El juez Garzón y la elegía

FANNY RUBIO – El País –  21/03/2010

Desde que Jorge Manrique escribiera las Coplas de pie quebrado a la muerte de su padre, la elegía es seguramente el género más aceptado de nuestro bagaje cultural. Los pueblos conjuran desde antiguo la muerte con el canto por los que se han marchado y hasta los animales tienen maneras que un zoólogo podría explicar para compartir ritualmente la muerte de sus iguales. En nuestra cultura contamos con grandes elegías-río que han pasado a formar parte de la literatura: el Arcipreste de Hita, Espronceda, García Lorca, Miguel Hernández, León Felipe o Luis Cernuda inmortalizaron a Trotaconventos, Teresa, Sánchez Mejías, Ramón Sijé y otros.

No existe idioma sin plantel elegíaco, no hay democracia que no cante a sus muertos de guerra, pues ellos sacralizan el espacio común. Por eso es triste que la elegía pendiente de nuestras víctimas del franquismo y su reparación por parte de la Justicia puedan acabar en un borrón que difumina ciento catorce mil nombres de desaparecidos en las cunetas de nuestra tierra, si se corta la mano -como en las tiranías que rechazamos cada día- de quien osó levantar el velo ignominioso. ¿Hay que exigirle a un juez que no se conmueva por tanto dolor infligido, que no mueva un folio y escriba, a su manera, la elegía? ¿Existe la fórmula jurídica que pueda enjugar las últimas lágrimas pendientes de los que se quedaron en el mayor desvalimiento, y reconocer en nombre de un Estado democrático el sacrificio de tantas vidas arrebatadas que permanecen en el más cruel anonimato? ¿Puede la Justicia encogerse de hombros cuando lee testimonios fehacientes relativos al robo de treinta mil menores arrancados a sus madres republicanas a lo largo de dos decenios, niños de ayer que hoy desconocen su identidad original cuando los saludamos en nuestro trabajo, en la peluquería o en el supermercado?

Si quienes velan por el Estado de Derecho entonan la “antielegía”, es decir, la negación documentada de la reparación, el olvido de las víctimas y el desprecio al dolor infligido, pervivirá la mutación histórica de una cadena de generaciones españolas crecidas en el engaño. ¿Es eso lo que se persigue? La magistrada Margarita Robles, vocal del Consejo del Poder Judicial, en un escrito oficial en que anuncia su inhibición del proceso de suspensión abierto al magistrado Baltasar Garzón que la recusa, utiliza licencias más propias de un ejercicio escolar que de un documento jurídico de inhibición, empleando un “tú más”, o “tú antes que yo” al llamar a la recusación por “enemistad manifiesta” de que es objeto, “especulaciones y disertaciones literarias”, es decir, boberías propias de escritores, profesores o críticos creadores de elegías.

Sin embargo, la Justicia es compatible con la práctica literaria, como sucede en el documento de la instrucción que da trámite a la querella contra Baltasar Garzón, donde se hacen referencias coloquiales al “artilugio jurídico montado” por el único juez que ha osado levantar el velo de la impunidad del franquismo. Baltasar Garzón es retratado en su celo profesional como si hubiese sido afectado por una suerte de bulimia hiperactiva. ¿Es lógico asombrarse de que el hoy querellado juez pida asesoramiento a un grupo de expertos? ¿Es por ello por lo que éste tiene “motivos ocultos”, o tal vez cierta bulímica actividad “pretendidamente investigadora”? En nuestro país, abundoso en elegías que honran a quienes ya no están, ¿pudiera caber, no obstante, el vilipendio añadido a un ciudadano cercado por alianzas contra-natura, adivinado inquisitorialmente en sus más íntimos pensamientos y acusado en su “momento culminante de antijuricidad”, como relata el documento inculpatorio?

No hacía falta referirse al franquismo como hecho barroco de “brutales efectos de aquel plan de los asesinos y torturadores”, cuando leemos todos los días que está probado por la justicia internacional que se llama, sencillamente, “crimen contra la humanidad”. Sin embargo, lo de “brutal efecto de aquel plan de asesinos y torturadores”, que el documento instruido por el magistrado Varela señala como propio de aquella detestable posguerra, nos aleja demasiado, por hiperbólico o truculento, de una realidad de la que parten desgraciadamente las terminales nerviosas de una compleja gama de españoles, situados entre el silencio y la exigencia de verdad, y en la que permaneceremos enrocados, per secula seculorum, si tiene lugar la “ejemplarizante” inhabilitación de un juez por un delito que el Ministerio Fiscal no reconoce.

A veces convendría retornar, de la novela negra tomada por los pelos al arte que conmueve, a los ojos abiertos de quienes, pese a lo peor, resistieron hasta el final dignificando la memoria de todos y a quienes el más alto tribunal de su país podría negar en breve el juez y la elegía.

