¿Son sexistas la novela y la película Soldados de Salamina?

Elina K.

En las últimas semanas hemos tratado la novela Soldados de Salamina por Javier Cercas y las reacciones que ha provocado en el público. Una reacción inesperada ha sido llamarla sexista. Me interesé en averiguar qué aspectos en la novela pueden justificar esta postura.

Algo que hay que aclarar es qué es lo que se entiende con `sexismo´? Esta palabra se utiliza muchas veces con descuido y por eso vamos a ver como el Diccionario de la Real Academia Española la define:

sexismo.

  1. m. Atención preponderante al sexo en cualquier aspecto de la vida.
  2. m. Discriminación de personas de un sexo por considerarlo inferior al otro.

La diferencia más notable entre el libro y la película es que en la primera el protagonista-narrador es un hombre mientras que en la película la protagonista es una mujer, Lola Cercas. Según Hermans el hecho de que la novela haya sido criticada por ocultar a las mujeres ha podido influir en que el director Trueba optase por una mujer protagonista. Antón critica la voz narrativa de la novela por ocupar una perspectiva que presenta a las mujeres como más débiles, salvadas y protegidas por los hombres, mientras que el título `héroe` se otorga únicamente a los hombres, especialmente a los soldados, que salvan la civilización. Antón argumenta su punto de vista por varios fragmentos en los que se habla de los anónimos héroes, los hombres que murieron por una causa y merecen ser recordados. Antón también ve que la novela refleja la importancia de los vínculos masculinos como el recuerdo del padre y la amistad fiel entre los hombres. Según ella las mujeres de la novela aparecen en el ámbito doméstico y sirven para satisfacer las distintas necesidades de los varones. Estoy de acuerdo con Antón de que el número de mujeres en la novela es escaso pero no veo que en la novela el rol de las mujeres sea tan `miserable´. Para mí, no se dice mucho sobre el papel de la mujer, es decir, sí se les oculta pero no se da una perspectiva claramente sexista.

Antón subraya el papel activo de la mujer española en la guerra que no se refleja en la novela. Será cierto que las mujeres participaron de varias maneras en la guerra pero hay que recordar que en aquellos tiempos la sociedad española era evidentemente patriarcal y no se veía muy bien que una mujer luchase en el frente. Creo que la novela no quiere negar la importancia de la mujer en la guerra y la importancia de recuperar la memoria de ella, pero tampoco se puede requerir que cada novela la resalte de la misma forma que hace por ejemplo La voz dormida.

En la novela el personaje femenino más visible es Conchi. Según Antón, se le presenta como un sex-symbol y Cercas se siente algo avergonzado por ella. Antón da ejemplos de conversaciones en que Conchi parece tonta, vulgar e ignorante. Además es mentirosa e hipócrita y presume por tener un novio intelectual. Antón también se fija en las antiguas novias de Cercas: están presentadas como una lista y tenían trabajos poco prestigiosos. A Conchi se le utiliza en la novela para pasar del drama al chiste, para darle humor y un tono más ligero. A pesar de ser como es, Conchi tiene una función importante: anima a Cercas para seguir escribiendo y es su gran apoyo. Creo que Antón ve en esto algo de `detrás de un gran hombre hay una gran mujer´ cuando habla de Conchi como un espejo que devuelve fortalecida la imagen masculina. Otra vez, estoy de acuerdo con Antón sobre algunas cosas. Sí, en la novela Conchi se presenta un poco especial y quizá tonta. Ningún personaje masculino se presenta de la misma forma, pero tampoco siempre se escribe de ellos de una forma especialmente respetuosa. Creo que a Conchi se le puede ver como objeto de sexismo pero también se le puede ver como un carácter importante en la novela: ¿cómo cambiaría la novela si Conchi fuera una mujer seria e inteligente? Perdería el toque humorístico y se haría más aburrido, creo yo. Es posible que Javier Cercas (real) haya creado a Conchi consciente del riesgo de críticas feministas pero no pudo resistir insertar un personaje tan delicioso en la novela.

En cuanto a otros personajes femeninos, destaca que son escasos y anónimos (con alguna excepción). Según Antón en la novela se nombran a 111 varones distintos frente a 18 personajes femeninos. Solamente hay una política, las demás son, entre otras, madres, novias, hijas, monjas, presas y hay una prostituta también. Como he dicho antes, esto puedo reflejar la realidad de España en aquella época: las mujeres tenían menos poder político y más importancia en la retaguardia y otros puestos que los hombres. Antón opina que los personajes femeninos tienen nula aptitud para la heroicidad. Diciendo esto insinúa que los héroes son los más visibles, los que mueren luchando en el frente. Creo que Antón ignora la consciencia que domina hoy en muchas mentes sobre los héroes y heroínas ocultadas: ahora se exalta también a las personas de la retaguardia, como en Finlandia pasa con las mujeres de la Guerra de Invierno. Lo que me molesta en todo esto es como se habla de una guerra: existe una competición para ver quién era la `más victima´ o el `más héroe´.

Antón pregunta cómo es posible que en un “relato real” no aparecen más mujeres, por qué el autor no las quiere ver. Creo que ella ve la novela de distinta manera a la mía. Para mí no se trata tanto de un “relato real” como de una historia ficticia de un periodista frustrado y su proyecto de investigación cuyo fruto no es especialmente brillante. La novela habla de la obsesión, de un proceso de creación y de la insuficiencia de su resultado y de la identificación de algunas personas de cuyos nombres nadie se acuerda. Es decir, la novela es mucho más que un mal intento de un relato real colorado con ficción.

