Así se escribe como Javier Cercas

El autor de ‘Soldados de Salamina’ y ‘Anatomía de un instante’ inaugura el ciclo ‘El escritor y sus fantasmas’

RICARDO GRANDE El País03/03/2010

Cuando el director David Trueba llamó a Javier Cercas para decirle que quería adaptar Soldados de Salamina, el escritor trató de disuadirle. “Pensé que no había entendido la novela. David me convenció, me dijo que todo giraba en torno a una mirada y que no hay nada más cinematográfico”. El autor (Cáceres, 1962) inauguró ayer el ciclo El escritor y sus fantasmas. Ante un público que abarrotó la sala de actos de la fundación de cultura MAPFRE, Cercas teorizó sobre la profesión que le ha valido el reconocimiento de la crítica y sobre todo de sus lectores, gracias a obras como Anatomía de un instante. Rosa Montero y Vicente Molina Foix, entre otros escritores, también participarán en estas charlas.

El escritor Javier Cercas, en octubre de 2009

Foto: El escritor Javier Cercas, en octubre de 2009- Luis Magan

El ciclo toma su nombre de un ensayo de Ernesto Sábato en el que se plantea cómo, por qué y para qué se escriben ficciones. Acompañó a Cercas el director de la institución, Pablo Jiménez Burillo, que le fue planteando cuestiones sobre su manera de entender el oficio. “Lo primero es decidir quién va a contar la historia”, reflexionó Cercas. “La gran conquista de un escritor es la tercera persona, que supone explicar un mundo que no es el tuyo. Pero mi gran descubrimiento fue el reencuentro con una primera persona que en realidad no soy yo: es una máscara que esconde, pero que también revela mucho”. Es el yo ficticio de Soldados de Salamina.

Sus novelas tratan hechos tan reales como la guerra pero el rechaza la etiqueta de novela histórica. “No creo que ningún autor se plantee, de entrada, hacer una novela que explique un hecho histórico. Partes de una imagen. Por ejemplo, a mí me obsesionó la imagen de esos tres hombres que permanecieron en su sitio cuando los militares entraron en el Congreso el 23 de febrero. Lo de Carrillo y Gutiérrez Mellado lo puedo entender pero, ¿por qué Suárez? Me gustan las preguntas sencillas, las que haría un niño. Creo que son las buenas”. El escritor busca el orden en su relato, pero el mundo funciona de forma caótica. “Es para volverse loco porque la realidad no tiene sentido: es un cuento explicado por un idiota”.

Sobre las conexiones entre la ficción y la realidad, en las que ha demostrado manejarse bien, comentó que “en el fondo, todas las novelas son autobiográficas y un autor bueno acaba reflejando el mundo en el que vive. El escritor que trabaja en País Vasco no necesita mencionar a ETA para lograr eso: si Kafka hubiera vivido allí en nuestros tiempos, tal vez sus novelas no cambiarían tanto”.

No todas las preguntas tenían fácil respuesta. “Necesitamos la ficción, está claro. Sé por qué escribo cada una de mis novelas, pero no puedo explicar por qué escribo… el día que lo descubra, tal vez deje de hacerlo”, aventuró sonriente, ante un público que disfrutó de sus bromas y su tono cercano. “Tal vez debería volver a escribir en clave de humor, como en mis primeras novelas”, se planteó en voz alta.

El ciclo termina el 25 de marzo. Los participantes serán Rosa Montero, Carmen Posadas, Lusgé Martín, Clara Sánchez, Soledad Puértolas, Vicente Molina Foix, Julio Llamazares y Luis Mateo Díez, que serán presentados por periodistas como Winston Manrique, Javier Rodríguez Marcos o Jesús Ruiz Mantilla. Todas las sesiones comenzarán a las 19.30 y tendrán entrada libre hasta completar aforo.

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Cercas: “El Rey hizo cosas en el 23-F que no debería haber hecho”

Narradores sin límites

La ruptura de fronteras con América Latina, la mezcla de géneros y la búsqueda de cosas distintas caracterizan la narrativa española del siglo XXI. Javier Cercas, Agustín Fernández Mallo y Almudena Grandes trazan el mapa literario en un debate convocado por Babelia sobre los derroteros de la literatura.

WINSTON MANRIQUE SABOGAL y JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS – El País – 30/01/2010

narradores

Mezcla, legado, lengua, España, Latinoamérica, pop, Internet, unidad, exploración. Nueve son las palabras con las que se empezaría a escribir el destino de la narrativa de España en el siglo XXI. O mejor hablar desde ya de la narrativa en español como de una lengua común que involucra a 19 países más en América Latina para borrar las fronteras geopolíticas en literatura. Es el gran territorio de La Mancha, como lo llama Carlos Fuentes, con 400 millones de hispanohablantes, que comparten un mismo idioma y herencia literaria que cada día aumenta su presencia e interés internacional.