Fanny Rubio es escritora y catedrática de Literatura Española de la Universidad Complutense de Madrid.

Excelencia, esto ocurre en Auschwitz

El Gobierno de Franco supo de los horrores de los nazis contra los judíos. El joven diplomático Sanz Briz, destinado en 1944 en Budapest, envió a Madrid un informe que avisaba del exterminio en Auschwitz. Hasta ahora tenía el sello de “No mostrar”

JUAN DIEGO QUESADA – El País –  21/03/2010

Franco y Hitler en Hendaya, en 1940.- EFE

Una mañana, de los vagones bajan 45.000 judíos llegados de Salónica, demacrados y hambrientos. Unos 10.000 son seleccionados para los campos de trabajo y al resto los envían directamente al crematorio. Los que se salvan, hacinados en barracones, no soportan las duras condiciones del lugar y al poco tiempo enferman de paludismo. Los guardias alemanes, con sus botas militares y los perros, les recomiendan que vayan al hospital del campo de concentración, algo que desaconsejan los prisioneros veteranos. Saben cómo se las gastan allí. A pesar de las advertencias, los griegos se presentan en el centro médico, donde a medida que van pasando reciben en el corazón una inyección de fenol que acaba con sus vidas. Sus cadáveres se apilan más tarde en la puerta del bloque de enfermería, donde nunca entra el sol. Eso no tiene ninguna importancia aquí, en Auschwitz-Birkenau, 1943.

Estos detalles del día a día en el mayor campo de exterminio de la Alemania nazi, donde fueron aniquiladas entre 1,5 y 2,5 millones de personas, quedaron reflejados en un informe que dos jóvenes eslovacos escribieron tras escapar del lugar. El texto, escrito a máquina y en un dificultoso francés, llegó a manos de Ángel Sanz Briz, un joven diplomático español destinado en el Budapest ocupado por los nazis. Tras leerlo, remitió el documento en agosto de 1944 al ministro de Asuntos Exteriores, José Félix de Lequerica. No consta que Sanz Briz recibiese una respuesta.

Foto de archivo de los supervivientes del campo de concentración de Auschwitz tras la llegada liberadora de los soldados soviéticos, el 27 de enero de 1945.-

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Human Rights Watch critica la Ley española de Amnistía

La organización de derechos humanos sale en defensa del juez Garzón

CARMEN PÉREZ-LANZAC El País19/03/2010

Si desde España asociaciones de jueces y de derechos humanos miran con incredulidad el proceso abierto contra el juez Baltasar Garzón, desde una de las mayores organizaciones internacionales de protección de los derechos humanos también. Human Rights Watch (HRW) ha salido hoy en defensa del Magistrado de la Audiencia Nacional, que actualmente tiene tres querellas pendientes en el Tribunal Supremo y al que el Consejo Superior del Poder Judicial estudia suspender de manera cautelar. Según la organización no gubernamental, “las autoridades españolas deberían cumplir la recomendación de las Naciones Unidas de poner fin a la Ley de Amnistía de 1977, en lugar de investigar a un magistrado que busca la rendición de cuentas por los abusos del pasado”.

“Los tribunales españoles, que se han distinguido por no investigar denuncias de delitos aberrantes cometidos en el pasado, curiosamente hoy están siendo activos en la investigación de un magistrado que buscó impulsar la rendición de cuentas por esas atrocidades”, dice José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. “Desde HRW estábamos preocupados por los ataques contra el juez Garzón”, explica Reed Brody, consejero jurídico y portavoz de la organización internacional. “Muchas de las cuestiones que se están investigando se salen de nuestra esfera, como la politización de la justicia española o el tema de los pagos del Banco Santander”, dice el experto en justicia internacional sobre las querellas que penden sobre el juez. “Pero tenemos claro que nos preocupa que un juez que tanto ha hecho por la justicia en el mundo, cuando decide centrar su atención en las injusticias cometidas en su propio país, se vea bajo ataque. Nunca pensamos que estas querellas llegarían tan lejos como para poner en peligro su carrera profesional, por eso hemos decidido pronunciarnos. Y porque tenemos claro es que una ley de amnistía no puede eliminar la posibilidad de perseguir crímenes de lesa humanidad”.