Creo que es exagerado llamar la novela misógina. Es posible que Cercas oculte a las mujeres intencionadamente o sin querer, pero no puedo notar odio hacía las mujeres. Así opino también sobre la película. Conchi es parecida a la Conchi de la novela: se viste de forma provocativa y es vulgar. Es lesbiana y no puede entender porque Lola prefiere a los hombres cuyos pensamientos están guiados por el deseo sexual. En esto podemos ver incluso un rechazo hacía los hombres. Lola parece una mujer seria y profesional y así compensa la vulgaridad de Conchi. Sin embargo, se crea una ligera tensión sexual por el simple hecho de que la protagonista es una mujer y la mayoría de otros personajes siguen siendo hombres como en la novela. De haber sido un hombre el protagonista es posible que la película fuera más sosa. Hermans critica la decisión del director de sustituir al protagonista masculino por una mujer (p.93), pero en mi opinión ha sido una decisión acertada. Además de crear tensión representa a una mujer que está tomada en serio por sus entrevistados, es decir, representa a una mujer independiente y creíble, reduciendo el sexismo.

Tanto la novela como la película tienen más rasgos para analizar que no puedo tocar aquí. Sin embargo, espero haber demostrado que especialmente en la novela abundan las cosas que se pueden considerar desfavorables a las mujeres. Aún así, no llamaría ninguna de las obras sexista o misógina, aunque estoy de acuerdo con Antón de que las mujeres empeñan un papel secundario en la novela. Además, si bien hay rasgos sexistas en la novela, para mí Cercas (ficticio) no es un hombre especialmente fuerte, más bien está perdido y frustrado. Creo que hay que ver más que un “relato real” en la historia, que al fondo contiene ironía, humor y filosofía de la vida. Veo que Antón se preocupa en vano que “en las guerras -las de verdad y las de la ficción- se activa la arenga de la reacción patriarcal”. Cada obra sobre la guerra publicada provoca conversación sana y hace que se defienda la memoria de tanto los héroes como las heroínas.

Antón, Eva. Soldados de Salamina. Guerra y sexismo: otro ejemplo narrativo de la reacción patriarcal.  http://www.nodo50.org/mujeresred/cultura/soldados_de_salamina.html (cons.26.3.2010)

Hermans, Hub. El silencio llevado al cine: Cercas, Trueba y Los Soldados de Salamina. P.77-97. En: Foro Hispánico.

Miradas sobre pasado y presente en el cine español (1990-2005). Ed. Feenstra &Hermans. http://books.google.es/books?id=GkW8UzJbgs8C&pg=PA77&lpg=PA77&dq=sexismo+en+la+pelicula+soldados+de+salamina&source=bl&ots=jSPPm5ZRoh&sig=NSRyfPt58T3DLks2kLhWcWKpi1k&hl=es&ei=mRiuS4PGJZSF-Qaywb2-DQ&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=8&ved=0CB0Q6AEwBw#v=onepage&q=&f=false (cons.26.3.2010)

Real Academia Española. Diccionario de la Real Academia.  www.rae.es

José Luis Ferris recupera en “El sueño de Whitman” la memoria colectiva

Público – 24/03/2010

El escritor alicantino José Luis Ferris ha presentado hoy su tercera novela “El sueño de Whitman”, la historia de búsqueda de una mujer, Julia Gadea, que recompone su pasado mientras el lector recupera una memoria colectiva enterrada desde hace 50 años. 

“La literatura es el mejor medio para las reivindicaciones, porque pone cara y cuerpo al ultraje y la soledad, perforando el corazón de los lectores” ha explicado Ferris hoy durante la presentación de la obra, reciente ganadora del Premio Málaga de Novela 2009.

“El sueño de Whitman” (Fundación José Manuel Lara) narra un oscuro episodio cometido en la ciudad norteafricana de Larache a Comienzos de la Gerra Civil, protagonizado por un capitán del ejército y relacionado con la muerte de Paulina Sarabia.

La hija de la víctima, Julia, pretende desenterrar en la actualidad ese pasado que desconocía y que ha descubierto gracias a unos documentos perdidos.

De esta forma la novela se estructura en dos partes: los capítulos impares, narrados en tercera persona y ambientados en 1936, y los pares, contados en primera persona por Claudio Valbuena, el editor que ayuda a Julia en su búsqueda.

Además, la historia de los personajes se hace más compleja al plantear el amor poco convencional entre Julia, una mujer madura de 65 años y el editor, casi 30 años más joven que ella.

Ferris ha explicado que más allá de la historia le interesaba llegar “a lo más profundo” de los personajes, construidos de forma que estuviesen “vivos” para el lector, “haciendo así de sus historias personales, experiencias colectivas”.

“Otro de los aspectos que me interesaban era mezclar realidad y ficción, de esta forma los personajes de la historia conviven con los ficticios de un modo que me fascina, porque siempre he defendido que todos somos producto de nuestra realidad y nuestra propia ficción” ha afirmado el autor.

En este sentido, la historia incluye personajes reales como el poeta Antonio Carvajal y el escritor de novela negra Chester Himes, y está recorrida por la sombra de Walt Whitman, cuyo verso “desvela” el final de la historia.

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El trailer (!) del libro:

[vimeo http://vimeo.com/10458814]

97-vuotias esikoiskirjailija kertoo Espanjan sisällissodasta

Tommi Nieminen – Helsingin Sanomat – 7.3.2010

97-vuotias Jorma Multanen julkaisee esikoiskirjansa kokemuksistaan  Espanjan sisällissodassa.

97-vuotias Jorma Multanen julkaisee esikoiskirjansa kokemuksistaan Espanjan sisällissodassa. Vesa Oja / HS

Keväällä 1937 Jorma Multanen oli 24-vuotias rahaton oikeustieteen opiskelija Helsingin Puistolasta. Hän oli myös reservin aliluutnantti, ja etsi rahakasta kesätyötä. Tiedossa Multasella oli paikka Suursaaren ravintolan portsarina.

