“Los militares no llegaron en un platillo volador”

CAMILO SÁNCHEZ El País08/03/2010

Foto: El escritor Eduardo Sacheri.-

Eduardo Sacheri (Buenos Aires, 1967) tuvo que tomar sedantes antes de volar de Buenos Aires a Madrid. Nada en el mundo le aterroriza más que subirse a un avión. Fueron, sin embargo, 12 horas bien remuneradas para el autor de la novela El secreto de sus ojos: la versión cinematográfica, dirigida por Juan José Campanella, lograba dos Goya (mejor película latinoamericana y mejor actriz revelación). Esta madrugada, además, tenía la posibilidad de ganar un Oscar como mejor película en habla no inglesa.

Sacheri es el guionista de un thriller judicial situado en 1974. Al preguntarle qué pueden aportar hoy las historias que sobrevuelan las dictaduras latinoamericanas responde: “El tema de la antesala del horror, el antes. Los años anteriores a la dictadura. Se repasa mucho la historia de los años de la tragedia y muy poco el proceso por el que pasa una sociedad antes de llegar allí. Hay que entender que los militares de la dictadura argentina no llegaron en un platillo volador”.

Heredero de narradores como Oswaldo Soriano o Roberto Fontanarrosa, compatriotas suyos, Sacheri reconoce que el boom que la película le ha dado a la novela es “alentador”. “En el mundo editorial carecemos de toda esta vidriera estrepitosa con la que cuentan los medios audiovisuales”. Reconoce, no obstante, que pasó por un proceso de asimilación: “La disyuntiva era encerrarme en el duelo de lo que se iba a ir perdiendo en la película, o tomarlo como una oportunidad de que millones de personas llegaran a mi libro”.

Campanella supo de Sacheri porque había leído unos cuentos suyos sobre fútbol, publicados en 2005. Un año después, el director le llamó para proponerle adaptar al cine El secreto de sus ojos. La escritura del guión estuvo precedida por un sinnúmero de forcejeos, que según el escritor, enriquecieron el producto final. “Juan nunca impuso ni su prestigio ni su responsabilidad como autor último de la película”.

Licenciado en Historia, Sacheri empezó de funcionario de juzgados en Buenos Aires, al igual que Benjamín Espósito, personaje interpretado por Ricardo Darín en la película. Sacheri recuerda con “cariño” los días que pasaba entre resmas de papel, sellos de oficina y documentos judiciales. “Hay algo que intenté respetar de mi experiencia en el ámbito judicial, y es este pequeño grupo de personas honestas tratando de hacer las cosas bien en medio de un caos que los excede. Eso lo viví con un pequeño grupo de cinco personas que decíamos ‘me voy a leer este expediente hasta quemarme las pestañas, a ver si encuentro una prueba’. La tentación de toda oficina burocrática era sacrificarse lo menos posible”. Después de una pausa añade: “creo que los argentinos, ni en los años setenta durante la dictadura, ni en los ochenta, ni ahora, hemos tenido un sistema judicial demasiado fiable”. La eterna cuestión de tomarse la justicia por su mano es uno de los temas centrales de la historia. “Me inquieta mucho ese camino trágico que emprenden las personas que deciden actuar al margen de la ley. Es un camino tortuoso y doloroso que difícilmente tiene consecuencias felices”.

Sacheri ya trabaja en un nuevo proyecto con Campanella: una película de animación basada en un cuento de Roberto Fontanarrosa. La historia está inspirada en un jugador de futbolín.

Militares, amnesia histórica y platillos volantes

Sacheri repasa las claves de la novela en que se basa el filme

Foto: El escritor Eduardo Sacheri escribió la novela El secreto de sus ojos. – REYES SEDANO

PAULA CORROTO – Público – 28/02/2010 09:00

Si al escritor Eduardo Sacheri (Buenos Aires, 1967) le dieran a elegir entre el fútbol y la literatura, no sabría con qué quedarse. “Si no gana mi equipo, el Independiente de Avellaneda, para mí ya no es un día perfecto”, afirma.

A esta declaración de principios le debe Sacheri casi toda su proyección internacional: fue un relato sobre su pasión futbolística Te conozco, Mendizabal el que en 2001 le llevó a fraguar amistad con Juan José Campanella. El director y guionista entró en una librería y se entusiasmó con el título. Cinco más tarde, entre los dos adaptaron al cine la primera novela de Sacheri, El secreto de sus ojos (Alfaguara), publicada en 2005, adaptación cinematográfica que se convirtió en una de las películas argentinas más taquilleras de toda la historia. Una amistad redonda.

“A los argentinos todavía nos cuesta mucho lidiar con la culpa”

Sacheri cuenta, sin embargo, que esta novela que se sitúa en la Argentina de finales de los sesenta y de los noventa, nunca tuvo como germen una imagen. “Algunos cineastas sí me han dicho que tengo una narrativa muy visual, pero yo desconozco hasta dónde llega esa capacidad. No quiero reflexionar sobre cómo escribo porque temo que eso me paralice”, explica el escritor.

La pregunta que se hizo antes de empezar a escribir la novela, en la que un ex agente judicial recuerda las consecuencias de un horrible asesinato acaecido a finales de los sesenta, fue la siguiente: ¿Qué hicieron los argentinos para llegar a la dictadura? Esa es la razón por la que el libro tiene un argumento mucho menos policiaco y romántico que la película.

“En esta historia hay un intento de buscar una mirada más amplia y arriesgada de los años setenta en Argentina. De 1976 en adelante se ha escrito mucho, pero no hemos sido capaces de revisar cómo llegamos a eso. Y no hay dictadura posible sin una sociedad acostumbrada a manejar esas categorías. Porque esos militares no llegaron subidos a un plato volador, sino que nacieron aquí”.

“En el país hay miedo. La mirada a los años sesenta sigue ausente”

La culpa y el miedo están detrás de la escasa reflexión sobre los años previos a la dictadura de Videla. El escritor llegó a esta conclusión tras bucear en aquellos años. “A los argentinos nos cuesta mucho lidiar con la culpa. Por eso creo que la mirada a esa época sigue ausente”.

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