El comunicado hecho publico hoy por Human Rights Watch expresa el punto de vista de esta organización sobre el caso abierto contra el juez: “Baltasar Garzón está siendo investigado penalmente por indagar 22 casos de presuntas detenciones ilegales y desapariciones forzadas de más de 100.000 víctimas, ocurridas entre 1936 y 1951. Los tribunales españoles han impedido sistemáticamente las investigaciones sobre abusos cometidos durante la guerra civil que sufrió el país (1936-1939) y la dictadura del General Francisco Franco (1939-1975), invocando una ley de amnistía de 1977 que se aplica a todos los delitos ‘de intencionalidad política’ cometidos antes de diciembre de 1976. Uno de los principales argumentos en contra de Garzón es que en su investigación sostuvo que la ley de amnistía no se aplicaba a los delitos de lesa humanidad. El Tribunal Supremo está llevando a cabo una investigación penal para determinar si Garzón incurrió en el delito de prevaricación. Un magistrado del Tribunal Supremo afirmó que Garzón no había aplicado la ley de amnistía de 1977 a los casos de desapariciones forzadas, y que no existen fundamentos de derecho internacional para impedir que estos delitos se beneficien de la ley de amnistía. Garzón apeló esta decisión y la apelación se encuentra pendiente. Conforme al derecho internacional, los gobiernos tienen la obligación de garantizar a las víctimas de violaciones de derechos humanos un recurso efectivo, incluidas la justicia, la verdad y reparaciones adecuadas”.

Human Rights Watch recuerda que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos determinó el año pasado, como principio general, que las leyes de amnistía son generalmente incompatibles con la obligación de los estados de investigar los actos de tortura o barbarie. La organización reconoce además la contribución del Magistrado Garzón para obtener justicia en el caso del dictador chileno Augusto Pinochet o en la extradición desde México del ex militar argentino Ricardo Miguel Cavallo.

“La interpretación rigurosamente ajustada al derecho internacional realizada por Garzón ha ayudado a promover la justicia por violaciones graves de derechos humanos cometidas en otros países”, dice Vivanco. “Es irónico que España no esté cumpliendo con los estándares que Garzón ayudó a hacer cumplir en el extranjero”.

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El vicepresidente del Poder Judicial cree que habría que suspender a Garzón de forma “automática”

Una exaltación del franquismo menos

Defensa retira la estatua ecuestre del Arsenal Militar de Ferrol y la deposita en un almacén

Público – 18/03/2010

La estatua ecuestre del dictador Francisco Franco, que permanecía en el patio de Herrerías del Arsenal Militar de Ferrol, ha sido finalmente retirada esta tarde, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. La figura ha sido trasladada en un camión a un almacén militar próximo a la escuela naval Antonio do Escaño de Caranza. Allí permanecerá en un almacén, oculta bajo una lona.

La maniobra, que fue bastante compleja por las dimensiones de la efigie de bronce, de más de ocho toneladas de peso y seis metros de altura, se inició a las cuatro de la tarde. Un arnés sujetaba tanto al jinete como a su montura, en el interior de una jaula construida para asegurar el transporte de la estatua.

Una grúa izó la estatua hasta un camión góndola, que la traslado a lo largo de un kilómetro y medio por el interior del recinto militar y del astillero ferrolano de Navantia, por un espacio restringido lejos de las miradas del público.

Fuentes militares calcularon que la maniobra podría completarse en aproximadamente tres horas y confirmaron que será el Ministerio de Defensa el que corra con los gastos del traslado. La estatua será depositada en el interior de una nave de repuestos de la Marina, en Caranza, dentro del recinto militar, donde la cubrirán con una enorme lona para mantenerla oculta.

Regalo de la ciudad al dictador

Una docena de trabajadores del Arsenal y operarios participaron esta tarde en la maniobra de traslado de la polémica estatua ecuestre entre fuertes medidas de seguridad para sujetar la pieza escultórica. La estatua fue un regalo de la ciudad al dictador en 1967, y pasó varias décadas en el centro de la plaza de España de Ferrol, puerta de la entrada a la ciudad natal de Franco.

En julio de 2002, un gobierno local encabezado por el BNG retiró la estatua para iniciar las obras de remodelación de este espacio y deposito la efigie en un lateral del patio de Herrerías, delante del Museo Naval de la ciudad.

Allí ha permanecido los últimos ocho años, y en enero el Ministerio de Defensa exigió al Ayuntamiento ferrolano la retirada de la estatua ecuestre. El 14 de enero, el alcalde de Ferrol, Vicente Irisarri, del PSOE, anunció que la corporación local, propietaria de la estatua, había acordado en Junta de Portavoces guardar la efigie en un almacén militar.

Familiares de dos hombres brutalmente asesinados en 1936 reciben hoy sus restos

Castor Cordal, de 27 años y Ramón Barreiro, de 19, fueron exhumados en octubre.- La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica convoca un acto de homenaje en Cambados (Pontevedra)

NATALIA JUNQUERA El País19/03/2010

Foto: Castor Cordal Garrido.-

Dos familias recibirán hoy los restos de dos hombres brutalmente asesinados el 15 de septiembre de 1936 en el municipio pontevedrés de Barro. Se trata de Castor Cordal Garrido, de 27 años, electricista de la CNT, y Ramón Barreiro, de 19, que escribía en gacetillas locales. Ambos fueron exhumados por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica el pasado 22 de octubre y han sido identificados por el forense José Luis Prieto en el laboratorio que la asociación tiene en Ponferrada.