Edellisenä kesänä Espanjassa oli alkanut sisällissota kenraali Francisco Francon fasistien ja punaisten tasavaltalaisten välillä. Sen pelättiin leviävän muualle Eurooppaan, ja Ranskan ja Englannin johdolla ryhdyttiin neuvottelemaan aseviennin estämisestä Espanjaan. Perustettiin Puuttumattomuuskomitea, joka palkkasi eri puolilta Eurooppaa noin 700 miestä tarkastamaan Espanjaan kulkevaa rahtia. Suomesta valvontaupseereiksi valittiin 39 henkilöä.

Multanen oli kielitaidoton, hän tunsi huonosti Espanjan tilanteen, ja hänellä ei ollut tarkkaa kuvaa siitä mitä valvontaupseeri tekee. “Olin lukenut lehdistä, että Saksa ja Italia auttavat Francoa, ja Ranska ja Neuvostoliitto punaisia.” Se riitti. Multanen pestattiin Puuttumattomuuskomitean merivalvontaupseeriksi. Lähtiessään toukokuussa 1937 Turun satamasta kohti Lissabonia, hänellä oli taskussaan viisitoista puntaa. “En tiennyt edes missä Gibraltarin salmi on. Tai tiesin, että se on jossain Euroopan ja Afrikan välissä. Eikä minulla ollut aavistustakaan, mitä teen siellä sodassa. Kuvittelin, että olen hienoilla englantilaisilla sotalaivoilla.”

Nyt siitä on jo 73 vuotta. Korsolainen varatuomari Multanen täytti eilen lauantaina 97 vuotta. Hän on todennäköisesti viimeinen elossa oleva Puuttumattomuuskomitean valvontaupseeri. Hän on myös aika varmasti tämän kevään iäkkäin esikoiskirjailija – ainakin Suomessa –, sillä huomenna maanantaina hän julkaisee kokemuksistaan omakustanteen Suomalaisena Espanjan sisällissodassa.

Merivalvontaupseeri Multanen teki yhteensä 21 laivamatkaa Espanjan sotasatamiin. Tehtävänä oli tarkistaa rahtilaivoja, jotka saapuivat Espanjaan muualta Euroopasta tai Pohjois-Afrikasta. Hän astui laivaan jo sen lähtösatamassa esimerkiksi Marseilles’ssa, Gibraltarissa tai Doverissa, tutki laivan dokumentit ja lastin siinä määrin kuin yksi mies siihen kykenee. Jos laivan lastidokumenteissa luki säilykepurkkeja, ruumassa piti olla niitä, ei esimerkiksi kiväärejä, taistelukaasuja tai kranaatteja joko fasisteille tai tasavaltalaisille joukoille. Myöskään vapaaehtoisia taistelijoita ei Espanjaan saanut kuljettaa. Espanjaan saavuttaessa Multanen nostatti rahtilaivan raakaan eli maston poikkipuuhun ison valkopohjaisen viirin, jossa on kaksi isoa mustaa palloa. Se oli merkki siitä, että laivalla on valvontaupseeri.

Espanjan satamissa Multanen kyykisteli sadoissa ilmapommituksissa, sillä etenkin fasisteja tukeneet Saksa ja Italia harjoittelivat ahkerasti ilmasodankäyntiä Espanjan sisällissodassa. Vaarallisin Multasen tarkastusmatkoista oli vuoden 1938 alussa brittiläisellä Bramhill-aluksella Barcelonan satamaan. Lentokoneet pudottivat pommeja neljään satamassa olleeseen säiliöalukseen ja Bramhill olisi todennäköisesti palanut samassa rytäkässä, jos öljysäiliöt olisivat saaneet täysosuman. “Bramhillin perämies kysyi minulta, että kummalla puolella olen. Sanoin, että totta kai Francon puolella”, Multanen muistelee. “Laivan miehistö oli aivan kauhuissaan. Selitin niille, että meillä Suomessa on ikuinen vihollinen rajan toisella puolen. Ja että meillä on epäisänmaallisia ihmisiä, jotka kannattavat kommunismia.”

Multanen oli tuolloin – ja on edelleen – kenraali Francon ihailija. Siitäkin huolimatta, että Puuttumattomuuskomitean valvontaupseerien tehtävä oli pysyä tiukasti puolueettomina. “Pidin tarkkaan huolta, että tein työni samalla tavalla kaikilla laivoilla.” Multaselle Franco oli eurooppalaisen sivistyksen pelastaja.

Hänen näkemyksensä Euroopan 1900-luvun sotahistoriasta kulkee suurin piirtein näin: ilman Francon fasistien voittoa Espanjassa Stalinin neuvostojoukot olisivat Espanjan kautta päässeet valtaamaan Länsi-Eurooppaa, ja koko maanosa olisi ollut vaarassa jäädä kommunistien jyräämäksi. Toisaalta Franco hyydytti Multasen mukaan myös Hitlerin maailmanvalloituksen, kun hän ei täysimittaisesti liittoutunut akselivaltojen kanssa.

“Franco oli maailman viisain, etevin ja etenkin juonikkain valtiomies”, Multanen sanoo. Mutta älkää nyt ymmärtäkö väärin. Ei Multanen ole arjessaan mikään Korson kiihkein fasisti. Sanottaisiinko, että hän on enemmänkin vannoutunut kommunismin vastustaja, joka on ollut kahdessa sodassa Neuvostoliittoa vastaan.