Escritores de una lengua y no de un país. Así lo reivindican tres autores españoles que representan una diversidad de estilos y una búsqueda de temas y formas literarias que se proyectan hacia el futuro: Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962), Almudena Grandes (Madrid, 1960) y Agustín Fernández Mallo (A Coruña, 1967). Los tres invitados por Babelia a un debate sobre La narrativa española contemporánea y sus derroteros.

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La Guerra Civil aún no ha terminado

El gran acontecimiento del siglo XX español divide por generaciones a los escritores

W. M. S. / J. R. M. – El País – 30/01/2010

“Estamos terminando y no hemos hablado de la Guerra Civil”. Un caos cruzado de voces siguió a esa frase de la redacción de Babelia, tal vez la más previsible de la conversación. “Yo no hablo de la Guerra Civil”, dijo Agustín Fernández Mallo como un resorte. “Pues yo hablo constantemente”, replicó Almudena Grandes, que siguió tirando del hilo: “La Segunda República española y la Guerra Civil —y no lo he dicho yo, es algo que le oí decir a Juan Pablo Fusi y me pareció luminoso— es uno de los grandes momentos de la historia de la humanidad. Estaba ahí antes de que nosotros decidiésemos escribir sobre ella. Estaba y estará. Más antiguo es el imperio romano y le hacen series de televisión todos los años”. En el caso de Grandes y Cercas, la cosa está clara. ¿Pero en el de Fernández Mallo y su generación?

A. F. MALLO. Es un tema que no me interesa. Es un acontecimiento que yo no he vivido de primera mano ni de segunda. No es algo que estéticamente me llame.

J. CERCAS. Lo curioso es que nos estemos preguntando por qué Agustín no escribe sobre la Guerra Civil. Es que no tiene ninguna obligación.

PREGUNTA. Claro que no, pero es el gran tema del siglo XX para cualquier español, escritores incluidos, ¿no?

J. C. Yo antes de los 38 o los 39 años no había escrito sobre el pasado. Pero llegas al entorno de los 40 y, por algún motivo, el pasado sale. Bueno, es lógico, porque a los 40 años empiezas a tener pasado… Por otro lado, en realidad yo no escribo sobre el pasado sino, y ése fue para mí el gran descubrimiento, sobre el hecho de que el pasado es el presente, es decir, de lo que estamos fabricados con él. El pasado es la materia de la que estamos hechos. Cuando hablo de la Guerra Civil o de la Transición, hablo de ahora. Detesto la novela histórica, me parece un oxímoron: o es novela o es historia.

A. GRANDES. En 1972 estaba con mi madre en la cocina y al comentar un Hola donde vimos una foto de Josephine Baker, que vivía en el sur de Francia con 17 hijos adoptivos e iba vestida con un chándal y un turbante. Al lado había una foto suya de los años veinte, con una estrella en los pezones que le había puesto la revista. Mi madre me dijo que mi abuela la había visto bailar en Madrid. Todo lo que yo he escrito después sobre la memoria en España arranca de ese momento, el momento en que comprendí que el progreso no es una línea recta. Yo creía que era más moderna que mi madre y que ella lo era más que mi abuela, pero descubrí que mi abuela era más moderna que yo. Y que la obligación de los españoles de ahora es aspirar a ser tan modernos como nuestros abuelos. Y no sé si vamos a llegar. Yo he escrito desde esa óptica toda mi vida.

J. C. De todos modos, lo de los temas es para mí algo secundario. Lo primario es someter la lengua a la máxima tensión verbal, llevarla al punto de incandescencia, pero no por el brillo, sino porque así podemos luminar con una luz distinta el tema que abordamos. Yo parto de imágenes. Hubo una vez una imagen que me obsesionó y que resulta que transcurría hacia el final de la Guerra Civil. A mí lo que me interesaba era formular de la manera más compleja posible la pregunta que había en esa imagen, la de un señor que tiene que matar a otro y no lo mata. Y tuve que ir a la Guerra Civil para escribir Soldados de Salamina.

A. F. M. Yo de lo que sí podría escribir es del 23-F. Es algo que viví de adolescente y que me marcó.

J. C. Es que yo sólo escribo de las cosas que me pasan. Y la Guerra Civil me pasó.