y solidaridad con el juez Baltasar Garzón, inculpado en España por un delito de prevaricación . La querella ha sido presentada por los familiares de dos víctimas del franquismo, un alcalde asesinado en 1937 y un desaparecido, presuntamente enterrado en una fosa común, y está respaldada por 10 organizaciones de defensa de los derechos humanos y de recuperación de la memoria, autorizadas por la Constitución argentina a presentarse como parte implicada en cualquier demanda por violación de derechos básicos.

El caso ha caído en el Juzgado número 1 de la Cámara Federal, cuya titular es la magistrada Rolmilda Servini de Cubria, lo que no fue recibido con demasiado entusiasmo por los querellantes. La juez Servini es muy conocida en los ambientes jurídicos y políticos argentinos, y ha tenido que hacer frente en su ya larga carrera a varias demandas contra algunas de sus actuaciones profesionales. Tuvo a su cargo la causa denominada Yomogate, donde se acusaba a la cuñada del presidente Menem de lavar dinero proveniente del narcotráfico, y alcanzó popularidad a principios de los noventa al intentar censurar la sátira de un conocido cómico argentino.

Será ella quien decida si acepta la querella presentada ayer, que parte de los dos hechos relatados pero que implica el reconocimiento de la jurisdicción internacional por parte de la justicia argentina. Los querellantes solicitan que se recaben en España los nombres y domicilios de los miembros de los Gobiernos existentes entre el 17 de julio de 1936 y el 15 de junio de 1977, fecha de las primeras elecciones democráticas. La misma solicitud se formula respecto a “mandos de las Fuerzas Armadas, Guardia Civil, Policía Armada, directores generales de Seguridad y dirigentes del partido Falange Española” en ese mismo periodo. Según los abogados que han preparado la demanda, Beinusz Smukler y Ricardo Huñis, la Ley de Amnistía no puede aplicarse a crímenes que pueden ser asimilados a delitos de genocidio o lesa humanidad, como son, en su opinión, los de la dictadura franquista.

En la conferencia de prensa celebrada a última hora de la mañana de ayer (18.00 hora peninsular española), se hizo hincapié en el respeto profesional que provoca en América Latina el juez Baltasar Garzón. “Alguna vez se ha dicho que las acciones del juez Garzón dañaban la imagen de España en América Latina, pero es precisamente lo contrario. Nunca tuvo España mejor imagen en nuestros países que cuando Garzón abrió sus procedimientos contra los dictadores y torturadores de Chile y Argentina. Es ahora cuando esa imagen favorable está sufriendo, cuando se intenta procesar a Garzón por aplicar tratados internacionales que España suscribe”, explicó el periodista Horacio Verbitsky, presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales.

El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, presente en el acto, apoyó al juez Garzón y exigió que se continúe la investigación sobre los crímenes cometidos en el franquismo. “No importa que los responsables estén muertos. Lo que importa es la verdad”, aseguró a EL PAÍS. “Toda esta movilización pretende llamar la atención sobre la persecución que está sufriendo el juez”, añadió en medio de los aplausos de los asistentes. Uno de los abogados firmantes de la querella, Ricardo Huñis, aseguró que ya está recibiendo muchas llamadas no sólo de Argentina sino de otros lugares del mundo, en las que descendientes de españoles asesinados durante la Guerra Civil y la inmediata posguerra preguntan qué pueden hacer para sumarse a esta iniciativa.

El vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Santiago Macías, expresó su emoción y recordó que el acto coincidía con la fecha de proclamación de la II República. Agradeció a las asociaciones argentinas su defensa del juez Garzón y su voluntad de llevar adelante acciones judiciales contra los crímenes franquistas y solicitó apoyo para lograr que España derogue la Ley de Amnistía. La presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, insistió en la importancia del paso que acaba de darse y recordó la gran acogida que tuvo siempre en España su demanda de justicia para los desaparecidos argentinos.

La nota más emocionante la proporcionó Darío Rivas, de 90 años, hijo del alcalde de Castro de Rei (Lugo) asesinado en 1937, que logró recuperar sus restos en 2005 y que continúa exigiendo justicia. Darío estuvo en el acto, pero fue su sobrina quien leyó un texto en el que se acusa a España de seguir viviendo como en la época de la dictadura y de haber aceptado un pacto de silencio, indigno.

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Texto de la querella presentada en Buenos Aires por genocidio y crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura franquista

Los que piden justicia