Suomalaisia seikkaili Espanjan sisällissodassa aika paljon. Punaisten puolella taisteli 72 suomensuomalaista, 78 amerikansuomalaista, 73 kanadansuomalaista ja kaksi suomalaista Neuvostoliitosta. Fasistien joukoissa soti neljätoista suomalaista. Se oli surullinen sota myös suomalaisille, sillä heistä lähes joka kolmas kuoli. Enää kaksi heistä on elossa, tasavaltalaisten riveissä taistelleet amerikansuomalaiset Matti Mattsson, 93, ja Jules Päiviö, 92.

Kirjassaan Multanen kertoo tapaamastaan Mikkola-nimisestä tasavaltalaisesta, joka oli Kuolemajärven kylästä Karjalan kannakselta. “Hän oli punaisten puolella, annoin hänelle tupakkaakin. Kysyin, mistä hänellä on rahaa. Hän sanoi että me nostamme niiden rahat, jotka kaatuvat. Myöhemmin hän itsekin kaatui.” Multanen piti koko sodan ajan päivittäin tarkkaa päiväkirjaa. Hän muistaakin sisällissodan yksityiskohtia ja tunnelmia hämmästyttävän hyvin. Sellaisia, että punaisten satamissa oli aina pimeää. “Niistä ei voinut ostaa mitään, paitsi mustasta pörssistä josta sai ihan mitä tahansa. Hienoimpia suklaita ja sikareita, mutta siihen tarvittiin hirveästi rahaa.”

Valvontaupseereille maksettiin hyvää palkkaa: 450 puntaa kuukaudessa, majoitus ja ruoka. Oli työssä tosin riskinsäkin. Kun Multanen jumittui Tarragonan satamaan kahdeksi viikoksi, hän laski yhteensä 44 ilmapommitusta. Muita vaarallisia satamia olivat ainakin Barcelona, Valencia, Alicante ja Almeria. “Minä en ole missään tapauksessa mikään rohkea mies, kartan väkivaltaa. Kun lentokoneet tulivat, ei voinut kuin painua mahdollisimman matalalle laivan kantta vasten”, Multanen sanoo.

Merivalvontaupseereja kuoli Espanjan sisällissodassa yhteensä 14. Suomalaiset selvisivät pikkuvammoilla. “Meillä oli korvaustaksat kuin lihakauppiaalla”, Multanen muistelee. “Jos meni yksi silmä, siitä sai 500 puntaa. Kahdesta sai tuhat puntaa. Jaloista sai samoin 500 puntaa ja käsistä. Se oli melko kaukana nykyisistä vakuutusyhtiöiden arviointihinnoista.”

Luksusta työ oli silloin, kun ei oltu Espanjan sotasatamissa. Valvontaupseerit pukeutuivat keikarimaisiin siviiliasuihin, söivät laivojen kapteenien pöydässä ja saivat parhaimmat hytit. Marseilles’ssa Multanen vei paikallisen daamin oopperaan katsomaan Samson et Dalilaa. “Minkkiturkkisen rouvan” kanssa hän teki Citroënilla autoreissun Pyreneillä. Toisen kerran hän vei Marseilles’n oopperaan toisen paikallisen naisen katsomaan Figaron häitä.

Kapteenien pöydissä syötiin ja juotiin hyvin. Miehistöissä taas oli Multasen mukaan paljon “tokkuraisia ja öriseviä kompuroitsijoita, kännistä päällystöä ja miehistöä, laulunhoilotusta, pientä tappelun nujakkaa sekä haitarin ja huuliharpun soittelua”.

Sekoilua tosin oli myös Puuttumattomuuskomitean asevientivalvonta. Multanen sanoo suoraan, että se oli “humpuukihommaa”. Espanjan rajat todella vuotivat kuin seula. Kiväärejä, kranaatteja, taistelukaasuja ja sotilaita virtasi erityisesti Italiasta, Saksasta, Yhdysvalloista ja Neuvostoliitosta. “Ei meillä ollut keinoja valvontaan”, Multanen sanoo. “Italialaiset olivat pahimpia, he toivat Punaisen Ristin sairaalalaivoilla sotatarvikkeita Espanjaan.” Itse hän ei löytänyt kertaakaan tarkastamiltaan laivoilta kiellettyä lastia, mutta ei hän sellaista voi vannoa, etteikö laivojen ruumassa olisi joskus jotain ollutkin. Mutta kun ei yksi mies isoa rahtilaivaa kovin helposti nuohoa.

Huhtikuussa 1939 tasavaltalaiset antautuivat Francon fasisteille. Yhteensä noin 500 000 ihmistä oli kuollut sodan seurauksena, Espanjassa alkoi lähes neljäkymmentä vuotta kestänyt Francon diktatuuri. Muu Eurooppa otti Espanjasta vauhtia toiseen maailmansotaa, joka alkoi syyskuussa 1939.

Multanen oli palannut Suomeen huhtikuussa 1939. Kesällä hänet kutsuttiin laivaston reserveihin, talvisota oli muutaman kuukauden päässä. Ja pian sauhuttiin jo jatkosodassa. Omissa sodissammekin Multanen oli enemmän tarkkailuasemissa laivoilla kuin rintamalla. Hänestä tehtiin jäänsärkijän päällikkö.

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Lue myös kanadansuomalaisen Jules Päiviö kokemuksista Espanjan sisällissodassa (Päiviö taisteli siis tasavaltalaisten riveissä):

Espanjan puolesta

Toisen maailmansodan syttyessä 22-vuotiasta Jules Päiviötä ei päästetty Eurooppaan sotimaan fasismia vastaan, koska hän oli jo käynyt Euroopassa sotimassa fasismia vastaan. (Voima 10/2007)

Jules Päiviön ja muiden Kanadan suomalaisten kokemuksista on myös tehty dokumenttielokuva To My Son In Spain: Finnish Canadians in the Spanish Civil War /Pojalleni Espanjassa: Kanadan suomalaiset Espanjan sisällissodassa (Dave Clement & Saku Pinta, 2009). Lue elokuvasta lisää lehdestä Vapaa sana. Elokuvalla on myös oma Facebook-ryhmä.