Antes de enterrarlo, un cura mutiló el cuerpo de Barreiro, el más joven, para robarle el anillo que llevaba en un dedo. Y poco antes de matar a Cordal, los asesinos acudieron a su casa para humillar a su familia. Sacaron a sus hermanas y las hicieron bailar desnudas delante de ellos, según relató a este diario Josefina, de 83 años, hermana de Castor.

Ramón Barreiro era soltero y pertenecía a una familia de tradición republicana. Su hermano fue a la guerra y se pasó al lado republicano, lo detuvieron y estuvo ocho años preso. A él le delató un cuñado de su madre, que fue violada y rapada al cero. Murió poco después.

Castor Cordal, electricista de la CNT, estaba casado y no tenía hijos. Supo siempre que irían a por él y se escondió mientras pudo, hasta que le delataron.

Foto: Ramón Barreiro, rodeado de familiares-

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Los asesinos no sólo mataron

¡Burgueses del mundo, uníos!

Las clases medias crecen a un ritmo de vértigo en los países emergentes, pero no combaten a los regímenes autoritarios que los gobiernan

ANDREA RIZZI El País18/03/2010

La expansión de las clases medias en los países emergentes avanza a un ritmo vertiginoso. El crecimiento económico sostenido de muchos países muy poblados está impulsando el ascenso social de grandes masas. Más de 1.840 millones de personas viven ya en hogares con una renta por habitante de entre 10 y 100 dólares al día, según un estudio publicado recientemente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En 2000, eran 1.360, sólo 140 millones más que en 1992, aclara Homi Kharas, economista autor del estudio. Utilizando otros parámetros, algunos analistas calculan que la mitad de la población mundial pertenece a la clase media. Los datos difieren según el criterio elegido, pero nadie discute la tremenda aceleración del avance burgués en la última década.

Muchos analistas y políticos vinculan a esta histórica y asombrosa elevación social esperanzas de una expansión y arraigamiento de la democracia y las libertades civiles. En Occidente, en siglos pasados, precisamente las clases burguesas fueron alma y músculo del desarrollo liberal. Sin embargo, tras una etapa de notable crecimiento a principios de los noventa, el número de democracias en el mundo es hoy igual que en 1995: 116, según la prestigiosa Freedom House, institución fundada en 1941 y con sede en Washington.

Al final de una década de fuerte desarrollo, las clases medias de países tan relevantes como China o Rusia siguen pareciendo más aquiescentes ante regímenes autoritarios que garanticen estabilidad, que ansiosas por conquistar nuevas parcelas de libertad. ¿Por qué no siguen el camino de sus antecesores occidentales?

“Estas nuevas clases medias en países emergentes son todavía frágiles y temen la inestabilidad. Están dispuestas a aceptar regímenes autoritarios que ofrezcan orden, a cambio de que éstos no frustren con excesiva corrupción y clientelismo su ambición de avance social, su aspiración a competir en igualdad de condiciones y su deseo de transmitir a los hijos un futuro mejor”, opina el historiador británico Lawrence James, autor de The middle class: a history, en conversación telefónica desde Oxford.

Cada país tiene sus características, y los obstáculos al camino democrático en un país islámico no son los mismos que en un régimen comunista o una dictadura militar. Pero existen rasgos comunes en un grupo social que, en el fondo, persigue los mismos intereses en todas partes. La preocupación de los neoburgueses por conservar los logros recientes, por ejemplo, es un esquema clásico. Como señala James, oficinistas y profesionales chinos, rusos o vietnamitas deben de sentir ahora algo muy parecido a lo que muchos españoles sintieron en los años sesenta.

Los neoburgueses, sin embargo, tienen un potencial obstáculo ulterior en el camino a la plenitud democrática y al Estado de derecho. Las burguesías occidentales que arrollaron inexorablemente un régimen tras otro son cuerpos sociales dotados de una profunda espina dorsal, que tiene su raíz en el pensamiento griego y el derecho romano; continúa con la Carta Magna británica, el Renacimiento y la Ilustración; y culmina con las revoluciones francesas y americanas. La falta de ese bagaje podría complicar el viaje de los nuevos burgueses.

Una encuesta del Pew Global Attitudes Project publicada el año pasado ofrece datos interesantes al respecto. El estudio, centrado en 13 países emergentes, sugiere que sus clases medias desean con mayor intensidad que sus conciudadanos más pobres el establecimiento de la democracia y el respeto de las libertades civiles. El desfase entre el grupo social medio y el bajo se repite con distancias significativas en casi todos los apartados del sondeo. En Rusia, por ejemplo, el 51% de la clase media cree que es “muy importante” que las elecciones sean limpias. Sólo el 37% de la clase baja lo cree así.