El drama de la memoria sometida por la culpa

Antonio Soler reflexiona sobre el paso del tiempo, la infidelidad y el papel de la memoria en su nueva novela, ‘Lausana’

El drama de la memoria sometida por la culpa

El escritor Antonio Soler. – P. H. R.

Público – 26/03/2010

Al escritor Antonio Soler le gusta dejar las cosas claras desde el arranque: “Quien recuerda, miente”, es la cita de Caballero Bonald, que sobresale de su novela antes de que la protagonista de unos 70 años se suba a un tren a Lausana. Como si de la magdalena de Proust fuera, el tren que monta Soler es un motivo para repasar una vida entera, con sus decepciones y sus alegrías. Pero sobre todo con sus decepciones, porque como él mismo reconoce, ha escrito “un drama”.

En su nueva novela, Lausana (Mondadori), reflexiona sobre el paso del tiempo, la infidelidad y el papel de la memoria: “Los recuerdos no tienen una organización narrativa lineal y eso me interesaba. Quería dar retazos de la vida de ella, con sus hitos más convulsos, no hacer un recorrido exhaustivo por su vida, a la manera de las novelas del siglo XIX”, explica. Ella no se libra de las heridas de la memoria, ni de la culpa: “Al final del viaje concluye que todos somos inocentes, nadie es culpable. No somos perversos infieles, simplemente buscamos la luz en todo el absurdo”.

“El ejercicio de la memoria es necesario y doloroso. Si prescindimos de ella, nos perderemos”, dice para contar que la memoria no cierra heridas, que eso sólo ocurre con el tiempo, “como ocurre en geología”.

Amnistía Internacional dice que investigar los crímenes del franquismo “es un deber y no un delito”

Amnistía Internacional, sorprendida por que “el país con más desapariciones del siglo XX persiga al primer juez que decide investigarlas”

Público – 26/03/2010

Amnistía Internacional (AI) ha subrayado este viernes que investigar los crímenes del franquismo “es un deber y no un delito” y ha advertido al Tribunal Supremo de que su decisión de enjuiciar a Baltasar Garzón “compromete la responsabilidad internacional del Estado español”.

La jurista de AI Julia Tamayo ha asegurado que, con el auto en el que ayer el Supremo confirmó la resolución en la que el instructor de la querella contra Garzón rechazaba el archivo de ésta, “la Justicia del país con mayor número de desapariciones forzadas del siglo XX se acerca más a castigar al único juez que ha intentado investigarlas”.

Tamayo ha destacado que el Supremo ha hecho suya la apreciación del instructor, Luciano Varela, de que no es absurdo calificar de prevaricadora la actuación de Garzón al considerar “como hecho probable” que éste ignoró conscientemente lo dispuesto en la Ley de Amnistía al abrir una causa para investigar las desapariciones durante el franquismo y la Guerra Civil.

“Considerar que la impunidad puede ser convalidada por una Ley de Amnistía se aparta de la doctrina de los tribunales internacionales y de tratados que vinculan a España”, ha dicho la representante de AI, que ha añadido que el Supremo debería tenerlo en cuenta ante el riesgo de “comprometer la responsabilidad internacional del Estado español”.

“España no es una excepción”

Tamayo ha recordado que los países que se han negado a juzgar este tipo de crímenes han acabado anulando las leyes de Amnistía o siendo considerados por los tribunales internacionales “responsables de haber contravenido la legislación internacional”.

“Más temprano que tarde van a tener que aceptar que era un deber investigar, porque España no es una excepción”, ha dicho Tamayo, que ha agregado que la causa abierta a Garzón “sólo causa daño a las víctimas” y al juez y es “un aviso a navegantes” a cualquier otro que quisiera investigar los crímenes del franquismo.

Dos mundos juntos

ANA RODRÍGUEZ FISCHER El País – 27/03/2010

Narrativa. Un viaje aéreo de Bilbao a Nueva York realizado en el otoño de 2008 sirve para articular la novela con la que Kirmen Uribe obtuvo el Premio Nacional de Narrativa 2009, Bilbao-New York-Bilbao. Tal motivo, en sí mismo casi insignificante, le permite al narrador (figura que es un claro trasunto del autor) registrar el presente que le rodea (un paisaje exterior casi todo él anónimo, y anodino y previsible) y, al par, abrir estas páginas al mundo de la memoria y los recuerdos, personales -“buscamos restos de cosas en nuestro interior”-, familiares y colectivos, introduciendo así un buen número de historias y pequeños sucesos, de personajes y de vidas que se relacionan entre sí a partir de una polaridad muy interesante. Si titulo esta reseña “Dos mundos juntos” es por anticipar la ley compositiva de Bilbao-New York-Bilbao, cuyo proceso de escritura también queda evocado en breves pasajes de índole metanarrativa. Si en Las Meninas Velázquez pinta lo que hay detrás de un cuadro y nos muestra cómo se pintaba un lienzo en su época, revelando el artefacto, también el narrador-autor desvela los distintos pasos que se dan en la escritura de una novela y nos cuenta cómo la ha ido escribiendo, incluidas las dudas y las posibilidades desechadas. Uribe parte de un propósito muy concreto, novelar el mundo familiar (en especial la rama paterna) persiguiendo inicialmente descubrir un enigma -por qué el barco del abuelo Liborio se llamaba Dos amigos-, convencido de que tras ese dato se ocultaba algo -acaso una novela sobre el mundo del mar y de los pescadores-, o simplemente contar un suceso chocante: de cómo su abuelo, al saber que le quedaban unos meses de vida, lleva a su nuera al Museo de Bellas Artes de Bilbao y le muestra el mural que Aurelio Arteta pintó para el salón de la casa del arquitecto Ricardo Bastida en el verano de 1922, un cuadro donde se aprecia “el paso del mundo antiguo al nuevo”, el contraste entre el mundo rural y agrario y el mundo urbano y moderno. La polaridad Modernidad y Tradición, Burguesía y Pueblo, Arte y Artesanía u Oficio… articula estas primeras páginas de la novela, mostrando la coexistencia de dos mundos diversos, que se juntan y a la vez se excluyen. Dos mundos que recorren un siglo -desde el naufragio de 1908 al otoño del presente narrativo- y se extienden desde Bilbao a Nueva Cork o desde Ondarroa a la isla de Rockall, donde faenan los marineros vascos. La polaridad es la línea axial de toda la obra, ramificada hasta posibilidades incalculables, pues en su investigación el narrador irá haciendo acopio de un buen número de materiales de todo tipo -cartas, diarios, filmaciones, fotos, leyendas populares, testimonios orales, recuerdos, poemas, información procedente de Internet- que se ensamblan en la novela al modo de un collage, y vertebran un relato en el que la fragmentación y la yuxtaposición y la alternancia tienen sus notas más destacadas. Así, lo que en una típica novela-saga al modo del siglo XIX daría lugar a un volumen de unos cuantos cientos de páginas, en Bilbao-New YorkBilbao la historia de tres generaciones distintas de una misma familia queda reducida a lo esencial, dejando que el lector componga -o recomponga y ordene- la línea del continuum argumental o intuya o complete o desarrolle algunos episodios de los que se muestra sólo lo esencial. Como en Las Meninas, “la propia novela no aparecería en la novela”. Kirmen Uribe trabaja con los materiales de la tradición propia sin renunciar a incorporarle lo legado por otras o los nuevos procedimientos del presente en el que vive, que en última instancia servirán para abrir las ventanas de esa casa. –

Kirmen Uribe: Bilbao-New York-Bilbao. Traducción de Ana Arregui. Barcelona, Seix Barral, 2010.

Original en euskera publicado por Elkar. San Sebastián, 2008.

En gallego: Vigo, Xerais, 2010. Traducción de Isaac Xubín.

En catalán: Barcelona, Edicions 62, 2010. Traducción de Pau Joan Hernàndez.


“La historia de la literatura española se ha parcelado demasiado”

Una de las obras filológicas fundamentales de España en tres décadas ha sido dirigida por este profesor, escritor y crítico. Historia de la Literatura Española. Modernidad y nacionalismo 1900-1939 es el volumen que abre el proyecto.CARLES GELI El País – 27/03/2010

“Ningún país continental ha intentado inventar la noción de literatura europea y pensé que debía abordarse”, afirma José-Carlos Mainer, director de Historia de la Literatura Española. – JULIO FOSTER

No creo que vuelva a escribir más sobre la Edad de Plata y menos obras de este empeño; quizá una biografía de Pío Baroja para 2012, pero poco más; el resto serán artículos o prólogos y homenajes”. Podría ser la típica depresión posparto y más cuando se ha alumbrado un volumen de 800 páginas (Modernidad y nacionalismo 1900-1939), el que abre la Historia de la Literatura Española, de nueve tomos (Crítica), 6.500 páginas, que también ha coordinado. Pero quien conozca a José-Carlos Mainer (Zaragoza, 1944), inasequible al cansancio, lector compulsivo, sabe que el catedrático de Historia de la Literatura en la Universidad de Zaragoza, padre de la fusión de la historia de la literatura con la cultural, está hecho de la madera que le lleva ahora, desde su mullido sofá rojo con tapetes de punto blancos, a tomar ya notas barojianas y comentar aspectos de la literatura. En realidad, una manera de hablar de sí mismo.

PREGUNTA. En su postrera mirada a la Edad de Plata, ¿qué ha dejado de nuevo?

RESPUESTA. Básicamente, el balance global de Juan Ramón Jiménez que, gracias a los expedicionarios filólogos, han dado otra imagen del poeta desde 1982; también haber recuperado a Gabriel Miró y un engarce, vía nihilismo, entre Baroja y Antonio Machado en los años veinte.

P. ¿Se atreve, desde el epílogo, a nombrar a la santísima trinidad entre 1900 y 1930?

R. ¡Buf! Bueno: Juan Ramón, Valle-Inclán y, si me deja hacer pack, la generación del 27.

P. No es usual en obras así incluir volúmenes transversales como tendrá ésta con la Historia de las ideas literarias en España y El lugar de la literatura española.

R. Este último era capital porque establecer el lugar de la literatura española en relación con el resto de literaturas peninsulares requiere espacio, así como con la literatura europea: ningún país continental ha intentado inventar la noción de literatura europea y pensé que debía abordarse, y, claro, la relación con Hispanoamérica: ninguna otra literatura europea se ha relacionado tanto con la de sus colonias… Quizá la inglesa y no estoy seguro.

P. ¿Qué tal esas relaciones?

R. Ya todo el mundo admite una primera fase de literatura colonial; una segunda, en el siglo XIX, de evolución en común, y una tercera, en el XX, de emancipación y en la que, además, son ellos los que pasan a dictar nuevas reglas.

P. Ahora parece un periodo de mayor desconocimiento literario no sólo entre España y Latinoamérica sino entre los mismos países del continente. Apenas Roberto Bolaño es denominador común.