Sin embargo, las variaciones entre países son muy grandes. Al 51% de Rusia o de Egipto, se corresponde un 80% en Chile y un 69% en Brasil. La base de impulso de reformas democráticas en algunos países es muy inferior que en otros. El bienestar va acompañado de una mayor sensibilidad democrática y liberal, pero el punto de partida sí pesa para alcanzar una masa crítica, un umbral que desencadene la lucha política.

“El desarrollo económico es naturalmente un aspecto de importancia fundamental, pero no lo es todo. El bagaje cultural también importa”, considera Richard Wike, director adjunto del Pew Global Attitudes Project, desde Washington. “El desarrollo facilita y sostiene la democracia, pero no la garantiza”.

Homi Kharas -que trabaja en The Brookings Institution y ha publicado de The emerging middle class in developing countries en enero- considera, sin embargo, que la cuestión cultural no es muy relevante. “Creo que en definitiva siempre son los intereses materiales los que empujan a luchar. Las clases medias que han luchado en el pasado no lo han hecho por ideas abstractas, sino en vista de beneficios concretos”, dice Kharas, desde Washington. “Es cierto que estas clases no han cosechado claros avances políticos, pero sí han logrado la expansión de las libertades económicas, que es lo que más les ha interesado hasta ahora. Han tenido un impacto, aunque no han hecho que cayeran regímenes”.

“La herencia cultural tiene su importancia”, argumenta James, “y algunos países emergentes cuentan con la semilla de los valores del Estado de derecho sembrada desde la etapa colonial. Pero para que se produzcan empujones contra regímenes a menudo dispuestos a utilizar la fuerza son necesarios puntos de ruptura, elementos de exasperación. Un caso típico es la excesiva corrupción de un régimen, que afecta a la vida cotidiana, obstaculiza los negocios y desata la rebelión”, apunta James. Es significativo recordar en esa óptica el actual esfuerzo del Kremlin y del Partido Comunista chino para frenar la corrupción local.

Con inteligencia, muchos regímenes han ablandado puntos de fricción con esas clases que pueden arrasarlos con la fuerza de una oleada. La exitosa fase de expansión de la democracia en Europa del Este tras la caída del muro de Berlín -en la que el número de países democráticos pasó de 76 a 118 entre 1990 y 1996- fue un abrazo deseado durante décadas de opresión y penurias. Ahora, una mezcla hábil de creciente bienestar y formas de control menos opresivas pueden garantizar a los regímenes autoritarios que las clases medias se queden mansas en el plano político.

Historias positivas no faltan, las clases medias tienen mucho que ver con el admirable rumbo democrático seguido por grandes países como Brasil o Indonesia, pero el dato estadístico de Freedom House pesa como una piedra: 116 democracias hoy, igual que en 1996. Entonces, había 600 millones de burgueses menos en el mundo.

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Desoccidentalización

Las Damas de Blanco retan al Gobierno cubano por cuarto día

Hoy se cumplen siete años del inicio de las redadas contra los 75 disidentes, 53 de ellos todavía en prisión

MAURICIO VICENT- El País 18/03/2010

Esta vez no hubo golpes ni violencia. Pero no faltaron los insultos y un sonado acto de repudio contra las Damas de Blanco, en su cuarto día de protestas para reclamar la liberación de sus familiares presos. Obviamente, la estrategia de las autoridades cambió: si el miércoles la manifestación de mujeres opositoras fue interrumpida por la fuerza cuando llevaban caminadas unas pocas manzanas, este jueves el grupo de Damas de Blanco pudo completar un recorrido de unos cuatro kilómetros por las principales calles de La Habana Vieja y Centro Habana, donde muchos transeúntes, niños y curiosos contemplaron el espectáculo con sorpresa.

Por la calle peatonal de Obispo, el parque Central y la avenida de Neptuno, centenares de partidarios del Gobierno siguieron a la treintena de Damas de Blanco. Las increparon en todo momento, con palabras ofensivas y consignas del tipo “Esta calle es de Fidel”, pero las mujeres estuvieron rodeadas por un cordón de seguridad y no hubo incidentes. Fue notorio el interés por impedir los problemas.

La convocatoria, en la iglesia de la Merced, patrona de los presos, tenía una significación especial: el propósito de las Damas era conmemorar el séptimo aniversario del inicio de las redadas contra 75 disidentes, el 18 de marzo de 2003, y demandar la liberación de los 53 que todavía se encuentran en prisión.

“Hoy se cumplen siete años del encarcelamiento de nuestros familiares. No vamos a dejar de marchar suceda lo que suceda, que ellos hagan lo que quieran”, dijo al iniciar la marcha Laura Pollán, esposa de Héctor Maseda, condenado a 25 años en los juicios sumarísimos de 2003. Al igual que otras mujeres del grupo, Pollán llevaba el brazo escayolado tras la bronca del día anterior. El acto de repudio terminó en su domicilio, donde Pollán y el resto de las mujeres volvieron a expresar su determinación de salir a la calle cada día hasta el próximo 21 de enero, cuando terminarán las jornadas de protesta.