R. Sí, hasta los años sesenta se da una notable identidad de mercado; si se acudía al mercadillo de la plaza de Armas de La Habana, donde tras la revolución se liquidaban muchos libros, uno veía que la biblioteca de un cubano era la misma que la que hubiera tenido de haber vivido en Madrid. Eso se acabó por el crecimiento de los mercados internos y por el debilitamiento del sentimiento hispanoamericano; hoy, un libro como el Canto general de Pablo Neruda, de 1950, es impensable; el boom de los sesenta aún se vivió colectivamente, pero ya nada más. De la unidad se mantiene sólo la retórica.

P. ¿Sigue siendo el periodo 19001930 el del gran salto de la cultura española y, por ende, literario, o lo ha sido más el de los años ochenta?

R. Cuando escribí con Santos Juliá El aprendizaje de la libertad: 1973-1986, no tuve el atrevimiento de decir que igual fueron más importantes los ochenta. Hoy me inclinaría a ello por la internacionalización. Es lo único que le faltó al periodo 1900-1930: la proyección exterior. En la novela es clarísimo: está Álvaro Pombo, Javier Marías…

P. Atribuible a…

R. Al clima de creatividad y ruptura junto a la sensación de desazón y fracaso que se da en la primera Transición, la melancolía por lo que no se ha hecho; sobre esas contradicciones creció eso. Y también al final de las novelas estructuralistas y ese dejarse ya de realismo mágico y empezar a hacer obras como Relatos sobre la falta de sustancia, de Pombo, o Visión del ahogado, de Juan José Millás.

P. Otra santísima trinidad del momento.

R. Pues Pombo, Fernando Savater y Luis García Montero.

[]

P. Ensayo-novela también lo es Javier Cercas y su Soldados de Salamina o Anatomía de un instante.

R. Sí, marca la narrativa actual: el escritor entra en la realidad y se pinta ahí; aflora su intimidad, el individuo pasa por cosas que no entiende y sale la autoficción. Ahí está Kapuscinski, que no sé si fabuló o no, pero leí El imperio hace poco: soberbio; o el Ian MacEwan de Chesil Beach

Pero es que Baroja y Pla ya hicieron eso en los sesenta.

P. En Soldados de Salamina es clave el autor falangista Rafael Sánchez Mazas. ¿La prevención izquierdista ha provocado injusticias con la literatura fascista?

R. La literatura fascista española, quitando a Ernesto Giménez Caballero, es poco importante. Agustín de Foxá y Sánchez Mazas son escritores de principios de siglo rezagados y los demás, galería de personajes curiosos. Pero convenía estudiarlos y fijarlos. Quizá esa prevención se comió a Manuel Machado como, rota la prevención del éxito, hay que admitir la calidad de Vicente Blasco Ibáñez. Ahora, tampoco hay que llegar hasta el extremo de loar una obra de Foxá como Misión en Bucarest. No es para tanto.

P. ¿También se da el revisionismo en literatura?

R. Hemos logrado ser menos sectarios, pero es que a lo que ocurre con la Historia lo llamaría ya negacionismo. El marco es la refundación de la derecha, que tuvo su ascensión en el aznarismo y ha culminado con la Iglesia católica reclamando que sus mártires de la guerra fueran santos. Y con eso, quieran o no, han replanteado la Guerra Civil. Hubo un pacto de historiadores en la Transición donde ya quedó claro que hubo barbaridades en el bando republicano, siempre se ha sabido lo de Paracuellos… La Iglesia tenía que haberse abstenido.

P. Usted también es culpable de una corriente que defiende que no hay ruptura cultural entre los años treinta y los cincuenta. ¿No vamos muy lejos?

R. Camilo José Cela es heredero de Valle-Inclán y Pío Baroja. Su neocasticismo sólo tenía de nuevo su sentido del negocio literario; la revista Escorial era Cruz y Raya pero sin José Bergamín; Destino copió al catalán Mirador; cierta resistencia cultural silenciosa contactó con el exilio… La historia de la literatura española se ha parcelado demasiado. Eso debe cambiar.

Pero esa historia ya no la hará él.

* * * * * *

Nueve volúmenes

Tres años ha tardado José-Carlos Mainer para acabar la obra. La Historia de la Literatura Española tendrá nueve tomos: Edad Media, a cargo de Juan Manuel Blecua y María Jesús Lacarra; Siglo XVI, Bienvenido Morros; Siglo VII, Pedro Ruiz Pérez; Siglo XVIII, María Dolores Albiac; Siglo XIX, Cecilio Alonso; Modernidad y nacionalismo (1900-1936), José-Carlos Mainer; Siglo XX (1939-2010), Jordi Gracia y Domingo Ródenas; Historia de las ideas literarias en España, José María Pozuelo, y El lugar de la literatura española, Fernando Cabo Aseguinazola.

La sabiduría portátil del desterrado

Los apuntes que Gregorio Marañón escribió en el exilio trazan su retrato intelectual durante la Guerra Civil

JAVIER RODRIGUEZ MARCOS El País – 27/03/2010

Gregorio Marañón y la esposa del político francés Édouard Herriot, por las calles de Toledo el 2 de noviembre de 1932.- ALFONSO (ARCHIVO GREGORIO MARAÑÓN Y BERTRÁN DE LIS)

Es absurdo que en la política se considere como fracaso el principio fundamental de la experimentación: el retirarse cuando se fracasa”. En algún momento entre 1937 y 1942 Gregorio Marañón, de cuya muerte se cumple hoy medio siglo, anotó esta frase con letra microscópica en la libreta que llevaba siempre en el bolsillo. En ella fue consignando una serie de apuntes inéditos que ven ahora la luz con motivo de la exposición Marañón. 1887-1960. Médico, humanista y liberal, que puede verse en la Biblioteca Nacional y que luego viajará a Santander y Toledo.