Como la víspera, junto a las mujeres marchó Reyna Luisa Tamayo, madre del preso Orlando Zapata, que murió el 23 de febrero después de 85 días en huelga de hambre, suceso que ha provocado una movilización opositora sin precedentes. En un hecho inusual, la televisión cubana emitió el miércoles imágenes de las Damas de Blanco durante las protestas de esta semana, y acusó al grupo de mujeres de recibir financiamiento de Estados Unidos y de prestarse para una “campaña” de desprestigio de la revolución. Este jueves, por las calles Obispo y Neptuno, en medio de la gritería, muchos cubanos se cruzaron con ellas por primera vez.

Un infinito panteón de las letras

José Carlos Mainer coordina los nueve tomos de la monumental ‘Historia de la literatura española’, un compendio de 6.500 páginas desde la Edad Media hasta hoy

CARLES GELI El País19/03/2010

Emilia Pardo Bazán, Ortega y Gasset, Unamuno y Valle-Inclán vistos por Sciammarella.- SCIAMMARELLA

José Carlos Mainer (Zaragoza, 1944) se siente “insólitamente vacío” por vez primera en su vida. Catedrático de Historia de la Literatura en la Universidad de Zaragoza, el gran especialista en la Edad de Plata española, considerado pionero de la historia de la literatura como historia cultural, se siente así porque, lector voraz y trabajador incansable, tras casi tres años se acaba de liberar de la dirección de un monstruo de 6.500 páginas. Son las que conforman la Historia de la Literatura Española que lanza Crítica, obra que se ha estrenado con el sexto volumen, Modernidad y nacionalismo 1900-1939, 828 páginas que firma el propio Mainer.

La empresa está llamada a ser un hito en la filología española. Hace tres décadas que no se publica una obra de estas características, desde que en 1979 Ariel decidiera editar una Historia de la Literatura Española dirigida por hispanistas ingleses y cuyo volumen destinado al siglo XX revisó ya el propio Mainer. Entre otros más de por medio, el último gran intento fue en Espasa en 1998, con el hoy presidente de la RAE Víctor García de la Concha, ambiciosa obra de la que sólo aparecieron cuatro tomos.

“Que hasta ahora no haya salido otra responde sólo a un tema comercial: al calor de los cambios políticos de los se quiso orear el panorama y el mercado casi se saturó; desde entonces, una excelente producción de estudios filológicos permite una masa crítica que justifica que se revise a partir de una historia literaria”, expone Mainer como muestra, una vez más, de su capacidad de leer en clave de historia cultural.

Otro elemento diferenciador es la estructura que tendrá la Historia…, que arranca con la Edad Media y sigue con sendos volúmenes para los siglos XVI a XIX. El XX, iniciado por Mainer, lo completará uno que llegará hasta 2009, el más delicado. Así, cada tomo tendrá cuatro bloques: el primero, una especie de pensamiento literario del momento, al que seguirán aspectos de la industria cultural, el patrimonio literario (fijándose más en los textos que los autores) y un cuarto titulado Textos de apoyo. Ese y el primero, iconoclastas en una obra así.

“He pedido que cada tomo arranque con un interrogante sobre el campo literario, entendido a partir del concepto de Pierre Bordieu, mientras debían acabar no tanto con la clásica antología de textos sino con documentos de historia literaria, como opiniones de un autor o entrevistas”.

Coherente con su manera de ser que le impide moralmente tener discípulos (“porque conlleva que uno sea maestro”), Mainer ha sido generoso tanto en la elección de sus colaboradores como en el supuesto canon que acaba imponiendo toda obra de esta índole. “Entre los autores no están quizá los más previsibles pero he buscado gente que, por trayectoria académica y obra publicada, entendiera una historia de la literatura con escasísimas notas, bibliografía capital asumida y capaces de escribir un ensayo de alta divulgación; es la única manera que esta obra no se fosilice en poco tiempo”, justifica.

Sobre el canon, enumera ufano: “la literatura siempre tiene que ver con otras artes, por eso, en mi caso cito generosamente a El Greco y a Goya, o me permito resaltar la figura de María Guerrero o incorporar ausencias injustificables como el Joan Maragall articulista en castellano o el Eugeni d’Ors del Glosario, mucho más divertido que Ortega y Gasset”. Los periodistas Corpus Bargas y César González Ruano, el novelista Benjamín Jarnés, el tapado de la Generación del 27 Alonso Quesada, Gabriel Miró y hasta un engarce inédito entre el Pío Baroja y el Antonio Machado de los años veinte como “los dos grandes nihilistas de esa década” son algunas de las aportaciones de su volumen.

Si bien se citan autores catalanes, gallegos y vascos, sus literaturas no están inseridas en cada tomo.

En uno de los dos tomos transversales que tendrá la obra, dedicada a El lugar de la literatura española, estarán, según el autor, “las influencias mutuas entre la literatura española con el resto de las letras peninsulares, las relaciones con una literatura europea cuya noción ningún país ha inventado y, claro, con la literatura hispanoamericana, con una etapa de literatura colonial, un siglo XIX común y un XX con su emancipación y desde el que nos dictan las pautas”. ¿Y eso? “Hasta los años sesenta había una unidad de mercado hoy del todo inexistente, una división que oculta una retórica que se mantiene pero que aguantará lo que aguantará”.

Por algún jirón entrevisto al final del prólogo general, se intuye que esta obra puede ser un punto final en la trayectoria intelectual de Mainer. “Lo que está claro es que no escribiré ya más sobre la Edad de Plata ni una obra de tanto empeño”. Y también está convencido de que es un canto del cisne del sector editorial en papel: “Una obra de tal envergadura es muy cara y dificultosa; pero le garantizo que no hay nada para leer como el papel y el formato página”. Vendrán, pues, otras historias de quizá otras literaturas.

Números de una obra grandiosa

Tres. Los años que se han necesitado para acabar la obra desde que, en junio de 2007, la encargara Gonzalo Pontón, director de la editorial Crítica hasta el año pasado, a Mainer.

Nueve. Los volumenes de que consta la obra:

1. Edad Media, de Juan Manuel Cacho Blecua y María Jesús Lacarra (salida en mayo 2011).

2. Siglo XVI, de Bienvenido Morros (febrero 2011)

3. Siglo XVII, de Pedro Ruiz Pérez (6 de mayo 2010)

4. Siglo XVIII, de María Dolores Albiac (abril 2011)

5. Siglo XIX, de Cecilio Alonso (noviembre 2010)

6. Modernidad y nacionalismo (1900-1936), de José Carlos Mainer (ya a la venta)

7. Siglo XX (1939-2010), de Jordi Gracia y Domingo Ródenas (septiembre 2010)

8. Historia de las ideas literarias en España, de José María Pozuelo (octubre 2011)

9. El lugar de la literatura española, de Fernando Cabo Aseguinolaza (septiembre 2011)

35. Los euros que cuesta cada volumen.

6.500. El número mínimo de páginas de la obra.

El mismo recuerdo

MARÍA JOSÉ OBIOL El País – 13/03/2010

Narrativa. Lees y presencias una despedida. En la cocina desayunan un niño y sus padres. Amanece. Después se escucha un claxon. Bundó y Petroli, los amigos y compañeros del padre saludan desde la cabina del camión ¿o sólo lo hace él cuando el Pegaso se pone en marcha? Conducen un camión de mudanzas con itinerario europeo. Pienso en esa imagen que la lectura me devuelve. Una familia despidiéndose. La madre, el padre y el niño. Pero el narrador señala edades: entre los tres y los siete años. Me he equivocado. Vuelvo a leer. La madre regresa a la cama con su hijo. El padre ya ha dicho adiós. Todos tenemos el mismo recuerdo. Eso dicen los cuatro. ¿Qué cuatro? Los cuatro hermanos que veintitantos años después se conocerán y reconocerán y juntos intentarán averiguar qué ha pasado con su padre. El mismo para todos. También los mismos cuentos, la misma mirada, el mismo adiós. Los hijos: Christof (Francfort), Christopher (Londres), Christophe (París) y Cristòfol (Barcelona). El recuerdo del Pegaso con Bundó y Petroli en la cabina para los tres primeros. Gabriel Delacruz se llama el padre. Sigrun, Mireille, Sarah y Rita, las respectivas madres.

Apenas empieza esta estupenda novela de Jordi Puntí (Manlleu, Barcelona, 1967) y ya se ha instalado el deseo de despejar las brumas de una desaparición o de una huida. Confieso admiración por la recuperación de hechos nimios que nos llevan de un lugar a otro, de unos brazos a otros abrazos; también curiosidad por el hallazgo de vestigios que calladamente se van incorporando al recuerdo y por la suma de detalles que parecen insignificantes pero que refuerzan memoria. En Maletas perdidas se recompone el tejido del tiempo con escenas resplandecientes y quien lee habita la novela de manera apasionada. Hay una transparente naturalidad en ir de aquí para allá en la historia que es una y tantas. Estoy en los años cuarenta: niños en la Casa de la Caridad. Hijos de represaliados. Gabriel abandonado, el mercado del Borne. Leche que se amamanta y que huele a bacalao. Escritura en el orfanato. Imágenes. Llego a los sesenta y setenta, donde se desarrolla gran parte de la novela. El enigmático Gabriel, el bondadoso y afable Bundó (siento debilidad por Bundó), el pragmático Petroli. Viajes, pensiones, casas donde se desbaratan muebles para su traslado. Vidas nómadas, pero rutinarias y sosegadas en su ajetreo de miles de kilómetros. Mayo Francés, canciones en las casas de españoles en Alemania, barrios obreros en Londres y el hervidero de una Barcelona desatándose de ligaduras. Y la voz que narra que no es una sino cuatro, hablándole a esta lectora que sabe sin saber, desconcertada al no tener siempre la certeza de cuál de los cuatro cristóbales habla. Son hijos buscando sin melancolía, demasiado jóvenes para añorar, y aunque se trate de personajes trascendentes, póquer de ases de un avezado jugador (Gabriel Delacruz y el propio escritor), el auténtico protagonismo está en Gabriel, Petroli y Bundó. Como si fueran cómicos representando una y otra vez la misma obra, pero con esa profesionalidad del que sabe hacer de cada mudanza una función distinta. Por eso Puntí, ¡qué bien lo ha contado!, ha decidido abrir maletas y cajas de mudanzas para descubrir lo que contienen y así internarse en nuevos caminos. Porque cerrarlas, el protagonista buscado lo sabe, es sufrir aluminosis en el recuerdo y necesidad de apuntalarlo. Maletas perdidas es apasionante. No se la pierdan.