Oscurecidas por el tiempo, esas hojas contienen tanto la sabiduría portátil de un intelectual poliédrico como las reflexiones de un exiliado. La primera tiene la chispa de los mejores aforismos (“El único medio de tener tiempo para hacer muchas cosas es tener muchas cosas que hacer”. “Las grandes fortunas se hacen aprovechando los céntimos. Las obras copiosas, aprovechando los minutos”). Las segundas son una mezcla de autorretrato y lamento de un miembro, con matices, de la tercera España que se instaló en París para evitar que alguna de las otras dos, como avisó Machado, le helara el corazón. “La revolución es el momento de los fracasados, de los anormales y de los genios. Los hombres normales tienen poco que hacer en ella”, escribió.

Fundador con Ortega y Gasset y Pérez de Ayala de la Agrupación al Servicio de la República, que impulsó la llegada del régimen republicano, Marañón acogió el 14 de abril de 1931 en su despacho de Serrano 43 la mítica reunión en la que el conde de Romanones y Alcalá-Zamora modelaron la transición entre Monarquía y República. Todo se torció para él con la sublevación franquista y con los desordenes que vivió en el Madrid leal en agosto y septiembre de 1936. El asesinato de alguno de sus colaboradores, su paso por las checas y, paradójicamente, la presión para que firmara -sin “gran satisfacción interior”- un manifiesto de adhesión republicana le distanciaron del régimen por el que tanto había luchado y le pusieron en el camino del destierro. “En los que hacen la revolución está el alma ciega de los resentidos; pero en los que se defienden de la revolución ¿no está el alma ciega de los egoístas?”, se lee en una de las notas de su libreta. Y también: “En las luchas sociales, el pueblo no siempre tiene razón; pero es siempre el que tiene más razón para no tenerla”.

Gregorio Marañón era una eminencia en Francia y no tuvo problemas para ejercer la medicina. Desde 1932 era doctor honoris causa por la Sorbona. En 1956 sería nombrado académico el mismo día que Churchill y Eisenhower. En París pudo por tanto vivir sin opulencia pero con la tranquilidad suficiente para trabajar en obras clave como el Manual de diagnóstico etiológico, un clásico de la medicina contemporánea, o su Historia de las emigraciones y destierros políticos en España, que no pasó de proyecto pero que daría lugar a multitud de monografías, entre ellas la mítica Antonio Pérez (el hombre, el drama, la época), su gran aportación a la historiografía española.

Pero también en París cometió un error de apreciación impropio de alguien que un día sacó su cuadernito del bolsillo para apuntar esto: “Ser historiador no es saber la Historia pasada sino comprender la Historia presente”. Como explica Antonio López Vega, director de la Fundación Gregorio Marañón, comisario junto a Juan Pablo Fusi de la exposición de la Biblioteca Nacional y autor de una biografía del médico humanista que verá la luz en septiembre, “Marañón minimizó el peligro que suponía Franco. Pensó que la suya sería una dictadura transitoria como la de Primo de Rivera, a la que él se había opuesto. Por eso, entre 1937 y 1939, y sólo entre esos años, apoyó al bando nacional como mal menor para una España en la que, decía, luchaban dos bandos antidemocráticos: uno que llevaba a una dictadura bolchevique permanente y otro que conducía a la dictadura franquista, que él creía efímera”. Más apuntes del cuadernito parisino. Uno: “El triunfo no es un regalo sino un préstamo que hay que devolver, con intereses usurarios, en forma de generosidad”. Otro: “En la oposición de los hombres frente a los cargos públicos hay una absoluta oposición entre el querer y el deber. El que quiere un puesto es que no debe ocuparlo. El que lo ocupa y lo quiere conservar es que se debe ir (las dictaduras, por ejemplo). El que quiere irse, debe quedarse. Por la magnitud del deseo de irse se mide la necesidad de quedarse”.

El autor de Ensayos liberales, que se consideraba católico de religión pero no de profesión, volvió a España en 1942, año en que se detienen sus anotaciones inéditas. Su ideario estaba ya hecho. Y de él formaba parte fundamental la reivindicación de los exiliados: “Cada mañana, del corazón de cada desterrado, aun del más hostil, nace una oración por su patria. Sin destierro, la Patria perdería sus súbditos más puros”. Además, si su defensa del liberalismo le llevó en 1958 a hacer una declaración contundente a un periódico mexicano -“el actual régimen le viene chico a España”- ya en París, con contundencia similar, había escrito: “Hay hombres que sólo viven a gusto en la oposición. Yo soy uno de ellos. Es como un (masoquismo) social. Pero creo que fecundo. La vida oficial mata toda la iniciativa profunda de los hombres”. Unas hojas antes puede leerse: “Si hay hombres que no tienen la conciencia de que algunas horas de su vida debieran borrarse a toda costa, quisiera conocerlos… para no fiarme de ellos”.

Consciente de que el liberalismo no consiste en carecer de criterio sino en no imponer violentamente el propio, Gregorio Marañón, que lo fue todo en la ciencia y en la cultura, fue también consciente de sus limitaciones: “Los grandes políticos son sólo aquellos que tienen o una fe ilimitada en los hombres o un profundo desprecio por ellos. Esta es la razón por la cual los hombres liberales y humanistas no serán nunca grandes políticos: para ellos, el hombre no merece ni la confianza ni el desprecio, sino simpatía, piedad y comprensión”. –

Gregorio Marañón 1887-1960. Médico, humanista y liberal. Biblioteca Nacional. Madrid. Hasta el 6 de junio. www.bne.es.