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[youtube http://www.youtube.com/watch?v=tpbswlBJJno]

Jordi Puntí: Maletas perdidas

Traducción de Rita da Costa

Salamandra. Barcelona, 2010

456 páginas. 17,50 euros

Jordi Puntí: Maletes perdudes

Empuries. Barcelona, 2010

456 páginas. 17,95 euros

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“Escribir es escoger el verbo”

121 años de lucha sindical, versión 2.0

El sindicato UGT publica sus fondos documentales en Internet

RICARDO GRANDE El País17/03/2010

Una carta clandestina, fechada el 16 de febrero de 1952, de la Federación de Valencia a la Secretaría General de UGT en el exilio. A la derecha, otra carta cortada en tiras numeradas enviada por distitnos correos de la Comisión Ejecutiva en Touluse (Francia).- Fundación Francisco Largo Caballero

“Casa” significaba “UGT”. Es el lenguaje en clave utilizaron miembros del sindicato para enviar una carta desde Valencia a Francia, que además se cortó en distintas piezas que fueron llegando por separado. En 1952, toda precaución era poca para eludir el control de las autoridades franquistas. Se puede ver, ya recompuesta y castigada por el paso del tiempo, en la página http://archivos.ugt.es/, la herramienta con la que la Unión General de Trabajadores (UGT) quiere facilitar el acceso a sus fondos documentales, formado por todo tipo de documentos, como fotografías, textos y octavillas, en manos de distintas instituciones.

Indagar en la historia de una organización de 121 años no implica necesariamente visitar honorables bibliotecas. “Intentamos facilitar la búsqueda. Aunque ciertos documentos no se pueden consultar desde la página, remitimos a los portales o sitios donde se pueden encontrar. Explicamos si están digitalizados o cuánto ocupan”, detalla Nuria Franco, una de las responsables del proyecto, que incluye un diccionario de cargos.

El sindicato que fundó, entre otros, Pablo Iglesias, ha tenido que adaptarse a escenarios muy distintos. “El periodo más interesante es la II República [1931-1936]. El papel del sindicato en la sociedad, no sólo en la laboral, también como divulgador de cultura, gracias a las Casas del Pueblo. Supuso el origen del movimiento obrero, gracias a la Ley de Asociaciones. El derecho a huelga se reconoció plenamente”, opina el profesor Jesús Lahera, profesor de derecho del trabajo de la Universidad Complutense. “También habría que ver cómo se trata la dictadura de Primo de Rivera [1923-1930], en la que no hubo ilegalización. Durante la dictadura de Franco [1939-1975], su actividad fue sobre todo en el exilio. También hay que prestar atención a la Transición, ahí tuvo un papel muy importante”. Hoy, UGT es el segundo mayor sindicato, por detrás de CC OO.

No es sólo útil para investigadores. La página incluye carteles, fotografías y documentos sonoros que pueden resultar muy curiosos e interesantes. “De 1936 a 1939, los precios de artículos de primera necesidad se han visto multiplicados pro 12 y 14 veces. ¿Y los salarios? Esta explotación inicua de los trabajadores no puede ni debe continuar”, reza una octavilla. El objetivo es “la recuperación histórica del mundo del trabajo y los movimientos sociales y para el tratamiento y difusión del patrimonio documental y bibliográfico de nuestra Organización”, según la propia web.

La Fundación Francisco Largo Caballero, la institución depositaria de todo el patrimonio documental de UGT, ha coordinado el proyecto con informáticos del sindicato para hacer posible este portal, con el apoyo del Ministerio de Cultura. “Por supuesto, aquellos que necesitan algún documento que no está disponible online pueden contactar con nosotros”, subraya Nuria Franco. Más de un siglo de historia da para mucho, pero estudiarlo es ahora un poco más fácil.